En esta tercera entrega de la épica saga Crónicas de Koiné, se relata el desenlace de las situaciones que quedaron pendientes en el volumen dos. Los Sesenta y Seis sobrevivientes del antiguo Ejército de Conscientes fueron abandonados por el Gobierno Central y los de su propia Raza. ¿Qué sucedería si llegasen a sentirse invencibles? Cuatro crías huérfanas están comenzando a descubrir el mundo y cómo alimentarse. ¿Hasta dónde llegará su capacidad de destrucción antes de que alguien haga algo al respecto? Un añejo rencor por parte de un antiquísimo Eterno en contra de la Raza de los Conscientes desencadenará una venganza inimaginable. ¿Será posible detener su psicópata plan de exterminio a tiempo? La maldad que se cierne sobre el planeta no permite a las almas de los que han partido encontrar verdadero descanso. ¿Podrán intervenir de alguna forma? Con un estilo de narración dinámico, profundo, reflexivo, descriptivo y muy entretenido, el narrador Pensante del volumen anterior nos sigue relatando una parte de la extensa historia de este mundo complejo y fascinante. Este tercer volumen presenta el clímax perfecto para la historia iniciada por sus dos predecesores. Imprescindible para quienes deseen cerrar el círculo de la primera trilogía de la saga.
En una Nueva Tierra sin Sol, donde los humanos son sometidos y torturados por los mutados, la única opción para recuperar la libertad es volver al pasado. Humanos y mutados viven segregados en dos sectores dentro de La Burbuja, el único lugar habitable de la Nueva Tierra. Los miembros del Proyecto Sol llevan siglos construyendo la máquina del tiempo que les devuelva su libertad pero necesitan los planos originales robados por los mutados. Vera tendrá que viajar desde el Sector H hasta el M para reunirse con el resto de integrantes de La Misión encargada de recuperar los planos. Criada por su madre en el Sector H bajo la estricta creencia de que no debe existir otra prioridad que el Proyecto Sol, en el M conocerá a sus nuevos compañeros que harán tambalear sus convicciones, ¿será capaz de sentir amistad o incluso amor en su nueva vida en el M y a la vez ser fiel a sus ideales? Enna, Kleiff y, sobretodo, Calem harán que descubra los límites.
Tras conseguir escapar y ser rescatados por los miembros del Proyecto Sol de Tierra Vacía, Vera, Calem y Kleiff tendrán tiempo para recuperarse de sus heridas y superar la pérdida de sus compañeros. Allí conoceran a la Capitana Harris y nuevos compañeros que los ayudarán y acompañarán de vuelta al Sector H, donde se producirá el enfrentamiento de los soldados enviados por el Presidente Mutado y los miembros del Proyecto Sol, dirigido por Nolan. A su vez, Carli y Duncan, con los nuevos planos de Libélula, tendrán que hacer las modificaciones necesarias antes del gran ataque, mientras que, en el M, Rala se enfrentará a la dificil decisión de seguir el camino de su corazón o el de sus creencias. Demostrado que se pueden mantener las prioridades adecuadas y amar a la vez, Vera, Kleiff y Calem tendrán que decidir el devenir de sus relaciones, ¿aceptarán Vera y Kleiff el vínculo como prometieron? Y, si es así, ¿qué sucederá con Calem?. El desenlace de la bilogía tiene preparado un final legendario y trepidante con Caléndula, una novela en la que los moldes de la tradición y las convenciones se rompen, haciéndonos reflexionar sobre muchos temas de nuestra sociedad actual en un formato distópico y romántico.
¿Qué pasaría si descubrieras que podrías ser la última persona sobre la Tierra? Que despertaras en una suerte de mundo distópico donde nada es como lo recuerdas; con calles vacías, criaturas acechando en la oscuridad de la noche, bajas temperaturas y un mundo salvaje que va recuperando terreno contra la urbanidad abandonada. Una sociedad subterránea y otra de supervivientes al acecho de ésta; que podrían no ser la mejor opción para continuar viviendo. Esta nueva entrega de Christopher Peña, pone en nuestras manos la historia de Gustavo quien, volviendo a sus bases más naturales, y activando la memoria genética de cazador y superviviente, comienza un trayecto desde su yo civilizado hasta encontrar con su verdadera y más profunda esencia. Una historia terrorífica con criaturas aterradoras al acecho, soledad, introspección y, sobre todo, la naturaleza humana en su máximo esplendor a la hora de hablar de supervivencia y la trascendencia de su propia raza.
“Crónicas de la Edad Tercera” está compuesto por cinco historias, dos novelas cortas y tres relatos, protagonizadas por personas mayores.
