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Detective 33. La mujer con dos sombras, de Arnold Briggs

Policial, Novela

Inicial versión de la novela Sombras mortales, una obra de 1965. En esta primera versión la narración es algo más prolija y rica en personajes secundarios; de esta versión a la del año 1965 hay un proceso bastante complejo de reelaboración. Se suprimen fragmentos y personajes y se reelaboran textos y diálogos, no sabemos si para modernizar los contenidos y el estilo o para despistar a aquéllos que podrían reconocer la inicial versión de la novela. Aparece una de las primeras referencias explícitas a Simenon i Maigret, “no ignoraba que le apodaban “Maigret” por su cachazuda corpulencia y su constante afán por vigilar las estufas” que nos habla de la evidente francolfilia del autor y de cómo Simenos, en 1953, empezaba ya a ser un autor popular en nuestro país. Como en muchos de los títulos de la colección Detective, la referencia al traductor se lleva a cabo para reforzar la credibilidad de la existencia del autor foráneo que firma la obra.


Detective 34. Barco de brujas, de Geo Dugan

Policial

Austin Camden, ojos cerrados, presionó con el pulgar derecho el resalte que en su reloj pulsera acallaba el tintineo del despertador. Las siete y quince minutos. Se colocó el batín, y fue a abrir del todo la ventana. Regresó a la mesita de noche, y cogió el frasquito instilador del antiséptico nasal. Tres gotitas en cada fosa nasal. Cogió el segundo frasquito y sin necesidad de mirarse al espejo, dejó caer en el cuentagotas dos, en cada órbita. Un colirio blanco con vitamina «A» excelente para la claridad de la visión.


Detective 35. La mujer con dos sombras, de Danny Spade

Policial, Novela

Yo me había imaginado que el último caso que me dió tanta guerra, había quedado ya liquidado de una vez para siempre, pero los hechos demostración hasta qué punto puede andar uno equivocado a veces. También demostraron que cuando uno cree que se va a dar la gran vida por una temporada, gozando de paz suficiente para dedicarse a buscar una chica más o menos deliciosa… ¡cataplum! El jaleo te aguarda a la vuelta de la primera esquina. Y siendo así es natural que los que llevamos esa perra vida detectivesca aprovechemos en lo posible los breves períodos de calma que se nos presentan. Acababa de cerrar el expediente de los Starrets durante cuyo proceso tuve ocasión de echarle el ojo a su hija Ann, y pensaba también mucho en Fay, la otra encantadora criatura. Es curioso que uno siempre esté pensando en «la otra» mujer. ¿No lo han observado ustedes?


Detective 38. Asesinato en la frontera, de Bruno Shalter

Policial

Dos muchachas sentadas en el bar del «Salón Azteca» interrumpieron su conversación cuando entró, y le siguieron con la vista a medida que fue avanzando lentamente por detrás de los escabeles hasta la puerta de la sala. Llevaba las manos en los bolsillos. Al llegar a la puerta se detuvo y paseó por la sala una mirada circular. En el estrado, la orquesta desarrollaba, sobre el batir pegajoso del bongo, una melodía lenta y sensual. No había mucha gente: turistas norteamericanos en su mayoría y los habituales. Una docena de parejas se balanceaban en la pista. La luz se concentraba encima de los músicos, dejando el resto en una semiobscuridad que hacía destacar, por contraste, los rotulillos rojos de las salidas de emergencia y el verde de la entrada a los lavabos. A ambos lados de la sala estaban los palcos, recogidas simétricamente en todos las cortinillas de su ventana rectangular. Sobre el antepecho de uno se apoyaba un brazo desnudo de mujer, cuya propietaria quedaba en la sombra. En otro se avivaba a intervalos la brasa de un cigarrillo. Los turistas charlaban en las mesas, altos y rubios, desgarbados como peleles junto a la gracia lánguida de los camareros mejicanos.


