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Bolsilibros - Selección Terror 182. Terror en escarlata, de Ada Coretti

Terror, Novela

Ella estaba ya, inevitablemente, inapelablemente, en poder de su asesino. Se quedaría sin saber quién era. Sólo supo, al levantar los brazos y adelantar las manos, que llevaba el rostro cubierto con un pasamontañas de lana.No pudo hacer nada por impedir que el afilado puñal, cuya punta le heló la piel y la sangre a un mismo tiempo, traspasara su epidermis, rasgara su carne y se alojara entre su cálida y temblorosa carne, muy cerca del corazón. No, no era el corazón, porque ella seguía viviendo y nadie vive con el corazón partido. Pero el asesino, pródigo en la maldad de sus instintos, no tuvo el menor inconveniente en repetir el golpe.Y esta vez sí dio donde quería dar...Notó que la vida se le iba del cuerpo, que los latidos se le apagaban dentro del corazón, que su mente se perdía en la nada... En la nada, que no es otra cosa que la muerte. Era el final. Adiós vida...


Bolsilibros - Selección Terror 184. Los vampiros nunca mueren, de Curtis Garland

Terror, Novela

—Sí, señor —asintió Carpenter, ausentándose, tras dirigir una mirada inquieta al gran bloque de hielo, que Bjorn y el comandante conducían, ahora, hacia el mayor edificio del campamento, el destinado a conservar los alimentos y medicinas de la expedición.—Es curioso... —oyó Carpenter comentar a alguien, mientras se encaminaba al edificio de las cocinas, en busca del inglés Miller y el americano McKern—. ¿Habéis visto a ese tipo sepultado en el hielo? Yo me decía, apenas le vi, que me recordaba a alguien, pero no sabía a quién... Ahora me he acordado, y no deja de ser gracioso, muchachos. ¿Sabéis a quién me recuerda el desdichado? Nada menos que a Drácula...Carpenter no pudo reprimir un repentino escalofrío, aunque no dejó de caminar hacia las cocinas, situadas al otro extremo del campamento...


Bolsilibros - Selección Terror 185. Destino de lobo, de Clark Carrados

Terror, Novela

Se oyeron unos extraños ruidos en la planta baja. Algo derribó una vasija, que se rompió, con un estrépito que casi hizo gritar a la muchacha. Se oyó un extraño gruñido.—No tema —dijo.De pronto, unas zarpas arañaron la puerta. Al otro lado de la madera, se oyó un feroz gruñido.—El lobo —exclamó.—Sí.La fiera gruñía. Estaba hambrienta. Percibía el olor de la carne y se sentía impotente para romper aquel obstáculo. Al cabo de unos minutos de vanos esfuerzos, la fiera desistió. Un largo aullido de rabia brotó de su garganta.Los ruidos cesaron. Corrió hacia la ventana.El lobo, enorme, siniestro, trotaba por la calle en busca del campo abierto. Se imaginó muchos pares de ojos contemplando la temible figura, llenos de pavor...


Bolsilibros - Selección Terror 186. La calavera viviente, de Ada Coretti

Terror, Novela

—No sé decirle más, pero la verdad es que me encuentro muy asustada.

—Asustada, ¿de qué? Concréteme.

—Ya se lo he dicho. De ellos tres, o tal vez sólo de uno de ellos, no sabría especificárselo. Lo único cierto, concreto, es que desde que han aparecido en el caserón, allí dentro se masca la... la...

—¿La qué? —volvió a inquirir Roy.

—La muerte.


Bolsilibros - Selección Terror 187. Viaje al Horror, de Curtis Garland

Terror, Novela

«Los primeros sucesos extraños comenzaron a hacer su aparición a bordo el tercer día de travesía.Llegó el primero de los incidentes que iban a marcar la escalada hacia el terror y la muerte, a bordo del bergantín goleta que navegaba majestuosamente, ondeando la enseña británica en su popa.El grito les sobrecogió a todos, quizá porque no lo esperaban. Pero quizá, también, por su agudo tono estremecedor, que hablaba de angustia, de pánico acaso.Era un grito de mujer, que conmocionó toda la nave. Y procedía de algún punto en la cubierta».


