Katria juró que nunca se enamoraría. Ya sabe lo que significa el «amor» gracias a la crueldad de su familia. Por ello, cuando la entregan en matrimonio al misterioso Lord Fenwood por un buen precio, lo único que desea es tener una vida mejor que la que deja atrás. Los sentimientos quedan descartados.
Pero su nuevo marido hace que no enamorarse de él sea muy difícil. A medida que la atracción entre ellos crece, también aumentan las rarezas de su nueva vida: reglas extrañas, gritos en mitad de la noche y ataques de fae que Katria nunca pensó que fueran reales. Y cuando es testigo de un ritual que los humanos tienen prohibido presenciar, la arrastran a la tierra de Midscape.
Sobrevivir en las tierras salvajes de los fae siendo humana es muy duro, sobre todo porque Katria se ha apropiado involuntariamente de la magia de los reyes ancestrales; una magia por la que un sanguinario rey está dispuesto a matarla con tal de mantener su trono usurpado. Trono que, en realidad, pertenece legítimamente al marido de Katria.
El poder para salvar a los fae está en sus manos. Pero ¿quién la salvará a ella de un amor que prometió no sentir nunca?
La acción de Marta y María transcurre en la localidad asturiana de Avilés, que el autor rebautizó para esta novela como «Nieva». María de Elorza es una mujer de clase alta, hermosa y de maneras delicadas. Su personalidad es una mezcla de frialdad exterior con un romanticismo novelesco y una religiosidad exacerbada, fanática. Está prometida con Ricardo, marqués de Peñalta y militar de artillería. Marta, la hermana de María, es una jovencita de catorce años con un carácter práctico y sincero que contrasta con el de su hermana. María lleva una vida mística llena de renunciaciones y actos de caridad. Además, en una carta propone a su prometido seguir el ejemplo de Santa Isabel de Hungría y el duque de Turingia, quienes después de casados vivieron separados para siempre. Todo esto mortifica al joven militar, que poco a poco va desviando su atención hacia la joven Marta. Movida por su misticismo y sus veleidades románticas, la devota María termina envuelta en un complot carlista para asaltar una fábrica de armas. Pretende incluso que Ricardo traicione a los suyos y le ayude en el proyecto. Marta y María fue la primera novela de Palacio Valdés que alcanzó el éxito editorial, y fue traducida a varios idiomas. Adscrita a la corriente realista, dibuja con claridad las costumbres del Avilés de finales del siglo XIX.
A mediados de agosto de 1939, el protagonista de esta novela, el teniente Wallmoden, cumple con el deber de personarse en su antiguo regimiento para llevar a cabo unos ejercicios militares de rutina, y ni se imagina que de pronto se verá inmerso en la invasión de Polonia. De esa experiencia, que Wallmoden comparte con el autor, surgirán las páginas más realistas e impactantes de Marte en Aries. A pesar de haberse escrito en 1941, este libro no apareció hasta 1947, ya que Goebbels prohibió su publicación al juzgar que no hacía honor al heroísmo alemán y ponía de manifiesto la resistencia de los agredidos. Pero también la intriga, el amor, la irrupción de elementos sobrenaturales que apuntan a la trascendencia y desafían los límites de la realidad ocupan un lugar destacado, pues «quizá los relatos más auténticos sean aquellos que no son ni del todo fantásticos ni del todo lógicos». Voluntad y destino se entrelazan y se imponen, porque la vida, aunque sea rodeada de guerra, nunca detiene su curso.
Ninguna mujer era inmune a los encantos del millonario Jake Tarkenton, el soltero más codiciado del mundo; ni siquiera la hermosa Meg Masterson. Pero tras un apasionado romance, Jack la había dejado con algo más significativo que un corazón destrozado… Meg se casó con otro hombre para darle un hombre a su hija y tras enviudar, no podía imaginarse que tendría que aceptar un segundo matrimonio de conveniencia… aunque fuese con el único hombre capaz de curar todas sus heridas…
Migue es mi mejor amigo. JP es mi detestable compañero de trabajo. Sebas es mi ex. Edu es el buenorro de mi jefe. Pepe es el seductor camarero de mi bar favorito. Y yo, Natalia, me he enamorado de uno de los hombres de mi vida. Solo quiero que Eli, mi terapeuta, juegue a adivinar de quién. ¿Querrá jugar?
