Al morir su abuela, la ociosa vida de Inés se ve alterada por un encargo especial que recibe de ella: encontrar a una señora a quien le lega una casa que ni siquiera sabían que era de su propiedad. Sólo con la información de una carta que le entrega el abogado, Inés, a regañadientes, se embarca en la aventura de viajar al pueblo de origen de su abuela para intentar encontrar a esa mujer. En su propósito conoce a un hipster arrogante que la conduce hasta su anciana abuela, Agustina, una señora que vegeta en su butaca roja junto a la ventana rodeada de magdalenas, y que es pariente de la señora que Inés debía encontrar. Agustina le relata una sorprendente historia del pasado de su familia que cambiará su perspectiva de la vida.
Una historia de amor con pasado y presente, pero con poco futuro, en la que todo no es lo que parece y en la que lo parece tampoco lo es. Felicidades si has entendido algo, porque Moira King no entiende nada de nada.Su pasado amoroso ha resurgido del olvido por capricho del destino, y no va a tener más remedio que enfrentarse a él. Por miedo a decir la verdad, lo único que se le ocurre es contratar a una persona que jura tener más de setecientos años.Se juega la relación con su única hija, con su mejor amigo, con su futuro yerno, con...
Cándida nació para ser un personaje de leyenda y en eso la ha convertido el genio indiscutible de Guillermo Fesser. En estas páginas, en las que el autor ilumina y ordena cronológicamente las delirantes historias que Cándida le ha ido relatando atropelladamente a lo largo de los años, descubrimos a una mujer muy especial que, sin pretenderlo, vive perpetuamente instalada en el absurdo. Y es que la propia vida, a poco que la analicemos con agudeza y sentido del humor, es un completo disparate… más aún si, como a Cándida, las circunstancias nos obligan a desarrollar cierta picaresca que el mismísimo Lazarillo de Tormes no dejaría de admirar. Un inagotable rosario de desgracias… con final feliz. Un libro indispensable para todos aquellos que piensen que la mala fortuna se puede conjurar con muchísimo coraje y, sobre todo, con buen humor.
Tras un accidente que la deja en coma, Victoria decide dar un giro a su vida y comenzar a escribir. Lejos de la capital y de su mundo, se convierte en voluntaria de un hospital. Allí conoce a Santiago, un piloto que se convierte en el amor de su vida. El inconveniente es que él está dormido… Cuando despierta del letargo, los dos descubren que no son dos desconocidos. El amor ha surgido. ¿Será eso suficiente cuando ni siquiera se conocen? ¿Será ese amor peculiar el verdadero? Romanticismo, humor y sentimiento puro son los ingredientes de esta novela.
Malaussène vive en el barrio de Belleville y trabaja como «chivo expiatorio» en unos grandes almacenes parisinos…. ¿Quién es Benjamin Malaussène? ¿Es un santo? ¿Un idiota? ¿Un hombre feliz? El primogénito de una familia curiosa y estrambótica, responsable de un batallón de hermanos, Malaussène vive en el barrio de Belleville y trabaja como «chivo expiatorio» en unos grandes almacenes parisinos. Si un comprador se queja de una mercancía defectuosa o de un fallo técnico, Malaussène aguanta la bronca y las amenazas de despido hasta que el cliente, compadecido, retira su reclamación. Y así, la dirección de la empresa ahorra dinero. Pero unas misteriosas explosiones en los grandes almacenes complican, más si cabe, la ya precaria salud emocional de nuestro héroe.
Ancianas que plantan cara a los jovencitos, vejetes que se drogan instigados por una misteriosa enfermera, comisarios que enseñan a robar… y Benjamin Malaussène tiene que hacer frente a todo ello. Cuando empezó a escribir El hada carabina, segunda entrega de las aventuras de la tribu Malaussène, Daniel Pennac se dijo: «Voy a divertirme dando vuelta a los estereotipos; y no a uno, sino a todos de manera sistemática». Y logró crear una gran novela —premiada en varias ocasiones— en la cual, además de la intriga, brillan la ternura, la profundidad psicológica, el sentido del humor y la denuncia social.
