El estudio del mayista da al lector no especializado una visión amplia y sistemática de la civilización maya. Analiza su situación geográfica, la vida económica, su organización social y política, así como sus conocimientos científicos con ayuda de muestras y ejemplos provenientes de textos y fuentes originales.
Los apaches, pueblo del sudoeste de EE.UU., erraron por montañas y desiertos sin abandonar la vida nómada. Carecían de gobierno, adoraban a la naturaleza y evitaban las ceremonias. Divididos en bandas, vivían en sus territorios de caza. Místicos y materialistas al tiempo, creían en fuerzas sobrenaturales y en el 'poder contra los enemigos', que les capacitaba, según la tradición, para derrotar a los adversarios. Se decía que algunos hombres sabios -como Gerónimo, jefe mítico- tenían capacidades adivinatorias. Aunque nunca fueron muy numerosos, los apaches resistieron con éxito a sus enemigos desde principios del siglo XVII hasta finales del XIX. Evitaban las batallas a campo abierto pero si eran acorralados, luchaban hasta la muerte. Valientes combatientes de guerrillas fueron aniquilados por el ejército de la Unión ya que no aceptaron nunca una paz deshonrosa y no se les pudo someter por hambre, a través del exterminio del bisonte. Este libro es la historia de una nación india desparecida. Un pueblo guerrero que, diezmado y enviado a las reservas, nunca perdió su extraordinaria identidad.
Todo aquel que quiera bucear en la historia reciente del Partido Socialista Obrero Español debe leer este libro, elaborado con los archivos personales de Rodolfo Llopis, secretario general del PSOE entre 1944 y 1974 y, luego, del PSOE histórico. Aquella fue una época muy dura, unas décadas de dictadura y de socialistas perseguidos, condenados y torturados: España era un gran campo de concentración, dice el autor de este magnífico documento histórico. Fueron 30 años que discurrieron entre el final de la II Guerra Mundial, al otro lado de los Pirineos, y el hambre, con un régimen dictatorial que sostendría después alianzas políticas con los norteamericanos.
En los años veinte, la comunidad india de los Osage en Oklahoma era la población de mayor renta per cápita del mundo. El petróleo que yacía bajo sus propiedades les convirtió en millonarios: construyeron mansiones, tenían chóferes privados y mandaban a sus hijos a estudiar a Europa. Pero un espiral de violencia asoló esta comunidad indígena cuando sus miembros empezaron a morir y a desaparecer en extrañas circunstancias. La familia de una mujer Osage, Mollie Burkhart, se convirtió en un objetivo principal. Sus tres hermanas fueron asesinadas. Una fue envenenada, otra murió a tiros y la tercera falleció en una explosión. Otros miembros de la los Osage morían en circunstancias misteriosas, y muchos de los que se atrevieron a investigar los crímenes fueron también asesinados. Cuando el número de muertos alcanzó los veinticuatro, el recién inaugurado FBI decidió intervenir y fue uno de sus primeros grandes casos de homicidio. Después de que la investigación resultara un desastre, el joven director J. Edgar Hoover acudió al antiguo comandante de Texas, Tom White, para que desvelase el misterio. White estableció un equipo infiltrado, incluyendo a un agente nativo en el grupo. En este apasionante «true crime», que Martin Scorsese han llevado a la gran pantalla, se revelan nuevos secretos de una de las conspiraciones más siniestras contra la comunidad indígena de Estados Unidos. Como ya hizo en «Z, la ciudad perdida», Grann se sumerge en una profunda y exhaustiva investigación para desvelar uno de los episodios más oscuros y despiadados de la Historia norteamericana.
