En todas partes se plantea la misma terrible pregunta, que desde hace dos siglos avergüenza al mundo entero: ¿Cómo hacer trabajar a los pobres allí donde se ha desvanecido toda ilusión y ha desaparecido toda fuerza? El espectáculo es el mal sueño de la sociedad moderna encadenada, que no expresa en última instancia más que su deseo de dormir. El espectáculo vela ese sueño. La mercancía es la ilusión efectivamente real, y el espectáculo es su manifestación general. La sociedad del espectáculo proporciona una reinterpretación del marxismo, sobre todo del concepto de fetiche de la mercancía aplicado a las condiciones del capitalismo contemporáneo. Guy Debord argumenta que la historia de la vida social se puede entender como la declinación del ser en tener, y del tener en simplemente parecer. Esta condición en la cual la realidad se ha substituido por su imagen representa el momento histórico contemporáneo, cuando la mercancía completa su colonización de la vida social: las relaciones entre mercancías han suplantado las relaciones entre las personas y, en estas, la identificación pasiva con el espectáculo suplanta la actividad genuina. El espectáculo no es una colección de imágenes, escribe Debord, en cambio, es una relación social entre la gente que es mediada por imágenes.
Este libro es una crítica a la educación tal y como se lleva a cabo en las economías «modernas». Lleno de observaciones críticas sobre los planes de estudios de su tiempo, el libro puede parecer desfasado, pero sus afirmaciones y propuestas básicas siguen siendo tan radicales y certeras hoy como lo fueron en su momento, a través de ejemplos reales sobre la naturaleza ineficaz de la educación escolarizada, Illich se mostraba favorable al autoaprendizaje, apoyado en relaciones sociales libremente intencionadas en encuentros y conversaciones fluidas e informales: «La educación universal por medio de la escolarización no es factible. No sería más factible si se la intentara mediante instituciones alternativas construidas según el estilo de las escuelas actuales. Ni unas nuevas actitudes de los maestros hacia sus alumnos, ni la proliferación de nuevas herramientas y métodos físicos o mentales (en el aula o en el dormitorio), ni, finalmente, el intento de ampliar la responsabilidad del pedagogo hasta que englobe las vidas completas de sus alumnos, dará por resultado la educación universal. La búsqueda actual de nuevos embudos educacionales debe revertirse hacia la búsqueda de su antípoda institucional: tramas educacionales que aumenten la oportunidad para que cada cual transforme cada momento de su vida en un momento de aprendizaje, de compartir, de interesarse. Confiamos en estar aportando conceptos necesarios para aquellos que realizan tales investigaciones a grandes rasgos sobre la educación —y asimismo para aquellos que buscan alternativas para otras industrias de servicio establecidas». Las últimas frases dejan claro lo que el título sugiere, que la institucionalización de la educación marca una tendencia hacia la institucionalización de la sociedad, y por el contrario las ideas de desinstitucionalización de la educación podrían ser un punto de partida hacia la desinstitucionalización de la sociedad. Y ahí es donde la radicalidad de sus ideas quedan claras. Como pensador holístico, con una inteligencia formidable y una erudición cultural amplísima, Illich siempre plantea sus análisis en los términos más amplios posibles, pero precisos y certeros en sus críticas. El libro es más que una crítica, contiene propuestas en positivo para reinventar el aprendizaje a lo largo de toda la sociedad y de toda la existencia de cada individuo. Es de particular importancia su propuesta de crear «tramas de aprendizaje» (learning webs) apoyadas en tecnologías avanzadas.
En este libro se reúnen cuarenta años de investigaciones científicas lecturas y reflexiones de un gran especialista de este período clave de la historia de España. Buscando el efecto retórico y en una apretada síntesis, pondríamos el período del Siglo de Oro, que va desde los tiempos de Jorge Manrique hasta la muerte de Calderón de la Barca, como el de la pugna por la libertad, en contra de la opresión monárquico-señorial. En otras palabras, empieza ya la lucha de la burguesía por hacerse con el poder. No por todas partes, o no en todas partes, con igual eficacia, pero sí como una tendencia de lo que será el futuro. Entre las diversas posibilidades que se abren, esa será la más prometedora. Y no sólo en el terreno político y económico, sino también en el social y en el ideológico. En la Historia Universal, ésta es una época que está marcada por el hecho del nacimiento, desarrollo y decadencia del primer imperio de los tiempos modernos: el español. Un magno acontecimiento cumplido en un período breve de tiempo entre el reinado de los Reyes Católicos y el de Carlos II.