Marco 'Martillo' era un líder nato. Y lo parecía ... sin dudas. Una montaña de músculo. Alto. Atractivo Decidido Duro Yo era la hija de su mejor amigo. Mi padre no era ningún santo. Era su mano derecha. En el taller ... y en crimen. Dirigían una banda de moteros. De las malas; con drogas y armas. Habían metido a mi padre en la cárcel. Y Marco era mi nuevo 'guardián'. Sólo había un problema. Estaba 100% prohibida. Pero le deseaba al 200%
Samantha, treinta años, heredera de una casa en el campo. Su mejor amiga, Julie, la persuade para contactar a todos sus ex para que la ayuden a reformar su vieja casa... ¡y encontrar, al fin, al hombre de su vida! Julie llama a este método «Martillo y clavos». Samantha duda, pero decide embarcarse en la loca idea de su amiga. Agnès Ruiz es una autora de muchos best-sellers vendiendo más de 360 000 ejemplares. Sus novelas sobre las investigaciones de la detective Rachel Toury también conocen un vívido éxito tanto en Europa como en el otro lado del Atlántico. Muchos títulos se han traducido al inglés, italiano y español. (Asesinato de un sacerdote, Un cadáver en la playa, Asesinato en la carrera...)
En los albores de la era Reagan, Martin Bauman, un joven de diecinueve años, inteligente, ambicioso e inseguro, se matricula en una universidad prestigiosa y obtiene una difícil plaza en el seminario que imparte el legendario y enigmático Stanley Flint, un hombre que puede hacer o deshacer carreras de escritores con apenas un chasquido de sus dedos. Martin se halla en el umbral del su vida literaria y abriga el doble deseo de publicar y atreverse a salir del armario. A lo largo del decenio más licencioso del siglo, Martin madura y, después de ser un alumno brillante, se convierte en aprendiz de una editorial de Manhattan y finalmente en un miembro de pleno derecho de la joven promoción literaria que se propone conquistar Nueva York. Pero cada logro que alcanza se ve empañado por la imagen austera y perturbadora de la perfección literaria: su esquivo mentor, Stanley Flint (un posible «retrato» del famoso editor Gordon Lish). Sutil, erótica, sincera y divertida, la disección aguda que hace David Leavitt de las muchas capas que presentan los usos literarios y sexuales desnuda la vida del artista en toda su gloria venal, envidiosa, autodestructiva y conmovedora.
«Roseanna» empieza en una tarde de julio, cuando el cuerpo de una joven es sacado del precioso lago Vättern, en Suecia. Tres meses después, todo lo que sabe el inspector de policía Martin Beck es que el nombre de la chica es Roseanna, que vino de Lincoln, Nebraska, y que pudo ser estrangulada por cualquiera de las ochenta y cinco personas que viajaban con ella en una excursión en barco. Esta obra y toda la serie del Inspector Martin Beck, iniciadas en los años sesenta y que han creado escuela, son consideradas obras maestras de la literatura policíaca.
El inspector Beck está a punto de empezar sus vacaciones cuando un importante periodista sueco llamado Alf Matsson desaparece de repente. Matsson fue visto por última vez en Hungría, así que es ahí donde Beck empieza su investigación. Pero una vez que llega a Budapest, descubre que se trata de una pista falsa. Beck sospecha que se trata de un caso de espionaje comunista, pero ¿por qué le sigue la policía y por qué le insisten que no hay nada extraño en la desaparición de Matsson? «El hombre que se esfumó» (1966) es una excepcional novela de suspense de acción trepidante, fina ironía y una magistral captación de ambientes, elementos que enmarcan de manera singular una trama admirablemente construida.
