«Memoria de elefante», primera novela de António Lobo Antunes, publicada en Portugal en 1979, es el retrato de una crisis existencial. El protagonista, un psiquiatra residente en Lisboa cuya verdadera vocación es la escritura, cuenta, a través de una voz exuberante, facetas y capítulos de su vida, haciendo hincapié en los aspectos más íntimos y comprometidos. A lo largo de un día y una noche, el héroe y narrador de esta historia pone de manifiesto la voluntad de escucharse a sí mismo, y de este modo hallar definitivamente una identidad perdida tiempo atrás. «Memoria de elefante» anuncia la llegada de un autor que destaca por la originalidad en su forma de contar, y lo que es aún más destacable, un escritor que provoca en el lector una forma insólita de leer.
Crónica social, novela vivísima, acta literaria de este tiempo, Memorias borbónicas es una narración coral (con protagonistas muy evidentes) que recoge el sentir y el vivir de toda una alta clase centralista y privilegiada. Novela de postrimerías, el autor cronifica en ella la decadencia de todas las aristocracias franquistas y la llegada, agresiva y abrupta, de una nueva clase que no es sino, contra lo que esperaban muchos, una «nueva derecha» o derecha exquisita que viene a sustituir no sin crueldad al viejo paleocapitalismo de casi medio siglo. Pero todo esto viene dado por Francisco Umbral no mediante el análisis social o político, sino muy vitalmente, en una novela de gran agilidad y riquísimo entramado, donde la autenticidad de los personajes y la magia deslumbrante del diálogo (magistral, y tan infrecuente hoy, en esta época de malos y pocos dialogadores) nos acerca la verdad de la narración y de la Historia hasta inmiscuir en ella al lector como un personaje más. A este efecto fascinante contribuye el evidente paralelismo entre la actualidad más difundida (o secreta) de nuestra «beautiful» y el texto de Memorias borbónicas, que glosa y pone en pie lo que está pasando ahora mismo, poniéndole a la vida un apasionante argumento que quizá la vida no tiene.
En el condado de Hecate, así como en Nueva York, se suceden historias de amor y de sexo, de ocultación y denecesidad de reafirmación, de arte y de mercadeo despiadado. En ese universo, que oscila entre el realismo extremo y laatmósfera embrujada, y en el que se entra bajo el influjo de la poderosa voz de un único narrador, la naturalidad no eshabitual, los deseos no se cumplen abiertamente y los demonios campan a sus anchas. Memorias del condado de Hecate esun alegórico viaje por la sociedad norteamericana de una época que se oculta tras máscaras públicas y puertas cerradas,y que poco a poco va difuminándose y disolviéndose envuelta en un oscuro halo de pesadilla.
Candidata en varias ocasiones al Premio Nobel de Literatura, Doris Lessing (nacida en Irán en 1919 y residente en Rhodesia hasta 1949) consigue en Memorias de una Superviviente una novela excepcional, inmersa en el ciclo que la autora califica de espacio-ficción. Sitúa a sus personajes en un inquietante futuro en que la barbarie es ya total y cada ser humano se ve obligado a luchar por sobrevivir. Desde un edificio de apartamentos, en la ciudad, frente al parque, la superviviente observa los grupos de adolescentes integrados en bandas destructoras. La gente abandona la ciudad y se reorganiza tribalmente. Las plantas surgen entre el asfalto, los animales domésticos se tornan salvajes o corren peligro de ser devorados. Emily es una niña de tres años que es abandonada en el apartamento de la protagonista junto a su gato Hugo (que es también medio perro). En muy poco tiempo la niña atraviesa las diversas fases de la adolescencia y se convierte en una problemática mujer. Con Memorias de una Superviviente Doris Lessing afirma haber escrito su autobiografía. Al filo de la ciencia-ficción, con una pesimista óptica de futuro, la narración alcanza valores simbólicos. Su autora se sirve de una perspectiva claramente femenina, puesta brillantemente de manifiesto en El Cuaderno Dorado (1962), en el ciclo Hijos de la Violencia (1951-69) y en la tetralogía Canopus in Argos-Archives (1979-82). En su novela La Buena Terrorista (1986) retorna a un espacio narrativo más realista, aunque irónico y demoledor. Memorias de una Superviviente fue llevada al cine por David Gladwell e interpretada por Julie Christie, Leonie Mellinger y Christopher Guard.
