Son bastantes los autores y las obras que, en una u otra forma, han novelado la vida de Jesús de Nazaret o de los personajes y vida de las primeras comunidades cristianas. El problema de muchas de esas novelas es que, aun con una buena calidad literaria, parten de los evangelios como si éstos fueran textos biográficos de género histórico, lo que, como se estudia ya en la secundaria, no es correcto. Ese olvido lleva, no pocas veces, a descripciones y giros argumentales que se caen de las manos de quien tenga una mínima formación bíblica. En cambio, cuando se lee a Jan Dobraczynski se tiene la suerte de estar ante la obra de alguien que tuvo una sólida preparación en temas bíblicos y de cultura judaica, lo que hace que, más allá de que guste o no el escrito, éste tenga una calidad científica asegurada (acorde y limitada, por supuesto, a las investigaciones de su época). Así se cumple en estas «Cartas de Nicodemo», que novelan los encuentros del Nazareno con Nicodemo, el personaje que los evangelios describen como discípulo en secreto porque era un conocido fariseo. La forma epistolar de este relato novelado se la inspiraron al autor unas cartas apócrifas de Nicodemo que se divulgaron en la Edad Media. El autor, como decimos, demuestra un profundo conocimiento de las fuentes bíblicas y apócrifas, así como de las costumbres y ambiente de Israel en la época.
Adaptación de Paulo Coelho. Correspondencia entre Khalil Gibran y Mary Haskell, 1908-1924. Selección de la correspondencia que mantuvo con Mary Haskell, el gran amor de su vida, que, en su mayor parte, fue destruida tras su muerte, .
«Casarse» es el libro más leído de August Strindberg en Suecia. La primera parte se publicó en 1884 y reunía «doce historias de matrimonios con entrevista y prólogo». El propio autor era consciente de que el lenguaje desenfadado y las escenas atrevidas le podían causar problemas con la justicia, y así fue. El proceso al libro ayudó a que fuese todo un éxito y muchas mujeres apoyaron su causa. Aun así, se decidió a escribir una segunda parte, mucho más polémica, compuesta por dieciocho relatos. Como el mismo Strindberg declaró, se trata de un libro «cruel, feo, bello, poético, prosaico, sentimental, crudo, horrible, delicado, es decir, ¡como la vida misma!». Destacó por su libertad en materia sexual, el desparpajo y realismo en sus descripciones matrimoniales, por su lenguaje coloquial, con influencia de los cuentos de Hans Christian Andersen, aunque con un tono duro y cínico que no tienen los cuentos del danés. Esta gran novela sobre la institución del matrimonio, compuesta por treinta relatos, ayudará a conocer mucho mejor a Strindberg, y sobre todo hará que nos conozcamos mejor a nosotros mismos, pues nos veremos reflejados en muchas de las situaciones retratadas por el genio sueco.
UN MONTÓN DE CURIOSIDADES SOBRE LAS CASAS MÁS INTERESANTES DE LA LITERATURA Y EL CINE. 13 Rue del Percebe - Bran, el castillo de Drácula - Xanadu, un monumento al propio poder - Hogwarts: un internado al que los niños quieren ir - 221b Baker Street, la casa de Sherlock Holmes: la vivienda más famosa de toda la literatura - El «Enterprise», la casa en movimiento - Tara, la mansión colonial - Camelot, el castillo mítico - «La Ponderosa», un rancho acogedor - Wayne Manor, la batcasa - Hansel y Gretel y la casita de chocolate - La academia Welton, internado para poetas muertos- Rick’s Café Americain, en Casablanca - El «Nautilus», un hogar bajo el mar - Canterville, castillo con fantasma - Kronborg, el castillo de Hamlet - Seaheaven, una ciudad-decorado - 10086, Sunset Boulevard - Overlook, un hotel con vida propia - La casa de las muñecas - La mansion de la familia Addams - Alcatraz, un hogar forzoso - La casa de la sidra - La casa de los Picapiedra - Baskerville, el hogar del sabueso - La cabaña del tío Tom - El apartamento - El nido del cuco - Lla catedral de Nôtre-Dame de París - La isla de Robinson Crusoe.
