En busca de una colonia fundada por una expedición anterior, una astronave tripulada por tres hombres y tres mujeres queda inmovilizada en un planeta misterioso. El paisaje lujuriante que les rodea, con sus frutos y aves gigantes y su población de ociosos desnudos, es exactamente el del tríptico de Jerónimo Bosch “El jardín de las delicias”… La pintura fue convertida en paisaje por un «Dios», y todo forma parte de un plan. Mientras recorren esa pintura fabulosa, los protagonistas ven claro que ese mundo, lo mismo que la pintura de Bosch, consta de tres partes. Para llegar ante Dios en el Paraíso, tendrán que pasar primero por un verdadero Infierno. Pero el resultado de su investigación es todavía más sorprendente de lo que imaginan… Una novela apasionante que desarrolla con maestría las ideas más provocativas que ha visto el género en los últimos años. Ian Watson es en la actualidad el autor británico de ciencia ficción de más brillantez y coherencia en su país. Se dio a conocer a mediados de los setenta con Empotrados (Nº 22 de esta colección), novela que le valió el Premio Apolo. Desde entonces sus novelas no han dejado de alcanzar nuevas cotas de excelencia. El año 1985 obtuvo el Premio Europeo de Ciencia Ficción por el conjunto de su obra.
Una atrevida odisea ambientada en el siglo XXVII… Rogue Winter cruza un inmoral Circuito Solar —desde el Paraíso de los Placeres Carnales hasta las cámaras de tortura del asteroride Tritón— en busca de su amante, una titánida polimorfa. Coronado rey de los maoríes, Rogue se enfrentará a una secta japochina que pone en jaque el futuro del sistema solar… Escasas en cantidad, inconmensurables en calidad, cada nueva novela de Alfred Bester ha supuesto una conmoción en el género. Los impostores es una novela vívida y vertiginosa dotada de una fascinante intensidad y marcada por un ritmo endiablado. Alfred Bester fue uno de los grandes genios que ha dado la ciencia ficción, consagrado tanto por los críticos e historiadores como por una legión de incondicionales de su obra. Maestro de la planificación y uno de los escritores más brillantes e innovadores surgidos en la Edad de Oro de la ciencia ficción, Bester se adelantó en su obra a todos los temas y elementos que incluso las generaciones actuales presentan como revolucionarios.
Las Máquinas del Azar acaban de designar al nuevo Jefe supremo de la humanidad, el Estocastócrata Ingmar Langdon. Pero Langdon no tiene el más mínimo deseo de el ejercer el poder. Su primera idea es salir corriendo… más pronto descubrirá que eso no es tan fácil. La honorífica poltrona de la estocastocracia Galáctica es asaltada por varias facciones políticas enemigas.
En el mundo editorial del futuro, el nombre de San Isaac Asimov es pronunciado con el máximo respeto. Ello se debe a que la producción de «mecalingua» (literatura de consumo) está casi enteramente confiada a máquinas y robots. Una «róbix» (robot hembra) se encarga de la censura, y mientras los editores distraen sus ocios en brazos de «robotrices» (robots prostitutas), los escritores están reducidos al papel de simples monigotes publicitarios.
Desde la publicación de esta novela en 1934, el tiempo se ha encargado de desmentir casi todos sus supuestos 'científicos'. Primer cohete espacial tripulado, americano, 1956, propulsión atómica (real: Gagarin, 1961, combustible líquido). Las selvas de Venus (no hay tales). Un satélite de Neptuno (el segundo no fue descubierto hasta 1946) Los cuatro satélites de Júpiter (doce hasta la fecha), etc. Pero… ¡qué nos importa! Aquí hay armas titánicas, monstruos terroríficos, héroes simpáticos y arrojados, traidores absolutamente canallescos y una heroina encantadora. Y lo que es mucho, la presente traducción conserva toda la ingenuidad y sabor del estilo original. ¿Qué más se puede pedir? JACK WILLIAMSON es uno de los raros autores 'primitiivos' cuya popularidad nunca decae. Ello se debe a su maravilloso y juvenil sentido de la aventura. La Legión del Espacio fue publicada en 1934 en la revista Astounding Science Fiction, actual Analog, y revisada por su autor y publicada en formato de libro en 1947.
Cuando el físico nuclear británico, doctor Cameron, fue requerido para emitir su opinión sobre un nuevo radiotelescopio patrocinado internacionalmente, no ignoraba que su misión era más política que científica. Pronto iban a producirse en el cielo fenómenos detectables a simple vista. Y las consecuencias de tales fenómenos iban a exigir de Cameron condiciones, no de sabio ni de político, sino de caudillo y hombre de acción.
