También publicado con el título: ¿Profesión o amor? ¿Podrían ellos dejar a un lado su carrera para encontrar el amor? Alexandra lucho mucho para abrirse paso en su carrera como diseñadora de interiores. No permitiría que el amor influyera en el estilo de su vida que con tanto cuidado se había labrado. Hasta que en una comisión de trabajo en Vancouver conoció a Laurier Tait, ¿Era una atracción pasajera o seria su única oportunidad para alcanzar la felicidad? Alex creyó saber la respuesta, ¿pero era la adecuada para ella?
Tu abuelo piensa que es una buena idea que nos casemos... Roderick Anstruther le ofrecía a Flower todo lo que la joven deseaba: la hermosa casa que llegó a considerar como su hogar, el estilo de vida que se adaptaba a sus inclinaciones y un atractivo y excitante esposo. Sólo había un problema: el amor no formaba parte del trato. Y Flower, cuanto más conocía a Roderick, más cuenta se daba de los frío que sería su matrimonio sin ese ingrediente vital...
—¿Qué es más importante para ti... la felicidad de tus hijos, o la tuya? Sapphy sabía que sólo existía una respuesta a la pregunta de su marido. Haría cualquier cosa por asegurar el bienestar y la felicidad de sus gemelos. Dadas las circunstancias, no podía rechazar la poco usual oferta de Thane, puesto que eso le permitiría estar cerca de los niños... sin embargo, también la acercaría de nuevo a su influencia.
La culpa era de Beth, por haber aceptado casarse con Charles Savage. ¿Cómo pudo pensar que podría competir con Zanna, la despampanante pelirroja madre del hijo de él, pero también la mujer que lo abandonó sin consideración?
Beth trató de hacerlo feliz, pero ahora debía reconocer que su matrimonio era una farsa. Lo mejor sería ponerle fin y renunciar a la lucha. Pero Charles no se mostró complacido con esa idea. ¿Pensaría acaso que podía conservar a las dos mujeres en su vida?
La carrera de Amber Wynyard la hacía sentirse plena y le permitía viajar por todo el mundo. La joven tenía su futuro resuelto y no necesitaba a un hombre con quien compartirlo... Hasta que Joel Matheson llegó a su vida y le presentó un nuevo desafío. Muy franco y poco convencional, amenazó con derribar las barreras que ella había erigido para protegerse. Si Amber le permitía pintarla, como él insistía, ¿descubriría Joel el secreto que ella ocultó durante años?
¡Eres mía y no dejaré que te vayas! Y al final te reconquistaré. Conservo lo que poseo... Katherine Donovan quería divorciarse, aunque el terco de su marido no pudiera aceptarlo. ¿Por qué insistía en perseguirla, en particular ahora que él tenía a una nueva amiga con quien ocupar su tiempo? A menos que se propusiera provocarle celos... Pues bien, no daría resultado. De eso estaba cien por ciento segura... o casi.
El crucero que Charlotte realizaría por las islas Maldivas la llenaba de felicidad. Y Dean Richmond era el hombre ideal con quien compartir esa experiencia. Era dinámico y encantador, y su compañía, estimulante y divertida. Era el tipo de hombre por el que muchas mujeres perderían la cabeza. ¿Pero qué sentía él por Charlotte?
El millonario Raoul de Chevnair había conquistado a Leigh inmediatamente, insistiendo en que se casara con él hasta que ella aceptó. Pero su matrimonio no resultaría como ella había imaginado. Raoul la traicionó con otra mujer y esto la obligó a huir de su lado. Durante cinco años, él no hizo ningún esfuerzo para verla, pero cuando Leigh menos lo esperaba, cuando creía que al fin estaba recuperada de su fracaso, él apareció dispuesto a entrar de nuevo en su vida. No lo permitiría. Raoul tenía que comprender que todo había terminado entre ellos...
Encontrar a su exmarido, Reid, en el mismo crucero de aventura no era la idea de Annys de unas vacaciones divertidas. Pero apenas se asombró, ya que este tipo de vacaciones satisfacían las personalidades de ambos... de despliegue físico y competitividad. Requerían que los participantes tuvieran las cualidades que constituyeron la inicial atracción entre Reid y Annys... y que luego contribuyeron a su separación.
El desafío de integrar la tripulación del barco sería el combustible que alimentaría el deseo de ambos de revivir el pasado en común. Pero ¿no les ocasionaría su reverdecida pasión más angustia, sobre todo teniendo en cuenta que ya sabían, por experiencia, que formaban un equipo incapaz de ganar?
