Las maestras de la República fueron mujeres transgresoras que lucharon por apropiarse de su destino en una época histórica de dramáticas rupturas: el estallido de la Gran Guerra, la gripe de 1918, el crack del 29, el ascenso de los totalitarismos, la Guerra Civil española… Como la mayoría de mujeres modernas, estas maestras lucharon de forma radical por la efectividad de las nuevas leyes republicanas. Para ellas, el acceso a la ciudadanía civil y política supuso un cambio personal profundo: tener la libertad de decidir y de ejecutar esas decisiones —no solo en lo privado, sino también en lo profesional y lo político— fue una experiencia transformadora. Se involucraron en asociaciones, en sindicatos o partidos políticos, llevaron la cultura a todos los rincones y vivieron con gran ilusión este cambio político y educativo revolucionario. Pero tras este destello de libertades llegó la oscuridad de la violencia y muchas de ellas fueron recluidas en refugios y campos de concentración; huyeron hacinadas en barcos en los que, en ocasiones, permanecieron durante meses; o fueron deportadas, repatriadas a la España de Franco, encarceladas o sometidas a múltiples vejaciones. Sus vidas se ensombrecieron, pero supieron resurgir ofreciendo en sus lugares de acogida todo su buen hacer profesional y vital. A través de los colegios del exilio, o involucradas en las instituciones educativas públicas y privadas nacionales, contribuyeron a la transformación y mejora de la realidad social y educativa. Su obra inmensa en el exilio es recordada por todos aquellos que, como niños o adultos, la conocieron. Este libro rescata su labor y su lugar en la historia, ámbito del que durante décadas también fueron desterradas.
En «Las maniobras del Vaticano», quisimos abocarnos a mostrar una faceta no tan difundida de Antonio Gramsci: sus reflexiones alrededor del fenómeno religioso como fenómeno de masas y la vinculación entre el Estado italiano y el Vaticano en particular, y entre Estado e Iglesia como institución en general. Creemos que es justo conocer otros escritos, como los presentados en «Las maniobras del Vaticano», un lado diferente de su tan vasta producción. «Para comprender bien la posición de la Iglesia en la sociedad moderna, es necesario comprender que ella está dispuesta a luchar sólo para defender su particular libertad corporativa, es decir, los privilegios que proclama ligados a la propia esencia divina».
Tiene en sus manos, amable lector, el mejor curso de oratoria publicado hasta el momento, un curso fácil de seguir, que lo llevará paso a paso por el difícil arte de hablar en público hasta hacer de usted un orador respetable. Con este libro usted aprenderá a vencer el pánico escénico, a sacar provecho de su natural nerviosismo, en beneficio de la emotividad de su discurso. Conocerá todos los recursos de que se valen los buenos oradores para convencer, agradar y persuadir al auditorio. Son técnicas probadas desde los tiempos más remotos y perfeccionadas a lo largo de la historia. Texto útil para todo curso de oratoria, comunicación y relaciones humanas, recomendado para maestros y alumnos.
“Es natural que queráis saber, antes de empezar, quiénes somos y a qué venimos. No tengáis miedo. No venimos a pediros nada. Al contrario; venimos a daros de balde algunas cosas. Somos una escuela ambulante que quiere ir de pueblo en pueblo. Pero una escuela donde no hay libros de matrícula, donde no hay que aprender con lágrimas, donde no se pondrá a nadie de rodillas, donde no se necesita hacer novillos. Porque el Gobierno de la República, que nos envía, nos ha dicho que vengamos ante todo a las aldeas, a las más pobres, a las más escondidas, a las más abandonadas, y que vengamos a enseñaros algo, algo de lo que no sabéis por estar siempre tan solos y tan lejos de donde otros lo aprenden, y porque nadie, hasta ahora, ha venido a enseñároslo; pero que vengamos también, y lo primero, a divertiros. Y nosotros quisiéramos alegraros, divertiros casi tanto como os alegran y divierten los cómicos y titiriteros.” Así se presentaban los jóvenes integrantes de las misiones pedagógicas que desde 1931 visitaron más de mil pueblos cargados con películas, libros, discos, cuadros, títeres y otros artilugios. Estas palabras reflejan el carácter lúdico, la intención educativa y, sobre todo, la labor de transformación social que hacen de las misiones pedagógicas una de las experiencias más admiradas de la historia de la educación en España.
