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Bolsilibros - Rodeo 2ª época 24. El diablo de la pradera, de W. Martyn

Aventuras, Novela

Todo el inmenso vano, o casi todo el que se extendía desde la ribera derecha del río Pecos por el oeste, a la divisoria con México por el sur y con Texas al este, lo usufructuaba en propiedad Stanley y Aylmer, el hombre más duro, más rapaz y más cruel que podía ser conocido en aquellas latitudes. Aquel terreno de extensa pradera, difícil de sacar producto en condiciones normales y quizá por ello, abandonado a toda colonización, fue acotado como propio por tres aventureros que llegaron procedentes de las partes centrales. Los tres, más que colonos, podían ser catalogados como tres bandidos de la peor especie y dada su condición moral, nada escrupulosa, pronto dieron con el procedimiento de explotar aquellas tierras, sacándolas un buen producto a costa del esfuerzo de los demás, pero sin pagar ese esfuerzo humanamente.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 26. Un capataz de ocasión, de Fidel Prado

Aventuras, Novela

Cuando Michele Homalka detuvo su caballo ante la cerca del rancho B 3, en Arlington, al oeste de Arizona, para solicitar como era tradición, un plato de porotos y avena para su caballo, estaba muy lejos de sospechar que aquella visita iba a complicar su apacible vida de una manera demasiado brusca, y al tiempo, trastocaría el curso de su existencia, derivándola hacia senderos en los que aún no se había detenido a meditar.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 31. Río loco, de Fidel Prado

Aventuras, Novela

HIGHO, era un poblado situado en el centro de un vano entre Par Range a la izquierda, y Medicine Bow Range a la derecha, al Norte del Estado de Colorado, casi rayando con la divisoria de Wyoming, un pueblo que en realidad no tenía más salida libre que dicha divisoria, pues por un capricho de la naturaleza, las montañas lo encerraban en un cuadrilátero que se rompía nada más que en la frontera territorial. Los ferrocarriles no existían en aquella zona cercada por altas montañas y las conducciones de ganado o grano se verificaban por los primitivos medios de arrear el ganado o trasladar el grano con carretas.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 32. Un hombre perverso, de Anthony Benson

Aventuras, Novela

El hombre que corría acosado como una alimaña, tropezó y cayó al suelo. Quiso incorporarse, pero sus perseguidores se le echaron encima sujetándolo fuertemente. Forcejeó con furia para escapar de las manos que le atenazaban; la lucha fue breve, y todos sus desesperados esfuerzos resultaron inútiles.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 34. El temible Caddo Lake, de W. Martyn

Aventuras, Novela

CUANDO el batir de los cascos del caballo retumbó sobre el duro piso, frente al porche de la aislada hacienda, del interior surgió la esbelta silueta de Silvya Morris, quien se quedó mirando fijamente al jinete que acababa de hacer alto frente a ella. La muchacha, alta, rubia, de ojos grises, pero brillantes, de cuerpo bien delineado, aunque ocultaba la perfección de sus líneas bajo el vestido vulgar de moverse por la cocina, se quedó plantada en el vano de la puerta como si tratase de formar barrera con su cuerpo para que nadie pasase al interior y preguntó: —¿Qué deseaba, forastero?


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 35. Con la muerte a la espalda, de Fidel Prado

Aventuras, Novela

A pequeña estación de Pomona, al Sur del Estado de Missouri, estaba pésimamente alumbrada aquella noche de finales de diciembre. Si a la poca luz reinante se unía que hacía un frío cortante, que había estado lloviendo todo el día y que flotaba sobre el concreto del andén una especie de niebla gris y pegajosa que se metía en los huesos, se comprenderá que el andén estuviese desierto, que los empleados buscasen el suave calor de la estufa encendida en la sala de espera y que nadie tuviese interés ni ánimos para pasear fuera de los departamentos de la estación, a aquella hora de la medianoche.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 40. Los piratas de la pradera, de Fidel Prado

