Una infinidad de sombras atormenta a Georg Kahn. Una magia oscura habita sus ojos. A Hugo le han prohibido expresamente relacionarse con él… pero desde que lo conoció solo sabe escribirle palabras de amor. ¿Cómo olvidar a Georg Kahn? ¿Cómo conquistarlo? ¿Cómo despedirse de él para siempre? El camino de Hugo von Holbeinsberg, una joven promesa de las letras en el esplendor cultural y artístico de la Belle Époque vienesa, se cruza con el del enigmático Georg Kahn, un escritor que oculta un terrible pasado. Georg intenta proteger a Hugo de sí mismo y del resto de los «monstruos», a quienes la sociedad teme y rechaza por sus habilidades sobrenaturales. Pronto descubrirá que también él está en peligro: los hermanos mayores de Hugo trabajan para el emperador dando caza a los monstruos… y quieren ver muerto a Georg Kahn.
El final de cielo es una epopeya de nuestro tiempo. Un padre y sus dos hijos desaparecen en un accidente de avión en una naturaleza llena de amenazas. Los niños arrastrarán a su progenitor, un pobre tipo abrumado, a través de una aventura inolvidable, que irá paulatinamente revelando a cada personaje su identidad secreta y su compleja red de sentimientos.
Difícilmente podrá olvidar cualquier lector las aventuras de las niñas que protagonizan estas dos pequeñas joyas, Altalé y Sorpresa, tan parecidas en sus cualidades, ambas valientes y rebeldes, pero tan diferentes en sus destinos; y muy difícilmente dejaremos de apasionarnos por los personajes que las rodean, verdaderas creaciones de la literatura fantástica.
En una fría mañana de invierno, un gran temblor sacudirá a los ciudadanos de San Idrox. No obstante, en ese día, una amenaza ya olvidada se despertará también. Mientras, ajenos a su destino, los hermanos Nimbus emprenderán su tradicional viaje de negocios a Cápitol. En su camino serán atacados y acosados sin cuartel, surgiendo muchas preguntas sobre las motivaciones de sus enemigos. Las respuestas solo las hallarán en un pasado que se les había ocultado. En su periplo se encontrarán con magos, caballeros y extrañas criaturas, así como con unos aliados inesperados.
«A veces odiaba ver fantasmas».
Irlanda, 1997. Bree regresa con su madre al pueblo de su infancia para huir del dolor de la muerte de su padre. No obstante, la casa no resulta ser el refugio que esperaba: en medio de la oscuridad, las bombillas se rompen solas, en los espejos aparecen palabras y en las habitaciones se cuela un frío sobrenatural.
Es posible que, como su amigo Adam le asegura, tenga el don de percibir presencias extrañas. Pero a ella le recuerda más a una maldición. A fin de cuentas, a todo el mundo lo persiguen sus propios espíritus… Y los de Bree han dejado de ser invisibles.
«Ya no sabía qué fantasma me asustaba más: el que habitaba la casa o el que habitaba nuestra piel. No sabía cuál nos mataría primero».
La tarde se anunciaba en verdad interesante, una de esas tardes maravillosas que existen sólo para poder pasarlas en un dulce y larguísimo far niente hasta llegar a cansarse deliciosamente de la propia pereza. Por supuesto, tal bienestar no se alcanza porque sí, sin planes ni preparativos, echándose en posición horizontal en cualquier lugar. No, queridos míos. Ello precisa de una actividad que lo preceda, tanto intelectual como física. La holgazanería, como se dice, hay que trabajársela.
Narra la historia de Jonas Herman, incansable investigador de la mente. Trata de los escabrosos días previos a la entrada de las tropas alemanas en Praga en los últimos días de la década de los treinta.
La taza de chocolate es un sorbo de historia servida en el cuenco de la literatura. El historiador y narrador Héctor Palacios vierte la nota roja de antaño en breves relatos para demostrar que la vida disipada del clero, los crímenes pasionales y las "leyendas urbanas" han sido habituales en todas las épocas.
El molinillo de la ficción es usado por Palacios para batir las conciencias que pregonan la perfección del pasado. El autor confiesa que el descubrimiento de estas historias despertaron en él "esa sensación comúnmente conocida como morbo", porque estos hechos del siglo XVII quedaron registrados en los archivos históricos en los que trabajaba, y creyó necesario —por su insospechada vigencia— volver a pregonarlos sin las formas rígidas que impone la historiografía.
Cada relato es como una tableta de chocolate que deja un aroma distinto, aunque casi siempre el tufo agrio lo despide el clero, ya sea como ingrediente principal de la trama o como actor pasajero que censura con su doble moral.
Dylan Highmark cree que va a pasar el invierno de sus dieciséis sin pena ni gloria, trabajando un turno tras otro en el Dairy Queen, hasta que se pilla por un chico que literalmente está que arde.