Aun siguiendo de cerca el esquema de «El siglo de hierro», editado en 1971 y publicado en esta misma colección, LA SOCIEDAD EUROPEA (1500-1700) es un libro sustancialmente nuevo: no sólo se ha actualizado la bibliografía y se ha reescrito —abreviándolo— el antiguo texto sino que, además, se ha ampliado en un siglo el periodo estudiado y se han añadido partes nuevas, en especial sobre la familia y la cultura popular. HENRY KAMEN —autor también de «Una sociedad conflictiva: España, 1469-1714» (L. B. 1064)— ofrece una amplia visión de los cambios estructurales producidos durante los dos siglos que precedieron a la revolución industrial. Junto al análisis de la nobleza, la burguesía y el campesinado, y sobre el trasfondo del ascenso del absolutismo, la obra examina otros significativos rasgos de la época: las estructura y tendencias de población, las epidemias, el hambre, la guerra, las emigraciones, el coste de la vida, la revolución de los precios, las estructuras económicas, la población marginal, la burguesía, las universidades, las revoluciones populares, etc. Aunque es preciso tener en cuenta «los peligros que encierra toda generalización que pretenda ser válida para Europa en su integridad», también «es esencial que, a pesar de estas dificultades intrínsecas, si queremos obtener una perspectiva más amplia de que era la vida de los europeos en los comienzos de la época moderna».
Este libro ofrece varias claves de orientación filosófica para aclararse en un mundo que se nos ha vuelto especialmente complejo, que ya no está territorialmente delimitado, ni polarizado ideológicamente, ni manejado por una burocracia exacta. Observar bien la realidad es una tarea interpretativa que exige desarrollar unos hábitos similares a los del espionaje, sobre todo cuando lo más inmediato es lo más engañoso y la creciente complejidad no se combate acumulando datos o informaciones, sin mediante una buena interpretación. Que la sociedad se nos haya vuelto algo invisible significa que asistimos a un proceso de virtualización general, lo que se muestra en ámbitos tan diversos como la globalización, la nueva economía, la transformación de los espacios sociales, las nuevas guerras, la escenificación política, la construcción social del miedo, la creciente importancia de anticipar el futuro o la renovación de las utopías.
Este libro habla de la buena sociedad. Para Giovanni Sartori, ésta significa una sociedad abierta y pluralista, basada en la tolerancia y en el reconocimiento del valor de la diversidad. Un análisis del que resulta que el multiculturalismo no es una extensión y continuación del pluralismo sino, por el contrario, su negación. Porque el multiculturalismo no persigue una integración diferenciada, sino una desintegración multiétnica. A partir de esta premisa, el libro se pregunta hasta qué punto la sociedad pluralista puede acoger sin disolverse a «enemigos culturales» que la rechazan. Porque todos los inmigrantes no son iguales . Y porque el inmigrante de cultura teocrática plantea problemas muy distintos del inmigrante que acepta la separación entre religión y política. Desgraciadamente esta afirmación ha cobrado mayor fuerza tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, que sacudieron el mundo. El análisis teórico sirve aquí para encuadrar los problemas prácticos, como el terrorismo, que comentaristas y políticos están afrontando con inconsciente ligereza. Y es que Sartori no se deja hechizar por los lugares comunes de lo «políticamente correcto».
Originalmente, La sociedad multiétnica se concibió como un libro teorético —de teoría de la sociedad pluralista— al que se añadía una parte final acerca del difícil encuentro entre pluralismo y extranjeros. Después,debido al debate que suscitó, resultó inevitable prestar más atención a esa parte que al resto del libro. En este apéndice se discuten y profundizan los problemas planteados por la condición de extranjero, en el contexto de los recientes acontecimientos que han sacudido al mundo y que han obligado a las naciones a construir un nuevo paradigma después del 11 de septiembre de 2001. Giovanni Sartori, autor de polémicas obras como Homo videns, ha preferido añadir este apéndice a retocar o engrosar el texto original de La sociedad multiétnica, puesto que se trata de un libro ágil, que tiene que seguir siéndolo. Y también porque en este apéndice aborda temas nuevos y vigentes como el terrorismo.
