Jean Jabert contempló pensativo a su clientela. Movió su enorme humanidad tras el mostrador, llenó de vino las jarras y los llevo a las mesas donde repetían consumición, que eran casi todas las de su local.
Mientras distribuía las bebidas a sus clientes, parecía muy lejos de cuanto le rodeaba, del rumor de voces, del ambiente cargado de humo y del olor a tabaco y a vino, entremezclado con la peste a sudor de algunos de los que demostraban día a día su declarada enemistad con el agua y el jabón.
Bajo bandera negra es la historia de un chaval de buena familia que se ve obligado a huir de casa para salvar la vida. Su tío ordena asesinar a sus padres y trata de matarlo a él también. El joven Nick logra escapar de las garras del traidor de su tío, del sicario de éste, y de una atractiva prima demasiado aficionada a toquetearlo. Se esconderá en un barco a punto de zarpar, convirtiéndose en polizón, siendo aceptado como grumete, y con el paso del tiempo convirtiéndose en capitán de su propio navío.
La trama transcurre en el Caribe, en 1697. Francia, Inglaterra y España han firmado el Tratado de Ryswick, que permite la paz en la zona. A Don Diego de Soto, excelente espadachín, vividor y mujeriego, Lord Browning le propone una misión por la que pagará una alta suma de libras: rescatar a su hermana del corsario francés Ducroix, apodado El Renegado. Para ello también necesitará la ayuda de Norman Scott, antiguo socio de El Renegado, al que se disponen a colgar por pirata. Sin embargo, si accede a ayudar en dicha misión, será indultado, además de ser bien pagado. Y así, los que eran enemigos han de confraternizar para llevar a cabo el trabajo.
La cabeza de Jim Dexter rodó por entre el oro, mientras las mismas manos feroces caían sobre sus compinches, antes de que éstos reaccionaran. Uno logró disparar y herir al enemigo monstruoso, pero eso no hizo sino enfurecerle más y el destrozo humano fue terrible. Los cuerpos volaron por los aires, despedazados brutalmente, en medio de una lluvia de sangre. Olivia De Winter, desparvorida, con el inconsciente Ronnie tendido sobre sus piernas, la cabeza encima de su regazo, se limitaba a mirar con ojos de horror toda aquella carnicería y, sobre todo, a su monstruoso autor, agigantado por las sombras y las luces de aquel recinto de pesadilla que era ahora la cámara del tesoro. Tras la masacre, el monstruo se volvió hacia ellos, emitiendo un berrido atroz. La contempló con ojos estrechos, inyectados en sangre, y avanzó pesadamente hacia ella y hacia el desvanecido Ronnie, dispuesto a continuar la matanza.
Corren tiempos turbulentos en la corte del Rey de Francia. El cardenal Richelieu conspira en las sombras contra el poder del monarca y contra los nobles que le son fieles. Marcel Roland, Marqués de Saint Cyr, junto con su prometida la condesa Belisa y su padre, el conde de Fontclair, se oponen con todas sus fuerzas a las reiterados intentos del cardenal para atraerlos a su causa. Ni el ni sus amigos están dispuestos a ceder ante las amenazas recibidas y mantienen la fidelidad a la Corona. Ante está tenaz oposición el cardenal ordena a su fiel y taimado esbirro Pierre de Mordant, urdir una astuta trama para deshacerse de aquellos que siente como una amenaza para sus turbios planes en contra de Su Majestad. Amparados en la oscuridad de la noche, el conde de Fontclair y su hija Belisa son secuestrados por esbirros del Cardenal y embarcados en un poderoso velero, comandado por el Capitán Loira, rumbo al Nuevo Mundo. Alertado Marcel Roland por su fiel amigo D'Artagnan del paradero de su prometida y su futuro suegro, se dirige a Inglaterra a solicitar ayuda al Duque de Buckingham con el fin de fletar un barco que le permita rescatar a los cautivos en aquellos remotos mares infestados de bucaneros. Este será el nacimiento de un misterioso personaje enmascarado que hará temblar a los fieros piratas del Caribe en su refugio de Isla Tortuga y será la pesadilla del cardenal Richelieu: ¡El Corsario Púrpura!
