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NO ME JUDAS SATANAS!! 225. Russ Meyer (II), de César Martín

Divulgación, Otros

Tal como os prometí el mes pasado, aquí tenéis el segundo No Me Judas dedicado a Russ Meyer. En el anterior número repasamos su vida y su obra, y ahora ha llegado el momento de hablar de las mujeres más importantes de su cine, y por supuesto de su relación con el Rock; ya sabéis: el proyecto fallido con los Sex Pistols, los discípulos que le han rendido homenaje, el clip que rodó para los hard rockeros Faster Pussycat, etc. Y como es lógico empezaremos con las mujeres. Concretamente con dos de ellas: Kitten Natividad y Tura Santana, las “mujeres Meyer” por excelencia.


NO ME JUDAS SATANAS!! 229. Supremes, de César Martín

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Situémonos. Nos encontramos en el año 1966, las panaderías de toda América acaban de poner a la venta el genuino "pan Supreme" (Supremes White Bread), una de las ideas del astuto Berry Gordy para rentabilizar todavía más el fenómeno Supreme "¿Quieres acercarte a tus heroínas? Compra pan Supreme, pan preparado con todo el amor de Diana, Mary y Florence". Las Supremes tienen a los americanos y a gran parte de los europeos a sus pies. Su música ha dejado de ser consumida solo por seguidores de Motown, ahora también interesa a gente de mediana edad que compra discos de Nat King Cole y Sinatra. Gordy ha logrado su objetivo: captar a todos los públicos. Y es justo en este punto de su carrera cuando el grupo empieza a estropearse. El ego de Diana se dispara, la amargura de Florence se acentúa y Gordy involucra a la Mafia en los asuntos de Motown. En el último No Me judas todo era de color de rosa: las tres chicas humildes de Detroit que ven su sueño hecho realidad, triunfan en los charts, actúan en el Copacabana, son bendecidas por santones del negocio como Sammy Davis Jr. o Ed Sullivan, comparten un show televisivo con las legendarias Andrews Sisters, etc. Este No Me judas por el contrario va a ser más oscuro y perverso. Ha llegado el momento de entrar en la parte más morbosa de la historia: la autodestrucción de Florence, la separación de las Supremes y el triunfo de la malvada Diana. Reservad un asiento en primera fila y contemplareis la carroña de cerca.


NO ME JUDAS SATANAS!! 230. Ed Gein, de César Martín

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Nos lo recordaba un lector en el Correo hace algún tiempo: la originalidad no consiste en decir cosas nuevas, sino en decirlas como si nunca hubiesen sido dichas por otro. Una verdad como un templo. Probablemente no tendríamos a una Madonna de no haber existido mucho antes una Mae West, ni Dizzy Gillespie tocaría de esa forma de no haber perdido tantísimas horas de su juventud emulando los solos de Roy Eldridge. Y lo mismo ocurre en cualquier otro campo: el cine, la pintura, la fotografía, la literatura... y por supuesto el asesinato. Cuando uno analiza la labor del entrañable Ed Gein, puede cometer el error de catalogar sus artesanales obras (sillas forradas con piel humana, cráneos convertidos en tazones de sopa, un cinturón adornado con pezones femeninos, etc.) como algo absolutamente original e innovador, y en realidad Ed no descubrió nada nuevo. Cuando nuestro buen amigo descuartizó su primer cadáver, todo estaba dicho ya en esta materia, pero él supo darle otra apariencia a su trabajo. Ed aprendió a trabajar la carne muerta y crear objetos bellos leyendo libros que relataban las macabras costumbres de las tribus indígenas, y sobre todo, desguazando los artículos biográficos dedicados a la demente Ilsa Koch que caían en sus manos, Ilsa era una carnicera de la SS que en tiempos de la Segunda Guerra Mundial se divertía fabricando fundas de libros y lámparas con la piel de sus prisioneros, y que tenía por costumbre castrar a sus víctimas y guardar los penes en formol, como trofeos de guerra. Esas viejas historias fascinaban a Ed. El bueno de Eddie leyó una y otra vez los mismos textos hasta que por fin se atrevió a cometer las atrocidades que le harían famoso. Y su ejemplo serviría de guía para otro ilustre psychokiller, John Wayne Gacy, que entraría en la leyenda siguiendo sus pasos. Así pues, ni Gacy, ni Ed, ni probablemente Ilsa inventaron nada nuevo, pero lo que hicieron, lo hicieron con estilo, y por eso veinte o cuarenta años después de darse a conocer seguimos hablando de ellos.


