Es probablemente en el relato corto donde Greg Egan encuentra su mejor expresión al poder introducir en ellos multitud de ideas sin verse lastrado por la necesidad de imprimir acción a la trama, necesidad que lastra muchos de sus relatos más largos. Hay aquí tres novelas cortas: Oceánico, Oráculo y Singleton, donde expone sin tapujos argumentos como la evolución futura del sexo, los múltiples universos o la inteligencia artificial como alternativa a la crianza de hijos biológicos. Un muy buen libro que podría servir como introducción a la obra del quizás más interesante de los autores de CF en activo.
Los cuatro libros que componen la saga «Odisea espacial» —2001: Una odisea espacial; 2010: Odisea dos; 2061: Odisea tres; 3001: Odisea final— suponen uno de los grandes hitos de la literatura de ciencia-ficción y el relato, fantástico pero no fantasioso, de una de las mayores epopeyas de todos los tiempos.
La aparición de un misterioso monolito negro es el eje sobre el cual gira una aventura que dura miles de años, desde los primeros pasos del hombre como tal, hasta la conquista del espacio, la creación de inteligencias artificiales y el contacto con seres superiores cuya forma de vida nada tiene que ver con la que conocemos en la Tierra.
La intriga, la acción y la desbordante imaginación propias del género confluyen en esta obra magna con el planteamiento de las grandes cuestiones de la humanidad: ¿Quiénes somos? ¿Cuál es nuestra esencia? ¿Qué lugar ocupamos en el cosmos?
Un sobrecogedor viaje interestelar en busca de la evidencia de que el ser humano no está solo en el cosmos. Una expedición a los confines del universo y a los del alma, en la que pasado, presente y futuro se amalgaman en un continuo enigmático. ¿Qué esencia última nos rige? ¿Qué lugar ocupa el hombre en el complejo entramado del infinito? ¿Qué es el tiempo, la vida, la muerte…? Una grandiosa novela de dimensiones épicas cuyo amplio abanico de interpretaciones ofrece una visión totalizadora. Arthur C. Clarke colaboró estrechamente con Stanley Kubrick en la producción de la célebre película homónima.
Nueve años después de la desastrosa misión Discovery a Júpiter en 2001, una nueva expedición formada por estadounidenses y rusos parte para encontrar la nave perdida y buscar en el banco de datos del rebelde ordenador HAL 9000 algo que explique qué fue lo que… y dónde está el comandante Bowman.
Pero por su cuenta, una expedición china sale en busca del mismo objetivo, por lo que la misión de rescate se convierte en una enloquecida carrera para obtener la preciada información que, además, puede ayudar a desentrañar el porqué del enigmático monolito que orbita alrededor de Júpiter.
Mientras tanto, el ser que fue una vez Dave Bowman, el único humano que podía dar la clave sobre el misterio del monolito se dirige hacia la Tierra en una misión vital…
2001: una odisea espacial dejó perplejos y encantados a millones de lectores a final de los años sesenta del pasado siglo. La fama del libro y de la película que le siguió, firmada por Stanley Kubrick, no ha hecho más que crecer con el paso de los años. Y con ella, un mundo de preguntas por responder: ¿quién o qué transformó a Dave Bowman en un feto? ¿Qué extraño propósito subyace en el monolito? ¿Qué pudo llevar a HAL a acabar con la tripulación? Todas estas preguntas y muchas más encuentran su respuesta en 2010: Odisea dos.
En esta novela, tercera parte de la inolvidable serie iniciada con «2001: Una odisea espacial», dos soles comparten el cielo de la Tierra, el cometa Halley regresa al sistema solar interior y una nave espacial terráquea consigue descender sobre él… Las trepidantes aventuras que salpican la trama ejercen de contrapunto a una profunda reflexión sobre el futuro de la humanidad ante las incógnitas del universo.
Frank Poole, subcomandante de la nave «Discovery» que en el año 2001 partió en misión secreta hacia Júpiter, es encontrado vagando por el espacio mil años después, en estado de hibernación. Frank tendrá que adaptarse a los increíbles cambios acontecidos durante el milenio. El momento cumbre será su reencuentro con su viejo amigo Dave Bowman, que ha sufrido una extraña simbiosis con el ordenador HAL… La Gran Muralla comienza a dar signos de inquietante actividad y la odisea iniciada mil años atrás se precipita a un desenlace tan sorprendente como estremecedor. La conclusión de la célebre saga.
La ferocidad y el talento escéptico de Alfred Bester han ejercido una notable influencia en el genero de ciencia-ficción, proyectándose sobre autores tan dispares como James Blish y Michael Moorcock. Es uno de los pocos que ha «puenteado», inconscientemente, el abismo entre la vieja y la nueva ola, transformándose en uno de los autores baluartes de ambas tendencias. Y eso sucede, quizá, porque conjura imágenes, extrayéndolas —casi sin respirar— tanto del espacio exterior como del interior.