Detective 40. Sangre entre brumas, de Alar Benet

Novela, Policial

El silencio de la noche fue turbado por un grito de terror. Después reinó el silencio, un silencio pegajoso, denso como la niebla que envolvía la gran ciudad. Un hombre que caminaba rápidamente por Piccadilly Circus, con las manos hundidas en los amplios bolsillos de su gabardina, se detuvo. Acababa de leer en el «The Times», una información del ministro de Salud, Mr. Mac Leod en la que se pedía a todos los londinenses que colaboraran con las autoridades a fin de evitar que aumentaran las muertes producidas por accidentes y enfermedades de toda índole, agravadas por la niebla, que iba adquiriendo un dramatismo superior al de muchas inundaciones y catástrofes recogidas por la Prensa en grandes titulares.


Detective 41. La muerte elije (2ª Ed.), de Donald Curtis

Policial, Novela

—Lo siento, Doug, pero queda despedido. Y como si el decir esto hubiese sido algo superior a sus fuerzas, mi jefe se recostó con indolencia en su asiento. Era muy natural. Había faltado a mi obligación, largándome sin pedir permiso a nadie. Allí no solía consentirse que los redactores se tomasen las vacaciones por propio impulso. Había perdido mi empleo en el «Journal». Tomé la cosa con filosofía, y dando media vuelta salí del despacho de mi director.


Detective 42. Lo siento por el muerto, de Arnold Briggs

Policial, Novela

Novela ambientada en los años de la ley seca que expone cómo un mafioso traicionado decide urdir una venganza sin saber que sus hombres de confianza van a ser policías camuflados. Vernon Fraser y Edgar Sikes, dos aparentes hampones, cínicos y descreídos, vigilan a una chica, Peggy Haines, desde hace días. Tras diversos avatares descubrimos que ella forma parte del gang de Big Al Scorpio, que parece querer esconderse tras la muerte de su socio, Brant Rogers. De forma extraña mueren los socios de Scorpio, entre ellos Peggy y su protector, Lloyd, y en la empresa es también asesinado Sikes; Fraser se toma el caso como algo personal y llega a descubrir que Rogers no estaba muerto y que la esposa de Scorpio, Lula, era en realidad una hija abandonada por Rogers. La que aparece al principio como probable culpable —Lula— se muestra al final como una mujer inocente que no sabía de la condición de gángster de su marido y de su condición de hija de un malvado como Rogers. Éste había querido contratar dos matones y por ello había contado con los servicios de Sikes y Fraser, dos matones de Chicago, para que viniesen a Nueva York sin saber que, en realidad, ambos eran dos policías especializados en infiltrarse en el mundo del hampa. Al final Rogers muere acribillado por la policía, Scorpio es detenido por los documentos que libró Rogers y es condenado a muerte y ejecutado; Lula recupera su condición de mujer libre. Ficha extraída de la página: http://peterdebry.blogspot.com.


Detective 43. Misión suicida, de Alar Benet

Novela, Policial

A las tres de la madrugada la ciudad de Chicago no dormía. Su segunda vida hallábase en peligrosa efervescencia. En los suburbios —¡terrible barrio del Loop!— y hasta en las más céntricas calles, hombres y mujeres vibran a los impulsos del odio, las pasiones, los vicios y la muerte. En las tabernas, entre juramentos, humo de cigarrillos y alcohol, se concertaban proyectos que harían estremecer a los que, ajenos al nocturno volcán, descansaban del honrado trabajo diario, disponiéndose a enfrentarse con los quehaceres de la nueva jornada.


Detective 44. «Vendetta» en Chicago, de Arnold Briggs

Policial, Novela

—Cálmese, Joan, porque sólo consigue estropearse los ojos con tanto llanto. Ya todo ha pasado, muchacha… Está aquí muy a cubierto de todo daño. ¿Quiere un poco más de agua? La cajera del «Jefferson Market» mordiéndose los labios, intentó de nuevo dominar sus nervios. Intentaba apartar la imaginación del atroz espectáculo reciente. Aquellos hombres disparando contra sus compañeros de trabajo, que saltaban como peleles, a cada impacto…


Detective 47. Precinto 18 (2ª Ed.), de Bruno Shalter

Novela, Policial

A su lado, Ava Gardner hubiera parecido una fregona. Tenía el cabello negro, con reflejos metálicos azules, el cutis de un tostado de oro y los ojos claros, gris verde. Su figura de diosa pagana se cimbreaba al bailar con la gracia indescriptible de la hierba al soplo del viento. Había en ella algo de naturaleza, algo tan vital que, al mirarla, le ponía a uno un burbujeo en las venas como el que produce la primera caricia de la brisa tibia de abril. Vestía de color verde manzana y la ropa parecía moldear su cuerpo con amor, casi con veneración.