Cuando Vitor y Ashley hicieron el amor, él le dio a entender con toda claridad que no quería tener ningún tipo de relación con ella. Ashley lo aceptó y cuidó sola a su hijo durante dos años... hasta que volvió a encontrarse con él. Parecía que Vitor quería iniciar una nueva relación, pero Ashley no estaba dispuesta a cometer el mismo error dos veces. No permitiría que volviera a hacerla sufrir, ni que le quitara a Thomas si llegaba a enterarse de que era su hijo.
A pesar de que Adam Palmer era un hombre muy atractivo, su vanidad y arrogancia acabaron con el amor de adolescente que un día Christina sintió por él. Ahora, años después, Adam parecía interesarse por ella, a pesar de que decía que prefería a las rubias de piernas estupendas. Entonces qué pretendía, ¿acaso le divertía jugar con los sentimientos de una chica sencilla?
Los MacAllister y los Struan habían sido enemigos durante siglos, y aún seguían siéndolo… Shona Struan lo sabía mejor que nadie, a pesar de que hubo un tiempo en que creyó que el amor que existía entre Dirk MacAllister y ella podría terminar con la enemistad entre las dos familias…
Emily Musgrave escapaba. Era su deber proteger a su joven sobrino Tom de caer en las manos de su posesivo tío. Había buscado la ayuda de Sandy MacPherson y ahora se encontraba comprometida con él. Lo que más le molestaba a Emily era pensar que, sin importar lo encantador y sensual que el hombre le pareciera, había algo que no le gustaba de él…
Jaime de Rojas, representaba todo lo que Beth despreciaba en un hombre. Dominante, grosero y duro eran algunos de los adjetivos que, según ella, podían describirlo. Sin embargo, a la joven le pareció maravilloso aceptar el puesto de institutriz de su sobrino Mateo. Aunque quizás arriesgaba demasiado al quedarse en el rancho de Jaime en México...
Nicola quedó consternada al descubrir que tenía que pasarse sus vacaciones en Turquía, junto a un hombre al que odiaba. La prensa decía que Richard Russell era un buen partido, pero sabía que era un jefe duro, hostil y sin compasión, que la había despedido de su empleo sin miramientos… Aunque a medida que pasaba el tiempo, Nicola empezó a preguntarse si no estaría equivocada.
Jacy lo habría dado todo por el amor de Leo Kozakis, hacía diez años, pero él la rechazó con crueldad. Así que lo más sensato era olvidarse de la apuesta que acababa de hacer, pero el deseo la venció; se dijo que lo hacía por venganza y porque ahora era una digna rival del arrogante griego.
Para Nadine, su marido siempre había sido un extraño. Ahora, Sean quería que le diera una segunda oportunidad, pero ella estaba segura de que su relación volvería a fracasar. Aún era el mismo hombre arrogante con el que se casó y del que se divorció. Él ya no significaba nada para ella, se decía a sí misma y se lo repetía constantemente, pues así quizás algún día lo creería en realidad.
Rafe Lindsay, conde de Invercaldy, era dueño absoluto de aquella zona de Escocia. Pero Isobel decidió que si él pensaba ejercer su 'derecho de pernada' sobre ella, como nueva arrendataria, estaba totalmente equivocado. Aquellos días habían pasado hacía mucho tiempo. Y un hombre que lo tenía todo no podía estar realmente interesado en una viuda que estaba luchando por salir adelante con una hija rebelde y problemática.
La cuidadosamente cultivada indiferencia de Olivia solía ser suficiente para espantar a los más decididos admiradores. Pero Max Hamilton parecía decidido a descubrir qué había debajo. ¿Estaba sintiendo una auténtica atracción por ella con la ayuda del romántico ambiente del norte de Italia? ¿O era que encontraba un reto en la frialdad de Olivia, resultado de su desagradable experiencia con el matrimonio?
Cuando Kate Poole localizó al nieto de la señora Walcott, la andana para la que trabajaba, y con quien él no deseaba mantener ninguna relación, estaba lejos de adivinar las consecuencias que aquello le acarrearía. Renombrado conquistador, Xan Walcott era diferente de todos los hombres que ella había conocido antes, y decididamente mucho más peligroso. Era capaz de utilizarla y de abandonarla sin vacilar ni un momento y, aunque la necesidad la había obligado a trabajar con él en Creta, Kate confiaba en que su fría determinación la libraría de caer presa del legendario encanto de Xan.