Monjas budistas de quince años que se atreven a desafiar a los invasores chinos, niños que son reencarnaciones de dioses, adolescentes heroicos y ancianos de leyenda, torturadores y sabios ermitaños, policías corruptos y guerreros nómadas. Las montañas de Buda cuenta lo que se niega a desaparecer al otro lado del Himalaya: el espíritu de resistencia, la fe, el alma del Tíbet.
«Las moradas filosofales» es la obra cumbre de Fulcanelli. Si el primer libro «El misterio de las catedrales» es uno de los libros más fecundos y enigmáticos de toda la historia, este segundo libro es un compendio general de Alquimia, una Enciclopedia, ampliada y completada con explicaciones sobre los textos de autores clásicos. Asimismo amplía su tesis de que además de las catedrales hay otras construcciones («manoirs» y palacios franceses), obras artísticas (cuadros, grabados, esculturas), literatura general («Cyrano de Bergerac, Gargantua y Pantagruel, El Quijote, Fausto, La Divina Comedia, Cuentos de Perrault»), libros religiosos («La Biblia», Mitología egipcia, griega y romana), etc. que contienen un significado alquímico. La obra consta de dos libros. El primero contiene toda una serie de explicaciones y comentarios generales exponiendo la naturaleza de la Alquimia o Filosofía de la Naturaleza. En el segundo, al estilo de «El misterio de las catedrales», procede al estudio e interpretación de los símbolos o representaciones artísticas mostradas en diferentes edificaciones. Ningún elemento clave de la Alquimia escapa a su interpretación y, debido a su vasta erudición, son relacionados con los aspectos más diversos del conocimiento y de la ciencia. Ésta obra destaca por ser la primera en la que el autor ha decidido hablar lo más claramente posible sobre los arcanos filosóficos, llegando a citar con su nombre común los materiales iniciales del trabajo en el laboratorio. Pero que nadie espere un libro explícito y completamente ordenado. Los diferentes elementos clave están íntegros, pero troceados y diseminados parcialmente a lo largo de todo el texto. Las ilustraciones de las ediciones originales, realizadas por Julien Champagne, fueron sustituidas a partir de la edición de J. J. Pauvert por fotografías realizadas por Pierre Jahan y lo mismo con las ediciones en otras lenguas. Se ignora el motivo real, pero esta modificación supone la intención de ocultar la contribución de Champagne a la obra y una alteración a cómo su autor la había aprobado. Esta es la primera edición en español (digital o papel) que contiene las ilustraciones de las ediciones originales en francés. Existen otras ediciones, como la de de Muñoz Moya, cuyas ilustraciones son las fotografías citadas.
¿Es posible conciliar compromiso y pasión, independencia y matrimonio? Este libro muestra claramente que sí, además de ofrecernos un retrato fidedigno de una nueva generación de parejas casadas y satisfechas. El concepto de "chica casada" es muy distinto del de "mujer casada" de la época de nuestras madres. Descubre:
La guía definitiva dirigida a cualquier persona que quiera hablar acerca de lo que significa ser mujer en el mundo. Las mujeres que luchan, se encuentran es una invitación a participar activamente en una conversación que está más vigente que nunca: el feminismo. En este libro, Catalina Ruiz-Navarro, una de las voces más destacadas de este movimiento en Latinoamérica, recorre, a partir de un testimonio profundamente honesto y agudo, un camino que aborda el cuerpo, el poder, la violencia, el sexo, la lucha activista y el amor. A su vez, once heroínas, entre las que se cuentan María Cano, Flora Tristán, Hermila Galindo y Violeta Parra, bellamente retratadas por Luisa Castellanos, alzan la voz y evidencian que hablar de feminismos es necesario, es importante, es la resistencia. Este manual de feminismo pop latinoamericano es una lectura que conmueve, que incomoda, que cuestiona. Prólogo de Plaqueta. Ilustraciones de interiores de Luisa Castellanos.