La guerra civil en Bosnia-Herzegovina no es solo una tragedia para sus habitantes y una vergüenza para Europa y el mundo; en lo que respecta a España, este conflicto ha servido también para reforzar el papel de su diplomacia en el concierto internacional y, sobre todo, para revitalizar el concepto de sus Fuerzas Armadas, y en especial de la Legión, como un instrumento eficaz en la persecución de la concordia y la paz.
¿Cómo se ha desarrollado la misión humanitaria española en la antigua Yugoslavia? ¿Quiénes son sus protagonistas y cuáles son sus opiniones e inquietudes acerca del conflicto? ¿Cuál ha sido la vida cotidiana de los cascos azules en medio de la guerra? ¿Cómo han afrontado el intenso frío, el duro trabajo, la hostilidad de las milicias locales o los riesgos de cada operación? ¿Ha servido de algo la muerte de los militares españoles? ¿Merecen los legionarios y los demás soldados integrados en UNPROFOR una mejor consideración por parte de la sociedad?
El presente libro es el relato directo de la participación de nuestro Ejército en la tragedia bélica de los Balcanes, contado sobre el terreno por sus actores y descrito imparcialmente por un reportero audaz que no ha dudado en introducirse en cuarteles y convoyes ni en recabar datos de todas las instancias del Ejército español, desde el legionario de primera fila hasta los altos mandos y el propio ministro de Defensa. La exposición viva y apasionante de la llamada Operación Alpha Bravo, una misión militar que, con luces y sombras, ha intentado abrir un camino a la esperanza y que, sin duda, ha de contribuir a modificar la imagen de nuestro país en el mundo.
Francis Dean tiene diecisiete años y se siente bastante desgraciado: vive en un parque de caravanas en un pueblo de Nueva Jersey, su madre sufre depresión y nunca ha sabido quién es su padre. Está convencido de que sus perspectivas de futuro son nulas, y de que es un cero a la izquierda sin ningún talento. Pero cuando su madre le confiesa la verdad sobre su padre, el mundo del joven da un vuelco: fue concebido en un novedoso experimento de fertilización in vitro que seleccionó a donantes con unos genes extraordinarios. ¡Su padre es un genio! Un plan febril empieza a formarse en la mente de Francis: viajar hasta Los Ángeles, donde se encuentra la clínica de fertilización, y averiguar el paradero de su padre. Convence a su mejor amigo Grover para que lo acompañe, y Anne-May, la chica de quien está enamorado, también se une a la aventura. Los tres jóvenes atravesarán el país en una odisea llena de obstáculos en la que Francis descubrirá más cosas sobre sí mismo de las que jamás esperó saber en este fresco y delirante relato sobre el significado de hacerse mayor.
Lo más bonito de estar enamorado es el silencio. Ese silencio que se crea cuando dos personas se miran a los ojos. Porque sabes que digas lo que digas, aunque intentes decirlo de la forma más espectacular posible, jamás nada podrá acercarse a explicar cómo te sientes. Y supongo que eso es el amor: sonreír callados.
Basada en casos reales, Crímenes, la primera obra del jurista alemán Ferdinand von Schirach, ganadora del prestigioso Premio Kleist y uno de los mayores éxitos de los últimos años en Alemania, fascinó y conmovió por la honestidad y lucidez con que planteaba la búsqueda de la verdad en los procesos criminales. Culpa, una colección de punzantes miniaturas sobre el insondable comportamiento humano, mereció de nuevo el elogio de la crítica y los lectores. Ahora, Von Schirach vuelve a convertir doce casos de su dilatada trayectoria profesional en sendas piezas de orfebrería literaria que tratan, con su aguzado instinto narrativo y su particular sentido del humor, las consecuencias penales y morales del castigo. Una mujer que asume la culpa del delito de parricidio cometido por su marido, los efectos catastróficos de un juicio cancelado tras declarar no apto a un miembro del jurado popular y un hombre con las funciones de la corteza cerebral dañadas al haber resbalado con el collar de perlas de su amante son algunos de los sustanciosos argumentos de estas turbadoras historias rebosantes de ingenio y reflexiones agudas sobre la naturaleza humana. Al tiempo que resalta los elementos más imponderables del poder judicial y pone el foco en los sentimientos más frágiles y secretos que anidan en nuestro interior, Castigo nos habla de lo que sucede tras una sentencia firme, un hipotético accidente o un crimen planificado. En algunos relatos, el castigo resulta fortuito pero oportuno, mientras que en otros adquiere forma de venganza deliberada. Y aunque en ocasiones éste sea injusto y doloroso, puede significar la única vía hacia la salvación.
