'Como no existen padres sin hijos, Vati, mi papá, cobra vida como tal a través de mis ojos. Yo no existo sin él, y él no existe sin mí.' Una saga familiar narrada con la inocencia de la niña, la osadía de la joven y la madurez de la protagonista. Poco antes de fallecer el papá de Margarita, su Vati, ambos sostienen una conversación en la que él le hace una serie de confesiones, como dando por sentado que su hija conoce los detalles de la historia a la que se refiere. No es así. De hecho, esta última conversación sembrará en ella la inquietud y el deseo de descubrir quién era su papá y, al final, descubrirse ella misma. Basada en datos autobiográficos que la autora completa con la lectura de fotografías, retazos de recuerdos de familiares y un trabajo casi detectivesco, Margarita narra en primera persona la historia de su familia, su historia. Viaja del presente al pasado, de Centroamérica a la Europa de entreguerras, de los campos de prisioneros que se establecieron en Texas en plena Segunda Guerra Mundial, a la Alemania que acepta como moneda de cambio a las familias alemanas centroamericanas.
Franco quiso que el régimen quedara «atado y bien atado» tras su muerte. Pero un año después de su desaparición, el propio régimen desató el nudo sin demasiadas dificultades. La transición a la democracia se produjo mediante la aprobación en las Cortes, el 18 de noviembre de 1976, de la octava Ley fundamental del franquismo, la Ley para la Reforma Política. Los procuradores de las Cortes franquistas votaron a favor de una ley que acababa con el régimen y daba paso a unas elecciones democráticas y un periodo constituyente. En la época, fue corriente hablar del ?harakiri? o del ?suicidio? del franquismo. ¿Por qué los procuradores aceptaron ?suicidarse? políticamente? Esta pregunta no ha recibido una respuesta satisfactoria hasta el momento. En este libro se reconstruye la situación política del año 1976, analizando la correlación de fuerzas entre la oposición y el régimen, así como las reformas llevadas a cabo primero por el Gobierno de Carlos Arias Navarro y luego por el de Adolfo Suárez, y se propone una explicación del comportamiento paradójico de los procuradores.
Madrid 1922 Beltrán Garcés es un joven inspector de policía con una prometedora carrera por delante. Su seriedad, rigor y minuciosidad en el trabajo le han hecho ascender en el escalafón policial. Todo parece irle bien, hasta que le encargan el caso más importante de su carrera. El ministro de Gobernación ha sido asesinado en su domicilio. Todo la sociedad se queda consternada por el trágico suceso. A pesar de su juventud es nombrado responsable de la investigación. Al principio el caso avanza rápidamente, señalando a un sospechoso, pero a medida que avanza la investigación, se da cuenta que en este caso nada es lo que parece ser y que su carrera y su propia vida corren peligro.
Un escritor menor al borde de una jubilación no demasiado brillante, recibe la propuesta de escribir una autobiografía del general Franco. El encargo le parece un sarcasmo. Toda su vida ha sido condicionada, y no para bien, por el dictador, pero el editor aprecia sus cualidades de excelente redactor de libros de divulgación y biografías de personajes célebres. Marcial Pombo, un antifranquista de toda la vida, empieza a escribir como si escribiera Franco, pero de vez en cuando no puede más, replica al autobiografiado, es decir se replica esquizofrénicamente a sí mismo o trata de ofrecer el contrapunto de algunas notas de su vida personal a lo largo de la era franquista. El dictador habla desde la Historia, el escritor teme que la Historia sea tan objetiva con la crueldad de una época que se olvide de sus víctimas y lo reduzca todo a quince líneas de Diccionario Ilustrado. Franco, algunos miembros de su familia y de su entorno profesional y político, muchos de sus adversarios y enemigos, se convierten en personajes de novela sin salir de la Historia. Marcial Pombo finalmente ha conseguido una autobiografía de Franco entre otras posibles. Una obra abierta, una novela, y él es a la vez escritor y personaje. Novela llena de hechos y actos comprobables, históricos y de personajes supuestos. Vázquez Montalbán nos ofrece el esfuerzo narrativo más importante de su vida y de su historia.