Bolsilibros - Selección Terror 188. El carnaval de los muertos, de Burton Hare

Terror, Novela

—Espera —murmuró—. Hay sangre aquí.—¿Qué?—La sangre tiene un olor peculiar..., un olor dulzón, a cobre viejo...Impresionado a su pesar, Campbell sacó el revólver y tanteó la pared a un lado de la puerta. Sus dedos se cerraron sobre el interruptor de la luz.Cuando la lámpara del techo brilló, las huellas sobre la alfombra blanca resaltaron como pintadas en vivo color rojo.El policía contuvo el silencio. Tras él, Max gruñó: —Esas huellas son de mujer... y vienen del dormitorio.—La escena se repite, Campbell..., corregida y aumentada.Cierran la puerta y tratan de no pisar ninguna huella. Avanzaron uno tras otro. No se sorprendieron demasiado al ver el horrendo cuadro del dormitorio, y aquel nuevo mar de sangre que lo inundaba todo procedente de la garganta devorada de un hombre que se había hecho matar justamente en lo que fuera un nido de amor...


Bolsilibros - Selección Terror 190. El pánico invisible, de Curtis Garland

Terror, Novela

—George, ¿por qué hiciste vaciar la sepultura de tu primo Duncan? —preguntó de repente—. ¿Te lo ordenó su hijo, acaso?Algo ocurrió en George. Se irguió, asustado. Sus ojos se desorbitaron. Comenzó a temblar. Miraba en torno, como si el visitante no le importara. Otra vez aquel vago terror a lo desconocido, mencionado por el psiquiatra, asomaba a su rostro.—No, no... —jadeó—. No puedo hablar..., ¡No debo hablar! Nadie debe encontrar jamás al hijo de Duncan… Lo sé, Duncan, ¡lo juro! ¡No, no te acerques a mí! ¡No me pinches con alfileres! ¡No me toques, no me tortures más! ¡Duncan, por el amor de Dios! ¡Perdón, perdón! ¡Juro que me arrepiento! ¡Me arrepiento de haber reclamado tu cuerpo para quedarme con tus cosas! ¡No, Duncan, no! Déjame solo... ¡No oprimas mi cuello, no me asfixies, por el amor de Dios...!


Bolsilibros - Selección Terror 191. El muerto acude a la cita, de Alf Regaldie

Intriga, Terror, Novela

Beth se dio cuenta de que un ser destacaba del fondo más oscuro de la puerta y avanzaba lentamente hacia ella.Veía su rostro pálido, el cual presentaba un aspecto fantasmagórico.Pero no se dejó impresionar por ello y disparó, primero un cartucho, luego otro.Recibió la impresión de que el extraño ser era sacudido por los dos disparos.Pero no cayó al suelo y prosiguió su lento e inexorable avance.El supuesto fantasma rió de manera tan extraña, que llegó a impresionar a la rubia Beth.


Bolsilibros - Selección Terror 192. Rue Morgue, 13, de Curtis Garland

Terror, Novela

Esta nochevolveré a salir a la calle. Volveré a buscarla. Sólo me detendré en algunataberna, mientras tenga algún franco para gastar en bebida. Y a seguirbuscando. Hasta el fin. Hasta mi propio fin. Pero vale lapena. Sí, vale la pena... Si todo volvieraa suceder. Si se volviese a repetir aquella noche o aquellas mil nochesperdidas en el tiempo... Cuando yosalía de aquella taberna de..., de no sé qué calle ni qué barrio de París,rodeado de unas chicas que reían, colgadas de mis brazos, esperando el fin dela alegre velada con el generoso, joven y atractivo inglés recién llegado aParís... Entoncescomenzó todo. La pesadilla, el horror... Y también el rayo de luz que iluminómi vida, por contraste, en medio de las más terroríficas tinieblas imaginables. Fue entonces.Aquella noche que no sé cuándo fue. Pero que ya no he podido olvidar jamás...


