Este libro no pretende remplazar las exposiciones escritas que hacen referencia a la historia de la Segunda Guerra Mundial, sino recopilarlas y complementarlas. El autor ha procurado presentar en un primer plano todas las tendencias, circunstancias y acontecimientos que se sucedieron de 1939 a 1945. En ningún momento ha tomado partido por un bando u otro. Ha consultado para su trabajo las más modernas publicaciones editadas en los Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia, España y Brasil.
En este libro Weinberg nos ofrece una magistral visión de conjunto del conflicto, que arranca de sus causas –el ascenso de Hitler, la crisis de Checoslovaquia, los planes de guerra de Japón…-, sigue paso a paso la evolución de los combates, ilustrándolos con una excelente serie de mapas, y analiza, al propio tiempo, el impacto que la guerra tuvo en la vida cotidiana de la población civil. Esta es, en suma, una historia esencial en que uno de los máximos conocedores del tema pone a nuestro alcance los conocimientos fundamentales para entender lo que significó la mayor de las guerras de la historia, que causó sesenta millones de muertos, en su mayoría entre la población civil.
Abel Basti es el biógrafo de Hitler en el exilio. Y en este libro revela importantes descubrimientos sobre el jerarca nazi fugitivo en tierras americanas. Son las nuevas noticias que tenemos del Führer, obtenidas más de setenta años después de que huyó en el marco de un plan acordado entre nazis y estadounidenses. Por solo citar un ejemplo, cuenta la historia de sus guardaespaldas oficiales, uno miembro de la Policía Federal y otro integrante del Ejército argentino, quienes le brindaron seguridad. Y como es habitual en sus textos, el autor combina documentos desclasificados, testimonios inéditos y una asombrosa capacidad para ubicarlos en el tiempo y narrar la historia. «Los sorprendentes datos que a continuación veremos no son comprensibles bajo el formato que la historia oficial nos ha impuesto como verdad absoluta. Pero si analizamos el conjunto a partir de un necesario y secreto acuerdo internacional, que permitió salvar a Hitler y a los nazis, cobran sentido. Pero no nos adelantemos, mejor comencemos, como corresponde, con la primera parte. Habrá mucha tela por cortar.»
Un repaso a la historia y leyenda del antisemitismo: desde la antigüedad al Tercer Reich. Razones y análisis de una persecución. El antisemitismo es una corriente de pensamiento y acción, y una práctica peligrosa que ha pretendido, desde la Antigüedad, eliminar a los judíos de las sociedades llegando hasta el exterminio masivo, más de seis millones, durante la Segunda Guerra Mundial.
En la lectura de esta obra, se explica hasta qué punto constituyen un documento histórico las obras de los historiadores o biógrafos aparentemente anecdóticos de la época imperial. Con la conjunción entre los detalles prosopográficos y la claridad de ideas, se consigue una obra verdaderamente innovadora en el plano historiográfico. En cualquier caso, se trata de un estudio histórico, en el sentido de que analiza las diversas situaciones según las circunstancias de cada época y de cada dinastía. No evita los aspectos biográficos personales, pero los trata históricamente, no como si lo femenino constituyera una realidad eterna sublimada, por encima de las épocas, como ha ocurrido con la historia tradicional o con algunas posiciones reivindicativas, cuando se habla, con intencionalidades diferentes, del «eterno femenino». En cada dinastía se analizan las características propias, pues los estudios de género han de ser igualmente diacrónicos. En este caso, se trata por ejemplo de una clara muestra de las transformaciones de la clase dominante con la introducción de los sectores provinciales de la misma. Si sólo se tienen en cuenta los emperadores y los varones en general no se percibe del mismo modo lo que significó desde el punto de vista social la dinastía de los Severos, donde las mujeres desempeñaron un papel importante en la integración cultural del período, aunque se trata de un fenómeno colectivo; el protagonismo personal es más bien representativo, pero significativo y esclarecedor. Así pues, al tiempo que un estudio riguroso de «Las emperatrices romanas», el libro es un modelo metodológico del estudio de las mujeres en la Historia.