A medio viaje entre las dos Nubes de Magallanes (que están a unos 150.000 años-luz, según se sale de nuestra galaxia hacia el Sur), el navío interestelar «Vasco» irrumpe, sin darse cuenta, en el campo de batalla más dilatado de la Historia. El éxito de la expedición comercial parece comprometido cuando el «Vasco» tropieza con una mina, que lo proyecta instantáneamente hacia el pasado. La cólera del impetuoso capitán Varun Shangrin no conoce límites… El lector descubrirá que la ciencia-ficción heroica, a la manera de Van Vogt, también puede fascinar cuando escribe el vizconde D'Argyre, «alter ego» de Gérard Klein desplazado ex profeso más allá de la Zona Magallánica.
La posibilidad del espionaje electrónico mediante detectores implantados en el cerebro de un general enemigo: tal es el tema sugerido por Dickson en esta novela, diez años antes de Watergate y las portentosas revelaciones sobre la CIA yanqui. Tenemos aquí otra muestra de la capacidad prospectiva de los escritores de ciencia ficción. Pero la novela es mucho más que eso. El choque entre dos culturas, entre dos modos diferentes de entender la vida (no importa que uno de ellos sea el extraterrestre) jamás había sido analizado con tanta profundidad psicológica. Nacido en 1923, el canadiense Gordon R. Dickson inicia su carrera literaria en 1950, escribiendo en colaboración con Poul Anderson. El tema de la guerra interplanetaria es de los que ha cultivado con más asiduidad, mereciendo el premio Hugo 1965 por «Soldier ask not», perteneciente al ciclo de los Dorsai. Sin embargo, en nuestra opinión es en «Al estilo extraterrestre» donde supera el planteamiento meramente militarista.
Un lingüista especializado en la reeducación de niños autistas, un antropólogo que estudia las tribus de indios del Brasil, y un grupo de investigadores espaciales, entran en contacto con los extraterrestres Sp'thra. Mientras éstos se muestran interesados en la especial experiencia lingüística de los indios, a fin de inventariar la percepción humana de la realidad, los investigadores terrestres buscan el modo de “perfeccionar” el lenguaje. Pero tales experimentos no van sin riesgos, como el de hacer estallar una crisis política internacional. Que la ciencia-ficción sea capaz de asimilar disciplinas tan esotéricas como la psicología, la antropología y la lingüística, construyendo además un relato de fascinación superior a la de cualquier novela convencional, es otra muestra de que la originalidad del género está lejos de agotarse.
Fritz Leiber es un maestro del ocultismo y la ciencia-ficción que produce la curiosa impresión de no creer demasiado en lo uno ni en la otra. Así, empieza parodiando el Manifiesto Comunista (“Un fantasma recorre Europa…”) desde el título, para luego narrarnos la desaforada sátira de una revolución indígena contra los gigantes tejanos. Quizá convenga aclarar que estamos en un mundo posterior a la III Guerra Mundial, que grandes zonas del globo son aún radiactivas, que Texas ha absorbido la parte habitable de los Estados Unidos y que el líder de la revolución es un fenómeno de feria nacido y criado en un satélite espacial (por lo que carece de músculos y va sostenido por un armazón de titanio, lo cual le merece el nombre de “El Esqueleto”). Toda ciencia-ficción entra de alguna manera en el género satírico. Pero Fritz Leiber es el satírico nato —brillante, zumbón, irrespetuoso— en comparación con la pesadez de no pocos falsos profetas y críticos sociales autodesignados.
Andrew Harlan ha cometido un crimen, pero su acto no es un simple delito. La ley que ha quebrantado es la más importante de todas para un Ejecutor: la ley que impide que miles de años de historia sean borrados y reescritos de forma irreversible por la guerra, la muerte y la decadencia. Ni siquiera la Eternidad, la organización a la que pertenece, puede detenerle.
De las especies que actualmente pueblan la Tierra, pocas remontan su genealogía más allá de la Era terciaria. Y esas pocas pertenecen, generalmente a un solo reino: el de los insectos. Y ellos, los insectos, probablemente heredarán, cuando el paso del hombre por nuestro planeta ya no sea ni siquiera un recuerdo. Tenemos, pues, un tema sugestivo para la ciencia-ficción. Pero ha sido bastante desaprovechado (a no ser en cine, donde da lugar a portentosos trucajes a base de hormigas gigantes). Con El cerebro verde, Herbert aborda por primera vez desde una óptica adulta el tema de la «marabunta».
Los Oscuros Años Luz trata sobre el tema del encuentro del hombre con alienígenas inteligentes y se plantea las dificultades de comunicación que puede surgir entre dos concepciones dispares del universo en tono paradójico: ¿cómo puede alguien llegar a buenos términos con unos seres cuyo aspecto físico y costumbres son francamente repulsivos?