Bolsilibros - Selección Terror 193. Algo horrible en la ciénaga, de Clark Carrados

Intriga, Terror, Novela

—Lo único que les diré es que ya no puedo morir. Si mematan, ustedes vendrán a reunirse conmigo algún día. —¿Cómo se comprende eso? —exclamó Faith, aprensiva, perodesconcertada —. No puede morir, pero admite que podemos matarle... —Mi querida señora Deedin, lo que acabo de decir es demasiadoelevado para su intelecto de mosquito —respondió Raddison con acentosarcástico—. Por tanto, dejaré que lo comprenda... cuando llegue el momentooportuno y, repito, vendrá a reunirse conmigo. —Estamos perdiendo el tiempo —dijo Logan, colérico—. ¡Palabras,palabras, palabras; eso es lo único que hemos conseguido en cinco años! —Entonces, ha llegado ya la hora —exclamó McCain.


Bolsilibros - Selección Terror 195. Pacto… ¡Después de morir!, de Curtis Garland

Intriga, Terror, Novela

A fin de cuentas... ¿quién puede olvidar que está conviviendo entre unas personas respetables... y, sin embargo, una de ellas... es un asesino?Yo lo sabía. Lo sabían otros. Esa noche se había desvelado una parte del siniestro misterio, y todos estábamos enterados de que en nuestro reducido grupo de buenos amigos, uno era un criminal despiadado.¿Quién?No lo sabíamos. No podíamos saberlo. El único informe existente hablaba de... de un maníaco, de un loco peligroso. Más aún: de un psicópata que había resuelto ensangrentar aquellos días de vacaciones en el castillo. Un monstruo humano, capaz de atacar cuando menos lo esperásemos todos. Además, desconocíamos sus razones para ese ataque... si es que realmente las tenía.Y, por otro lado... ¿quién, de entre nosotros, podía ser ese maníaco asesino?


Bolsilibros - Selección Terror 196. La fábrica de cadáveres, de Clark Carrados

Intriga, Terror, Novela

El rostro de Charlotte era el de una vieja que hubiese llegado a centenaria. De la belleza que había sido su orgullo pocos meses antes, ya no quedaba el menor rastro. Varios dientes se desprendieron súbitamente de las encías y cayeron al suelo, con tétrico repiqueteo.El ascensor se paró en el vestíbulo del edificio. Las personas que estaban aguardando entrar, se vieron arrolladas de súbito por una enloquecida estampida de hombres y mujeres, capitaneados por el ascensorista, que huían frenéticamente, profiriendo agudísimos gritos de terror.Un conserje había reaccionado y guió a dos policías hasta el ascensor. Sentada en el suelo, con la espalda apoyada en la pared, había una mujer, con los ojos desmesuradamente abiertos. Era una vieja que debía de tener lo menos cien años, supusieron los policías.


Bolsilibros - Selección Terror 198. El diabólico doctor Zaroff, de Ada Coretti

Terror, Relato

De todos modos, la muchacha vio perfectamente la pierna que surgió de entre los árboles. Una pierna enorme, descomunal… Sólo podía corresponder a un auténtico gigante… ¡Tenía varios metros de largura y una anchura enorme, y una fuerza, sin duda, demoníaca!Esa pierna impidió que la joven pelirroja prosiguiera su precipitada carrera. Esto lo primero. Luego levantó el pie, de uñas muy crecidas, tan curvadas que casi parecían garras, y de un pequeño golpe la derribó. Ciertamente no hizo falta más. Seguidamente colocó la planta del pie encima del pobre cuerpo que gemía y jadeaba de puro pánico, y pisó fuerte, con todo el peso de su cuerpo.Bastó y sobró, por descontado, para que la infeliz quedara materialmente chafada.Hasta la muchacha llegó el ruido de los huesos, al romperse, al hacerse añicos.En aquel momento, ya se había hecho visible el cuerpo del gigante… ¡Porque era un auténtico gigante por su estatura, aunque un verdadero monstruo por sus características!Tenía el cráneo pelado, y su cuerpo se hallaba cubierto de un pelo espeso, tupido, como si se tratara de un oso, o de una bestia similar. Los ojos le sobresalían tanto, que casi parecían hallarse fuera de sus órbitas. Los incisivos asomaban amenazadoramente por entre los labios.


