Por vez primera en su azarosa existencia, Dawson Konrad, el agente "019" de la "Organización Géminis", descendió hasta el abismo más profundo del pánico humano... cuando comprendió que se enfrentaba con los despiadados brujos del "Vudú", artífices del asesinato a distancia.
El detective privado Ciro Blume es contratado por la redactora jefa de El Globo, Lola Colomer, para que encuentre a su marido, Pablo Gomá, director del Museo del Prado, desparecido la noche de Reyes sin dejar rastro. Los guardias de seguridad y las cámaras de vigilancia del museo acreditan y recogen la entrada del director en su despacho, pero no la salida, como si se hubiera desmaterializado y disuelto en el aire. Blume tendrá que remover los limos cenagosos que emponzoñan la vida del director, y acabará averiguando que la belleza inocente que atesora el museo arrastra con ella la sombra de lo siniestro.
Óscar es un expolicía que dejó el cuerpo por creer en lo que hacía: buscar justicia a pesar de todo. Su solitaria vida como detective privado le llevará a meterse de lleno en un caso que, aunque a simple vista parezca uno más, se convierte en uno muy especial. Sumergido de lleno en él, conocerá a una mujer que le removerá las entrañas y creará en él una ilusión perdida cinco años atrás, pero surgirán graves complicaciones que no dejarán que todo fluya por sí solo. Misterio, acción, situaciones extremas y romance van de la mano en una historia en la que el entramado de una banda del crimen organizado pondrá en jaque la vida de las personas más cercanas al detective y hará que la menos implicada pague las consecuencias de su lucha por conseguir la verdad.
Una ola de crímenes angustia al pequeño pueblo de Montgat, sumiendo en la alarma y el espanto a sus habitantes. Los cuerpos de cuatro jóvenes aparecen de forma sucesiva brutalmente mutilados, al parecer, siguiendo un patrón ritual: a todos ellos les falta el corazón. El asesino tratará de comunicarse con Rafael, el policía al cargo del caso, dejando diferentes pistas en cada una de las escenas del crimen, tratando de enviar algún tipo de mensaje. Un año después, cuando parecen tener un responsable, David, amigo de las víctimas, insiste en algo que no se han molestado en confirmar. Lo peor de todo es que nadie da crédito a sus palabras…
París, 1871. Por las calles de una ciudad llena de trincheras, el mal merodea con libertad. Están desapareciendo mujeres muy jóvenes y las sospechas se centran en un fotógrafo cuyos trabajos son algo peculiares.
Una de las secuestradas es Caroline, la prometida del sargento Nicolas Bellec, combatiente del bando comunero. Nadie parece tener la llave de la bodega donde está encerrada y, cuando las tropas de Versalles entren a sangre y fuego, ya no habrá escapatoria.
Investiga el asunto un oficial de policía con marcado sentido del deber, el comisario Antoine Roques. La suya es una carrera contrarreloj para dar con la muchacha, mientras se acerca el inexorable fin de la Comuna.
Dos pueblos enfrentados a muerte, una adolescente acusada de asesinato y un padre decidido a todo para defender a su hija…
La nueva novela de Brian Freeman tiene aquello que te gusta en un buen thriller : giros inesperados, personajes enfrentados a situaciones límite y un final explosivo. Los ingredientes que han llevado al autor de Minnesota a la primera división de la literatura de suspense norteamericana.
Chris era un abogado experimentado, pero nunca imaginó que el caso más difícil de su vida… sería defender a su hija de la acusación de asesinato. Todo parece estar en contra de la joven Olivia: varios testigos la vieron aquella noche en una urbanización desierta, jugando a su propia versión de la ruleta rusa con su rival Ashlynn, que poco después apareció muerta. A medida que investiga, Chris descubre una historia sórdida, la lucha entre dos pueblos: Barron, enriquecido por el auge de la industria química, y el vecino St. Croix, que lo único que ha recibido son aguas contaminadas, casos de cáncer y mucho odio. Pero Chris también descubre que ningún padre puede estar seguro al cien por cien de lo que es capaz de hacer su propia hija.
Balaoo es una novela de Gaston Leroux, publicado en 1911. Gastón Leroux nos lleva a la búsqueda de la Baloo misterioso hombre-mono, traído de la selva por el Sr. Bandong Coriolis. Esta novela comienza como una novela policíaca clásica. Una serie de asesinatos aterroriza a un pueblo de Auvernia, y comienza una investigación, durante el cual los personajes principales son: un científico de edad indeterminada, su hermosa hija, su prometido, el gran bobo empleado de notario, el criado del científico y una familia de fugitivos de la justicia, escondidos en el bosque. Una novela que nos lleva a episodios completamente delirantes y que vale la pena ser leída.
El drag queen albino, Alejandro Nola, muere a causa de la brutal paliza de unos skinheads. Al mismo tiempo, a cuarenta kilómetros de distancia, el empresario Francesc Rocamora muere envenenado. ¿Qué tienen en común ambas muertes? El detective Baldo Sanmartín se verá envuelto en esta ocasión en una sórdida trama de poder, dinero y sentimientos arrolladores que deberá desentrañar.