NO ME JUDAS SATANAS!! 233. Porno 70’s, de César Martín

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Ocurrió hace exactamente veinte años. Miles de americanos pudieron contemplar por vez primera, en el cine de su barrio, las corrosivas imágenes de una tierna chiquita llamada Linda Lovelace engullendo un pene erecto hasta el final como si le fuese la vida en ello. Las mismas pantallas que exhibían los éxitos de la temporada protagonizados por Warren Beatty y compañía, se vistieton de gala para mostrar las habilidades de esta encantadora “cocksucker”. De la noche a la mañana la pornografía se puso de moda, quedaba muy bien pagar el ticket de un cine para ver chupadas y orgías anales. Al poco tiempo de estrenarse la peli de Linda, “Deep Throat” (“Garganta profunda”), vieron la luz otras dos odiseas porno destinadas también a transformarse en clásicos del género: “The Devil in Miss Jones”, con Georgina Spelvin al frente, y “Behind the Green Door” (“Detrás de la puerta verde”) con Marilyn Chambers. Y el universo X ya no volvió a ser el mismo. Atrás quedaron miles de películas baratas y, para qué negarlo, jodidamente malas, destinadas a satisfacer los deseos de los masturbadores solitarios que frecuentaban los antros porno situados en las zonas más marginales de cada ciudad. Atrás quedaron por ejemplo alrededor de 1.000 films de John Holmes, que el divo rodó antes de darse a conocer. Pero para celebrar esos 20 años de porno salvaje, vamos a centrarnos en la historia “conocida” del hard-core USA (sería imposible averiguar qué rodó cada actor y cada director antes del boom de “Deep Throat”, porque la mayoría de películas ni tan siquiera tenían créditos) y a lo largo de dos No Me Judas rememoraremos las hazañas de Seka, Vanessa del Río, Ginger Lynn, John Leslie y toda la pandilla. Para empezar, por supuesto, nada mejor que los gloriosos 70’s, y en el número siguiente le tocará el turno a la década de los 80, que en cuestión de pornografía también fue prodigiosa, y los 90’s que por ahora no se presentan demasiado bien, con tanto condón de por medio y tanta actriz sin carisma.


NO ME JUDAS SATANAS!! 235. Little Richard, de César Martín

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Decía un lector en el Correo del mes pasado que Elvis no puede ser considerado Rey del glam porque era demasiado macho para merecer el título. Eso no es del todo cierto. Elvis odiaba a los homosexuales, O.K., no lo voy a negar, los que convivieron con él afirman que tenía aversión a todo aquel que mostraba tendencias homos. Sin embargo se rumorea que el Rey siempre deseó ser mujer, y hay quien asegura que le inyectaron hormonas femeninas, así que no debía ser tan macho después de todo. En mi opinión Elvis ha pasado a la historia como el indiscutible Rey del glam, de no ser por él dudo que Gary Glitter y otros glam rockers se hubiesen atrevido algún día a subirse a un escenario exhibiendo sus lentejuelas con orgullo. Lo que ocurre es que los glammys no solo han tenido un Rey, sino también una Reina, y ahí es donde entra nuestra estrella de este mes: el fascinante e inigualable Little Richard. Sería injusto adjudicarle todos los méritos a Elvis. El Rey aportó la imagen chulesca de cómic (“Leader of the gang” debería estar dedicada a él), las lentejuelas y esas cosas; mientras que la Reina puso el toque femenino de putón verbenero: los maquillajes, los peinados extravagantes, la ambigüedad sexual, etc. Convirtiéndose en la influencia más directa de Ziggy, Bolan y los Dolls. Si en los 70’s la imagen de los glammys escandalizó a la gente, ¡imaginaos lo que debió suponer la aparición veinte años antes de un sujeto que se pintaba los ojos y que no ocultaba su naturaleza bisexual! Dicen que cuando Elvis llegaba a un estado las madres debían esconder a sus hijas, y cuando era Little Richard quien se presentaba con toda su troupe, eran los hijos los que corrían peligro, y desde luego no es un comentario gratuito. El que se sienta impresionado por las salidas de tono gays de Morrissey o del mierda de cantante de Suede, debería escarbar en la leyenda de Little Richard, y seguro que se llevaría más de una sorpresa.


