El doctor Charteris tardó en comparecer unos diez minutos, durante los cuales Clive, en unión de Norman, se dedicaron a friccionar el corazón del enfermo, tratando de ayudar su latido, que se manifestaba de una debilidad extrema.
Lydia, de pie ante la cama, contemplaba las facciones contraídas y el tinte pálido del rostro de su padrastro, en el cual se dibujaba una mueca dura y expresiva que le causaba miedo.
En cuanto a Mrs. Diana , no había vuelto a comparecer en la alcoba, enojada por la actitud decidida de la muchacha al contrariar sus deseos de prescindir de la ayuda médica del doctor Charteris.
Cuando éste llamó a la puerta, la joven se apresuró a salir a su encuentro, y el doctor, con una gran cartera de cuero debajo del brazo, penetró saludando a la joven de un modo grave y ceremonioso.
Una mañana de principios del mes de abril, cuando los almendros empezaban a florecer y Londres lograba sacudirse durante las horas céntricas del día de la espesa y antipática niebla que te envolvía, encontrábase el inspector Joe Graven en su despacho de Scotland Yard, aburriéndose soberanamente, sin cosa interesante en que poner mano, cuando el ordenanza entró con una tarjeta en la mano diciendo:
—Señor Graven, este caballero dice que necesita verle con urgencia.
Chane Setter contempló con estupor la débil y azulada columna de humo que aún flotaba tenuemente en la boca de sus dos terribles “Colts”, empuñados nerviosamente con ambas manos y luego, como si se resistiese a reconocer la trágica verdad del caso, echó una ojeada a lo largo de la calle, para convencerse de que aquellos dos cuerpos que yacían en mitad de ella, tumbados como dos grotescos peleles, pertenecían a Tom y David Withe, y que éstos habían caído de aquella manera espectacular debido a su fina puntería y a su rapidez en manejar aquellas terribles armas.
En una oscura tarde de invierno, en el Brooklyn de principios de siglo XX, un joven inmigrante irlandés que acaba de ser despedido convence a su mujer, que está a punto de dar a luz, para que salga a hacer la compra. Una vez solo en el apartamento, abre el gas y se suicida. La hermana St. Savior, una monja de un convento cercano, será quien ayude a Annie, la pobre viuda, a rehacer su vida. Annie trabajará durante muchos años como planchadora en la lavandería del convento. Su hija Sally, la verdadera protagonista de la historia, se cría entre pilas de ropa blanca y el siseo constante de la plancha, pero llegado el momento tendrá que elegir su propio camino en la vida. «La novena hora» es una preciosa novela sobre el perdón y el olvido, sobre cómo la solidaridad es una de las manifestaciones sentimentales más genuinamente humanas. En esta historia que recorre tres generaciones de un pequeño vecindario de Brooklyn, McDermott vuelve a demostrar que es una de las más notables escritoras norteamericanas en activo.
«Todas ellas quedaron viudas aquella noche del verano de 1944. A partir de entonces en el pueblo de Shitun hubo nueve viudas en plena flor de la vida…». Ocho adolescentes se convierten en «viudas heroicas» tras liberar a ocho guerrilleros laoba de una muerte segura a manos de los japoneses. La novena viuda, Wang Putao, no recibirá los mismos honores que ellas. Huérfana desde muy niña, pasa a formar parte de la familia de Sun Huaiqing, un próspero comerciante, pero todo cambia tras el triunfo de la revolución comunista comandada por Mao Zedong. De la mano de esta joven impulsiva y tenaz, Geling Yan retrata la compleja historia reciente de China. Las colectivizaciones agrarias, las purgas de la Revolución Cultural, las luchas internas de los dirigentes políticos, las disidencias y las represiones que cambiaron la Historia se alternan con las batallas cotidianas y las intermitencias del amor en la apasionante vida de Wang Putao. «Geling Yan destaca como eminente escritora de la diáspora china. Su obra de ficción ha alcanzado una altísima reputación tanto dentro como fuera de China».
