Kim es extrovertida, le encanta salir de fiesta y no sabe lo que la palabra orden significa. Alex es callado, ordenado en extremo y un genio de la computación que prefiere quedarse en casa diseñando programas en lugar de salir. Y aunque ellos no tienen mucho en común, han sido mejores amigos desde niños. Ella confía en él más que en nadie. Él la defenderá de cualquiera que intente lastimarla. Pero cuando Alex hace una confesión, su amistad termina y sus corazones se rompen. ¿Podrán retomar su amistad o no quedará espacio para el perdón?
Os puedo asegurar que esta no es una de esas historias en las que el amor es fantástico. No es una historia de «chico y chica se enamoran, él hace una gilipollez y ella se larga, pero él se da cuenta de su error y vuelven como si nada». Una de esas historias en las que todo el mundo llora mientras le salen corazoncitos de los ojos. No. Esta es una historia de amor real, como la vida misma. Una historia donde conocí a esa parte oscura de mí misma. Le dije hola sin darme cuenta y, cuando menos lo esperé, ya no era esa chica de veintiséis años que empieza a tener éxito en la vida. Retrocedí en el tiempo, a la adolescencia, y mi vida se volvió oscura con él. Pero empecemos desde el principio. Empecemos con el momento en el que mi vida, sin yo saberlo, comenzó a quebrarse a mi alrededor.
Franz Westen, un escritor que intenta superar su alcoholismo y la muerte de su esposa, se dedica a novelizar la serie televisiva Profundidades extrañas. Pese a que es un hombre culto y plenamente consciente del ínfimo valor que se conceden a sus libros, se toma en serio su trabajo, compartiendo su vida con algunos vecinos de un edificio situado en San Francisco. Su amor a los libros antiguos le llevará a conocer Megapolisomancia, Una nueva ciencia de las ciudades, una ciencia que versa sobre el lado más oscuro de las ciudades modernas, y un enigmático personaje: el ocultista Thibaut De Castries. Poco a poco se irán conociendo las implicaciones del ocultista con el círculo de San Francisco, a principios del siglo XX, con autores de la talla de Jack London o Ambrose Bierce, y la influencia ejercida sobre un joven prodigio, Clark Ashton Smith, quien después de aquel primer flirteo se enclaustraría en su granja. La muerte del enigmático personaje dejó muchas preguntas en el aire, y el novelista se va obsesionando cada vez más por desentrañar la madeja, sin ser consciente de que todavía quedaba una baza por jugar, Nuestra Señora de las Tinieblas. Lentamente, la alocada teoría del ocultista empieza a cobrar sentido para él. ¿Existió realmente? ¿Cuál fue su papel? ¿Dónde se encuentra?.
Cinco mujeres, cinco relatos, cinco fantasías distintas. ¿Quién no ha soñado con mantener una relación con un extraño a quien no vayamos a ver nunca más? ¿O con aquel compañero de trabajo que nos quita el sueño? ¿Tal vez tu fantasía sea un hombre con bata blanca? ¿O por qué no una mujer? La popular autora Alicia Gallotti nos ofrece una fiesta para los sentidos donde la mujer y sus fantasías más íntimas son las protagonistas.
UNA HISTORIA DE CINE… Keara y Alan se conocen desde siempre y han sido inseparables durante muchos años. Su infancia transcurre en dos ranchos vecinos de Texas y sus familias son como una sola. Su afición al teatro y una conveniente casualidad, los arrastran a introducirse en el mundo del cine hasta triunfar en Hollywood: Ella como una gran actriz, él como uno de los mejores directores de cine de Los Ángeles. Su divorcio los lleva a una separación total tras muchos años de cercanía y convivencia, que se destruyen en poco tiempo. Han pasado cinco años sin saber el uno del otro, cuando el rodaje de una película los vuelve a unir; ella debe interpretar el papel de su vida y él la dirigirá. Keara se enfrenta a una doble actuación: la de su trabajo y la de su vida real. Una dura prueba que los llevará a volver a mirarse cara a cara, a recordar el pasado y a plantearse los errores que ambos cometieron.