¿Y si el mundo personal desaparece? ¿Y si todo lo que está alrededor se ha tornado invisible a pesar de que todo sigue allí y que los ojos lo perciben? ¿Y si lo que vemos, no llega a nuestro cerebro y lo que no vemos si llega? Enrique despierta a una pesadilla y la pesadilla despierta en él. Es el terror más grande, ese en el que todo está, pero ya podemos acceder a ello. Y lo que recibimos pertenece a alguien más. No hay contra qué luchar, no hay contra quien luchar. Es la más insondable de las experiencias. Se ha perdido lo que se podía perder y un poco más. Las manos se extienden y acarician el mundo que sigue allí. La mente se pierde en una realidad que pertenece al mundo de las pesadillas, pero no a las pesadillas que se tienen por la noche, cuando se duerme, sino a otras peores, a las que se experimentan cuando se está despierto sin haber perdido la razón. No es locura, sería demasiado sencillo, demasiado fácil de entender y de explicar. Es algo más siniestro. Las acciones del demonio serían preferibles; la pérdida de la razón sería menos dolorosa, la ceguera sería una mejor elección. “Todo es como una historia de miedo, pero en este caso el personaje soy yo. La imagen de aquel hombre frente a un espejo, mirándome sin mirar, con los ojos perdidos en una realidad que parece no ser capaz de aprehender y yo soy incapaz de comprender. La piel se me pone de gallina, me he convertido en el personaje de mi propia película de terror.” Los ojos no ven lo que está alrededor, pero las impresiones visuales siguen arribando al cerebro. ¿Qué clase de maleficio puede provocar eso? Enrique no lo sabe, es algo demasiado extraño para poder entenderlo y por lo mismo para poder explicarlo. Es el terror más grande que vive un ser humano. No es un ente extraño el que provoca esta emoción, no es un espíritu que puede ser conjurado con ritos o alejado con agua bendita y ajos. Es algo que está en lo más profundo de su cerebro, que lo persigue, que lo asalta impunemente hasta llevarlo al punto de desear perder la razón. Se trata acá del más grande de los terrores, el de perder la capacidad de diferencial lo real de lo que no lo es, de perder el control, de abandonar el mundo de la lógica y la razón. ¿Hasta dónde puede llegar el terror?
La fantasía de Efrémov, al igual que una gran parte de los autores soviéticos de ciencia ficción, nos recuerda un poco los desasosegantes mundos de H. P. Lovecraft, con sus detalladas descripciones de sombras y de seres no comprendidos. El mito, la leyenda, son fuentes que manan puntos de partida para obras que narran lo que quizá está ahí y no conocemos. Sobre todo en la U.R.S.S., donde el misterio de los grandes bosques compite con el sobresalto de los grandes desiertos y con la ominosidad de las grandes superficies nevadas para cautivar la pluma guiada por la ensoñación consciente. No hace falta un hombrecillo verde de Marte, ni un Jekyll/Hide para que la ciencia ficción combine plausiblemente elementos similares en lugares de nuestra Tierra de los que apenas tenemos noticia. Como en el caso de Olgoi-Jorjoi, por ejemplo…
Marte, 2628. Olympus es una gran corporación que se extiende por la galaxia y divide a la sociedad en trece Servicios basados en las funciones de los antiguos dioses olímpicos. Asha es una hades y lleva toda la vida rodeada de muerte. Ianthe es una deméter y lleva toda la vida enraizada en la soledad. Cuando ambas entran en la Akademeia, ya saben lo que les espera: tres años de internamiento y la Odisea, la prueba por grupos donde se elige a los mejores candidatos para liderar los Servicios. Pero la competición es dura y hay mucho en juego. El poder lo conseguirá quien esté dispuesto a todo por Olympus. La flor y la muerte da comienzo a la serie de Olympus (de las autoras de Sueños de piedra, Antihéroes y El orgullo del dragón), compuesta por novelas de ciencia ficción independientes e inspiradas en los mitos griegos. Iria G. Parente y Selene M. Pascual consiguen hablarnos de los conflictos más actuales de nuestro mundo y de sentimientos complejos a través de personajes memorables que, cuando los descubres, pasan a formar parte de ti .