Dylan siempre ha querido echarse novio, y en la zona residencial en la que vive no es que haya muchas opciones… Pero, de pronto aparece Jordan, un chico completamente normal y corriente (y muy mono) que resulta tener una temperatura corporal de 43. º. Ambos comienzan a pasar tiempo juntos y Dylan pronto empieza a sentir de todo. Ahora bien, cuando la fiebre le dura dos semanas y de un momento a otro, tose llamas, cae en la cuenta de que puede que esté pasando por algo más que un simple enamoramiento. Jordan obligará a Dylan a mantener en secreto los síntomas de esta fiebre, aunque, cuando la presión aumenta y Dylan se distancia de sus dos mejores amigas y de su núcleo familiar, le exigirá a Jordan una serie de respuestas. Aquello que Jordan le revela —por qué es como es, de dónde procede y quién le persigue— hará que Dylan se dé cuenta de hasta qué punto el primer amor es algo fuera de este mundo. Pero si la atracción que existe entre ellos desafía las leyes de la física, puede que el amor sea lo único que consiga hacer que permanezcan unidos.
«¿Hasta dónde irías para intentar cambiar el mundo?».
La divertida aventura de Albie en busca de su madre a través del espacio y del tiempo.
Cuando la madre de Albie muere, apenas si es natural que él pregunte a dónde ha ido. Sus padres son científicos y siempre han tenido casi todas las respuestas.
Papá musita algo sobre la física cuántica y los universos paralelos, y eso basta para que Albie se ponga manos a la obra, consiga una caja, un ordenador y un plátano semipodrido, y se envíe a sí mismo a través del espacio y del tiempo en busca de su madre.
Lo que descubre tal vez no sea lo que estaba buscando, pero sin duda le proporciona las respuestas a algunas de las preguntas más importantes.
Todo empezó cuando un zapato del tamaño de una barca y unas gafas gigantescas aparecieron de pronto varadas en la orilla junto a una ciudad costera del norte de California, y tres de los huérfanos de la ciudad —Jack, Skeezix y Helen— supieron que algo muy extraño ocurría..., cosa en la que estuvo de acuerdo el fantasma del ático del orfanato. Foco después, una extraña feria llegaría a la ciudad, dirigida por un siniestro caballero que podía transformarse en cuervo, y a Jack le fue entregado un elixir que podía, sólo podía, permitirle cruzar durante el Solsticio a otro mundo, un misterioso país de los sueños que contenía la llave del pasado y de todos sus futuros… De esta novela Tim Powers ha dicho: «La tierra de los sueños está destinada a ser uno de los clásicos indiscutidos en su campo.»
La llaman la ENFERMEDAD con mayúsculas. Nadie sabe qué es lo que lo causa, de dónde proviene ni por qué sólo afecta a la población adulta. Lo único que se sabe a ciencia cierta es que si te ves infectado por ella y tienes más de dieciocho años, mueres. Ahora, a lo largo de todo el mundo, adolescentes como Travis, Richie, Mel, Jessica y Simon, se verán obligados a unir fuerzas y cooperar juntos. Pero un mundo sin normas que seguir no es la utopía que muchos supervivientes pensaban que sería, sino todo lo contrario. Aquellos que se han adaptado a la nueva situación terminan haciendo lo mismo que los adultos e inmediatamente se crean facciones. Algunos conseguirán lo que quieren usando la fuerza de las armas; otros, los más organizados, lo que quieren es reconstruir el mundo tal y como sus padres lo dejaron. La nueva sociedad resultante será una sociedad difícil, pero no imposible. Al fin y al cabo, según piensan todos, lo peor ya ha pasado.
Qué equivocados están… solo acaba de empezar.
La enfermedad ha concluido, pero para Travis y su nueva comunidad la lucha por la supervivencia está a punto de entrar en una fase aún más ardua. Por fin se sabe quiénes son los responsables de la muerte de todos los adultos del mundo. Si los adolescentes quieren seguir siendo libres, deberán pelear… pero, ¿cómo? Su causa parece perdida de antemano contra un enemigo implacable; sin embargo, deben encontrar el modo de contraatacar, y rápido, antes de que sea demasiado tarde. Antes de que todos caigan víctimas de la cosecha de esclavos.
De vuelta en las calles de lo que antaño fuera su hogar, Travis y sus amigos se enfrentan a un mundo devastado por los cosechadores. Mientras luchan por retomar sus vidas y las relaciones entre ellos, descubren que no han sido los únicos en escapar de la cosecha de esclavos. El hallazgo de que hay más supervivientes trae consigo una renovada esperanza… y nuevos peligros. A medida que se preparan para la batalla final contra los invasores, la verdad empieza a abrirse paso: la labor más dura hoy es plantar la semilla del mañana.
