El mal, la tortura, el endemoniado testamento de un hombre que mueve los hilos de las vidas de los demás y la violencia que engendra la dictadura de los Coroneles en la imaginaria República de Leonito son los ejes de El niño de los coroneles, que se plantea como una constante resolución de enigmas.El encargo que recibe el periodista Luis Ferrer —entrevistar a un mítico líder de la guerrilla— inicia una trama que nos arrastra hacia la misteriosa montaña Profunda de Leonito para trasladarse, inesperadamente, al París ocupado por los nazis. El vértice de estos escenarios será el punto de partida del viaje de Ferrer hacia su propio pasado, que culminará en el descubrimiento de la que pudo haber sido su verdadera y aterradora identidad.Junto a Ferrer, dos hombres, dos destinos cruzados —el fascinante y perverso Victor Lars y el atormentado impostor Jean Laventier— son los dos grandes protagonistas de una historia que consigue apretar las teclas exactas de la intriga. Construida en una alternancia insólitamente fluida de primera, segunda y tercera persona, El niño de los coroneles propone una turbadora aproximación hacia esa zona de sombra donde el Bien y el Mal pueden cambiar de identidad.
Los Drummond, de Canadá, son dos hermanos, una hermana, unos padres divorciados y una madrastra que, juntos, constituyen la familia mas disfuncional que haya podido registrar la psiquiatría mundial.La historia empieza cuando viajan todos juntos hasta Cabo Cañaveral para presenciar el lanzamiento del transbordador espacial. Sarah Drummond, la única hija aparentemente normal, es uno de los astronautas que viajara al espacio. Por una u otra causa, todos menos ella tienen motivos suficientes para convertirse en serios candidatos a una muerte prematura. El hermano mayor, Wade, descubre que es seropositivo, pero solo después de que una bala disparada por su padre le atraviese el hígado y se aloje en el esternón de su madre. La madrastra, Nickie, se ha acostado con Wade y eso, a juicio de su padre, bien vale un tiroteo. Nickie, claro, también se une al club de seropositivos. No contentos con sus propias desgracias, los Drummond se mezclan en una espeluznante aventura en la que un contrabandista con problemas cardíacos no sobrevivirá a Disneyworld y un farmacéutico multimillonario y excéntrico intentara hacerse con una carta robada del ataúd de la princesa Diana.Todas las familias son psicóticas constituye un delirante paseo por el drama de la convivencia típica de nuestro siglo, pero Douglas Coupland ha sabido destilar en el limite de todas las situaciones tanto la miseria como la grandeza de sus personajes, la dignidad, en fin, que los hace humanos. He aquí la quintaesencia de nuestro siglo en una historia divertidísima y dura, violenta y tierna como pocas.
Qué nos pasa cuenta lo que podría haber sido la historia de un gran amor.
Él, Arturo, tiene una sonrisa de seductor a lo Clark Gable, según le decía su madre. Ella, Adela, es una mujer de cuerpo alegre, caderas amables y ojos tristes, que dejó plantado a su marido sin saber muy bien por qué.
Ambos coinciden en un breve episodio de turismo de masas. Ella va a pasar cinco días en Atenas para distraer las penas de amor de una amiga. Él se cree un peregrino moderno y no deja de pensar que al pie del Partenón encontrará un destino que lo liberará de una vida monótona y mediocre.
En esta historia de sueño y soledad no hay certidumbres ni consuelo, sólo preguntas que desnudan la apariencia de las cosas para delatarlas en una suerte de cómico desamparo. ¿Qué nos pasa en realidad? ¿Qué le pasa a nuestro mundo? ¿Por qué lo hemos convertido en un infierno? ¿Por qué nos cuesta tanto amar?
La respuesta es una novela brillante y dolorosamente irónica que se lee de un tirón.
El camino de los Ingleses es la historia de un grupo de adolescentes, no tan adolescentes puesto que alguno ya estudia en la universidad. La historia está narrada por un espectador cercano, adolescente también —acaso el propio Soler—, y se desarrolla en el entorno de uno de los barrios o mezcla de barrios con solera de la ciudad de Málaga: el contorno urbano que va desde el Camino de Antequera hasta el eje de las calles Martínez Maldonado y Eugenio Gross.Hay múltiples historias dentro de esta novela, tantas como personajes tiene, y de éstos hay un buen montón. Aunque la trama gira en torno a un muchacho, pobre, dependiente de una droguería, al que le extirpan un riñón y el vecino de cama en el hospital le regala un ejemplar de La Divina Comedia. A partir de aquí, Miguel Dávila, el chico, se hace poeta y ya todo es posible o imposible, según se mire.
