Un tema sobrevuela por encima del resto: el amor. Escrito desde el corazón, con atención a los pequeños detalles que hacen de la cotidianidad del amor lo que nos permite sobrevivir. De forma sencilla, pero directa. Dando rienda suelta a la imaginación en situaciones especiales de la vida de cualquier persona. Sentimientos, cambios, recuerdos, chicas y chicos, momentos, tristezas y alegrías. No hay poesía ni línea recta. Hay sentimientos. Todos los que da el amor. Todos los que alguna vez vivimos. Aunque no los esperáramos. Aunque fueran sucediendo.
Mi actitud es que, por muy dura que sea la vida, lo que importa es hacer algo interesante con ella. Y esto tiene mucho que ver con el mundo físico, con mirar las cosas, la nieve y la luz y el olor de la puerta y todo aquello que constituye a cada instante tu existencia fenoménica. Qué gran consuelo… saber que estas cosas persisten en su ser.
Los pequeños detalles
Vivimos vidas rutinarias; todos los días nos levantamos, vamos a trabajar, hacemos la compra y quizá saquemos un rato para ver una película y vuelta a empezar. Y es así, no todos los días ocurre algo extraordinario, aunque a veces pasa, es verdad, pero la vida es una rutina constante que debemos aprender a convivir con ella.
Dicen que hay que ser feliz, incluso hay quien dirá que es feliz constantemente, pero yo no me lo creo. La felicidad como constante no existe. Que no os engañen. Podemos tener ratos felices, muy felices o tristes, incluso algunos muy tristes. Debemos empezar a valorar los pequeños detalles de nuestra vida, en ellos sí que radica la verdadera felicidad.
A lo largo de nuestro día debemos aprender a valorar esas pequeñas cosas que nos hacen sonreír y que normalmente no nos fijamos en ellas. Un mensaje de «buenos días», el olor a café por la mañana, la caña de cerveza helada al final del día en verano, el beso de despedida de esa persona a la que quieres. Elige tu propio pequeño detalle, hay muchos a lo largo del día, fíjate.
Emociónate con lo pequeño, vívelo al máximo, sueña, no dejes de soñar, lo pequeño puede hacerse muy grande. Enamórate, enamórate hasta el infinito, no dejes nunca de sentir.
Arthur Rimbaud es uno de los más grandes renovadores de la poesía francesa de finales del XIX y, por extensión, de la posterior literatura europea. Una apacible estancia en Roche, donde su familia poseía una casa, le impulsan a la escritura de una manera mucho más intensa, explosiva casi. Fruto de ello serían sus dos grandes libros de poemas, las Iluminaciones y Una temporada en el infierno. No sabemos muy bien cuál de los dos textos fue creado primero. Aunque la fuerza, la originalidad y la novedad deslumbrante de los mismos, los asemeja. Ofrecemos aquí la versión bilingüe de las Iluminaciones , el más valioso y reconocido de los libros de Arthur Rimbaud, escrito casi todo él en prosa. Estamos ante una obra deslumbradora, empapada de un fulgurante irracionalismo y que, ya desde su primera publicación, produciría una profunda influencia sobre escritores y lectores.
Incluye audio del autor.
Alejandro Ordorica sabe darle forma a su sentir y expresar cuidadosamente sus conceptos y sus imágenes a través de la poesía. El lector se sorprenderá más de una vez con los hallazgos poéticos y la sólida expresión con la que los comunica. Es un escritor que demuestra en sus lecturas poéticas, su inteligencia y su sensibilidad.
Introducción al límite ahonda en las costuras incómodas que van tejiendo la manera en la que el hombre suele definirse, generalmente por negación de lo ajeno. El sano y el enfermo. La obligatoriedad de aparentar felicidad o desamparo. La condición de cuidador o de atendido. La soledad frente al grupo de referencia. La orfandad y la familia. Lo que es bueno frente a lo que suele catalogarse de éticamente reprobable. El poemario se articula en cuatro partes a la contra de la propia naturaleza humana: de la muerte –física o mental– al nacimiento. Una suerte de viaje en el que el dolor ocupa un lugar preponderante, no como estado lastimero sino como estación de paso que le da sentido al trayecto. Donde hay descanso ha habido vigilia anteriormente. Por eso, en este libro, prima la observación por encima del resto de sentidos: vemos lo que somos y, en ese orden de cosas, también la proyección, junto al dolor, se erige como otro aspecto importante. ¿Cuánto del otro hay en mí o viceversa? ¿Cuánto de lo que detesto me es propio? Introducción al límite es un ensayo vital en el que también el lenguaje es decisivo. La forma en la que nos expresamos determina el modo en el que los otros nos conocen.
Un acercamiento a la poesía que sorprenderá a los más pequeños. Dentro de este juguetero los niños encontrarán un oso que es un almohadón cariñoso, un caballo de juguete que busca a un jinete, una muñeca que se vuelve poema en su biblioteca, un carrito vagabundo que rueda y rueda en el mundo, entre otros entrañables personajes. Todos estos objetos toman vida a través de las rimas y los juegos de palabras que presenta la autora.