Desde que Castilla miró a poniente tras el descubrimiento y conquista de nuevos territorios en América, inició una expansión imperial que culminó la Monarquía Hispánica y que situó a España como la primera potencia mundial. Durante más de tres siglos, las flotas que atravesaban el Atlántico hacia la Nueva España en una travesía de ida y vuelta, cambiaron la forma de entender el comercio, las comunicaciones y la economía para crear y, sobre todo, sostener uno de los más grandes imperios que los tiempos han visto. Enrique Martínez Ruiz, gran experto en el periodo, realiza un exhaustivo y completo recorrido a través de la historia de las flotas de Indias, elemento capital del Imperio español, para poner en valor y rescatar del olvido colectivo la gran revolución que conectó el mundo y estableció el libre comercio.
Han transcurrido más de sesenta años desde que miles de personas fueran arrancadas de sus hogares y fusiladas tras juicios parciales y sumarísimos, si es que los hubo. Se trataba de hombres y mujeres sencillos, hijos de pueblos humildes, que —sin disparar una sola bala durante la guerra civil— pasaron a engrosar las listas negras del falangismo, para luego ser arrojadas tras sus fusilamientos en la indignidad de una fosa común destinada al olvido. Sin embargo, su recuerdo aún perdura en la memoria de viudas, hijos, hermanos o amigos, testimonios capaces de arrojar un haz de luz sobre los sucesos que rodearon tan ignominiosas desapariciones. Éste es el caso de Emilio Silva Faba, un comerciante fusilado en Priaranza del Bierzo cuyo cadáver estuvo sesenta y cuatro años enterrado a la vera del camino que conducía a su pueblo. Gracias a la tenacidad de su nieto, el periodista Emilio Silva Barrera, su cuerpo pudo ser exhumado de la fosa común donde yacía junto a otras trece víctimas. Su historia no sólo es una más de las de miles de personas cuyos cuerpos están enterrados a lo largo y ancho de la geografía española en fosas olvidadas: permitió a Emilio Silva, a Santiago Macías y a un grupo de antropólogos y forenses crear la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Un organismo que intenta rescatar los cuerpos y las biografías de casi treinta y cinco mil españoles, hombres sin nombre que aún permanecen enterrados en las fosas de Franco.
72 años después del final de la contienda, los allegados de las víctimas siguen buscando a sus familiares, una tarea que el nuevo gobierno del PP tendrá que afrontar
Ciencias sociales, Historia, Divulgación, Deportes y juegos
Rosetta tiene dieciséis años y en su corazón late una pasión desbordante por el fútbol; Giovanna tiene el mismo amor por el calcio, cuya práctica es para ella también un gesto político; Marta, sabia y pausada, está decidida a defender con uñas y dientes su derecho a salir al terreno de juego, igual que la testaruda Lucchi, a quien su padre le prohíbe acercarse a una pelota. Estas son algunas de las chicas que formaron parte de la pandilla de amigas que en los primeros años treinta dieron vida al Gruppo Calciatrici Milanese, el primer equipo italiano de fútbol femenino. Pero en esos años Italia se encontraba bajo el yugo del fascismo, y no estaba preparada para aceptar un fenómeno que pronto empezó a despertar la atención de los periódicos y a desquiciar al régimen. ¿Qué hacían unas chicas practicando un deporte para hombres? ¿Cómo se atrevían a descuidar su «función primaria de madres» para correr detrás de una pelota? Este libro narra la historia de estas pioneras del fútbol, de su amistad, de su lucha contra el Duce y contra los prejuicios de una sociedad envenenada por el fascismo y sumida en una mentalidad machista que en parte persiste a día de hoy. Entre victorias épicas, duras derrotas, aliados inesperados y enemigos acérrimos, estas chicas reivindicaron antes que nadie la igualdad en el deporte y dieron los primeros pasos en un camino, el del fútbol femenino, plagado de injusticias y con todavía kilómetros y kilómetros por recorrer.