Altaf Hossan. Peter Ramsey vio a la controladora de tráfico salir al paso de peatones, blandiendo su señal de stop, y redujo la velocidad de su coche hasta detenerlo. Una tribu de niños de preescolar, controlada por un par de adultos, estaba alineada en la acera, esperando a que fuera seguro antes de dirigirse al parque del otro lado de la carretera. Todos llevaban fiambreras. Bonito día para hacer un picnic en el parque, pensó Peter, sonriendo a las caritas felices. "¡Bonito coche!" El comentario apreciativo del controlador de tráfico le devolvió la atención a ella. Ella tenía una amplia y contagiosa sonrisa en su rostro, con unos ojos brillantes que le bailaban burlonamente. Un macho en su BMW Z4 deportivo descapotable siendo detenido por una manada de niños. Ella estaba disfrutando de su momento de poder. Peter le devolvió la sonrisa. No me importa, nena. Ella se apartó para ayudar a pastorear su rebaño a través de la carretera justo cuando Peter registró un zumbido de interés en su mente. Le gustaba su aspecto. Sus vaqueros abrazaban un trasero muy redondeado y unas piernas largas y torneadas. Era lo suficientemente alta como para encajar bien con su estatura. La blusa de cuello redondo que llevaba mostraba una cintura pequeña y unos pechos muy atractivos, fulgurantes pero no demasiado grandes para que desentonaran con el resto de su figura. Era un bombón. Incluso le gustó el hecho de que llevara el pelo recogido en una coleta, un pelo oscuro, casi negro, cuya cola se agitaba al girar la cabeza, vigilando el paso seguro de los niños. También tenía una nariz afilada, ligeramente respingada en el extremo, y unas orejas bastante parecidas a las de un duendecillo, sin lóbulos. Su piel era clara y brillante y gozaba de buena salud. No pudo ver ningún maquillaje, excepto el lápiz de labios rosa claro que hacía juego con el rosa de su top. No había ningún atractivo artístico en esta mujer. Era natural. ¿Mediados de los 20 años? Es difícil decir su edad.
«El mundo de la pintura, de los marchantes, de los coleccionistas y ladrones de cuadros es un laberinto fascinante regido por el poder de la belleza que puede salvar o destruir a cualquier amante. Esta es la historia de una pasión por la estética. Pero el arte también arrastra maleficios, sobre todo cuando obligan a vivir a la altura de su seducción.» (Manuel Vicent)
Lady Selene Ware tan solo había sido una esclava de un harem cuando Kadar Ben Arnaud, un hombre entrenado en las artes oscuras de la muerte y la seducción, la ayudó a escapar y ponerse a salvo en su Escocia natal. El jefe de asesinos que los ayudó a escapar, reclama el pago de sus servicios y Kadar ha de volver para una última misión.
Para Selene y el ex asesino, es una peligrosa odisea que comienza en una erótica cautividad y que les lleva a encontrarse con el misterioso y solitario Tarik, que ahora posee el tesoro. Pero la verdad es mucho más explosiva, el riesgo mucho más letal, y cuanto más cerca están de descubrir el secreto, mayor es la posibilidad de perderse el uno al otro… así como las vidas de ambos. Pues Kadar puede traspasar la fina línea que separa el camino del mal del de la luz para salvarla, aunque Selene posea la llave para que eso no ocurra.
Cuando Veronica Bing apareció con sus pantalones estrechos y sus botas altas y le dijo que era la persona ideal para el empleo, Mitch Hanover no tuvo más remedio que darle la razón.Veronica sabía por experiencia que tener una relación con alguien con quien trabajaba no era buena idea y era evidente que el guapísimo Mitch podría resultar muy peligroso. Era cierto que también él se sentía atraído por ella y que sus besos la derretían, pero Veronica sabía que, después de perder a su mujer, Mitch había jurado que no volvería a enamorarse... a menos que ella pudiera hacerle cambiar de opinión.
Yanuck Gallemnis tiene ante sí un destino marcado por cientos de miles de años: prepararse mental y físicamente para el grandioso día del que dependía la vida misma de Gallen. Era consciente de que, después de él, ya no llevaría ese peso sobre sus hombros. Su misión como príncipe heredero era convocar a la Novia del Milenio y asegurar la renovación de energías en Gallem, y eso estaba a punto de hacer. Si su fe era fuerte, Gallem tendría mil años más de existencia y él obtendría una novia. ¿Por qué nadie en los anales de Gallem escribió que la novia prometida sería del mismo sexo que el príncipe heredero? Noah Wyler no tenía grandes expectativas para el futuro y le gustaba su vida, tal como era: un buen trabajo como abogado, deportes de riesgo, vacaciones con mochila, viernes de básquet…buenos amigos, el mundo era amplio y le encantaba viajar, conocer lugares nuevos y salvajes… pero solo. Un minuto antes estaba sobre su cama y al otro frente a un gigante de cabellos blancos y extraños ojos iridiscentes. Jamás olvidaría sus primeras palabras: —Estás en Gallemnis. Soy Yanuck Gallem, el príncipe heredero, y esto —señaló la habitación— es la sala Estelar, la sala de la Recepción. Y tú… eres mi novia. ¿Acaso debía aceptar que fue traído desde el otro lado del Universo para ser reclamado como novia y convertirse en la futura reina de Gallem? Yanuck y Noah descubrirán que aún cuando algo superior los unió quienes los rodean tienen otros planes para ellos.