¡Viejos del mundo, uníos! Despertad de vuestro letargo, de vuestro conformismo. Venid con nosotros: en el FLAC no aceptamos la muerte. Hemos prohibido la palabra asilo. No admitimos nuestra marginación. Nos negamos a considerarnos excedentes de una sociedad neurótica e idiotizada, en la que cada vez hay menos espacio para nosotros. No permitiremos los sermones familiares, ni las pensiones ridículas, ni las monsergas del Estado. El combate ha comenzado, y no nos detendremos ante nada. No habrá reducto ni personas sagradas para nosotros. No pretendemos transformar el mundo, ni proponemos otro nuevo; nos basta con dinamitar este. Después ya se verá. Venid al FLAC. Cabemos todos, jóvenes y viejos. Cualquiera puede cumplir un papel, ser útil. Tomad a Juana y Miguel, por ejemplo. Las cosas no les van bien entre ellos, pero eso no les impide colaborar. Saben lo importante que es esto. Su matrimonio se está yendo al traste, pero vienen las reuniones, porque lo primero es lo primero. ¿Y el Mausi? Nunca nos ha importado que no sea más que un chapucero robacadáveres. Aquí puede trabajar cualquier marginado, incluso los de sangre noble, como nuestro benefactor, el marqués de la Roca d’Aubi. Pero basta de palabrarería. El FLAC es acción. ¡Acción! Ahora estamos preparando algo grande, muy grande. Saldrá en primera página. Los periodistas nos toman por una pandilla de chiflados. Viejos, sí, pero lelos, ni hablar. Ahora se van a enterar. ¡Contra la muerte! ¡Contra la soledad! ¡Contra el mundo! ¡Únete a nosotros!
En el actual contexto posmoderno, donde la originalidad es tan cuestionada, nace esta que auguro por muchas razones polémica novela. Es una obra que rompe con los esquemas tradicionales de la literatura cubana. Paradójicamente, partiendo del presupuesto latino: Nil novi sub sole, nos convoca a un terreno donde la innovación aún permite resultados inéditos: el formal, con recursos ya empleados por las vanguardias, pero recreados aquí por la novísima alquimia.
«Creo que lo he fascinado, y sé que él me ha fascinado también. Presumo que nos perteneceremos el uno al otro hasta que la muerte ocurra». Así comienza Cecil, y quien así habla es precisamente el narrador que da título a la novela, que no es otro que un perro de raza whippet, regalado por unos amigos al escritor Manuel Mujica Láinez y bautizado con ese nombre el honor al fotógrafo inglés Cecil Beaton, al que el autor conoció el día en que le fue obsequiada su nueva mascota. Estamos por lo tanto ante una ingeniosa novela autobiográfica narrada mediante un personaje interpuesto, escrita en un momento de crisis creativa de su autor, en el momento en que abandona Buenos Aires y se instala en la recién adquirida quinta El Paraíso, en la provincia de Córdoba.
1956. En la ciudad de Nueva York vivía Cecil Taylor, músico negro de menos de treinta años, pianista innovador en la técnica, compositor-improvisador estudioso de las tradiciones populares y cultas del siglo. Su estilo, que era su invención, ya estaba consolidado. Con la excepción de una media docena de músicos y amigos, nadie sabía lo que estaba haciendo, ni podía hacerse una idea al respecto. ¿Cómo se la habrían hecho? Lo de este joven no cabía en las líneas de lo previsible. En sus manos el piano se transformaba en un método de composición libre, sobre la marcha. Los llamados «racimos tonales» con los que se desarrollaba su escritura momentánea ya habían sido utilizados anteriormente por Henry Cowell, aunque Cecil llevó el procedimiento a un punto en el que, por sus complicaciones armónicas, y sobre todo por la sistematización de la corriente sonora atonal en flujos tonales, no podía compararse con nada existente. La velocidad, el juego de mecánicas diferentes entrelazadas, la insistencia, las resistencias interpoladas, las repeticiones, las series, todo lo que sirviera para desinteresarse del solfeo convencional, levantaba, a espaldas de cualquier melodía o ritmo reconocible, majestuosas construcciones derrumbadas y aéreas.
