Lily Olsen es redactora en «Di Sole», una de las revistas de moda más importantes del país. Después de cuatro años de duro trabajo, cree que ha llegado el momento de que la asciendan, pero, en lugar de eso, su jefe decide prescindir de ella. Con casi treinta años, Lily debe comenzar de nuevo. Para sobrellevar su nueva vida, en la que parece que Murphy y la mala suerte se han instalado para quedarse, cuenta con sus excéntricas amigas, las Ensaladilla, y con su peculiar familia. Todo se complica aún más cuando, sin quererlo, conoce a Ian, un caballero de noble armadura y perfecta sonrisa, que le hará cuestionarse su planteamiento vital de soltera existencial que había elegido tras haber sido plantada en el altar años atrás. Llegados a estos extremos, ¿no sería mejor olvidarse del mundo y emborracharse hasta verlo todo doble?
—¿Por qué te asombras? No iba a decirlo. Encendió un cigarrillo y fumó aprisa. Muy aprisa. —No es que me asombre —mintió— Es que me causa risa. —¿Risa? ¿Paula? —¿También te gusta a ti? Ignacio soltó la risa. —¡Qué más da que me guste! Yo estoy casado. No soy tan terco como la mayoría de hombres, que están deseando casarse, formar su propio hogar, y se niegan a admitirlo. Pero, sí Paula gusta a cualquiera. —¿Es inabordable? —Qué va. Es la chica más simpática, sencilla y normal que yo he conocido en este pueblo. —¿Tiene novio?
Un caso complicado, una vida difícil. Sientes que tu carrera está a punto de terminar antes de que empiece, hasta que llega el trabajo de tu vida. Es un asesinato sin muchas evidencias, pero uno que te puede dar el prestigio y la redención que deseas. Ahí conoces a Sofía, una hermosa periodista que no sabe aceptar un no por respuesta. Tienen una relación disfuncional hasta que, luego de salvarle la vida, comienzas a cuidarla en tu departamento. Ahora es una relación que te hace feliz. Todo parece marchar bien: tienes a la chica, eres un gran detective y sientes que puedes resolver el caso que llevará tu carrera a la gloria. Pero, de la noche a la mañana, las cosas simplemente comienzan a salir mal. Preguntas, asesinatos y ninguna respuesta. Eres el detective encargado de este caso. ¿Podrás resolverlo?
Sé que he vivido esperando este momento. Dejé que los recuerdos me tocasen y me enamoré de ti. Nunca había sentido tanto amor. Recorrí con los ojos cerrados aquella lágrima, las calles y el olvido. Tu soledad. También mi vida. Era el momento justo. Había un mundo dentro de mí que no conocía. Un vacío que no había vivido. Un pasado sin flores ni esperanza. Escribí tu nombre. Comencé a contarte. A tu lado deletreé el mío. El viento era favorable para volar. Extendí los brazos y se me llenaron de palabras. Esta es la historia de dos mujeres y un millar de emociones. Es la historia de un pantano que nunca lloró la tierra, un puñado de años y mentiras, un pueblo que quiso ser anegado y sobrevivió seco, abandonado y en ruinas junto a su río Ara, el último río salvaje de España. Es una historia que sucede en una ciudad que amo, Florencia. Ha pasado ya algún tiempo, eso me dicen las noches, yo no lo siento. La vida siempre me lleva al mismo café. Desde allí te escribo.
Era extraño, pero la chica callada y solitaria estaba ahí, justo frente a él, a su entera disposición. Nunca habían cruzado palabras, no obstante, había algo en su mirada que lo hacía sentir como en casa; era un sentimiento poco común, ella reflejaba una calidez que lo volvía loco. No sabía la razón por la que estaba oculta en aquel lugar. ¿De qué se escondía? Vio esos labios cerezas tan apetecibles…; ella estaba mirándolo a los ojos pasmada, se veía asustada. No supo por qué lo hizo, pero su boca no soportó aquella tentación; fue así como terminó dando su primer beso a una extraña.