Detective Agatha Raisin 1. Agatha Raisin y la quiche letal, de M. C. Beaton

Novela, Policial

A sus cincuenta y tres años, Agatha Raisin quiere empezar de cero: ha decidido cerrar su empresa de relaciones públicas y cambiar su piso de Londres por una casita de ensueño en Carsely, un pueblo en el corazón de la Inglaterra rural. El problema es que empezar de cero no es tan fácil: Agatha se siente sola, echa de menos su vida social londinense y, por si fuera poco, percibe que sus nuevos vecinos la tratan con una frialdad que para una mujer acostumbrada a salirse con la suya puede resultar ofensiva. Dispuesta a hacer lo que sea por ganarse la simpatía del vecindario, Agatha decide participar en un concurso de quiches. Para asegurarse el triunfo, compra una quiche en una tienda de comida preparada de la City. ¿Qué es entonces lo peor que puede pasarle, además de no ganar un concurso dotado con un premio de diez míseras libras? Que uno de los miembros del jurado muera envenenado… Señalada por medio pueblo como principal sospechosa, Agatha Raisin iniciará las pesquisas por su cuenta y riesgo.


Detective Agatha Raisin 2. Agatha Raisin y el veterinario cruel, de M. C. Beaton

Novela, Policial

Agatha Raisin: divertida, envidiosa y… ¿detective? No es simpática pero te hará reír, no es detective pero es capaz de resolver un asesinato si se lo propone. A sus cincuenta y tantos, Agatha Raisin se las ingenia bien para sobrevivir al aburrimiento de una campiña inglesa… No te pierdas esta deliciosa novela exclusiva de Círculo y firmada por una autora que ha vendido más de quince millones de ejemplares. Con un chasco. Así empieza la última aventura de Agatha Raisin: se ha ido a las Bahamas persiguiendo a su adorado James Lacey, pero resulta que él, quizá para esquivarla, no está en las Bahamas, sino más bien en El Cairo. ¿En qué momento se le ocurrió a la pobre Agatha dejar Londres por una vida insulsa y sin hombres en la campiña inglesa? La llegada al pueblo de un joven veterinario despierta el interés de muchas mujeres de mediana edad… y también el espíritu competitivo de Agatha, que no dudará en llevar a su gata (sana) para que la visite. Nuestra heroína no se irá con las manos vacías, y conseguirá que el veterinario la invite a cenar. ¿Despertará ese logro la envidia de sus competidoras? ¿Conseguirá despertar los celos de James Lacey? Agatha apenas puede saborear las mieles de su modesto triunfo: el veterinario aparece muerto en acto de servicio, justo cuando se disponía a operar a un caballo. Convencida de que se trata de un asesinato, Agatha embaucará a James Lacey para que la acompañe en sus hazañas detectivescas…


Detective Agatha Raisin 3. Agatha Raisin y la jardinera plantada, de M. C. Beaton

Novela, Policial

Agatha acaba de llegar de sus vacaciones en Nueva York, las Bermudas y Turquía. Se había marchado para airearse de la claustrofobia que a veces provoca Carsely y, ya de paso, proyectar en sus vecinos una imagen de viajera cosmopolita. ¿Le habrá echado de menos su admirado James? ¿Ha pasado algo en su ausencia? No y sí. James no la ha echado de menos y sí, ha pasado que Carsely cuenta con una nueva habitante: se llama Mary Fortune y, además de tener un tipazo, es una repostera notable y mejor jardinera. No es de extrañar que James le haya echado el ojo… El espíritu competitivo de Agatha fantasea con que un nuevo crimen en los alrededores le permita demostrar a James su talento como investigadora. Y como a veces el azar escucha las súplicas más raras, Agatha tiene un caso por delante: una serie de ataques violentos contra algunos jardines del pueblo culminarán en un horrible asesinato.


