Louise Leidner aseguraba que su vida corría peligro y todos pensaban que quería llamar la atención. Pero una tarde aparece asesinada. Hablando con unos y con otros, Hércules Poirot descubre que la "adorable" Louise era más odiada que amada. Todos en Tell Yarimjah son sospechosos. Para dar con el asesino, Poirot tendrá que afinar más que nunca su aguda inteligencia.
Durante unas placenteras vacaciones en Egipto, el detective Hércules Poirot coincide con Linnet y Simon, unos conocidos suyos que están de luna de miel en el país de los faraones.
El encanto de tan maravillosos días se rompe cuando una mañana, en el transcurso de un crucero por el Nilo, la bella Linnet aparece muerta de un disparo en la cabeza.
¿Será capaz Poirot de encontrar al asesino de la joven esposa? ¿Será capaz de discernir entre imaginación y realidad, aun estando a bordo la expareja de Simon, empeñada desde el mismo día de la boda en arruinar su matrimonio con la desafortunada Linnet?
El misterio está servido.
Poirot realiza un viaje de placer por la deslumbrante tierra de los faraones. Pero, como de costumbre, el crimen le sale al paso. En el barco a bordo del cual recorre el Nilo, alguien asesina a Linnet Ridgeway, la mujer más rica de Inglaterra, hermosa muchacha que se encontraba en plena luna de miel. Resulta que en la embarcación han coincidido unas cuantas personas que tienen motivos para matar a Linnet. Aunque la más sospechosa es Jacqueline de Bellefort, antigua novia del marido de Linnet y que, a impulso del despecho, se dedicaba a acosar a la pareja, persiguiéndola por todas partes. Antes de que Poirot empiece a poner en orden sus ideas, nuevas víctimas van cayendo. El laberinto de la acción se hace tan apasionante que hasta Poirot parece incapaz de centrarse y desenmascarar al asesino.
Tras sufrir un accidente en su propia casa, Emily Arundell redacta un nuevo testamento desheredando a sus sobrinos y escribe una carta a Hércules Poirot. El detective la recibirá dos meses después de la muerte, aparentemente natural, de la anciana e inmediatamente empieza a investigar. Poco a poco se irán revelando las intrigas que rodean el misterioso caso.
Cuatro relatos, a cual más interesante, protagonizados por el infalible Poirot.
Asesinato en Bardsley Mews : En la noche de Guy Fawkes, el estallido de los petardos oculta el sonido de un disparo y el cuerpo de Miss Allen aparece sin vida.
Un robo increíble : En una reunión de alta sociedad, desaparecen los planos de una nueva y secreta bomba.
El espejo del muerto : sir Gervas Chevenix-Gore, conocido como el último barón , ha muerto en circunstancias extrañas. Poirot deberá demostrar que no se trata de un suicidio.
Triángulo de Rodas : Un clásico triángulo amoroso deviene en un complejo asesinato.
La señora Boynton muere víctima de lo que parece un ataque al corazón y, con ello, hace a su familia el mejor de los regalos: la libertad. Todos tenían razones para desear su muerte, pero ¿alguno de ellos la mató? Hércules Poirot desvelará el misterio y demostrará una vez más que para ver la verdad hay que ser capaz de mirar más allá de las apariencias.
Es Nochebuena y la reunión familiar de los Lee se ve interrumpida por un estruendo seguido de un grito que proviene del piso de arriba. En una de las habitaciones, el cuerpo del despótico patriarca Simeon Lee descansa sobre un charco de sangre, con un corte en la garganta.
Cuando llega, Poirot se encuentra con una atmósfera de desconfianza y sospechas mutuas. Parece que todo el mundo tenía sus razones para odiar al anciano.
Todo empezó con un anónimo. Quien lo enviaba ya tenía planeado el primer crimen. Y previsto el segundo. E incluso el tercero, puesto que enviar a un inocente a la horca también es un crimen. La primera víctima, una anciana rica muere envenenada. La herencia parece ser el móvil del crimen. Pero también los celos pueden haber impulsado al homicida. En cualquiera de los dos casos, Elinor Carlisle constituye la culpable ideal. Sin embargo, para Hércules Poirot no está tan claro y decide proceder como abogado defensor, embarcándose en una investigación en la que todo el mundo miente.
El dentista es encontrado muerto, con un agujero de bala en su sien y un revólver en el suelo, cerca de su mano derecha. Poco después, un paciente aparece sin vida por una dosis letal de anestesia. Un caso evidente de suicidio y asesinato, pero ¿por qué un dentista cometería un crimen en medio de una jornada llena de citas? Un zapato de mujer parece ser la clave del misterio. Y solo Hércules Poirot podrá desentrañarlo.
Una playa estupenda y un hotel lujoso. Reina la paz, la alegría y la despreocupación. Sin embargo la naturaleza humana es la naturaleza humana. Caldo de cultivo en el que la codicia se agita, hierven las pasiones y los vapores de la maldad se filtran por todas partes, bajo el sol. Aquí la maldad parece concentrarse en Arlene, a la que todos desean. Mujer fatal, que acaso castigo por su carácter licencioso, aparece estrangulada junto al mar. Se trata de un asesinato, pero todos los posibles sospechosos tienen coartada. Sin embargo, el detective Hércules Poirot ve más allá de las apariencias. Se percata de que aquel es un crimen minuciosamente planeado y cronometrado…
Una joven acude a Hércules Poirot en busca de ayuda. Su padre, Amyas Crale, un famoso pintor, fue envenenado hace muchos años, y su madre, juzgada y condenada por este crimen murió en la cárcel. La muchacha fue enviada entonces a Canadá con unos parientes, quienes la educaron y cambiaron el nombre.