La novela trata de una investigación a bordo de un pequeño y viejo Bergantín, el Skeltor. El teniente de la Marina inglesa Stuart recibe el encargo del Almirantazgo de investigar a un Doctor que viaja en el barco, y que es sospechoso de las desapariciones de varias personas conocidas de la sociedad londinense. Stuart tendrá que embarcarse de incógnito, para intentar descubrir cuál es el oscuro secreto que guarda el Doctor.
El corsario inglés Sir Randolph Cartland se hace con el galeón español Sol de Castilla, cargado de oro, así como con su tripulación, en la que además está incluida una joven dama española destinada a casarse con otro noble. La persecución por parte del resto de la flota española no se hará esperar.
—¡Atentos, amigos! ¡Atentos todos…! ¡Va a comenzar el gran sorteo del Golden Saloon! Las caras de todos los clientes se volvieron hacia el teatrillo, en cuyo escenario estaba voceando la espectacular Lizzie Barton, luciendo uno de sus más cortos y escotados vestidos. Segura de haber atraído la atención de la concurrencia, la hermosa y sugestiva mujer, dio unos pasos por el pequeño escenario, repitiendo sus palabras de antes. El ambiente del saloon podía cortarse con un cuchillo. El humo había formado una especie de masa que desdibujaba las figuras y caras de cuantos se encontraban allí.
La lluvia empezaba a ser torrencial. El viento, además, se había levantado con intensidad, agitando violentamente los arbustos y matorrales del llano, así como algunos dispersos árboles que salpicaban el páramo acá y allá. —Es un maldito clima el de este lugar —se quejó el jinete—. O seco hasta deshidratarle a uno, o metido en tormentas que pueden inundarlo todo en menos de una hora… Si al menos hubiera algún sitio cercano donde guarecerse… Pero no veo ni una condenada luz en todo lo que abarca la vista. Por un error de la editorial, el título que figura en la cubierta y el lomo es 'El pistolero que no excita'. En la portada interior el título es el correcto: 'El pistolero que no existía'.
Gordon Lumas es uno de los seudónimos utilizados por José María Lliró Olivé. También utilizó los ALIAS, FIRMAS, SEUDÓNIMOS: Buck Billings, Clark Forrest, Delano Dixel, Gordon Lumas (A veces, Gordon C. Lumas), Marcel D’Isard (grupal), Max (a veces, Mike) Cameron, Mike Shane, Milly Benton, Ray Brady, Ray Simmons (a veces, Simmonds), Ricky C. Lambert, Sam M. Novelista de variados registros, durante la dictadura franquista convirtió la novela de bolsillo en “novela de acción reportaje”, narrando en forma de ficción, los acontecimientos reales que sucedían en Barcelona, durante tiempos de brutal represión y feroz propaganda.
Diariamente millones de personas ven pasar un tren de carga o pasajeros, sin que por eso se alarmen en absoluto o teman sufrir algún trastorno mental. Pero la situación de Larry Weeper era muy diferente, porque se hallaba en una comarca donde no existía aún ninguna línea de ferrocarril. Precisamente por aquel lugar, y diez años más tarde, una locomotora alimentada con leños, avanzaría triunfalmente entre los gritos de entusiasmo de obreros e ingenieros. Sin embargo, Larry Weeper no estaba sumido en un sueño profético ni mucho menos y, por otra parte, la posibilidad de haber alcanzado tales dotes de vidente no le daba ninguna alegría.
—¿Cómo te llamas?
—Max Drew, papá —respondió el niño, que permanecía acurrucado en un rincón de la gruta, envuelto en su abrigo de pieles.
—Repítelo.
—Max Drew.
No lo olvidarás, ¿verdad?
No, papá. Me llamo Max Drew.