Montecassino, 1944. Durante cuatro meses, en una de las batallas más cruentas de la segunda guerra mundial, los Aliados tratan de romper las líneas alemanas en su intento por llegar a Roma. En ese frente no sólo combaten ingleses y norteamericanos, sino también tropas llegadas de otros continentes: hindúes, nepalesas, magrebíes, maoríes de Nueva Zelanda, e incluso un ejército polaco compuesto por ex deportados del Gulag. Y entre los dos fuegos, refugiados junto a algunos monjes en la abadía de Montecassino, están los civiles. Combatientes como John Wilkins, sargento de la División «Texas», el maorí Charles Maui Hira, los hermanos polacos Szer o el judío Samuel Steinwurzel, superviviente de Siberia, correrán suertes muy dispares. A la historia de sus vidas se unen voces del presente: esposas, hijos, nietos y parientes —entre ellos la autora— que van tras las huellas de estos héroes que no siempre relataron a sus coetáneos su asombrosa odisea, hecha de horror y de valentía.
Jaques Pirenne nace en 1891 en Gante, Bélgica, hijo del también historiador Henri Pirenne, y muere en 1972 en Hierges, en su país natal. Fue instructor del príncipe Leopoldo y después rey de Bélgica Leopoldo III, cuya vida compleja acompaña y defiende, ya que este desafortunado rey ejerce durante la invasión nazi después de 1940, desquiciando a este pequeño pero importante país.
Asombra su Historia Universal y sus grandes corrientes por su enfoque original, mas, y seguramente este es su estigma, no se vincula con los enfoques de moda de la época que era la marxista. Pirenne hijo perfeccionó el sistema paterno y lo desarrolló aplicándolo a toda la historia de la humanidad, creando un hilo conductor que le permitió detectar unas corrientes dentro el acontecer del hombre durante los últimos 20 mil años. Con precisión Pirenne analiza la prehistoria del planeta y determina grandes acontecimientos y los interpreta desde la razón económica y su influencia en la concepción de sociedad. Con Pirenne sucede lo mismo que con el historiador universal Durant ya que las culturas quedan emparentadas desde la religión, las ideas y la tecnología dejando al descubierto una continuidad y hermandad asombrosas.
Dentro de la historia que sucede a partir de la invención de la escritura, Pirenne logra explicar la articulación entre las culturas griega y europea con sus rivales periféricos, además de la china o la musulmana. Peca Pirenne en asomarse en su obra hasta la actualidad, perdiendo la sensibilidad que es reemplazada por cierta parcialidad política, comprensible por su vida como belga que vivió dos guerras mundiales, donde su país fue convertido en campo de batalla de las potencias vecinas, reduciendo lo cultural de su análisis a una historia política.
Seguramente por esa imposibilidad de ser vinculado a una escuela dominante y usado en el debate político tan álgido que se dio en la segunda mitad del siglo XX, este autor fue descartado y solo el empeño de las editoriales españolas, que habían traducido esta historia universal en más de 5 reimpresiones profusamente ilustradas, fue que este gran autor no quedó reducido a una atracción exclusiva para sus paisanos.
Francisco Martín Moreno narra en esta obra una cadena de traiciones y maniobras maquiavélicas de los principales actores políticos de México del siglo XIX y principios del XX, con un estilo ágil, ameno y vigoroso, convencido de que es fundamental conocer a fondo la historia de nuestro país, en toda su cruda verdad, para tratar de alcanzar una mayor salud social.