–Para mí no es ningún logro obligarte a nada – dijo, y adelantó su cara hasta que sus labios estaban casi rozando los míos –Te follé cuando tú lo desees, y esa será mi verdadera victoria. Hacer que una princesita hermosa como tú desee a un vikingo salvaje como yo. Luego de que su padre perdiera la guerra contra los salvajes del norte, la aguerrida Lyra deberá contraer matrimonio con el líder vikingo Thorfinn, de cabello tan rojo como el fuego. La muchacha, que toda su vida soñó con blandir una espada y tener aventuras, no acepta bajo ninguna circunstancia que su rol se limite a darle herederos a un hombre que no ama. Pero debajo de esa fachada bestial Thorfinn no es lo que parece. Esta es una obra de fantasía, que de ninguna manera pretende ser un retrato histórico de las costumbres vikingas.
Josefina porque no puede darle un heredero, Napoleón dirige su atención a la familia real rusa. Solicita al zar Alejandro I la mano de su hermana Catalina y, luego de que esta elige un noble ruso como esposo, pide en matrimonio a la hija que le sigue, la pequeña duquesa Annette, de catorce años. Mientras la familia sopesa los pro y los contra de la alianza con un advenedizo al poder, Bonaparte se compromete con la archiduquesa María Luisa, hija del emperador Francisco. Esta decisión representa un alivio para los Romanov. Sin embargo, Ana concebirá una pasión tan extraña como secreta por ese pretendiente célebre al que no ha visto nunca y a quien, contra sus propios sentimientos patrióticos, esperará toda la vida. Henri Troyat relata con una lengua diáfana y gran ternura los avatares de esa ilusión a través de las memorias de la eterna prometida de Napoleón. Un diario apócrifo donde se combinan excepcionalmente escenas íntimas con vastos panoramas de guerra o de ceremonias reales.
«En Madrid se mata poco», le decía al joven subinspector Ángel Zárate su mentor en la policía; «pero cuando se mata, no tiene nada que envidiarle a ninguna ciudad del mundo», podría añadir la inspectora Elena Blanco, jefa de la Brigada de Análisis de Casos, un departamento creado para resolver los crímenes más complicados y abyectos. Susana Macaya, de padre gitano pero educada como paya, desaparece tras su fiesta de despedida de soltera. El cadáver es encontrado dos días después en la Quinta de Vista Alegre del madrileño barrio de Carabanchel. Podría tratarse de un asesinato más, si no fuera por el hecho de que la víctima ha sido torturada siguiendo un ritual insólito y atroz, y de que su hermana Lara sufrió idéntica suerte siete años atrás, también en vísperas de su boda. El asesino de Lara cumple condena desde entonces, por lo que solo caben dos posibilidades: o alguien ha imitado sus métodos para matar a la hermana pequeña, o hay un inocente encarcelado. Por eso el comisario Rentero ha decidido apartar a Zárate del caso y encargárselo a la veterana Blanco, una mujer peculiar y solitaria, amante de la grappa, el karaoke, los coches de coleccionista y las relaciones sexuales en todoterrenos. Una policía vulnerable, que se mantiene en el cuerpo para no olvidar que en su vida existe un caso pendiente, que no ha podido cerrar. Investigar a una persona implica conocerla, descubrir sus secretos y contradicciones, su historia. En el caso de Lara y Susana, Elena Blanco debe asomarse a la vida de unos gitanos que han renunciado a sus costumbres para integrarse en la sociedad y a la de otros que no se lo perdonan, y levantar cada velo para descubrir quién pudo vengarse con tanta saña de ambas novias gitanas.