Los aztecas lograron construir uno de los imperios más grandes de la América precolombina en menos de dos siglos. Poseían conocimientos superiores a muchos de los que se manejaban en Europa, además, contaban con un ejército entrenado para la guerra desde la infancia. Como su destino se hallaba tan atado a unos dioses 'sedientos de sangre', se hallaban obligados a realizar continuamente sacrificios humanos, en los que se incluían actos de canibalismo...Esto no impedía que vivieran en unas ciudades que parecían extraídas de los cuentos de 'las mil y una noches', donde en sus grandes mercados todo se hallaba mejor organizado que en los de Toledo o París. Sin embargo, fueron derrotados, aniquilados, cuando ya 'estaban tocando la gloria'...¿Cómo es posible que medio millar de españoles pudieran conquistar un país en el que vivían más de cinco millones de guerreros? ¿Qué misteriosas fuerzas actuaron a favor de Hernán Cortés y sus hombres? ¿Es posible que Moctezuma y sus sacerdotes hubieran sido capaces de adivinar que iban a ser destruidos por unos extranjeros venidos del Gran Lago (el Mar)? Entonces, ¿por qué no lucharon con más contundencia frente a esos trágicos augurios?Miguel Yáñez Solana contesta a estas preguntas, que junto a muchas otras dan forma a unos enigmas apasionantes, sin olvidar que está contando una historia. Una historia fascinante, en la que el Destino actuó como la losa de una tumba abierta por unas fuerzas sobrenaturales. En efecto, los aztecas fueron magos, nigromantes y aliados de los dioses, lo que no impidió su destrucción... ¿POR QUÉ?
El historiador Fernando Castillo, en Los años de Madridgrado, profundiza en el sentimiento antimadrileño durante la Guerra Civil de los escritores y periodistas del bando nacional, y propone un recorrido por la obra de autores como Tomás Borrás, Francisco Camba, Emilio Carrere, Francisco de Cossío, Concha Espina, Wenceslao Fernández Flórez, Agustín de Foxá, Ernesto Giménez Caballero, Ramiro Ledesma, Rafael López de Haro o Jacinto Miquelarena, para los cuales Madrid se convertirá en el objetivo de sus aspiraciones y de sus frustraciones.
Cualquier persona mayor de treinta años que haya vivido en este país (España) sabe lo que fue el Nodo, y muy probablemente tiene grabada en la memoria su sintonía. Pensar en el Nodo es evocar un tiempo determinado y una serie de imágenes fijadas para siempre en el fondo de nuestras retinas: las tardes de gloria de Manolete, el gol de Zarra, la visita a España de Eisenhower o de Eva Perón, la Guardia Mora, las familias numerosas, el primer Seiscientos, la llegada de las suecas, el yate «Azor», Eurovisión, los «Veinticinco Años de Paz», la boda de don Juan Carlos y doña Sofía, los Beatles con montera y sombreros cordobeses… «El mundo entero al alcance de todos los españoles»: así se anunciaban los Noticiarios y Documentales Cinematográficos, que fueron el programa informativo oficial, auspiciado por el régimen franquista, que se vio en los cines —de forma obligatoria, inapelable— desde el año 1943 hasta una fecha tan tardía como 1981, ya definitivamente superado por el cambio de sistema y por el impacto de la televisión. Pero durante casi cuarenta años, el Nodo representó, más allá de su evidente función propagandística, una forma de ver el mundo y de comunicarlo.
«Después de las guerras de los grandes, vendrán las guerras de los pigmeos», aseguró Winston Churchill. Y así fue: La II guerra mundial fue el último gran conflicto bélico que implicó a las grandes naciones. De los rescoldos de la anterior surgió aquella «guerra innecesaria» —como también la calificó el estadista británico— que levantó en armas a más de cincuenta millones de hombres, se libró en todos los continentes, alteró las fronteras y transformó el mundo modificando sus alianzas y equilibrios y haciéndole pagar un alto tributo en sangre que con el paso del tiempo se revisa al alza: más de sesenta millones de muertos.
Este libro arranca con un bombardeo; el de Guernica, en 1937, y se cierra con otro, con el hongo apocalíptico de Hiroshima. Entre ambos queda el relato palpitante de un reportero excepcional, un recorrido apasionante, riguroso en lo histórico y audaz en el análisis de los motivos. Cincuenta años después del final de la guerra, Manuel Leguineche nos desvela las ambiciones y los miedos de los grandes actores de este gran drama: Hitler, Hiro Hito, Mussolini, Roosevelt, Churchill, Stalin…, aproxima a nosotros el desarrollo de las grandes batallas con el testimonio de los supervivientes; descubre cómo el viejo orden mundial se confeccionó con conferencias como la de Yalta y cómo el horror del Holocausto transcendió el mundo en procesos como el de Nuremberg; nos acerca al nihilismo de los ideólogos del nacionalsocialismo de Hitler y la locura de sus carniceros en los campos de concentración. Un libro en el que el gran reportero se acerca a los escenarios y a los hechos para hacer hablar a sus protagonistas y convertir la historia en una crónica viva.
