Los habitantes de Aldeaseca ven alteradas sus vidas cuando se les anuncia que se va a construir una central eléctrica. Se levantará una gran presa, y su pueblo quedará anegado por las aguas del pantano. No deben verlo como una tragedia, les dicen. La empresa les sacará de su vida ligada al campo y estancada en la Edad Media para darles un empleo como obreros de la construcción de la misma presa o en la central eléctrica. Se acabará el atraso y llegará el progreso, les aseguran. No les dicen que perderán sus vidas tal cómo se habían desarrollado hasta entonces, y en algunos casos de forma literal: uno de los ingenieros afirma fríamente que lo normal es que mueran más de 100 trabajadores de media en la construcción de una central.La presa y la central cobran vida metafórica: la novela nos habla de la presión que las grandes empresas ejerce sobre la vida de los trabajadores y de como el trato paternalista consigue poner a la gente de parte de esas empresas, que les han cambiado sus vidas para llenarlas de agobios y penurias económicas con la falsa promesa de que eso es bueno para ellos mismos. Pero también habla de la épica del trabajo y de personas que encuentran en su profesión, y en la satisfacción de ejercerla correctamente, un motivo que llena sus vidas.La acción de Central eléctrica se sitúa cronológicamente en los días previos a la Guerra Civil, y contiene, según afirma su autor, abundantes elementos autobiográficos.Sin embargo, Central eléctrica es una novela muy actual. Quizá una novela atemporal Son las relaciones económicas y laborales y la sociedad de consumo los ejes de una novela que en realidad habla de lo que las personas pierden de libertad cuando ya no trabajan para vivir sino para ser esclavos de las deudas que les impone el consumo desmedido de bienes innecesarios.
Pintado sobre el vacío supone el segundo triunfo de Manuel Arce. En esta novela, ganadora del Premio Estanislao Abarca, desarrolla el caso de conciencia que se plantea un escritor ante la muerte de su mujer, a la que no era enteramente fiel, a causa de un accidente que se ignora si ha sido fortuito o deliberado. El relato, merced a una prosa dúctil y expresiva, posee una fuerza sugestiva, asentada en el original desarrollo y enfoque, a la que es imposible sustraerse.
Manuel V. Peña nació en Santiago de Compostela, en cuya Universidad se licenció en Medicina. Premiado varias veces por sus trabajos de investigación, algunos de gran resonancia. Ha vivido, durante unos años en distintos países de Hispanoamérica. Publicó La vida entre la muerte y la tumba (Germen, Portugal), primer ensayo de cierta envergadura. Su Semblanza apasionada de Galicia fue reproducida por numerosas publicaciones de España y América. Sus ensayos sobre arte y artículos han visto la luz en distintos países y pasan del centenar. Ahora vive en La Coruña, a la que describe en La ruta , relato que quedó brillantemente clasificado en el Premio Eugenio Nadal 1957. Nada se ha escrito en España sobre la vida de los puertos pesqueros que tenga un interés tan apasionante como La ruta. Manuel V. Peña ha compuesto un brillante retablo en el cual, los tipos que por él desfilan, el ambiente que los envuelve y el brillante colorido, otorgan a esta novela sobre la gente que vive dedicada al negocio del pescado, singulares calidades literarias.
El pez sigue flotando es una novela social; narra unos meses de la vida de los inquilinos de una casa de vecindad en el Madrid de finales de los cincuenta. Los seres ficticios, representantes de la clase media, intentan comportarse acordes con la etiqueta de esta sociedad. Sin embargo, no siempre resulta fácil renunciar a los propios deseos, amoldarse sin manifestar un mínimo signo de voluntad propia. Los apuros internos que sufren remiten directamente a la sociedad real, franquista, de grandes contrastes y conflictos y donde, sin embargo, en el fondo nunca cambia nada.Esta novela tiene una estructura muy original para la época: una obra que se compone de varias historias autónomas pero interdependientes, intercaladas en una novela dentro de la narración marco. Lena Rivero, álter ego de Dolores Medio, no sólo observa a sus vecinos y los convierte en personajes de la novela que está escribiendo, sino que denuncia anomalías de la sociedad, como la envidia, la preocupación por el qué dirá la gente y la hipocresía.
