Un joven periodista cae al vacío desde el ático de su casa de Madrid en pleno Domingo de Ramos. Todo parece accidental hasta que el comisario Luis Bernal empieza a sospechar si la víctima cayó o fue empujada. El comisario Bernal entra en una peligrosa espiral cuando descubre que el periodista tenía una información altamente delicada para el difícil equilibrio político que se vive en esos momentos en la España posfranquista. Pese a las sempiternas presiones de sus superiores, Bernal decide aclarar el asunto, en realidad un doble crimen, aun a riesgo de su vida, y decide hacerlo antes del Sábado de Gloria (antes de que acabe la histórica Semana Santa de 1977, llena de tensión política por la legalización del PCE y las primeras elecciones generales), para evitar una nostálgica y esperpéntica Resurrección. Con esta novela David Serafín recibió de manos de la crítica inglesa el John Creasey Memorial Award de 1979, por la creación de un clásico policíaco. Hoy, Sábado de Gloria es un fascinante retrato de la transición política española.
Madrid, 1977. Víspera electoral. Un psicópata anda suelto por el metro de la ciudad. Un caso para el comisario Bernal. Madrid, mayo de 1977. El país se prepara para las primeras elecciones generales después de cuarenta años de dictadura. Como las calles, las paredes del Metro están repletas de propaganda electoral. Nadie repara en un extraño hombre barbudo que sostiene a otro, excesivamente abrigado para la época, hasta que, con el tren ya en movimiento, este último se desploma. A los pocos días ocurre un caso similar y todo parece indicar que un psicópata anda suelto. El comisario Bernal, el Maigret español, decide intervenir desplegando a su gente por toda la red del subterráneo, husmeando literalmente por las entrañas de la ciudad.
Se acercan las Navidades de 1981 y en un periódico madrileño de derechas no dejan de publicarse extraños mensajes con la clave MAGOS. La Secretaría de la Casa Real acaba convenciendo al comisario Luis Bernal, el Maigret de Madrid, de que se encargue del caso y proteja a la familia real, aunque investigando la nueva intentona golpista con la máxima discreción, habida cuenta de las personalidades implicadas. Al mismo tiempo, mientras Madrid se viste de gala para las fiestas navideñas, se descubren dos cadáveres, uno carbonizado junto al Palacio de la Granja y otro flotando en el Tajo…, por lo que el comisario habrá de echar mano de toda su paciencia y sagacidad para descubrir a los culpables. Entretejiendo hábilmente los detalles de la investigación forense y policial con precisas referencias políticas y geográficas y con el mundo de las tradiciones populares, Serafín logra con Golpe de Reyes una obra de intriga realmente apasionante.
El comisario Bernal, de la Policía Judicial madrileña, y su beata esposa Eugenia están pasando la Semana Santa en Cádiz, donde ella medita sobre el divorcio que le ha solicitado su marido al tiempo que hace ejercicios espirituales en un convento. Aunque su visita a Cádiz obedece a motivos personales, Bernal se ve obligado a intervenir en la investigación policial a que da lugar el hallazgo del cadáver de un submarinista en unas redes de pesca. Pero si el submarinista no se ha ahogado —cosa que demuestra la autopsia—, ¿cómo se produjo su muerte? ¿Quién lo mató? ¿Y qué estaba haciendo en aquella estratégica zona de la bahía compartida por españoles y norteamericanos…?
Al anunciarse una visita preelectoral del presidente del Gobierno a Canarias, el ministro del Interior envía al comisario Luis Bernal y su grupo de la Brigada Criminal a la isla de Gran Canaria para reforzar las medidas de seguridad. Es una misión que satisface a Bernal, puesto que su amante, Consuelo Lozano, ha sido destinada discretamente a una sucursal de su banco en Las Palmas, a la espera del nacimiento de su hijo; sin embargo, coincidiendo con una serie de confusos incidentes, Consuelo es secuestrada por una pandilla de independentistas… ¿Logrará el comisario garantizar debidamente la seguridad del presidente y, a la vez, rescatar a su querida Consuelo? ¿Hay alguna relación entre ambas cosas? Con su maestría habitual, David Serafín nos ofrece una trama apasionante y una intriga de altos vuelos protagonizada por el popularísimo comisario Bernal.