El memorialista loco de este libro sostiene que hay que defender deberes y no derechos; que la democracia es el pernicioso sistema electoral de unos corruptos que van tras el botín del poder, pero que le permite por lo menos al ciudadano escoger entre el malo y el peor; que de los tres poderes sobran el legislativo y el judicial pues con el ejecutivo basta ya que puede comprar a los otros dos, como día a día, según él, se está viendo; que las patrias solo traen guerras; que las religiones han impedido el surgimiento de la moral y que por eso siguen existiendo los mataderos y nos seguimos comiendo a los animales; y que entre patrias y religiones han logrado que hoy por hoy estemos en un mundo embotellado y atestado pero eso sí, muy bien cimentado: sobre un arsenal nuclear. Tesis que el lector sensato por supuesto rechazará como despropósitos, pero que le harán gracia dada la forma tan disparatada en que se los han planteado. Convertido en el más poderoso señor del país por un golpe militar que lo catapulta al mando supremo, le rebaja una buena parte de su población con una serie de happenings, como él los llama, dirigidos al fin que él considera el más noble: liberar a su patria, la empecinada Colombia, de sí misma. De las memorias que escribió al abandonar el poder por su propia voluntad y cansancio, no quedó más que un legajo de papeluchos inconexos que le dejó a su sobrina, una editora de libros pornográficos y libertarios que medio los ordenó y les puso título.
Esteban, un ebanista que disfruta construyendo relojes de cuco, se deja llevar por la curiosidad y entra en contacto con el Club de Buscadores de la Montaña. El protagonista y narrador de «Memorias de un hombre de madera» iniciará así un recorrido apasionante tras el misterio de su verdadera identidad. Visión personal y actual del mito de Prometeo, escrita con una prosa ágil que rezuma escepticismo y humor, Andrés Ibáñez ofrece en este libro una historia de sorprendentes giros, que ahonda con interés en las eternas preguntas sobre el sentido del mundo y el hombre, según ha destacado el escritor y académico José María Merino.
¡Ah, si este viejo vagón hablara, la de cosas que nos podría contar! Así debió pensar Eduardo Zamacois cuando se propuso escribir «Memorias de un vagón de ferrocarril», una novela deliciosa, protagonizada por un vagón de pasajeros, dotado de razón y verbo por el autor. No obstante, y si bien es cierto que la voz narradora puede resultar algo peculiar, en cambio su experiencia y su sabiduría acerca de las cosas de la vida son inmensas. Debido a su continua movilidad —primero fue destinado a las líneas que cubren el norte peninsular, luego a las zonas del sur y por último al levante— ese vagón al que sus compañeros de viaje apodan «El Cabal» demuestra haber adquirido un conocimiento muy notable de la geografía española y sus peculiaridades. Pero su fuerte, claro está, son los pasajeros, entre los cuales hay de todo: matrimonios desgarrados por la infidelidad, salteadores de trenes, un torero famoso que viaja rodeado de su séquito habitual, el señorito calavera que se viste de esmoquin y se regala a sí mismo una fiesta pantagruélica (su última fiesta) o la misteriosa dama que se sube al tren en Calatayud y resulta ser una fría asesina. Al cabo de una vida de servicio, por los compartimentos de «El Cabal» habrá desfilado una nada desdeñable muestra de la sociedad española de los años 20 que el vigilante vagón dibuja con trazo amable pero certero. Y dando muestras de una capacidad crítica muy notable, por ejemplo cuando resalta (y conste que la novela es de 1923) esa manía tan española de mantener a las mujeres en una ignorancia total («No lleve a su señora a ver ese espectáculo». «No es un libro para señoras», etc) y al mismo erigirlas en árbitros de «lo que debe ser», por lo que la mentalidad y la moral nacional quedan a cargo de unos cuantos millones de seres prácticamente analfabetos. Claro que como dicen a alimón Zamacois y «El Cabal», «lo absurdo es tan cotidiano que lo de sentido común es lo que sorprende».
