Susannah Simmons tenía un plan trazado para alcanzar el éxito en su trabajo. ¡Y este no incluía enamorarse de su vecino!
Nate Townsend era innegablemente atractivo, y era evidente que tenía dinero… pero parecía carecer de ambición. Se quedaba en casa cocinando, o salía al parque a volar cometas mientras Susannah luchaba y se esforzaba por subir los peldaños de la escalera del éxito.
No le gustaba que Nate cuestionara sus valores… ni que le hiciera cuestionárselos a ella. Porque, posiblemente, él tuviera razón: Susannah había renunciado a demasiadas cosas por ir en pos del dinero: familia, diversión… ¿y el amor de Nate Townsend?
¿Podría ese hombre ser mi regalo de Navidad? Deacon era el mejor regalo que podía desear. Rico, sexy y tan encantador que era imposible resistirse a él. Nuestras hijas eran las mejores amigas, aunque su hija fuera una arpía que odiaba a todas las mujeres que salían con su padre. Aun así, cometí el error de acercarme demasiado a él y como resultado acabé con el corazón roto. Pero, ¿y si no todo está perdido entre nosotros? ¿Y si él es el único que puede protegerme del peligro en el que me he metido? Una novela romántica ambientada en Navidad, donde los sueños se pueden hacer realidad.
Abby Shane ha regresado a casa, en Montana. Para recuperarse de un ataque que tuvo en New York, teniendo pesadillas y cicatrices emocionales. Pero al estar en casa no solo tiene que sanar del ataque, si no también de un amor no correspondido. Ahora, que se supone sano en este periodo de tiempo, resulta algo totalmente diferente.
¿Qué hacer cuando te plantan antes de Navidad y todos tus planes saltan por los aires? Charlotte Ellis, londinense, y Anthony Monteleone, de Brooklyn están pasando una Nochebuena penosa: a los dos les han plantado sus respectivas ex parejas, los dos están atrapados en el aeropuerto JFK y ambos están desesperados por olvidarse del día que es. Tras su encuentro casual y después de darse cuenta de que están en una situación similar, Charlotte le sugiere volver a la ciudad para vivir aventuras, siguiendo los pasos de un estúpido libro de autoayuda que promete una solución en diez pasos para olvidarte de que te han roto el corazón. Pero Anthony cree que ¡eso son idioteces! No obstante, cualquier cosa será mejor que pasar la Nochebuena solo. Pasan la noche dando vueltas por Nueva York, siguiendo los pasos del libro, y se encuentran con personas y lugares de lo más alocado.
Manuel es un militar de los cuerpos especiales del ejército. Cuando conoce a Stefany en una boda familiar el primer encuentro entre ambos no es muy afortunado. Sin embargo, un año después se vuelven a ver en unas circunstancias muy diferentes, lo que les hace descubrir a las personas que son en realidad. Los días compartidos dan lugar a unos sentimientos profundos e intensos que no se hubieran desarrollado en otra situación. Pero pertenecen a mundos diferentes, separados por miles de kilómetros y también por los objetivos que ambos desean conseguir en la vida. Por otra parte, la profesión de él es un escollo para mantener una relación, por lo que deciden vivir el momento sin plantearse nada más…
Scott y Olivia nunca se han caído bien, aunque al ser sus respectivos padres amigos íntimos han debido soportarse en todos los acontecimientos importantes de sus vidas. Él piensa que ella es cuadriculada, rígida y demasiado perfecta para ser real. Ella, que Scott es bruto, grosero y un auténtico patán
Cuando Olivia se independiza y él debe ocuparse de decorar su nuevo apartamento la empieza a tratar en un entorno diferente y a descubrir a la verdadera mujer que se esconde bajo la arpía borde y desagradable que siempre ha conocido.
Y a sospechar que, quizás, ella tiene un motivo para ser así.
La ayuda solapada de una persona empeñada en unirlos hará el resto.