Ana, después de dejarlo una vez más con Germán, su novio y jefe del hospital en el que trabaja de pediatra, puso tierra de por medio y en el oasis de Siwa, en Egipto, conoció a Álex. Un guapazo con un magnetismo de mil demonios con el que viajó hasta Dahab, donde vivieron una historia tan bonita que Ana decidió dejarla ahí porque no estaba preparada para empezar una relación. Y no volvió a saber nada de Álex hasta que un año después se lo encuentra en Ibiza. Germán ya es pasado. Y el primer día de las vacaciones, cuando Ana está en la piscina del hotel, en compañía de su amiga Tea que tiene cosas pendientes con Manuel, de repente se percata de la presencia de Álex. Y no está solo. Ocultas tras unas hamacas, observan cómo se derrite en atenciones con una septuagenaria a la que le lleva el bolso y luego cómo toma daiquiris con una rubia de unos veinte años. Lo primero que Ana deduce, con los nervios de reencontrarse con el tío que no ha podido sacarse de la cabeza, es que la empresa de Álex va tan mal que se ha tenido que meter a gigoló. Y aparte se ha llevado a su joven amante a disfrutar de la isla. Lo que Ana no sabe es que Álex tampoco ha podido olvidarla y que en cuanto la ve buscando algo detrás de una hamaca, solo desea que lo que busque sea a él, que lo suyo esta vez pueda ser y que la flipada de su hermana Eva y la lianta de su abuela Coco no lo enreden todo más todavía. Aunque para eso está Germán, que también se deja caer por ahí para acabar de liarla. ¿Sobrevivirán al verano más divertido de sus vidas y se atreverán a decir que sí al amor?
Al casarse con Laurence, Lym sabe que este padece una enfermedad mortal. Aun así, trata de hacer todo lo posible para mantener el secreto y hacer que su matrimonio funcione a pesar de los obstáculos... ¿lo conseguirá?
—No me oyes. Oscar. En efecto, no la oía muy bien. La culpa de todo la tenía el zumbido de la máquina de afeitar. Pero no podía detenerlo. Tenía tanta prisa. —¿Qué hora es, Mónica? —Pero, Oscar. Te estoy hablando de Mel. —¿Tiene paperas? —sacudió la máquina. ¡Tenía tanta prisa! No le parecía que afeitara bien. Seguro que estaba sucia—. ¿Sabes qué hora es, Mónica?
A últimos de los años setenta, en una apacible ciudad de provincias, Cristina Klein, hija de una acaudalada familia, se dedica a dar clases de inglés en una prestigiosa academia de idiomas. Su vida se verá alterada con la llegada de un profesor de ideas liberales y progresistas, del que se enamorará perdidamente, haciendo que todo su mundo se vuelva al revés.
Susan Simmons intuye que el nuevo profesor es un individuo extraño, pero no sabe exactamente porqué hasta que lo sorprende quitándose la piel de la cara... ¡y descubre que el señor Smith es, en realidad, un ser de otro planeta!.
Toda la vida he huido del dolor. De una familia terrible. Y por fin lo conseguí. Pero… ¿a qué precio? Arthur era oscuridad hecha carne. Era un enviado del infierno. Un monstruo de pesadilla. Pero era mi salvador. ¿Su precio? Yo. Mi cuerpo. Mi mente. Mi alma. ¿Lo peor? Me gustaba. Nunca pensé que me gustase. Pero la verdad… Me gusta que me pegue. Me siento importante. Encadenada. Sometida. Nunca pensé que fuese sumisa. Al menos, no TAN sumisa. Pero él era un Alfa. Dominante. Y su pasión escocía.
—¿Por qué ese empeño tuyo en que no se sepa que Burt está ciego, Clark? —No quiere él. —¿Y por qué esa rabia a las mujeres jóvenes? —Tampoco lo sé. —Pero a él le gustan las mujeres. —Fuera de su trabajo, su oficina… su ambiente. Además es posible que sea más el ruido que las nueces. Si he de decirte verdad, lo vi borracho muchas veces, diciendo una serie de barbaridades rarísimas. Pero con mujeres… no le vi tantas. —¿Crees que hubo algo en su pasado? —Temo que sí.