Tercera entrega de la entrañable tribu Malaussène, fue considerada por Le Figaro una de las mejores novelas de 1990. Benjamin Malaussène está harto de ser el chivo expiatorio de la tiránica y genial directora literaria de las Ediciones del Talión: la reina Zabo. Y para colmo de males, ahora su hermana Clara va a casarse con Clarence Saint-Hiver… director de una penitenciaría. Son demasiadas cosas, y renuncia a su trabajo. No por mucho tiempo. La reina Zabo volverá a contratarlo: las ventas del último libro del misterioso J.L.B., el autor de mayor éxito en la casa y al cual nadie ha visto jamás, no están siendo lo que se esperaba. Lo que hace falta es darle un «rostro». El de Malaussène. Escrita con un lenguaje vigoroso en el que los silencios cuentan tanto como los diálogos, llena de humor, aunque por debajo fluya una corriente de fiero escepticismo, en La pequeña vendedora de prosa —considerada una de las mejores novelas de 1990 por el diario Le Figaro, galardonada con el premio Inter y finalista al Goncourt de ese mismo año—, los embustes, las supercherías, la avaricia y los crímenes tienen su contrapartida en la ternura, el amor y la amistad sincera de una tribu pintoresca.
En el barrio de Belleville confluyen todas las razas, todas las edades, todas las lenguas, todas las religiones, todos los colores, todos los perfumes, todos los oficios de tres al cuarto, todas las músicas, todos los frutos, todas las verduras, todas las cocinas de esas colinas del nordeste de París. Es una novela que rebosa de amor a la vida, donde caben locos y cuerdos, y cuyo único enemigo es la sociedad de los pretendidos vencedores, obsesionados por las apariencias, la falsedad y la vanagloria.
La tribu Malaussène y sus allegados tienen el disgusto de anunciarles el próximo enlace de Thérèse Malaussène con el conde Marie-Colbert de Roberval, consejero refrendario de primera clase del Tribunal de Cuentas. Bueno, así es como lo ve Benjamin; opinión no compartida por el resto de la tribu. Pero ¿acaso puede él dejar que su hermanita, su clarividente Thérèse, se case con un perfecto desconocido, un tecnócrata cuyo hermano se ahorcó, el descendiente de una línea de cortesanos delatores y que, por alguna extraña razón, siempre tarda en salir sobre impresionado en las fotos polaroid de Clara? Daniel Pennac había decidido cerrar la saga de esta tribu pintoresca con El señor Malaussène. Pero en verano de 1998 no pudo resistirse a la tentación de recuperar sus personajes y publicó, en el semanario Le Nouvel Observateur, esta historia con el título La pasión según Thérèse. Un relato folletinesco, rocambolesco, donde todas las pistas son falsas y los móviles, imaginarios. Y que depara el enorme placer del reencuentro con viejos conocidos.
Pequeño, el hermano menor de Benjamin Malaussène, despierta una mañana y hace una solemne declaración -«Preferiría a mi papá»-, al tiempo que emprende una huelga de hambre. Benjamin no puede sino alarmarse al verlo palidecer y adelgazar por momentos, y pronto descubre con angustia que ese inocente condicional revela que su hermano padece un bartlebismo galopante. Desgraciadamente, encontrar a su padre no resultará tarea fácil… He aquí, en la novela que completa el sexteto Malaussène, el peculiar homenaje de Daniel Pennac a Bartleby, el escribiente de Herman Melville.
Detrás del desmadrado viaje de vacaciones de cuatro amigos veinteañeros, se esconde una historia de amor. El protagonista, Solo, se suma a la juerga continua y al gamberrismo andante de sus inseparables compañeros tratando de huir del recuerdo de Bárbara, pero cada paso le acerca más a ella, al amor de su vida. La exaltación de la libertad, de la juventud, de la adolescencia eterna termina por recordarles que todo se acaba, que tras las carcajadas asoman las frustraciones.
« Cuatro amigos » es el relato agridulce del final de una época, de una edad. David Trueba reincide con su segunda novela en el contraste de tonalidades, entre la pura comedia disparatada y el más desatado romanticismo, y despliega de nuevo su talento narrativo en un espacio muy poco transitado en la nueva literatura española.
Un científico, su mejor amigo, sus respectivas esposas y el cartero que atiende a la casa, toman una poción y se vuelven inmortales, pero… ven morir a los seres queridos, ven nacer, crecer y envejecer a sus familiares, mientras ellos permanecen eternamente jóvenes, por lo que deciden irse a vivir a una isla desierta. Allí se aburren soberanamente y para poner remedio a esta situación, crean una nueva pócima que les permite ir rejuveneciendo años hasta el momento justo del nacimiento… Como es sabido, nada es perfecto y esto dará lugar a una serie de situaciones hilarantes y equívocos generacionales en las que es posible ver, por ejemplo, a un hijo regañando a su padre por la vida disoluta de trasnocheos y juergas que lleva, mientras él es un señor serio y de costumbres moderadas.