La acción de Los bravos se sitúa en un pueblecito leonés en la frontera de Asturias, un pueblo de doce vecinos —esto es, unas sesenta personas— al que llega un joven médico. En el pueblo se trabaja muy duro y los beneficios son escasos. Se malvive del pastoreo, de la pesca furtiva, de conducir un auto desvencijado, de regir una taberna. Y sobre las gentes, omnipresente, está don Prudencio, el rico de la aldea, el cacique viejo y egoísta, al que el joven médico se enfrentará quitándole a Socorro, su criada y amante. Pero vencer a un cacique no suele bastar para liberar a una comunidad…Exploración de los violentos condicionantes de la España rural de la posguerra y análisis del desamparo y el esfuerzo de unos hombres que, más allá de remedios provisionales o represalias inútiles, muestran una sobria y extraña dignidad.Los bravos es una novela que se lee con placer insólito. El estilo plástico y objetivo de Fernández Santos, su sabiduría escénica y la construcción cinematográfica de la historia a base de secuencias y de escenas rapidísimas, hacen de este libro una obra profundamente innovadora, de definitivas repercusiones en nuestra narrativa.
Hans Habe nació en Budapest el 12 de febrero de 1911. Frecuentó las Universidades de Viena y Heidelberg. Desde 1929 hasta que estalló la guerra de 1939 se dedicó al ejercicio del periodismo, en el que desarrolló una gran actividad, especialmente en la Sociedad de Naciones de Ginebra. En su condición de miembro del ejército francés fue internado en un campo alemán de prisioneros, del que escapó en 1940. Encuadrado en el ejército americano Habe tomó parte en la campaña de 1941, alcanzando al final de la contienda la graduación de mayor. En 1945 colaboró en la reorganización de la prensa alemana, y luego se trasladó a Hollywood, donde durante cuatro años se dedicó a escribir guiones y libros. Esta labor quedó interrumpida al convertirse en redactor jefe de varios periódicos y revistas alemanas. Entre sus obras destaca Prohibido el paso.
En Prohibido el paso , Hans Habe presenta un relato fechado durante la ocupación americana de Alemania, en el que se mueven una serie de personajes que quedarán grabados en la memoria del lector.
Manfred Gregor nació en Tailfingen en 1929, trasladándose a la Alta Baviera, donde en 1945, en el último mes de la guerra y contando dieciséis años, fue incorporado a la lucha. Luego trabajó para costearse los estudios, y desde 1954 dirige la sección extranjera de un periódico.
El puente es su primera y afortunadísima novela, pues ha sido traducida ya a todos los idiomas y llevada al cine. El tema es apasionante: en mayo de 1945 siete muchachos movilizados reciben la orden de defender un puente durante unas horas para frenar el avance americano. Muere el sargento que los mandaba, que estaba resuelto a enviarlos a sus casas, y cada muchacho queda a solas con su destino. Gregor cuenta con una fuerza insuperable la historia dramática de esa juventud engañada, de la cual es él mismo un portavoz autorizado, y no es de extrañar, por tanto el éxito mundial de esta tierna y áspera novela.
Joaquín, un joven jornalero granadino, se ve obligado a emigrar para trabajar en las minas. El amo de su pueblo se niega a arrendarle tierras para trabajarlas, y los jornales de peón agrícola no alcanzan para vivir.El trabajo de minero es duro, inhumano, y las medidas de seguridad, escasas, pero el sueldo y los destajos le permiten a Joaquín alquilar una casa, y empezar a soñar con volver a su pueblo y comprar unas tierras para trabajarlas.Narrada con un estilo preciso, periodístico, La mina tiene una fuerza extraordinaria. Los problemas de sus protagonistas y sus esperanzas, que cada uno expresa a su manera, adquieren en esta novela un relieve grandioso. Los personajes se integran fuertemente en su contexto social e histórico que, en definitiva, es lo que les da una explicación. Aunque se ha adscrito esta novela a la corriente literaria del «realismo social», quizá sería más correcto considerarla como «realismo histórico» en el sentido marxista del término.La mina resultó finalista del Premio Nadal de 1959.