¿Cuál es la diferencia entre el bien y el mal, lo justo y lo injusto, lo correcto y lo equivocado? Machado de Assis se pasó la vida ilustrando esta pregunta, que es modulada de manera ejemplar en la primera y más conocida de sus grandes novelas de madurez: Memorias póstumas de Blas Cubas. En ella, hasta la vida es concebida relativamente, pues se trata de un muerto que cuenta su propia historia. Lo que primero llama la atención en la ficción de Machado de Assis es su aire despreocupado en lo que se refiere a las modas dominantes y el aparente arcaísmo de su técnica. Curiosamente, este arcaísmo parece bruscamente moderno después de las tendencias de vanguardia, que también procuran sugerir el todo por el fragmento, la estructura por la elipsis, la emoción por la ironía y la grandeza por la banalidad. Muchos de sus cuentos y algunas de sus novelas parecen abiertas y sin conclusión necesaria, o permiten una doble lectura. Y lo más interesante es el estilo elegante y algo preciosista con que trabaja, y si por un lado parece academicista, por otro sin duda parece una forma sutil de engañar, como si el narrador se estuviera riendo un poco del lector. Su técnica consiste esencialmente en sugerir las cosas más tremendas de la manera más cándida; o en establecer un contraste entre la normalidad social de los hechos y su anormalidad esencial; o en insinuar, bajo la apariencia de lo contrario, que el acto excepcional es normal y el anormal sería el acto común y corriente. Ahí está el motivo de su modernidad, a pesar de su arcaísmo de superficie.
César Vallejo es uno de los grandes nombres de la poesía latinoamericana de todos los tiempos. El mito alrededor de su figura ha hecho que en ocasiones se haya desdibujado la potencia de su obra literaria. La siguiente antología propone una lectura de la poesía y la prosa de Vallejo, aquellos textos que nos permiten conocer al escritor en primera persona. «Me moriré en París» es un repaso a lo mejor de la producción del poeta, ilustrado por Sara Morante a partir de una selección de Víctor Fernández.
Único libro publicado en vida por su autor, «Mensaje», se editó en 1934, un año antes de la muerte de Pessoa, y pronto alcanzó cierta popularidad. Pero al conocerse sus deslumbrantes obras póstumas, este libro quedó en cierto modo marginado. Era difícil en aquella época comprender que si «Mensaje» parecía desentonar en medio de la obra de Pessoa, se situaba sin embargo exactamente en el centro (indefinidamente descentrado) de lo que, con acierto, fue designado como galaxia poética. Hoy, tras más de medio siglo, puede comprenderse que «Mensaje» no sólo asocia las dos poéticas pessoanas, la de la Ausencia y la de la Ultra-Presencia, sino que las lleva a su límite hasta invertirlas. De ahí el carácter no sólo perturbante sino paradójico de tan extraña «epopeya», si el poema merece ese nombre. «Mensaje» era para su autor la proclamación del más apremiante de sus sueños: el de una patria mítica, fuera del tiempo y del espacio, el de un Imperio del espíritu y del alma, construido en esta obra en el círculo del Mito y por ello perfecto como horizonte de todas sus aspiraciones de poeta del laberinto de la vida y de portugués sin más Patria que aquella que en el poema rememora la antigua gloria, la espera del futuro y su resurrección.
Compilación de más de 400 horas de canalización por Barbara Marciniak.
Mensajeros del Alba es un libro sorprendente que nos ofrece las enseñanzas de los Pleyadianos, un grupo de seres iluminados que han acudido a la Tierra para ayudarnos a descubrir cómo alcanzar un nuevo estadio en nuestra evolución. La elección de los Pleyadianos consiste en que los humanos descubramos nuestra divinidad, nuestra conexión con el Creador y con todo lo que existe. Todo está conectado, y aunque no nos demos siempre cuenta, nosotros formamos parte de este todo. Recordando que pertenecemos a la Familia de la Luz crearemos una nueva realidad, un nuevo planeta Tierra. Luminosas, intensas, inteligentes y controvertidas, las enseñanzas de los Pleyadianos son fundamentales para cualquiera que se cuestione su existencia en este planeta. Mensajeros del Alba nos enseña a transformar los obstáculos en señales y comprender su mensaje simbólico.