Aventuras, Novela

El servicio que le había sido encomendado a Spring Hale no sólo era difícil, sino peligroso y falto de toda ayuda material en los momentos más agobiantes. La compañía peletera de Mandan, en Dakota del Norte, con una sucursal o depósito de pieles en Mandora, junto al cauce del pequeño Missouri, se sentía quebrantada en sus intereses de una manera alarmante.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 45. Muerte a la izquierda, muerte a la derecha, de Fidel Prado

Aventuras, Novela

Un frondoso castaño de gruesas y tupidas ramas, erguido en la cima del pequeño otero, prestaba una sombra agradable en la tarde fieramente calurosa de pleno verano. Teo Stampley, más conocido en lugares lejanos por el sobrenombre de «Manos Rojas», colocó el caballo debajo de las ramas y erguido en la silla miró un poco hacia abajo oteando el paisaje. A no mucha distancia se abría ante él un panorama bastante dilatado, pero exótico. La vega verde, con la nota rubia de bastantes sembrados y con las siluetas inconfundibles de algunos pequeños ranchos o granjas bastantes espaciosas, se extendía a derecha e izquierda frente a él y una calma letal parecía pesar sobre la tersura del paisaje.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 47. Cerco de plomo, de W. Martyn

Aventuras, Novela

—¡Eres un maldito abigeo! —¿Abigeo yo? —Sí, tú. —Repítelo—bramó Tony Berry llevando la mano al costado. —¡Con esta otra boca! —repuso Hardy Schell tirando veloz del puño de su colt. Ambas armas tronaron fieramente en el interior de la pequeña taberna donde ambos habían coincidido fatalmente. Y las balas disparadas a corta distancia sin error posible de puntería, fueron a alojarse en los cuerpos de los dos contendientes, abriendo en ellos rojas flores de sangre. Los dos, a pesar del furor que habían puesto al iniciar la pelea, no tuvieron ánimos para continuarla y vacilando cayeron sobre el piso de la taberna antes de que nadie pudiese intervenir y evitar el duelo.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 50. Agente reclamado, de Dany Gud

Aventuras, Novela

A Fred Taylor no le agradaba tener que pararse en Tucson, pero su estómago tenía más fuerza que su prudencia y no le quedaba otro remedio; el resto de sus víveres le había servido de desayuno y faltando solamente una hora para la medianoche no había vuelto a probar bocado en todo el día. Aunque no era muy reciente la fecha en que aparecieran los pasquines con su nombre y datos personales, así como la recompensa que ofrecían por su captura, tampoco hacía suficiente tiempo para que nadie se acordara de ello. Éste era el motivo por el que, siéndole de ineludible necesidad entrar en Tucson, lo hacía receloso y contra su voluntad.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 51. Trágica competencia, de Fidel Prado

Aventuras, Novela

TODO el vecindario masculino del poblado de Fierro, en el Estado de Nueva México, se hallaba reunido a la puerta del espacioso barracón que los domingos servía de baile, el resto de la semana de almacén de cereales y bultos para el transporte y los días de elecciones, de colegio electoral. El anuncio que dos días atrás clavara el alcalde en el tablón del Ayuntamiento convocando a los vecinos a una reunión magna para darles cuenta de un asunto de vital importancia para ellos, había surtido efecto y ni uno solo había dejado de acudir.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 54. Nacido para ranger, de W. Martyn

Aventuras, Novela

PORTIUS Munsker, al terminar la guerra de Secesión, se vio con una brillante licencia en el bolsillo, un par de medallas bien ganadas, tres cicatrices ocultas bajo la ajada guerrera, unas insignias de sargento que ya no tenían valor alguno y unos cincuenta dólares por capital. Todo ello testimonio de un pasado muy glorioso y emotivo, pero nada valioso para un porvenir muy incierto.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 56. Cuando ciega la pasión, de Fidel Prado

