F. L. Green nació en Portsmouth en 1902. Lleva sangre irlandesa en sus venas y la acción de varios de sus libros se desarrolla en Irlanda del Norte, donde él vive. Desde el comienzo de la última guerra ha publicado un libro por año. Su primera novela On the Night of the Fire , obtuvo un éxito resonante. F. L. Green es el novelista que mejor ha fundido el dinamismo de la acción, en un estilo directo y eficaz, con la profundidad de los temas de nuestro tiempo y la matizada psicología de los personajes. Con frecuencia crea Green tipos de perseguidos, de hombres acosados por la angustia de nuestra época. Larga es la noche , impresionante novela que une el interés de la aventura a los problemas de mayor vibración espiritual, será para el lector español una estupenda revelación. En efecto, F. L. Green, trae al arte novelístico un género de realismo psicológico y social, suavizado por un elevado y profundo sentido poético.
Enrique Nácher nació en Las Palmas —un jueves de antes de la guerra del 14, según él mismo escribe— y cursó la carrera de médico. Durante sus estudios fundó y dirigió un periódico de humor llamado El Búho Vivo. Estrenó también entonces dos revistas tituladas Vampiresos 1933 y The Búho Vivo Revue. Enrique Nácher se dedicó después a sus tareas profesionales hasta que recientemente dos cuentos suyos fueron premiados en un concurso. Empieza entonces a escribir novelas y presenta tres de ellas al Premio Nadal del año 1949, siendo dos citadas con mérito hasta quedar Buhardilla clasificada en tercer lugar. Es difícil calificar a Nácher como simple humorista. Sus personajes tienen una profunda dimensión humana que transforma en piedad la sonrisa y mueve a la reflexión. Con Nácher la literatura española ha ganado un gran escritor que manejando diestramente ironía y ternura, ha de dar obras tan originales como esta Buhardilla con que hoy se presenta al lector.
Margaret Kennedy nació en Londres y se educó en el Cheltenham Ladies College y en el Sommerville College de Oxford. Sus primeras obras fueron A Century of Revolution y The Ladies of Lyndon. Pero es a partir del año 1924, con la aparición de The Constant Nymph , que se impone su fama de una manera definitiva entre la brillante constelación de novelistas inglesas de nuestro tiempo. A este éxito siguen The fool of the Family, A Long Time Ago, Together and apart, The Midas Touch, The Mechanised Muse, The Feast … En el campo teatral colabora con Basil Dean en la escenificación de La ninfa constante y en la obra Come with me , y con Gregory Ratoff en Autumn. La novela que publicamos, Cuenta nueva , es muy característica de su estilo. Un mundo de refinamientos intelectuales y sociales, sufre el acoso de la verdad más primaria y elemental de los sentimientos verdaderos. Y en el análisis de este contraste Margaret Kennedy nos muestra su maestría sin par.
Viento del Norte nos traslada a la Galicia rural, donde vive Álvaro, un veterano aristócrata de gustos intelectuales que no entiende las estrictas divisiones jerárquicas que se dan en la sociedad de su tierra. Es atendido por la vieja Ermitas y ha acogido en su casa a Marcela, una muchacha a la que la gente desprecia por ser fruto de una relación extramatrimonial.Con el tiempo, Álvaro se enamora de la joven y, a pesar de que ésta no le corresponde, se casa con ella. Se inicia así una relación desigual pero no por la manida diferencia de clase sino precisamente —y éste es un acierto de Quiroga— por la falta de correspondencia de Marcela, que sitúa al veterano aristócrata en una posición de inferioridad. Además, nuevos acontecimientos darán un inesperado giro a la trama. Se trata, en suma, de una novela muy estimable en la que brilla la prosa lírica de la autora, hoy injustamente poco recordada.Se hizo una versión cinematográfica de esta novela, dirigida por Antonio Momplet.
John Boynton Priestley nació en el Yorkshire en el año 1894. Ensayista, novelista y dramaturgo, conquistó muy pronto un público extenso y adicto. Se ha dicho de él que posee la rara habilidad de amar a su prójimo. Es innegable que en todas sus obras se respira una extraña simpatía que debe relacionarse con lo que hay en ellas de bueno, saludable, normal y, sobre todo, piadoso. En su estilo alterna una poética ternura con un rudo acento hecho de entusiasmo y vitalidad. La viveza con que sus personajes se mueven por calles y plazas, estaciones y carreteras, por el mundo más inmediato y corriente, sólo puede atribuirse a un talento narrativo verdaderamente excepcional. En su primer gran éxito, The Good Companions , (1929) todas estas cualidades se afirmaban vigorosamente. Sus obras posteriores, Angel Pavement, Johnson Over Jordan, Out of the People , etc. las corroboran plenamente. Entre ellas, Londres los separa , posee el enorme interés de darnos un registro completo y variado de todos los matices de este arte literario.
