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Los nombres epicenos, de Amélie Nothomb

Novela, Otros

Un suculento cuento cruel sobre amor, odio y venganza, protagonizado por una hija que jamás contó con el cariño de su padre. Los nombres epicenos son aquellos que, como Claude o Dominique, pueden utilizarse tanto en masculino como en femenino. En esta historia Claude es él y Dominique ella. Él despliega un gran empeño en casarse con ella, y después pone todavía más tesón en dejarla embarazada, sometiéndola a una extenuante disciplina sexual. Al fin logra su objetivo y como resultado nace la hija de ambos, a la que le ponen el nombre de Épicène, tomado del título de una obra teatral de Ben Jonson —contemporáneo de Shakespeare— y que es también un nombre epiceno. Sin embargo, en cuanto se produce el nacimiento del bebé la obsesión procreadora del padre se torna indiferencia absoluta hacia su hija, una niña inteligente que crece envuelta en el absoluto desinterés de su progenitor hacia ella. Entre tanto, Claude y Dominique se han instalado en París, y él, arrastrado por una ambición social que también forma parte de sus empeños obsesivos, convence a su mujer de entablar amistad con una pareja de la alta burguesía financiera formada por Reine y Jean-Louis, cuyas hijas van al colegio con Épicène. Una pareja con la que Claude tiene un secreto vínculo —en forma de agravio— que viene de años atrás… Y así, esta novela narra la historia de un doble rechazo y una doble venganza —una triunfante, la otra destinada al fracaso—, con unos personajes a los que no mueve el amor sino el odio. Nothomb explora con su sagacidad habitual las complejas relaciones paternofiliales y los resquemores del amor no correspondido. Y lo hace construyendo una suerte de perverso cuento de hadas contemporáneo, una fábula cruel, narrada con concisión, precisión y contundencia. Y sobre todo con un derroche de esa suculenta malevolencia con la que una vez más nos deleita en este relato ejemplar.


Los ojos cerrados, de Edurne Portela

Novela, Otros

Los ojos cerrados es una novela de un solo lugar, un pueblo que podría tener cualquier nombre y que por eso se llama Pueblo Chico. Pueblo Chico está anclado en una sierra agreste que a veces se cubre de niebla, otras de nieve, una sierra en la que a veces se pierden los animales, desaparecen las personas. En el pueblo vive Pedro, el anciano protagonista de esta novela, depositario de secretos que rodean a la violencia que ha atravesado el lugar durante décadas. Cuando Ariadna llega a Pueblo Chico por motivos al principio poco claros, Pedro la observa y vigila, mientras Ariadna va desvelando su propia vinculación con la historia silenciada del lugar. El encuentro entre pasado y presente, entre Pedro y Ariadna, da pie a una novela en la que Edurne Portela indaga sobre una violencia que si bien trastoca para siempre la vida de los personajes, genera la posibilidad de crear un espacio de convivencia y solidaridad.


Los papeles de Admunsen, de Manuel Vázquez Montalbán

Novela, Otros

Admunsen, el alter ego de Vázquez Montalbán y protagonista de la novela, es un joven intelectual frustrado entre las demandas alienantes de la sociedad de consumo, la realización personal y la concienciación política. Tras pasar un par de años en la cárcel, su vida transcurre en una serie de intentos fallidos de desarrollarse como escritor, reconstruir su relación de pareja y de evitar las presiones por integrarse en el sistema, hasta que, desencantado, tendrá que decidir si implicarse en la causa o renunciar a sus principios y poner en peligro su integridad moral. «Los papeles de Admunsen» ofrece un retrato mordaz y despiadado de los años sesenta en Barcelona, donde se visibiliza por primera vez en la literatura de Vázquez Montalbán la represión de la dictadura, el desarrollo de una sociedad de consumo, las nuevas ideas, y los cambios en la moralidad y las costumbres, así como el exilio interior del propio autor. Esta edición, revisada y comentada por Jose Colmeiro, experto en la obra de Montalbán, supone una fascinante «caja negra» del escritor que da algunas claves hasta ahora desconocidas sobre su propia vida y anticipa ya su estilo maduro e inconfundible, su ácida ironía y su insobornable crítica social, características genuinas de Manuel Vázquez Montalbán y que confirman que «Los papeles de Admunsen» es un hallazgo de máxima trascendencia.


