Publicada originalmente en 1970 es la primera novela de Ana María Moix. Una obra que deslumbró por la riqueza y la sutileza de su prosa y por la creación de un personaje tan inolvidable como Julia, una chica que se niega a crecer, una joven en constante lucha con la niña que fue y que aún gobierna su presente. Novela mítica y fundacional sobre las dificultades de aprender las artes de ser maduro, Julia es también un espléndido retrato de la sociedad barcelonesa de los años sesenta vista con ojos desengañados e irónicos, así como la radiografía del mundo universitario,rebelde e ingenuo, de aquella época. El ámbito familiar en especial la relación difícil con la madre, la lucha interna entre Julia y Julita y el esfuerzo de convivir con una dura realidad, tanto histórica como inmediata, son los motivos vertebradores de este texto magistral que, más de treinta años después de su publicación, sigue regalándonos la misma intensidad y emoción de entonces.
«Si las dejas, las mujeres harán de ti un esclavo». La filosofía de Gideon había destruido la vida de Marina. Marina era una joven ingenua y romántica, cuyo mundo estaba rodeado de fantasías. Vivía con su abuelo en una remota cabaña, y para ambos la música era la felicidad. Pero la repentina llegada de Gideon Firth trastornó todo ese equilibrio. Él era todo lo contrario en ella: mundano, encantador, poderoso. Y, sin embargo, la había subyugado. ¿Qué le pasaba? Mejor dicho, ¿qué le había pasado?...
Deja de portarte como una virgen frustrada, y actúa como una mujer adulta.
Carolina se sintió decepcionada al descubrir que él sólo tenía planeada una aventura pasajera.
Carolina descubrió desesperada que la casa donde trabajaría como institutriz pertenecía al hombre al que había intentado olvidar durante seis años. James se debía a su esposa inválida, y cuando quiso huir se sintió atrapada por la hija de James.
Por fin, Thad salió del hospital donde había estado durante varios meses, a causa de un accidente de coche. Pero se había producido un cambio en su carácter al que Vanessa, su mujer, no encontraba explicación. No lograba entender por qué gozaba humillándola. ¿Estarían afectadas sus facultades mentales? ¿Habría dejado de amarla?
Cuando Lisa supo que el atractivo Matt Wolfe, famosa estrella de televisión, vendría a vivir al pintoresco pueblito de Cornualles, a la orilla del mar, presintió que habría problemas… tenía razón. Desde el principio, Matt comenzó a involucrarse en su vida, con demasiada frecuencia, para su tranquilidad. La mundana vida del actor, no era la de ella y debía alejarse de él, para evitarse sufrimientos. Además, no deseaba formar parte de un triángulo amoroso, en el que participaba la hermosa Livia Marlowe, como tercera en discordia.
¿Casarse con Alex Lefkas? ¡Ni pensarlo! Era un hombre que trataba a las mujeres en forma despiadada. Sin embargo...
El apuesto y acaudalado Alex Lefkas, estaba acostumbrado a conseguir lo que quería de una mujer.
Ahora, se había encaprichado con Sophie Bryant. Por primera vez, él no iba a conseguir lo que deseaba, ya que la joven era distinta a las mujeres a las que Alex estaba acostumbrado. Además Sophie creía que aun estaba enamorada de su antiguo novio, Simón, y que este sentimiento la protegía del atractivo indiscutible de Alex Lefkas, ¿o no era así?
Después de la muerte de su tío, Dominique quedó bajo la tutela de James Mannering hasta su mayoría de edad. James poseía un irresistible atractivo que enloquecía a las mujeres, y fue inevitable que Dominique sucumbiera a sus encantos. Pero para él sólo era una niña… y ella no estaba dispuesta a que la tratara de esa forma.
Era un hombre cruel y Toni lo sabía. Sin embargo, ella lo amaba desesperadamente... El arrogante conde Joao Vimaranes no estaba dispuesto a perdonarle a Toni que hubiera tratado de engañarles, a él y a su familia. La obligó a quedarse con él después de pagar a su amigo Paul para que desapareciera de allí....
Jade era una buena chica y no tenía culpa de que sus compañeros de trabajo consideraran que su buenos modales y educada voz, fuera una señal de esnobismo que los hacía sentir menos. Era tan agradable y atractiva que cuando conoció al noble don Diego da Luz Pereira da Silves, mientras vacacionaba en Portugal, éste le propuso matrimonio. Fue hasta después de su boda que don Diego cometió un error con Jade y la acusó de haberse casado con él por su dinero. Sin poder evitarlo, a menudo recordaba el dicho: “El hombre, como la luna, tiene una cara oculta”. ¿Era justo que su esposo la condenara a vivir a la sombra del hombre que adoraba?
