Irène, nacida en una familia de escasos medios, por no decir nulos, se dedica a robar en lo mercados de su barrio, New Post, en la ciudad camerunesa de Douala. Un día, sin embargo, roba un bolso en la casa de un extraño matrimonio, formado por Ousmane y su sensual esposa, Fatou, que la acogen temporalmente. El erotismo de Irène, unas veces extremadamente vital, otras destructivo —y aun autodestructivo—, y las peculiaridades circunstancias en que vive la pareja, lanzarán a los tres a unos juegos sexuales que pueden culminar en cualquier exceso, siempre condimentados con el carácter profundamente libertino de Irène. Mujer desnuda, mujer negra es un viaje al erotismo actual africano, un mundo en el que el sexo aflora cotidianamente con toda naturalidad, pero que no tolera que se viva a tumba abierta. De ahí que, en esta novela, no haya «sostenes de encaje, ni medias de rejilla, ni braguitas de seda carísimas, ni perfumes de rosa o gardenia, y menos aún esas poses rituales de mujer fatal sacadas del cine o la televisión», porque Irère, la joven protagonista, se propone «escarbar en las entrañas de la tierra, sondear en lo más profundo de los abismos, donde el ser se desintegra, muere y resucita sin guardar nunca el menor recuerdo».
Es medianoche. Una atractiva mujer entra en un hotel discreto y pregunta por una habitación donde alguien le espera. Está nerviosa: sólo ha visto una vez al hombre que la ha citado, y eso ocurrió hace ya dieciocho meses. Su deseo aumenta cuando él abre la puerta de la habitación en penumbra y, en vez de acercarse a ella, parece rehuirla. Minutos después, el hombre le recuerda que, tal como han pactado, esa primera noche no podrán tocarse, lo que lleva a la mujer casi a la desesperación... Se convierten así en «dos cometas ardientes, lanzados a vertiginosa velocidad, que se encontrarán el uno con el otro, aunque desde tierra parecen inmóviles, y procuran desviar ligeramente su trayectoria para retrasar el éxtasis de su desintegración recíproca».
Por su extensión, por sus detenidas (y entretenidas) descripciones y por las variadas, casi infinitas, situaciones que describe, Mi vida secreta es sin duda la novela erótica más importante de la época victoriana. Desde su precoz iniciación en el sexo hasta el fin de su «carrera amatoria», Walter, nombre tras el que el autor oculta su identidad, rememora su trayectoria de la lujuria a través de cientos de encuentros con nodrizas, prostitutas, primas, actrices, hombres y esposas de otros hombres. Explotando al máximo las posibilidades que se le ofrecen, siguiendo la divisa de «mi cuerpo es mío», Walter se lanza a poner en práctica sus obsesiones, sus fantasías y sus fetichismos. Y mientras describe toda una época de represión, en la que deben guardarse estrictamente las apariencias, Mi vida secreta ofrece una mirada excepcional a la cara oculta de la vida victoriana, para iluminar la compleja dinámica sexual de una sociedad dividida estrictamente en ricos y pobres, hombres y mujeres, sexualidad y castidad. Desde su publicación, en Londres en 1894, muchos estudiosos coinciden en afirmar que en la obra confluyen, como pocas veces se ha dado, tres importantes tradiciones: la pasión casi entomológica por describir hasta las más raras prácticas sexuales, la búsqueda de la verdad del placer mediante la escritura (de inspiración libertina) y la necesidad de confesarlo todo (de origen, sorprendentemente, cristiana).