Estudio sobre la construcción del partido comunista español en el primer franquismo. Esta es la historia de unos años terribles, los del terror del primer franquismo y de la dispersión, en el exilio o en la clandestinidad, de los comunistas españoles derrotados en la guerra civil. Una historia mal conocida que Fernando Hernández Sánchez recupera, en una investigación innovadora, con una rica documentación que le permite superar los mitos de la historia oficial del PCE y mostrar con una nueva luz figuras como las de Jesús Hernández, Pasionaria, Jesús Monzón o Santiago Carrillo. Estas páginas nos cuentan, en paralelo, las miserias de las pugnas internas por el poder y la dramática lucha de los que intentaban reconstruir una organización en el interior, desmantelada una y otra vez por la policía, gracias a la tortura, la delación o la infiltración de confidentes en la dirección del PCE. A fines de la década de los cuarenta los restos del partido se hallaban confinados en las cárceles, dispersos en la emigración o aislados en los montes.
Mi hermano se suicidó por un desengaño amoroso", respondió a las preguntas de los periodistas, un día de finales de enero de 1907, un ciclista llamado André Pottier. Poco antes, el 25 del mismo mes, el vencedor del Tour de Francia del año anterior, René Pottier, se había suicidado después de que su mujer le abandonara y se fugara con su amante. La apasionante historia del Tour de Francia ha estado jalonada desde sus inicios, en 1903, por episodios de leyenda, escapadas épicas, victorias agónicas, accidentes brutales y triunfos gloriosos. El primer Tour fue ganado por un pequeño deshollinador que repetiría triunfo al año siguiente pero que sería descalificado. Fue en 1904 cuando apareció en la prueba el primer villano de la historia del ciclismo, un italiano con un peculiar sentido de la deportividad, una edición en la que hubo peleas, pedradas y hasta disparos. En 1905 la prueba transcurrió con algo más de tranquilidad y fue ganada por un empedernido jugador de cartas y dados que se hizo rico vendiendo flores. En 1907 aparece uno de los grandes sufridores de la bicicleta y uno de los personajes más curiosos de la historia del Tour: un adinerado ciclista que contrató a dos profesionales para que le ayudaran en la carrera mientras disfrutaban de los mejores restaurantes y hoteles a lo largo del recorrido. En 1908 una supermujer, amante de los deportes, quiso participar en la carrera pero Desgrange se lo impidió. En 1909 la victoria fue para un luxemburgués y constituyó el primer triunfo de un extranjero. Fue el año en el que se dio a conocer un auténtico acróbata de la bici y en el que participó el primer español, un aragonés que afrancesó su nombre. En 1910 se pasan por primera vez los Pirineos; el ganador llegó a llamar asesinos a los organizadores. Fue el año en el que se produce la muerte del primer ciclista en pleno Tour, un joven 19 años. En 1911 se escala por primera vez el col de Galibier y el vencedor final fue un auténtico dandi. Y muchas historias más.
Este nuevo y esperado libro de Federico Jiménez Losantos ―el primero que publica desde El linchamiento―, es el mejor y más completo análisis de la larga vida política de Mariano Rajoy y la crítica más acerada de sus años en el poder. De 2003 hasta la actualidad, Federico ha hecho un exhaustivo balance que repasa su larguísima y conflictiva trayectoria en el poder, en la oposición y de nuevo en el poder. Desde que fuera designado sucesor por Aznar, pasando por la masacre del 11-M y los misterios que la rodean ―escalofriante análisis en clave de novela negra― y analizando las dos legislaturas contra Zapatero y la que ha cumplido en el poder, todos los grandes problemas que heredó o creó el propio Rajoy son analizados con lupa y escalpelo. Del separatismo catalán al terrorismo vasco, pasando por la crisis económica, la corrupción de la Justicia o de la Corona, así como los posibles remedios para la nación y sus libertades, nada escapa a la prosa implacable y brillantísima del que es, desde hace años, uno de los creadores de opinión españoles realmente indiscutibles.
