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Bolsilibros - Seis tiros 404. Cava tu tumba, de Don Carter

Aventuras, Novela

El gigantón que dijo esto al joven que estaba terminando de cavar la fosa, era tan alto, tan recio y fuerte, que en otros tiempos había podido presumir de partir de un solo tajo el cuello de un oso, con el cuchillo que ahora utilizaba para limpiar sus negras uñas. Pero eso fue antes.


Bolsilibros - Selecciones Servicio Secreto 225. Sonata de sangre (2ª Ed.), de Clark Carrados

Novela, Aventuras

La mujer miraba aterrorizada la boca del cañón de la pistola que estaba situada a dos pasos escasos da ella. Su rostro estaba tan blanco Como el yeso de la pared en que se apoyaba y sus ojos parecían querer ir a saltársele de las órbitas. —Por favor… —susurró, haciendo un tremendo esfuerzo para hablar—. No…, no me mate. El asesino meneó lentamente la cabeza.


Bolsilibros - Serie Oro 4. Vanidad de pistolero, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

La diligencia se detenía lentamente ante la posta de la ciudad. —¡Ese hombre está herido! —gritó uno de los curiosos al fijarse en el conductor. Este trató de ponerse en pie y cayó desvanecido. Acudieron varios para recogerle. Sobre la camisa y en la parte derecha del pecho, había una extensa mancha de sangre. —¡Pronto!... —gritó el guarda-estación—. ¡Un médico...!


Bolsilibros - Serie Oro 6. Castigo implacable, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

—¡Mira, Joan...! Ya se ve Dallas al fondo. La muchacha se asomó a la ventanilla del tren y se quedó un poco suspensa. —¿Qué son esas torres? Parecen pequeñas torres Eiffel. —Son los pozos de petróleo... La nueva riqueza del mundo. —Los que están revolucionando la vida —dijo otro. —Y de los cuales, tu padre es uno de los más ricos de Texas.


Bolsilibros - Servicio Secreto 325. Gesta de audaces, de Alf Regaldie

Aventuras, Novela

Roberto Casey, «Bob», como le llamaban sus amistades, era, ante todo por vocación, una tecnomaníaco, un verdadero genio de la radio. Pero su naturaleza de luchador, de aventurero, que de todo tenía el joven teniente, le había llevado desde un cómodo puesto en Londres, a su actual destino, nada cómodo, pero donde podía dar rienda suelta a sus inquietudes, a su temperamento, a su carácter un tanto soñador y violento.


Bolsilibros - Servicio Secreto 383. Misión en los trópicos, de Donald Curtis

Aventuras, Intriga, Policial, Novela

Frank Ellery, coninstrucciones concretas para ponerse en contacto con el agente federal RushSanders, en Nueva York, emprendió el vuelo desde la capital hacia la ciudad delos rascacielos. Parecía ser que lapoderosa y compleja maquinaria del «Federal Bureau» se había puesto enfuncionamiento alrededor de la personalidad extraña de una mujer rubia quenadie sabía quién era o de dónde procedía, pero cuya presencia en el paísconstituía, ante su solo anuncio, un inminente peligro contra algún engranajede su seguridad interna.


Bolsilibros - Servicio Secreto 925. Anderson, investigador privado, de Frank McFair

Aventuras, Novela

La luz de la lámpara caía directamente sobre la mesa y dejaba el resto de la habitación en sombras. Anderson levantó la cabeza. Había oído pasos en el corredor. Durante el día no resultaba nada raro oír andar por el corredor, pero sí a aquellas horas de la noche. Echó una mirada al reloj. Las diez y media. Los pasos se detuvieron ante la puerta.


Bolsilibros - Servicio Secreto 926. La muerte dejó rastro, de Alf Regaldie

Novela, Aventuras

Comenzaba a experimentar la alegría del vencedor. Me faltaba poco más de media vuelta al circuito, mi bólido marchaba sin un solo fallo y mi ventaja sobre el inmediato seguidor era bastante notable. Los billetes entrarían en mis bolsillos en cantidad tentadora. Primero, el premio como vencedor de la carrera, luego, lo que me correspondía como apostante. Había colocado mis ahorros a mi favor, naturalmente.