Corre el verano de 1888. Agnès de S. tiene diecinueve años cuando empieza a escribir un Diario. Recién salida del colegio de la Inmaculada Concepción, una institución reservada a jóvenes de buena familia, Agnès va a pasar las vacaciones veraniegas al castillo familiar, cerca de Nîmes. Como es de suponer, la señorita de S. es todavía virgen, pero no tiene un pelo de tonta. Durante todo el verano, que se anuncia bastante aburrido, llevará este Diario, que va volviéndose más y más íntimo, ya que las ocasiones de instruirse en la teoría y la práctica del sexo surgen cada vez con mayor frecuencia, al azar de las circunstancias: escenas de amor presenciadas por sorpresa, una camarera muy cariñosa, un joven campesino al que hay que espabilar, el hijo del molinero –inagotable fuente de descubrimientos–, un hermoso oficial de húsares del que Agnès se enamora vagamente... Y mientras se percata de la hipocresía de la sociedad en que vive, sus deseos de romper con las prohibiciones y la satisfacción de revivir sus aventuras se unen al poderoso placer de narrarlos. Así, todo confluye de pronto en su vida para convertirla, al final de ese verano tormentoso, en casi una mujer que se permite «casi todo».
Cuenta el mito que Tiresias encontró dos serpientes copulando y, por atreverse a desenlazarlas, se convirtió en mujer. Siete años después volvió a encontrárselas; cuando las separó, recobró sus atributos masculinos. Más adelante, tras afirmar ante Júpiter y Juno que las mujeres gozaban más que los hombres en el acto sexual, la diosa lo castigó por su indiscreción con la ceguera, pero Júpiter, para consolarlo, le otorgó el poder de la adivinación. Hombre y mujer, ciego y adivino: ésa es la ambigua y compleja figura que el escritor francés Marcel Jouhandeau utiliza como referencia para relatar sus citas secretas con cuatro hombres: Richard, Philippe, Pierre y un joven al que apoda el Enano, que le ofrecen sus cuerpos por dinero. Así, entre el delirio de los encuentros y las iluminaciones de la carne, se desarrolla esta narración, de gran contenido autobiográfico, que transmite la experiencia de la homosexualidad tal como la vivió su autor: mortificante, obscena, liberadora y, sobre todo, profundamente estética. Publicada con el pseudónimo de Théophile en 1977, y por primera vez con el nombre del autor en 1988, la obra fue considerada por el también escritor Roger Martin du Gard «una observación clínica, turbadora y del mayor interés para ahondar en el conocimiento del hombre», y su primer editor, Jean-Jacques Pauvert, aseguró con gran acierto que, en Tiresias, Marcel Jouhandeau jugó, «en el mejor sentido del término, con el fuego que incendió su vida». Con Tiresias, se ofrece a los lectores una de las más peculiares obras eróticas de este autor, «uno de los grandes y singulares escritores homosexuales del siglo XX francés», al decir de Luis Antonio de Villena.
Impúdico pero a veces cándido, sin retóricas ni ambages, este Cuaderno íntimo desvela la verdad desnuda de los gustos (y usos) eróticos de una mujer: sus encuentros sexuales y sus amores, los fugaces y los duraderos, los apasionados e incluso los platónicos. A lo largo de 69 breves capítulos –un número, por supuesto, no azaroso– que pueden leerse de manera independiente, la protagonista ofrece a sus lectores algunas de las «recetas» que han convertido su vida en un continuo disfrute sexual. Mientras celebra el goce femenino y el masculino, no sólo revela confidencias, pensamientos y episodios personales, sino también obsesiones y peculiares prácticas, en un tono unas veces poético, otras veces descarnado y realista. La pasión por «el otro», por el hombre que suscita el deseo en ella, y por conocer los mecanismos del sexo, se entrevera en esta obra con la rebeldía frente a lo socialmente bien visto, lo políticamente correcto. Esa rebeldía trasciende los episodios que narra para alcanzar al propio lenguaje; la protagonista, que se llama Rosa, llamará «rosa» a la parte de sí misma que más placeres le procura, y empleará un lenguaje que pertenece a su imaginario erótico. Todo ello hace de este libro una verdadera osadía.