Incapaz de acabar con una relación matrimonial cada vez más vacía, el comisario Bernal sólo piensa en las vacaciones de verano que va a pasar con su amante Consuelo. Pero, antes de abandonar Madrid, el director de la Seguridad del Estado le convoca a una reunión urgente: los terroristas de ETA amenazan con desencadenar una campaña de bombas a lo largo de las costas españolas, en plena temporada turística. Bernal es enviado a la Costa del Sol, donde además han desaparecido varios turistas extranjeros y ha sido asesinado un agente policial. Todo apunta hacia Torremolinos, ciudad en la que parece hallarse la clave de esta absorbente novela que deleitará a los muchos y exigentes admiradores del comisario Bernal.
Helmut Wellauer, un famoso director de orquesta, muere en circunstancias sospechosas. Su cadáver es hallado en un camerino del teatro veneciano La Fenice durante el entreacto de la ópera que estaba dirigiendo. El caso cae en manos del comisario Guido Brunetti, quien tendrá por delante una ardua y peligrosa labor, ya que muy pronto la muerte de Wellauer presentará derivaciones inquietantes: aberraciones sexuales, oscuras referencias al nazismo y todo un muestrario de vilezas que constituyen la cara oculta del rutilante mundo de la ópera.
Muerte en un país extraño, segunda novela de Donna Leon protagonizada por el comisario Brunetti, arranca con la aparición de un cuerpo en un canal veneciano. El cadáver corresponde a un súbdito americano, y Brunetti, resistiéndose a presiones superiores debidas a razones políticas, llega a relacionar esta muerte con una trama controlada por el gobierno italiano, el ejército americano y la mafia.
Un travesti ha sido asesinado y su cuerpo aparece con el rostro desfigurado. Quizás otra víctima anónima para el registro de crímenes sin resolver. Pero el comisario veneciano Guido Brunetti, obedeciendo a su infalible instinto, descubre que ese hombre vestido de mujer es Leonardo Mascari, director del Banco de Verona y respetable ciudadano en Venecia. Podría ser un simple caso de doble vida pero los indicios delatan que hay algo más. El comisario Brunetti encuentra a un abogado del Vaticano y activo miembro de la Lega della Moralità —asociación destinada a perpetuar la fe, la familia y las virtudes morales— en el apartamento de un chapero llamado Crespo. Y poco a poco se enfrenta a una trama en la que están implicados los niveles más altos del mundo financiero, gubernamental y eclesiástico.
El influyente abogado Carlo Trevisan es hallado muerto. Siguiendo la pista de lo que a primera vista parecía un sencillo caso de atraco en que la víctima ha ofrecido resistencia, Brunetti llegará hasta la signora Ceroni, jefa de una agencia de viajes que, en realidad, transporta muchachas desde la convulsa ex Yugoslavia hasta los burdeles de Venecia y los platós clandestinos en donde se filman las más escabrosas escenas de su violación y asesinato.
La arqueóloga norteamericana Brett Lynch, vieja conocida del comisario Guido Brunetti, de la policía de Venecia, sufre una agresión en su casa. Dos matones le advierten de ese modo que no debe reunirse con el dottor Semenzato, director del museo del Palacio Ducal, uno de los más relevantes de la ciudad. La amante de Brett, la soprano y diva Flavia Petrelli, la salva in extremis cuchillo en mano. Días después, Semenzato aparece muerto en su despacho. Alguien sin apego al arte ni demasiados escrúpulos le ha aplastado la cabeza con una bella pieza procedente de un yacimiento arqueológico. El melancólico, culto y pragmático comisario creado por Donna Leon se enfrentará, en esta su quinta aventura, a una trama mafiosa que extiende su red de contrabando al tráfico internacional de arte.