El verano de 1963, dos niñas sufrieron abusos sexuales y fueron asesinadas en Estocolmo por un sujeto que se las llevó con engaños del parque en que jugaban. Este suceso del mundo real fue el punto de partida de la novela. Y, además, es también lo primero que nos llama la atención cuando empezamos a leer el libro, que se trata de una historia real. La escena inaugural es un relato objetivo que, aisladamente, no presenta ningún tipo de rasgo dramático ni carga emocional alguna. En ella se describe un pueblo que se despierta, las rutinas de sus habitantes, los individuos que constituyen las piezas clave de dichas rutinas, el mosaico de pequeños sucesos triviales que pueden observarse desde el balcón de una ciudad bien organizada de la social democracia escandinava. Así pues, cabe preguntarse cómo es que dicha escena inaugural transmite un horror tan notable y extraño.
Originalmente publicado en Suecia en 1968, «El policía que ríe» tiene como escenario Estocolmo, en medio de las protestas antiamericanas. Una borrascosa noche de noviembre, alguien dispara a ocho personas y al conductor dentro de un autobús. Pronto se supone que se trata de un asesinato múltiple. ¿Pero es coincidencia que uno de los muertos sea un policía fuera de servicio? ¿Estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado? ¿O llegó a seguir tan de cerca al asesino, que al final éste le dio caza?
Una extraña concatenación de suicidios y accidentes acaba con la vida de los miembros de una banda de vulgares ladrones de coche. Uno de ellos yace muerto sobre la cama, hecha y limpia. Dos policías rompen la cerradura y penetran en la casa. Tan sólo hay dos palabras escritas junto al teléfono: Martin Beck. El inspector-jefe de la Brigada de Homicidios de Estocolmo ignora qué hace esa anotación con su nombre en aquella habitación. A pocos kilómetros, uno de sus hombres, Gunvald Larsson, está a punto de convertirse en héroe. A medianoche el edificio que vigila salta por los aires. Cuatro muertos y un sinfín de heridos que saca del fuego con sus propias manos. Dos ladrones y dos prostitutas han fallecido. Uno ya lo estaba mucho antes de las llamas. Otro suicidio. ¿Qué está pasando? El rastro de uno de los fallecidos le conduce hasta una banda internacional de tráfico de coches robados. Pero ¿qué tiene que ver Martin Beck? ¿Quién es el exterminador?
En Asesinato en el Savoy, a Beck se le plantea un caso complejo y delicado. Viktor Palmgren es un magnate sueco al que se le conocen muchos negocios legales y se le suponen otros tantos, más subterráneos y de dudosa moralidad, que le proporcionan cuantiosos beneficios. Su inmensa riqueza le ha convertido en un mito. Un día, en el transcurso de una cena en el Savoy, es asesinado de un disparo en la nuca. Las connotaciones políticas y económicas de este crimen exigen una investigación meticulosa en la que el policía debe andar con pies de plomo. Nadie es capaz de describir al asesino y el análisis balístico es poco esclarecedor.
El policía deberá enfrentarse, además, a una intriga para la que los métodos detectivescos no tienen solución: ¿puede un crimen ser justo?
Cuando un veterano agente de la policía sueca muere asesinado en un hospital, el comisario Martin Beck cree encontrarse ante un caso de fácil resolución. El cuerpo del difunto, que presenta profundas heridas de bayoneta, ha debido ser el blanco de un maníaco que se ha ensañado a conciencia con su víctima. Pero Beck irá atando cabos a medida que la investigación del brutal asesinato avance, topándose de repente con un historial de abusos y brutalidad policial que no deja precisamente en buen lugar a la víctima. Los expeditivos métodos del agente Nyman convierten a cualquiera que haya pasado por una de sus celdas en un potencial asesino en busca de venganza.