Introducir «Juno y Ganimedes» en clave de actualidad podría parecer una provocación. ¿Qué actualidad puede reclamar un poema escrito en alemán hace tres siglos, de tema mitológico y estilo rococó? Propongo dos razones, tan atemporales como decisivas para leer a Christoph Martin Wieland: está admirablemente escrito y es muy divertido. Aunque a su virtuosismo métrico le pueda la audacia de su contenido: es la primera obra en alemán que tematiza sin tapujos el deseo homosexual, y lo hace con una frescura y una naturalidad que todavía hoy pueden chocar a más de uno. Su rara liberalidad le costó a Wieland, el escritor más importante en alemán hasta la aparición de Goethe, la recusación por inmoral de las generaciones posteriores.
La única obra poética de Alfredo Espino esconde en su interior la pasión y la tristeza por la vida de un hombre que supo mirar el alma de los salvadoreños a través de las señales que regala la naturaleza a los libres y limpios del alma.Estos tiernos versos los escribió el poeta Alfredo Espino en los años treinta, cuando todavía cientos de árboles se movían al ritmo de la limpia brisa de la campiña salvadoreña.Espino ha sido considerado, desde su muerte el 24 de mayo de 1928, uno de los poetas más leídos y recitados de memoria entre gente de todas las edades en la región.
Es el primer gran poema épico dedicado a la conquista de América y el mejor en lengua castellana, según algunos autores. Da cuenta de la conquista del territorio de Chile por parte de los españoles. La obra está considerada como el relato más vívido de ese momento histórico dado que Ercilla formó parte de la misión conquistadora española que arrebató la dominación al pueblo originario conocido como araucanos justamente. Está compuesta en octavas reales y dividida en tres partes con un total de 37 cantos y en ella Ercilla, cuentacomo fue esa violenta y cruenta conquista, incluso, se cree que varias de sus partes han sido escritas desde el mismísimo campo de combate.Desde su aparición, en 1569, La Araucana, costeada por su propio autor, obtuvo éxito, lo que obligó a Ercilla a preparar la segunda parte en 1578 y, más tarde, en 1589, la tercera. El poema completo, se publicó en Madrid, por primera vez, en 1590. Valorada desde sus inicios, esta pieza clave del Siglo de Oro español, aparece ya distinguida en el escrutinio de los libros del Quijote de Miguel de Cervantes, donde es destacada conjuntamente con La Austriada de Juan Rufo y El Monserrat de Cristóbal de Virués.
Es un bello canto lírico, épico, a la gesta de Cristóbal Colón. Ciro Bayo escribió esta obra y El vellocino de oro, sobre la expedición de Gonzalo Pizarro al país de Eldorado, mientras se encontraba en la selva amazónica. Desgraciadamente, el segundo manuscrito se perdió. Según comenta el autor: «Guardaba los dos manuscritos como oro en paño, no por lo que en si valían, sino por el trabajo que me costó escribirlos. Hasta que cierta noche, los bárbaros —como allí llaman á los indios salvajes— cayeron de improviso en la barraca, la incendiaron, y aunque nuestros rifles les pusieron en fuga, el daño estaba hecho y lo quemado, quemado. Perdí mi modesto equipaje y con él mis mamotretos. Sólo se salvó LA COLOMBIADA, porque un francés, tan buen pendolista como dibujante, empleado en otra barraca del río, gustoso de la lectura que antes le hiciera de mi obra, me la pidió para ponerla en limpio é ilustrarla. La Colombiada se trata de un poema épico compuesto en octavas reales.
Tennyson compone, con «La Dama de Shalott», una de su más impactantes baladas literarias. Publicada en 1833 —junto a otros aciertos de su lírica como «Oenone» y «La Hija del Molinero»— trae a la poesía inglesa una cadencia perfecta y de una armonía hasta entonces inexperimentada.
La Ilíada (en griego antiguo Ἰλιάς: Iliás; en griego moderno Ιλιάδα: Iliáda) es una epopeya griega y el poema más antiguo escrito de la literatura occidental. Se atribuye tradicionalmente a Homero. Compuesta en hexámetros dactílicos, consta de 15 693 versos (divididos por los editores, ya en la antigüedad, en 24 cantos o rapsodias) y su trama radica en la cólera de Aquiles (μῆνις, mênis). Narra los acontecimientos ocurridos durante 51 días en el décimo y último año de la guerra de Troya. El título de la obra deriva del nombre griego de Troya, Ιlión. Tanto la Ilíada como la Odisea fueron consideradas por los griegos de la época clásica y por las generaciones posteriores como las composiciones más importantes en la literatura de la Antigua Grecia y fueron utilizadas como fundamentos de la pedagogía griega. Ambas forman parte de una serie más amplia de poemas épicos de diferentes autores y extensiones denominado ciclo troyano; sin embargo, de los otros poemas, únicamente han sobrevivido fragmentos.