En el marco del horror de uno de los campos de concentración más crueles del Tercer Reich, que la historia ha situado como paradigma de las barbaries del Holocausto, también se dieron algunos paréntesis de contento y pequeñas victorias de los presos. Uno de estos momentos fue, sin duda, la única boda que se celebró en el campo, la del preso austríaco Rudi Friemel y la española Marga Ferrer. Fue un casamiento con un pequeño banquete, inscripción en el registro y noche de bodas en el prostíbulo de las SS. Fue una pequeña victoria que no mejoró el desenlace de sus vidas: no volvieron a verse y Rudi fue ejecutado antes de que llegaran las tropas aliadas; pero en la vida de todos los presos, de los que sobrevivieron y los que no, aquel acontecimiento supuso una pequeña dosis de energía y esperanza para soportar la humillación y su vida miserable.
La realidad depende siempre del punto de vista. El protagonista de Ático es un programador de juegos de ordenador que pretende crear el mejor producto del mercado. Para ello, se recluye en un ático urbano donde pretende encontrar la concentración necesaria para acometer tan difícil empresa. Su desconexión con el mundo exterior se interrumpe de manera intermitente con sus contactos con los vecinos de la azotea de enfrente, de origen magrebí. Su amistad con estos vecinos le sirve de aprendizaje y su escaso contacto con la realidad va impregnando su portentosa creación virtual.
Esta novela, que provocó un notable escándalo en su país en el momento de su publicación, supone un prodigioso ejercicio narrativo tanto desde el punto de vista del estilo como del estructural. El lenguaje crudo y preciso y el elevado tono erótico de Deseo, rompe con todas las convenciones de lo que se ha venido llamando la literatura femenina.El director de una fábrica de papel, atemorizado por los peligros del sida, se fija de nuevo en su esposa para hacer uso de ella como de las prostitutas que había frecuentado hasta entonces. En la confortable residencia del matrimonio se suceden unas escenas de extraña obscenidad y de violencia inusitada, bajo la mirada de su propio hijo, como una crónica de los diferentes mecanismos posibles de dominación en el seno de la pareja. La mujer, desesperada, encontrará otro amante más joven que, a la postre, le convertirá en su nuevo verdugo.Deseo, que se ha comparado con Historia del ojo, de Bataille por la crudeza de su prosa, es una dura crítica contra la presunta placidez de la burguesía y su supuesta liberación sexual.
La vida de una compañía de circo formada por enanos singulares y arrogantes, una trapecista bellísima y lasciva, un director con un pasado esplendoroso pero perdido y otras figuras extravagantes estalla a raíz de la extraña muerte de uno de ellos y de las maniobras del director para ocultarla a la justicia. Entonces, en una noche oscura y turbia como el infierno, afloran las pasiones que desgarran a la compañía en un teatro de secretos y vanidades complejo como la vida misma. Con una prosa brillante, repleta de fulgores poéticos, Antonio Soler da voz a un ser desgarrado por sus pasiones inconfesables que pugna por comprender la conjura de la realidad. Un relato fascinante, que atrapa, escrito con gran maestría verbal.La novela cuenta con unas ilustraciones brillantes y originales de Riki Blanco.
En una tensa partida de ajedrez, un adolescente es derrotado por un muchacho de su misma edad, Roderer, el vencedor, recién llegado al pueblo, se va revelando de a poco como un genio oscuro, inmerso en una búsqueda extraordinaria. El relato avanza narrando en contrapunto la vida de los dos protagonistas frente a las tentaciones del mundo, lo demoníaco y lo maligno, la seducción de las mujeres, las formas precarias de existencia, la droga, la guerra e incluso la muerte. Roderer está dispuesto a sacrificarlo todo para obtener lo único que necesita: tiempo. Tiempo para la culminación de su solitaria empresa. Guillermo Martínez ha construido una novela compacta, de suspenso y ambigüedad incomparables, en donde los mágicos círculos sucesivos de la trama desenmascaran un universo donde la inteligencia se opone una y otra vez al genio, así como la vida al mundo intelectual.