Bolsilibros - Sheriff 9. Corbata de cáñamo, de Frankie Cauyarz

Novela, Aventuras

Francisco Caudet Yarza (Frank Caudett) nace en Barcelona en 1939, ya en la infancia manifiesta su inclinación hacia la literatura y se apasiona con la lectura de clásicos franceses y rusos (Dumas, Tolstoi, Verne), autores que simultánea con los españoles de la novela de kiosco como Mallorquí, Donald Curtis, Mark Halloran y otros. Debuta en 1965 en el mundo de los 'bolsilibros' con la madrileña Editorial Rollán que le publica su primer original en la legendaria serie FBI, con el títulode 'Enigma'. Dos años después la barcelonesa Bruguera le ofrece un contratode colaboración en exclusiva para novelas de bolsillo, empresa que comercializa durante años sus originales que rozan los cuatrocientos títulos y que firma con el más conocido de sus seudónimos: Frank Caudett.


Bolsilibros - Tampa 22. Ciudad de cobardes, de Alf Landon

Aventuras, Novela

Frank Heywood detuvo su montura frente al bar de aquel villorrio. 
El sol pegaba fuerte y la calle aparecía desierta. 
Frank se dirigió hacia el hombre que dejaba pasar las horas, apoyado en la columna de madera del porche del establecimiento. 
—¿Se ha muerto toda la gente del pueblo? —preguntó. 
—A esta hora sí. Este maldito sol mantiene en sus casas, medio aletargados. 
—¿Es usted el dueño del bar?


Bolsilibros - Temple 1. Los buitres del cañón sin fondo, de Fidel Prado

Aventuras, Novela

La mañana habíase presentado entoldada y amenazadora. El excesivo calor que reinaba durante aquel agobiador mes de julio en todo Utah, prometía desahogarse en una de las violentas y clásicas tormentas propias del Oeste y los «cow-boys» de todos los ranchos enclavados en la divisoria del Estado con Arizona, se agitaban inquietos de un lado a otro, vigilando el ganado y maldiciendo entre dientes, pues sospechaban que el temporal les iba a proporcionar un trabajo rudo y expuesto.


Bolsilibros - Territorio salvaje 6. Final implacable, de J. Tell

Novela, Aventuras

Estudiaba a la mujer, y la fría desazón que tuvo en un principio se acentuaba. Era joven, de pelo y ojos negros, y en cualquier otro momento se hubiera admirado de su belleza. Pero los rasgos de la cara estaban tirantes, rígidos, los labios se curvaban en una mueca agria, revulsiva, y los ojos tenían el brillo que, en una habitación de paredes cubiertas por tules negros, proporcionaría una vela.


Bolsilibros - Texas (Ed. B) 12. Consecuencias trágicas, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

A medida que llegaban los vaqueros cerca de donde estaba el carro cocina, se dejaban caer en el suelo boca arriba. Estaban francamente cansados. El trabajo de buscar las reses jóvenes y arrearlas hasta la zona de marcaje, era agotador. Los terneros corrían siempre haciendo cabriolas y sin seguir una línea recta. Lo que obligaba a carear también a las madres, que era a las que seguían con bastante docilidad. Y según iban llegando pedían comida al cocinero, que no les hacía caso. —¡No insistáis! —gritó—. Hasta que estéis todos no hay comida. He tocado la campana, así que es necesario venir.


Bolsilibros - Texas (Ed. B) 71. La apuesta de Tulsa, de M. L. Estefanía

Relato, Aventuras

—¡Patrón! He visto a Frenchie en la ciudad. Me ha dicho que está dispuesto a elevar su oferta sobre el rancho. —Pudo responder que es mejor que no se moleste más. Le he repetido hasta cansarme que no vendo. —Me parece que hace mal, patrón. Hay que reconocer que la situación se hará difícil, si las reses se niegan a beber… Ya sabe que hay varios lugares del rancho en los que no quieren hacerlo. —¡No insista, Logan! —gritó Peter Dunhing, el dueño del Rancho Rebeca. Lo había bautizado con el nombre de su hija.