Han pasado 3 años desde que dejé mi casa para estudiar. Ha sido tan difícil estar lejos de las personas que amo y cuido tanto. Mi única familia, mi abuela. Ella es la única que todavía estaba conmigo. Yo era un huérfano. No tuve el amor de mis padres como otros niños normales. Cuando nací, me crió sola con gran dificultad. Siempre gané para mis padres amor como cualquier otro. Pero mi abuela se aseguró de que nunca llorara por no tener a mis padres a mi lado. Ella siempre se aseguró de darme todo lo que pudiera desear. Una casa preciosa. Hacía tanto tiempo que estaba lejos de mi abuela, pensar en ella me hacía sentir más triste. Ella es una persona dulce y adorable, también es una mujer muy respetada en nuestro pueblo debido a su personalidad decente. Ella siempre me enseña lo mejor. Ella siempre me dice que trate a todos como quiero que me traten a mí. La mejor manera y suavemente. Ella siempre me enseñó a ser lo suficientemente amable para ayudar a todos. Me siento afortunada de tenerla a mi lado. Sin ella estaría solo en este mundo. El pensamiento de eso me da ganas de llorar. Nunca quiero separarme de ella jamás… Ella siempre me decía que nunca dependiera de nadie más que de mi futuro esposo. Y yo siempre la escuchaba con atención para no enojarla. Ella me dijo que guardara mi primera para mi esposo. Me advierte que tenga cuidado porque soy demasiado joven. Entiendo lo que ella dice siempre por mi propio bien. Y escuché. Ahora creo que ella tiene razón. Tengo que guardar mi primera para alguien que me ame y me respete. Para alguien de quien pueda depender. Nunca tuve novio en la escuela. Los chicos estaban siendo demasiado obvios queriendo salir conmigo, pero siempre me negué y me aseguré de mantenerme alejado de ellos. Me enfoqué más en los estudios. Y me aseguré de mejorar siempre mis calificaciones porque estaba allí por una razón, para que mi abuela se sintiera orgullosa de mí. Ella siempre me dijo que cuando me case, tendré que obedecer a mi esposo, escucharlo todo el tiempo y darle muchos bebés para hacerlo feliz. Pero encuentro esto demasiado ridículo para seguir cada una de sus palabras de ser un perro obediente. Porque no tiene ningún sentido. ¿Por qué siempre tengo que escucharlo todo el tiempo? No es como si él fuera Dios o algo así como para obedecerle como tal. Soy el tipo de persona que siempre se escucha a sí misma. Cada vez que siento que algo va mal, inmediatamente hablo en contra de esa persona para hacer un punto. Siempre escucho a mi corazón. Entiendo a las personas que están a mi alrededor si me amaron o me odiaron con solo hablarles una vez. Y sé cuando tengo razón. Me di cuenta por su personalidad. Además nunca quiero casarme y dejarla sola. Todo lo que quiero es lograr algo realmente bueno para mostrarle a mi abuela mi gratitud por criarme sin ningún egoísmo. Aunque es un poco anticuada, nunca la cuestiono si me pide algo que hacer según ella. Nunca quiero decepcionarla. La vivo demasiado para hacer eso. Ella siempre quiere que sea una persona exitosa y mejor, lo sé. Ella fue la única razón por la que fui hasta Londres para estudiar. Aunque nunca me gustó estudiar. Pero amo a mi abuela hasta la muerte, por su única sonrisa puedo hacer cualquier cosa. Ella es como mi todo. Todo. Ahora que tengo diecinueve años, un poco maduro y ya no soy un niño. Quiero cuidarla como un adulto. Acabo de terminar mis estudios. Y ahora ya no puedo vivir sin ella. Ahora que estoy aquí, nunca la dejaré sola. Alguna vez. No quería que estuviera sola en su vejez. Quiero que ella dependa de mí. Quiero darle una vida de lujo. Y para eso trabajaré muy duro.