NO ME JUDAS SATANAS!! 239. Mitomanías, de César Martín

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Todas las mitomanías tienen un lado oscuro y perverso. Es difícil mantener el control y no llevar la admiración por alguien demasiado lejos. Ocurre lo mismo que con el que empieza a drogarse por diversión y termina perdido en ese mundo, o el que se mete demasiado a fondo en la pornografía y acaba consumiendo videos de violaciones reales y muertes, convencido de que eso también es sexo. En el artículo que publicamos sobre Graceland, el portero de la mansión relataba una historia que muestra el peligro de venerar más de lo aconsejable a un mito, ¿la recordáis?, el tío que estaba convencido de que él era Elvis Presley, y que pretendía expulsar al farsante que habitaba en Graceland. Aquel pobre diablo se identificó tanto con su ídolo que llegó a adoptar su identidad. Casos como el suyo los hay a docenas, y la mayoría de ellos tienen relación con Elvis, el artista más imitado, seguido, ridiculizado, etc. A continuación haremos un pequeño recorrido por el, unas veces divertido y otras patético y deprimente, mundo de los imitadores del Rey. Individuos que recurrieron a la cirugía estética para acercarse a su Dios o que se dedicaron durante una vida entera a recrear personalmente todas las fobias y costumbres de su héroe. Elvis negros, mujeres Elvis, super Elvis con antifaces, Elvis prostitutos, niños Elvis... una pandilla de encantadores abortos dignos de figurar en el museo de los horrores de nuestro siglo.


NO ME JUDAS SATANAS!! 240. John Belushi, de César Martín

Divulgación, Otros

Cuando se habla de Rock’n’Roll y Hollywood básicamente hay que citar a tres hombres: Brando, Dean y Presley; fueron los pioneros, quienes sentaron las bases de todo. Lo que ya no está tan claro es a quién hay que nombrar cuando se habla de punk y Hollywood, probablemente a nadie, porque no existe tal relación. El punk fue un movimiento demasiado agresivo e inconformista como para encajar en los rígidos esquemas de Tinseltown. De todas formas si hay alguien que intentó introducir en Hollywood la actitud de “No Future”, el “Slam Dancing” y las canciones de tres minutos cargadas de rabia y frustración, ése fue John Belushi. Desde su modesta posición (poco puede hacer un actor frente a un imperio controlado por grandes estudios y maquiavélicos productores) hizo cuanto pudo por dar a conocer la música y la filosofía de vida de gente como Dead Kennedys, Fear o Dead Boys entre aquellos que dirigían la industria, y tal vez habría logrado su propósito, de no ser porque le esperaba un destino tan trágico y autodestructivo como el del propio movimiento. La existencia de John Belushi fue tan corta y meteórica como la del punk, pero antes de que las drogas y los excesos le borrasen de la faz de la tierra, nos dejó una serie de creaciones irrepetibles (sketches, discos, películas...), es hora de recordarlas.


NO ME JUDAS SATANAS!! 241. Saturday Night Live, de César Martín

Divulgación, Comunicación, Historia, Otros

Después del anticipo del mes pasado, aquí está el No Me Judas dedicado íntegramente a Saturday Night Live que os prometí. Para algunos, esas palabras, “Saturday-Night-Live”, no significarán nada, pero me consta por las cartas que recibo que muchos otros lo seguís como podéis a distancia. El que desee introducirse en el mundo de SNL puede adquirir casi 15 videos recopilatorios que abarcan todas las épocas del programa (en Inglaterra venden algunos). Los que poseáis antena parabólica sólo tenéis que sentaros los sábados a las nueve de la noche frente a la MTV y contemplar los resúmenes de los programas que emiten (reducen los 90 minutos de cada programa a 30, pero menos es nada). En Canal + han programado ya tres de esas cintas que se pueden encontrar a la venta (“The Best of John Belushi”, “The Best of Dan Aykroyd” y “Saturday Night Live Goes Comercial”) y es posible que en el futuro emitan más. Para el que se extrañe al ver tres páginas del Popu dedicadas a un programa de la televisión americana, tan sólo un par de aclaraciones: SNL es la mayor cantera de humoristas americanos de los últimos veinte años, y ha servido de escenario para algunas de las actuaciones rockeras más importantes de la historia de la televisión. Merece estas tres páginas.