En la actualidad vivimos en una sociedad que ha desarrollado una fobia al dolor, en la que ya no hay lugar para el sufrimiento. Este miedo generalizado se refleja tanto en lo personal como lo social, e incluso en la política. El imperativo neoliberal «sé feliz», que esconde una exigencia de rendimiento, intenta evitar cualquier estado doloroso y nos empuja a un estado de «anestesia permanente». Como en «La sociedad del cansancio», Byung-Chul Han parte del supuesto de que en Occidente se ha producido un cambio radical de paradigma. Las sociedades premodernas tenían una relación muy íntima con el dolor y la muerte, que enfrentaban con dignidad y resignación. Sin embargo, en la actualidad, la positividad de la felicidad desbanca a la negatividad del dolor, y se extiende al ámbito social. Al expulsar de la vida pública los conflictos y las controversias, que podrían provocar dolorosas confrontaciones, se instaura una posdemocracia, que es en el fondo una «democracia paliativa».
La sociedad sale de la recesión y entra en la revolución digital dividida en cuatro grandes grupos: digitales acomodados, digitales empobrecidos, analógicos salvados y analógicos hundidos. Los primeros se inclinan a Ciudadanos, los segundos a Podemos, los terceros al PP y los cuartos al PSOE. Pasó la crisis, pero casi nada es ni será igual. El futuro ha llegado ya. ¿Realmente van a vivir peor nuestros hijos? ¿Las nuevas formas de trabajar, comunicarse e informarse conducen, de verdad, a una sociedad menos grata? Estas y otras muchas preguntas encuentran respuesta en este interesantísimo libro que nos ayudará, a través de multitud de reflexiones, historias personales, anécdotas y estudios de campo, a prepararnos como sociedad para el futuro que viene, a prepararnos para la sociedad que seremos.
Nos enfrentamos a la mayor recesión económica desde el crac de 1929 y la crisis financiera del 2008, pero solo será así si reaccionamos dejando que el miedo guíe nuestras decisiones y actuando de forma individual. «Por miedo a que me despidan, dejaré de consumir», piensa el ciudadano; «Por miedo a que los ciudadanos no consuman, reduciré plantilla», piensa el empresario. Este libro revela una posible estrategia económica para evitar una recesión prolongada y profunda a causa de la pandemia del COVID-19. Trías de Bes la ha bautizado como la solución Nash. El premio nobel de Economía John Nash defendió que hay situaciones en las que la mejor opción individual de los agentes económicos conduce al peor de los escenarios para el conjunto. La economía está ahora en tal situación. La solución Nash consta de dos medidas: la compra de tiempo por parte del Estado y la orquestación entre agentes económicos. Está en manos de todos que la crisis del COVID-19 quede en un tiempo muerto económico. Y algo todavía más importante: si superamos el miedo y el Estado compra tiempo, demostraremos que, gracias a la comunicación digital, la unión del interés individual y el colectivo puede lograrse conservando a su vez la libertad individual de decisión.
Siglo tras siglo, en las páginas más importantes de la historia universal, la obra de muchas mujeres ha quedado sepultada bajo el peso de la misoginia, la tradición patriarcal y también la ignorancia. Pero tanto en el arte como en la filosofía y en la literatura, un recorrido desde el siglo XI al XVII descubre nombres de mujeres como tesoros milenarios, raras gemas que con su belleza y valor completan el legado histórico que se forjó en estos siglos. Hildegarda de Bingen, quien hasta el año de su muerte, en 1179, fue conocida en las tierras de la actual Alemania por haber fundado el primer monasterio femenino, por sus conocimientos musicales y por sus brillantes tratados sobre el poder curativo de las plantas, considerados el origen de la moderna medicina natural. Cristina de Pisan, la primera escritora profesional de la historia, poeta, historiadora y tratadista. También en España existieron nombres acallados por el peso de la tradición machista: Luisa Roldán o Isabel de Villena se unen a los nombres de monarcas pioneras como Margarita de Navarra e Isabel la Católica. Las vidas de todas ellas, marcadas por las injurias y por el desprecio hacia su condición femenina, constituyen un testimonio único de la lenta evolución del pensamiento universal hacia el reconocimiento de las capacidades de la mujer, demostrando que a pesar de los límites de la religión, la política y las sociedades quisieron imponer, el ingenio, la valentía y la inteligencia no tienen sexo.