Bolsilibros - Texas (Ed. B) 105. Comando de Madison, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

Leo Holmes llegó al hotel en que se hospedaba a altas horas de la noche, contento y alegre, como era costumbre en él. El recepcionista que dormitaba sentado, al escuchar que la puerta se abría, abrió los ojos y al reconocer al huésped, forzó una sonrisa al decir —¡Buenas noches, míster Holmes! —Buenas noches, amigo —replicó el joven sonriendo a su vez—. Lamento haber interrumpido su sueño. El recepcionista, ruborizado por aquellas palabras y por haber sido sorprendido medio dormido, trató de disculparse, diciendo: —Hace más de cuarenta y ocho horas que no pego el ojo, míster Holmes… y sinceramente, me cuesta mantener los ojos abiertos. —Le comprendo perfectamente, amigo… ¿Sabe si míster Doleman está en su habitación?


Bolsilibros - Texas (Ed. B) 125. ¿Es una dulce dama? ¡Una fiera!, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

Un hombre de edad avanzada, entró en el Hotel y aproximándose al recepcionista, saludó: —Buenos días, amigo. —Muy buenos días, mister White —correspondió al saludo el recepcionista, sonriendo con agrado a quien le hablaba—. ¿Puedo servirle en algo? —Si es tan amable, ¿podría decirme si miss Power se encuentra en su habitación? —La encontrará en el comedor. Hace unos minutos que desayunaba. —Gracias, amigo.


Bolsilibros - Texas (Ed. B) 179. Matanza en la corte, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

Lisa Fajardo había conocido la vida cómoda de una economía superabundante. Y pertenecía a una ilustre familia, ya extinguida, que muchos años antes, siglos, llegaron con los descubridores y gozaban del favor de los Virreyes. El padre de ella fue el último de los Fajardo con fortuna, aunque ésta, importante aún, no era ni sombra de lo que debía ser. Sus antepasados fueron vendiendo haciendas para sostener un tren de vida a que se habían habituado como competencia constante con otras familias que fueron liquidando como ellos, por abandono y pereza, millares y millares de acres. Ninguno de ellos conoció en realidad la extensión de sus propiedades. Y como consecuencia de ese desconocimiento, los que hicieron verdaderas fortunas, fueron los administradores.


Bolsilibros - Texas (Ed. B) 337. El asustado, de M. L. Estefanía

Novela, Aventuras

Bonney era el periodista que había en El Paso, muy amigo de Margery, dueña del saloon Apache. Que era sin duda el más concurrido de la ciudad fronteriza. Todos los días visitaba ese local varias veces el periodista. Y por eso, Margery, a la que llamaban Margy para abreviar, estaba mejor informada de las noticias que otras personas, ya que las tenía antes de ser publicadas en el llamado Daily. Bonney ante el mostrador pidió de beber, y mirando a Margy dijo: —¿Ha estado Harry aquí? —No. No ha pasado por aquí en todo el día. ¿Pasa algo…? —Pues no lo sé.


Bolsilibros - Texas 136. Canyon Mike, de M. L. Estefanía

Aventuras, Novela

—¡No puedo atender a más caballos! No soy de hierro... —Debes hacerlo, Mike. Estos animales van a tomar parte en las carreras y no están en condiciones de hacerlo con estos hierros... —Lo siento. No puedo más. Si encontrara a algunos ayudantes... Pero nadie quiere trabajar conmigo. —¿Vas a permitir que mis caballos no tomen parte en la carrera? ¿Es eso lo que quieres? Estoy seguro de que has herrado a los de James... —Les han traído con tiempo. No es culpa mía. ¿Por qué no lo hiciste antes?


Bolsilibros - Texas 175. ¡Cuando gane con el colt!, de M. L. Estefanía

Aventuras

Oeste