Dos casos sin resolver, tres policías en apuros y un asesino suelto dispuesto a matar de nuevo. El comisario Martin Beck y su equipo se hallan en una encrucijada en que nada parece tener relación en sí, pese a que todo apunta a lo contrario: un banco ha sido atracado en una parte de la ciudad, mientas que en otra se ha encontrado un cadáver en una habitación cerrada a cal y canto, sin arma ni pista alguna en la escena del crimen. ¿La situación podría ser peor? Efectivamente, en una novela de Martin Beck, todo lo malo tiene la oportunidad de empeorar hasta su resolución final.
Mientras Beck investiga el asesinato de una mujer junto a su compañero Lennart Kollberg, el pasado vuelve a cruzarse en su camino para ponerle de nuevo frente a dos viejos conocidos: Folke Bengtsson, a quien ya había detenido tiempo atrás y que acaba de convertirse en el principal sospechoso del asesinato, y Ake Gunnarson, periodista incómodo donde los haya.
Un personaje importante de un país de América del Sur está realizando una visita oficial a Suecia; un comando de terroristas internacionales aparece al mismo tiempo; una chica idealista e ingenua joven descubre de pronto que su país no es el lugar ideal que le habían mostrado. A partir de estos tres elementos, los autores realizan una autopsia brillante de una sociedad, aún no muerta, pero ya en un avanzado estado de putrefacción.
Ésta es sin duda la obra maestra de la serie, como si Per Wahlöö al comienzo del libro supiese que ésta sería su última obra. Los personajes principales, sin excepción, operan en el filo de la navaja, dispuestos a caer en la nada.
Polonia, invierno de 1939, el país sufre la ocupación de la Alemania nazi. La madre Kazimierza, abadesa de un convento de Cracovia, aparece muerta de un disparo en el claustro. Una muerte inoportuna que puede acarrear graves consecuencias dada su gran popularidad entre los polacos por sus dones proféticos. Se hace cargo del caso el capitán Martin Bora, del servicio de información militar alemán, al que se le une en las pesquisas el padre John Malecki, un jesuita de Chicago de origen polaco, enviado por el Vaticano para investigar los milagros de la madre Kazimierza. Entre ambos se establece una difícil relación en la que se entrecruzan el espíritu de la colaboración con el antagonismo. ¿A quién podía molestar las profecías de la madre Kazimierza? ¿Afectaban al futuro del Reich? ¿Apoyaba a la resistencia polaca? ¿Qué papel juega en el caso la actriz Ewa Kowalska, una mujer que no deja indiferente a un Bora alejado en esos momentos de su esposa? Enfrentado con el horror y el comportamiento asesino de sus compañeros de armas, el capitán Bora se debate entre el sentido del deber y sus fuertes convicciones éticas. Lo que le lleva a apreciar las no siempre fáciles discusiones con el padre Malecki sobre el bien y el mal. Intriga política, thriller psicológico y enigmas religiosos se unen en "Lumen", una nueva aventura del capitán Martin Bora en los agitados años de la Segunda Guerra Mundial.
Segundo libro publicado en castellano de la serie sobre Martin Bora, el carismático oficial de la Wehrmacht. Dotado de una incisiva inteligencia y presa de súbitos accesos de melancolía, Bora es el paradigma del héroe trágico y profundamente humano, atrapado en el dilema entre ser fiel a su condición de aristócrata cultivado, con un profundo sentido de la ética, y su deber y lealtad como soldado en tiempos de guerra. Cuando Vittorio Lisi, un acaudalado fascista, aparece muerto en Verona, todas las sospechas recaen sobre Claretta, su joven viuda. Martin Bora, que ha sido alejado del frente oriental por su tibia adhesión a las consignas de Hitler, se hace cargo de la investigación junto con el inspector Sandro Guidi. Antes de morir, Lisi tuvo tiempo de grabar en la tierra húmeda la letra C, y sus correligionarios creen que la C inculpa a Claretta. Así pues, con su lealtad cuestionada en un entorno emponzoñado por la guerra, Bora está obligado a no dar ni un paso en falso. Tras una serie de revelaciones, la investigación concluirá con un desenlace inesperado, en el que el sentido del honor y la amistad desempeñarán un papel determinante.