Una retrospectiva histórica sobre la Revolución Rusa y el fracaso del comunismo de Estado para entender las nuevas prácticas y teorías políticas presentes
¿Qué podemos aprender de la Revolución de Octubre, cien años después? A principio del siglo XX, la popularidad internacional de los consejos obreros, las huelgas y las insurrecciones bolcheviques inspiraron a comunidades y proletarios del mundo entero. La "luz liberadora" (Ilya Grigoryevich) que venía de Rusia propició otras revueltas y revoluciones que marcaron la historia de la humanidad.
En Europa, basta mencionar los sóviets de Baviera (1919) y Hungría (1919), las comunidades agrícolas de inspiración comunista libertaria en Ucrania (1918-1921), los consejos obreros de Turín (1919-1920) o los movimientos anticapitalistas de Irlanda (1918 -1923). Sin embargo, el leninismo terminó convirtiéndose en una doctrina opresiva. Pronto, la dictadura burocrática y criminal de Stalin acabó imponiéndose en Rusia y en la III Internacional.
El nuevo régimen se fue alejando progresivamente de los ideales de democracia y emancipación popular hasta comprometer la misma esperanza del socialismo. El centenario 1917-2017 es una buena ocasión para no conformarse con las justificaciones históricas y revisar algunos aspectos de las doctrinas políticas y filosóficas que impulsaron la Revolución rusa.
«Yo no haré mis memorias. Mi destino será siempre haber escrito con un pseudónimo que se llama Adolfo Suárez» Eduardo Navarro fue uno de los colaboradores más fieles y constantes que tuvo Adolfo Suárez desde los inicios de su carrera política hasta el final. Navarro apareció en su vida en un momento decisivo, y Suárez sintió siempre una profunda admiración y gratitud hacia él, como muestran estas cariñosas palabras que le dirigía en su última etapa juntos: «Desde hace cuarenta años le he encomendado tareas difíciles, y su lealtad, inteligencia y sentido crítico nunca me han faltado, aun en los tiempos en que más fuerte arreciaba el viento contra mí». Inéditos hasta nuestros días, estos textos que por fin ven la luz recogen sus recuerdos desde que ambos se conocieran en el Colegio Mayor, a finales de los cincuenta. Son los años de formación del joven político y en sus páginas ya se intuye su enorme poder de seducción y su ambición, al tiempo que desvelan las dificultades económicas que sufrió en esta etapa, así como su firme apuesta por el príncipe Juan Carlos de Borbón. Este libro nos descubre a Suárez en estado puro, íntimo y político, con sus luces y sombras, e ilustra de forma nítida las adversidades que hubo que vencer para la Transición llegara a buen término.
El viajero experimentado emprende la ruta. Cuarenta años atrás visitó algunos de los lugares, así que ciertos tramos del camino los conoce ya. Sí, le resultan familiares pero a la vez distintos, pues los tiempos ahora son otros, otros los regímenes que los gobiernan, otros los terrores. Él también era una persona diferente. Desde Xi’an, en el corazón de China, a Antioquía, pasando por las montañas del Asia central, el norte de Afganistán y las llanuras de Irán, en autobús, tren, carro y camello, Colin Thubron busca en este libro el rastro de la que fue la mayor ruta terrestre del mundo, aquella gracias a la que llegaron a Occidente no sólo la seda, sino también el papel, la pólvora, el estribo o la brida. En total, Thubron cubre en su periplo más de once mil kilómetros en ocho meses a través de un enorme entramado de arterias que se separan y convergen a lo largo y ancho del continente asiático, creando con sus palabras una magnífica visión de un mundo antiguo expuesto a la agitación de la era moderna.