El sueño de Samantha ha sido desde siempre llegar a ser una bailarina famosa en una importante compañía de ballet y está en el buen camino para lograrlo. A pesar de tener un compañero de baile como Lev, al que siempre ha admirado, nunca ha logrado dejar de pensar en Gabe, su vecino y amigo de toda la vida… ¿Es posible que ahora tengan una oportunidad? Todo parece indicar que sus deseos se harán realidad, cuando tiene lugar un hecho que desencadena en la mayor injusticia que Samantha es capaz de imaginar. Gabe deberá poner todo su empeño en apoyar a Sam y convencerla de que, a veces, tirar la toalla no significa perder, sino enfrentarse a un nuevo reto y una nueva ilusión.
Tercera entrega de la TRILOGÍA NUESTRAS VIDAS. ¿Queréis conocer la historia de Nick y Tanya? Si habéis leído las anteriores novelas, MI MEJOR ACTUACIÓN (1) y MI MEJOR BAILE (2), ya sabéis quienes son los protagonistas. Siempre se han rondado, pero ahora se encontraran cara a cara… Esta es la historia de Tanya y Nick. La historia de sus vidas. Ella nació en Harlem y tuvo una infancia y adolescencia difíciles. Para él todo fue fácil en el rancho Acker, en Houston, pero se enamoró de quién no debía. Sus caminos se cruzan debido a sus trabajos y, en algún momento, las cosas empiezan a cambiar. Tanya esconde sucesos importantes de su pasado y Nick quiere averiguar todo de ella; incluida la razón de su odio hacia el grupo de los Garage Singers, que Nick representa. ¿Qué ocurrió en la adolescencia de Tanya? ¿Cuándo reconocerá sus sentimientos por Nick? ¿Qué elecciones deberán decidir su futuro? Averígualo leyendo la tercera y última entrega de la Trilogía Nuestras Vidas.
«Nuestro padre San Daniel» (1921) y «El obispo leproso» (1926) constituyen las dos partes de una novela en la que se nos muestra la vida y la muerte de una ciudad levítica, Oleza, trasunto de Orihuela, a finales del siglo XIX, y las pasiones, las crueldades, los amores, los odios, los sacrificios y los heroísmos de sus habitantes. La magistral prosa de Miró intensifica esta honda meditación, realizada con lucidez y amor, sobre la condición humana, el poder transformador del tiempo y la búsqueda de la felicidad, dando cuerpo a un mundo complejo y denso, percibido y gozado con demorada sensualidad mediante los cinco sentidos. El propósito mironiano de «decir las cosas por insinuación» afecta a todos los estratos de la novela, y sitúa al escritor alicantino entre los más radicales renovadores de un género que, en aquellos años, estaba sufriendo profundos cambios. Esta novela original y deslumbrante, profunda y emotiva, viene a ser la culminación de la novelística de Gabriel Miró y una de las obras maestras de la novelística española. La unidad de la obra reside en el especial tratamiento temporal y la organización del texto, con una trama desarrollada entre la llegada y la muerte del obispo. El motivo del ferrocarril, metáfora de modernidad durante el XIX, desencadena la lucha entre tradicionalistas y liberalistas. No es una simple censura de la vida provinciana. Nos encontramos con varias dialécticas: lo tradicional frente a lo liberal, el amor frente al egoísmo, el principio de autoridad frente al instinto. El tema de la profunda tristeza que imprimen los deseos insatisfechos vertebra todo el libro. En «Nuestro Padre San Daniel», primera parte de dos novelas, Gabriel Miró recrea la Orihuela de su infancia y la España de su tiempo convocando a la vida a Oleza. Puebla de vida sus calles provincianas y va pintando aquí y allá olores y ambientes que, no obstante estar recién hechos, evocan calles olvidadas en la memoria, árboles vistos en la infancia y verdores de otros campos en días más felices. Se trata de una «novela de capellanes y devotos», como advierte el subtítulo. Aunque lo mismo podría decir «novela sensual y anticlerical». Por extraño que pueda parecernos ahora, en su momento fueron vistas ésta novela y su par, «El obispo leproso», con escándalo. Miró nos presenta un fanatismo inculto y una fe mágica hacia el patrono San Daniel, hacedor de milagros absurdos que exige almas escrupulosas de conciencia esdrújula, que convive en perfecto maridaje con una moral estoica en apariencia pero más bien hipócrita.