Bolsilibros - Selección Terror 201. Los ojos de la Gorgona, de Curtis Garland

Fantástico, Intriga, Terror, Novela

La mitología griega habla de un monstruo femenino, llamado Gorgona. Hesíodo, en cambio, habla de tres Gorgonas. La más conocida de ellas era Medusa. Cada una de las Gorgonas tenía el extraño y terrible poder de convertir en piedra todo lo que mirase, aunque fuese un ser vivo.Su fealdad era horrible, sus cabellos estaban formados por haces de venenosas serpientes, y sus ojos resultaban aterradores. Según esa misma leyenda, Perseo mató a la Gorgona, cortándole su terrorífica cabeza.Pero hay quien asegura que la Gorgona ha existido después, por alguna misteriosa razón.


Bolsilibros - Selección Terror 202. Enloquecidos por el terror, de Ada Coretti

Terror, Relato

¡Pero qué horripilante y dantesco resultaba aquel espectáculo! ¡Qué pavoroso…!Sobre una mesa de operaciones, cerca de un armario de metal y cristal donde se veía instrumental médico, estaba la muchacha… despellejada. ¡Despellejada de una sola pieza!Y la «pieza» sacada de su cuerpo estaba sobre otra mesa de operaciones, esmeradamente puesta, cuidadosamente colocada, para que no se estropeara. Para que no diera de sí, ni encogiese. Como si se tratara de una ropa recién lavada…El cuerpo de la muchacha era carne viva por todos los lados. Sólo le quedaban los cabellos y los ojos, desorbitadamente abiertos. Y aquel montón de carne sangrante permanecía rígido. Debía estar muerta hacía ya muchas horas.


Bolsilibros - Selección Terror 204. La dama de los 500 años, de Clark Carrados

Terror, Relato

—¡Soy Wendy! —insistió ella. De repente, vaciló y tuvo que sentarse en una silla—. Evan —lloró—, me han robado la juventud.—Por favor…—Nunca… debí aceptar aquel contrato Ahora tengo más de ochenta años… Mi juventud, mi vitalidad, mi energía está ahora en el cuerpo de esa maldita mujer…Payle miró a derecha e izquierda. Vio la mesita con el servicio de licores y caminó unos cuantos pasos.—Le conviene tomar un poco de coñac, señora.—¡Evan, insisto en que soy Wendy!Aquella pobre anciana estaba loca, pensó el joven. Indudablemente, había conocido a Wendy. Pero él sabía que había personas de edad que, pese a determinadas deficiencias mentales, eran astutas e inteligentes en otros aspectos. Seguramente, había venido a sacarle unos dólares.Llenó la copa. Al volverse, vio que ella se había alzado el velo.—Mírame, Evan. Mira cómo he cambiado en poco más de tres meses.Payle se sentía atónito. Aquella horrible cara, llena de arrugas, las cejas casi sin pelo, los ojos mortecinos…Ella hizo un esfuerzo, se puso en pie y subió la falda hasta la cintura, a la vez que se volvía un poco. Estupefacto. Payle contempló el lunar cuyos contornos conocía sobradamente. La piel era blanca, pero había perdido la consistencia y la tersura de la juventud.De repente, ella se desplomó al suelo.—Me muero… —jadeó—. Evan…, la dama de… quinientos años… Me ha robado… la juventud.