Al despertar tras lo que parece haber sido una noche muy agitada, y con la sensación de tener en la boca a las legiones del César haciendo instrucción, el orondo investigador Baltasar Matzbach descubre algo insólito y completamente inesperado: un cepillo de dientes de origen desconocido junto al suyo. Sin embargo, este es sólo el primero de una larga, extraña y bien trabada cadena de enigmas, que Gisbert Haefs, con la agilidad y la perspicacia que le caracterizan, despliega ante los ojos del lector, conduciéndole por una trama llena de sorpresas delirantes, a través de unos paisajes urbanos que conservan trazas de un pasado agridulce. Así, Haefs traza un retrato de unos ambientes sórdidos, en decadencia e impregnados del legado de políticos corruptos, y sitúa en ellos una divertida y apasionante historia en la que un grupo de amigos, instigados por Matzbach, ponen sus diversos talentos al servicio de un enigma que a cada paso va cobrando nuevas dimensiones hasta remontarse a los tiempos de la segunda guerra mundial.
Andreas Goldberg está sin duda pasando una mala temporada: la empresa en la que trabajaba ha quebrado, su esposa le ha abandonado por un atractivo abogado y ambos han aparecido acribillados a balazos. Incluso la única parte positiva de todo el asunto, el hecho de ser el beneficiario del seguro de vida de su esposa, está en riesgo, pues Goldberg es el principal sospechoso del asesinato. Tuvo la ocasión, los motivos, se han encontrado sus huellas dactilares en el escenario del crimen… Sin embargo, eso no es suficiente para convencer a Baltasar Matzbach cuando se entera de que Goldberg no sólo tiene como mascota a un cuervo sarnoso que maldice y cuyo platos favoritos son el caviar con mermelada y las tortitas de fresa con mostaza, sino que su nombre es Poe. Desde el momento en que se convence de la inocencia de Golberg, el peculiar investigador Matzbach se embarca en unas disparatadas pesquisas que sin duda le llevarán a resolver este enmarañado caso. Y para ello contará con un puñado de colaboradores, a cual más torpe, pero sobre todo con una fuente inagotable de inteligencia y de atinadas sugerencias: los cuentos de un sagaz escritor argentino. La ironía, las citas literarias, la intriga, unos personajes inolvidables, el humor y la acción se mezclan con sabiduría en esta novela.
Tres hombres hacen bajar de un vehículo a dos funcionarios bancarios con los ojos vendados bajo la excusa de tomarles fotos para simular un secuestro. En vez de eso, los ejecutan fríamente con sendos disparos en la cabeza. Arrastran sus cuerpos por la arena y los acuestan en una cama con dieciséis kilos de dinamita, que hacen explotar con una larga mecha en medio de una extraña tormenta de polillas que anidan en los relaves. Hablamos del robo de un millón de dólares de la época a una sucursal del Banco del Estado en Chuquicamata. Este es el hecho que anima «Banco de arena», la cruda y brillante novela que nos entrega Guillermo Valenzuela, quien representa la oscuridad y la violencia de una dictadura a través del grotesco de personajes tan comunes como insólitos. Con una prosa cinematográfica, Valenzuela nos transporta a los cruentos años ochenta, en plena dictadura militar, y relata de una forma magistral un suceso que aún mantiene algunas aristas abiertas y nos pone de manifiesto que la vileza y la codicia no conocen límites.
De un contenedor de basura en un aparcamiento periférico asoma el cadáver de una chica jovencísima. Estamos en un pueblo de la costa de Livorno, el imaginario Pineta, convertido en una localidad balnearia de moda: donde estaba el bar con petanca han puesto un «discopub» al aire libre, en la pineda hay un gimnasio exterior de «body-building» y ya no hay bancos, solo aparcamientos para las motos. El homicidio parece ser un asunto de droga y sexo, y las sospechas recaen sobre dos amigos de la víctima, malcriada hija de buena familia de licenciosa conducta. Pero la casualidad quiere que, por amor al cotilleo y para matar el tiempo, el grupo de los viejecitos del BarLume comience a hablar sobre el crimen, a discutir, a reñir y, por último, a indagar. El propietario del bar, Massimo, nieto de uno de ellos, se acaba erigiendo como el verdadero y desganado investigador, al que los jubilados, como un coro griego, discuten sus intuiciones, las desmontan y las perfeccionan, pasándolas por un cómico cedazo de irreverencias, y convirtiendo la investigación, más allá de la intriga policíaca, en una expresión de testaruda supervivencia de los habitantes del pueblo frente a la devastación del consumismo turístico modelado por la televisión.