Los papeles de Aspern (trad. C. Martínez Muñoz), de Henry James

Novela, Otros

Un joven crítico y editor fascinado con la obra del difunto poeta Jeffrey Aspern se entera de que Juliana Bordereau, una de sus musas, vive aún, anciana y aislada, en un palazzo veneciano. Convencido de que conserva cartas y material inédito del poeta, se acerca a ella camuflando sus intenciones y consigue que lo acepte como inquilino. El joven se introduce entonces en un mundo agónico y fantasmagórico, volcado exclusivamente en el recuerdo, que la orgullosa anciana habita con la única compañía de una sobrina suya, una mujer ya madura que no parece haber conocido otra cosa que la reclusión y el legado de un esplendor desaparecido: «Vivimos en un silencio aterrador, dice. No sé cómo pasan los días. No tenemos vida». La presencia del joven trae un poco de «vida» a su relegada existencia, aunque el descubrimiento de que las razones de éste no son desinteresadas ni inocentes dé un turbio e inesperado vuelco a la situación. La idolatración del pasado y la necesidad de protegerlo envuelven a los personajes en una trama maestra de ambigüedades y bajezas, en la que el romanticismo y el materialismo se funden en una relación misteriosamente dialéctica. «Los papeles de Aspern» (1888) es, junto con «Otra vuelta de tuerca», quizá la nouvelle más famosa y emblemática de Henry James.


Los pasos que nos separan, de Marian Izaguirre

Novela, Otros

Esta historia empieza en Trieste, durante la primavera de 1920, cuando Salvador, un joven español que intenta ser escultor, se enamora de Edita, una mujer casada. Son los años en los que el fascismo italiano y el pasado austríaco de Trieste colisionan de manera irremediable. Sobre este fuego y en esta época convulsa se construye el amor de Salvador y Edita. Será un amor eterno y para muchos maldito, por estar construido sobre el peor de los sacrificios. Y en paralelo, corre la peripecia de Marina en la Barcelona de 1979, cuando la Compañía Eléctrica Dharma los veranos en Menorca y la sala Zeleste, capitaneaban la vida emocional de los que entonces eran inconscientemente jóvenes.


Los peces no cierran los ojos, de Erri De Luca

Novela, Otros

Un hombre de sesenta años recuerda el último verano de la infancia en una isla cerca de su Nápoles natal, cuando acababa de cumplir los diez, esa edad en la que la inquietud y el deseo de crecer son muy fuertes, pero topan con el cascarón de un cuerpo todavía infantil. Lejos de la escuela y en compañía de un pescador parco en palabras, el chico va tomando las medidas del mundo que lo rodea, a la vez que aprende el arte de vivir de la mano de los libros de su padre. No obstante, hay una palabra en concreto que se le resiste y le causa rechazo cada vez que la encuentra escrita: "el verbo amar". Mientras lee y hace crucigramas en la playa, una chica del norte que devora novelas policíacas, como hacía su abuela, le llama la atención. Los dos traban pronto amistad y pasan las horas de calor comiendo helados, debatiendo sobre el mundo de los adultos y las pasiones en el reino animal. Su relación despierta la envidia de una pandilla de muchachos algo mayores a quienes se atreve a desafiar, con consecuencias que no serán las esperadas... Pero en contrapartida, su derrota servirá al muchacho para descubrir que las heridas se curan mejor al calor de las historias familiares que le cuenta su madre y al contacto de la mano amiga de una chica, la misma a la que, aun sin comprendelas del todo, dedicará sus primeras palabras de amor.


Los pequeños brotes, de Abel Azcona

Otros, Relato

Los pequeños brotes es una de las obras narrativas más íntimas de Abel Azcona, en la que revisa los acontecimientos que han marcado su vida. A través de relatos breves, Azcona reúne un compendio de experiencias reales que nos permiten comprender mejor la complejidad de un artista inclasificable y controvertido. Un libro muy personal en el que indaga en su trayectoria vital como nunca antes lo había hecho. ' En estas páginas cada brote crece en una tierra impregnada de locura, abandono y soledad. En una tierra seca, muerta y olvidada. En una tierra yerma pero en contraste, pasional y resiliente '


Los peregrinos de Valdejalón, de Francisco Javier Aguirre González

Relato, Historia, Espiritualidad, Otros

Colección de relatos enmarcados en el valle del Jalón, un río afluente del Ebro, en Aragón. Basados en sucesos reales, en testimonios documentados por la Historia y en experiencias personales.