Marte, 2634. Olympus es una gran corporación que se extiende por la galaxia y divide a la sociedad en trece Servicios basados en las funciones de los antiguos dioses olímpicos. Armand Cordroy es diseñador en el Servicio de Afrodita. O eso parece. En realidad, es también un espía en las altas esferas de Marte y tiene un plan: llegar hasta la cúpula de Zeus, el Servicio que controla Olympus. Para conseguirlo aspira a engañar y manipular a alguien de dentro... ¿Y qué mejor opción que Enid Dusan, principal candidata a ser la próxima líder? Pero lo que Armand no sabe es que Enid es tan retorcida como él y está acostumbrada a utilizar a los demás. Definitivamente, ella también tiene sus propios planes. El sol y la mentira forma parte de la serie Olympus (de las autoras de Antihéroes y Sueños de piedra), compuesta por novelas autoconclusivas de ciencia ficción inspiradas en los mitos griegos; en este caso, el mito de Ícaro se combina con el de Eros y Psique.
Todo el mundo sabe que en Omnia, la gran tienda virtual, puedes comprar cualquier cosa. En su catálogo encontrarás todo lo que puedas imaginar, e incluso objetos que ni siquiera sabías que existían. Por eso, cuando Nico tira a la basura por accidente el peluche favorito de su hermana pequeña, no duda en buscar en su web uno igual para reemplazarlo. Pero un error informático inesperado lo conducirá hasta el mismo corazón de Omnia, un inmenso y extraordinario almacén en el que la búsqueda del peluche será solo el comienzo de una emocionante aventura.
Los relatos que componen "Once tiempos del futuro" hablan del hombre inmerso en unos implícitos modos verbales: “futuro del pasado”, “futuro del presente” y “futuro del futuro”. En el primer grupo está presente la máquina del tiempo, esto es, el “recurso tecnológico”, que no les dará a los protagonistas el dominio deseado del tiempo. En el segundo, los personajes son víctimas de una concepción dogmática o ideológica que orientará y determinará su futuro de manera trágica, sintiendo que conseguirán triunfar a su manera más allá de los tiempos. En el tercero, bajo aparentes proyecciones realizadas “desde el pasado” (futuros del pasado) se entra en la fábula, entre una hipotética ciencia ficción, la magia y la mitología, que operan acorde con las circunstancias “disponibles”, ofreciendo una sensación de “verosimilitud científica futurista” y de "distanciamiento" que empujan a la superficie las ansiedades y frustraciones del presente. Por lo general, la verosimilitud reposa en una memoria invertida. En los once relatos subyace, en cualquier caso, la resistencia a lo esperado o a lo temido que no acaba de llegar.
(Nota: este libro se publicará en set.2018 en Alemania por Editio Solar-X)
«Oniria es el bar al que vas cuando los demás sitios cierran, es la Place du Tertre en un día de cielo nuboso y pocos turistas, o los ojos verdes de una mujer morena. Oniria es todo lo que quieras, incluso todo lo que quisiste sin saberlo. Es la canción que adorabas de niño y sólo reconoces en sueños, es esa persona que se marchó, y la que nunca vino. Oniria es el mundo tal cual quisieras que fuese, es una noche de luz de farola y besos robados, es aquello que eres y nunca llegarás a ser. Una contradicción, una escena sin sentido. Es soñar que vives… y vivir que sueñas» (Siro Dufré, Oniria Vol. 1). ¿Qué ocurriría si no existiesen consecuencias a nuestros actos? ¿Qué pasaría si hubiese un lugar, en el que nuestras acciones fuesen impunes a todo castigo? Un mundo en el que lo soñado es vivido y lo vivido es sueño, en el que los mecanismos de la lógica se retuercen a nuestro antojo y uno puede ser la persona que siempre quiso ser. Siro Dufré es un joven reservado, cuya vida le ha llevado a obsesionarse por el mundo de los sueños. Nada le merece la pena de este lado de la realidad, por lo que ha creado su propio mundo y sus propias reglas, en esa delgada línea que supone la lucidez onironauta. Realidad y ficción se entremezclan en esta novela de ciencia-ficción con tintes románticos, en la que nada es lo que parece y todo es lo que es. ¿Y tú? ¿Qué harías en Oniria?
¿Qué sentirías si hoy, nada más llegar a casa, te enterases de que al mundo le queda apenas un año de vida? ¿Cómo crees que reaccionarían las personas a tu alrededor? ¿Estará la Humanidad preparada para afrontar su extinción? Después de una semana rodeada de extraños sucesos, el 20 de julio de 2019, la psicóloga y violinista Daniela Palmer se tendrá que enfrentar a esas preguntas justo antes de ser arrestada bajo la acusación de espionaje. Dos días más tarde, tras una inesperada liberación, huirá a Sídney en compañía de un hábil ciberdelincuente para tratar de descubrir qué se esconde tras la apocalíptica noticia y sus consecuencias. Sin embargo, sus hallazgos se complican cuando entra en escena una misteriosa corporación con la que tuvo relación en el pasado y un proyecto experimental de potencial ilimitado. Con todas las piezas sobre la mesa, Daniela deberá resolver un desconcertante rompecabezas consciente de que cada vez está más cerca de traspasar los límites de su cordura.