Cuando en 1999 Almudena Grandes inició una nueva serie de artículos en El País Semanal y quiso dotarlos de un hilo conductor, enseguida pensó que algo tan cercano y fascinante como un mercado de abastos podría servirle como marco ideal para poblarlo con «los humildes afanes y trabajos de la cotidianidad más estricta». Escogió entonces el céntrico Mercado de Barceló , situado en un reconocible barrio madrileño, y lo convirtió en un microcosmos de pequeñas historias, pero también en un infalible sismógrafo sociológico, que recogía indirectamente preocupaciones y tendencias encarnadas en personajes y conversaciones. Cerrada la serie a finales de 2002, este libro reúne una cuidada selección de aquellas crónicas y relatos. Como sostiene la propia Almudena Grandes , a un novelista le basta con observar con detenimiento lo que sucede a su alrededor para descubrir tras cada persona con la que se cruza, o tras cada conversación a la que sin querer asiste, un conflicto o un argumento. Por eso muchos de los artículos de Mercado de Barceló pueden leerse como meros relatos, o como esbozos de una novela coral de historias menudas que aquí sólo se apuntan. Desavenencias conyugales, la dignidad que se adivina tras el maquillaje de una pescadera, la sorpresa de una mujer solitaria cuando por equivocación un hombre la confunde con su mujer, las asociaciones que despiertan un tipo de modestísimas aceitunas... Y por encima de todo, la tiranía del calendario y las festividades, y cómo escaparates, tiendas, vendedores y clientes sufren los vaivenes del año para volver a una inescapable normalidad.
«Cada vez que subo las escaleras del Camp Nou y de pronto veo el fulgor del pasto iluminado, en ese momento que siempre nos recuerda a la infancia, digo lo mismo para mis adentros: hay que tener mucha suerte para que te guste mucho un deporte y te toque ser contemporáneo de su mejor versión. Tengo nostalgia del presente cada vez que juega Messi. Soy hincha fanático de este lugar en el mundo y de este tiempo histórico». Los dieciocho relatos que componen este libro fueron escritos entre los mundiales de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014. No todos tienen que ver con el fútbol, pero los atraviesa una sensación alarmante: la felicidad es tan efímera y vergonzosa como el festejo del delantero que grita el gol sin saber que, a sus espaldas, el juez de línea ha levantado el banderín. «Messi es un perro y otros cuentos» es el cuarto libro de relatos de Hernán Casciari, escrito con los borradores a la vista del lector.
Érase una vez, en una tierra junto al mar, una bellísima mujer llamada Maruzza Musumeci. Se decían muchas cosas de Maruzza, rumores a voces que quizás explicasen por qué a pesar de su belleza no había encontrado aún con quién casarse. Maruzza hablaba en griego con su abuela; no era una muchacha como las demás; parecía el personaje de una fábula; transmitía con sus ojos y su voz la perturbadora sabiduría que traen y llevan los siglos. Maruzza era una sirena. Pero la historia comienza en realidad con Gnazio, que emigró a América y volvió a Vigàta tras veinticinco años de ausencia. En Nueva York trabajó como jardinero y, tras una caída desgraciada, decidió regresar a su Sicilia natal y comprar un trozo de tierra con un olivo milenario del que se había enamorado. Sólo le faltaba una mujer. Maruzza y Gnazio, la tierra y el mar, no vivieron una historia de amor imposible… como tantas otras. Primero fue la boda, después la familia y, año tras año, el milagro de conjurar lo que parecía contrario, para tantos irreconciliable.
El guardabarrera Nino Zarcuto y su mujer, Minica, viven en una modesta caseta amarilla, junto a un pozo y a un olivo sarraceno, en medio de un paisaje árido, acariciado por el cercano mar y por la luz. Se aman, son felices y, tras algunas dificultades, por fin están esperando un hijo. Sin embargo, estamos en 1942 y la violencia es un torbellino vertiginoso que engulle a los dos cónyuges y se lleva al hijo que esperaban. Minica llora, pero es obstinada y sigue queriendo ser madre. Una quimera vegetal le hace creer que puede, como Dafne, convertirse en árbol, echar raíces y dar frutos, y su marido la secunda, amoroso y solícito, con la esperanza de que ese hijo llegue, pese a las sacudidas de la muerte y de la guerra.