¡Qué absurdo es amar a alguien de quien no se sabe nada! Si sólo hablara y riera conmigo… Emily era la envidia del equipo de enfermeras. ¡Ella trabajaba con el alto y atractivo profesor Renier Jurres-Romeijn! No es que Emily considerara su posición envidiable de ninguna manera. Ella sabía la opinión que el «grandioso hombre» tenía de ella… De cualquier forma, Emily le restó importancia al asunto. Ella estaba en el hospital para ser una buena enfermera, ¡no para ganar un certamen de belleza! Los puntos de vida del profesor mostraban el tipo aborrecible que sin duda era. Pero… ¿por qué la hería tanto que encontrara a su vivaz hermana, Louisa, tan encantadora?
A Patrick le disgustaba lo que había sucedido entre ellos dos esa noche, sobre todo porque era muy poco lo que podía recordar.
Mediante un engaño, Ruth consigue que Patrick se case con ella. Acostumbrada a vivir rodeada de lujo, le resultó difícil adaptarse a aquel pueblo de Venezuela. A pesar de las barreras que los separaban, estaba dispuesta a luchar por su amor.
Amaba a Michael, pero no podía aceptar ser su esposa porque descubriría su secreto...
Sara es invitada por su amiga Diane a pasar unos días en su casa de Cornwall. Sara espera encontrar allí la tranquilidad que necesitaba después de haber sufrido un fracaso amoroso. Pero la esperaba una gran sorpresa: en la casa se hallaba Michael Tregower, el cuñado de Diane. Sara había caído en la trampa que le había tendido su amiga, y no sabía cómo escapar de aquel hombre que se había apoderado de su corazón.
¿Podía culparse a Carl por serle infiel a la esposa que lo rechazaba? Antonia aceptó casarse con Carl Barnard, porque creía que lograría olvidar la trágica desaparición de su primer amor. Además, el matrimonio la alejaría del ambiente represivo en el que había sido educada. Carl accedió a su petición de que el matrimonio sólo fuera de nombre, pero, ¿podría ella confiar en que él mantuviera su palabra? Había empezado a surgir entre ellos un extraño sentimiento. ¿Sería quizás amor?
Parecía que todos los Fortune estaban encontrando el amor, todos menos Emily. Bonita, desenvuelta y lista, la hija mayor de los Fortune había renunciado a encontrar a Don Perfecto para empezar a buscar al Bebé Perfecto. Y entonces conoció a un hombre. Nadie habría imaginado al tosco Max Allen con una princesa mimada como Emily. El alto y greñudo trabajador del aeropuerto no había tenido suerte en la vida. Después de perder al pequeño Anthony, había jurado no volver a querer a otro niño. Y de pronto se encontraba enamorado de una elegante y sofisticada mujer empeñada en tener un bebé. ¿Estaba Max condenado a volver a sufrir? ¿O sería la adinerada señorita Fortune quien por fin consiguiera curar su dolor?
—Muchos matrimonios tienen éxito porque están basados en la mutua simpatía y en el respeto —asegura el doctor Hugo van Elven a la enfermera Sarah Dunn, y ella no lo pone en duda. Con el corazón destrozado por el cruel rechazo del hombre que ama, decide no volver a enamorarse, así que la propuesta de matrimonio de su jefe le parece ideal, sobre todo porque él también venera los recuerdos del amor perdido, que no va a pedir de ella más que amistad. El problema empieza cuando Sarah se enamora de Hugo… ¡después que Janet, la mujer que él amaba, vuelve a su vida!
Christina llevaba una vida tranquila pero feliz, compartiendo la casa con su hermano, de quien cuidaba. Y fue una gran sorpresa para la joven cuando él le anunció que se iba a casar y que preferiría que ella se cambiara de casa. Para Christina las cosas empeoraron aún más, al enamorarse del atractivo Adam ter Brandt, quien le había ofrecido trabajo en el hospital que él y su hermano tenían en Holanda. Una vez que Christina tomó posesión de su nuevo puesto, se dio cuenta de que había interpretado mal el interés de Adam por ella.
Después de diez años, Jonás regresó a la cerrada comunidad de Vermont, donde tiempo atrás se había enamorado locamente de Bridget. Ahora, él no ocultaba el hecho de que todavía la deseaba. Pero Bridget no podía perdonarle el que hubiera aceptado el dinero que sus padres le ofrecieron a cambio de que la dejara. Jonás, por otra parte, sentía unos celos intensos del difunto marido de Bridget, con el que ella había tenido una hija. En tales circunstancias, ¿qué oportunidad tenían de reconciliación?