Una crónica lúcida y rigurosa sobre unos años cruciales en un país que intentaba dejar atrás el blanco y negro del pasado para instalarse en la modernidad del color. Medio siglo después de «Mayo del 68», los cambios en las sociedades occidentales (sociales, ideológicos, políticos, culturales, estéticos e incluso de formas y estilos de vida) tuvieron en España unas características particulares. Estos fenómenos alcanzan trascendencia en los últimos años de la década de los 60, a pesar de la censura y las restricciones a la libertad. En paralelo a sucesos internacionales impactantes como la invasión de Checoslovaquia y la guerra de Vietnam (y a otros locales como las bombas de Palomares o el «caso Matesa»), se produjeron «revueltas» en varias universidades españolas, convertidas en escenario opositor. Esta obra muestra la conexión entre sucesos, aventuras vitales, detalles íntimos y situaciones cotidianas, además del testimonio de alguno de sus protagonistas, para entender los claroscuros de una época irrepetible.
Toda la aventura intelectual de los países occidentales nos ha familiarizado con el glorioso pasado de la Antigüedad greco-romana. ¿Pero qué sabemos de la existencia de aquellos que la oscuridad de su condición ha condenado al anonimato, a la marginalidad, a la supervivencia violenta? En medio de la vertiginosa vida de los barrios populares de Atenas, Corinto, Alejandría y Roma aparecen, en este libro, las hetairas de alto vuelo y las que se contentan con marineros, los ladrones y los gladiadores, en suma, los protagonistas de la vida cotidiana, turbulenta y exaltada, de los bajos fondos de esas ciudades.
En Los benandanti se estudian los rituales agrarios realizados por un extraño grupo de campesinos de la región de Friul, en el norte de Italia, que se asumen a sí mismos como protectores de las cosechas y de la fertilidad de los campos. Un grupo de campesinos excepcionales que, habiendo “nacido de pie”, salen cuatro veces al año y durante las noches a combatir en contra de ciertos brujos y brujas, armados de ramas de hinojos, combates en los que los enemigos portan cañas de sorgo, y en los que, según el resultado del combate, se decide si las cosechas serán pródigas o no. Después de leer este libro, no es posible continuar sosteniendo la errónea pero muy difundida concepción que considera a la cultura campesina sólo como una simple y burda colección de supersticiones, o de lugares comunes equivocados y de falsas ideas sobre el mundo y la realidad.
Este es un gran libro sobre la guerra y sobre los soldados. Sobre un grupo de soldados, de una edad media de 19 años, que fueron enviados en 2007 a Bagdad para cambiar el curso de un conflicto que se estaba perdiendo. David Finkel, ganador del Premio Pulitzer, se propuso ahondar en la realidad de esta sucia guerra compartiendo durante ocho meses la vida de los hombres del Batallón 2-16 y dando voz a estos «buenos soldados» para que contaran lo sucedido a través de sus experiencias, sus pesadillas y sus decepciones. Como ha dicho Doug Stanton: «Podréis abrir este libro dentro de unos años y decir: Esto es lo que realmente ocurrió». Finkel no ha querido escribir un reportaje ni un alegato contra la guerra, sino mostrarnos el coste humano de una experiencia que acabó destrozando incluso a los supervivientes, conscientes de la inutilidad del empeño y de su fracaso. Los buenos soldados es una obra de hondo calado, de la que Geraldine Brooks ha dicho: «Este puede que sea el mejor libro sobre la guerra que se haya escrito desde la Ilíada». «Brillante, desgarrador y profundamente honesto. Los buenos soldados ofrece la visión más cercana de la vida y la muerte en una unidad de combate del siglo XXI que he leído jamás. Es implacable, inflexible y, a veces, insoportable.» Rick Atkinson, autor de Un ejército al amanecer y El día de la batalla
Esta es la historia de una búsqueda. Y, como sucede en el amor o en los viajes, el destino final es una excusa para recorrer el fascinante camino que nos lleva a él. Entre las hendijas de Buenos Aires hay otra ciudad donde viven matemáticos jubilados, hermanos que no se dirigen la palabra, coleccionistas y parroquianos de los bares de la zona. A esos pasillos fue Brienza a preguntar (Jorge Lanata).