¿Qué es una guerra civil? La guerra civil es una de las formas menos comprendidas de las distintas maneras de agresión humana. Las ideas de lo que son las guerras civiles, y de lo que no son, han tenido una larga tradición de debates académicos y políticos. Cuando se habla de guerra las palabras se convierten en armas y en ocasiones la definición de guerra civil ha dependido de la posición de quien la formula: si era gobernante o sublevado, vencedor o vencido, participante u observador externo. El que un conflicto sea calificado de guerra civil puede ayudar a otras naciones a implicarse o a mantenerse al margen, como ocurrió a lo largo de la Historia en casos como la Revolución americana o la última guerra del Golfo. Sin contar que a veces la política actual en el mundo occidental "parece una guerra civil llevada por otros medios". En Las guerras civiles el profesor David Armitage estudia esta forma de conflictos a lo largo de la Historia: desde la antigua Roma hasta nuestros días, pasando por el Renacimiento, las revoluciones de los últimos cuatro siglos, la guerra civil de Estados Unidos, la de España... A través de pensadores como Hobbes, Locke, Sidney, Clausewitz..., que teorizaron sobre las mismas, establece una genealogía de las a veces nociones erróneas de lo que es una guerra civil. Una herencia intelectual que ha marcado las decisiones políticas tomadas hasta ahora con respecto a las mismas y que debería ayudarnos a pensar en esta forma de violencia en el futuro.
Cuando Carlos III accedió al trono español, el país había disfrutado de un período de paz con sus vecinos europeos.
Conseguidas algunas de las metas italianas, y comprobado el irrealismo que significaba seguir aspirando a ganar la hegemonía dentro del continente, España había admitido en Aquisgrán (1748) la necesidad de aceptar un sistema de equilibrios entre las potencias europeas. La asunción de esta realidad continental fue beneficiosa para los españoles, pues había facilitado a Fernando VI la apertura de una etapa de neutralidad que iba a permitir la recuperación de una parte de las fuerzas interiores. Una política de paz y crecimiento que corrió de la mano de políticos reformistas como Ensenada y de hábiles diplomáticos como Carvajal.
La primera intención de Carlos fue la de continuar con esta política; sin embargo, las cosas no iban a depender de su mero deseo. El contexto europeo de su reinado en nada favoreció sus explícitas aspiraciones de tranquilidad. En nada colaboraron en favor de la paz el progresivo desmantelamiento del Imperio otomano, el fortalecimiento de Rusia y las tensiones interalemanas provocadas por el ascenso de Prusia, rival cada vez más capacitado frente al viejo Imperio austríaco. Y todavía ayudaron menos, los diversos contenciosos que España mantenía con el manifiesto expansionismo mercantil de Gran Bretaña. En los catorce años que median entre los dos grandes conflictos con Gran Bretaña, entre los años 1774-1775, el Norte de África adquirió un cierto protagonismo al tener que soportar la agresión de las tropas marroquíes a nuestras plazas y peñones, al tiempo que se llevó a cabo una inusitada expedición contra Argel, con el mismo resultado infructuoso que se obtuvieron en ocasiones anteriores.
El mundo mediterráneo no fue olvidado por la política exterior Carolina. En el caso de Italia, el Tratado de Aquisgrán de 1748 vino a representar una larga temporada de estabilidad que permitió a los diversos países dedicarse a mejorar su situación interior. Eso facilitó las cosas al monarca español, cuya principal preocupación fue que se mantuviera inalterada la situación existente. Por eso adoptaría durante todo su reinado una actitud protectora de sus queridas tierras napolitanas, así como de los ducados de Parma y Piacenza. Finalmente, en nuestro imperio colonial americano se producen una serie de conflictos que sembrarán la semilla para que en la centuria siguiente se produzca el movimiento emancipador de las mismas. A excepción del levantamiento de Tupac Amaru (1780-1781), los restantes no dieron lugar a grandes enfrentamientos de tropas, si bien se traen aquí como muestra de una situación conflictiva a la que tuvo que hacer frente la corona, precisamente en un momento en el que simultáneamente se enfrentaba a Inglaterra en Pensacola, Gibraltar y Menorca.