Tal como sostiene el autor, la sombra del dictador sigue siendo muy alargada, y así se desprende del recorrido que realiza la obra por el poso franquista que aún sobrevive en la España actual. González analiza distintas costumbres, actitudes y expresiones que componen un residuo psicológico, una estructura mental profundamente arraigada y que aflora en los tics de algunos políticos y eclesiásticos, o en determinadas percepciones de la homosexualidad, el erotismo o el trato a la mujer.
En 1972, en la primera versión alemana de su libro El capitalismo tardío (México, Era, 1979), Ernest Mandel formuló un diagnóstico notablemente certero de la crisis mundial que los economistas académicos sólo reconocerían como tal a partir del choque del petróleo de 1973. Mandel se apoyaba en un modelo de ondas largas de acumulación y estancamiento de la economía mundial, un modelo que se aproxima notablemente a los ciclos de Kondrátiev, pero que bien se puede remitir a un trabajo clásico y poco conocido de Trotski («La curva del desarrollo capitalista», 1923), y que debe distanciarse de la idea del ciclo como mecanismo automático por la importancia que concede a un factor no prefijado: la lucha de clases. Este libro es una serie de conferencias en las que Mandel resume su propia teoría de las ondas largas y su diagnóstico de la crisis actual, a la vez que discute las más significativas críticas y alternativas que se han ofrecido a sus ideas. Fundamental para la comprensión de la problemática de las crisis capitalistas, este ensayo es a la vez un excelente ejemplo de la tarea de uno de los principales teóricos marxistas de este siglo por su nivel y su intencionalidad política.
¿Cómo te las arreglas para causar pánico sólo con tu nombre? ¿Por qué todos rezamos para tener un quiste en vez de un tumor? ¿De dónde vienes? Y la pregunta del siglo: ¿por qué yo? Pese a todo, he descubierto que estar contigo me da fuerzas para encararme a las cosas como nunca antes había podido hacer. Es como si fueras una armadura y, de pronto, cualquier cosa que me pudiera herir rebotara. Elisabet Gilí tenía veinticuatro años cuando le diagnosticaron cáncer. Este es el testimonio de cómo asumió la enfermedad e intentó aprender de ella. Cuando Elisabet había dado por terminado el libro y el cáncer parecía haber remitido, se le reprodujo rápidamente y acabó con su vida. Pese a todo, ella quiso hasta el último momento publicar estas reflexiones, valientes y sinceras, para luchar contra el silencio y el miedo.
Don Quijote de la Mancha es uno de los personajes más célebres de la historia de la literatura. Desde que se presentó por primera vez al público hace más de cuatrocientos años, ha cabalgado y protagonizado novelas profanas, ensayos, obras teatrales, películas y todo tipo de homenajes. Gracias a ello, sus aventuras y su locura se han convertido con el tiempo en símbolos del triunfo de la imaginación. Pero ¿y si no todo ello fuera imaginado?
Javier Escudero lleva más de veinte años dedicados a la investigación de la obra de Cervantes y a los documentos públicos y privados de su época. Gracias a ello, ha podido descubrir que hubo otros hidalgos de «lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor» y que incluso alguno de ellos se enfrentó a los molinos de viento. En este libro, nos adentramos en esa Mancha de la que no queremos acordarnos y que poco tiene de inventada para dar respuesta a la pregunta: ¿quién fue realmente don Quijote?
El autor ha fundido y compilado aquí unas memorias, unos ensayos críticos, unos retratos de fina caligrafía, unos juicios audaces, profundos y destructivos en algunos casos. Un libro, en fin, lleno de heterodoxia y sabiduría, que supone toda una relectura, en profundidad crítica y humana, de la poesía y la prosa del siglo XX en castellano, de Rubén Darío a Cela. Rubén, Galdós, todo el 98, el ensayismo orteguiano, los escritores populares de los años veinte y treinta, la generación del 27 (con Dalí incluido en ella), la mítica Residencia de Estudiantes (desmitificada), Miguel Hernández, Vallejo, los santos inocentes de la guerra: Panero, Vivanco y Rosales, los fabulosos prosistas joseantonianos, de Sánchez Mazas a González Ruano, el «fascismo» de Eugenio d’Ors, la literatura de trinchera, el mito del exilio, la lóbrega posguerra, con la revelación clara y violenta de Cela. Todo, leído y releído críticamente por Francisco Umbral en unas memorias subjetivas, calientes y apasionantes.