Hay momentos en la vida en los que necesitas parar y echar la vista atrás. Y aquí me hallo, consciente de que soy una mujer feliz, que hago lo que me gusta y no me arrepiento de nada de lo que he hecho hasta el momento. Cuando era una joven inocente, cogí mi primer vuelo internacional, oponiéndome a las manipulaciones de mi madre para que me olvidara de quién era y siguiera el camino que ella tenía orquestado para mí. Me fui muy lejos, donde pude ser la María que yo siempre había querido ser. Conocí a Claudio, un joven pintor bohemio que me encandiló nada más verle y me mostró lo que era ser amada, o eso creí yo hasta que me rompió en pedazos. Me alejó de su lado y permitió que cayera en los brazos de Andrés y en el lado más oscuro de mis recuerdos. Lo bueno de todo ello es que conseguí sobrevivir, y por eso os quiero contar mi historia.
Después de diez años escuchándolo cantar en la ducha y soportando el olor de sus pies, he encontrado a mi prometido con un tanga en la cabeza, montado sobre mi adorable vecina. En aquel momento, me había autoconvencido de que el amor no siempre son mariposas en el estómago. Definitivamente soy estúpida y nunca he sabido estar sola. Cuando Vero me dijo que lo mejor para quitarse las penas era correrse una buena juerga fui a por todas. ¿Cómo terminé? Borracha, salida, cachonda… Al final me agarré al boy y él… Él me echó un hechizo que me dejó con una sonrisa y las mariposas más salidas que el palo de una escoba. ¿Quién en su sano juicio no querría repetir? Primero: No sabía que me estaba perdiendo tanto. Segundo: ¿Soy multiorgásmica? Tercero… ¡¡No me gusta compartir!!
Chus observó que el esposo fruncía el ceño. Era un hombre paciente, sin duda. Pero todo tiene un límite. Y Chus cada noche esperaba que el marido estallase, si bien nunca lo hacía, pues todo lo más regañaba con, voz suave, apuntaba los pros y los contras, pero al final la esposa se marchaba perfumada y enjoyada y con el bolso lleno de billetes. —Te lo digo por última vez, Inés, es demasiado. Las cosas no están para tomarlas a broma. Lo que tú gastas en el juego es un despilfarro considerable e increíble. No entiendo, además, cómo te puede divertir una cosa así.
Ella una mexicana con un corazón cálido y fuerte. Que ni siquiera el miedo y el temor lograron destruir su fortaleza. No estaba en sus planes volverse a enamorar hasta que una tarde se cruzo en su camino un Ruso atractivo y Frío. El un hombre con un gran sentido de responsabilidad hacia su familia. Quizás encontrara en ella lo que en su vida faltaba. Tal vez ella logre derretir el hielo de ese frío corazón y encuentre a su lado todo lo que antes había perdido. Barcelona es la ciudad que unirá a dos países muy lejanos uno del otro y sera el lugar donde dos corazón comenzaran a latir unidos por el amor.
Luego de la muerte de Teresa, el amor de su vida, Marcos debe seguir adelante, pues no está solo, ahora tiene un hijo que criar. A pesar del trabajo duro, el dolor parece no menguar; sin embargo, la vida siempre da nuevas oportunidades y, en este caso, puede estar más cerca de los que sus ojos le permiten ver.
Maybe Albornoz es una típica chica de ciudad que llega a “El Terrano”, la hacienda del abuelo de Victoria, cuñada de Marcos, mientras huye del novio de su mejor amiga, un hombre golpeador que la amenaza por entrometerse en su relación, por lo que debe quedarse en el fundo. Esto provoca en ella dudas y molestia, pues vivir en el campo y enamorarse, sobre todo de un hombre como Marcos; no está en sus planes.
