Knudt Larsen, un abogado y pacifista sueco, es escogido por extraterrestres para establecer contacto y confiarle una misión. La Tierra está «de facto» en manos de un grupo de «halcones» rusos y americanos, que actúan de forma coordinada para llevar a la humanidad a la catástrofe, que es lo que beneficia sus intereses.Las dificultades con las que se enfrenta Knudt son inmensas y con gran riesgo para su vida. La tarea de parar a los «halcones» es demasiado grande, pero Knudt no va a estar solo…
En el planeta Ulkus está ocurriendo algo que supone una amenaza a la pacífica federación de países Tellen. Las misteriosas desapariciones que se vienen produciendo en la Tierra, no son ajenas a ello. Tellen no tiene armas para defenderse, pero la Tierra sí. Ulkus también tiene como objetivo la Tierra para obtener alimento para su misterioso ejército.«In extremis», Tellen contacta con la Tierra en demanda de ayuda, pero solo cinco personas van a intentar, en una misión suicida, parar a Ulkus…
Edward Ballington, un aparejador que trabaja haciendo planos y controlando materiales de construcción, tiene de forma recurrente un sueño fantástico en el que una vaporosa mujer, Kyra, le pide ayuda. En el sueño aparecen muchas cosas que no comprende, pero sobre todo aparece una palabra misteriosa: Medon.Edward está obsesionado con el sueño y ello le lleva a hacer investigaciones infructuosas hasta llegar al Círculo Cósmico, que son los únicos para los que la palabra Medon tiene sentido…
Primero unos meteoritos incandescentes destruyeron el Asentamiento 327, una de tantas colonias que los habitantes de la Tierra habían instalado en satélites naturales o artificiales del Cosmos. Después fueron destruidas las cinco naves que fueron enviadas de reconocimiento. Parece que un mítico personaje, Akon, está detrás de estos sucesos y del ultimátum dado a la tierra para que entregue el poder en 24 horas.Pero hay cosas oscuras… y Hans Richter y su terquedad irán, poco a poco, desvelando los misterios…
En el año de 2551, la Tierra llevaba ya tres de guerra con Suvur. Algo más de un siglo antes una patrulla exterior terrestre había descubierto por pura casualidad aquel remoto planeta, asombrándose al comprobar que estaba habitado por seres vivos casi idénticos a los seres humanos. Pronto surgieron tensiones territoriales entre ellos, que acabaron en la guerra. En medio de ambos está Kalar, un planeta en el que se hizo un experimento de fusión entre la Tierra y Suvur, y que a pesar de su éxito no ha servido nada más que para celebrar una conferencia de planetas en un intento de lograr la paz…
Después del cataclismo nuclear la Tierra está totalmente devastada y algunos humanos para protegerse de las radiaciones se esconden en las profundidades. Cuando años después salen al exterior se encuentran con que el planeta Ator ha esclavizado la Tierra.
Hasta cuatro expediciones se han organizado y han sido enviadas para liberar a la humanidad, pero todas han fracasado, y la situación en el subsuelo empieza a ser límite por la escasez de energía. La quinta expedición sale al exterior. ¿Logrará su objetivo?
En la Tierra todo es orden y control. Los homoides (100 por cada humano), están esclavizados y controlados genéticamente. Sólo pequeñas desviaciones son toleradas: si un homoide es clasificado en nivel 1, su destino está en las Reservas de los confines exteriores. Si lo es en el nivel 2, será sometido a una estrechísima vigilancia. Y en el nivel 3, le espera la eliminación.En la Reserva de Kamchatka, calificado con 2 sólo había uno. El número 3117. Tiene 24 años y una vida rutinaria dedicada al trabajo, pero algo le ocurre cuando ve a la hembra 3892…
Jefferson sabía que no se hallaba en condiciones de hablar con Eddie ni con nadie. Su situación, por obedecer a Culver, era muy difícil. Había oído hablar de la dureza de Fulton, y estaba comprobando que era cierto lo que se comentaba de él. Enemigo del empleo de pistoleros, ahora deseaba pedir a Culver que el que estaba en el hotel actuara antes de ir a la Corte. O por lo menos, nada más terminar allí. Muerto Fulton, podría defenderse contra la acusación de Ames. Pero, frente al juez, era muy difícil conseguirlo.
Después del ataque que les hicieron en el rancho, tuvo que defenderse, para salvar su vida y la de su embarazada esposa contra dos pistoleros y consiguió matarlos. Esto le creó una fama funesta y dos parientes de uno de los muertos por él le persiguieron durante varios años. Hasta que consiguieron encontrarle en Cheyenne y allí intentaron disparar a traición sobre él.
El alto desconocido golpeó furioso a Savage y le llevó hasta la puerta de la calle como si fuera un pelele a fuerza de golpes que le hacían ir de un lado a otro.
El rostro del dueño del aserradero más importante de Arlington estaba cubierto de sangre.
Le dejó caer ante la puerta de la casa. Se inclinó hacia él y le desarmó.