Detective Agatha Raisin 4. Agatha Raisin y los paseantes de Dembley, de M. C. Beaton

Novela, Policial

El caso de la excursionista que odiaba a los terratenientes Después de un tiempo, Agatha Raisin regresa a Cotswold, su querido pueblo en Carsely, y a los encantos de su apuesto vecino, James Lacey. La verdad es que James no parece muy encantado de verla, pero Agatha pronto encuentra distracción en un asesinato sensacional. La víctima, que aparece semienterrada en un sembrado, es la joven excursionista Jessica Tartinck, que pasó su vida irritando a los terratenientes al reclamar sus derechos de paso. Agatha no ceja en la esperanza de implicar al reacio James en su investigación. Hay tantas pistas a seguir… desde los compañeros de caminata de Jessica, hasta los propietarios de las tierras, todos parecen capaces de cometer un asesinato…


Detective Agatha Raisin 5. Agatha Raisin y la boda sangrienta, de M. C. Beaton

Novela, Intriga, Policial

Por fin Agatha ha conquistado al apuesto, atractivo y enigmático James Lacey. Y no solo eso: va a llevarlo al altar. Solo un par de cosas podrían desinflar una felicidad tan gorda… Los vecinos de Carsely tienen la mosca detrás de la oreja con la boda de Agatha: ¿por qué en lugar de casarse en la iglesia del pueblo se va a la oficina del registro civil de Mircester? Porque la funcionaria de Mircester es vieja, sorda y despistada, así que podría esquivar el papeleo y las preguntas sobre su verdadera condición. Y es que solo Agatha sabe que no hay ninguna evidencia de que su marido, el vividor, estafador y borrachuzo Jimmy Raisin, haya muerto. ¡Solo Agatha sabe que está a punto de cometer bigamia! Lo que no se imagina es que algunas fuerzas oscuras están confabulando contra ella. El día de la boda, Jimmy aparecerá vivito y coleando. Agatha, histérica, se lanzará a estrangularlo con una mano; con la otra intentará retener sin suerte a su amado James Lacey… Pero ahí no acaba el lío: ¿a quién acusarán de homicidio cuando al día siguiente encuentren el cuerpo sin vida de Jimmy Raisin?


Detective Agatha Raisin 6. Agatha Raisin y la turista impertinente, de M. C. Beaton

Novela, Intriga, Policial

Devastada por su matrimonio fallido con James, Agatha ya no sabe qué hacer. Y, como suele pasarle, escoge la peor opción de todas: seguir a su amado coronel retirado hasta Chipre, adonde el novio fugado se ha trasladado para recuperarse de la vergüenza y de la humillación sufridas. Pero en lugar de disfrutar de una luna de miel romántica bajo los cielos protectores de esta isla mediterránea, son testigos del asesinato de una turista inglesa en una discoteca. ¿Podrá el dúo olvidar sus diferencias y retomar su asociación detectivesca extrañamente próspera? Fiel a su reputación, Agatha se lanza a investigar aun a riesgo de dejar escapar a James, que ya está harto de sus excentricidades.


Detective Agatha Raisin 7. Agatha Raisin y el manantial de la muerte, de M. C. Beaton

Novela, Policial

Para esquivar sus embrollos emocionales, Agatha Raisin se ha dejado reclutar por su antigua firma de marketing para llevar a cabo una jugosa misión: ser la relaciones públicas de una compañía de aguas interesada en el manantial de Ancombe, el pueblo vecino de Carsely. El consejo parroquial del pueblo se encuentra dividido entre apoyar a la compañía y permitir que extraiga agua diariamente del manantial o dejar las cosas como están… El día que Agatha decide ir a dar un paseo hasta el manantial, da con una sorpresa: junto a la fuente está el cadáver de Robert Strutters, el presidente del consejo de Ancombe.