Los perezosos, de Charles Dickens & Wilkie Collins

Novela, Realista, Sátira, Otros

En 1857, Charles Dickens y Wilkie Collins se pusieron a escribir una historia a cuatro manos. El resultado fue esta divertida novela protagonizada por dos profesionales del ocio, dos amigos cuya holgazanería constituye un paradójico acto de rebeldía en una Inglaterra victoriana que ensalzaba la diligencia y la productividad como virtudes rectoras. Como el Bartleby de Herman Melville, el dúo cómico formado por Thomas Idle y Francis Goodchild preferiría no hacer nada, o al menos nada que comporte un esfuerzo demasiado oneroso. Aun así, hilarantes aunque modestas aventuras les salen al paso en sus viajes por los pueblos de Inglaterra. La ascensión de una montaña, un día en las carreras de caballos, un partido de críquet, un trayecto en ferrocarril o la visita a un balneario; hasta la actividad más anodina puede propiciar el encuentro con personajes pintorescos y situaciones disparatadas que acabarán por reafirmar a Thomas Idle en su resolución de «no volver a ser activo nunca más, bajo ningún pretexto y por todo el tiempo que le quedara de vida». Esta deliciosa novela de espíritu cervantino da rienda suelta, a través de digresiones e historias intercaladas, a lo mejor de cada autor: el realismo lírico y la sátira social de Dickens, el misterio y el suspense que con tanto éxito cultivó Collins.


Los periódicos, de Henry James

Novela, Otros

Una pareja de periodistas —jóvenes, inquietos, pobres, enamorados— anda a la caza de la noticia en el bullicioso Londres de principios de siglo. El centro de la atención pública del momento lo ocupa un personaje «universal y ubicuo» que responde al complejo nombre de Sir A.B.C Beadel-Muffet, K.C.B., M.P., y que no es sino lo que Borges habría llamado una de esas «espléndidas nulidades que cruzan los visibles escenarios del mundo». Cuando un día este admirable caballero desaparece, no sólo deja una codiciada vacante en el olimpo de la fama sino que arroja a nuestra pareja de reporteros al laberinto de una investigación cuyo efecto principal será, no obstante, preguntarse de qué manera han podido ellos mismos desencadenar —o hubieran podido evitar— lo ocurrido y sus consecuencias, aparentemente fatales. «Los periódicos» (1903), excelente nouvelle de la madurez de Henry James, pone sobre el tapete cuestiones tan actuales como la notoriedad de lo banal o como la ética del periodista y resuelve con tremenda ironía un caso «romántico» de conciencia privada y opinión pública.


Los pescadores, de Chigozie Obioma

Novela, Otros

A mediados de los años noventa, Benjamin y sus hermanos observan impotentes cómo su padre se ve forzado a abandonar su hogar en la ciudad de Akure por motivos laborales. Pero a medida que la estricta presencia paterna va difuminándose, los chicos dejan de ir a clase para frecuentar el río, lugar prohibido donde un excéntrico adivino les lanzará una aterradora profecía: el mayor de los muchachos habrá de morir a manos de uno de ellos. Lo que sucede a continuación es un relato mítico, trágico y liberador, capaz de transcender las vidas y la imaginación de personajes y lectores. «Los pescadores» plantea una narración universal que desvela toda la riqueza cultural de África y sus contradicciones. Con este impactante y evocador debut, Chigozie Obioma se presenta como una de las voces más originales de la literatura moderna en lengua inglesa.


Los planos de la demolición, de Ángel Álvarez Caballero (El Ángel)

Poesía, Otros

«… Bien, a estas alturas te preguntarás de qué va su obra… Cómo contarlo… Su experiencia, su emoción… Lo más profundo que contarse pueda… La vida, su vida, es relatada y unida a la de sus compañeros de viaje. Siempre llueve sobre mojado… Nadie, y digo nadie, ha contado en este país, de la manera que él hace, las vivencias que a toda una generaciónagarrada a la heroína le ha tocado vivir.En suma: qué crueldad la del muy marrano y, encima, para má inri, cariñoso y tireno; y de remate, para que nada falte y quedes con la boca abierta, talento.No hay más que añadir.»Alberto García-Alix