Temperamentales está protagonizada por un grupo de enfermos reunidos al azar en la fonda de un pueblo de alta montaña. Al tiempo que intentan recobrar la salud se exacerban en ellos las pasiones amorosas y eróticas. La mojigatería y el puritanismo externo de la época (la posguerra española), son una traba constante para los escarceos de estos temperamentales. Su misma moralidad les llena de contradicciones y falsas soluciones. Una endemoniada partida de damas con que distraen el tedio, concede un original e inesperado final al relato.Temperamentales es una novela llena de lirismo y desgarro. El estrecho pero hirviente mundo descrito en ella era bien conocido por Candel, que había estado en un lugar parecido recobrándose de una tuberculosis, enfermedad por entonces mortal en muchos casos. Candel lo describe con causticidad y agudo sentido de la observación, no exento de ternura y humanismo.
Corre el año 1935. Irene Gal, de diecinueve años, acaba de terminar sus estudios de Magisterio y recibe el curso preparatorio antes de tomar el destino como maestra. Ahí conoce al profesor Máximo Sáenz, con quien mantiene una impetuosa relación amorosa. La destinan a una aldea asturiana y empieza su difícil tarea como maestra. Su ideología republicana, su enseñanza innovadora, sus ideales de renovación y libertad chocan con las ideas conservadoras de los paisanos, con la mezquina y roma vida rural. Su carácter inconformista, rebelde, su entusiasmo y su entrega son calificados de heterodoxos. Estalla la guerra civil y Max es encarcelado por su ideología socialista. Ayuda como enfermera en el hospital y allí se entera de que Max ha sido condenado a muerte.Aunque la anécdota amorosa invade todo el relato y limita la trascendencia de los conflictos sociales y políticos que la novela relata, Diario de una maestra es una novela social en el más estricto sentido del término, en la que sin tapujos ni medias tintas, la autora adopta una postura política e ideológica y con actitud crítica y de denuncia relata la situación política y social, que un amplio sector de la población padece en la España de pre y posguerra.
Nino Quevedo nació en Madrid, en 1929. Se licenció en Derecho, alternando sus estudios con sus primeros trabajos literarios. Ha obtenido el Premio «Sésamo» de cuentos y ha quedado finalista en varios importantes concursos de novelas. Las noches sin estrellas es la primera novela que se publica de Nino Quevedo. Se trata de una novela de acción en la que el autor nos presenta una trágica historia de amor entre un hombre fuera de la ley y una muchacha de un pueblo de la frontera. Los supuestos sociológicos que originan la dramática situación vivida por los protagonistas están sobriamente apuntados por el novelista, que ha conseguido con Las noches sin estrellas una novela de extraordinario valor en una admirable fusión de sencillez y fuerza. «Las noches sin estrellas» quedó en tercer lugar en el Premio «Eugenio Nadal» 1960.