Novela de intriga y suspenso ambientada en la América y Europa de transición entre la Edad Media y El Renacimiento y al actualidad. Narra el permanente deseo del hombre de conocer el destino y del poder que tal conocimiento le puede dar. Miembros de la Iglesia en la época de la Inquisición y una secta que se autoproclama defensora de la verdad, luchan por hacerse con unos pegaminos escritos en el año 500 AC, en la ciudad de Nínive, en la antigua Mesopotamia. Los pergaminos, que contienen las profecias inspiradas por el lado oscura y las fuerzas derrotadas en la lucha por el cielo, caen en manos inocentes que deberán salvaguardarlas de quienes la quieren para el mal. Pero ¿Están la la maldad y la bondad en estado puroen alguno de los bandos que se la disputan? Las ansias de poseer los pergaminos y su poder llegan hasta nuestros días, en que miembros de ambos grupos siguen luchando después de mil quinientos años por hacerse con sus secretos. Una pareja, Pilar y Gabriel, teóloga e historiador respectivamente, se ven inmersos en la lucha por azares del destino y deberán buscar la verdad de lo sucedido en el pasado, que puede ser incluso una tarea más dificil que la de predecir el futuro.
«A Veinte Años, Luz» convierte en materia literaria los casos de apropiación de niños nacidos en cautiverio durante la última dictadura militar argentina. A Luz se la cree muerta, y nadie la busca, es ella misma, a los 20 años, quien inicia el camino hacia la verdad. Osorio construye una narración que se lee como un «thriller» y que es, al mismo tiempo, una historia sobre la búsqueda de la propia identidad, descrita con mezcla de ternura y dura realidad, de cálido humor y denuncia implacable.
Si no midiera casi dos metros veinte y tuviera un coeficiente intelectual superior al de Einstein, Al Kenner sería un adolescente ordinario. El día del asesinato de John Fitzgerald Kennedy, sin embargo, su vida dará un vuelco y saldrá a la luz que en el cuerpo de ese gigantón habita un muchacho traumatizado por los malos tratos que le inflige su madre alcohólica, que disfruta decapitando gatos y jugando a la silla eléctrica con su hermana menor, y que ha asesinado a sangre fría a sus abuelos. Después de cinco años internado en un psiquiátrico, rehabilitado y sin antecedentes penales gracias a su extraordinaria inteligencia y sus dotes de manipulación, Al pisará de nuevo la calle. Desconcertado ante el pacifismo y la contracultura de los jóvenes de su edad, esos hippies a los que no alcanza a comprender, y tras ver truncado debido a su altura su deseo de alistarse para ir a Vietnam o ingresar en la policía, Al se convierte en asesor psicológico de la policía de Santa Cruz. Como él mismo afirma, «haber matado confiere una auténtica legitimidad en la comprensión del fenómeno del paso a la acción que siempre será un misterio para el neófito», y está dispuesto a ayudar a poner fin a la ola de crímenes que vive California. Inspirado en un personaje real, Ed Kemper, un asesino en serie condenado a perpetuidad, y narrado como si se tratara de las memorias escritas por el protagonista desde la cárcel, Avenida de los Gigantes es un perturbador autorretrato de un asesino fuera de lo común.
Ibn Sina —conocido en Occidente como Avicena— pasó a la historia como uno de los pensadores más importantes de la Persia del siglo XI. Fue además un reputado consejero político, un hombre proscrito, un amante ardiente y un hombre lleno de interrogantes y de pasiones. Avicena murió a los cincuenta y siete años, al final del largo trayecto que lo llevó a Isfahán —la ciudad sublime— después de haber bebido hasta la ebriedad del saber y del amor.
