La historia es conocida. El 26 de abril de 1937, docenas de aviones alemanes de la Legión Cóndor bombardearon durante tres horas la ciudad de Gernika destruyéndola y causando centenares de muertos. Este trágico suceso inspiró a Pablo Picasso, uno de los artistas más comprometidos de su tiempo, en acometer la tarea de pintar un cuadro que llegaría a ser síntesis del horror y de la violencia de la cultura occidental moderna y referencia del mundo progresista durante décadas. Guernica se convirtió con el paso del tiempo en uno de los cuadros más famosos de la historia de la pintura, un lienzo profundamente español y universal que durante las largas décadas franquistas se exhibió en Nueva York y que tras la llegada de la democracia, y por expreso deseo del pintor, se puede contemplar en Madrid desde octubre de 1981. Este libro que incluye un extenso prólogo que actualiza y profundiza sobre el análisis del cuadro ahora que se conmemora el treinta aniversario de su llegada a España es un apasionante recorrido por la gestación de una obra de arte. Escrito en un estilo accesible, Gijs van Hensbergen recrea el clima y las dificultades del proceso creativo, a la vez que describe con precisión las diferentes etapas y su definitiva composición hasta conseguir una auténtica «biografía de un icono del siglo XX». «Esta historia de un cuadro cómo se pintó, su significado y su destino final es un logro extraordinario y aporta una visión sorprendentemente original. El autor recrea con pasión y elegancia la historia de Picasso y su denuncia de la guerra a través de la vida del artista, del exilio republicano, de la España de Franco, del París en guerra y de la Nueva York burguesa para iluminar la travesía de esta obra desde el mismo bombardeo de Gernika hasta su llegada a Madrid en 1981.» PAUL PRESTON
Un espectacular libro de fotografías sobre las intervenciones clandestinas de los escritores de grafitis. Con textos de Arturo Pérez Reverte. Un gran relato de resistencia, convertida en arte y acción callejera, contado a dos voces. Una, fotográfica, pertenece a Jeosm, también escritor de grafitis; la otra, narrativa, al novelista y académico Arturo Pérez-Reverte. Ambos retratan las figuras y el trabajo de aquellos que, mientras la ciudad duerme, dejan en ella con osadía su huella. Esta es la historia de unos guerrilleros urbanos.
Arte, Divulgación, Crítica y teoría literaria, Memorias, Otros
Una práctica guía, de la A a la Z, con cerca de 200 fichas dedicadas tanto a la trayectoria de los autores más relevantes del medio como a la de sus criaturas de ficción. La 'Guía Básica del Cómic' incluye multitud de referencias a las últimas tendencias que han dominado el maravilloso mundo de los tebeos desde hace más de un siglo. Biografías de autores, guionistas y personajes, así como recomendaciones de cada uno de ellos, y que pueden ser encontrados en España.
El artista suizo H. R. Giger (1940-2014) es conocido principalmente por su creación del monstruo espacial de la película de terror futurista Alien, de 1979, con la que ganó un Óscar. En retrospectiva, no fue más que una de las expresiones más célebres del arsenal biomecánico de criaturas de Giger, que fusionaba híbridos de humano y máquina, en imágenes de poder evocador y oscura psicodelia. Sus obras se inspiraban en fantasmas del pasado, que se remontan a sus miedos de infancia, al tiempo que evocaban mitologías para el futuro. Estas imágenes plasmaron las fantasías y los miedos colectivos de su época: el temor a la bomba nuclear, a la contaminación y el despilfarro de recursos, y a un futuro en el que la supervivencia de nuestros cuerpos esté supeditada a las máquinas. De oníricos paisajes surrealistas creados con una pistola pulverizadora y plantillas a carátulas de discos; de esculturas con forma de guillotina a una cafetería que él mismo diseñó, Giger nos guía personalmente por su polifacética carrera en esta introducción imprescindible sobre este maestro del horror. Reproducciones y diseños detallados y un prólogo de Timothy Leary complementan los íntimos textos autobiográficos de Giger.
El suicidio fue el último acto que definió la personalidad de Kurt Cobain; la rabia, el dolor y la inspiración de una vida atormentada se fundieron para siempre el cinco de abril de 1994. Aunque las trágicas circunstancias de su muerte son bien conocidas, su vida —y la influencia de su arte— todavía está por examinar. En esta biografía el periodista Charles Cross mezcla su extenso conocimiento de la escena musical de Seattle, cuyo mayor exponente fue Nirvana, con la narración de la vida de un músico por el que se siente fascinado.Basándose en más de cuatrocientas entrevistas, cinco años de trabajo y documentos íntimos como los diarios personales del músico, canciones inéditas, fotos familiares y documentos policiales, Charles Cross hace un recorrido por la vida del artista desde su adolescencia, cuando vivía en una caravana en las afueras de Aberdeen, Washington, hasta el momento en que alcanzó la fama. Cross revela la terrible historia familiar de Kurt, la historia generacional que dio forma a su personalidad y su trágica historia de amor con Courtney Love. Para ello se basa en informes médicos, en los que se apuntan, entre otras cosas, una grave enfermedad de estómago y una profunda depresión.