Desde el mismo momento en que Poncio Pilatos se convirtió en gobernador de Judea, la represión más inclemente cayó sobre los grupos que luchaban contra el poder romano, lo que a su vez dio lugar a una violenta espiral de muertes y venganzas y a la aparición de numerosos «mesías» que propugnaban la conquista del reino de Dios mediante la violencia. Tanto para los dirigentes judíos más moderados como para Tiberio, la situación estaba llegando a unos extremos insostenibles que sólo podía resolverse con ingenio y sangre fría. Gracias a las maniobras de un astuto agente especial hispano, Lucio Valerio Anduco, Roma decidió convertir al más singular de esos «mesías», Jesús de Nazaret, en un agente secreto al servicio del imperio, sin que ni siquiera el mismo Jesús fuera consciente de ello. En una espléndida trama que nos lleva de un extremo a otro del Mediterráneo, Franco Mimmi envuelve al lector en una escalofriante operación de ingeniería política que, al mismo tiempo, retrata con toda fidelidad las tensiones sociales en la Judea del siglo I a. C. y propone una agua reflexión acerca de los vínculos entre la religión y la política.
Un joven se encamina a Londres para aceptar una herencia paterna que, según estipula el testamento, tan solo podrá disfrutar si se casa con Bella Wilfer, una hermosa muchacha a la que nunca ha conocido. Poco antes, sin embargo, aparece flotando en el Támesis un cadáver que la policía identifica con el joven heredero. Es el principio de una onda que afectará a toda la sociedad londinense.
«Soy demasiado moderna»: Michèle de Burne, viuda de un «varón brutal», ha tomado la «decisión de no volver a comprometer nunca su libertad». Ahora es una de «esas elegidas que París adula» y en su salón artistas y hombres de mundo se rinden ante ella, que «se conoce a sí misma de maravilla porque se gusta más que nada en el mundo; y nunca se equivoca en la forma de conquistar a un hombre». No se equivoca, en efecto, con André Mariolle, un diletante que nunca ha sido nada porque nada ha querido ser, y que, al conocerla, siente cómo se tambalean los principios de su vida aletargada y todas sus expectativas de lo que debe ser el amor y lo que debe sentir un corazón. «Nuestro corazón», la última y sin duda más moderna novela de Maupassant, más que una crónica de amores mundanos, es el sagaz análisis de una crisis de identidad masculina ante la revelación de una mujer que ya no responde a los patrones de la pasión y del placer, sino que parece encarnar «el comienzo de una generación» que deja atrás a los hombres. Sin renunciar a su lenguaje de posesiones, caricias y sentidos embriagados, ni a su prosa tan inspirada como inspiradora, Maupassant inicia un nuevo capítulo en la historia de la literatura íntima que prefigura, con todos los honores, los dilemas eróticos del siglo XX.
Jim Wormold, un simple vendedor inglés de aspiradoras que habita en la Cuba de Batista sin más ambiciones en la vida, decide servir de espía a los servicios secretos británicos para costearle los estudios a su hija. No obstante, y ante la falta de habilidades y vocación como espía, Wormold decide inventarse los informes que les envía a sus superiores. Entre otras cosas, les manda a sus jefes en Londres, en lugar de planos de bombas, planos de sus propias aspiradoras, que sin embargo, «cuelan» en el servicio secreto de Su Majestad, servicio que tiene en gran consideración sus informes.