Cuando más del 12% del total de reclusos en las cárceles españolas lo son por aplicación de la Ley de Violencia de Género, cuando esta norma acumula más de doscientos recursos de inconstitucionalidad —algo insólito en la historia de nuestra democracia—, cuando prestigiosos juristas afirman que dicha ley viola el principio constitucional de igualdad, el derecho a la presunción de inocencia, a la dignidad de la persona y a la tutela judicial efectiva, cabe concluir que algo muy grave está ocurriendo. Una de cada cuatro separaciones se articula a través de denuncias por «malos tratos». El varón nace culpable y se le somete a una sistemática discriminación en sus derechos esenciales, discriminación amparada en la neo «perspectiva de género». Este libro explica muchas de las situaciones inverosímiles que se han convertido en norma en la sociedad española del siglo XXI. Un nuevo fundamentalismo radical, el feminismo «de género» aliado con el poder político, está en su origen, y el retroceso al que asistimos en materia de derechos fundamentales no tiene parangón en nuestro entorno occidental. Los ciudadanos deben ser conscientes de que las soluciones no vendrán desde la esfera política. Solo la sociedad civil, con su reacción, puede impedir que lo «inverosímil» se adueñe definitivamente de nuestras vidas.
Hace más de cuatro mil años, Ptahhotep —la plenitud del dios Ptah—, un sabio egipcio que alcanzó los ciento diez años de edad, redactó un libro de enseñanza ética y espiritual para uso de las generaciones futuras. Este texto, en forma de máximas, nos transmite la experiencia de un hombre que fue la más importante autoridad después del Faraón —Djedkaré-Isesi, de la quinta dinastía— y el encargado de la administración y la justicia, tarea que se consideraba sagrada. Las máximas de Ptahhotep pertenecen a los llamados Textos de las pirámides, y se encontraron milagrosamente íntegras en el papiro Prisse, descubierto casualmente en el siglo XIX. Años después fueron publicadas en texto jeroglífico, y en 1956 apareció la primera traducción a cargo del reputado egiptólogo Zbynék Zába. Este libro, considerado el más antiguo del mundo, es de una asombrosa modernidad. En un lenguaje simple y directo, el viejo sabio habla de la humildad, del arte de gobernar, de las vanidades humanas, de la amistad, de la justicia, de la ignorancia y el conocimiento... Con profundidad y precisión, Ptahhotep hizo este compendio de valores universales como un deber más de su cargo, transmitiéndose como libro de enseñanza de generación en generación durante la época faraónica, y perduró hasta el tiempo de los primeros cristianos coptos, perdiéndose en el siglo VI con la invasión del Islam. Una obra maestra, a la altura de los clásicos taoístas, los proverbios bíblicos o las enseñanzas hindúes, que es rescatada y presentada hoy por Christian Jacq.
En la última década, las negociaciones y las mediaciones se pusieron a la orden del día. Sin embargo, a pesar del interés sostenido y entusiasta, poco se ha investigado acerca de las negociaciones “sin nombre”: aquellas que se llevan a cabo diariamente, que fluyen de la mañana a la noche, pasando de la cama a la mesa, a través del baño, los pañales, la limpieza hogareña, la asignación del automóvil familiar, la distribución del dinero y los tiempos de reposo o distracción. Tampoco se ha indagado acerca de las inhibiciones que sufren muchas mujeres a la hora de negociar, por creer que sólo la gente “interesada” negocia o porque la necesidad de ser “justas” les impide defender sus intereses personales. Este libro ha sido escrito desde una perspectiva de género, en la cual se ha focalizado la problemática femenina. Sin embargo, ello no margina a los varones, porque lo que afecta a una mitad de la humanidad necesariamente afecta a la otra; por lo tanto, no resulta sorprendente que, al dilucidar ciertos conflictos “femeninos”, se abran también vías de esclarecimiento útiles para los varones.