¿Podrá Marcos dejar el sufrimiento atrás y encontrar la paz y el amor? ¿Maybe dejará su estructurada vida para aceptar que no siempre todo se puede planear?
—¿No has pensado en casarte? Marc frunció el ceño. Fugazmente pasó por su mente el recuerdo de Mirla Adams. Una tontería. ¿Por qué le tenía tan obsesionado aquella mujer? Era absurdo que a sus años (treinta y cinco ya cumplidos), se preocupara de una mujer determinada, cuando él tenía siempre todas las que quería. Pero aquella chica llamada Mirla… En fin. Ya no era una niña, ¿eh? Eso sí que no. Seguro que tenía veinticinco o veintinueve o tal vez treinta. Un día se empeñó en ver la ficha de aquella mujer.
—Es decir, tú puedes verte con una chica y yo con un chico, ¿es eso lo que pretendes? Alfredo frunció el ceño. Que se viera él con una chica le parecía normal, pero no que Nat se viera con un chico. No obstante se calló para decir al rato malhumorado: —Haz lo que gustes. Y frenó el auto. Nat aún le miró desesperadamente. —¿Dices en serio eso de vernos dos días a la semana? —Sí. —De acuerdo. Y descendió. Alfredo la siguió con los ojos. Los tenía enturbiados, estaba furioso. Con ella, consigo mismo, con todo dios.
Martina, Daniela, Carlota y Nora son cuatro jóvenes, amigas desde la infancia, que empiezan un nuevo y esperado momento en sus vidas: su etapa universitaria. Mientras Martina y Daniela dejarán el pueblo y se instalarán en la ciudad compartiendo piso con el hermano de Nora y con un compañero inesperado y muy atractivo (con todo lo que implica empezar a compartir piso con gente joven… ¡risas y fiestas aseguradas!); Carlota y Nora han decidido mudarse a la capital, viviendo este nuevo periodo en una residencia de estudiantes (rodeadas de chicos guapos, jóvenes y que duermen a escasos metros de ellas), en la que tendrán que hacer frente a un oscuro suceso que no las dejará indiferentes y que las mantendrá en vilo hasta conseguir hacer justicia, ya que encontrar todas las piezas del puzle para solucionar el caso no será nada sencillo. Para las cuatro amigas empieza una nueva etapa en la que madurarán a pasos agigantados y en la que tendrán que hacer frente a miles de sentimientos encontrados: amor, desamor, sexo, infidelidades, pasión, responsabilidad, engaño, diversión, dudas, nervios, miedos, sueños, deseos… Una etapa en la que vivirán mil y una historias por contar, en la que van a disfrutar de momentos espectaculares, en la que perseguirán sus sueños y en la que se darán cuenta de que siempre hay que empezar por algún sitio para llegar a alguna parte. No obstante, podrán comprobar que, cuando uno cree en sí mismo, todo es posible y suceden cosas increíbles. Afrontarán con actitud su nueva vida y los episodios de misterio y suspense en los que se verán envueltas sin habérselo, sin rendirse nunca, y demostrando que la mejor manera de que algo salga bien es no pensando en lo que podría salir mal y convirtiendo los “no puedo” en “puedo”. “Me he despertado pesando en ti” es una novela que no te dejará indiferente, en la que las historias de cada una de las cuatro amigas las vivirás en primera persona, como si fueras la protagonista de su vida. Una novela cargada de sentimientos, lecciones de vida, moralejas que invitan al optimismo, mucho amor, muchos sentimientos a los que hacer frente y un punto erótico que le da un toque diferente. Es un viaje a la valentía, a la reflexión personal y a lanzarte a vivir la vida que siempre has imaginado. Si piensas que no hay nada imposible, que los momentos mágicos son cuestión de actitud, que los retos son una posibilidad de crecimiento, que debes darle una oportunidad a tus sueños y que siempre vas a intentar seguir el camino que te hace realmente feliz… ¡Este es tu libro! Recuerda: Toda aventura empieza con un sí… Y la vida es la mejor de las aventuras, así que abróchate el cinturón y ¡diviértete y sonríe!