NO ME JUDAS SATANAS!! 243. Traci Lords, de César Martín

Divulgación, Otros

Traci, divina Traci, la Diosa del porno sin lugar a dudas. La actriz más excitante del universo X, la única que consiguió engañar a los propios buitres de la industria debutando cuando todavía era una teenager, y la primera en dar el gran salto al cine convencional.  Marilyn Chambers fracasó en su intento y Ginger Lynn todavía no ha logrado un papel que la dé a conocer mas allá del cine de Serie B, pero Traci Lords ya se ha introducido no sólo en el cine standard, sino también en la moda y en el mundillo rockero. Un caso único en la historia del porno, sin duda. Hacía tiempo que deseaba dedicarle un No Me Judas, y por fin aquí está. A la espera de que caiga del cielo una biografía oficial que nos aclare muchas dudas, consolémonos recordando algunas anécdotas y sus films más incendiarios.


NO ME JUDAS SATANAS!! 244. Twisted Sister, de César Martín

Divulgación, Otros

Casi sin darnos cuenta hemos consumido diez años desde el nacimiento de un movimiento que a nadie parece importarle ahora, pero que en su día le alegró la vida a mucha gente, especialmente a aquellos que no conectaban con el pop de la época ni con el heavy más arquetípico. Hablo del Glam de los 80. Si echáis la vista atrás recordaréis que fue más o menos entre finales del 83 y principios del 84 cuando se dieron a conocer a nivel internacional todos aquellos grupos: Hanoi Rocks, Twisted Sister, Motley Crue, W.A.S.P., Wratchild, Ratt, etc. Y por lo que parece no llueven los homenajes. Kurt Cobain no ha mostrado un especial interés en intervenir en el Lp de despedida de W.A.S.P., y Perry Farrell definitivamente no tiene previsto reunir a Twisted Sister para incluirlos en su próximo Lollapalooza. La credibilidad de aquella pandilla de encantadores pintones está por los suelos estos días. Hanoi Rocks es el único grupo glammy de los 80 que goza del respeto y la admiración de las nuevas generaciones, los demás son sólo un mal recuerdo del pasado para la mayoría. Y es una lástima, porque salieron cosas muy buenas de aquello. Un puñado de discos que conservan su fuerza, una actitud juerguista y cachonda que no abunda precisamente en la actualidad, y un sentido del humor que se echa en falta en estos tiempos de confrontaciones raciales y dramas existencialistas que vivimos. Sin olvidar algo importantísimo que poca gente ha tenido en cuenta a la hora de referirse a aquel movimiento: si ahora podemos disfrutar de unos Aerosmith rejuvenecidos y de un auge del Rock duro es en parte gracias a aquellos grupos que son despreciados por media humanidad. Ni recuerdo la cantidad de veces que Ratt y Mötley Crüe alabaron a Aerosmith en las entrevistas. Los consideraban sus maestros, a pesar de lo mal que quedaba hablar de ellos en esos tiempos, y animados por la admiración que les profesaban los nuevos grupos glammys, Steven Tyler y Joe Perry pusieron la maquinaria de la Aeroforce de nuevo en marcha (no exagero, ellos mismos lo reconocieron en su momento). La aportación musical de aquellos grupos puede ser más o menos discutible, pero lo que nadie puede negar es que jugaron un papel importantísimo en el retorno de Aerosmith y en el nacimiento de otro movimiento: el hard rock callejero angelino de finales de los 80. Así que para celebrar que un buen día todos aquellos tipos decidiesen maquillarse como putones baratos y recuperar la esencia del glam menos sofisticado, rendiremos homenaje a la banda más camorrera del universo Twisted Fuckin’ Sister.


