Cuando Stephanie aceptó hacerse cargo de ese trabajo, supo que tendría que negociar con Raoul Lanier, el poderoso heredero de un imperio, hombre implacable, dueño de una irresistible sensualidad. Stephanie intentó ignorar la súbita atracción que surgió entre ambos. Tenía que concentrarse solamente en la hábil capacidad negociadora del señor Lanier, ¡no en sus técnicas amatorias! Después de todo, tenían entre manos un importante contrato. Pero luego quedó claro que el único contrato que le importaba a Raoul era... ¡el matrimonio!
A la cardióloga Annabel Stuart le gustaba realmente su trabajo, pero cuando su ex marido, Luke Geddes, fue elegido como director médico del hospital, su vida se vio alterada.
Y a Luke le sorprendió que la chica vibrante y sexy que recordaba pareciera una anciana en su forma de vestir. También le preocupó mucho saber que lo que él recordaba como una ruptura por ambas partes no fuera así para Annie. Aun así, el problema que los separó aún existía...
Quinn Mannion no tenía ninguna duda de que Laura Maclane era una oportunista sin escrúpulos. ¿Qué otro motivo habría explicado que su anciano padrino hubiera decidido legar una fortuna en su testamento a una mujer joven y atractiva como ella...?
Laura nunca había querido el dinero de Alexander Harrington... ¡sino sólo llegar a conocer al padre que nunca había tenido! Como por desgracia Alexander había fallecido, ¿quién habría podido creer que era su hija? Quinn no, desde luego.
Disgustada por su actitud, Laura no pudo evitar representar el papel de amante que él le había atribuido. Y ese fue el problema. Aunque Quinn la despreciaba... ¡resultaba cada vez más claro que estaba dispuesto a recibirla con los brazos abiertos en su cama!
Cuando Dray Carlisle apareció de improviso, Cass imaginó que había pasado algo grave. Llevaba sin verlo desde que habían roto su breve pero apasionado romance hacía ya tres años. Sin embargo, Cass no estaba preparada para la noticia que Dray iba a darle: la hermana pequeña de ella, a la que apenas veía, había muerto después de dar a luz una niña. Cass no podía darle la espalda a su sobrina ni a Dray… Y eso significaba que la fuerte atracción que había entre ambos volvería a formar parte de su vida de nuevo.
El doctor Harry Mason, divorciado y con una hija de nueve años, necesitaba urgentemente una esposa. Y Laurie Michelson era perfecta. Le propuso un matrimonio de conveniencia y, para salvar su casa, Laurie aceptó. Pero el desastre de su primer matrimonio la había hecho desconfiar de todo e insistió en que fuera un contrato temporal, algo así como... noventa días de prueba con opción a compra.
Pero Laurie no había contado con el encanto de Harry ni con los poderes de persuasión de la niña. Unos días después de la boda, amaba a los dos, y decidió convencer a su marido de que debían prolongar el contrato... unos sesenta años más.
En su coche, a punto de dar a luz, Sara Jamison estaba desesperada... hasta que apareció Cal Tucker. Como una visión, el hombre vestido de esmoquin consiguió tranquilizarla y Sara le confió lo más precioso de su vida...
Cuando Cal le ofreció su casa a ella y a su recién nacida hija, Sara aceptó el ofrecimiento. Pero cuando le ofreció su apellido, se lo pensó. ¿Por qué aquel hombre tan atractivo y generoso creía que no merecía encontrar el amor? ¿Y cómo podía ella convencerlo de lo contrario?
Después de diez años, Javier Valdespino había aparecido de nuevo en la vida de Rose sólo para chantajearla y obligarla a casarse. Para Rose, estaba claro que Javier la culpaba por algo que no había hecho y ahora estaba aprovechándose de la intensa atracción sexual que aún existía entre ellos para vengarse... utilizando la pasión... ¿Podría Rose resistirse a su marido?
Cuando Amber volvió a encontrarse con Reece, ella no dudó de que la había estado siguiendo. ¿Pero por qué un hombre tan cautivador, un hombre que podía tener a quien deseara, la perseguía precisamente a ella?
Reece le había prometido a un amigo que iría a ver a su rebelde hija Amber. Pero cuando pasó de observarla a hablar con ella, y depués a besarla, entró en territorio prohibido. Porque Amber Presley era una joven inocente que merecía vivir la vida con alguien menos complicado que él. El problema era que no podía permitir que estuviera con otro...
Kim estaba encantada de ser la secretaria de Lucas Kane... hasta que se dio cuenta de que su nuevo jefe era irresistible. ¿Podría mantenerse firme en su decisión de no mezclar placer y trabajo?
Lucas no sólo era un empresario poderoso... para colmo, se llevó bien con su hija inmediatamente. Aquel hombre la asombraba. Sobre todo cuando le dijo que no quería que lo suyo fuera pasajero. ¡La quería para siempre!
Lucy estaba totalmente frustrada. ¡Si por lo menos su atrayente jefe, James Hancock, la considerara una mujer deseable y no sólo su competente secretaria! Desde luego, James sentía deseos de soltarle el pelo a Lucy y desabrochar esos vestidos tan recatados... Pero si lo hacía, ¿perdería a la mejor secretaria que había tenido nunca? Lucy lo arriesgó todo y se transformó en una mujer sexy para encender la imaginación de James, y se entusiasmó cuando él la arrastró a una intensa relación. Pero la pasión la condujo al embarazo...
Hasta ese momento, Marianne y Zeke Buchanan llevaban dos años de feliz matrimonio, pero últimamente...