Bolsilibros - Selección Terror 206. Muerte con luz de gas, de Curtis Garland

Intriga, Terror, Novela

Se interrumpió. Había asomado a un gabinete también iluminado por el gas. Viejos muebles, óleos en los muros, con la firma de John Bryans, cortinajes raídos, postigos encajados en las ventanas.Y una mujer allá al fondo, en el sofá color verde oscuro. Sentada. Petrificada, con los ojos desorbitados, fijos en su visitante. Con una lividez mortal en su rostro, con un rigidez delatora en sus facciones, en sus manos agarrotadas, en sus piernas. Una mujer de más de cincuenta años, con cabellos canosos mal peinados, con rostro afilado. Un rostro desfigurado horriblemente por algún miedo indescriptible. Mirada vidriosa, fija en ningún sitio. Y arañazos. Crueles, profundos arañazos sanguinolentos, cruzando sus pómulos y labios, su cuello y manos.Estaba muerta. El simple color cera de su piel, su rigidez toda, así lo pregonaban. Al morir, algo la aterrorizó de forma increíble.


Bolsilibros - Selección Terror 208. Puerta a la muerte, de Alf Regaldie

Terror, Relato

Faltaba muy poco para que cerrase la noche. Y comenzó a llover. Eran gotas gruesas y no frías en comparación con el viento.Nancy señaló en su lindo rostro un gesto de contrariedad. Y preparó el flash en su máquina fotográfica.Había visto que en la superficie de las aguas se producía un leve movimiento frente a ella.¿Por fin iba a tener la suerte de ver al monstruo que, según las leyendas, habitaba en las oscuras y profundas aguas del lago?¿Iba a tener la suerte de poder fotografiarlo, de ser ella la primera?Se escuchó el lejano redoblar de un trueno, se oscureció más el cielo y arreció la lluvia.La pelirroja pensó que iba a tener que abandonar en el último instante, cuando, después de varios días, estaba a punto de alcanzar su objetivo.Miró instintivamente hacia el lugar en donde estaba su coche, pensando en una próxima retirada.La lluvia que comenzaba a caer en remolino, y el movimiento de la vegetación, le impidieron verlo. Pero estaba allí.El movimiento en las aguas se hizo más preciso aunque la visión se iba haciendo más difícil.Le pareció ver que emergía la cabeza del monstruo, con grandes ojos que brillaban mucho aunque resultaban inexpresivos.Y disparó su primera fotografía.Se dispuso a realizar la segunda, cuando se sintió atacada.


Bolsilibros - Selección Terror 209. Escalofríos de muerte, de Ada Coretti

Terror, Relato

Cuando la puerta quedó abierta, el espectáculo que se presentó ante sus ojos resultó tan horripilante, tan aterrador, que unos y otros necesitaron hacer un esfuerzo infrahumano para seguir en pie.

La enorme serpiente había engullido ya casi por completo a Gerald Mulligan. Sus fauces se hallaban ahora apenas a dos centímetros de su cuello. Sólo faltaba por devorar la cabeza.

Gerald Mulligan seguía sin volver en sí, y sin agitarse, sin siquiera moverse. Vencido por completo por su borrachera.La serpiente seguía engulléndole, tragándole.Los seis espectadores de aquella escena, vieron, con los ojos dilatados por el terror, como dentro de aquellas fauces desaparecería hasta el último cabello de aquella cabeza.

La serpiente quedó con un colosal abultamiento en la parte central de su cuerpo. Fue la única huella visible de la presa que había ingerido tan pavorosamente.


Bolsilibros - Selección Terror 210. Los muertos que no maté, de Burton Hare

Terror, Relato

Vio en un instante tantas cosas que nunca hubiera podido olvidarlas de haber vivido.Vio la demoníaca expresión de aquellos ojos salvajes. Vio el brillo de unos colmillos como no podían existir otros en ningún otro ser viviente. Vio…Las zarpas le atraparon entonces. Pudo emitir un espantoso alarido antes que los colmillos chascaran contra su carne.Luego, lo que siguió fue una pesadilla delirante de sangre y muerte como no podría habérsele ocurrido a la mente más desquiciada del universo.La sombra negra de ojos fulgurantes permaneció en la puerta de la bodega mientras la sangre corría a torrentes en torno al sirviente muerto. Luego, simplemente, se esfumó como si jamás hubiera estado allí.