El amor exige «expresión»… esta frase preside esta novela, que precisamente relata una historia de amor entre dos mujeres, uno de esos amores que, en palabras de Oscar Wilde, no osa pronunciar su nombre. La novela arranca cuando Clara, una adolescente, se siente profundamente atraída por su mejor amiga, Ana, y se sabe correspondida. La pasión que surge entonces, marcada por la perplejidad, el miedo y las dudas pero también por el descubrimiento de nuevos sentimientos y placeres, se añade el choque cultural, pues Clara pertenece a la comunidad judía de Porto Alegre, y ese amor no tarda en perturbar la estabilidad de su familia. Cuando Clara se sale de esos esquemas, se vuelve doblemente transgresora. Mientras Ana se autoexilia en París, Clara penetra poco a poco en los umbrales del mundo adulto, complejo y sutil, en Porto Alegre. Como una terrible maldición, el amor y el desamor, el acercamiento y la huida, acecharán siempre a ambas, en particular en los momentos cruciales de sus vidas.
Este original texto, deliciosa mezcla de recuento de experiencias y de manual para no iniciados, aborda una fantasía muy recurrente y descrita con mucha frecuencia en las obras eróticas, pero nunca analizada en profundidad. Dar una azotaina, ¿qué beneficios puede reportar a la persona azotada y a quién la propina? ¿Cuándo hay que darla… o recibirla? Y, muy particularmente, ¿cómo debe hacerse para que no provoque precisamente lo contrario de lo que persigue?… El escritor francés Jacques Serguine reivindica el azote como uno de los gestos derivados del amor, en un contexto de mutuo consentimiento. A partir de sus vivencias personales, y mientras explica paso por paso cómo realiza él mismo esta práctica, el autor elabora y desarrolla sus teorías para demostrar en propia piel el placer y el acercamiento que procura entre quienes lo practican. Así pues, no es un libro sobre el sadismo ni el masoquismo, sino un breve y meditado estudio que aborda con gran naturalidad una fantasía erótica que pocos se atreven a poner en práctica.
«Eran bellos, bellísimos, radiantes, casi irreales de puro espléndidos. Les gustaba la cerveza, el vino, el alcohol, el humo que alucina, la carretera y el sudor, la fatiga vencida, los horizontes lejanos, el agua, la tierra, el fuego, las especias y la vida, y sobre todo la música y la danza… Eran altos, altísimos, gigantes musculosos y viriles. Y homosexuales». Así son los dos camioneros que darán un vuelco a la vida —y la sexualidad— de Vicky, una joven delgaducha, mal casada y mejor divorciada, todavía un poco insegura pero sin demasiados complejos, que por accidente acaba viéndose obligada a hacer autoestop en su viaje de regreso a casa. La protagonista relata en primera persona la historia de una mujer que se creía incapaz de excitarse por nadie y que llegó a excitarse muchísimo por dos muchachos a los que ella no excitaba. Y además se atreve a cruzar límites, a vivir nuevas experiencias, a contemplar dos cuerpos masculinos que se devoran mutuamente y a devorar esos cuerpos… Adicta al placer que sólo esos dos hombres han sabido procurarle, Vicky se monta en ese camión de ternura y mucho sexo para embarcarse en un viaje de autodescubrimiento y liberación.
Emmanuelle cree que domina ya el arte de amar: imagina que ya ha probado todo cuanto había que probar, y el consentimiento de su marido a todo lo que ella hace la lleva a disfrutar cada vez más de su cuerpo… con todos los que la requieren. Pero Mario la enfrenta a nuevos retos: «conquistar» a una joven pero bellísima novicia, participar en una fiesta orgiástica en los palacios de un príncipe, exhibirse prácticamente desnuda en público, «venderse»… Ella no sólo superará ampliamente todos esos retos, sino que, poco a poco, empezará a sentirse mucho más plena y feliz que cualquier otra mujer.
Fede Cortés, desde la enfermería de la cárcel, rememora la montaña rusa de su vida. Principal sospechoso de múltiples asesinatos, relata una historia que, escrita según los parámetros de la novela negra, nos adentra en una delirante atmósfera vital, en la que la frontera entre el bien y el mal se difumina, y la felicidad, un bien escaso y finito, se reparte con la misma arbitrariedad que la justicia. «Si yo me siento feliz, a mi vecino le habrá tocado un agónico dolor de muelas. Así funciona la vida».