Amelia, Amparo, Ana y Silvana: cuatro mujeres que aman, pero no son correspondidas como ellas quieren. Amelia es una cincuentona que siempre ha vivido bajo la presión de una madre posesiva que ha borrado su juventud, ahora se siente sola y necesitada de alguien que la ame, pero encontrar a la persona ideal a esta edad es complicado; Amparo es la amante de Vicente, un hombre casado que no piensa abandonar a su mujer por ella, lo que desemboca en la angustia constante de una mujer anhelante de pasión; Ana sufre el mismo problema que Amparo, es la amante de Juan Carlos, otro hombre machista que quiere jugar a dos bandas, haciendo sufrir a ella y a su mujer sin importarle demasiado los sentimientos de ambas; Silvana está casada desde hace unos años por obligación materna, después de que su actual marido la dejara embarazada por accidente cuando eran adolescentes, y los matrimonios forzados no suelen funcionar, por lo que tarde o temprano, las astillas salen por algún lado. Todas se conocen, son amigas, y todas sufren por amor.La autora se pregunta cuántos tipos de amor pueden haber, y cuál es el preferible. ¿El de la esposa abnegada? ¿El de la amante despechada? ¿El de la adúltera? ¿El de la compañera, la cómplice, la amiga? ¿Cuál de ellos da la felicidad? Y sobre todo, ¿somos capaces de reconocer la felicidad una vez que la encontramos?
Las voces del Pamano es una novela sobre las luces y las sombras de la guerra, de los vencedores y los vencidos, y los héroes y los villanos; sobre la fuerza de la vivencia y la fragilidad del recuerdo histórico. Es una novela coral acerca de las complejas historias que se ocultan tras la gran historia en mayúscula de la Guerra Civil, cuyo eco perdura a lo largo de toda la posguerra y la transición hasta nuestros días.Tina, una pacífica maestra, fotografía al azar una escuela de un pequeño pueblo de un valle del Pallars que está a punto de ser demolida. Tras la pizarra, se encuentra una cajita que contiene una larga carta escrita en un cuaderno escolar que jamás llegó a su destinatario. Poco a poco, Tina se irá adentrando en la memoria de esos valles e irá desvelando las piezas de una historia de maquis, falangistas y héroes anónimos envuelta en la bruma del olvido y la tergiversación, que se mezcla con los vuelcos de su propia vida.
Rita Albera toma la palabra en un tono provocador para dirigirse a su madre y desgranar una relación nada fácil y a menudo controvertida que intenta, sin embargo, salvar con una firme voluntad de acercamiento, armonía y deseo de ternura.
Situaciones cotidianas, pequeñas felicidades y dramáticos fracasos van construyendo la historia de una familia como tantas otras, desde los años treinta hasta la guerra civil, la dictadura y la transición a la democracia.
País íntimo es también la historia de dos mujeres; una madre esquiva y herida por una injusticia, imposibilitada para la alegría e incapaz de perdonar, y su hija, desdoblada entre el pueblo natal y la gran ciudad, abierta al amor y a la amistad, y que ansía liberarse del injusto legado que le ha tocado en suerte.
Ilusionistas que dominan el secreto de la invisibilidad, viajeros imaginarios, interpretadores de sueños, cazadores a sueldo que ansían la aparición de un animal prodigioso, bazares encantados, seres inmortales que deambulan por el mundo a lo largo de los siglos, abogados que aprenden a no tener conciencia, civilizaciones del futuro en las que se rinde culto a objetos del pasado, personajes miedosos que no logran interpretar la realidad, amas de casa que creen vivir en un laberinto, fracasados que siguen acariciando sus quimeras, escritores en pugna, muertos que transgreden las leyes de la muerte, comerciantes de secretos. Cualquier cosa es posible en estos relatos, en estas historias breves que revelan la condición caleidoscópica de la realidad, sus armonías anómalas y sus sinsentidos razonables. Felipe Benítez Reyes es un escritor tocado por la magia. De magias posibles y de realidades improbables trata este volumen, que reúne la totalidad de su narrativa breve: los libros Un mundo peligroso (1994), Maneras de perder (1997) y el hasta ahora inédito Fragilidades y desórdenes.