Cuacos de Yuste, verano de 1558. En la intimidad de los silenciosos muros de un monasterio jerónimo, Carlos de Habsburgo, el que ha sido uno de los mayores emperadores de la historia, siente cómo sus fuerzas se desvanecen, aunque aguanta lo necesario para dejar constancia de sus hechos y memoria más personal y, si vieran la luz, polémica: confesiones amorosas, pasiones prohibidas y traiciones imperdonables. Ay, Isabel salda las cuentas del hombre más poderoso del mundo en su tiempo y la historia de un personaje que vivió una vida intensa, peligrosa y trascendente, pero sobre todo, la de un ser humano que en sus últimos días se enfrenta, más que a la muerte, a sí mismo y a su legado.
La esperada continuación de Tiaztlán: El fin del Imperio azteca.
En esta segunda entrega de La Saga de la Conquista, Basáñez nos muestra una Nueva España desgarrada por sus recientes conquistadores, quienes sedientos de poder y riqueza, a través del sistema de las encomiendas, esclavizan a los indígenas y los tratan peor que animales. Ante este terrible escenario, Ayatli, hijo del viejo Tiaztlán, decide emprender una guerra de reconquista al frente de las tribus chichimecas. Sin embargo, se encontrará con la terrible tragedia de que no sólo deberá enfrentarse a las huestes españolas comandadas por Pedro de Alvarado, sino también a las demás hordas indígenas que están dispuestas a defender a sus déspotas explotadores. ¿Ayatli logrará salir airoso ante tremenda hazaña? ¿Hasta dónde llegará la guerra emprendida por este valeroso guerrero?
Esta novela, galardonada con el Premio Planeta 1973, no es un libro más sobre nuestra guerra civil. Es, ante todo, un extraordinario retrato del que fue presidente de la República española; retrato que, enmarcado en un contexto histórico documentado con minucia y rigor, trasciende el estricto valor biográfico para erigirse en creación literaria de primera magnitud. El autor penetra con libertad e imaginación en la historia y, sin vulnerarla, desvela matices y claroscuros que la simple crónica omitiría; llega así, por caminos de tensión poética, al nudo existencial de su personaje.
Don Manuel Azaña, ya exiliado en Francia y en los últimos meses de su vida, rememora episodios de su acción política desde el drama de Casas Viejas hasta la retirada por lo Pirineos; evoca recuerdos de infancia y juventud, paisajes irremediablemente perdidos, reflexiones filosóficas, afanes literarios, amarguras del exilio; revive sus destempladas discusiones con figuras políticas como Abad de Santillán, Prieto, Companys, Bosch Gimpera, Rojo, Hidalgo de Cisneros, y sobre todo, Negrín; el tenso duelo dialéctico que libran Azaña y Negrín descubre el hondo conflicto íntimo de aquel intelectual escéptico, espectador lúcido y torturado a la vez que protagonista directo del desastre de la República.
En la larga historia de la rivalidad anglo-francesa pocas batallas tan célebres hay como la de Azincourt (o Agincourt). Momento estelar de la historia de Inglaterra, inmortalizado por Shakespeare en su Enrique V, la fama de esta batalla persiste casi seiscientos años después. Ese 25 de octubre de 1415, los hombres de Enrique V, muy inferiores en número y en equipamiento, libraron una encarnizada lucha, en un terreno cenagoso, que —gracias a la pericia de sus arqueros y a la genial estrategia del rey inglés— se saldó con una inesperada victoria inglesa, y una matanza en la que sucumbiría lo más granado de la nobleza francesa. En un relato épico, lleno de ruido y furia, Cornwell sigue los destinos del ejército inglés en pos de una corona que Enrique estima suya, desde el desastre del asedio de Harfleur hasta el campo de batalla de Azincourt. Mediante la historia del joven arquero Nicholas Hook, teje un apasionante relato de muerte y supervivencia, en el que el talento de Cornwell brilla a gran altura.