«Cuando se quiere que los hombres sean buenos y sabios, libres, moderados y generosos, se llega fatalmente a quererlos matar a todos. Robespierre confiaba en la virtud, y le debemos el Terror. Marat confiaba en la justicia, y pidió doscientas mil cabezas. El señor abate Coignard es acaso entre todos los ingenios del siglo XVIII aquel cuyos principios se oponen más francamente a los de la Revolución. Él no hubiera firmado una sola línea de la Declaración de los Derechos del Hombre, fundado en la exagerada e inicua separación que allí se establece entre el hombre y el gorila». Así dice Anatole France de su personaje, Jerónimo Coignard. Las opiniones de Jerónimo Coignard recoge los sabios discursos y las conversaciones íntimas del abate Coignard, personaje caracterizado como el más sabio de los moralistas, una especie de mezcla maravillosa de Epicuro y de San Francisco de Asís..., los dos mejores amigos que la humanidad doliente ha encontrado en su desorientada marcha.
Intriga y amor se mezclan en esta novela de Ana E. Guevara. Marta vuelve a casa intentando pasar página, pero el destino tiene otros planes para ella... Marta es la presentadora de un programa de cotilleos de máxima audiencia y además es la pareja sentimental del delantero estrella del Real Madrid. Cuando unas fotos del futbolista besando apasionadamente a otra mujer inundan todas las portadas de revistas, los directores de la cadena deciden darle a Marta seis semanas de «vacaciones obligadas» para quitársela de en medio hasta que las aguas vuelvan a su cauce. Marta decide volver a Cartagena, su ciudad natal para desaparecer del radar de los periodistas del papel cuché y se exilia en la casa de veraneo de sus abuelos. Sus planes de pasar desapercibida se ven truncados cuando Loken, su perro labrador, encuentra un cadáver en la playa. Marta decide llamar a Susana, su mejor amiga de infancia, que ahora es inspectora de policía para que trate de llevar la investigación lo más discretamente posible. La investigación policial discurre paralela al aprendizaje que sufre Marta tratando de vivir alejada de los focos y las cámaras, enamorándose, reencontrándose con sus padres y su hermano y tratando de evitar a toda costa que el futbolista dé con ella mientras se dan situaciones desternillantes y se conoce, poquito a poquito, la ciudad de Cartagena.
No te pierdas esta historia con la que continúa Las orillas del pasado, de Ana E. Guevara. Misterio, intriga, acción y amor a orillas del Mediterráneo. Después de romperle el corazón a Pablo al elegir un trabajo en la otra punta del globo en vez de quedarse con él, Marta debe volver a su ciudad natal tras sufrir un aparatoso accidente en directo. Pero nada es como ella recordaba. Pablo, Susana o incluso Loken no están a su lado cuando ella más lo necesita. Mientras, la Unidad de la Policía Judicial tiene que enfrentarse a un nuevo caso: esta vez es el asesinato de uno de los empresarios más exitosos y conocidos de Cartagena durante la reunión para conmemorar los veinticinco años desde que terminaron el instituto. Un caso que despierta viejos rencores largo tiempo escondidos y que nos enseña, una vez más, que hasta en las mejores familias se guardan oscuros secretos. Un caso trepidante, lleno de giros y donde todo el mundo esconde secretos; y una historia de amor, amistad y superación. Y todo eso bañado con las tranquilas aguas y la cálida arena del Mediterráneo.