Referencia, Arte, Ciencias sociales, Espiritualidad
Las visiones de Hildegard von Bingen despliegan un riquísimo universo simbólico, que es el objeto de estudio de este libro. A través de diversas aproximaciones se trata de comprender el fenómeno visionario, ya como una experiencia extraordinaria, ya como parte integrante del proceso creador. La floración de las imágenes, su descripción y plasmación plástica es abordada a partir de comparaciones que ofrecen contrapuntos al caso de esta mística renana del siglo XII, tales como el Apocalipsis de Juan de Patmos, los espirituales del Oriente de luz estudiados por el iranólogo y filósofo Herny Corbin, o la obra del artista surrealista Max Ernst. La imaginación creadora de Hildegard von Bingen aparece como el origen de una tradición visionaria de Occidente, sagrada y secularizada, cuya estética se fundamenta en el valor de las imágenes.
Esta Historia de la Literatura Universal pretende acercarnos a las diversas producciones literarias mediante una exposición clara pero rigurosa de sus correspondientes tradiciones. Habiendo optado por el estudio a través de las literaturas nacionales, al lector se le ofrece, al tiempo que mayor amenidad y variedad, una estructuración más acorde con los criterios de divulgación que presiden la obra. No se olvida, por otra parte, agrupar las diferentes tendencias literarias, como menos aún, insertarlas decididamente en su determinante momento histórico. En la Literatura en la Antigüedad se estudian las más antiguas producciones de la Literatura Universal: desde las arcaicas inscripciones funerarias de las pirámides egipcias hasta los más refinados textos del clasicismo grecorromano; desde las manifestaciones de más profundo pensamiento indio a las primeras exposiciones de la doctrina y la filosofía cristiana. Todo ello pasa por la utilización de una lengua deliberadamente artística, mediante la cual los primeros autores de la humanidad comienzan a interpretar la realidad circundante. Nos encontramos, en unos casos, ante tímidos tanteos de una literatura balbuciente; en otros, ante las primeras obras maestras de la Literatura Universal, que se ganaron inmediatamente el apelativo de “clásicas”.
Esta Historia de la Literatura Universal pretende acercarnos a las diversas producciones literarias mediante una exposición clara pero rigurosa de sus correspondientes tradiciones. Habiendo optado por el estudio a través de las literaturas nacionales, al lector se le ofrece, al tiempo que mayor amenidad y variedad, una estructuración más acorde con los criterios de divulgación que presiden la obra. No se olvida, por otra parte, agrupar las diferentes tendencias literarias, como menos aún, insertarlas decididamente en su determinante momento histórico. La Literatura en la Edad Media comprende el estudio de las diversas culturas que durante siglos lograron convivir en todos los rincones del planeta: casi mil años de Literatura en un período del cual seguimos ignorando ricas producciones en todo distintas a las europeas. Porque la Edad Media no sólo contempla el nacimiento de las lenguas romances y de su correspondiente expresión literaria, sino, además, la floreciente supervivencia de lo grecorromano durante siglos y su posterior agonía; el surgimiento de una nueva cultura: el Islam, que conoce su clasicismo poco después de haberse conformado; o, en el Norte, la expresión literaria de pueblos de magnífica tradición a los cuales, inexplicablemente, todavía seguimos identificando como «bárbaros».
Esta Historia de la Literatura Universal pretende acercarnos a las diversas producciones literarias mediante una exposición clara pero rigurosa de sus correspondientes tradiciones. Habiendo optado por el estudio a través de las literaturas nacionales, al lector se le ofrece, al tiempo que mayor amenidad y variedad, una estructuración más acorde con los criterios de divulgación que presiden la obra. No se olvida, por otra parte, agrupar las diferentes tendencias literarias, como menos aún, insertarlas decididamente en su determinante momento histórico. En el caso de las Literaturas en el Renacimiento europeo, se ha atendido cumplidamente a tal marco socio-histórico, evitándose la fácil tentación de contemplar la Historia como un «continuum» hacia el progreso humano. En este breve período nos encontramos ante las primeras producciones literarias modernas y con algunas de las mayores figuras de la Literatura Universal; pero todo ello en determinante relación con su contexto: nacionalismos, imperios, descubrimientos, crisis religiosas y guerras configuraron una renovada visión del mundo cuya complejidad entrevemos en la producción literaria. Si el Renacimiento cultural respondió a la «modernidad» con sus propios medios, uno de ellos, la Literatura, encontró un magistral equilibrio en su contradictorio retorno a la Antigüedad grecorromana.