El título de la obra refleja las dos fuerzas que impulsaron su escritura, el recuerdo mágico del paisaje de «la isla» de Gran Canaria, y el entramado de pasiones humanas que envuelven a los personajes o «los demonios».El argumento de la novela, con la Guerra Civil Española como telón de fondo, va unido a la maduración de una adolescente, con sus sueños, intuiciones y deseos de escapar de la opresión familiar en Gran Canaria, unidos a la creciente nostalgia y atracción por Madrid, esa tierra desconocida, la gran ciudad.La isla y los demonios vuelve a presentar una visión autobiográfica de la juventud de la escritora en Gran Canaria, vista por ella como «una tierra seca, de ásperos riscos y suaves rincones, de largos barrancos siempre batidos por el viento».La autora catalana reincide con esta obra en la denuncia de los valores mezquinos y ruines de la «sociedad de mayores», estrecha, siempre empeñada en ahogar con su triste calima mental cualquier impulso juvenil o espontáneo.
La sangre consagró a Elena Quiroga como una novelista extraordinaria por su estilo delicado y expresivo y el interés de los problemas que trata. Es la historia de cuatro generaciones a través de un árbol. El árbol es el que nos cuenta cuanto ve y oye. Él es el verdadero protagonista del libro y el que irradia una influencia más fuerte. Los personajes, que viven al amparo de su sombra, nos son presentados en esta manera original. La sangre es una novela que atrae y subyuga y que sitúa a su autora entre los valores más destacados de nuestra novelística.La sangre ejemplifica esta íntima simbiosis entre la voz femenina y el espacio natural en el escenario de las letras españolas de posguerra. En la novela, asistimos al relato emitido en primera persona por un árbol, un vetusto y sabio castaño clavado azarosamente frente al pazo gallego El Castelo. El murmullo de palabras del árbol, hilvanadas a manera de discontinuo monólogo interno, nos introduce en la dilatada sucesión familiar de cuatro generaciones comprendidas entre los siglos XIX y XX, cuyos odios y pasiones se incorporan al retrato intimista de la exuberante y telúrica vegetación gallega.La elección de un castaño como personaje central y emisor de los hechos desempeña una función primordial: mantener vigente el testimonio de la experiencia femenina en el contexto franquista de los años cincuenta. El mensaje de reclamo femenino que fluye del castaño, transmitido de forma oral a las generaciones venideras, se salva de quedar sepultado en el olvido y favorece la construcción de una voz propia e independiente en oposición al rígido sistema patriarcal de la época.
Eric Williams es el autor de El caballo de madera , donde se cuenta la historia de la más ingeniosa y extraordinaria evasión de la guerra pasada, y en la que el propio autor desempeñó el papel de protagonista.
Al éxito de aquel volumen ha sucedido la aparición de Águilas en tinieblas , que si se refiere a hechos anteriores a la evasión, tiene en sí mismo una unidad y un interés indiscutibles. Varios aviadores ingleses son hechos prisioneros al ser derribados sus aparatos por los alemanes, y encerrados en un campo de concentración, donde asistimos a la elaboración de los planes de fuga, a la deformación psicológica de los cautivos, sus anhelos, depresiones y alegrías, y a las más incidentadas peripecias y relaciones entre reclusos y guardianes. Los hechos, hasta en sus mínimos detalles, son verdaderos. Lo heroico de la conducta de los oficiales británicos, la paciencia y energía que revela, los nervios de acero que supone, se reflejan incluso en el estilo del relato. Por el libro discurre una finísima vena de humor y un gran caudal de camaradería, que se hace patente cuando las circunstancias ponen a prueba la última resistencia humana. Un testimonio vívido sobre la lucha del hombre por la supervivencia.
La última obra de Palazzeschi, Roma , supone su consagración definitiva al obtener el Premio Marzotto. Roma es un libro singular, la novela de unos hombres y una ciudad, en cuyas calles y palacios se desarrolla la trama de esta obra. En ella aparecen unos personajes de enorme interés humano, perfilados de tal modo que puede afirmarse que encarnan los más diversos y característicos tipos de la población romana, y de hecho europea, de nuestro tiempo. Una visión personalísima de una Roma distinta, tratada con un estilo neorrealista, ágil y contundente, casi cinematográfico.