Las amistades peligrosas de las soberanas Las consecuencias de un matrimonio de estado contraído siempre por obligación y nunca por amor, afectaban por igual a reyes que a reinas. Si el monarca buscaba la pasión en alcobas ajenas, es perfectamente lógico que la soberana hiciera otro tanto si bien, salvo excepciones, sus aventuras amorosas han pasado más desapercibidas. El lugar secundario que la gran Historia ha otorgado a las reinas consortes ha hecho las veces de oportuna pantalla tras la que vivir tan inoportunos romances. Pero, aún en penumbra, se conocen una serie de «amistades peligrosas» que muchas veces no pasaron del simple bulo propio del juego sucio político pero que, en otras, se trataron con discreción a causa del interés del monarca por mantener su prestigio varonil y ocultar su incómoda cor namenta bajo la corona. Pese a todo, amantes apasionados, chevaliers servants o enamorados del poder como Beltrán de la Cueva, Godoy, el cardenal Mazarino, Rasputín y tantos otros unen sus nombres a los de soberanas tan emblemáticas como Cleopatra, María Antonieta, Catalina la Grande, e incluso la mítica Sissi.
En 2014, el «detective del arte» Arthur Brand es convocado por su viejo amigo y mentor Michel Van Rijn (un antiguo traficante de antigüedades reconvertido, supuestamente, en colaborador encubierto de Scotland Yard), para pedirle que se encargue de un caso: la puesta a la venta de dos caballos de bronce, de tres metros de altura, que habían estado frente a la Cancillería del Reich.
La hipótesis de partida es que se trata de una falsificación que algún personaje relacionado con los círculos neonazis intenta vender para financiar sus actividades clandestinas y subversivas. Pero Arthur Brand pronto descubre que pueden estar tras la pista de las verdaderas estatuas que, lejos de haber sido destruidas como siempre se había creído, estarían ocultas en algún lugar.
Córdoba fue capital de un reino único, fascinante, grandioso. Nada menos que el reino omeya de al-Ándalus. Siguiendo el hilo conductor de cada uno de sus emires y califas, conoceremos personajes crueles como al-Hakam I, ‘Abd Alla, o ‘Abd ar-Rahmān III; a otros cultísimos como ‘Abd ar-Rahmān II o al-Hakam II; a arribistas como el gran Almanzor, todos con la inmensa ambición de hacer ver aquí renacer el trono que perdieran sus padres en la lejana Siria. Veremos evolucionar la propia ciudad de Córdoba que, de ser una más, pasa a convertirse en la más grande, la más famosa, la más culta de las urbes de Oriente y Occidente. Conoceremos a sabios chiflados como ibn Firnas volando en una especie de parapente; a músicos inmensos como Ziryab; a poetas algo troneras, como el jienense Algazali, representando a su rey en la lejana Constantinopla. El libro lleva al interior de los harenes para ver las luchas de las esposas y concubinas para ganarse el favor del soberano, y también para conocer a unas mujeres cultísimas en mundos cerrados pero sensuales, o crueles, y en todo caso, fantásticos porque a veces eran amadas tiernamente y otras eran tratadas con una crueldad infinita. Contemplaremos unas expediciones militares que los llevarán hasta Barcelona, o Santiago de Compostela, o Pamplona a arrasar y conquistar casi toda España para volver cargados de tesoros inmensos, de cautivos que serán vendidos en los mercados de Córdoba. Y, por fin, rendiremos homenaje a los españoles que lucharon desde dentro contra los invasores hasta el punto de hacer tambalearse el califato. Los veremos morir como mártires cristianos en la Córdoba del siglo IX y en la Alpujarra del siglo X, o como guerrilleros convertidos a la religión musulmana en los picos increíbles de la malagueña Bobastro y en la práctica totalidad de al-Ándalus.
Los campos de concentración fueron la primera pata de un sistema represivo, un holocausto ideológico, que convirtió a toda España en una inmensa cárcel repleta de fosas. En ellos, presos políticos y prisioneros de guerra fueron asesinados, murieron de hambre y enfermedades, padecieron todo tipo de torturas y humillaciones. Los datos son necesarios y las pruebas documentales resultan fundamentales, pero nada tiene verdadero sentido si no somos capaces de entender que detrás de cada cifra, de cada listado, de cada campo de concentración franquista hubo miles y miles de hombres, de mujeres, de familias…