ALEXANDRA HILL llegó a su casa en Brisbane una mañana de mayo especialmente fría. Había estado de vacaciones de esquí en los Alpes del Sur con un grupo de amigos. Y aunque en Canberra hacía mucho frío cuando embarcó en el vuelo envuelta en una bufanda y una chaqueta de esquí, no esperaba agradecer estas prendas en la subtropical Brisbane ni siquiera en invierno. Pero como fue el día de mayo más frío del que se tiene constancia, todavía llevaba puesto el abrigo cuando bajó del taxi que había cogido en el aeropuerto, para encontrar a su jefe esperándola en la puerta de su pequeña casa adosada en Spring Hill. Simon Wellford, pelirrojo y regordete, cuya creación era Wellford Interpreting Services, la abrazó. Gracias a Dios. Tu vecino no estaba seguro de si llegarías a casa hoy o mañana. Te necesito, Alex. Te necesito de verdad", dijo apasionadamente. Alex, que sabía que Simon estaba felizmente casado, se apartó de sus garras y dijo prosaicamente: "Todavía estoy de vacaciones, Simon, así que...". Lo sé", interrumpió él, "pero lo compensaré, lo prometo". Alex suspiró. Trabajaba para Simon como intérprete y había llegado a conocerlo como algo impulsivo. ¿Qué emergencia es esta vez?", preguntó. Yo no lo llamaría una emergencia, definitivamente no", negó él. "¿Llamarías a los Mineros de Goodwin algo más que un golpe de estado absoluto? No sé nada de Goodwin Minerals y no sé de qué estás hablando, Simon. Chasqueó la lengua. Es enorme, es una compañía minera de primera clase y va a entrar en China. va a entrar en China. Bueno -agitó una mano-, están a punto de iniciar negociaciones aquí en Brisbane con un consorcio chino, pero uno de sus intérpretes de mandarín se ha puesto enfermo y necesitan un sustituto. Casi inmediatamente", añadió. Alex dejó caer su bolsa de mano sobre su maleta de ruedas. ¿Interpretación in situ?", preguntó. Simon dudó. Mira, sé que sólo has hecho trabajos de documentación y telefónicos para mí, Alex, pero se te da muy bien".
Zenia disfruta cazando, torturando, desmembrando. Cubre de terciopelo su malevolencia y seduce a sus presas con un juego de espejos. Es una ladrona hábil y engañosa, una devoradora de hombres, una comadreja ávida de sangre. Tony, Charis y Roz fueron sus víctimas y tal vez nunca logren hacer que desaparezca de sus vidas, porque el poder de Zenia no conoce límites, ¡ni siquiera los de la muerte!
«Los sefardíes agridulces y salados, divertidos y nostálgicos, generosos y orgullosos, sinceros e hipócritas, risueños y trágicos. Ella estaba allí, encorsetada en el traje tradicional, extranjera entre ellos y familiar sin embargo, prisionera de sus orígenes. Estaba allí, esperando, como la esposa oriental, al hombre que había prometido casarse con ella y que no era otro que un sefardí». Ella es Esther Vital, judía marroquí nacida en Estrasburgo, una mujer dividida entre el peso de la tradición y de la familia, la nostalgia de los paraísos abandonados —desde la España de Córdoba y Toledo, hasta el Marruecos de Mogador a Fez— y la ilusión de libertad de una mujer moderna que ha escogido casarse por amor. Sin embargo, la víspera de su boda, vestida con el traje púrpura de las prometidas sefardíes, Esther Vital descubrirá el poder de los maleficios, el terrible secreto que la marca y la dificultad de escapar a su destino.
¿Qué diabólico ser se esconde tras los negros ropajes que se esfuman después de cada asesinato? Todos los indicios apuntan a una bella dama, envuelta en un halo de misterio, siempre vestida de negro y que va dejando tras de sí un largo rastro de muerte y destrucción. Pero el detective Wanger no puede permitirse el lujo de creer en fantasmas e intentará dar caza a la presunta asesina antes de que otros hombres sucumban a sus encantos y se sumen a su ya extensa lista de víctimas. Lo que irá descubriendo no solo le helará la sangre, sino que pondrá en entredicho todas sus convicciones.
Lantana es una ciudad en crecimiento, un reducto de prosperidad en medio de un país en crisis. Nacho es un islote enclavado en un océano de existencias con las que no consigue empatizar, cuyo vínculo no sabe reconocer. Los contrastes entre Lantana y Nacho los abocaba a cruzarse en el camino. Pero un misterio mucho mayor, unas fuerzas que sobrepasan la ciudad, la inmensidad de su desierto, a Nacho y al resto de sus habitantes, está a punto de desencadenarse y aflorar desde la profundidad insondable de un pozo que los reclama con avidez.
Una siniestra nube negra que roza los planetas y los saca de su órbita, amenaza interponerse entre el Sol y la Tierra, apartando los rayos solares y transformando alternativamente a nuestro planeta en un infierno de calor y frío. Junto con otros científicos especializados Chris Kingsley es enviado a un establecimiento ultrasecreto para asesorar al gobierno en la emergencia. Durante los meses que siguen, y bajo la influencia de Kingsley, sus colegas se conforman cada vez menos con permanecer como simples consejeros. «La nube negra» es una narración apasionante y una fascinadora puerta abierta a la inventiva científica, a lo que se agregan el rigor y la lógica de su autor, Fred Hoyle uno de los más eminentes astrónomos contemporáneos.