Aventuras, Novela

Fred Cleverland, azuzó un poco su precioso caballo negro y lo puso a la altura de la fina jaca castaña de Dora Murphy, la hija de Boris Murphy, su patrón. Fred era un tipo de hombre joven y no mal parecido. Andaría rondando los treinta años, era de estatura excelente, de airosa y viril presencia, moreno hasta rayar en lo cetrino, con unos ojos negros y grandes muy brillantes y un bigotito bien cuidado, que daba un aspecto más atractivo a su fisonomía. Fred había conquistado el mando del equipo demostrando dureza, sabiduría y condiciones especiales para el cargo y Boris se sentía muy satisfecho de tenerle al frente de sus hombres, aunque a muchos les parecía demasiado joven para un puesto de tal responsabilidad.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 61. El cantor del rancho, de Fidel Prado

Aventuras, Novela

La puerta del hotel Texas de Juno, un poblado del Estado texano a caballo sobre el río Devils, se hallaba más concurrida que nunca aquella mañana dominguera del mes de Junio. El motivo estaba justificado, pues sucedía algo insólito y nunca visto que estaba llamando poderosamente la atención de los muchos vecinos que transitaban a aquella hora por la ancha y concurrida calzada.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 66. ¿Por qué mataron a Blair?, de Fidel Prado

Aventuras, Novela

HARLAN Christie surgió por detrás de una pila de fardos de heno que se amontonaban en un lado del andén en espera de ser embarcados en algún tren de mercancías y atravesó casi corriendo el concreto del húmedo y escurridizo piso, para aferrarse al pasamanos de uno de los vagones del tren que partía en aquel momento para Phoenix. La campana había vibrado por tercera vez, el pito del jefe de estación había dado la señal y la máquina, arrojando chorros de vapor y humo por entre las ruedas, empezaba a ponerse en marcha.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 69. Lobos en la cordillera, de W. Martyn

Aventuras, Novela

La taberna estaba casi llena de clientes vocingleros que discutían roncamente por cuestiones nimias. El alcohol se les había subido a la cabeza a algunos y dado lo caldeado de la atmósfera, todo hacía temer que en algún momento estallase una de las clásicas peleas que la mayoría de los fines de semana solían encenderse, muchas veces sin que nadie pudiese señalar un motivo fundamental para tales excesos.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 71. Mil millas por una vida, de Fidel Prado

Aventuras, Novela

BARRY Heston había pasado dos meses en cama a consecuencia de la impresión que le había causado recibir el más duro golpe moral que un hombre enamorado podía recibir cuando menos podía esperarlo. Pat King, la mujer con quien llevaba en relaciones varios meses y con la que estaba dispuesto a casarse, había desaparecido, del poblado de la noche a la mañana, sin dejar el más leve rastro del lugar donde pensaba vivir de allí en adelante.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 73. El pacífico Dr. Donovan, de Emil Zhias

Aventuras, Novela

La diligencia penetró en la calle principal del pueblo dejando tras sí una estela de polvo que le había acompañado durante todo el trayecto. Algunos perros vagabundos, al notar su presencia, siguieron al carruaje aumentando con sus ladridos el estruendo de la llegada. Los caballos se detuvieron frente a la casa de postas.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 74. Un policía del Far-West, de Fidel Prado

Aventuras, Novela

VÍCTOR Slocombe, sargento de la policía de Texas, uno de los más calificados valores del Cuerpo por su audacia, su resistencia, su intuición y sus méritos, muchas veces probados, detuvo su brioso y bien cuidado caballo frente al rojizo ribazo que se erguía no mucho más dentro del sendero y se apeó. Avanzando unos pasos con firmeza, buscó entre las jaras algo que sabía que debía encontrar allí y lo encontró.


Bolsilibros - Rodeo 2ª época 77. Seis años después, de W. Martyn

Aventuras, Novela

En pie, tenso, frente a la mesa del director de la cárcel, Zony Hodgins escuchaba como distraído las frases que el jefe del penal le estaba dirigiendo y aunque dichas frases encerraban un sentido bastante elogioso para él, pareció no apreciar tal benevolencia, y hasta se hubiese dicho que no las escuchaba por estar su pensamiento muy lejos del lugar donde se encontraba.