Ernestine parecía una muchacha extraña.
Pero era mucho más extraña de lo que parecía. Típica joven estudiante —estudiosa— de trajecito sastre y gruesas gafas durante el día, se convertía por la noche en una vampiresa de vestidos rojos con profundos escotes… y sin gafas.
En una de esas noches, Ernestine tuvo su última cita con la muerte. Y fue entonces que empezó a surgir la increíble verdad de la doble vida que llevaba. El profesor Pennyfeather demoró mucho en desentrañar el fondo y el trasfondo de estos crímenes, pero cuando lo logró arribó a una certeza incontrovertible: Ernestine había llevado una doble vida… y las había perdido a las dos.
Su nombre era Prosper. Mas los acontecimientos que se sucedían vertiginosamente en esa población adormilada a orillas del lago parecían estar conspirando para no dejarle prosperar. Su amigo, el pintor, había desaparecido y esa tela inconclusa que mostraba una muchacha desnuda multiplicándose obsesivamente sobre un fondo de colinas era la única clave que parecía estar señalándole un camino. Pero, ¿cuál? ¿El de la pandilla de gangsters? ¿El de la vieja aristócrata con sus alocados sobrinos? ¿El de los atléticos y distinguidos jugadores de tennis? Prosper no lograría prosperar… ni vivir tranquilo hasta que no desvelase el misterio. Y la mano segura del brillante autor de El Círculo de Papel lo conduce por el intrincado laberinto hasta divisar la luz del amor, la justicia… y la prosperidad.
El marido de Verónica Hedley había desaparecido. Ni su bella secretaria, ni ninguna de las muchas personas a quienes estaba vinculado sabía dar razón de su paradero.
Verónica esperó vanamente su regreso. Cuando se decidió a llamar a Rupert Bradley para que la ayudara a encontrarle, éste pensó que ya era un poco tarde. Esa sospecha se vio ampliamente confirmada cuando visitó la oficina de Hedley y se encontró allí con un cadáver. Desde ese momento, la vida de Rupert Bradley se convirtió en una loca carrera por llegar antes que la policía a cada uno de los sitios marcados en su agenda. En esta carrera —pronto convertida en cacería— la secretaria de Hedley era unas veces la liebre, y otras el lebrel.
El recordado autor de Los Crímenes del Gato y el Violín nos da una muestra más de su fértil imaginación y su capacidad para intrigarnos.
El caso más reciente de Michael Shayne, el recio detective que nuestros lectores recordarán de Antes de despertar. Esta vez Mike conoce (a él siempre le pasan estas cosas) a una rubia atómica. Lo que no se imaginó fue que la rubia tuviera un marido superceloso. Y que, a los pocos días de conocerse, la rubia apareciera estropeada por unos balazos… y que a él le tocara encontrarla. A partir de entonces, por las soleadas playas de Miami se desarrolla la triple, enconada persecución. La policía detrás de Mike. Y éste detrás del asesino. Sólo cuando tocó a su fin esa carrera enloquecida pudo Mike verter su demorado llanto por una rubia.
Junie Jacques, la tórrida, sensual, Junie; de voz profunda y extrañamente apasionada, confiesa haber apretado el disparador del arma que causó la muerte de George Pringle. Y Pringle se merecía sobradamente estar frente a la mira de esa pistola. Pero en el mundo de las grabadoras de discos de Nueva York corrían rumores inquietantes. Por sobre el ronroneo de las cintas grabadoras y girar ondulante de las placas, voces cotizadas en millones susurraban palabras comprometedoras. Y esas voces aseguraban que Junie Jacques no había matado a Pringle. Que él se lo tenía merecido, sí; que ella había disparado, sí; pero que la deliciosa rubia de negro no era (aún) una asesina. Eso, justamente, es lo que tocaba probar al capitán Wade Paris.
Bart Hardin no tenía muchos indicios que le ayudaran a descubrir al (¿los?) asesinos. Un chanchito alcancía hecho pedazos, un nombre de mujer, una melodía traída por la brisa…
Es cierto que esos elementos no son más que el punto de partida de donde habrá de iniciarse la frenética búsqueda, la enloquecida cacería. Hardin tendrá que recorrer Nueva York desde las mujeres enguantadas en seda de la Quinta Avenida hasta las lavanderas del sórdido Bowery. Pero logrará resolver el macabro rompecabezas simbolizado por los trozos rotos del chanchito alcancía.
Otra novela plena de acción y suspense del celebrado ganador, en dos oportunidades, del Premio Ellery Queen.
Mientras se tiroteaba furiosamente con aquellos individuos, James Whitney —Whit, para los amigos— sabía que el final de la historia estaba próximo, y sin embargo todavía no se explicaba muchas cosas. Todo había resultado muy extraño. Primero, dos que quisieron matarlo por una nadería. Después, la exótica rubia de la casa de juego tratando de esquilmarlo. Más tarde, el encuentro con aquellos ex amigos, de los cuales él prefería no seguir siendo amigo. El rapto, el chantaje… y la acusación de asesinato proveniente del mismísimo “sheriff”. Tenía que obrar, y obrar rápidamente. Alguno iba a lamentarlo. Pero, ¿qué otra cosa podía hacer quien, como él, se veía mezclado en un “affaire” sensacional por el solo hecho de haber querido casarse?