Puede que el adjetivo que más convenga a los relatos reunidos en este volumen sea el de «crueles». Pero la crueldad que los distingue no se desprende solo de la materia que muy a menudo los ocupa –atrocidades sin cuento, salvajadas sin nombre, bestialidades que hielan la sangre–, sino que tiene que ver, además –y sobre todo–, con la actitud del narrador, con su modo tan despiadado de tratar esa materia, de tratar al lector mismo. Como en ese montón de miembros y vísceras informes en el que se reconoce sin embargo un cuerpo humano, así también, en no pocas de estas piezas, se reconoce su condición de relatos a pesar de que carecen de casi todos los atributos del género. Tanto mayor es el impacto de su escritura directa, cargada de tensión y de peligro, de suspense y de misterio, y también de humor. Porque el humor –un humor tan elíptico como desopilante– es el clavo ardiendo que al lector se le brinda para sustraerlo al horror que tan a menudo inunda estas páginas, repletas de crímenes, de monstruos, de pesadillas, de enormidades. De sorprendentes confesiones, además. Así como de una belleza inesperada. Estos Besos humanos vienen a proclamar abiertamente una evidencia hasta ahora apenas susurrada: que, camuflada bajo su reputación de poeta esquivo, de escritor «raro», «inclasificable», la obra de Ferrer Lerín esconde una de las propuestas más audaces y radicales de la narrativa española de las últimas décadas. Espigadas tanto de sus diferentes libros como de su blog personal, las piezas reunidas en este volumen recorren esta faceta insuficientemente destacada de un autor en todos los sentidos políticamente incorrecto: un maestro del miedo que es a la vez, sin paradoja alguna, un seductor. Un poeta del enigma, del desmán, del arcano, del rijo, del sindiós, del crimen y de la casquería» (Félix de Azúa).
En las ilustradas sendas veracruzanas, una joven jarocha alcanza la plenitud al acercarse a los 30´s. Jessica sabe que es tiempo de abrir su corazón a nuevas oportunidades, pero se jacta a sí misma cuando afirma que ningún hombre es chapado a la antigua, aquel que endulza con su mirada, enamora con sus acciones poéticas, armoniza con una serenata a las puertas de su casa, enternece con murmullos al oído, adormece a su dama con unos abrazos cálidos y gentiles. ¿Acaso los hombres de hoy en día no son esos caballeros de grandes películas románticas? ¿Qué tal si entre todos esos gallardos masculinos, resalta uno que sí está chapado a la antigua? Alguno que conoce las pretéritas costumbres de hombres auténticos, sin filtros y que impactan con su porte físico y verbal. Descúbrelo en Besos Robados, quizá alguno se hurte en tus labios, cuando menos te lo esperes.
¿Un hombre que no besa jamás en los labios es capaz de amar? Sara Estévez es una joven estudiante de vida monótona y bastante aburrida, que conoce por casualidad a Jess, una alocada chica. Ella se convierte en la amiga que siempre había soñado tener. Su nueva, rica y caprichosa compañera, pronto vuelve su mundo del revés con su enrevesada vida y su carismático y mandón hermano Henry Cromwell, del que se enamora perdidamente nada más conocerlo. Ella da por sentado que jamás podrá estar con alguien como él. Sin embargo, Henry queda prendado de ella desde el instante en que le insulta en plena calle, nada más conocerlo. Desconcertado ante los nuevos sentimientos que le embargan, luchará contra ellos y trastornará la vida de Sara.
Segunda parte de la bilogía «Besos y más besos» de Francine J.C. Una historia de amor llena de enredos, mentiras, besos y amistad. Dicen que las mentiras tienen patas cortas, y el destino se encargará de hacérselo ver a Gina. Gina es una joven a la que no le gusta la persona miedosa y dependiente en la que se está convirtiendo gracias a sus padres. Es por eso que decide cargar sus maletas con algo más que ropa y marcharse a Madrid junto a su amiga Laura, quien la recibe con los brazos abiertos y su característico mal genio. Así también, intentará por todos los medios ocultar su pasado. Fernando es dueño de una clínica ginecológica. Guapo, con una gran carrera, una impecable reputación que mantiene con mucho esfuerzo, serio y de buen juicio, se topará con una joven que cambiará su vida por completo. Pero las mentiras y engaños de Gina tienen fecha de caducidad, y será en ese momento cuando, más que nunca, necesite que el amor todo lo pueda.
Alexandra ha conseguido todo lo que quiere en la vida, estabilidad y amor junto al hombre que ama. Pero el destino le enseñará que las cosas pueden cambiar de un momento a otro. Le mostrará que no todo es perfecto y pondrá patas arriba su mundo. ¿Será Alexandra capaz de hacer frente a los cambios que le ofrece la vida? ¿Tomará las decisiones correctas? Descubre la apasionante vida de Alexandra, te vas a enamorar...
Alexandra intenta continuar su vida, sin la presencia de Lucas. Sus prioridades se centrarán en adquirir estabilidad personal y sentimental y vivir un poco ahora que esta sola. Pero el destino siempre la pone en situaciones que ni ella misma se imagina, que guiarán su vida con un fin. ¿Quieres saber cuál es? ¿Qué nuevas situaciones tiene que enfrentar? ¿Qué pasará con Lucas? Atrévete a descubrir toda la verdad. Te vas a enamorar.