Detective Agatha Raisin 8. Agatha Raisin y el peluquero malvado, de M. C. Beaton

Novela, Policial

Mientras una ola de calor azota la campiña inglesa, Agatha Raisin intenta combatir el sopor veraniego preparando tés para sus vecinas de Carsely, pero lo cierto es que, en ausencia de su deseado James Lacey, que ha abandonado el pueblo sin despedirse, y del joven policía Bill Wong, que está de vacaciones y no se ha molestado en llamarla, y sin la perspectiva de una cita con sir Charles Fraith, se muere de aburrimiento. Entonces, como suele suceder en esos casos, toma una decisión que, si Agatha no fuera Agatha, sin duda lamentaría: se mira al espejo y se descubre envejecida y desaliñada. Incluso unas cuantas canas han aparecido en su melena castaña, tupida y lustrosa. Profundamente contrariada, se aplica un baño de color que le deja el pelo de un llamativo color violeta. Luego, decidida a reparar ese terrible desaguisado por la vía rápida, acude a Evesham, cerca de Carsely, donde le han dicho que hay un peluquero excelente, el señor John Shawpart, con fama de mago de los tintes. Muy pronto quedará claro que éste ,además de habilidoso con la tijera, es muy atractivo y seductor, y no sólo tiene planes para su cabellera sino también para su corazón. Sin embargo, ese futuro común se trunca cuando el señor John muere envenenado en su propia peluquería. A partir de ese momento, con la ayuda de sir Charles Fraith, Agatha tendrá que sumergirse en la vida de las mujeres que frecuentaban el salón: ¿quién podría guardar rencor al apuesto peluquero, adorado por un sinfín de clientas que le confiaban todos sus secretos?


Detective Benny Griessel 2. Trece horas, de Deon Meyer

Novela, Policial

Trece horas. Ese es el tiempo de que dispone el detective Benny Griessel para dar con el paradero de una chica desaparecida. Todo ha empezado con el hallazgo del cadáver de una joven turista americana con el cuello rebanado en las calles de Cape Town. Sin embargo, la asesinada no viajaba sola. Con suerte, en alguna parte de esta ciudad hostil su amiga Rachel Anderson está todavía viva y escondida. Griessel, que lleva sobrio casi seis meses, debe resolver este caso mientras investiga también el asesinato de un ejecutivo musical sudafricano. Sin embargo, el caso de la chica desaparecida es prioritario, porque esta ha contactado con su padre en Estados Unidos, que ha presionado a varios políticos, y el asunto amenaza con generar un incidente diplomático y con arruinar la reputación de la ciudad más turística de Sudáfrica. Galardonado con el Premio Boeke en Sudáfrica, este palpitante thriller demuestra que no es casual que a Deon Meyer lo llamen «el rey de la novela policíaca sudafricana» y que sus obras hayan sido traducidas a veinticinco lenguas.


Detective Benny Griessel 5. Ícaro, de Deon Meyer

Policial, Novela

A las puertas de la Navidad, una tormenta deja al descubierto un cuerpo enterrado en un suburbio de Ciudad del Cabo. Se trata de Ernst Richter, un controvertido hombre de negocios que se había granjeado numerosos enemigos y llevaba casi un mes desaparecido. Amigo de la polémica y de exhibir su fortuna, Richter era el fundador de Alibi.co.za, una empresa online dedicada a facilitar coartadas a personas adúlteras. Desde el primer momento, el suceso provoca un formidable revuelo mediático: se filtran nombres de peces gordos que habrían contratado los servicios de Alibi y las altas esferas exigen a la policía resultados con rapidez. Y todo esto ocurre en el peor momento posible para Griessel: ha vuelto a caer en la bebida, un colega se ha suicidado y su compañero, Vaughn Cupido, se ha enamorado de una de las sospechosas del crimen. Así pues, la lujuria, la ambición y la psicosis se entretejen en un caso mucho más turbio y complejo de lo que parecía en un principio.