Duncan Maclain es un detective ciego. Hugo Breitmeyer, un multimillonario —magnate del acero y de la industria pesada—, peligroso asesino a quien nadie ha visto jamás. El FBI, la policía de Nueva York y Maclain lo buscan afanosamente. Su firma ha sido estampada en miles de contratos en todo el mundo. Sin embargo, nadie puede describirlo, porque quienes hubieran podido están muertos. Pero una personalidad está hecha de muchas otras cosas que no son los rasgos faciales, ni la estatura, ni la manera de caminar. Hay “señas particulares” en todos los elementos que componen a un hombre. Y un ciego, para vivir, debe saber hallar «Una pista en las tinieblas».
¿Qué posa cuando la voz de oro de un artista se transforma en un graznido? Bueno, un accidente lo tiene cualquiera. Se habla de la fatalidad, se cobra el seguro… y ya está. Pero cuando las voces de oro que se transforman en graznidos son tres, y los artistas dueños de esas voces pertenecen todos a la misma emisora de radio y TV, y las sumas que debe abonar la compañía de seguros corresponden al “calibre” de las fortunas, es casi seguro que alguien está haciendo trampas… calibre 45.
Dos fiscales ayudantes del condado de Nueva York, Mac y Gibby, van a realizar una excursión de pesca a una pequeña ciudad de la costa. Pero ésa no parece ser la estación de los peces… sino la de los cadáveres.
Se encuentran con una comunidad regida por severas normas victorianas, con familias aristocráticas emparentadas entre sí y estrechamente unidas por un lazo común: un secreto siniestro.
El colega de Mac y Gibby en la ciudad parece más interesado en matar a sus enemigos que en hacer justicia, y la excursión de descanso se ve turbada por la presencia de un solo estrangulador y de muchos estrangulados.
El trágico enigma que va cambiando de facetas a lo largo de la trama de la novela se resuelve con un inesperado final que está a la altura de los mejor logrados en la literatura del género policial.
Todo empezó esa noche, cuando dos asesinos llevaron la tragedia al hogar de Peter Cormoran. O quizá empezó antes, cuando un forastero le pidió a Peter que le guardase el auto en el garaje de la cantina. Y a partir de ese instante nadie pudo controlar la catástrofe. Seres depravados, cuyo existencia Peter no sospechaba, arrasaron con los últimos restos de su felicidad. Entonces Peter Cormoran se fijó una meta. La venganza. No bastaba con llorar a los muertos; había que enviar a la tumba a los culpables de la masacre. Pero comprobó que los asesinos no eran los únicos que lo tenían marcado en la lista de sus víctimas. La policía también ambicionaba su pellejo. Quizá Peter se habría dado por vencido. De todos modos todo lo que él amaba había naufragado. Fue entonces cuando apareció otra mujer…
Muchas cosas le ocurren a Tim Rourke en aquel pequeño país sudamericano. Un revolucionario; una deslumbrante belleza que dice que vio a la policía del dictador asesinar a un dirigente opositor; dos hombres que hieren a Rourke para que lo confundan con la víctima de un ataque, y finalmente, Carla Adams, la hermosa norteamericana perseguida. ¿Qué podía hacer Rourke? Hacer pasar a Carla Adams la frontera y telegrafiar a Mike Shayne para que lo fuera a ver en el aeropuerto de Miami. Pero cuando Shayne llega, al aterrizar el avión no hay huellas de Tim Rourke ni de la muchacha. Este nuevo caso de Michael Shayne es otra de las apasionantes novelas que millones de lectores han aprendido a esperar de la máquina de escribir de Brett Halliday.
Esta es la historia de 200 000 dólares que podían convertir en realidad los sueños más atrevidos. Primero fue el crimen. Vagabundos de arrabal ante su primer gran «trabajo», ante aquella oportunidad deslumbradora que no volverían a encontrar. Podrían haber echo el «trabajo» con un arma. Pero, por divertirse, usaron un ácido. Luego aparecieron la bella muchacha del night club , el honesto policía que no lograba hacer feliz a su mujer, y el atleta que nunca había tenido una oportunidad en su vida. Los tres tenían dos cosas en común: sabían dónde estaba el dinero robado, y no vacilarían en matar para apoderarse de él.
El tráfico de cocaína mueve miles de millones de dólares cada año. Su consumo causa un número incalculable de muertes y su dominio crece a un ritmo imparable. Un día el presidente de Estados Unidos decide invertir todos sus esfuerzos en acabar con este negocio y le encarga esta tarea, aparentemente imposible, a Paul Deveraux, un ex agente de la CIA inteligente, dedicado y tan audaz como despiadado. Si alguien en el mundo puede hacer este trabajo, es él. Deveraux acepta el reto de desarticular los cárteles de la droga, pero impone algunas condiciones: tendrá a su disposición todo el dinero, los agentes y los recursos que considere necesarios. Y la misión no finalizará hasta que haya alcanzado su objetivo. No hay límites ni reglas y nadie hará preguntas después. La guerra ha estallado y han desaparecido las normas del combate. Desde las pistas de aterrizaje de la selva amazónica hasta los barrios bajos de Bogotá, pasando por las espaciosas oficinas gubernamentales de Washington, Paul Deveraux, alias Cobra, descubre la escalofriante realidad del imperio más poderoso: el de la droga. Frederick Forsyth es, sin duda alguna, el gran maestro del thriller.