Los políticos, de Francisco Umbral

Publicaciones periódicas, Otros

Los políticos, mis queridos políticos, andan por aquí y por allá, por el país y por este libro, hierven en comentarios y marean agujas, van y vienen, entran y salen, crecen, nacen, viven, se reproducen y les cesan. Ya lo dijo Adolfo Hitler, mirando el crepúsculo de las ideologías liberales y la decadencia de Occidente, del brazo de Spengler, a través de la Puerta de Brandeburgo: —YO TENÍA UN CAMARADA. Y luego se enjugaba una furtiva lágrima con el revés de la alta gorra de visera. La espuma de los días, que diría Boris Vian —un «starlette» del revival literario—, es lo que recoge este libro con su pululación de hítleres y spengleres nacionales, con su Oswald y su Adolfito de cada día, muy puestos de tervilor aperturista. Van en el apartado que llamo «Los buenos». En otro apartado, que llamo «Los feos», va la gente miscelánea de la prensa, el destape, la vida, la calle, la intendencia y la infantería intelectual. Finalmente, en el apartado «Los malos», van los realmente malos, la oposición más o menos organizada, plataformada, arrejuntada, rupturista, democrática, obrera, convergente, coordinante y carcelaria. Hay de todo. El país, como los buenos «westerns», se divide en buenos, feos y malos. Bueno es Fernández de la Mora, un suponer. Feo es el director de una revista política, sobre todo después que le han afeado unos espontáneos que practican de esteticien fuera de horas. Y malo es Tamames o es Camacho o es Morodo o es Tierno o es la leche. Con estos útiles ejemplos y estas prácticas explicaciones, ya puedes, curioso y desocupado lector, sumirte en la lectura de este libro, que es libro de horas, compendio de una hora de España —ésta—, crónica plural de lo que está pasando y delicado equilibrio inestable al borde de un país que ha tantos años que se viene abajo, por culpa del clásico y, sobre todo, por culpa de los legitimistas con cotización en Bolsa. Para mañana mismo puede ser el sensurround. Esto no dura. Que se lo digo yo a usted. Hemos llegado a una situación insostenible. Que son, ¡ay!, las que más se sostienen.


Los profetas, de Flannery O'Connor

Novela, Otros

Segunda novela de Flannery O’Connor, «Los profetas» constituye un análisis, de fuerza y belleza muy particulares, de las relaciones de poder entre tres hombres de una misma familia —un anciano profeta, granjero y fabricante de «whisky» ilegal, un adolescente iluminado y un maestro angustiado y pusilánime—, a través de la búsqueda fanática de la huella de Dios en la tierra. Perteneciente a la generación de Truman Capote, William Styron, Saul Bellow y John Salinger, Flannery O’Connor posee tal vez la escritura menos amanerada, el estilo más permanente y exquisito de todos ellos y una extraordinaria brillantez de narración.


Los príncipes valientes, de Javier Pérez Andújar

Novela, Otros

El río Besós en el extrarradio de Barcelona, el teniente Colombo, la colección de tebeos Joyas Literarias Juveniles, la «Esfinge de los Hielos» de Julio Verne…, este libro es una esplendorosa evocación, cargada de humor, emoción y abierta poesía, de un lugar y de una infancia: una ciudad del cinturón industrial barcelonés en los años setenta y una familia de inmigrantes. Pero es a la vez un vibrante relato de iniciación a la literatura a partir de elementos en apariencia de aluvión, como los tebeos, las series de televisión, los libros de quiosco o las adaptaciones de los clásicos. Compinchado con su amigo Ruiz de Hita, con el que comparte secretos y lecturas, el narrador recrea las clases de un profesor ex legionario, la pandilla de la escuela, los domingos con su tío Ginés —prototipo del pícaro—, los relatos de una madre que le hablan de un pasado rural para él mitificado, la turbadora presencia de la señora Umbelina, mujer pública, o una noche de Navidad que tuvo algo de fin de una época. En el horizonte se dibujan siempre las torres del tendido eléctrico, las chimeneas de la central térmica, el puente de la autopista y, sobre todo, el río, omnipresente, con su simbología y carga totémica. Pero lejos de ser los testigos de un tiempo inclemente, el de finales del franquismo, todos ellos configuran el escenario mitificado de las lecturas de la infancia. Hasta que el propio narrador descubra también su condición de clase, el compromiso político de sus mayores, y se proponga, a través de la escritura, que el heroísmo de los príncipes valientes no quede enterrado en la despedida de la infancia. Dotada de una invisible estructura interna de recurrencias y asociaciones que avanzan imparables, «Los príncipes valientes» es una magnífica primera novela, original y envolvente, con un final conmovedor, en la que se configura una inesperada cosmogonía de personajes, objetos y escenarios que sólo la literatura, haciendo arqueología del presente, logra salvar del olvido.


Los psiquiatras de Franco, de Enrique González Duro

Divulgación, Historia, Otros

Durante los largos años de la represión franquista, los principales psiquiatras españoles se convirtieron en guardianes de la integridad moral y política del régimen. Sus métodos, ideología y tratamientos parecían más destinados al castigo de los «rojos» y «los otros» que a la curación de enfermos. Los manicomios se erigieron en aquellos tiempos en una institución de orden y para el orden. Lo importante era el mando único y la disciplina patriótica del personal facultativo, auxiliar y religioso, para controlar permanentemente al enfermo internado, considerado como un peligroso enemigo, dispuesto siempre a la fuga y tratado menos como paciente que como objeto de «merecido castigo». En este libro Enrique González Duro, uno de los más destacados psiquiatras españoles, bucea en archivos, remueve documentación y analiza los textos doctrinales de sus colegas franquistas con el fin de sacar a la luz el comportamiento profesional y personal de una parte esencial de la psiquiatría oficial. El resultado, estremecedor, desvela aspectos hasta ahora desconocidos de la barbarie clínica cometida durante años contra los perdedores de la guerra civil.