Azteca está escrita como una serie de cartas que el Obispo Fray Juan de Zumárraga dirige al Rey Carlos V como respuesta a su solicitud de documentar la historia de los habitantes de los pueblos del territorio que hoy es México, basados en relatos de los ancianos. Fray Juan de Zumárraga entrevista a Tliléctic-Mixtli (Nube Oscura), un anciano Azteca que cuenta con detalle la historia de su vida, y con ella las costumbres de su pueblo antes de la llegada de los españoles. El autor vivió durante doce años en México realizando investigaciones para escribir la novela.
Una generación después de la conquista española, esta novela recrea la mítica cultura de dicho pueblo. Cuenta la historia de Tenamaxtli, un orgulloso joven indígena que se niega a doblegarse ante los invasores extranjeros y empieza a reclutar clandestinamente un ejército de insurrectos de entre los supervivientes de su pueblo. En su arriesgada empresa se topará con grandes aventuras, mujeres apasionadas, aliados inverosímiles, esperanzas, ilusiones y amargas tragedias. Impulsado por el sueño de restaurar la antigua gloria del imperio azteca, el joven protagonista llegará a ser una amenaza para la poderosa y aparentemente invencible España.
Galicia, 1853. El invierno más lluvioso de la historia ha destrozado las cosechas y una epidemia de cólera empieza a hacer estragos entre la población. Orestes, el Tísico, el Rañeta y Trasdelrío, el Comido, Tomás el de Coruña y muchos otros rapaces que anhelan un futuro mejor para ellos y sus familias deciden abandonar sus hogares y partir rumbo a Cuba para ganarse la vida en las plantaciones de caña de azúcar. Pero ese viaje les tiene reservado un calvario que sus cándidas mentes jamás habrían sido capaces de imaginar.
Azucre es el relato novelado de la auténtica historia de mil setecientos jóvenes que viajaron a Cuba para trabajar y terminaron vendidos como esclavos por obra de Urbano Feijóo de Sotomayor, un gallego afincado en la isla que, aprovechando la situación de necesidad de sus compatriotas, promovió una campaña de colonización blanca y sustitución de la mano de obra llevada desde África.
Estas páginas estremecedoramente hermosas, hipnóticas y evocadoras, alejadas de informes oficiales y fríos análisis, dan voz a los silenciados de este terrible suceso que en su momento constituyó un auténtico escándalo y que la memoria no puede ignorar.
En plena Primera Guerra Mundial, justo antes de la toma de Varsovia, una mujer se jugaba la vida en el frente. Se trataba de la española Sofía Casanova, la primera corresponsal de guerra de la historia, que escribía sus reportajes para ABC , visitando las trincheras y denunciando la brutalidad de la contienda.
Lejos de la tranquilidad que alguna vez Sofía había imaginado para su vida, se encontraba en Polonia cuando estalló la guerra. La extraordinaria vida de esta mujer empezó cuando, siendo niña, su padre abandonó a su familia y se vieron obligados a mudarse desde su Galicia natal a Madrid. Allí, pronto despuntó en los estudios y frecuentó los círculos más selectos. El día que la conoció el diplomático y filósofo polaco Wincenty Lutoslawski supo que tenía que ser su mujer. Después de un arrebatador noviazgo, se casaron y se marcharon a Polonia, el primero de sus destinos. Pero al cabo de los años, Lutoslawski repudió a Sofía y esta tuvo que buscarse la vida para seguir alimentando a sus hijas.
Se necesita imaginación para suponer que el emperador Constantino, en el año 303, reuniera un pequeño equipo redactor y les encargara escribir los cuatro Evangelios y varios textos más, todos ellos falsificados, con el fin de implantar en todo el Imperio su nueva religión, el Cristianismo.