Cinco historias que nos hablan de amor, de pasión, de compromiso, de abnegación, de dolor, de sufrimiento, de voluntad, de rebeldía, y de experiencia vital, de esa madurez que proporciona la travesía por ese tortuoso camino que es la vida.
“La cabeza del ratón” nos narra la historia de Manuel Sagrario, un hombre que forjó su personalidad, su pensamiento, y la esencia de su alma, tras participar en primera línea, en compañía de un incondicional grupo de amigos, en un destacado episodio de nuestra historia más dura y reciente.
“El hombre que no baila” cuenta la historia de Faustino Rabadán, un hombre que no se resigna a interpretar el papel que la sociedad impone a los que alcanzan la vejez.
“Con todo mi cariño”, un relato que nos sumerge de lleno en la curiosa relación amorosa entre un anciano y una prostituta.
“Los amigos”, una relación de amistad tan sólida y poderosa, que trasciende las fronteras de la muerte.
“El perfecto revisor” nos habla de Antonio, un revisor de ferrocarril cuyas convicciones, su rectitud y su forma de proceder en el trabajo, se tambalean el día en el que se ve obligado a tomar una decisión seriamente comprometida. Este relato resultó ganador en el concurso “Háblame de amor y amistad”, organizado por el Montepío de teléfonos, en su edición de Noviembre de 2008.
Ningún hijo conoce del todo a sus padres, porque todos los padres se guardan secretos que, en la mayoría de los casos, se llevan consigo a la tumba. Esta historia empieza en el momento en que su protagonista, cuando todavía es un niño, descubre la primera grieta en una figura paterna monolítica, aparentemente diáfana y estable. Todavía tardará años en darse cuenta de que el secreto de su padre es una puerta que se abre a otros muchos lugares y, en última instancia, un legado tan atractivo como inquietante. Para el protagonista se convierte en un dilema y en un desafío vital, y para el lector en un verdadero festín de intriga e imaginación.
David Monteagudo es autor de Fin e Invasión, y un referente en el género de la literatura fantástica. El autor aplica en esta obra la misma destreza y tensión que en las anteriores, transportando al lector a un mundo que explora los límites de la ficción y la fantasía. Gracias a los personajes y a los detalles que le dan realismo, mantiene al lector absorbido y transportado por la satisfacción de la lectura.
Este libro, amigo lector, es una colección de relatos que tienen en común la presencia próxima de un cementerio, de un camposanto; unas veces como escenario de lo que sucede y otras como parte del paisaje. Pero no te confundas, salvo un par de relatos que bordean “el miedo”, se trata de cuentos escritos con humor, buscando tu sonrisa. También hay alguno un tanto lírico y hasta es posible que alguno se pueda considerar surrealista.
En el dintel de la puerta de acceso a algún cementerio aparece el relieve de una calavera sobre las clásicas tibias cruzadas; y una frase:
“Como te veo me vi,
como me ves te verás”
Y esos huesos mondos no son ni la bandera pirata, ni una advertencia de peligro. Ni siquiera representan a la muerte: representan a un muerto, y nos recuerdan la brevedad de la vida. No hay mejor manera de comprender esa frase que hacerte mayor y comprobar que, efectivamente, la vida pasa tan rápida que en cualquier momento “te verás” como el de la calavera. Pero asumirlo no debe amargarnos la existencia.
En uno de los relatos del libro, un personaje dice que “la muerte no es lo contrario de la vida, sino un extremo: Entre el nacimiento y la muerte está la vida. Morir sí es contrario a vivir, y debería ser lo que sigue a la muerte. Nos preparan para vivir la vida, pero no para “morir la muerte”, que sería por contraposición lo que se hace a continuación de la muerte”. Siempre nos queda eso, como nadie regresa y nos cuenta de qué va, imaginarlo como una nueva oportunidad.
Es increíble la cantidad de historias que se pueden desarrollar poniendo como única limitación la proximidad de un cementerio. Pero es que un cementerio es un espacio urbanizado cuando no urbano; próximo a todos y que todos hemos visitado en alguna oportunidad. Tan lleno de muertos –que no de muerte- como de vivos que visitan, se relacionan, meditan,…y hasta toman el sol en primavera. Y a la hora de escribir, si lo deseas, tu imaginación te permite establecer también contactos entre los muertos y los vivos. Que esa relación sea amable o terrorífica ya dependerá de tu estado de ánimo y de tu afición a los extremos. En lo que a mí respecta, propendo al humor.