Un juego entre amantes. Una obsesión. Un tipo de amor que lleva a la muerte. Un thriller distinto, una perturbadora vuelta de tuerca al suspense psicológico. Él dice que es amor. Para ella es obsesión. Mike y Verity llevaban nueve años juntos. Su relación era especial y les encantaba llevarla al límite con un juego muy personal, irresistible. Una prueba de amor y deseo eternos. Por eso, cuando Mike recibe la invitación a la boda de Verity sabe que lo único que ella quiere es que juegue, y él jugará hasta el final.
Fernando, su protagonista, se busca en las cosas como en un espejo, investiga el límite que lo separa del mundo y entrevé «con un temblor inteligente, sensible y sensual» la unánime insustancialidad de los objetos exteriores y del sujeto que está en el centro de su experiencia. El juicio sumario de la historia tal vez condenaría a la pareja que Fernando forma con Rita como a ejemplares arquetípicos de una burguesía culpable de egoísmo, superficialidad, hipocresía. Pero Fogwill complica magistralmente el proceso al plegar su punto de vista a la conciencia de su personaje y a su indagación de la intimidad: vigilia tan perpleja como sutil, tan ligera como insondable.
Marcados por su situación social e histórica, los caracteres de Rita y Fernando resisten, por debajo de esa superficie espejada, una lectura más universal: su suave prisión de irrealidad, más o menos confortable, más o menos amenazada, es la misma que protege o que oprime al lector.
A Rubén le ha dejado Úrsula, su novia, y en su desesperación por recuperarla decide recurrir a Jana, la amiga de la que siempre estuvo en enamorado en el instituto y que pasó de él. Algo que entendió perfectamente, porque eran totalmente opuestos y aquello estaba destinado al fracaso. Sin embargo, con Úrsula es diferente, Úrsula es perfecta para él, o eso cree, a pesar de que las cosas se hayan torcido últimamente. Unas cuantas cosillas que tienen enmienda, y para las que solo necesita el asesoramiento financiero y mágico de Jana. A Jana siempre le gustó Rubén. Las cartas del tarot insistían en que era su pareja ideal. Si bien, ella prefirió hacer caso a su sentido común y huir de él por tener demasiados pájaros en la cabeza, por descentrado y por golfo. Ella es todo lo contrario. Una bruja con los pies en la tierra, que desde que lo dejó con su último novio hace dos años no ha vuelto a enamorarse. Y así es feliz. Vamos, que ni loca tendría nada con Rubén. Puesto que, aunque parezca cambiado, se haya convertido en un empresario de éxito y siga siendo el tío más bueno que ha visto jamás, sabe que lo mejor que puede ocurrir con él es que salga de su vida. Por eso, en cuanto se presenta en su despacho, no duda en ayudarle a que vuelva con Úrsula y así perderle de vista para siempre. O esa es su intención hasta que entre asesoramientos, hechizos, atracciones irremisibles y flechas que toman direcciones equivocadas, Jana empieza a confundirse más de la cuenta. Y Rubén también… La atracción es brutal, la pasión se desata y todo apunta a que lo suyo podría ser algo más que sexo. ¿Será culpa del destino? ¿Se puede luchar contra él? ¿Qué sucede cuando no quieres enamorarte de alguien y todo parece confabularse para que lo hagas?
«El vizconde demediado» es la primera incursión de Italo Calvino en lo fabuloso y lo fantástico. Cuenta Calvino la historia del vizconde de Terralba, quien fue partido en dos por un cañonazo de los turcos y cuyas dos mitades continuaron viviendo por separado. Símbolo de la condición humana dividida, Medardo de Terralba sale a caminar por sus tierras. A su paso, las peras que colgaban de los árboles aparecen todas partidas por la mitad. Cada encuentro de dos seres en el mundo es un desgarrarse, le dice la mitad mala del vizconde a la mujer de quien se ha enamorado. Pero ¿es seguro que se trate de la mitad mala? Esta magnífica fábula plantea la búsqueda del ser humano en su totalidad, quien suele estar hecho de algo más que de la suma de sus mitades.