A partir de un hecho cotidiano —unos obreros cavando una zanja—, Grosso va trazando una espiral que parte de los propios trabajadores de la zanja y, evitando cualquier pintoresquismo costumbrista, nos ofrece un vívido retrato de la Andalucía de mediados del siglo XX. El contrapunto lo pone el personal civil y militar de una base militar americana próxima.Considerada como uno de los paradigmas de la novela social española junto a las primeras obras de los hermanos Goytisolo y de Carmen Martín Gaite, en La zanja, Grosso se sirve de una estructura cinematográfica, y sus descripciones parecen ser el resultado de una cámara manejada hábilmente y enfocada hacia la realidad circundante. La separación de las secuencias que forman el relato se hace por diversos medios: espacios en blanco, líneas de puntos, asteriscos, etc. Además, el uso de la tipografía (normal o cursiva) sirve para diferenciar o resaltar determinadas secuencias o marcar el tiempo en la novela.Cargada de denuncia, y crítica con la realidad española del momento, tanto por su temática, como por sus recursos estilísticos, la obra mantiene semejanzas con otras novelas de la época como La Colmena (1951) de Cela, o El Jarama (1956) de Sánchez Ferlosio.
El ser humano, aun sumido en el anonimato de la masa, tiene una noción muy precisa de su propia e íntima importancia. Todos nos sentimos importantes. Este hecho fundamental constituye la base de esta novela en la que el autor describe la vida del suburbio ciudadano a través de sus «importantes», anecdotario vivo de la realidad cotidiana enervada por la concesión de un premio literario a uno de sus más destacados miembros, situando al lector frente a una serie de tipos humanos y circunstancias ambientales de innegable densidad dramática con la habilidad y gracejo suficientes para que aflore una sonrisa a sus labios.
Ana María Matute recoge en Historias de la Artámila veintidós relatos que mantienen una perfecta unidad de tono e intención dentro de una gran diversidad de temas. Algunas narraciones —La fiesta, La conciencia, Los alambradores— reflejan la crueldad de los seres humanos encerrados en sus egoísmos y ambiciones; otras se adentran en un universo infantil —Don Payasito, El rey, Los pájaros— hasta dar la justa medida de unos seres frágiles y fuertes a un tiempo, que gozan de su existencia con mayor pureza que los adultos.
Todos los relatos revelan una intensa preocupación social, que en ocasiones deviene francamente acusatoria, y que alterna con la ternura de los personajes. Con desbordante fuerza narrativa, Historias de la Artámila recoge recuerdos fugaces y experiencias dolorosas, pero también ficciones esperanzadas y sencillas anécdotas, en una nueva demostración de talento de Ana María Matute, una de las escritoras más importantes de la literatura española del siglo XX.
En La tentación de vivir , Manuel Arce presenta a un hombre sometido a la doble presión del pasado y el presente, y a una mujer que desempeña un papel decisivo en el desenlace del problema. Una novela apasionante, escrita con un total dominio del arte de narrar.
Gilbert Cesbron realiza una notable carrera literaria. Ha obtenido entre otros premios el Prix des Lecteurs y el Sainte-Beuve. Ha publicado numerosos libros, pero su nombre ha dado la vuelta al mundo gracias a Los santos van al infierno , un libro realmente excepcional sobre el tema de la labor de los sacerdotes-obreros en París, que produce en el lector un impacto profundo. En Perros perdidos sin collar aborda Cesbron el estremecedor problema de la infancia desvalida. En Verás el cielo abierto , la inocencia y la malicia humanas se contrapuntan, cuando se anuncia la aparición de la Virgen en una presa… Era demasiado tarde es la novela de la eutanasia. ¡Soltad a Barrabás! es una valiente protesta en defensa de los inocentes injustamente condenados.
La sombra del pasado es la última novela de Cesbron. Su autor, desde la cumbre de su maestría literaria, nos ofrece un relato lleno de interés humano, donde vemos cómo las relaciones entre los hombres pueden ser alteradas por las piruetas de la historia.
María Luz Morales, nació en La Coruña. Trasladada siendo muy niña a Barcelona, en unión de su familia, la formación de María Luz Morales es, sin embargo, más mediterránea que norteña, y su labor de escritora se inicia y desarrolla, sobre todo, en la Ciudad Condal. Su figura literaria es bien conocida de todo lector de habla española a través del libro, la conferencia y el periódico. Son precisamente sus tareas de periodista, por espacio de más de veinticinco años, las que dan a María Luz Morales, en constante contacto con el público, una popularidad difícil de lograr por una mujer, en el ámbito de nuestras letras. Son incontables sus artículos publicados en diarios y revistas de España e Iberoamérica.