Los reflejos de la luna, de Edith Wharton

Novela, Otros

Nick Lansing y Susy Branch son jóvenes, atractivos, brillantes: pagan «buenas cenas solo con buenos modales». Nick malvive de un menguante patrimonio familiar y de escribir artículos para una enciclopedia, aunque su ambición es ser novelista. Susy, hija de un padre derrochador ya fallecido, lleva desde los diecisiete años sabiendo «arreglárselas», y viviendo de prestado en las múltiples casas, en Nueva York y en Europa, de sus amigas millonarias. Ninguno de los dos tiene un centavo pero están enamorados y deciden casarse, con la condición de que se separarán amistosamente si en un futuro alguno de ellos encuentra «un partido mejor». Empiezan a celebrar su moderno pacto con una luna de miel en la villa que les deja un amigo en el lago de Como. No tardan, sin embargo, en surgir conflictos de «sensibilidad moral»: ¿se puede ser un parásito de una manera más lícita que otra? ¿Hay límites? ¿La moralidad puede ser sinónimo de arrogancia? ¿Hay vida y amor más allá del dinero y el lujo? Los reflejos de la luna (1922), publicada dos años después de que Edith Wharton ganara el Premio Pulitzer por La edad de la inocencia, plantea estos dilemas a través de una agitada trama de intrigas, humillaciones y malentendidos. Los personajes se verán envueltos en una comedia de enredo pero sin risas: la autora no se burla de ellos, pero los somete con exquisito rigor a dolorosos apuros, a las patéticas tribulaciones del no saber. Y el centro es siempre el temor a la soledad. Wharton aúna en esta novela su característica ironía y su talento para la crónica social de un modo realmente imponente. De ella Allan Dwan hizo en 1923 una adaptación cinematográfica, hoy perdida, en cuyo guión participó Francis Scott Fitzgerald.


Los sabores del gusto, de Alberto Soria

Divulgación, Otros

La implosión del fast food sobre el gusto planetario, sostenida por un torrente de publicidad y mercadeo; la homogeneización de los sabores para eliminar diferencias étnicas y regionalismo imponiendo un gusto global; la cocina banal de chefs mediáticos; pero también la evolución del gusto en la masificación de la cocina, copa y mesa son los temas aquí indagados por Alberto Soria, en tanto estudioso de las tendencias de la vida urbana. Jean-François Revel sostenía que la historia de la cocina no es sino la del hambre y el apetito, las costumbres y el gusto. En Los sabores del gusto Alberto Soria nos ofrece reflexiones para comprender-desde los aromas y sabores-como se mueve, se manipula, adquiere y construyen el gusto en la sociedad contemporánea. Alberto Soria ha publicado en esta serie: Permiso para pecar; Mi whisky, tu whisky, el whisky; Con los codos en la mesa y Bitácora para sibaritas.


Los secretos de la Atlántida, de Andrew Tomas

Divulgación, Otros

Esta obra se propone atraer la atención de los medios científicos y del gran público sobre uno de los grandes misterios de este mundo. ¿Dejó la Atlántida depósitos de oro y otros tesoros enterrados bajo las Pirámides y la Esfinge, como pretende una antigua tradición? Con motivo de la Exposición Internacional de 1964, se enterró en Nueva York una cápsula conteniendo 44 objetos, testigos de nuestra época. Nuestros predecesores históricos pudieron haber actuado del mismo modo, legando a las edades futuras objetos y manuscritos de inapreciable valor.


Los secundarios, de Isabel Bono

Novela, Otros

Rubén y Amalia, en otro tiempo cuñados, coinciden en el portal del descomunal edificio de apartamentos en que viven. No solo descubren que son vecinos desde hace tiempo, sino también que ninguno de los dos se ha sentido nunca protagonista de su propia vida. Por miedo a hacer o hacerse daño, han ido a remolque de los deseos de los demás: Rubén, tratando de encajar en su familia, con el temor permanente a ser rechazado; Amalia, egoísta y mentirosa, compitiendo con su hermana desde niña. Primero por separado y después juntos, intentan poner en orden sus recuerdos, y dar un sentido a lo que han sido sus vidas hasta ese día.