NO ME JUDAS SATANAS!! 249. John Waters, de César Martín

Divulgación, Historia, Otros

Las televisiones de nuestro país son un misterio. Cuando definitivamente decides no volver a conectar jamás con uno de esos malditos canales y alimentarte sólo de emisiones extranjeras, te sorprenden con una docena de films terroríficos de Serie B. Paradójicamente la 2 de TVE ha sido el canal que nos ha brindado más aberraciones de un tiempo a esta parte: Ultraman, Russ Meyer, ciencia ficción de los 50’s… y no hace mucho ¡cuatro pelis seguidas del grandioso Jonh Waters! Ese pseudo ciclo dedicado al maestro de la escatología y lo desagradable ha excitado, como es lógico, a los lectores del Popu, y desde hace varios meses llegan a la redacción continuamente extrañas misivas de viejos seguidores del cine de Waters, y de nuevos fans que acaban de descubrirle y desean saberlo absolutamente todo sobre él. Los listados de preguntas son interminables: ¿era realmente un hombre Divine?, ¿es auténtica la escena de la mierda de perro de “Pink Flamingos”?, ¿de dónde diablos salió la mujer-huevo de “Pink…”?, ¿son reales las secuencias de Divine exhibiéndose por la calle en “Female Trouble” y “Pink Flamingos”?, ¿formaban una especie de comuna los actores habituales de Waters?… Demasiadas cuestiones para ser respondidas en el Correo y el Apéndice, de modo que, tal como hice meses atrás con T. Rex, utilizaré el No Me Judas para desvelar todas esas dudas de golpe. Los viejos admiradores del director podéis recrearos rememorando aquella primera vez que penetrásteis en el cine de este hombre, y quienes acabáis de descubrirle encontraréis aquí las respuestas a vuestras preguntas.


NO ME JUDAS SATANAS!! 250. Godzilla, de César Martín

Divulgación, Otros

Algunos años quedan grabados en nuestra memoria a causa de unos pocos acontecimientos históricos. En el caso de aquellos que vivimos para la música y el cine, los datos que nos vienen a la cabeza cuando se habla de un año en particular, por lo general sólo tienen relación con esos dos mundos. Lo habitual es recordar la muerte de alguna celebridad, el estreno de un film-fetiche, un concierto, la publicación de un disco... tal vez no nos venga a la memoria quién gobernaba en tal país o donde se produjo aquél desastre natural, pero ¿discos? ¿películas? ¿conciertos? eso está controlado. Y 1954 significa para mí, entre otras cosas el estreno de "The Wild One" y "On the Waterfront" de Brando, la boda de Marilyn con Joe di Maggio, el debut de la inolvidable Patsy Cline, la polémica grabación de un tema ("The Man I Love") que unió a los geniales Miles Davis y Thelonious Monk, el rodaje de "Al Este del Edén" de James Dean, etc. Pero, por encima de todo, 1954 fue el año en que el mundo conoció a dos monstruos con poder atómico: Elvis Presley ("The Atomic Powered Singer") y... ¡¡¡Godzilla!!! Del primero ya os he hablado largo y tendido en esta sección, de modo que esta vez le toca el turno a la gigantesca criatura nipona, que pronto volverá a sembrar la tierra de destrucción.


NO ME JUDAS SATANAS!! 253. Pin-ups 40-50’s, de César Martín

Divulgación, Historia, Sexualidad

Voy a ser sincero, el No Me judas de este mes, no es más que una excusa para publicar unas cuantas fotos de supermujeres de otra era. Por una vez dejemos las sobredosis de texto a un lado y disfrutemos con la imagen. Dije que no hablaría de pornografía durante una temporada, y por el momento lo estoy cumpliendo. A pesar de lo que puedan pensar algunos, esta vez la cosa no va de porno. No voy a hablaros de chupadas ni de “fist fucking”, sino de algo mucho más inocente: striptease, erotismo… concretamente de las pin-ups que pusieron cachondos a miles de tíos en los años 40 y 50. Este No Me Judas es una prolongación del que escribí sobre Betty Page en septiembre del 92. En aquella época Betty todavía permanecía en paradero desconocido y la sección sirvió para rendirle un homenaje a un espectro del pasado. En 1994 Betty Page ya ha sido localizada, todo el mundo conoce su historia y hasta ha concedido varias entrevistas. Es momento, pues, de hablar de sus compañeras de aquella época, pin-ups legendarias que tuvieron tanta importancia como ella. Si queréis saber cuál es el secreto que esconde la portada del disco “Puta’s Fever” de Mano Negra, qué hay detrás de la película “El escándalo Blaze” de Paul Newman y qué rubia pasó por la cama de Marilyn Monroe, seguid leyendo.