«La Odisea» es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Se cree que fue escrito en el siglo VIII a. C., en los asentamientos que Grecia tenía en la costa oeste del Asia Menor (actual Turquía asiática). Según otros autores, «La Odisea» se completa en el siglo VII a. C. a partir de poemas que sólo describían partes de la obra actual. Fue originalmente escrita en lo que se ha llamado dialecto homérico. Narra la vuelta a casa del héroe griego Odiseo (Ulises en latín) tras la Guerra de Troya. Odiseo tarda veinte años en regresar a la isla de Ítaca, donde poseía el título de rey, período durante el cual su hijo Telémaco y su esposa Penélope han de tolerar en su palacio a los pretendientes que buscan desposarla (pues ya creían muerto a Odiseo), al mismo tiempo que consumen los bienes de la familia. La mejor arma de Odiseo es su metis o astucia. Gracias a su inteligencia —además de la ayuda provista por Palas Atenea, hija de Zeus Cronida— es capaz de escapar de los continuos problemas a los que ha de enfrentarse por designio de los dioses. Para esto, planea diversas artimañas, bien sean físicas —como pueden serlo disfraces— o con audaces y engañosos discursos de los que se vale para conseguir sus objetivos. El poema es, junto a «La Ilíada», uno de los primeros textos de la épica grecolatina y por tanto de la literatura occidental. Se cree que el poema original fue transmitido por vía oral durante siglos por aedos que recitaban el poema de memoria, alterándolo consciente o inconscientemente. Era transmitida en dialectos de la Antigua Grecia. Ya en el siglo IX a. C., con la reciente aparición del alfabeto, tanto «La Odisea» como «La Ilíada» pudieron ser las primeras obras en ser transcritas, aunque la mayoría de la crítica se inclina por datarlas en el siglo VIII a. C. El texto homérico más antiguo que conocemos es la versión de Aristarco de Samotracia (siglo II a. C.). El poema está escrito usando una métrica llamada hexámetro dactílico. Cada línea de «La Odisea» original estaba formada por seis unidades o pies, siendo cada pie dáctilo o espondeo. Los primeros cinco pies eran dáctilos y el último podía ser un espondeo o bien un troqueo. Los distintos pies van separados por cesuras o pausas.
Por medio de estos poemas, Jairo Aníbal Niño explora con delicadeza el corazón de los niños, en busca del amor en su lugar de origen: al lado de los balones de fútbol, las lecciones de historia y los barquitos de papel. Y a la vez que rinde un homenaje a la frescura de la juventud, recuerda a los adultos la maravilla de estar enamorados.
«La belleza del marido», el primer libro que se publica en España de la canadiense Anne Carson, es una de las más originales y turbadoras manifestaciones de la poesía de nuestros días. Subtitulado «un ensayo narrativo en 29 tangos», este libro inclasificable cuenta la historia de un matrimonio en torno a la idea de Keats «beauty is truth», belleza es verdad. A lo largo de estos 29 tangos —un tango, como el matrimonio, es algo que uno tiene que bailar hasta el final—, Anne Carson, considerada ya un clásico vivo de las letras anglosajonas, nos introduce en la historia íntima de un matrimonio que se desmorona. Iluminador, a menudo brutal, conmovedor y oscuramente divertido, este libro nos deslumbra con escenas, diálogos y reflexiones que ahondan en la más vieja de las preocupaciones poéticas: el amor como si fuera la primera vez que se expresa.
«La Canción de Rolando» («La Chanson de Roland») es un poema épico de varios miles de versos, escrito a finales del siglo XI en francés antiguo, atribuido a un monje normando, Turoldo, cuyo nombre aparece en el último y enigmático verso: «Ci falt la geste que Turoldus declinet». Sin embargo, no queda claro el significado de declinar en este verso: puede querer decir «componer» o quizás «transcribir», copiar. Es el cantar de gesta más antiguo de Europa. El texto del llamado «Manuscrito de Oxford» escrito en anglo-normando (de alrededor de 1170) consta de 4002 versos decasílabos, distribuidos en 291 estrofas de desigual longitud. La presente traducción ha sido realizada sobre el texto publicado según el manuscrito de Oxford y vertido (al francés moderno) por Joseph Bédier.
«La casa de la vida», libro tantas veces citado pero tan pocas visto, aparece hoy por primera vez en castellano en rigurosa traducción anotada de Adolfo Sarabia, que ya en 1992 dio a luz «La vida apasionada de Gabriel, Biografía de D. G. Rossetti y la Hermandad Prerrafaelista», publicado por la Universidad de Valladolid. Sarabia, que defiende en la cátedra sus teorías sobre «la traducción como actividad creadora», las pone de manifiesto una vez más en la práctica con esta depurada versión de los poemas de Rossetti.