¿Se habrían casado demasiado pronto, habrían sido demasiado impulsivos? La pasión seguía viva entre los dos, pero, por algún motivo, Marianne tenía la sensación de estar perdiendo a su marido...
Zeke era guapo y encantador, y obviamente su vieja amiga Liliana, una mujer bella y resentida, quería algo más que hacer negocios con él. Pero Marianne estaba resuelta a salvar su matrimonio ¡Lucharía por conservar el amor de su marido!
Todas soñaban con él, pero todas sabían que era peligroso. Con un fino sentido del humor y una sonrisa irresistible, Wade Mateo causaba estragos entre las mujeres. Pero Geneva Jensen, una madre soltera y luchadora, se enorgullecía de ser fuerte. De ningún modo iba a caer en las redes de aquel hombre con éxito, soltero y encantador. Él tenía una faceta escondida que solo había descubierto Geneva porque era su vecina y veía la ternura con la que trataba a su hijo. ¿Habría alguna posibilidad de que el soltero de oro sentara la cabeza con aquella mujer? Quizás el amor estuviera llamando a su puerta...
Lucas Ryecart, nuevo jefe de Tory Lloyd, estaba empeñado en convertirla en su amante, pero Tory no iba a aceptar tan fácilmente porque era consciente de que aquel guapísimo americano no estaba dispuesto a comprometerse y, aunque llegara a hacerlo, acabaría abandonándola igual que lo había hecho su prometido. Aun así, Tory no podía negar la irresistible atracción que sentía y, después de pasar tantas horas trabajando juntos, su cuerpo acabó traicionándola y cayendo en la tentación.
Soltera y embarazada, Isobel Dorland necesitaba una familia más que nada en el mundo. Desgraciadamente, Jared, el padre de su hijo y a quien Isobel amaba locamente, no se encontraba en condiciones de comprometerse con ella.
Belle huyó desesperada sin decirle a Jared dónde iba ni que esperaba un hijo suyo. Pero era solo cuestión de tiempo que él la encontrara..
Talbot McCarthy era un hombre sexy, un empresario de éxito y el único capaz de desatar la pasión de Elizabeth. Pero, por desgracia, también era el hermano de su ex marido. Se sentía tan atraída por Talbot que, durante nueve años, Elizabeth había evitado a toda costa encontrarse a solas con él. Pero cuando su hijo desapareció y Talbot le ofreció su avión privado para llevarlo de vuelta a casa, no le quedó más remedio que enfrentarse cara a cara con la tentación.Había conseguido ser fuerte hasta que un accidente con el avión los dejó indefensos en mitad de un bosque. A la luz de la hoguera, Talbot le parecía más irresistible que nunca y su mirada más penetrante. Perdidos y solos, Elizabeth no podía dejar de pensar cómo podría no sucumbir a la tentación...
Casarse con Miguel Santanas le había dado a Hannah un enorme privilegio, llevar una vida de lujo y glamour. De día, dirigía su propio negocio, y de noche compartía cama con su sexy y apasionado marido. Miguel era todo lo que una mujer podía desear... y mucho más.
Pero aquel matrimonio tan perfecto era sólo un contrato que unía a dos poderosas familias. El amor no era parte del trato. Lo malo era que Hannah estaba empezando a sentir celos de las insinuaciones de la bella Camille.
¿Acaso sentía algo más de lo que habían acordado? ¿Y él sentiría lo mismo?
La relación de Vicky con Max Forbes, su nuevo y atractivo jefe, tenía que mantenerse en lo estrictamente profesional, ya que él jamás debería descubrir su secreto: su hija Chloe.
Incluso después de pasar con él una noche de pasión, Vicky continuaba manteniendo su vida privada al margen... hasta que Max se encontró cara a cara con Chloe y su secreto salió a la luz. La pequeña era exacta a su padre, el difunto hermano de Max. Este insistió inmediatamente en darle a la niña el apellido Forbes... aunque eso significaba tener que casarse con su secretaria.
Mikayla quería saldar la deuda que su padre tenía con el poderoso magnate Rafael Velez-Aguilera, y sólo encontraba un medio: ofrecerse en compensación. Ella sabía que era una locura. A Rafael le gustaban las mujeres experimentadas, y ella era virgen... A él le intrigó mucho la proposición de Mikayla, y sin perder un momento, le presentó un contrato que especificaba todos sus deberes como amante durante un año. Por supuesto, en el primer lugar de la lista estaba acostarse con él. ¿Sabía Mikayla en lo que se metía? Rafael era un hombre con una sensualidad a flor de piel, y cuando le hizo el amor, supo que nunca la dejaría marchar...
Lucy no había podido olvidar a su anterior jefe. Aunque renunció a tener una aventura con Randal cuando era su empleada, nunca más había encontrado a un hombre como él. Ahora Randal había vuelto y quería a Lucy. Pero ya no encajaba en la vida que ella había planeado cuidadosamente. Además, sentía que todas las cosas que los habían separado en el pasado continuaban interponiéndose entre los dos. Sin embargo, Randal estaba resuelto a demostrarle a Lucy, por lo menos, una cosa: que ella también lo quería.
La ambiciosa doctora Nina Lombard no quería estar en aquel pintoresco pueblo, Stepping Dearsley. Pero una difícil situación familiar la había llevado hasta allí, y hasta el impresionante doctor Robert Carslake. Nina se dio cuenta de que tenía una razón más para quedarse…Rob se decía a sí mismo que había sido un error contratar a Nina. Ella pertenecía a la ciudad. Él era del campo. Eran dos polos opuestos. Pero, aparte de todo aquello, el doctor sabía que había otra poderosa razón para tener reticencias, y cada vez le resultaba más difícil enfrentarse a la verdad…