Cuando tenía 12 años, Cósimo Piovasco, barón de Rondò, en un gesto de rebelión contra la tiranía familiar, se encaramó a una encina del jardín de la casa paterna. Ese mismo día, el 15 de junio de 1767, encontró a la hija de los marqueses de Ondariva y le anunció su propósito de no bajar nunca de los árboles. Desde entonces y hasta el final de su vida, Cósimo permanece fiel a una disciplina que él mismo se ha impuesto. La acción fantástica transcurre en las postrimerías del siglo XVIII y en los albores del XIX. Cósimo participa tanto en la Revolución francesa como en las invasiones napoleónicas, pero sin abandonar nunca esa distancia necesaria que le permite estar dentro y fuera de las cosas al mismo tiempo.
Calvino nos traslada a uno de sus universos experimentales favoritos, el de los romances de caballerías. Nada más empezar encontramos al emperador Carlomagno pasando revista a sus tropas antes del combate contra los infieles. Último de la fila de sus paladines el rey descubre a Agilulfo, cuya prístina armadura blanca no encierra a un hombre ni a ser viviente alguno. Preguntado por lo insólito de su circunstancia, Agilulfo declara existir únicamente debido al rigor por el que sigue las normas de la caballería y por el fervor de su servicio al rey. Complacido por la respuesta, Carlomagno no le da más vueltas. Como siempre en Calvino, el disparatado protagonista no da él sólo la clave de la interpretación de la novela. Ésta se encuentra en su interacción con el mundo y el resto de los personajes. Leer ‘El caballero inexistente’ es una grata experiencia. Hay aventuras y peripecias que se suceden unas detrás de otra, todo bajo el signo del humor cáustico de Calvino. Pero su imaginario existencial es algo en lo que merece uno detenerse, después de haber disfrutado con su creatividad, para intentar descifrar su sentido poético. Hay una moraleja en esta novela: A existir también se aprende.
A Will Brown solo le quedan unos días de vida; una semana, en realidad. Desde que conoce la posible noticia de su muerte, los recuerdos del amor de su juventud han comenzado a atormentarle y no logra sacarse de la cabeza a aquella chica que verano a verano le fue robando el corazón. Si se marcha y regresa para buscarla quince años después de que se dijeran adiós por última vez, perderá todo lo que ha construido en su perfecta vida… Pero, ¿y si se queda? ¿Será capaz de decir adiós al mundo dejando aquel pasaje de su juventud sin cerrar?
Deborah y su hija Grace regresan en coche a su casa en las afueras de un pueblo de Nueva Inglaterra. Es noche cerrada, está lloviendo y, aunque conducen despacio, no les da tiempo a reaccionar cuando un hombre aparece de repente en medio de la carretera. Deborah llama rápidamente a la policía para pedir una ambulancia y luego, en un impulso, decide que Grace se vaya a casa. Cuando más tarde le toman declaración, todos dan por supuesto que Deborah conducía… y ella calla: jamás confesaría que era su hija quien iba al volante. Hasta esa noche, Deborah Monroe siempre creyó que todo en su vida estaba bajo control. Sin embargo, ahora empieza a darse cuenta de las fisuras que se han abierto en los últimos tiempos: un divorcio que aún no ha superado, la sobreprotección que ejerce sobre sus hijos, un padre con una depresión que ella hasta ahora no había percibido… Pero, sobre todo, la constatación de que ella misma ha sido incapaz de pedir ayuda cuando más la necesitaba. Cuando la investigación se complica, cuando el «secreto» que ambas comparten amenaza la relación entre madre e hija, llega el momento de corregir los errores del pasado para emprender un nuevo futuro.