NO ME JUDAS SATANAS!! 254. James Dean, de César Martín

Divulgación, Otros

Quienes piensan que el Rock’n’Roll no es más que un fenómeno “musical”, jamás entenderán por qué diablos nos ocupamos de ciertos personajes en una revista que a su juicio debería estar dedicada exclusivamente a la actualidad musical. Ven mujeres con cuerpos desproporcionados, anfibios con poder atómico y cineastas sucios, y no comprenden nada. Desearían que el Popu fuese un frío catálogo de discos y conciertos. Se quejan porque no encuentran a Mike Oldfield por aquí y me preguntan qué pintan Jayne Mansfield y Blaze Starr en una revista de Rock’n’Roll; por Dios, eso es lo que yo entiendo por una pregunta estúpida, ¡ellas son el Rock’n’Roll!, el que estaría fuera de lugar en las páginas del Popu en todo caso sería el malnacido de Oldfield, y con eso no quiero decir que este individuo esté vetado en la revista, ni mucho menos, es posible que cualquier día vuelva a asomarse por estas páginas, pero es evidente que Mansfield, Godzilla o John Waters encajan más en el Popu que muermos como él. Y bien, especialmente dedicado con todo mi cariño a aquellos que hayan invertido más de cinco minutos de su triste existencia a buscar la esencia del R’N’R entre los surcos del apestoso “Tubular Bells”, ahí van otras cuatro páginas malgastadas, en donde la música va a quedar relegada a un segundo plano, y la ACTITUD va a dominar el relato. El protagonista: James Dean.


NO ME JUDAS SATANAS!! 255. Blaxploitation, de César Martín

Divulgación, Otros

Parece inevitable, cuando un fenómeno masivo se apaga, es necesario dejar pasar diez o quince años para que las masas vuelvan a interesarse por el tema. En la pasada década todo lo que tenía que ver con los 70 se miraba con recelo. Vimos nacer y morir a un grupo ya legendario como Hanoi Rocks y a casi nadie le importó: su error: llegar demasiado pronto, faltaban todavía unos cuantos años para que el mundo volviese a aceptar a bandas influenciadas por Alice Cooper y New York Dolls. Tampoco quedaba demasiado bien hablar de Cheap Trick, los pobres Kiss subsistían arrinconados en el ghetto heavy, Travolta se veía obligado a rodar películas de aerobic, la música de Zeppelin se consideró una anticualla del pasado hasta casi finales de la década, Aerosmith perdieron gran parte de aquellos años humillados por la prensa y al borde de la autodestrucción… en fin, los ejemplos serían incontables. Y con la entrada en los 90, lo inimaginable, ¡todo es 70’s! El director del momento (Tarantino) se declara fan de Tony Manero y devuelve a Travolta a la cima de la industria, el Grunge recupera parte de la estética y el sonido de los 70, nadie se atreve a poner en duda la importancia histórica de Kiss, Sabbath, Zep y Aerosmith, los nuevos grupos versionean otra vez a Cheap Trick en los conciertos (Terrorvision el mes pasado en Zeleste 2 sin ir más lejos, con la clásica “Surrender”), se habla constantemente de Parliament-Funkadelic, por fin pueden encontrarse camisetas de “Starsky y Hutch” y hasta vuelve la fiebre “Star Wars”, con más juguetes, libros, cómics y la cuarta parte de la serie en el horizonte. Quienes amamos aquella inolvidable década tenemos motivos para sentirnos felices. Y entre todas estas inesperadas recuperaciones, destaca el retorno de una de las pesadillas de los cinéfilos serios y sesudos, un género que parecía muerto y enterrado pero que ha resurgido de sus cenizas con más fuerza que nunca: la Blaxploitation. Temblad fans de Wenders y Kieslowski, que los negrazos con gabardinas de cuero hasta el suelo y peinados afro de medio metro vuelven a reinar en la pantalla.