Si hubiera vivido usted en las salas de este hospital, si hubiera visto a sus amigos agonizar bajo los efectos del polvo radiactivo, si supiera usted que grandes extensiones de la Tierra han sido devastadas y sus habitantes aniquilados, entonces se daría usted cuenta, como nosotros, del terror y de la frustración que hay en el conocimiento de que somos incapaces de prevenir esta destrucción masiva. Lo que los cirujanos y los científicos han hecho con usted, es únicamente el primer paso en un esfuerzo para crear una raza de hombres que puedan luchar contra este peligro.
Un modesto astrónomo descubre una estrella cuya trayectoria cruzará el sistema solar. Tras repasar los cálculos cree que la influencia de la misma al pasar cerca de la Tierra provocará el deshielo de los casquetes polares y la consiguiente inundación de mas del 90% de los continentes. Un gangster enterado de la increíble noticia obliga a punta de pistola al científico, su esposa y ayudante, a huir hacia el único punto donde se podrán salvar del cataclismo: el monte Everest...
Aquella noche negra, estrellada y carente de luna, que se extendía sobre todo el espacio, nunca había visto brillar un amanecer. El sol, no mayor que una brillante estrella, era una luz indefinida que no hacía sentir su calor. Solamente las luces de las estrellas descubrían el paisaje de pesadilla. Rocas ennegrecidas, fragmentadas, cubiertas por los resplandecientes cristales de una atmósfera congelada en una ancha llanura sin vida, como uno de los cráteres de la luna.
Leigh Merrill luchaba denodadamente contra la sensación de pánico que empezaba a dominarle. Hacía alrededor de una semana que se sentía inquieto. Más incluso, contando el tiempo pasado en las proximidades de Woomera. Miró a través del cristal que cubría el techo del pequeño observatorio, clavando sus ojos en la atmósfera de la Tierra y más allá, en la nada del espacio abierto, hasta fijarlos definitivamente en la superficie visible de la Luna. Parecía cercana y de fácil acceso. Daba la impresión de estar a un paso, ahora que había sido conquistada.
El crepúsculo caía sobre París, trayendo consigo un poco de fresco tras aquel pesado día de verano. La gente no parecía tener demasiada prisa en regresar a sus hogares. Todo lo contrario, se dedicaban a matar el tiempo paseando por las aceras, donde se detenían delante de los escaparates, o deambulando por plazas y parques. En las terrazas y balcones, los grupos se dedicaban a mirar despreocupadamente, mientras un terrible peligro les amenazaba. Pero nadie parecía darse cuenta de ello. Henri Fridman se encogió de hombros y subió al helibús que volvería a llevarle a su casa, en Montrouge.
El silencio era profundo en el interior de la astronave. Hacía algún tiempo que los motores habían dejado de funcionar y ahora se desplazaba por su propia inercia y atraída por la cercana masa de la Luna. A pesar de no ser aquella su primera travesía espacial, el doctor Oscar Bellido no pudo evitar un cosquilleo en el estómago al pensar en la nube de meteoritos, cuya proximidad había descubierto el radarista de a bordo. El capitán Bols continuaba haciendo observaciones y cálculos sobre la velocidad y dirección de la nube meteórica, desde antes que la nave entrara en el campo de atracción del satélite natural de la Tierra.
No solía detenerse en el salón. Al salir del baño, tomaba el frugal desayuno en la cocina, donde se lo servía Harold —costumbre que había adquirido durante su estancia en los Estados Unidos—. Pero aquella mañana, al penetrar en el salón, levantó la bocamanga de su chaqueta con el índice y el pulgar, para ver la esfera de su reloj, comprobó que era demasiado temprano y que todavía tenía tiempo antes de ir al hospital. Fue entonces cuando vio el montón de periódicos que Harold dejaba invariablemente sobre la mesita, no lejos del piano, y que solía retirar cada domingo, para dejar que de nuevo se acumulasen durante la siguiente semana.
Una buena amiga conoce todas tus historias. Tu mejor amiga las vive contigo. La nueva serie de Ana Punset, autora de «El Club de las Zapatillas Rojas». Julia y Alejandra no deberían ser amigas: ¡vienen de mundos completamente distintos! Solo tienen una cosa en común: comparten habitación en Vistalegre, el exclusivo internado donde estudian. Parece la receta perfecta para el desastre, pero pronto descubrirán que, a pesar de sus diferencias, tal vez están destinadas a ser BEST FRIENDS FOREVER.