En definitiva, la política exterior carolina tuvo siempre como norte principal de su actuación el mantener intacta la Monarquía, con especial atención por el tesoro americano, al que desde el inicio del reinado se trató de preservar ante las demás potencias europeas, sobre todo frente al pujante Imperio británico. Esa necesidad primordial y el hecho de que la dinastía hermana francesa estuviera en idénticas condiciones frente a los ingleses, propició la alianza estructural de la España carolina con el vecino país. Y esa necesidad fue también la que le llevó a Carlos a romper lo que resultaba su deseo más preciado: mantener la paz con el exterior al objeto de invertir todos sus desvelos en el progreso del interior peninsular.
Sin embargo, en el tablero de ajedrez internacional las colonias españolas eran una pieza muy codiciada que debían ser defendidas con uñas y dientes. La economía española no podía permitirse su pérdida y un monarca absoluto como Carlos tampoco. Ya lo dijo al principio de su reinado: nada quiero, pero que nada me quiten. Y para que nada le quitaran no dudó en obtener los recursos necesarios para hacer la guerra.
Este libro es un intento de establecer las principales líneas en cuanto al conocimiento de los aspectos esenciales de la guerra vividos por la sociedad catalana, y por extensión de la española, en un periodo clave de su historia. La guerra de los Segadores y la guerra de Sucesión de España en su frente catalán han sido siempre los dos momentos capitales de la historia de la guerra en la Época Moderna en Cataluña (y de la propia Historia de Cataluña durante dichas centurias), pero el largo periodo que iría de 1652 y hasta 1700, además de los años intermedios de la guerra de Sucesión, entre 1707 y 1712, apenas si han interesado del mismo modo.
Una de las intenciones de este libro es, pues, conocer cómo se percibió la guerra (contra los Borbones, ya estuviesen estos reinando en París o bien en Madrid y París a la vez) desde el Principado a partir de 1652. Y, al mismo tiempo, entender mejor la gestación de lo que podríamos llamar el «problema de Cataluña» desde el punto de vista —y los intereses— de la Corona (estuviese esta bajo el control de la dinastía de los Austrias o los Borbones).
Todavía hoy, la reconcentración de la población durante las guerras de España en Cuba sigue causando un gran debate. Unos ven en la misma el precursor y el origen de los campos de concentración de la Alemania nazi, y otros, el precedente de la antiguerrilla moderna. En estas contiendas ideológicas, a menudo se descuidan las circunstancias históricas. Este estudio presenta por primera vez, y gracias a las investigaciones realizadas por el autor durante años en los archivos cubanos y españoles, la realidad del extenso conflicto colonial que se produjo en Cuba y que no solo se vio reflejado en el plano bélico, sino que también lo hizo en el económico, político y social. Una auténtica historia de violencia y horror en los rescoldos del imperio español.
¿Fue Napoleón, como pretendía, el precursor de la unidad de Europa? Lo que está claro es que sus guerras, que suelen estudiarse como campañas separadas, sólo se entienden plenamente en una dimensión continental, que tome en cuenta tanto la forma en que se combinan entre sí como su relación con el marco de la Europa de su tiempo. Charles Esdaile nos ofrece una 'historia europea' de las campañas napoleónicas en un libro innovador, que ilumina la complejidad de unos acontecimientos que cambiaron el curso de nuestra historia. Para el lector español este libro tiene el interés adicional de mostrarle la Guerra de la Independencia en un contexto internacional que le da pleno sentido.