Hubo un tiempo en que sólo los adultos tenían acceso al ordenador, lo último en tecnología era caro, raro, apenas servía para imprimir en papel continuo y la pantalla era negra y verde, para el público no especializado era poco más. Ahora es normal grabar un vídeo, editarlo, comprimirlo y compartirlo con todo el mundo con dispositivos pequeños y, relativamente, fáciles de adquirir. No hace tanto era impensable. "Crónicas del ciberespacio" muestra que hay muchos temas detrás de nuestras herramientas cotidianas que desconocemos, pero que ya están sucediendo. La tecnología evoluciona a un ritmo vertiginoso y percibimos las novedades como algo natural, inevitable y útil. Los cambios suceden rápido y los aprendemos a utilizar fácilmente, tanto que puede que no hayamos tenido en cuenta todo lo que conlleva su uso y desarrollo. Mientras aprendíamos a usarlas no prestábamos atención a nada más. Ni siquiera estamos seguros de que haya unas reglas a seguir, o que deba haberlas. Andrés Lomeña entrevista a intelectuales y activistas para reflexionar acerca de un presente y un futuro que muestra unos cambios profundos de los que ya formamos parte activa, aunque a veces no sea tan evidente.
En "Crónicas del ciberespacio" Andrés Lomeña conversa y reflexiona con figuras intelectuales como Richard Stallman, Andoni Alonso, Iñaki Ardoz, Mark Deuze, José Luís Molinuevo o George Landow, entre otros, para poner en contexto el presente y, junto a sus disertaciones, buscar una perspectiva que quizás desconocíamos de elementos que ya forman parte de nuestra vida y que, justo por eso, deberíamos conocer en profundidad.
Alessia Rosanera huye, aterrada. Sólo puede confiar en una persona y ni tan siquiera es eso; es una voz al otro lado del teléfono que la avisa de que la han encontrado y que debe cambiar de paradero si no quiere volver a la cárcel de cristal donde la tenían retenida. Por más de quince años ha estado presa en los subsuelos de una enorme mansión italiana regentada por una pareja de amantes inmortales y crueles vampiros que la han estado usando para cumplir sus metas. Unas a las que sólo pueden acceder gracias a la extraordinaria habilidad de la chica para predecir ciertos acontecimientos y atraer la suerte. Cuando Alessia decide huir cree que deberá enfrentarse sola a los peligros que enfrenta, pero no es verdad. Al otro lado del teléfono se encuentra León Bianco, quien no está dispuesto a dejar que los chupasangres vuelvan a encerrar a la hija de su mejor y fallecida amiga. León y Alessia se unirán en un viaje por su supervivencia y libertad fuera de las garras de los vampiros, descubriendo en este trayecto que pocas veces las cosas son lo que parecen, el significado de confiar en otra persona más que en uno mismo y que la vida está a punto de cambiarles a ambos de una forma en la que no están preparados.
Todo el peso de la responsabilidad siempre ha recaído sobre los regios hombros de una Archidona, daba igual cuán duro fuera el cometido, ingrato o perturbador, siempre al lado de las reinas estaban aquellas mujeres venenosas capaz de dar su vida por el Legado. Fabiola Archidona lleva cientos de años cargando en solitario con esa misión, como roca afilada en mitad de los acantilados donde chocan las olas salvajes de una tempestad, tratando de reunir con sus fuerzas todo lo que queda de las mujeres a las que ella llama hermanas, las Moiras. Ha sido paciente, resiliente y entregada, lo ha dado todo por el Legado al que pertenece, de tal forma que no ha dejado nada para ella misma, ni su cuerpo, ni su alma, ni mucho menos su mente y cordura. Por fin parece que ha entendido lo que la diosa desea de ella, lo que le ha estado susurrando, el control que debe tomar. Y es justo cuando por fin el tapiz parece tornarse claro para esta cuando llega el día en el que se precipita el cambio, con la aparición de Alessia, la hija de la hierofante Rosanera, la nieta de la reina Rosanera, la siguiente rosa en el trono por línea de sucesión. De pronto Fabiola se preguntará… ¿Es esta la verdadera voluntad de la diosa tejedora? ¿Parte de sus enrevesados planes? ¿O son acaso los nudos, que las patas de la araña ha ido tejiendo en torno a su cuerpo, los ansiados de la libertad y salvación? Las Moiras tienen dos reinas en un solo Legado. La hija legítima de la rosa de hilos trenzados y la planta carnívora y venenosa que por cientos de años las ha mantenido a salvo. ¿Cuáles son los verdaderos planes de la diosa? ¿Quién de las dos reinará?