Carlos Edmundo de Ory, eterno heterodoxo, creador y demoledor de ismos -postismo, introrrealismo- experimentador incansable del lenguaje poético, aporta una presencia a la poesía española de posguerra, que rehuye cualquier etiqueta, pero que se mantiene viva y al fin, ampliamente reconocida. Metanoia, antología que han elegido al tiempo la paciencia, la sensibilidad y el rigor de Rafael de Cózar, muestra la cronología de un itinerario vital y poético siempre en vanguardia y los frutos, más o menos prohibidos, que ha dejado a su paso.
Viajando por la ruta de mis recuerdos Poema íntimo y grato Vida artificial y antihumana No te canto América Mi proclama Solidaridad con los héroes de la vida La paz busca asilo Metáfora del silencio Pobre yo... yo... Égloga a los colonizadores Qué es ser liberal La niña de mis ojos y de mi corazón Manizales y su epopeya Yo soy el hombre más feliz del mundo Oda a Agripina Montes del Valle Espiritualidad Hace falta un ciudadano Oración a la muerte No te llames hombre El triunfo No te acongojes Una sonrisa no paga taxes Epopeya del inmigrante El trabajo mi segunda casa Oración de un alcohólico Monólogo del perezoso Mensaje de Navidad Recordando a mi madre Sabes que significa un niño La impagable deuda de los hijos Ley paternal Al oído de un madrigal Delirando en dúo Añoranzas por la esposa ausente Proclama personal a Jesucristo Queremos paz Gran Señor de la Casa Blanca Quiero matar la guerra Autobiográfica El Sabio Soy músico, soy poeta, soy educador Payaso triste El hombre del copo de nieve Túnel Poema a la lluvia Pegaso El río Recordando a Julia de Burgos La otra fase - The Night Soneto a Manzanares Hiroshima y Nagasaki Fisonomías de la soledad Poesía El abuelo Aprendiz de hombre Libros amados Nuevo si Homo Sapiens Código moral del ciudadano El abandono de los míos en América Si queremos la paz Tristezas de la ausencia Mi Patria Secuestrada Una encima del poeta a sus lectores Pensando bien para actuar mejor - aforismos
Este volumen presenta un conjunto de cuentos inteligentes e irónicos, protagonizados por mujeres que afrontan un momento de quiebre en sus vidas. Así, entre un ayer más brillante y un futuro incierto y repleto de dudas, los personajes de esos relatos transitan por el presente como funambulistas sobre un fino alambre.
Un libro que estilísticamente rompe con los moldes que anteriormente había presentado la escritora argentina, pero por el que fluye ese caudal subterráneo que atraviesa todas sus historias y que siempre termina por aflorar con una fuerza torrencial.
Kay abandona el hospital tras una grave crisis para enfrentarse a la ruptura con Martin, su marido. Cuenta para ello con la ayuda del australiano que ha conocido casualmente a la salida de la clínica. Ante el desvalimiento y desequilibrio de Kay para afrontar las consecuencias de esta ruptura, el australiano promete prestar ayuda a la joven. Pero tanto el cinismo del exmarido como la ingenuidad del australiano propician el caos. Anna Kavan traza una novela de amor que se transforma en lo contrario, la radiografía de un tormento que lleva a la soledad más absoluta.
Todos los seres humanos tenemos que enfrentarnos a un camino, ese llamado, vida. Donde múltiples veces nos encontraremos con situaciones que sentimos mucho más grandes que nuestras capacidades para lograr superarlas. Ante ustedes tienen esta obra titulada “Mi Camino”, un libro lleno de sentimientos donde abundan los pensamientos, donde encontrarás un camino con baches, un camino lleno de cuestas que algunas veces tendrás que subir y en otras descender. Todos tenemos un camino distinto, sin embargo tú te puedes identificar con este camino, con el podrás sembrar un poco de esperanza en tu corazón, que de tantas injusticias, ha sido testigo. Algunos versos escritos entre lágrimas, otros con una sonrisa en el rostro, buenos y malos recuerdos aguardan cada una de las letras, en este libro plasmadas.