Marghanita Laski estudió en Manchester y en el Somerville College de Oxford. Su primera novela, Love on the Supertax , obtuvo ya un éxito inmediato. Es conocida también como periodista. «El niño perdido» es un libro bellísimo, inolvidable para quien haya seguido el relato página tras página. En él asistimos a la apasionante búsqueda de un niño por su padre, a través de la confusión reinante en la postguerra. El padre encuentra en un asilo a una criatura que parece reunir algunas de las características del hijo perdido, y la autora plantea los sentimientos y las ideas del protagonista con una agudeza y una luminosidad admirables. El desenlace de esta tierna y magnífica historia permanece incierto hasta el final. El pequeño Jean es, en cierto modo, un representante de todos los niños perdidos de Europa, pero al mismo tiempo su personalidad es impresionantemente individual, y sus ojos llenos de esperanza se hacen reales en las páginas del libro. Y como fondo, el libro nos brinda una diestra pintura del ambiente parisino y provinciano francés en los meses inmediatos al cese de hostilidades.
Algo pasa en la calle es una novela intimista, en la que apenas pasa nada: Una mujer es convocada al funeral de un marido, muerto en accidente, que la abandonó, y formó otra familia. A partir de este momento van desfilando, como un puzle, los personajes: las dos mujeres, los dos hijos, una hija del primer matrimonio y un hijo del segundo, el yerno, y el mismo protagonista evocado por el resto de los personajes y omnipresente en la novela.
Jan de Hartog nació en 1914 en Haarlem, Holanda, y apenas había cumplido los diez años cuando se hizo a la mar. Su vocación literaria arranca de su primera juventud, y así se explica el volumen y la calidad de su obra actual. Empezó a escribir a los dieciocho años y lleva ya publicadas más de quince novelas. Ha escrito también varias obras de teatro, algunas de ellas adaptadas al cine. Después de la última guerra empezó a escribir en inglés y ha adquirido una celebridad internacional como novelista y dramaturgo. Vive a bordo de su barco y a menudo en alta mar.
La pequeña arca es el emocionante relato de las últimas inundaciones en Holanda, con el singular atractivo de que la catástrofe está vista a través de los ojos maravillados de dos niños, que corren en compañía de unos pintorescos animales domésticos las más emotivas, divertidas e inolvidables aventuras. Un libro rebosante de gracia y de ternura, escrito con la más noble palpitación humana. La pequeña arca es, en resumen, una novela sencilla, humana y emocionante, y que al final nos deja un poco de paz y de amor.
Paulina, una mujer de mediana edad, se separa de su marido, cuyo matrimonio es invalidado por las coincidencias contradictorias de la guerra civil y decide independizarse y demostrar que puede valerse por sí misma, acomodándose en un piso en Madrid y, si es necesario, haciéndose cargo de su hijo. Es una nueva vida, llena de desconocidos horizontes, descubre de nuevo el amor y mantiene una apasionada relación amorosa. Esta historia podría parecer habitual en nuestra época pero La mujer nueva está escrita en los años cincuenta, en plena posguerra y en una etapa de gran represión franquista lo que hace de esta novela una precursora en España de una literatura feminista. Aunque la protagonista tenga una importante carga espiritual y religiosa, muy acorde con su tiempo, La mujer nueva es una obra avanzada y a la vanguardia de una novelística que, como dice Ramón J. Sender, «nos da entera y sin disfraz el alma femenina desde adentro».
La inquietud creadora de Manuel Arce le ha llevado a iniciar otra experiencia literaria: la novelística. La prueba más brillante de esta faceta, hasta hoy inédita, del gran escritor la encontramos en Testamento en la montaña. Esta novela, que obtuvo el Premio Concha Espina 1955, patrocinado por el Ayuntamiento de Torrelavega, constituye una magnífica lección de instinto narrativo. Con gran simplicidad de elementos crea las situaciones dramáticas y mantiene un ritmo narrativo inmenso sin necesidad de recurrir a recursos efectistas. Maneja el diálogo con una maestría que denota unas grandes dotes de observación y un estudio profundo de los caracteres.