En el verano de 1959 Joyce Haney, una ama de casa con dos hijas pequeñas, desaparece sin dejar rastro. La primera en llegar a la casa y darse cuenta de su ausencia es su asistenta del hogar, Ruby Wight, quien, por ser afroamericana, es inmediatamente detenida como sospechosa, en lugar de como testigo. El detective al cargo del caso, Mick Blanke, intentará atar cabos, pero ante la falta de pruebas deberá recurrir a la ayuda de Ruby para descubrir quién se esconde detrás de Jocey, de su marido, de sus vecinas y de todas las caras sonrientes que viven en esta localidad californiana en la que nada es lo que parece y en la que claramente nadie dice la verdad.
Lola es una asturiana de treinta y dos años. A pesar de que es muy feliz como maestra de educación primaria, desde muy jovencita ha soñado con ser madre. Sin embargo, todavía no ha encontrado al hombre de su vida, por lo que decide recurrir a la inseminación artificial. Pero un día, su mirada se cruza con unos intensos ojos grises que la dejan hipnotizada y hacen que algo en su interior vibre de una manera desconocida. Lola quiere saber más de ese hombre tan atractivo y misterioso, sin sospechar las sorpresas que la esperan. ¿Decidirá luchar por lo que tanto anhela o le dará una nueva oportunidad al amor?
Tras una delicada operación quirúrgica, que tal vez le alargue un poco más la vida, el comisario Bärlach, en su lecho de hospital, lee, curiosa y simbólicamente un ejemplar de la revista Life. Una fotografía allí publicada despierta en el médico que acaba de operarle la sospecha de que el tristemente célebre doctor Nehle, que practicaba operaciones sin anestesia en el campo de concentración de Stutthof, podría ser el actual director de una clínica privada suiza. A partir de ese momento, Bärlach emprende una arriesgada investigación que le conducirá, a través de una alucinante trayectoria poblada de monstruos, a un desenlace que él jamás pudo imaginar.
María Jesús, bella y joven ayudante de laboratorio, aparece violada, desnuda en la carretera de La Coruña y es recogida por un samaritano casual que hubiese preferido pasar de largo. Otras mujeres son igualmente ultrajadas y apaleadas por un insólito criminal cuya identidad desvela Ángel Palomino desde el principio renunciando al fácil juego del misterio y las interpretaciones freudianas de este personaje que caza mujeres como un «homo matritensis» del paleolítico.
Para María Jesús, Carmina, doña Dori, Vera, la violación es un accidente fortuito. Después, la sociedad, las leyes, la familia misma someten a las violadas a una sucesión de atropellos inexcusables: son «las otras violaciones».
Un río de personajes vivísimos, Sisí the Vicious , don Fruela, marido de una violada, el Feto , delincuente juvenil, banqueros, estudiantes, empresarios, componen una muestra fiel de la España que estamos viviendo, retratada por Ángel Palomino con excepcional calidad literaria. La ley es, quizás, el personaje fundamental: «Exigir que se cumpla la ley —dice el violador—; en la ley está nuestra mejor protección».
Las otras violaciones es una gran novela —posiblemente la mejor de Ángel Palomino— y una tremenda denuncia en la que el humor actúa con eficacia a veces espeluznante.
Su abuela solía decir que esa antigua y enorme casa guardaba entre sus muros secretos del pasado. Alicia siempre pensó que bromeaba, pero ya no está tan segura. Por suerte, y en contra de lo previsto, no tendrá que desentrañarlos ella sola.
Nueva York, en la actualidad: por capricho, la joven Juno Lambert compra una máquina de escribir Underwood de 1931 que perteneció a la célebre periodista Cordelia Capel. Dentro de su estuche descubre una novela inacabada que la lleva a viajar al otro lado del atlántico para llenar los vacíos que encuentra en la historia de Cordelia y de su hermana, y con la esperanza de descubrir el secreto que dividió a las hermanas en medio de la agitación del amor, el espionaje y la guerra.
En este vívido retrato del Berlín nazi, desde su alta sociedad hasta su devastadora caída, Jane Thynne examina las verdades que a veces no nos atrevemos a decirnos. Un descubrimiento casual dentro del estuche de una máquina de escribir vintage revela la emocionante historia de dos hermanas separadas por la Segunda Guerra Mundial.