¿Tú qué harías si de pronto un día se te aparece un tío muy atractivo diciendo que es un ángel y que quiere ayudarte a solucionar el mayor problema de tu vida? Lo que parece ser una día normal de trabajo en el cementerio se convierte para Lourdes —florista, separada y con una hija adolescente— en el comienzo de su nueva vida. Mientras se afana en colocar una corona de flores en una de las lápidas recibe la visita de Armand, un hombre que aparte de estar como un tren dice ser un ángel. Su misión: ofrecer a Lourdes la posibilidad de resarcirse de la mala gestión de sus vidas anteriores —principalmente de aquella en la que fue Cleopatra— y recuperar las cuatro esquinitas de su existencia, en especial, el amor de su hija. Comienza así un viaje astral de dos mil años que los llevará a Nueva York, al siglo I a.C., a Colonia, a la Ruta de la Seda, a Pompeya y a Egipto. Solo disponen de cuarenta y ocho horas para conseguirlo. 'Fernando Méndez' (1964), periodista y escritor español nacido en Buenos Aires. Es uno de los periodistas de investigación más premiados de España. Recibió, entre otros, el Premio Nacional Reina Sofía de Periodismo y el Premio Xunta de Galicia sobre Drogodependencias. En sus veinticinco años de experiencia profesional trabajó en los diarios Faro de Vigo y La Región, en las áreas de judicial, sanidad y sociedad. Colaborador de prensa, radio y TV, fue jefe de prensa y director de comunicación en diferentes instituciones de Galicia. Es máster en Drogodependencias y miembro de FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España). 'Cuatro esquinitas tiene mi cama' es su primera novela en castellano, con la que inicia la innovadora senda del humor espiritual. Una obra para sonreír e ilusionarse.
Cornelius Christian regresa a Nueva York luego de un tiempo en Europa. Cuando desciende del barco, solo lleva su equipaje y el cadáver de su esposa. Sin dinero para afrontar los gastos del entierro, se ve forzado a aceptar un trabajo en la funeraria de Clarance Vine, una especie de dandy apasionado por su oficio que se empeña en ver en él excepcionales condiciones para el negocio de la muerte. En una de las salas de la funeraria, Cornelius conoce a la bella Fanny Sourpuss y a los millones que le acaba de dejar su marido muerto. A partir de entonces, se precipita una catarata de situaciones hilarantes, llenas de erotismo y crueldad, pero también de ternura. Cornelius Christian deambula por una Nueva York tan inmensa como su tristeza, observando la condición humana en todo su pathos cómico, provocando constantemente a la vida a través del desastre, burlando y haciendo estallar las convenciones de una sociedad que se aferra a valores en los que ya no puede creer. Un libro vital, poderoso e irreverente, divertido y trágico a la vez. "El héroe de Donleavy es un sinvergüenza obsceno, sin escrúpulos, irresistible y conmovedor que conversa y se pelea con el caos de Nueva York... Donleavy atrapa hábilmente todo, desde el estilo de vida y la muerte estadounidense hasta el sexo y la vida en la ciudad, el fracaso, el éxito, la pobreza y la riqueza, la soledad y el amor... ¡Un gran viaje en montaña rusa todo el camino!" ( Philadelphia Bulletin). "Escandaloso... eléctricamente vivo... el mejor libro de Donleavy" ( The Washington Post).
Un canon cuentístico de la narrativa argentina no podría soslayar (acaso junto a Borges y a Cortázar) la obra de Abelardo Castillo. No poco se ha dicho de estos mundos reales y siempre fracasaron los intentos de clasificarlos. Lo cierto es que Castillo recurre a una tradición sólo para reinventarla, para deshilvanar, en esquirlas de la misteriosa lucidez, la trama de lo real. «Hace años vengo sintiendo que mis cuentos pertenecen a un solo libro, Los mundos reales, único libro de cuentos que comencé a inventar antes de los dieciocho años, que crece y se modifica conmigo, y en el que encarnizadamente trabajaré toda mi vida». Así alude el autor a su incesante obra. Estas páginas urden su propio mundo. Son espejismos que arrastran al lector hacia una luminosa celada. Ensimismarse en ella es la gozosa experiencia que reduce a cero la frontera entre ficción y realidad.