Héctor Vázquez-Azpiri nació en Oviedo, en el año 1931. Se trata, pues, de uno de los más jóvenes escritores con que cuentan hoy las letras españolas. Estudió el bachillerato en Gijón, y con posterioridad pasó a la Facultad de Filosofía y Letras, primero en Oviedo y luego en Madrid. Ha hecho crítica de arte y ha vivido una insólita experiencia: la de ser secuestrado, durante el verano de 1951, en Llanes. La aparición de Héctor Vázquez-Azpiri como novelista tiene un carácter resonante al llegar a finalista en el Premio Eugenio Nadal 1955, con su novela Víbora. Se advierte en seguida que se trata de una auténtica revelación literaria, pues es una obra que posee una marcada personalidad. Víbora centra el relato en unos tipos humanos de extraordinaria fuerza, y mantiene la tensión narrativa en forma admirable, a través de un estilo de gran modernidad y plástico atractivo. Obra dura, de situaciones violentas y personajes crueles, cuya acción se localiza en Méjico y en España.
Pablo Marín vive estrechamente en un cuartucho de su mísero salario de funcionario de Correos. Pablo hace castillos en el aire sobre posibles subsidios y subidas de sueldo que le permitan salir de tanta miseria. Su mujer, Teresa, hundida en el tedio y la rutina, también fantasea con los tiempos en los que podría haber conseguido un marido mejor. Pero los cosas empeoran. Tienen que abandonar la habitación que —con la carestía de los años 50— ya no pueden pagar. Se instalan, al fin, en otra igual de mísera, pero un día, al volver del trabajo, Pedro descubre que las cosas todavía pueden ir a peor…Uno de los aciertos de Funcionario público radica en que esta trama vulgar —la carestía de la vida y de la vivienda, en particular, en la España de los 50— se convierte en el eje del relato. Los personajes viven un proceso de desilusión y escepticismo ante el que se limitan a estar, maniatados por la pasividad. Padecen y son víctimas de unas circunstancias fuera de su control.Funcionario público fue la primera novela escrita por una mujer que se ajusta a los procedimientos teóricos del Realismo Social. La técnica narrativa se basa en un narrador omnisciente, en tercera persona, que crea la ilusión de objetividad, incluyendo, entre otras fórmulas, retazos de artículos de los periódicos de la época. La enunciación de los pensamientos, ideas y preocupaciones de los personajes, los que no comunican a los demás y tienen en ocasiones un tono irónico, amargo y mordaz, los expresa ese narrador en un monólogo —que tipográficamente aparece entre paréntesis— que refleja el proceso mental de la conciencia individual.
Con el título de Nuevo retablo de don Cristobita. Camilo José Cela nos ofrece el más original, atractivo y brillante conjunto de cuentos de nuestros días. Estas invenciones, figuraciones y alucinaciones son páginas inimitables del magistral escritor. Con su personalísimo estilo, nos transmite una original visión en la que el colorido de sus descripciones, el crudo retrato de sus personajes y la atrayente concepción general de la obra, conducirán al lector por caminos y senderos totalmente nuevos y atrayentes.
Enrique Nácher nació en Las Palmas. Cursó la carrera de Medicina, y durante sus estudios fundó y dirigió un periódico de humor titulado El Búho Vivo. Estrenó también entonces dos revistas teatrales: Vampiresas 1933 y The Buho Vivo Revue. Después se dedicó a sus tareas profesionales, hasta que presenta tres novelas al Premio Nadal del año 1949, siendo dos citadas con mérito hasta quedar Buhardilla clasificada en tercer lugar.
En Guanche , Enrique Nácher logra una sugestiva interpretación de los tipos raciales de las Islas Afortunadas, hombres y mujeres canarios moviéndose ante un exuberante fondo de plataneras, viviendo y moviendo sin traicionar su peculiar idiosincrasia. Transcurren por estas páginas personajes de recia contextura psicológica, y arrancando de un episodio trágico, el argumento se remonta, fluctúa entre lo amable y lo áspero y se cierra en un final que acredita las dotes del novelista. Esta obra se hizo acreedora del Premio Pérez Galdós otorgado por la Casa de Colón en Las Palmas de Gran Canaria.
Verás el cielo abierto es una bella historia en la que una niña, desamparada física y espiritualmente, quiere convertirse en heroínas de una nueva aparición de la Virgen y la finge en connivencia con otros dos pequeños en una presa en construcción. Tema que le ofrece la posibilidad de conjugar el más acendrado lirismo con la injusticia social y el desamparo obrero.