Conoce los posibles accidentes durante el cumplimiento de las fantasías sexuales, el protocolo a seguir para sacarte una selfie frente al espejo del baño, el diario íntimo de Ricardo Arjona, cómo el número de seguidores cambia la personalidad del tuitero, las lecciones morales que dejan las películas de terror, qué revelan los cumpleaños de oficina, por qué acarrear en público el botellón de agua es una estrategia de seducción, cómo la repartición de las piezas del pollo en brasas desnuda el estado de la relación amorosa… Crónicas de lo crónico descubre con humor y fina ironía lo que dicen de nosotros las rutinas diarias, los sobresaltos de las relaciones de pareja, las pifias y los aciertos del mundo del espectáculo, o los flamantes hábitos que la tecnología sirve cada mañana junto con el desayuno. “Quien esto escribe busca la gesta en el gesto, sacar a relucir las pequeñeces y grandezas escondidas en lo cotidiano –apunta el autor–. Al margen de tales consideraciones, escribí estas crónicas porque me divertía escribirlas. Espero que con su lectura la pases igual”.
La tierra en el año 3000 es el campo de batalla de una guerra nuclear cercana en el tiempo. La humanidad ha tenido que exiliarse en busca de nuevos Mundos que colonizar. La existencia de Piratas espaciales, peligrosos mutantes que viven del pillaje, de atacar tanto a peregrinos como caravanas comerciales complica las rutas comerciales. Para protegerlos, tratar de mantener y rescatar un hilo cultural con el viejo hogar, existe la Hermandad de Genotemplarios, formada por miembros hermanos creados genéticamente para llevar a cabo esa importante misión.
Pero no serán los Piratas el mayor peligro para la Orden de Genotemplarios. El espacio es un lugar inhóspito por explorar, que guarda entre sus pliegues sorpresas que pueden cortar de raíz todo aquello por lo que han luchado.
Atrévete a echar una ojeada al Mundo del Mañana..."
—Hueles tan jodidamente bien, Sam —dijo con voz ronca. Escuchar mi nombre salir de sus labios me paralizó, el deseo que sentía creció. Su mano se alejó de mi boca despacio, nos quedamos unos segundos mirándonos fijamente. Mi mandíbula se apretó por el enojo que estaba sintiendo. — ¿Cómo sé que eres tú mi mate y no estás utilizando esto a tu favor? —le inquirí muy estúpidamente. Su sonrisa lobuna se hizo más grande mientras se acercaba más a mi rostro. Con su mano que estaba suelta tomó mi cuello haciendo que alce la cabeza, su boca se apoderó de la mía. Los movimientos eran precisos y exigentes sobre mi piel sensible. El aroma a limón y canela comenzó a inundar mis pulmones. Mis sentidos estaban más que alterados, haciendo que deje de resistirme. Acepté el paso de su lengua. Sus labios chuparon, mientras que mi lengua paseaba por su arco de cupido, un calor líquido comenzó a pasar por mis venas sin entender que era. Mi cuerpo estaba tan sensible, que solo sentir como sus dedos bajaban por el costado de mi pecho hasta mi cintura, hizo que un gemido saliese de mi boca. Quería enredar mis dedos en su cabello y acercarlo más a mi cuerpo. No sabía cuanto tiempo estuvimos así. Solo quería no apartarme de él. Mi conciencia tomó su lugar, haciéndome saber que este maldito había ocultado su olor todo este tiempo para que yo no lo supiera. Sin pensarlo ni un minuto en un movimiento tomé su labio inferior, cuando Alfa Lucian comenzó a lamer la parte superior de mi boca. Mis dientes se hundieron en su carne con todas mis fuerzas. Su sangre se filtró en mis papilas gustativas a la vez que el lobo me soltaba poniéndose a un costado. Por mi parte salí a las corridas, no sin antes girarme rápido y verlo tocarse el labio. —Interesante—fue lo último que le escuché decir voz ronca.
Andy Cruzay es un chico de 17 años que se encuentra en un dilema sobre si realmente es gay o no, y todos los días culpa a Michael Straw por hacerlo dudar de lo que siente. Mientras tanto, algunos acontecimientos extraños suceden en la Preparatoria Westoth y Andy se ve envuelto en cada uno de los problemas que acontecen en su ahí. Andy vive en una mentira sobre quién es él en realidad y cuando piensa que todo va a salir bien algo más termina orillándolo a descubrir que los hombres lobos existen en realidad. Acompaña a Andy a descubrir este nuevo mundo sobrenatural que lo acecha. ¿Quién es el Príncipe de las Bestias? ¿Quién deja las notas en el pupitre de Andy?