Hércules Poirot es invitado por su vecina, lady Angkatell a almolzar con ellos. Al llegar a la piscina, donde se va a tomar el aperitivo, a Poirot se le presenta una escena completa de asesinato que aparentemente acaba de ocurrir: John Christow, amigo de la familia, aparece asesinado, y a su lado su mujer sosteniendo una pistola en la mano. Poirot se enfrenta con la difícil tarea de averiguar si la señora Christow ha matado realmente a su marido o si por el contrario todo ha sido una trampa habilmente preparada.
Tras morir Gordon Cloade sin testar, su viuda Rosaleen resultaba heredera universal del difunto, en perjuicio de los parientes del mismo. Un problema, sin embargo, surge frente a la muchacha: Rosaleen había enviudado antes de un primer esposo, oficialmente muerto pero que de pronto aparece vivo. Esta inesperada «resurrección» llena de esperanza a algunos parientes sumidos en la pobreza, pero también despierta la codicia de otras personas, que acaba por provocar un torbellino de mentiras, suplantaciones de personalidad, chantaje, perjurio, insultos, amenazas, accidentes y muertes violentas. Una conmoción cuya secuela en forma de criminal embrollo obligará a Hércules Poirot a exprimirse frenéticamente las células grises.
La señora McGinty aparece asesinada. James Bentley, su inquilino, es acusado del crimen y condenado a la horca, pero el superintendente Spence de Scotland Yard no cree que sea el verdadero culpable y, para demostrarlo, pide ayuda a Hércules Poirot. El detective belga conseguirá desentrañar una verdad que las pistas más superficiales habían ocultado.
Richard Abernethie, un anciano millonario, ha muerto inesperadamente y sus descendientes esperan ansiosos la lectura del testamento para solucionar sus respectivos problemas económicos. Sin embargo las cosas se complican cuando Cora Lansquenet, mujer imprudente y hermana de Richard, deja entrever que posiblemente su hermano fue asesinado y ella misma muere al día siguiente de su "declaración" víctima de un ataque violento con un hacha. El abogado de la familia (Mister Entwhistle) decide llamar a un viejo amigo: Hércules Poirot, para que solucione el misterio de ambas muertes y descubra la identidad del asesino.
La eficientísima secretaria de Hercules Poirot, Miss Lemon, llega excesivamente atrasada y comete algún error. El motivo de su nerviosismo tiene relación con un problema que atañe a su hermana, señora igualmente eficiente que lleva una pensión para estudiantes extranjeros situada en la calle Hickory. Hacía algunos meses que ocurrían hechos extraños y desagradables que la Sra. Hubbard no conseguía administrar adecuadamente: robos y actos de vandalismo inexplicables. Poirot decide ayudar a la Sra. Hubbard, pero se siente inmediatamente confuso, en medio de tantas situaciones aparentemente independientes unas de otras. El problema se agrava cuando ocurre un asesinato.
El matrimonio Folliat, encargado de organizar la fiesta del pueblo, decide encomendarle a su amiga y escritora de libros de misterio Ariadne Oliver la planificación de un falso asesinato, para entretenimiento de los presentes. Ella acepta encantada, y se pone manos a la obra. Tras varias semanas de planificación, Ariadne acude en el último momento a su amigo Hércules Poirot para obtener su valiosa ayuda, ya que sus instintos le dicen que algo siniestro se incuba detrás del divertimento. Efectivamente, Poirot no tardará en descubrir que nada ni nadie es lo que aparenta… ni siquiera el falso asesinato.
En el sultanato de Ramat se ha producido una grave insurrección: el príncipe Alí Yusuf confía las fabulosas joyas de la familia a su piloto Bob Rawlinson, quien las esconde en el equipaje de su hermana Joan. Poco después el príncipe y su piloto mueren en un accidente de aviación. Joan viaja a Inglaterra con su hija Jennifer a la que interna en un distinguido colegio para señoritas. Allí entre las palomas se ha escondido un gato asesino, al que sólo la sagacidad de Hércules Poirot podrá cortar sus afiladas uñas.
Desde el número 19 de Wilbraham Crescent alguien llama solicitando una mecanógrafa, con preferencia Sheila Webb. La llamada es atendida y Sheila es enviada a la dirección reseñada con el encargo de presentarse a miss Pebmarsh. Al llegar allí se encuentra la puerta abierta y se introduce en un saloncito que le llama la atención por los numerosos relojes que distingue y porque junto al sofá descubre el cuerpo de un hombre con los ojos entreabiertos, unos ojos que miran sin ver ya que está muerto. Afortunadamente del caso se encarga finalmente Hércules Poirot.
Tres chicas solteras comparten piso en Londres. Una trabaja como secretaria, otra es artista y la tercera, que acaba de pedir ayuda a Poirot, desaparece repentinamente al creer que es una asesina. Hércules Poirot encuentra una joven que le dice una frase que probablemente no escuchara antes, confesándole que creía haber cometido un homicidio, pero que no tenía total certeza y que probablemente él no podría ayudarla pues era demasiado viejo. Es así que el detective comienza a investigar el extraño caso y descubre quien es la chica que no sabe si cometió un crimen. Uno de sus primeros descubrimientos es que ella comparte un apartamento en Londres con otras dos jóvenes, razón por la que era conocida como la tercera muchacha, sin contar que muchos la creían enferma mental. En la investigación, Poirot encuentra varios hechos en el pasado de los familiares de la muchacha, tramas paralelos, conexiones misteriosas, que lo ayuda a descubrir la verdad detrás de esta inquietante joven. Se habla de pistolas, navajas y manchas de sangre pero, a falta de pruebas concluyentes, Poirot necesitará hacer uso de su tenacidad para esclarecer el asunto y descubrir si la tercera chica es culpable, inocente o si está loca.