Un largo verano, cuyo sopor afiebra los monólogos e interpolaciones narratorias, se ensaña, destruyéndola, contra una casa de un pueblo del litoral norteño de Colombia. Los habitantes del inmueble, en una acción que encierra setenta y cuatro años, se deshacen con él en mitad de la tórrida estación. Esto hace posible alimentar el relato con los aconteceres primordiales de la vida: los nacimientos, los matrimonios, las enfermedades, los velorios, las amargas disputas familiares en torno de una herencia. Los dos personajes centrales son, por tanto, el mal como elemento ubicuo y el verano como atmósfera temporal. Celia —la niña, la madre y la final abuela— es el coágulo del asunto y quien, en cierta medida, vivencia y justifica las otras criaturas. Siguiéndola desde su infancia hasta su derrotada vejez, Rojas Herazo logra un opulento cuadro de desesperación, de lentitud sacrificial y de ruina. Todo esto, al aprehender un contorno con morosa fidelidad y recóndita noción de lo patético, termina por conformar un alucinado testimonio de esa comarca sudorosa, fulminada por el embiste solar y carcomida por el yodo oceánico, en que la acción es situada. Desdé este punto de vista, la novela es estrictamente colombiana pero los: elementos costumbristas que la constituyen han sido hábilmente diluidos en el proceso general de los acontecimientos. Sentimos en ella todos los valores documentales —tanto de carácter individual como de referencia a las intimidades mágicas de una geografía— que, alinderando la acción, ubican su transcurso en un lugar inconfundible. Más el vigor subjetivo, la entrañable indagación de unas cuantas vidas y la severa riqueza con que todo esto ha sido aprisionado por la palabra, trascienden el localismo y hacen de «Respirando el Verano» una referencia primordial en el trabajo novelístico de este momento colombiano.
Una novela que se desarrolla en un pueblo ubicado a orillas del mar Caribe, su nombre es Cedrón o Cedrogordo. La etapa histórico-política en la que suceden los hechos novelescos es la Hegemonía Conservadora, la cual inicia en 1880 y culmina en 1930. Este periodo se adivina en el retrato del general Reyes que preside el despacho del alcalde y en la alusión al final de la Guerra de los Mil Días (1899-1903) y a la llegada del general Rafael Uribe Uribe a Cedrón. En dicho pueblo el poder lo depara la posesión de la tierra, por tanto, el eje de la historia es Leocadio Mendieta, un jerarca sanguinario y bestial dueño de un monopolio que mueve la economía de su pueblo y al mismo tiempo, mueve la vida y los sentimientos de los pobladores. Mendieta llegó a Cedrón en febrero de 1896 y en 1904 compra a su esposa Etelvina por ciento sesenta pesos; de ahí en adelante su vida y sus actos determinan el desarrollo de la historia, pasando por encima de la llegada misma del Arzobispo.
En esta novela, que cierra la saga de Cedrón, Rojas Herazo despliega toda su capacidad narrativa en una trama que gira alrededor de la historia de Anselmo y su abuela, una mujer llamada Celia que nació en 1855 y vivió 93 años, de los cuales 77 años los pasó en Cedrón con su esposo y sus hijos.
Diego salta desde un quinto piso y desde entonces esa imagen no deja de taladrarle la cabeza a su hermana: seis segundos y un cuerpo estrellándose contra el suelo. Es ella quien echa la vista atrás y cuenta la historia de los dos hermanos. Su llegada al mundo en un hogar en el que la vida nunca fue justa. Los años que pasaron en México con sus abuelos, mientras su madre se buscaba la vida en España, y era ella, aún niña, quien se hacía cargo de Diego. La etapa en Madrid, una ciudad que no entendían y que tampoco los entendía a ellos. La primera separación, cuando ella se marchó a Barcelona a abrirse camino y su hermano se quedó en el lugar que más odiaba. Y el regreso de ella, cargando las cenizas de Diego, a un México muy distinto al que recordaba. Esta novela narra el viaje emocional de una joven que intuye las razones del suicidio de su hermano adolescente y protagoniza su propio síndrome de Ulises, en el que ni la ida ni la vuelta son realmente destino. Una historia de separaciones y abandonos, de anhelo y de rabia, de pérdida e iniciación a la vida, en la que Brenda Navarro aborda con enorme valentía cuestiones esquivas como la desigualdad, la xenofobia o el desarraigo, y que la confirma como una de las narradoras más potentes y audaces de nuestra literatura. Intenso, visceral y demoledor, Ceniza en la boca es un libro que quema y plantea la dolorosa pregunta de qué vida merece la pena ser vivida.