Pero conforme avanza el relato, el autor se encarga de demostrar que la trama que expone en este libro no es una ficción, ni una invención suya, sino la exacta descripción de lo que sucedió. Para ello aporta pruebas documentales irrefutables, presentes en los propios textos, en los Evangelios y en varios escritos más del Nuevo Testamento. Demuestra que el Cristianismo fue creado en el siglo IV por el Emperador Constantino, siendo Eusebio de Cesarea y Lactancio los autores de todos los libros del Nuevo Testamento.
Este libro es una reconstrucción histórica en forma de apasionante novela , pero si el lector quiere las pruebas puede recurrir a los anexos del libro.
Las investigaciones del autor a lo largo de más de veinte años le permiten afirmar que: «El que miente por escrito se expone a que lo pillen y ahora puedo justificar que Jesús existió, igual que Don Quijote y Sancho Panza: en la ficción ».
« Hay que tener mucho miedo a la verdad para no querer enterarse …».
José Maseda, el protagonista de esta novela, apenas tuvo tiempo de participar en la Guerra Civil debido a su juventud. En el verano de 1941 sentía la misma añoranza de guerra que tantos otros de su generación, y vio en la División Azul la oportunidad de demostrar que podía combatir al comunismo soviético. Sin embargo, la inconmensurable dureza de Rusia le reservaba un destino muy distinto al soñado. Al final de su vida, un anciano Maseda rememora episodios como su viaje en el tren que atravesó Europa hasta Rusia, las batallas en las que participó y los trece años de cautiverio que sufrió en diversos campos de trabajo de la Unión Soviética. Hasta que por fin, en 1954, fue devuelto a España junto a otros prisioneros divisionarios y republicanos en el barco griego Semíramis, uno de cuyos oficiales recordaría: «Cuando dejó de verse en el horizonte la tierra rusa, se quitaron las ropas gruesas y bastas que llevaban y las tiraron al mar. Nadie que lo haya visto podría olvidar aquella escena de casi trescientos prisioneros llorando sobre la cubierta de un barco».
A finales de la década de los 60, el protagonista, un niño de ocho años, se va a San Sebastián a vivir con sus tíos. Allí es testigo de cómo transcurren los días en la familia y el barrio, y de cómo su taciturno primo Julen es adoctrinado por el cura de la parroquia para acabar enrolado en una incipiente ETA. El destino de todos ellos sufrirá, años después, un quiebro. La novela se adentra en un territorio conocido para los lectores de Aramburu, porque aquí está, de fondo, la ETA de sus primeros años, ese movimiento que en vida de Franco se presentaba como un grupo casi romántico que luchaba contra el tirano, y la mayoría estaba muy lejos de adivinar en qué se convertiría pasada una década.
Verano de 1914. Europa hierve, y para la joven y atractiva Felicia Degnelly la vida ya no consiste en cómodos inviernos en Berlín y jubilosos veranos en Lulinn, la gran finca de sus abuelos en la Prusia Oriental, pues su estable y próspero mundo se tambalea cuando estalla la Primera Guerra Mundial. Los quince años que transcurren hasta el desastre del Viernes Negro de Wall Street representan para Felicia horror y caos, pero también riqueza y carrera. Ella ama la vida, el riesgo y el dinero, pero sobre todo ama a dos hombres totalmente diferentes: Maksim, el revolucionario idealista, y Alex, el realista cínico con el que contrae matrimonio. La mimada joven se convierte en una independiente mujer de negocios, que juega fuerte y cae. Sin embargo, le quedarán siempre el profundo apego a su tierra y a la familia, y una inquebrantable voluntad de lucha. Arrebatadores diálogos, sugestivas instantáneas de los centros de interés de aquella época —Berlín, Munich, San Petersburgo— y un acertado sentido del dramatismo hacen de la historia de Felicia Degnelly y de su extensa familia una de las grandes novelas de nuestro tiempo. Una gran saga familiar que se inserta en decisivos momentos históricos y que, por su contenido, guarda cierto paralelismo con Lo que el viento se llevó.