Jake y Zoe disfrutan de unas ansiadas vacaciones en el pueblo pirenaico de Saint Bernard-en-Haut cuando, en plena bajada de esquí, son arrastrados por un alud. Sepultada en una tumba de hielo, durante unos angustiosos momentos Zoe teme por su vida. Afortunadamente su marido no tarda en rescatarla y pocos minutos después, ya sanos y salvos, ambos buscan a alguien con quien compartir la horrible experiencia. En vano. A su alrededor solo hay nieve y silencio. Un silencio sombrío, inquietante. Y lo mismo sucede en el hotel… e incluso en el pueblo. ¿Acaso han evacuado la zona por temor a nuevas avalanchas? Huyendo de una soledad ominosa y de sus propios sentimientos confusos, emprenden la marcha hacia la aldea vecina… sin conseguirlo. Una y otra vez, todos los caminos los devuelven al punto de partida. Poco a poco se ven obligados a aceptar lo que intuían desde el principio: no van a encontrar a nadie. ¿O tal vez… sí? De momento, son los únicos habitantes de esa dimensión irreal e hipnótica, presos de un ahora extrañamente dilatado, donde la vida, como la nieve, ha quedado reducida a su sobrecogedora esencia, a su fragilidad perfecta.
La soberana del reino de Brajairi ha muerto y la corona del país queda en manos de su hijo Argaut, un niño criado en el seno protector del palacio. Los diferentes y violentos clanes de la nobleza querrán dominar y controlar al pequeño rey para así dominar y controlar todo el convulso país de Brajairi, y estallará una gran guerra para hacerse con la regencia. El niño rey deberá viajar al norte lejano, donde ni los sicarios ni los hechiceros puedan asesinarlo, pero allí habrá de enfrentarse a sus peores miedos y encontrar el coraje que le permita tomar las riendas del reino y de su propia vida
La guerra devasta los campos, ciudades y castillos del país de Brajairi. El joven rey Argaut III, llamado por unos «el Justiciero» y por otros «el Felón», está decidido a conceder derechos y justicia a las clases más bajas y humildes del reino, lo cual le ha granjeado el odio de las poderosas familias de la aristocracia feudal. A las dificultades de gobernar un país salpicado de asedios a fortalezas y de batallas campales se suman las complejas intrigas de la corte, los problemas personales del rey al tomar esposa e incluso la magia negra de hechiceros y nigromantes. Pero Argaut parece muy dispuesto a aplastar a todos sus enemigos, aunque para conseguirlo deba despellejarse el alma al recorrer el tenebroso camino del poder.
Argaut III, soberano del reino de Brajairi, emprende la persecución de su viejo enemigo Barac Tiyadara a través de las tierras exóticas del sur de Dirtán, y sus huestes habrán de enfrentarse a los ejércitos del rey loco de Élamos y a la legión de magos del Viejo de la Montaña, líder de la Secta de los Asesinos. Mientras, en la corte brajairia se suceden las intrigas, que pondrán en riesgo a los propios hijos del monarca. Y el viejo rey deberá pelear el combate definitivo contra la temible lideresa del norte, Urguna Ertalce.
Emilio Carrere, mujeriego, actor aficionado, frecuentador de cafés nocturnos y casas de mala nota, además de experto en ocultismos varios y necrófilo, formó parte —por propia elección— de la excéntrica bohemia madrileña de principios de siglo. Las fuentes literarias de las que bebían tanto él como otros compañeros de viaje se encontraban allende los Pirineos y más aún del otro lado del océano. Unas aguas de oleaje profuso, elevado y espumoso, que se hallaban contaminadas por el modernismo rubendariano, el decadentismo finisecular y la poética simbolista de Verlaine, Mallarmé y Rimbaud. La torre de los siete jorobados, que el propio Carrere había enfocado como folletín de aventuras en el que lo policiaco, lo pseudocientífico y lo sobrenatural se unieran para imitar, con un toque peculiar de humor castizo, a los Leroux, Motta, Le Rouge o La Hire, se alimenta —de forma excéntrica al realismo literario español— de luchas en el medio astral entre voluntades opuestas, de bandas de falsificadores jorobados, de aparecidos y de sabios un poco locos, y hasta de... ¡una ciudad perdida bajo los suelos de Madrid! El lector de esta novela revivirá con ella aquellos días —hoy casi perdidos— de una cierta inocencia literaria y de un más perdido aún sentido de la maravilla.
Dos hombres despiertan en celdas contiguas de un sorprendente burdel. Uno viste como astronauta, el otro ha decidido aclarar un siniestro recuerdo infantil que involucra a la legendaria señora Isabel, quien resuelve a golpe de magia cada problema de ese lugar.
Pero ¿cómo resolver un misterio dentro de un edificio en el que se oyen voces que salen de las paredes, la gente entra a otra dimensión mientras va caminando, y cada bella mujer que aparece tiene una misión secreta, que implica juegos eróticos con animales, o viajes y paradojas en el tiempo?En La torre y el jardín , Alberto Chimal sumó temas propios de la ciencia ficción a la literatura fantástica y consiguió una de las novelas más ambiciosas de la narrativa latinoamericana reciente.