1: EMBOSCADA
La vida del mercenario Maximilan Cornell da un giro radical cuando un desconocido deja un extraño mensaje en su puerta. Katty, la hija de quien había sido su querido mentor, desaparece misteriosamente en la ciudad de Hong Kong. Max no tendrá más opción que volver a la acción y trabajar duramente para sacar a la luz todo lo oculto detrás de este hecho.
2: SUPREMACÍA
La Sociedad Atón de París, integrada por importantes personalidades del mundo de la política, se presenta como un grupo dedicado a la promoción de estudios científicos con fines humanitarios. Sin embargo, numerosas sospechas indican que se ocultan actividades ilegales y oscuros objetivos. Max Cornell se adentrará en el seno de la Sociedad Atón para investigar las verdaderas tareas que este grupo lleva a cabo.
3: SECUESTRO
Max Cornell ha recibido un nuevo encargo de la SCLI. Él y su equipo deberán dispersarse por los cinco continentes en búsqueda de sus objetivos: sicarios tan expertos en el arte de la guerra como ellos.
4: AMENAZA
El Gobierno de España ha solicitado los servicios de Max Cornell. En esta ocasión él y su equipo tendrán que desmantelar una trama financiera que ha puesto en jaque la economía española y quizá también la europea.
5: ENCUBIERTO
Max Cornell trabaja en esta ocasión como infiltrado para la DEA ¿Su misión? Descubrir quién es el topo que impide que la operación Oro Rojo tenga éxito. Para ello debe hacerse pasar por un esbirro de el Tuerto, el mayor traficante de drogas colombiano del momento.
6: HACKER
Max Cornell es reclutado para infiltrarse y desactivar una red ciber-terrorista llamada «La Furia», conformada por víctimas de la estafa hipotecaria del 2008 y hackers antisistema. Las autoridades europeas y norteamericanas tendrán 48 horas para cumplir con las exigencias de «La Furia», o colapsará su sistema financiero.
El protagonista principal, Henry Arthur Milton también conocido como «El campanero», es un típico antihéroe de Wallace. Un legendario asesino que mató por venganza personal. El personaje principal es el inspector Wembury de Scotland Yard, que está teniendo un día muy malo: Es su primer día como nuevo comandante de la División Deptford; su superior inmediato, el brutal, inspector jefe Bliss, ha vuelto de Estados Unidos lleno de ideas como las pistolas Tommy en las calles de Londres y un FBI británico; su prometida acaba de aceptar un trabajo como secretaria de un abogado local Maurice Meister, que es un criminal aparentemente respetable, pero que en realidad Wembury sabe que es un asesino, pero no puede probar su culpa; y que además es el responsable de que el hermano menor de su prometida terminara con una condena de 4 años de cárcel por robo…
También conocida con el título de El comprador de diamantes. La «mascara verde» cuelga en la Habitación del Terror y alrededor de ella crece una enigmática leyenda viviente de misterio y asesinatos. A las 2:00 de la madrugada la niebla en el Embankment es densa y oscura. Unos hombres se arremolinan alrededor de un cuerpo. El muerto fue golpeado y más tarde arrojado al Támesis. Dick Shannon regresa a toda prisa a Scotland Yard donde están revolucionados con las últimas noticias: el coche de la Reina de Finlandia ha sido retenido en El Mall y sus diamantes se han desvanecido en la niebla…
Un periodista se enfrenta a una carrera contra el tiempo para demostrar que una actriz acusada de asesinato es inocente. La novela fue llevada al cine en 1934 y dirigida por Maclean Rogers. Como protagonistas principales cabe destacar: Enid Stamp-Taylor, Tom Helmore y Moore Marriott.
J G Reeder es un hombrecillo de apariencia débil, con cabello rojo y ojos débiles. Sin embargo, su mente extraordinaria es muy aguda. Aquí hay tres episodios emocionantes sacados de su libro de casos: «Los dos ases», sobre un hombre que juega fuerte y vive con miedo; «Kennedy, el convicto», que revela la máscara impecable despojada de un demonio, y finalmente «El caso de Joe Attymar», un misterio con mucha intriga que involucra un asesinato en el Támesis de Londres.
El Arquero Verde, ahorcado en 1487, parece haber regresado al castillo de Garre y The Daily Globe encarga a Spike Holland que investigue la noticia. El dueño del castillo, Abe Bellamy, uno de los peores villanos del mundo (en más de un sentido), no quiere que se averigüe nada sobre el asunto. Mientras tanto, Scotland Yard encarga del caso a James Lamotte Featherstone.