La existencia del comisario Guido Brunetti se ve alterada por la irrupción en su vida de ciertos elementos religiosos inquietantes. Durante un almuerzo familiar descubre que las clases de religión que recibe su hija, la adolescente Chiara, son impartidas por un sacerdote que da signos de un comportamiento poco menos que inadecuado. Al mismo tiempo, una monja que Brunetti conoce (Vestido para la muerte) llega a la questura de Venecia para exponer sus sospechas sobre las circunstancias de la muerte de unos ancianos en una residencia. En una aventura, la sexta que protagoniza el comisario, impregnada del pesimismo que envuelve a Venecia, Brunetti se enfrenta a poderes que se creen por encima de la ley de los hombres, por el hecho de asentarse sobre un entramado de intereses económicos e ideológicos. La acerada mirada de Donna Leon denuncia en esta ocasión las perversas prácticas sexuales que llevan a cabo algunos miembros de la Iglesia Católica, así como la corrupción que afecta a las esferas más influyentes de la institución ante el Papa.
Durante las obras de reforma de una finca abandonada en la campiña veneciana, se desentierra un cadáver parcialmente descompuesto y semidevorado por las alimañas. Cerca del lugar se encuentra un valioso anillo de sello, pista crucial que permite identificar el macabro descubrimiento: se trata de Roberto Lorenzoni, hijo de una de las familias más poderosas de Venecia, secuestrado dos años atrás y dado por desaparecido.Encargado de reabrir el caso, el comisario Brunetti necesitará el apoyo de la rama noble de su familia para adentrarse en el palpitante corazón de la aristocracia veneciana, donde los secretos están más que bien guardados. Una vez más, Donna Leon combina con increíble acierto la crudeza de la corrupción italiana, el encanto de sus personajes y el hechizo de la ciudad de Venecia.
Un inesperado acto de vandalismo acaba de cometerse en el frío amanecer veneciano. Una mujer impecablemente vestida ha destrozado el escaparate de una agencia de viajes como protesta ante la explotación del turismo sexual en países asiáticos… Cuando acude, el comisario Brunetti comprueba que el violento manifestante detenido en la escena del crimen no es otro que su esposa, Paola Brunetti. La crisis familiar que desencadena semejante situación somete a Brunetti a una presión extrema también en su trabajo: los jefes exigen resultados inmediatos en el esclarecimiento de un audaz robo y una muerte en extrañas circunstancias que apuntan directamente a la Mafia. El encontronazo de su vida profesional y su vida privada, ambas en la picota, y esa inexplicable conspiración por la que Paola lo ha arriesgado todo adoptando el peor remedio posible le conducen a una dramática encrucijada.
Cuando, recién casados, el comisario Brunetti y Paola encontraron piso, no se hicieron demasiadas preguntas: un apartamento con vistas sobre los tejados de Venecia era un estupendo hallazgo. Veinte años después, un inspector del catastro llama inesperadamente a su puerta para pedirles papeles y permisos que no tienen. Días más tarde, el funcionario llama a Brunetti a la comisaría completamente aterrorizado y con algo muy importante que revelarle. Nunca llegan a encontrarse porque un oportuno accidente va a costarle la vida al joven burócrata. Así, con algo más que averiguar que la legalidad de su propio apartamento, comienza Brunetti una investigación que le arrastrará hasta desconocidas facetas de la ciudad de los canales —drogas, chantaje, corrupción y especulación— para demostrarle que en Venecia es indispensable tener amigos en las altas esferas.