Reginald Drew apoyó la cabeza en la almohada de pieles de su improvisado camastro y dio un profundo suspiro, mientras cerraba los ojos, fatigado. La fiebre coloreaba sus ardientes mejillas y, durante algunos minutos, estuvo hablando consigo mismo, mientras rebullía, inquieto, en su lecho. Luego, de repente, haciendo un penoso esfuerzo para alejar el delirio que oscurecía su cerebro, se incorporó asustado e insistió, mirando al pequeño Max...
Se puso en pie. Era un hombre alto, ancho de hombros, de revuelto pelo negro y ojos oscuros, ocultos tras unas gafas de gruesa montura. Vestía un simple pulóver gris, por cuya abertura asomaban las puntas del cuello de la camisa, y unos pantalones de color marrón oscuro. Como calzado llevaba unos simples mocasines, cómodos y abrigados al mismo tiempo. El profesor se dirigió hacia la puerta de la cabaña donde se había refugiado para preparar una tesis profesional. Al abrir vio que una mujer corría hacia él.
Rubia. Bella como una diosa griega. Con un cuerpo capaz de hacer palidecer de envidia a ninfas de leyenda. Así era Jean Reed. Veinticuatro años de edad. Rostro ovalado enmarcado por una rubia cabellera de dorados destellos. Ojos azules y casi transparentes. Lucía un elegante vestido camisero en tejido de raso-duppion. Un modelo que hacía resaltar la perfección de su cimbreante figura. Tomó un bombón. Una golosina que los cinco hombres devoraban con la mirada.
TEXAS ha de ser libre! ¡Quien tenga un poco de coraje que coja sus armas y su caballo y nos siga! Al grito de libertad eran muchos los tejanos que se alistaban en el pequeño ejército de voluntarios que se estaba formando en la provincia mejicana.
Gordon Lumas es uno de los seudónimos utilizados por José María Lliró Olivé. También utilizó los ALIAS, FIRMAS, SEUDÓNIMOS: Buck Billings, Clark Forrest, Delano Dixel, Gordon Lumas (A veces, Gordon C. Lumas), Marcel D’Isard (grupal), Max (a veces, Mike) Cameron, Mike Shane, Milly Benton, Ray Brady, Ray Simmons (a veces, Simmonds), Ricky C. Lambert, Sam M. Novelista de variados registros, durante la dictadura franquista convirtió la novela de bolsillo en “novela de acción reportaje”, narrando en forma de ficción, los acontecimientos reales que sucedían en Barcelona, durante tiempos de brutal represión y feroz propaganda.
Gordon Lumas es uno de los seudónimos utilizados por José María Lliró Olivé. También utilizó los ALIAS, FIRMAS, SEUDÓNIMOS: Buck Billings, Clark Forrest, Delano Dixel, Gordon Lumas (A veces, Gordon C. Lumas), Marcel D’Isard (grupal), Max (a veces, Mike) Cameron, Mike Shane, Milly Benton, Ray Brady, Ray Simmons (a veces, Simmonds), Ricky C. Lambert, Sam M. Novelista de variados registros, durante la dictadura franquista convirtió la novela de bolsillo en “novela de acción reportaje”, narrando en forma de ficción, los acontecimientos reales que sucedían en Barcelona, durante tiempos de brutal represión y feroz propaganda.
Gordon Lumas es uno de los seudónimos utilizados por José María Lliró Olivé. También utilizó los ALIAS, FIRMAS, SEUDÓNIMOS: Buck Billings, Clark Forrest, Delano Dixel, Gordon Lumas (A veces, Gordon C. Lumas), Marcel D’Isard (grupal), Max (a veces, Mike) Cameron, Mike Shane, Milly Benton, Ray Brady, Ray Simmons (a veces, Simmonds), Ricky C. Lambert, Sam M. Novelista de variados registros, durante la dictadura franquista convirtió la novela de bolsillo en “novela de acción reportaje”, narrando en forma de ficción, los acontecimientos reales que sucedían en Barcelona, durante tiempos de brutal represión y feroz propaganda.