NO ME JUDAS SATANAS!! 256. Thin Lizzy, de César Martín

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Hace pocas semanas la prensa extranjera publicaba una noticia bastante chocante. En la escueta nota se decía que a raíz de una serie de encuestas se ha podido comprobar que la juventud irlandesa actual es menos racista que sus padres y abuelos, y acepta con más naturalidad a las personas de color gracias a… ¿un programa de concienciación social?, ¿el esfuerzo del gobierno por integrar a las diferentes razas en la sociedad “irish”? ¿una huida en masa de los negros hacia otras tierras? Nada de eso, la respuesta al enigma tiene nombre y apellido: Philip Lynott. Curioso ¿no? ¿desde cuándo las estrellas del Rock’n’Roll influyen positivamente en la sociedad? Al parecer, la admiración que sienten miles de irlandeses por Phil Lynott ha acabado con muchas actitudes racistas. Y en el fondo es algo que tiene su lógica. Si eres irlandés y amas el R’N’R inevitablemente tienes que sentir un enorme orgullo por pisar cada día la tierra que vio nacer a este hombre, y sería un poco estúpido mirar a los negros con recelo cuando uno de tus mayores héroes es de color. Tal vez si Phil se hubiese empeñado en profundizar en sus raíces negras, sus conciudadanos no se habrían identificado tanto con él, pero se dio la paradoja de que a pesar de ser hijo de un negro sudamericano, Phil se consideraba un irlandés de la cabeza a los pies, un verdadero patriota obsesionado por las leyendas y los mitos de su país, y su ejemplo ha ayudado a la larga a terminar con muchos prejuicios. Es un dato interesante, uno más dentro de la trayectoria (todavía bastante infravalorada) de este gran compositor e incansable rockero. Pero si estoy hablando ahora de Phil Lynott no es por ese motivo. Yo no soy irlandés y su amor por Irlanda no me toca tan de cerca. Si hablo de Phil es porque él y su banda de toda la vida, Thin Lizzy, consiguieron hacer llegar su música hasta los rincones más oscuros y cutrones de la esfera terrestre (Spain, maravillosa Spain), y en su día viví inolvidables momentos escuchando aquellos grandiosos discos. No fueron exactamente los precursores del Grunge, ni son citados por los Chili Peppers como una influencia básica, tampoco representan una referencia existencial para los grupos poperillos británicos que triunfan ahora, y el jodido Morrissey seguramente no le reserva un papel estelar a Phil Lynott en sus sueños húmedos. No, supongo que no están de moda, pero sólo hay que arañar un poco la superficie para encontrar verdaderas sectas de fans enfermizos de Lizzy, y admiradores secretos tan sorprendentes como el mismísimo Bob Dylan.


NO ME JUDAS SATANAS!! 257. Thunderbirds, de César Martín

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Recientemente comentábamos en las secciones de Correo y Apéndice lo bien que va la ciencia ficción para borrar de tu vida la mediocridad cotidiana, te rodeas de basura irreal y mandas a tomar por culo todo lo que te agobia cada día, solo has de elegir la dimensión de la que deseas formar parte para, seguidamente, fundirte en ella, y de eso trata el No Me Judas de este mes, de entrar en contacto con otros mundos paralelos, en este caso el de las miniaturas, las marionetas televisivas que llenaron de fantasía las vidas de miles de niños, teenagers y adultos en los 60’s, y que en la actualidad son objeto de culto las creaciones legendarias del matrimonio Anderson, aquellos inolvidables “Thunderbirds”, “Captain Scarlet”, “Joe 90”, “Stingray”, “Fireball XL5”, “Supercar” y “Secret Service”, series emblemáticas que reflejan la inocencia de la era que vio nacer a Beatles, Stones, el Agente 007, la segunda generación de superhéroes Marvel (Spiderman, Silver Surfer, Los Cuatro Fantásticos, etc.), la serie “The Twilight Zone” y tantas otras referencias más que algunos tenemos muy presentes. Intentemos, pues, olvidar la realidad durante un buen rato, y viajemos a Supermarionation, el planeta minúsculo, en donde un puñado de marionetas con vida propia pilotan extraños artefactos espaciales y visten las ropas más horteras de la galaxia.