En el corazón de Europa, adolescentes y universitarios compaginan las visiones más modernas con creencias fundamentalistas ancestrales para llenar su vacío existencial. Es el inicio de un periplo por los bajos fondos de nuestra cultura. Un descenso al último de los infiernos. Jóvenes idealistas esperan hallar sus príncipes azules en los autoerigidos como repartidores de justicia al modo medieval a través de las redes del siglo XXI. No sobrevivirán para contarlo. Las esclavas sexuales de las religiones ancestrales de Mesopotamia son sometidas a vejaciones inhumanas. Como un orfebre, la autora, que conoce la zona desde hace tres décadas, va componiendo el rompecabezas político y geoestratégico que ha derivado en una pesadilla de terror para los habitantes del lugar donde la Biblia sitúa el paraíso terrenal. La última edición de las mil y una noches, esta vez del terror.
Un fantasma recorre el mundo de hoy, y no es precisamente el comunismo, sino una nueva derecha que gana espacios en Europa, los Estados Unidos y América Latina y que, ya sea por rechazo o perplejidad, casi nadie entiende. El historiador Enzo Traverso —genial analista de las ideas contemporáneas— pone la lupa sobre las nuevas caras de la derecha que, atenta a las fluctuaciones de la opinión pública, jugó como nunca antes la carta de la institucionalidad democrática y de los valores republicanos para conquistar a los electores. En pleno auge, estos movimientos supieron descartar sus rostros más violentos y “cambiar de piel”, embanderándose con la defensa de los sectores populares y un ideal de nación amenazada, que ve al otro (el inmigrante, el pobre, los jóvenes de barrios periféricos) como responsable de la crisis económica y social. En un lenguaje accesible para todos y con enorme osadía política, Traverso traza en este libro una guía imperdible acerca de la “nueva derecha”, así como de su correlato: el vacío de poder del sistema de partidos tradicionales, que han perdido sus bases sociales y también sus discursos identitarios. Así, reconstruye las paradojas de un escenario en que líderes como Emmanuel Macron o Donald Trump se valen de sus carismas personales o mediáticos —y, muy especialmente, de los defectos de sus adversarios— para ascender sin necesidad de demostrar méritos propios. A lo largo de estas páginas, que comienzan con un prefacio escrito especialmente para la presente edición, Traverso desmenuza las palabras que solemos utilizar para describir los fenómenos políticos y propone nuevos nombres para nuevas realidades. El resultado es una formidable descripción de un mundo en transición y el esbozo de una salida posible, bajo la forma de un populismo de izquierda capaz de defender el bien común sin mesianismos.
«La sociedad carnívora» reúne una serie de charlas que brindó Herbert Marcuse en Alemania, ante un público universitario, a propósito de la necesidad de generar una revolución. Muchas de las ideas que aparecen en «La sociedad carnívora» prefiguran lo que fue el movimiento de Mayo 68, y se anclan en otros textos que escribió Marcuse, principalmente «El hombre unidimensional» y «Crítica y revolución». Ante un mundo fragmentado, luego del estallido de las revueltas de 1968, Herbert Marcuse se pregunta por una posible salida, por dónde podría estar la fuga del sistema capitalista hacia un mundo mejor. «La Izquierda debe tratar de excitar la percepción y la conciencia de otros, y fragmentar el molde de comportamiento y lenguaje del corrupto universo político, un molde que es impuesto sobre toda actividad política. Se trata de una tarea casi sobrehumana y requiere una casi sobrehumana imaginación, principalmente el esfuerzo para encontrar un lenguaje y organizar acciones que no sean carne y uña con el habitual comportamiento político. Algo que quizá pueda comunicar que lo que hay allí funcionando son seres humanos con necesidades distintas y metas diferentes que todavía no han sido y espero que jamás sean disuadidas».