Esta Historia de la Literatura Universal pretende acercarnos a las diversas producciones literarias mediante una exposición clara pero rigurosa de sus correspondientes tradiciones. Habiendo optado por el estudio a través de las literaturas nacionales, al lector se le ofrece, al tiempo que mayor amenidad y variedad, una estructuración más acorde con los criterios de divulgación que presiden la obra. No se olvida, por otra parte, agrupar las diferentes tendencias literarias, como menos aún, insertarlas decididamente en su determinante momento histórico. El estudio de la Literatura en el siglo XVII parte de la base de la configuración del Barroco y del Clasicismo a partir de idénticas premisas estéticas: la imposibilidad de seguir transitando por los caminos del clasicismo renacentista. El análisis de las correspondientes producciones literarias nacionales europeas da cumplida cuenta de lo que de superación estilística suponen ambos: si el uno se confía al formalismo basado en la imitación de los clásicos, el otro se equipara a ellos para hacerse «clásico» él mismo. Tras la primera centuria de la Edad Moderna europea, caracterizada por el idealismo, Barroco y Clasicismo se constituyen en respuesta válida, desengañada y madura, a un mundo que se va abriendo lentamente, a golpes de escepticismo y descreimiento, a cierto racionalismo materialista.
Esta Historia de la Literatura Universal pretende acercarnos a las diversas producciones literarias mediante una exposición clara pero rigurosa de sus correspondientes tradiciones. Habiendo optado por el estudio a través de las literaturas nacionales, al lector se le ofrece, al tiempo que mayor amenidad y variedad, una estructuración más acorde con los criterios de divulgación que presiden la obra. No se olvida, por otra parte, agrupar las diferentes tendencias como, menos aún, insertarlas decididamente en su determinante marco histórico. Con el desarrollo de la Literatura durante el siglo XVIII en Europa, entramos ya de lleno en la consideración de los autores y las producciones contemporáneas. Tras un largo período de interpretación clasicista, la Literatura Universal sabe superar sus propios modelos para dar forma a moldes totalmente renovados y, en muchos casos, completamente originales; la irrupción y difusión de la ideología burguesa, que llevó a cabo una labor de Ilustración en todos los órganos de difusión culturales, determinó la puesta al día de una nueva sensibilidad cuya novedad revolucionó la Historia Universal. Por ello, frente a lo que muchas veces se ha dicho, el máximo logro del siglo XVIII no fue la actualización de los postulados racionalistas, sino, por el contrario, la disgregación de éstos en el irracionalismo que anegará, hasta nuestros días, la literatura contemporánea.
Esta Historia de la Literatura Universal pretende acercarnos a las diversas producciones literarias mediante una exposición clara pero rigurosa de sus correspondientes tradiciones. Habiendo optado por el estudio a través de las literaturas nacionales, al lector se le ofrece, al tiempo que mayor amenidad y variedad, una estructuración más acorde con los criterios de divulgación que presiden la obra. No se olvida, por otra parte, agrupar las diferentes tendencias como, menos aún, insertarlas decididamente en su determinante marco histórico. El idealismo individualista que había comenzado a expresarse en la Literatura del siglo XVIII eclosionó en la primera mitad del XIX en el posiblemente primer movimiento literario con conciencia de tal: el Romanticismo. Muchos tópicos quedan aún por desterrar sobre este período, especialmente idealizado tanto por su propia naturaleza como, sobre todo, por informar aún, querámoslo o no, nuestra misma sociedad y la idea que en ella nos hacemos de la Cultura. Con el Romanticismo, el Arte -todo Arte- será Verdad, y la carencia de toda norma y medida la única regla a seguir, en un decidido avance de los presupuestos de la Literatura de nuestro siglo XX.
Esta Historia de la Literatura Universal pretende acercarnos a las diversas producciones literarias mediante una exposición clara pero rigurosa de sus correspondientes tradiciones. Habiendo optado por el estudio a través de las literaturas nacionales, al lector se le ofrece, al tiempo que mayor amenidad y variedad, una estructuración más acorde con los criterios de divulgación que presiden la obra. No se olvida, por otra parte, agrupar las diferentes tendencias como, menos aún, insertarlas decididamente en su determinante marco histórico. Las artes de la segunda mitad del siglo XIX —y, con ellas, la literatura— dan cuenta de la crisis en la que han entrado definitivamente el idealismo y el individualismo característicos de la ideología burguesa contemporánea. El Realismo y el Posromanticismo suponen, cada uno a su manera, una decidida toma de postura del escritor ante un mundo en crisis. Progresismo y reaccionarismo, espiritualismo y materialismo, subjetivismo y objetivismo se dan la mano y se enfrentan en una producción literaria cuyas formas se diversifican enormemente en su intento bien de perpetuar la vigencia de los antiguos valores, bien de solventar su crisis mediante su superación en nuevas formas artísticas.