NO ME JUDAS SATANAS!! 258. Jean Harlow, de César Martín

Divulgación, Otros

El Glam vuelve al No Me judas. No el glam-Rock, sino el Glam a secas. Desde aquel tributo de hace unos cuantos meses a las pin-up’s de los años 50, las mujeres legendarias de otra era no habían vuelto a asomarse por estas páginas. Han desfilado últimamente por la sección iconos rockeros (Jimmy Dean y Phil Lynott), encantadoras aberraciones cinematográficas (la Blaxploitation) y marionetas con vida propia (las criaturas de Gerry Anderson). Es un buen momento, pues, para retomar el tema del Glamour y rendirnos a los pies de una de las primeras Diosas de Hollywood, la rubia platino Jean Harlow, una de esas figuras míticas que vuelve a la vida cada cierto tiempo a través de canciones populares y homenajes literarios o cinematográficos, pero que no significa prácticamente nada para la juventud actual, tal vez porque nos dejó hace ya demasiado tiempo (casi sesenta años), antes de que naciese el R’N’R como movimiento, y antes también de que se produjese la revolución del Be-bop. Madonna la citó no hace mucho en su canción “Vogue”, y se disfrazó de Harlow para una de sus sesiones de fotos, pero supongo que eso no ayuda demasiado. La gente oye el nombre de Jean, les suena a algo desconocido, y pasan a otra cosa. Tampoco es que tenga excesiva importancia, a mi desde luego me trae sin cuidado que no se hable de ella: mientras pueda conservar sus películas en lugar seguro, en mi videoteca, el resto me importa bien poco. Aunque no deja de resultar chocante observar cómo cambian las cosas en este mundo, y la poca relevancia que tiene en los 90 una mujer que significó tanto en Hollywood seis décadas atrás.


NO ME JUDAS SATANAS!! 260. De Niro / Scorsese (I), de César Martín

Divulgación, Historia, Otros

Lo comentábamos en el Correo el mes pasado. No es fácil ser fan de Robert De Niro en estos tiempos que corren. Aquella fuerza de la naturaleza que en su día encarnó personajes ya legendarios como el Johnny Boy de “Malas Calles” o el Travis Bickle de “Taxi Driver”, no tiene reparos en rodar películas tan vacías como “Nunca fuimos ángeles”, “Llamaradas” o “Night and the City”, chapuzas indignas de alguien con semejante historial a sus espaldas. Por supuesto no todo son fiascos, todavía demuestra en contadas ocasiones que, si lo desea, no tiene rival posible en la pantalla (no hay que olvidar aquel tremendo Max Cady de “El cabo del miedo”), y sigue protagonizando films modestos pero interesantes (“Jacknife”, “Guilty By Suspicion”...). Sin embargo, su nombre ya no garantiza una gran película, ahora antes de desplazarte al cine a ver un film de De Niro debes tener en cuenta otros factores: director, compañeros de reparto, guión, etc. Se acabaron los tiempos en que preparaba cada personaje con una minuciosidad enfermiza, poniendo a prueba su cuerpo y su mente; desde que controla la productora Tribeca, está obligado a involucrarse en proyectos menos ambiciosos. Y no por ello merece que maldigamos sus huesos, De Niro se ganó el cielo hace muchos años y está en su derecho de tomarse las cosas con más calma. De todas formas es imposible no sentir nostalgia del pasado, su trayectoria desde principios de los 70 hasta mediados de los 80 es casi perfecta, pocos actores en la historia del cine han conseguido encadenar películas de un nivel tan alto durante un plazo de tiempo tan largo.


NO ME JUDAS SATANAS!! 263. Freaks de Tod Browning, de César Martín

Divulgación, Otros

En el Popu utilizamos a menudo el término “freak”, es una palabra muy útil para definir a distintos tipos de personas. Quienes vivimos la música y el cine con mas pasión de lo normal tenemos una naturaleza bastante freak; nos guste o no, somos diferentes del ciudadano medio. Pero si queremos ser rigurosos a la hora de aplicar el término, la verdad es que existen otros seres más merecedores de la citada etiqueta, gente con deformaciones físicas y mentales que están condenados a vivir al margen de la sociedad, o que se integran con dificultad pero jamás logran encajar del todo en su respectiva comunidad. De ellos, y más concretamente de quienes han triunfado en el cine, va a tratar este capítulo. En las siguientes páginas reviviremos las glorias y las miserias de los protagonistas del mejor film que se ha rodado hasta ahora sobre esos seres tan especiales, “Freaks” (“La parada de los monstruos”, 32) de Tod Browning, y de paso recordaremos a otros freaks cinematográficos del pasado y el presente.