El libro de Jean Baudrillard, La sociedad de consumo, es una contribución magistral a la sociología contemporánea que, ciertamente, ya tiene su lugar en el linaje de obras tales como La división del trabajo de Durkheim, La teoría de la clase ociosa de Veblen o La muchedumbre solitaria de David Riesman. Baudrillard analiza las sociedades occidentales contemporáneas, incluida la de los Estados Unidos, y se concentra en el fenómeno del consumo de objetos, tema que ya abordó en El sistema de los objetos. En la conclusión de ese volumen, ya formulaba el plan de la presente obra: «Hay que plantear claramente desde el comienzo que el consumo es un modo activo de relacionarse (no sólo con los objetos, sino con la comunidad y con el mundo), un modo de actividad sistemática y de respuesta global en el cual se funda todo nuestro sistema cultural».
Entre las dimensiones de crisis de la democracia liberal hay una particularmente aguda: la creciente falta de respeto por la opinión de quienes no forman parte de nuestro grupo de referencia. Esto lo vemos continuamente en las redes sociales, en artículos de opinión de la prensa, incluso en reuniones de amigos. Lo que debería ser un hecho en una sociedad plural, la serena convivencia de opiniones divergentes sobre la política u otros aspectos de la vida social, ha dado paso a una sorprendente animadversión hacia quienes se manifiestan públicamente sobre algo que no nos gusta o no coincide con nuestra propia posición. Y no estamos hablando solo del ya habitual "troleo" o los intentos por denigrar al disidente; lo preocupante comienza a ser la voluntad de señalar y contribuir a perjudicar a quienes pensamos que sostienen opiniones "desviadas", como ocurre en lo que ya se conoce como la "cultura de la cancelación". El objetivo de este libro es tratar de levantar acta de este fenómeno, describir dónde y cómo se manifiesta, cuáles pueden ser las causas de esta transformación en la cultura pública de las sociedades democráticas, y cuáles son sus consecuencias. El núcleo del análisis gira en torno al significado último de la virtud de la tolerancia y advierte de los peligros de su progresivo debilitamiento.
Ningún otro lema domina hoy el discurso público tanto como la transparencia. Según Han, quien la refiere solamente a la corrupción y a la libertad de información, desconoce su envergadura. Esta se manifiesta cuando ha desaparecido la confianza y la sociedad apuesta por la vigilancia y el control. Se trata de una coacción sistémica, de un imperativo económico, no moral o biopolítico. Las cosas se hacen transparentes cuando se expresan en la dimensión del precio y se despojan de su singularidad. La sociedad de la transparencia es un infierno de lo igual.
Google y las redes sociales, que se presentan como espacios de libertad, se han convertido en un gran panóptico, el centro penitenciario imaginado por Bentham en el siglo XVIII, donde el vigilante puede observar ocultamente a todos los prisioneros. El cliente transparente es el nuevo morador de este panóptico digital, donde no existe ninguna comunidad sino acumulaciones de Egos incapaces de una acción común, política, de un nosotros. Los consumidores ya no constituyen ningún fuera que cuestionara el interior sistémico. La vigilancia no se realiza como ataque a la libertad. Más bien, cada uno se entrega voluntariamente, desnudándose y exponiéndose, a la mirada panóptica. El morador del panóptico digital es víctima y actor a la vez.