En Pineta tiene lugar una importante convención de Química a la que acuden expertos y estudiantes de todos los lugares del mundo. Uno de los asistentes más prestigiosos, el profesor japonés Asahara, se siente enfermo tras la cena y sufre una parada respiratoria, aunque se hace necesario ordenar una autopsia que despierta sospechas. ¿Ha muerto envenenado? Massimo, el dueño del BarLume, se ve implicado en el asunto ya que fue el encargado de preparar el «catering» de la cena. Retenidos en la población mientras duran los interrogatorios, los participantes a la convención suelen reunirse en el bar para discutir el caso, y una vez más, se inicia una investigación colectiva a cargo del grupo de jubilados de Pineta. Aldo, Gino, Pilade y Ampelio vuelven con sus discusiones sobre lo divino y lo humano en una novela de intriga que se devora con una sonrisa permanente.
Estamos en periodo de elecciones municipales y un trágico accidente conmueve Pineta, pintoresco enclave turístico en la costa toscana: Marina Corucci, secretaria del partido de centro-izquierda, se estrella contra un coche mientras conduce en compañía de su hijo de quince años. Ambos son hospitalizados de urgencia pero nada puede hacerse por la vida del hijo, mientras ella queda en coma. Pronto surgen no pocas sospechas de homicidio sobre sus conocidos. El primero entre todos es Stefano Carpanesi, líder de la izquierda y amante de la Marina Corucci. Massimo, más decidido que nunca a no inmiscuirse en el crimen es empujado, como siempre, por el grupo de octogenarios a investigar las intrigas tenebrosas que se desarrollan en torno a las dos súbitas muertes y el inmenso patrimonio dejado así sin herederos.
Un día llega una extraña carta a Mycroft Holmes, hermano de Sherlock Holmes y funcionario del Foreign Office con mandato de investigación. Una carta de una mujer que le anuncia que su marido la va a matar y que en la casa donde vive hay un secreto, un terrible secreto.
Mycroft Holmes no sabe que pensar de esa carta, pero luego llega un baúl a su casa y en ese baúl...
Desde el momento en que Mycroft Holmes abre el maletero, comienza para él la caza del más diabólico de los asesinos.
Un suicidio. Un excomisario corrupto. Un bebé desaparecido. El inspector Tito Vegas y la periodista Lola Santos investigan la relación entre los tres casos. Para Vegas es un asunto personal. Lola quiere justicia. A medida que avanzan las pesquisas, Vegas y Lola exploran los límites de su relación y se enfrentan a un doloroso dilema. Delante tienen a un incómodo adversario. Un motero canalla y peligroso. El orgulloso propietario del Barba Rossa Beach Bar.
Paco Huertas, un joven policía honesto, inicia una investigación en La Mina, un barrio marginal de la Barcelona preolímpica, y se zambulle en el mundo de las drogas, la prostitución y la mafia internacional recién llegada a España.
Un anónimo recibido en la comisaría de Baria pone al comisario Carrillo sobre la pista de un posible asesinato cometido un año atrás: un atropello, el de una mujer a la salida de un restaurante, que pudo ser intencionado. Un padre vencido por el dolor y el rencor; un detective privado tan sagaz como ambicioso; una secretaria devota y, sobre todo, una mujer que no puede contener el amor que alienta en su corazón. Una investigación que se enredará paulatinamente hasta hacer que los implicados en la misma se conviertan en auténticas alimañas. «Baria City Blues» es la novela en la que se da a conocer el comisario Carrillo, de la Jefatura de Policía de Baria, una ciudad del levante almeriense.
Klaus, un escritor acabado, se encuentra sumido en una miseria emocional sin límites. Descolocado, perdido y viviendo en una barriada marginal dentro de un Madrid idealizado. Sin saber qué hacer, sin rumbo, sin ideas y quemando su tiempo de mala manera. Tras una noche loca y confusa, su vida cambia de rumbo de una forma casual y sangrienta. Sin quererlo ni beberlo, Klaus, se ve envuelto en una trama mafiosa, cutre y violenta. Pero no está solo, la casualidad es su aliada… En compañía de un asesino muy peculiar y de la mano de una prostituta enganchada a la vida, nuestro personaje viajará, perdido entre sus emociones, hasta la línea de salida de una nueva vida. Aunque para ello, tendrá que pagar tributo al destino… Basura no compartida es una historia alocada, visceral, irreverente, asocial, sangrienta, divertida, ácida, realista, borracha y rápida. Cargada de sentimientos, basura emocional y pensamientos fugaces.
Un rapero es hallado muerto a la puerta de su mansión en la ciudad de Miami. Los encargados de resolver este crimen son los detectives William Bell y Darren Wachowski. El primero es el mejor detective de homicidios de Florida. El segundo es un novato que va a enfrentarse, junto con Bell, al primer caso de su carrera. William ha trabajado siempre solo, pero el comisario jefe, Hernández, decide que Wachowski puede comenzar a foguearse con la ayuda de un experto policía como Bell. Ni el experto detective ni su jefe tienen esperanzas en que Darren pueda llegar a ser un buen detective de homicidios, pero él les demostrará que están equivocados. La muerte del primer rapero dará lugar a otros asesinatos, todos ellos relacionados con el mundo de la música rap. Tanto William como Darren tratarán de hallar al misterioso asesino que va dejando rosas negras junto a los cadáveres, siguiendo cada uno sus propios métodos, que son, casi siempre, antagónicos.