La décima novela del comisario Brunetti se desarrolla en Pellestrina, una isla de pescadores del sur de la laguna de Venecia. Dos pescadores de almejas, un padre y un hijo, han sido asesinados: un caso aparentemente fácil para Brunetti. Cuando el comisario se da cuenta de que no puede vencer la dificultad de entenderse en un dialecto diferente y la desconfianza que la cerrada cofradía de almejeros abriga contra la policía, accede a que la enigmática signorina Elettra pase unos días de vacaciones con unos parientes en la isla y averigüe, de incógnito, lo que esconde la impenetrable comunidad. El protagonismo de la infatigable signorina Elettra, los códigos de lealtad de una población sumamente peculiar, las alianzas, la amistad y el amor, convierten a Un mar de problemas en una de las creaciones más ricas de la gran «dama del crimen» actual.
Una estudiante acude al comisario Brunetti para pedirle consejo: ¿hay alguna forma legal de limpiar el buen nombre de su familia, mancillado por un crimen que cometió muchos años atrás su ya fallecido abuelo? Impresionado por su belleza e inteligencia, pero incapaz de ayudarla, Brunetti casi olvida el asunto hasta que la joven aparece asesinada en su apartamento. La investigación de este crimen transporta al infatigable comisario a la Segunda Guerra Mundial, cuando los judíos italianos fueron sistemáticamente despojados de sus obras de arte por parte de los nazis y sus colaboradores. A medida que Brunetti va desenterrando secretos de colaboracionismo, crimen organizado y explotación, se da cuenta de que se está adentrando en una época que los italianos, empezando por su propio padre y su suegro, el conde Orazio, tienen especial interés en ocultar. Los fantasmas del pasado son enemigos más peligrosos de lo que cabe imaginar.
Un cadete de una academia militar de élite aparece ahorcado. Todo indica que se trata de un suicidio, pero el comisario Brunetti empieza a sospechar del muro de silencio que levantan ante él todos los miembros de la academia, sea cual sea su graduación. El célebre detective está convencido de que tiene entre manos un delicado caso de asesinato que trasciende a la propia institución, pero su infalible olfato se confirma cuando conoce la identidad del padre del fallecido: un ex miembro del Parlamento italiano que dimitió de su cargo de forma tan repentina como polémica. ¿Qué relación existe entre el férreo código de honor de la academia y las más altas instancias del ejército y la política?
Esta nueva aventura del comisario Brunetti se inicia con el brutal asesinato de una anciana odiada por sus vecinos. Las sospechas se ciernen sobre su criada rumana, desaparecida la tarde del crimen. Acosada, la joven muere durante la persecución policial, llevando consigo una considerable cantidad de dinero y documentación falsa. Caso cerrado, pero no resuelto… Una vecina de la víctima deja claro que la empleada no pudo cometer el asesinato, pero sólo Brunetti creerá su coartada. Una discusión con Paola acerca de los siete pecados capitales le pondrá sobre la pista de un posible móvil. La burocracia veneciana, los prejuicios hacia los inmigrantes del Este y hacia los homosexuales, o el terror al sida son algunos de los temas que aparecen en Pruebas falsas a medida que Brunetti y, cómo no, la eficiente y fiel Elettra, avanzan en la investigación.
Una fría noche, poco antes de Navidad, un vendedor ambulante africano es asesinado mientras intenta vender imitaciones de bolsos de diseño a unos turistas. ¿Por qué querría alguien matar a un inmigrante ilegal? La respuesta más obvia es la primera aceptada: un ajuste de cuentas entre ellos. Pero cuando Brunetti y sus fieles aliados, Vianello y la signorina Elettra, investigan en los bajos fondos venecianos descubren que entre la sociedad inmigrante hay en juego asuntos de mucho mayor calado. El descubrimiento de pruebas críticas y las oportunas advertencias de su superior para abandonar el caso no hacen sino aumentar la determinación de Brunetti para esclarecer este misterioso asesinato. Con catorce casos resueltos y un clamoroso éxito internacional, Donna Leon está considerada una de las más importantes damas de la novela negra actual.