Byung-Chul Han, una de las voces filosóficas más innovadoras que ha surgido en Alemania recientemente, afirma en este inesperado best seller, cuya primera tirada se agotó en unas semanas, que la sociedad occidental está sufriendo un silencioso cambio de paradigma: el exceso de positividad está conduciendo a una sociedad del cansancio. Así como la sociedad disciplinaria foucaultiana producía criminales y locos, la sociedad que ha acuñado el eslogan Yes We Can produce individuos agotados, fracasados y depresivos. Según el autor, la resistencia solo es posible en relación con la coacción externa. La explotación a la que uno mismo se somete es mucho peor que la externa, ya que se ayuda del sentimiento de libertad. Esta forma de explotación resulta, asimismo, mucho más eficiente y productiva debido a que el individuo decide voluntariamente explotarse a sí mismo hasta la extenuación. Hoy en día carecemos de un tirano o de un rey al que oponernos diciendo No. En este sentido, obras como Indignaos, de Stéphane Hessel, no son de gran ayuda, ya que el propio sistema hace desaparecer aquello a lo que uno podría enfrentarse. Resulta muy difícil rebelarse cuando víctima y verdugo, explotador y explotado, son la misma persona. Han señala que la filosofía debería relajarse y convertirse en un juego productivo, lo que daría lugar a resultados completamente nuevos, que los occidentales deberíamos abandonar conceptos como originalidad, genialidad y creación de la nada y buscar una mayor flexibilidad en el pensamiento: «todos nosotros deberíamos jugar más y trabajar menos, entonces produciríamos más». ¿O es acaso una coincidencia que los chinos, para quienes originalidad y genialidad son conceptos desconocidos, sean los responsables de casi toda invención —desde la pasta hasta los fuegos artificiales— que ha dejado huella en Occidente? Sin embargo, esto no deja de ser para el autor una utopía inalcanzable para una sociedad en la que todos, incluso el ejecutivo mejor pagado, trabajamos como esclavos aplazando indefinidamente el ocio.
Nunca el conocimiento había sido tan importante y a la vez tan sospechoso. En la era de la racionalidad triunfante, de la ciencia institucionalizada, de los avances tecnológicos y los sistemas inteligentes aparece una constelación extraña: al mismo tiempo que la ciencia goza de un enorme reconocimiento, muchas personas recelan de ella, desde la mera desconfianza hasta el negacionismo extremo. Este rechazo no se explica sin más por la resistencia irracional hacia el conocimiento propia de las sociedades tradicionales; nos está diciendo algo acerca del tipo de generación de conocimiento característico de nuestras sociedades. No entenderemos la sociedad en la que vivimos si no damos una explicación adecuada de este extraño antagonismo. No está en juego la racionalidad y su contrario, sino una cierta metamorfosis de la idea misma de racionalidad, que ya no puede definirse cómodamente frente a su simple negación. Perderíamos una gran ocasión de conocernos a nosotros mismos si descalificáramos esta incredulidad como una reacción al progreso civilizatorio. Hemos entendido la ignorancia como si fuera lo contrario de la racionalidad, pero apenas hemos reflexionado sobre la unidad de conocimiento y desconocimiento que nos caracteriza. Como siempre, el avance del conocimiento nos hace, a la vez, más sabios y más ignorantes. No hay descubrimiento científico o invención tecnológica que no lleve apareado, como su sombra, un nuevo desconocimiento. Qué hagamos con lo desconocidova a jugar un papel cada vez más importante en nuestra vida personal y colectiva.
En todas partes se plantea la misma terrible pregunta, que desde hace dos siglos avergüenza al mundo entero: ¿Cómo hacer trabajar a los pobres allí donde se ha desvanecido toda ilusión y ha desaparecido toda fuerza? El espectáculo es el mal sueño de la sociedad moderna encadenada, que no expresa en última instancia más que su deseo de dormir. El espectáculo vela ese sueño. La mercancía es la ilusión efectivamente real, y el espectáculo es su manifestación general. La sociedad del espectáculo proporciona una reinterpretación del marxismo, sobre todo del concepto de fetiche de la mercancía aplicado a las condiciones del capitalismo contemporáneo. Guy Debord argumenta que la historia de la vida social se puede entender como la declinación del ser en tener, y del tener en simplemente parecer. Esta condición en la cual la realidad se ha substituido por su imagen representa el momento histórico contemporáneo, cuando la mercancía completa su colonización de la vida social: las relaciones entre mercancías han suplantado las relaciones entre las personas y, en estas, la identificación pasiva con el espectáculo suplanta la actividad genuina. El espectáculo no es una colección de imágenes, escribe Debord, en cambio, es una relación social entre la gente que es mediada por imágenes.