«La aventura se presenta y, como siempre, lo hace en forma de miedo y amenaza. La hija del cabecilla hampón del barrio ha sido violada y asesinada. Los dedos acusadores apuntan al Watusi, un individuo famoso en el barrio al que Pepito el Yeyé parece tener como héroe. Fernando Atienza y Pepito parten en busca de ese misterioso personaje para avisarle de que fuerzas despiadadas le buscan para vengarse. Ese día, el 15 de agosto de 1971, la pareja recorrerá la ciudad desierta bajo una interminable tormenta de verano, un lugar que se irá convirtiendo poco a poco en el espacio de los sueños de cada uno de nosotros; el bosque brumoso donde escapamos, donde nos aterrorizamos, donde conocemos el misterio, la magia, el sexo, el placer, la mentira, el desengaño y las convicciones que nos convierten en los seres humanos que, por suerte o por desgracia, acabamos siendo. En esa búsqueda que se convertirá en fuga, el adolescente Fernando Atienza averiguará también quién es el Watusi. Y el Watusi es el rey del ritmo, un bailarín pero también un criminal, un filósofo, un mercenario, el guardián de la alegría y el mensajero de la muerte, un secreto que recorre las calles como el viento, aquello que nuestra imaginación quiere que sea y, a lo mejor, muy poca cosa».Con estas palabras, esbozaba su autor el arranque de El día del Watusi, que incorpora en la presente edición las correcciones que había ido introduciendo al manuscrito. Francisco Casavella murió repentinamente a los 45 años, el 17 de diciembre de 2008, mientras escribía una nueva novela que recuperaba a Fernando Atienza, protagonista y narrador de la presente. Tampoco él había podido abandonar al Watusi.Posiblemente sea ésta una obra que cifra su modernidad en una cualidad mitificadora, resultado de una sutilidad y plasticidad infinitas. La leemos así como una novela llena de inventiva, en eterno movimiento, que posee el don de representar el desorden contemporáneo, y de vencerlo. La obra de un autor que gana nuevos lectores día a día.
Sandra ha decidido retirarse a un pueblo de la costa levantina: tiene treinta años, ha dejado el trabajo y, embarazada de un hombre del que no está enamorada, pasa los días en una suave inapetencia, intentando aplazar la decisión de qué hacer con su vida.En la playa conoce a los Christensen, un matrimonio de octogenarios noruegos instalados desde hace años en el pueblo que la ayudan tras sufrir un mareo y la tratan como los abuelos que no ha tenido. Karin y Fredrik parecen la solución a los problemas de Sandra e incluso le ofrecen un sueldo por acompañar a Karin a las sesiones de rehabilitación, los paseos o las compras.Nadie diría que esas tres vidas unidas al azar constituyen la razón de ser de Julián, un anciano que acaba de llegar de Argentina y que sigue paso a paso las idas y venidas de los noruegos. Un día Julián aborda a Sandra y le revela detalles del pasado absolutamente insospechados. Le cuenta, por ejemplo, que él es un superviviente del campo de Mauthausen, el campo de concentración que a Sandra sólo le suena por alguna película o algún documental, un horror en blanco y negro que no tiene nada que ver con ella. Y que los Christensen no son lo que aparentan ser. Aunque al principio Sandra no le da mucho crédito a Julián, poco a poco empezará a mirar de una forma nueva las costumbres, los amigos, las palabras y los silencios de la pareja de ancianos, sin darse cuenta de que el fin de su inocencia está poniendo su vida en peligro.Lo que esconde tu nombre es un subyugante relato de terror sin efectos sobrenaturales, y es también, y ante todo, una absorbente novela sobre la memoria y la redención de la culpa.