En Historias del décimo círculo María Luz Morales ha reunido un conjunto de bellísimas narraciones que nos revelan, una vez más, su delicada fantasía y talento literario. Por las páginas de Historias del décimo círculo corre un viento de emoción y lirismo que cautivará a todos sus lectores.
Eduardo Blanco Amor (Orense, 1897 - Vigo, 1979), en 1919 se va a Buenos Aires, y es colaborador de los más importantes periódicos de Hispanoamérica y profesor extraordinario de las Universidades de Chile, Uruguay y Nacional de La Plata. Ha fundado y dirigido numerosas publicaciones y a su impulso se deben empresas teatrales de alta calidad: «Teatro Español de Cámara», «Teatro Popular Gallego», etc. Ha publicado dos libros de poesía en castellano y tres en gallego; su ensayo Chile a la vista es una obra de gran resonancia. Su producción en prosa es más tardía y admirablemente madura. La catedral y el niño fue aplaudida sin reservas por la crítica, y a esta novela siguió A esmorga , que en edición castellana se titula La parranda.
Con Los miedos , Eduardo Blanco Amor fue finalista del Premio Eugenio Nadal 1961. Se trata de una novela de calidad excepcional por su estilo, de perfección desacostumbrada en la narrativa de hoy, y apasionante por su realismo humanísimo, tratado al mismo tiempo con refinamiento y crudeza. En ella, unos niños —Pedro Pablo, Diego, Rosa Andrea y Roque Lois— pasan sus vacaciones, como todos los años, en la finca de su abuela, situada en la Galicia rural. Se aproxima el gran ritual báquico de la vendimia y, día tras día, amenaza el reencuentro con la escuela. Como todos los años se abre un paréntesis feliz de cuatro meses. Pero este año se introducirá en la vida de los niños un elemento nuevo: el miedo. Y no se trata ya de los miedos imprecisos, e incluso líricos, que pueblan las noches indefensas de la infancia: miedo a la oscuridad, a los lobos, a los ladrones. Ahora será el miedo al mundo de los adultos, que los niños irán descubriendo estupefactos y horrorizados. Y deslumbrados también. No entenderán sus rituales, su minuciosa y absurda regulación de relaciones. Y, especialmente, no entenderán el sexo, el más decisivo descubrimiento de aquel verano. Con una prosa tersa y unos diálogos precisos e irónicos, Blanco Amor ha construido una novela excepcional sobre las angustias que anticipan la eclosión de la adolescencia.
Conjunto de 26 relatos de carácter muy variado —realistas, fantásticos e incluso picarescos— mediante los cuales el autor quiere enfocar las más dispares manifestaciones vitales. El amor, el sexo, la soledad sentimental son una constante en este libro.
Hubert von Breisky, salzburgués, doctorado en derecho por la Universidad de Viena, antes de empezar a escribir fue diplomático en las capitales europeas, plantador, cazador, ganadero, patrón de embarcaciones con tripulación negra en África, y viajero en Ceilán, el Himalaya, Turquía y Etiopía. Carecería de sentido presentar un seco esquema de la acción de la novela El coloso , pues ello equivaldría a servir un esqueleto en vez de un manjar jugoso. Una europea desesperada busca en África una nueva patria y se pierde en el continente donde se habla aún con los espíritus, donde existen todavía dioses vivos, donde organiza asesinatos el tribunal secreto del Mau-Mau y donde se encuentran en lucha las avanzadas de Oriente y Occidente. En el curso de una cacería, en la tierra montañosa del Cimani-Mani, las pasiones de los personajes de la narración alcanzan su cima más alta y les conducen a la catástrofe o a la solución final. El coloso es una emocionante novela del continente donde se halla el futuro de Europa.