Esta Historia de la Literatura Universal pretende acercarnos a las diversas producciones literarias mediante una exposición clara pero rigurosa de sus correspondientes tradiciones. Habiendo optado por el estudio a través de las literaturas nacionales, al lector se le ofrece, al tiempo que mayor amenidad y variedad, una estructuración más acorde con los criterios de divulgación que presiden la obra. No se olvida, por otra parte, agrupar las diferentes tendencias como, menos aún, insertarlas decididamente en su determinante marco histórico. Con su generalizada actitud de rechazo de la realidad, los más jóvenes artistas encaran el siglo XX decididos a conseguir, aunque sea con la violencia —no en balde «vanguardia» es un término bélico—, un arte absolutamente novedoso. Pero las raíces de esta violenta expresión artística no se hallan en lo meramente estético, sino que se hunden en una ética que repudia el sistema social vigente y consagra, a grandes rasgos, el divorcio entre la cultura y la sociedad. Esta actitud de exclusivo compromiso con el arte, no obstante, iba a troncarse escasos años después de una decidida toma de postura política por parte de algunos de los más interesados pensadores y artistas del siglo XX.
Esta Historia de la Literatura Universal pretende acercarnos a las diversas producciones literarias mediante una exposición clara pero rigurosa de sus correspondientes tradiciones. Habiendo optado por el estudio a través de las literaturas nacionales, al lector se le ofrece, al tiempo que mayor amenidad y variedad, una estructuración más acorde con los criterios de divulgación que presiden la obra. No se olvida, por otra parte, agrupar las diferentes tendencias como, menos aún, insertarlas decididamente en su determinante marco histórico. La quiebra de los actuales sistemas sociales, políticos y de pensamiento es resultado directo de la inutilidad de la II Guerra Mundial, pues extirpó los fascismos sin solventar la crisis que los había justificado y legitimado y de la cual todavía hoy seguimos teniendo signos inequívocos. Las artes y la cultura contemporáneas han sido incapaces, hoy por hoy, de darle una respuesta, de tal modo que bien podemos hablar de «Posmodernidad» como del resultado de insistir en los postulados de la Modernidad con pocas variaciones y escasa originalidad: las asociadas al neo-vanguardismo en cualquiera de sus formas, tanto experimentales como tradicionalistas.
En este libro concebido para el público general aficionado al arte y al estudiante que da sus primeros pasos en la materia, Dana Arnold proporciona un conocimiento básico sobre los aspectos fundamentales de la cultura visual. La obra aporta asimismo un análisis claro y conciso sobre los debates que existen dentro de la disciplina y permite al lector equiparse con las herramientas básicas necesarias para su estudio, cubriendo cronológica y temáticamente una gran variedad de cuestiones relacionadas con ella.
Con todo, el principal objetivo de estas páginas es expresar lo mucho que podemos aprender del arte, así como sugerir diversas vías para disfrutarlo cuando lo miramos o pensamos acerca de él, y también cuando comprendemos su relación con nosotros mismos.
Nuestra Península es tan rica en manifestaciones artísticas prehistóricas que, precisamente, su abundancia ha tenido sumidos en el mayor desconcierto, durante mucho tiempo, a historiadores y arqueólogos, impidiéndoles establecer un esquema de conjunto en el que quedasen satisfactoriamente encuadradas y correlacionadas esas variadísimas manifestaciones.
El Neolítico no surgió espontáneamente en España. La invención de la agricultura y la ganadería la trajeron unos navegantes que llegaron a España hacia el 4.500-4.000 a J.C. Los pueblos que se habían establecido más al interior tardaron bastante tiempo en dominar las técnicas agrícolas y vivieron siglos en un arcaizante mesolítico de caza y recolección.
Como resultado directo de la conquista de la Península Ibérica por las legiones romanas, la romanización se inicia desde el primer momento, se acentúa durante el Imperio, o sea, desde el año 19 a. de J.C. en adelante, y se completa, por influjo del Cristianismo, en los siglos III y IV de nuestra Era.
La evolución de la escultura romana es similar a la que sufrió su arquitectura. Partiendo de un cauce etrusco, oscuro y desconcertante, fue deslizándose lentamente sobre las huellas de los griegos hasta encontrar su propio estilo, tan alejado de los unos como de los otros, pero nunca lo suficiente para que podamos decir que sus artistas crearon un estilo original.