Olí, 15 años, pobre de solemnidad y encaprichada con un embustero ya casado con una mujer mayor, sale a los prados a buscar las flores de San Juan. Esa noche pagana y campesina sellará su destino. Cuando el hijo que espera se hace evidente en su perfil de niña, un padre al que adora la expulsa de la choza familiar. Anania, el niño al que abandona a las puertas de la casa del padre natural, dedicará su vida a encontrar a esa madre odiada y sagrada a la vez. Pero cuando Olí y Anania se reencuentran, un sacrificio se impone para devolver la naturalidad a la relación familiar trastocada, como en las tragedias griegas.
El libro hunde sus raíces en tiempos inmemoriales y tras detenernos en siglos anteriores de nuestra era termina hoy día, si bien de manera circular nos devuelve a un pasado remoto. En todos los personajes anida la llamada de la aventura, llámese exilio, refugio en la creación artística, tentación mística o guerrera, voluntad de poder, y desemboca en la soledad para los temperamentos ariscos y los pudientes, en la locura para quienes viven presos de un sueño y en la felicidad o al menos cierta serenidad para quienes acogen la vida. La llamada de la aventura los conduce a cruzar océanos, desiertos, cumbres montañosas, a enfrentarse a balas perdidas, a pueblos de otros continentes, a ser vilipendiados, a separarse de sus seres queridos, a vivir nuevos amores o a buscar afanosamente una respuesta que se les escapa. Se arriesgan aquellos centinelas a descubrir que no siempre se cumple la promesa propuesta por el arte, la religión o el ideario de los rebeldes y que sin embargo la vida permanece a su alcance.
En palabras de su autor, «el presente volumen abarca en breve espacio una vasta y amena biblioteca; recoge, en efecto, cien novelas-río, pero trabajadas de maneras tan anamórficas que aparecen ante el lector presuroso como textos de pocas y descarnadas líneas. Así, pues, ambiciona ser un prodigio de la ciencia contemporánea aliada a la retórica, reciente redescubrimiento de las Universidades locales. Librito inmenso, en suma; para cuya lectura el lector deberá armarse de las astucias que ya conoce, y tal vez aprender otras nuevas: juegos de luz que permitan leer entre líneas, debajo de las líneas, entre las dos caras de una hoja, en los lugares donde se descarrían capítulos elegantemente escabrosos, páginas de noble ferocidad y digno exhibicionismo, depositadas allí para púdica piedad de niños y de ancianos». Un fantasma aburrido en su castillo, un unicornio en la parada del autobús, un señor de mediana edad a quien roban el universo mientras entra en una tienda a comprar un after-shave, la historia del caballero que ha matado al dragón, el encuentro con un hada en el tren, el capitán del Buque Fantasma que cuenta historias de piratas, de mujeres bellísimas, de duelos, de tesoros ocultos, «que todos buscan y que nadie encuentra»; una familia de la alta burguesía que quisiera viajar en una carroza y ser asaltada por los bandidos, son secuencias narrativas que reasumen los estereotipos de la literatura y vuelven a proponerlos en un juego combinatorio que ensancha sin sosiego las fronteras del libro-mundo… Las páginas de Manganelli, altísimo ejercicio de inteligencia, registran las costumbres maníacas de personajes presos en la nada y el silencio, inmersos en un mundo atravesado por la ausencia de sentido.
Tras labrarse una meteórica —aunque algo tramposa— trayectoria como curador de exposiciones, el Comisario, un ser cínico e ingenuo a partes iguales, vuelve al barrio de su infancia para construir lo que pretende ser su obra magna: un parque temático dedicado a la literatura.
Allí, entre audaces planes de negocio, atracciones vanguardistas y reproches vecinales, se reencontrará tanto con algunos fantasmas de juventud —los problemas de clase, la honestidad sentimental— como con los nuevos desafíos que plantea la edad adulta: de su capacidad o incapacidad para tolerar la imperfección de los sueños cumplidos dependerá que su quijotesca empresa —en insólitas acepciones de «lo quijotesco»— acabe en éxito o fracaso.