La Corporación Albiorix sigue expandiendo su imparable monopolio alrededor del mundo, creando cada día nuevos adictos a sus cápsulas de sueños. En plena lucha contra su dependencia, Miles Cavanagh ve a su mujer desaparecer tras contemplar su muerte en lo que debería haber sido una apacible experiencia en un lago. Investigando, el gestor financiero descubre que el proyecto Onirica no se limita solo al entretenimiento, sino que encubre unos propósitos mucho más perniciosos. Al mismo tiempo, Miles conoce a la misteriosa Alissa, integrante de un grupo de resistencia contra la Corporación, con la que establece un ambicioso acuerdo de colaboración. ¿Lograrán averiguar qué hay detrás de la desaparición de Elisabeth Warby? ¿Guardará alguna relación con los extraños sucesos a los que Miles se enfrenta en el bosque? ¿Será alguien capaz de frenar los oscuros planes de la Corporación?
«Cuando vi la película Matrix por primera vez, me quedé clavado en el asiento por su similitud con la novela corta que había escrito unos años antes». La acción se inicia cuando un soñador se desenchufa de la madre que cuida a todos los soñadores desde el nacimiento a la muerte mientras el ordenador central de la nave espacial envía historias de realidad virtual hasta sus cerebros desconectados de la realidad. El soñador se da cuenta desde el primer momento que algo anda mal.
Stefan Dörner, un anciano veterano alemán, recibe la sorprendente visita de dos oficiales del ejército de los Estados Unidos. Quieren descubrir la verdad sobre un proyecto que oficialmente nunca existió, la Operación Hagen. Saben que Dörner fue uno de los hombres al cargo de aquella misión. Stefan comenzará a recordar los últimos meses de la guerra, cuando siendo un auténtico as de la Luftwaffe, es encargado de liderar un grupo de pilotos con una única misión: lanzar una bomba atómica, que los científicos se afanan por completar a marchas forzadas. En Operación Hagen, Felipe Botaya nos introduce en un tremendamente entretenido juego entre realidad y verosimilitud dónde multitud de personajes reales, el propio Hitler o Hermann Göring pero también un gran número de oficiales y científicos, se mezclan a la perfección con personajes totalmente creíbles de aquella época. Una trama que nos enseñará los proyectos de las famosas y avanzadas armas que preparaban los alemanes y los avances tecnológicos que los aliados esquilmaron a una Alemania derrotada, como botín de guerra. Todo ello acompañado con fotografías de la época por primera vez en una novela. La documentación y la tremenda capacidad de Botaya de crear una situación que podría ser real, envuelven totalmente al lector creándole todo tipo de dudas en un sorprendente juego entre la realidad histórica y la ficción verosímil. ¿Fue verdad lo que se explica en el libro? ¿Sucedió realmente la Operación Hagen?
John O’Ryan, un ejecutivo de una compañía dedicada a la producción de energía termonuclear, es incapaz de recordar su pasado y su identidad. A través de una hermosa mujer, Aretha, descubre que su verdadero nombre es Orion, el Cazador, un guerrero cuyo destino es combatir con el Señor de las Tinieblas para salvar a la humanidad de su destrucción.
Orion, pues, se enfrentará a su enemigo a través del Tiempo, desde la época de las cavernas prehistóricas hasta la confrontación final bajo la amenaza de una aniquilación nuclear…
«ENDE era una galaxia muerta… y ni tan siquiera eso. Un mundo condenado, un último suspiro que ya duraba cuatrocientos años. Perséfone, la última estrella, orbitaba en una lenta espiral suicida hacia Caribdis, un agujero negro. Ese paraíso, ese mundo idílico, era el nuevo destino al que mi padre iba a arrastrarnos a mi hermano y a mí». Cuando Charles Duncan, Doctorado en Microbiología, es destinado a una estación científica en Minos para investigar colonias patógenas en gravedad cero, nada sospecha de las auténticas intenciones de SAITO, la todopoderosa multinacional energética que le ha contratado. El origen y destino de la hikari, la misteriosa energía limpia de SAITO, podría poner en juego la vida de sus hijos y las de los otros habitantes de la estación Scyla, y ser el detonante de una lucha titánica en aquel olvidado rincón del universo. «(…) No, la ciencia ficción literaria existe, es la verdadera cuna del género, donde realmente los autores experimentan, crean y rompen barreras. Y gente como Braceli son los que deben tender esos puentes hacia el futuro». Víctor Conde Esta novela ha obtenido el XXI Premio Domingo Santos de Ciencia Ficción.