Una rivalidad científica que dio origen a la era atómica En el siglo XX, el radio, un elemento que en apariencia no reviste características particulares, acabó convirtiéndose en un metal más buscado que el oro: al ser muy pesado, posee un núcleo inestable y radioactivo que alromperse libera una inmensa cantidad de energía, la clase de energía más controvertida que se ha descubiert o hasta lafecha. El autor nos ofrece en este libro el apasionante relato de la rivalidad entre los científicos que investigabanla energía nuclear algunas décadas antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial, y cuyo desenlace cambió el cursode la historia. Marie Curie identificó por primera vez la radioactividad. Más tarde, el equipo de Otto Hahn y LiseMeitner descubrió la fisión. En 1939, el físico alemán Werner Heisenberg se hallaba al frente del proyecto alemán debomba atómica. Y finalmente, en 1942 Enrico Fermi obtuvo la primera reacción nuclear en cadena de la historia. Este libro nos proporciona los elementos necesarios para entender el proceso histórico del descubrimiento de la energía nuclear, a la vez que nos plantea cuestiones de indudable actualidad.
En este libro Carlos Monsiváis nos revela y/o recuerda cuánto nos han legado los liberales mexicanos que en el siglo XIX confrontaron a los poderes político, económico, religioso y cultural que dominaban en nuestro país. 'En el siglo XIX de México suceden, entre otras situaciones, el (desdichado) primer imperio, la ronda de las presidencias malogradas, la invasión norteamericana, la pérdida de una parte (substancial) del territorio, la Reforma liberal, la presidencia de don Benito Juárez, la gran batalla por la definición de lo nacional, las arcas siempre vacías y la mala educación que imparten, por así decirlo, el Padre Ripalda y el odio a la laicidad. Un grupo de liberales talentosos, valientes, lúcidos, construye simultáneamente la literatura y la historia de las nuevas libertades. Al edificar 'casi de la nada' la República, se enfrentan a los poderes constituidos o con ganas de constituirse, a los representantes de la religión organizada, y al analfabetismo y el caos, el 'dúo dinámico' del aislacionismo nacional. Escriben donde pueden y todo el tiempo, toman las armas, redactan las leyes, dirigen secretarías de Estado, viven el nomadismo de la República que cabe en una carroza, resisten al (patético) segundo imperio, atienden al fusilamiento de su emperador y, lo central, están cerca de don Benito Juárez, lo apoyan y lo critican con vigor. Son ellos, entre otros, Juan Bautista Morales El Gallo Pitagórico, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez, Ignacio Manuel Altamirano, Manuel Payno y Vicente Riva Palacio, y sus obras, ahora ya accesibles, son algunas de las grandes herencias ocultas de la nación. Acercarse a su legado es dialogar con una parte primordial de nuestro pasado y, sin duda, de nuestro presente.' -Carlos Monsiváis-
La historia, tan cautivadora como trágica, de Olga, Tatiana, María y Anastasia, hijas del último zar y las cuatro princesas más glamourosas de Europa. Cuatro preciosas jóvenes, tal vez las más admiradas y fotografiadas de la realeza de principios del siglo XX, objeto de incesantes rumores, nacidas en un mundo de «glamour» y opulencia, crecieron ajenas a su destino entre juegos, coqueteos con oficiales del ejército y mascotas… hasta la Primera Guerra Mundial y la Revolución. Pero ¿quiénes eran realmente, más allá de su imagen edulcorada de niñas bonitas con vestidos blancos y grandes sombreros? ¿Cuáles eran sus esperanzas personales, sus sueños y aspiraciones y cómo se relacionaban entre sí y con sus padres? ¿Cómo era su vida como parte de la familia imperial? Helen Rappaport coloca a las cuatro hermanas en el centro del escenario y, basándose en sus cartas, diarios y otras fuentes primarias hasta ahora no examinadas, reconstruye la fascinante personalidad de cada una de ellas, pero al mismo tiempo traza un impresionante retrato familiar y de la Rusia prerrevolucionaria. El 17 de julio de 1918, bajaron al sótano de una casa en Ekaterinburg. La mayor tenía veintidós años, la más joven tan sólo diecisiete. Junto con sus padres y su hermano de trece años de edad, fueron brutalmente asesinadas. Su delito: ser las hijas del último zar.