Abraham Valdelomar (1888-1919) es un caso excepcional dentro de la literatura peruana. Elogiado y atacado en vida como ningún otro escritor de su país, estuvo decidido a triunfar en su medio para lo cual no dudó en adoptar posturas desafiantes y escandalosas a la manera de Oscar Wilde, a quien seguramente quiso imitar. Sin embargo, detrás del decadentismo que solía mostrar en público y su apego a las frases brillantes e irónicas, se descubre un auténtico temperamento artístico, lleno de sentimiento y nostalgia, que se manifiesta en sus mejores poemas y relatos. Este volumen de ‘Cuentos completos’ mantiene la clasificación, establecida por el mismo autor, en «Criollos», «Incaicos», «Fantásticos», «Cinematográficos», «Chinos», etc. De estas categorías, Valdelomar trabajó especialmente la primera y la segunda, con relatos que reunió bajo los títulos de ‘La aldea encantada’ (1914, no llegó a publicarse; aparecieron luego en ‘El Caballero Carmelo’, 1918) y ‘Los hijos del Sol’ (póstumo, 1921), respectivamente.
Alberto Laiseca publicó su primer cuento, «Mi mujer», bajo el seudónimo de Dionisios Iseka en el diario La Opinión el 19 de agosto de 1973, aunque su escritura estaba fechada casi dos años antes (29 de Octubre. 1971). Las páginas que el suplemento cultural le dedicó al joven escritor incluyen el anticipo de dos capítulos de la novela «Su turno» (que, por razones de mercado, fue publicada por decisión del editor con el título ampliado de «Su turno para morir») y una nota de presentación sin firma que reproducimos a continuación, antes de «Mi mujer», rescatado en hemeroteca para el volumen de «Cuentos Completos». El volumen, merecido homenaje a uno de los escritores más originales de la literatura contemporánea, recopila todos los cuentos que integran sus tres colecciones anteriores («Matando enanos a garrotazos, Gracias Chanchúbelo, En sueños he llorado»), otros publicados en antologías y quince inéditos escritos en los últimos años.
Los cuentos de Evelyn Waugh son la muestra concentrada de su genio cómico. Revelan con una perfección en miniatura todos los elementos que hacen de él el mayor escritor cómico del siglo XX. En las treinta y nueve historias que se recogen en este volumen se hallan concentrados el conocimiento del mundo, la ternura, la compasión y el idealismo complejo, desengañado y sin embargo convincente característicos del autor. Entre ellas, encontramos pequeñas obras maestras como «La breve salida del doctor Loveday» y «La Europa moderna de Scott-King»; un final alternativo a la novela «Un puñado de polvo», un capítulo perdido en la vida de Charles Ryder, el héroe de «Retorno a Brideshead» y dos historias relacionadas entre sí que formaban parte de una novela abandonada considerada por Waugh como su mejor obra. «Waugh es un maestro del comienzo con garra, del humor expresado como quien no quiere la cosa, de las situaciones maliciosamente irónicas, y se vale del lenguaje con tal elegancia que este volumen debería servir, en un momento de renovado interés por el relato corto, como manual de las infinitas posibilidades del género». «Publishers Weekly»
La Villa de la Singularidad es un pueblo ficticio de la serranía andaluza, en él se dan la manos sacerdotes que practican el secreto el vudú, zombies, abducidos con un deseo sexual irrefrenable, labriegos que se depilan las cejas y un futuro Premio Nobel de Física. La vida de estos personajes está llena de asesinatos, investigaciones policiales, adulterios e historias de amor y desamor. Estos elementos caóticos y muy divertidos son los que componen Cuentos cuánticos una reunión de siete historias independientes, siete relatos cargados de humor, que pueden leerse como pequeños cuadros en la vida de “Pedrote” un niño inquieto e inteligente que se ve envuelto en estas locas aventuras.
En tiempos muy lejanos, para amenizar las reuniones, era costumbre relatarse historias los unos a los otros. Aquellas narraciones orales, muchas de las cuales llegaron a abrirse camino hasta formar parte del dominio público, reflejaban el modo de vida de la sociedad de entonces. Eran cuentos sexistas, discriminatorios, injustos, culturalmente tendenciosos y denigrantes, para las brujas, los animales, los duendes y las hadas de este mundo. Afortunadamente, James Finn Garner ha rescatado aquellas narraciones clásicas (Caperucita Roja, Blancanieves y los siete enanitos, etc…), contándolas de nuevo con un delicioso sentido del humor y de un modo mucho más aceptable para la sociedad de nuestros días, libre por completo de tendenciosidad y limpio de las influencias de un pasado culturalmente sospechoso, a años luz de la perfección que ampara todo lo políticamente correcto.