Un psiquiatra de La Sorbona especializado en mentes criminales viaja a la Barcelona de 1956. Quiere realizar un estudio sobre el caso de Teresa Pla Meseguer, llamada La Pastora, una mujer acusada de veintinueve muertes.Se trata del maquis más buscado por la Guardia Civil, y se ha convertido en una leyenda popular porque sigue libre. Sólo un periodista barcelonés parece tener claves importantes en torno al personaje, pero lo que el viajero francés le propone es algo fuera de lo normal: no desea datos sobre Teresa sino un encuentro cara a cara.El idealista Lucien Nourissier y el cínico Carlos Infante emprenderán ese viaje a las tierras del Maestrazgo, donde se esconde su casi imposible objetivo. A lo largo de su investigación deberán sortear la vigilancia de los guardias, distinguir las pistas verdaderas de las falsas y esquivar los mil obstáculos que les salen al paso. La novela se convierte entonces en una búsqueda, en una huida, en una aventura que nos descubre las miserias y la humanidad de una España terrible.
Nacido en el seno de una familia de la burguesía barcelonesa, el pequeño Adrià estuvo sometido desde su más tierna infancia a la tiranía de unos padres obsesionados en hacer de él un prodigio de las letras y de la música. Su único consuelo eran aquellas tardes en la tienda familiar de antigüedades o en el laberíntico piso del Ensanche, donde se refugiaba dando rienda suelta a la imaginación junto al sheriff Carson y el indio arapaho Águila Negra, dos muñecos que pronto se convertirían en sus inseparables confidentes. Precisamente en el despacho de su padre, Adrià supo por primera vez de la existencia del Vial, un violín Storioni codiciado por músicos y coleccionistas de todo el mundo, cuya historia escondía un sinfín de crímenes y episodios poco edificantes. El modo en que este instrumento acabó en manos de los Ardèvol marcará para bien y para mal el destino de Adrià y el de sus seres queridos.
Un siglo de la historia de Europa que tan solo dura el fugaz momento en que una bala sale de un fusil y llega a la frente de un soldado en los campos de batalla de Verdún.Las trincheras de la Gran Guerra; el derrumbe de la despreocupada e indolente Viena fin de siècle; la Praga mágica de autómatas y leyendas, atravesada por los totalitarismos; el campo de concentración de Terezín y la clínica de exterminio de Hartheim; el mundo de la demencia en Steinhof, la ciudad de los locos; la cárcel de represión comunista de Léopold. Son los escenarios para la memoria del siglo XX que se suceden a través de una saga invisible que recorre todo un siglo de la historia de Europa, mientras un joven checo, Jaroslav, tras desertar del ejército austrohúngaro aguarda en las trincheras de Verdún el fin de la batalla y de la guerra.
En los años ochenta, cuando Verónica tiene 9 años, descubre en la vieja cartera de su padre la fotografía de una niña que jamás ha visto antes, una foto acerca de la cual su intuición le dice que mejor no preguntar. Ha vivido toda su vida con la percepción de que, tras la tristeza de su madre, las discusiones y los silencios en casa, había algo de lo que nadie parecía querer hablar. Años después, la muerte de la madre enfrenta a una Verónica adolescente con un pasado del que lo desconoce casi todo, un pasado robado que la acerca más y más a esa niña de la fotografía, en una búsqueda sin retorno cuyo final Verónica está muy lejos de imaginar. Un gran secreto y una vida perdida guiarán a Verónica en la carrera hacia una verdad difícil de desentrañar y que se empieza a revelar como muy peligrosa.
Román es un profesor universitario jubilado al que invade la nostalgia de los días luminosos de la pedagogía en que fascinaba a sus alumnos despertándoles el amor por el saber y ayudándoles a alcanzar una vida más noble y más alta. Entre sus antiguos alumnos están Elena y Eugenio, una pareja de médicos a los que todavía trata y con los que ha establecido complejas relaciones en lo intelectual y en lo sentimental. Por otra parte, halagado por el interés hacia su persona que demuestra un joven periodista, Héctor, permite que éste entre en su vida sin sospechar que el pasado torturado del nuevo personaje le atrapará en una situación en la que es incapaz de tomar decisiones, de comprometerse con el drama al que asiste. Con una escritura tensa, vibrante, que deslumbra tanto por los hallazgos plásticos como por la indagación filosófica, El temblor del héroe es a la vez un acto de fe en la literatura como territorio donde plantear los grandes asuntos: la confianza y la traición, la posibilidad de arrepentimiento, la culpa, la cobardía, el valor, el sentido de la existencia.