—¡Hola, Willow! —saludó uno de los hombres que atendían el mostrador del Texas-Saloon, propiedad de Rock Farson—. ¡Puedes beber cuanto quieras, la casa invita! —Es extraño que tu patrón te haya dado una orden como ésa... —respondió sonriendo abiertamente el llamado Willow—. ¡Sabré aprovecharme si es que no me engañas! —Te aseguro que ésa es la orden que nos ha dado el patrón a todos.— ¡Pues comienza a servirme! —exclamó Willow—. ¡Dame una botella de whisky que tu patrón reserva para los grandes acontecimientos! El barman, sonriendo, sirvió lo que Willow pidió.
En el mes de julio de 1848, todos los caminos conducían al Estado de California. Estos veíanse concurridísimos por vehículos de todas clases, hombres a caballo e incluso muchos sin montura.
La noticia del hallazgo de oro en Sutters Mill el 24 de junio, días antes del comienzo de nuestro relato, recorrió los órganos del cuerpo social americano con la rapidez del sistema circulatorio sanguíneo.
En su afán de ser los primeros con las ventajas que esta circunstancia reportaría, los de los Estados limítrofes, especialmente los de Arizona, Nevada y Oregón, lanzáronse al asalto material de la tierra de promisión en que aparecieron cantidades de importancia de metal aurífero y grandes cantidades también de pepitas doradas arrastradas por las aguas de los ríos y arroyos de la privilegiada región que desde Sacramento hasta las fronteras de Oregón y con un ancho de unos setenta kilómetros, aproximadamente, se extendía.
Con las bridas del caballo sobre el cuello, dejando que camine a su albedrío, el jinete, caída la cabeza sobre el pecho, tiene los ojos semicerrados contemplando el pueblo que se extiende a sus pies, hacia el que, por veredas de zigzagueante trazado, le conduce su montura.
El río Shoshone rodea, como en abrazo cariñoso, a Burley. Cerca de donde él pasa, los pastores de ovejas en grandes rebaños la contemplaban curiosos.
El jinete recorrió con la mirada los alrededores boscosos El caballo, sabiamente dirigido, caminó lentamente entre los árboles y por encima de los matorrales de manzanilla seca, que seguían perfumando el ambiente a pesar de su extinta vida de duración tan limitada.
Gordon Lumas es uno de los seudónimos utilizados por José María Lliró Olivé. También utilizó los ALIAS, FIRMAS, SEUDÓNIMOS: Buck Billings, Clark Forrest, Delano Dixel, Gordon Lumas (A veces, Gordon C. Lumas), Marcel D’Isard (grupal), Max (a veces, Mike) Cameron, Mike Shane, Milly Benton, Ray Brady, Ray Simmons (a veces, Simmonds), Ricky C. Lambert, Sam M. Novelista de variados registros, durante la dictadura franquista convirtió la novela de bolsillo en “novela de acción reportaje”, narrando en forma de ficción, los acontecimientos reales que sucedían en Barcelona, durante tiempos de brutal represión y feroz propaganda.
Había pasado el auge de la plata en Silver City hacía muchos años y los ranchos y las granjas iban substituyendo, con su ganado y sus siembras, a aquella locura anárquica por remover la tierra a la menor sospecha de cuarzo argentífero.
Las orillas del río Gila, invadidas durante varios años por pacientes lavadores de arena, permanecían solitarias, aunque se conservaban muchas de las cabañas que los buscadores habían levantado como viviendas, y por estas orillas, bajo los pocos árboles que sobrevivían a la loca tala de los mineros, surgía el ganado que era ahora la principal riqueza de Silver City...
El sheriff , que acababa de ver el peligro tan cerca, perdió toda facultad de palabra y pensamiento y por señas dió a entender que no quería decir nada.
Era hombre que conocía a sus semejantes y sabía que sólo la intervención de Archer había salvado su vida, y dentro de su ser un odio turbulento empezó a agitarse, deseando la más cruel de las venganzas contra todos aquellos que se iban a lanzar contra él segundos antes.
Gordon Lumas es uno de los seudónimos utilizados por José María Lliró Olivé. También utilizó los ALIAS, FIRMAS, SEUDÓNIMOS: Buck Billings, Clark Forrest, Delano Dixel, Gordon Lumas (A veces, Gordon C. Lumas), Marcel D’Isard (grupal), Max (a veces, Mike) Cameron, Mike Shane, Milly Benton, Ray Brady, Ray Simmons (a veces, Simmonds), Ricky C. Lambert, Sam M. Novelista de variados registros, durante la dictadura franquista convirtió la novela de bolsillo en “novela de acción reportaje”, narrando en forma de ficción, los acontecimientos reales que sucedían en Barcelona, durante tiempos de brutal represión y feroz propaganda.
El nombre Walla Walla es el de unos indios que ocuparon el sudoeste del actual estado de Washington y hoy los supervivientes de esta raza de belicoso carácter están en la reserva de los indios Spokane, un poco al noroeste de la ciudad de este nombre.
La ciudad de Walla Walla es una población bonita y bien cuidada en la actualidad, con unos veinte mil habitantes, que vive una vida tranquila, sin recordar los dramas y las terribles luchas sostenidas de 1858 a 1862, parte de las cuales vamos a recoger en este relato.
Las emanaciones de las diversas lámparas de petróleo, el humo de las cachimbas y los cigarros y el polvo del piso al ser batido por docenas de pies en las contorsiones más extrañas, con pretensiones de bailar, formaban una atmósfera tan densa, tan cargada, que no era difícil desde el mostrador, conocer en los primeros momentos a la persona que entrase en el saloon.