Este volumen, publicado en conmemoración de casi medio siglo de trabajo literario de ISAAC ASIMOV, contiene once relatos recientes, incluido el popular EL HOMBRE DEL BICENTENARIO (que a su vez conmemora la declaración de la Independencia norteamericana, 1777-1977), que ha merecido el premio HUGO como mejor cuento largo del año en cuestión. Es la conmovedora historia de un robot de talento llamado Andrew, y de sus esfuerzos por ser aceptado entre los mortales, cuya reacción ante él era, tristemente, sólo humana. Pero hay más; desde juegos matemáticos hasta enfrentamientos a vida o muerte, estos cuentos ofrecen una completa panorámica del paisaje asimoviano: INTUICIÓN FEMENINA — TROMBA DE AGUA — QUÉ ES EL HOMBRE — UN EXTRAÑO EN EL PARAÍSO — VIDA Y TIEMPOS DE MULTIVAC — LA CRIBA — EL HOMBRE DEL BICENTENARIO — CUANDO LOS SANTOS — UN SISTEMA ANTICUADO — EL INCIDENTE DEL TERCENTENARIO — NACE UNA IDEA.
El vienés Herbert Franke, nacido en 1927, licenciado en Exactas y en Psicología, es una de las locomotoras de la ciencia-ficción actual en lengua alemana. Dirige colecciones y está reconocido como el mejor autor de ciencia-ficción en su idioma, con un nivel comparable al de ingleses y norteamericanos. En «La caja de las orquídeas» propone una exploración interestelar extraordinariamente plausible. Los hombres no parten a la conquista de las estrellas porque ello se ha evidenciado impracticable. En su lugar envían «informaciones» capaces de crear en cualquier lugar las «células robot» que explorarán y enviarán a la tierra los datos deseados. Pero esta aventura conduce a uno de los infiernos racionalizados más implacables que haya concebido la literatura de ciencia-ficción. Franke mantiene la tradición de la utopía pesimista, característica de los escritores fantásticos alemanes.
Fritz Leiber se distinguió en el campo del relato fantástico, la ciencia ficción y la fantasía heroica. Su especialidad consistió en la puesta al día de los temas fantásticos y esotéricos, irracionales en suma, dándoles una base científica. Ello le permitió abarcar un abanico mucho más amplio que el de la ciencia ficción pura, lo cual explica su vigencia a través de los periodos de crisis de dicho género (como los años 50) así como el favor de públicos no estrictamente interesados en ciencia ficción.
En La mente araña hemos reunido una selección de sus mejores relatos, incluyendo los pertenecientes al extenso ciclo de La Guerra del Cambio en donde Leiber ha destacado en mayor altura imaginativa y profundidad filosófica.
Una nave exploradora que se acerca a un nuevo planeta sufre un accidente del cual finalmente solo se salva un explorador que irá a parar al planeta. Presa del pánico, se decide en un principio a suicidarse, pero poco a poco irá disfrutando del nuevo mundo en su tarea por encontrar vida y un sentido a su evolución, siempre con la dificultad de hacerlo todo en soledad. Rara vez los premios literarios sirven para otra cosa sino para confirmar a los autores consagrados. En este caso, por el contrario, asistimos a una verdadera revelación. Un novel autor inglés produjo una auténtica obra maestra, tras acumular sobre su tema todas las dificultades imaginables: un Robinson del espacio, totalmente solitario y varado en un planeta inhóspito cien por cien. ¿Qué resultado se puede sacar de semejante fábula? Una emoción tremenda, casi insoportable; una versión moderna del mito de Sísifo, del hombre en lucha con la inmensidad del Cosmos, ciega y sorda; una lección moral de fuerza extraordinaria. No es habitual que la ciencia-ficción alcance tal profundidad, conservando al mismo tiempo los ingredientes que hacen el encanto de la novela de aventura… y de su forma moderna, que es la novela de anticipación.
Nacido en 1908, Jack Williamson viene a ser el decano de la ciencia ficción americana. Los relatos comprendidos en este volumen incluyen lo más característico de su producción, y se sitúan cronológicamente entre 1928 y 1933. No es que la producción de Williamson haya decaído posteriormente. Muy al contrario, supo mantenerse en los puestos de honor durante la aparición de los gigantes del género, que se ha convenido en llamar Edad de Oro. Pero, en la época que consideramos, cuando la ciencia ficción aún estaba en su adolescencia, Williamson poseía una altura muy superior a la de sus coetáneos. Para el lector actual, muchas veces fatigado de los excesos intelectuales de la SF moderna, Williamson tiene además el sabor prístino de la fantasía en estado puro. Entre comentarios autobiográficos al estilo de Asimov en «La Edad de Oro de la ciencia ficción», este volumen contiene los relatos siguientes: «Ciencia ficción, faro de la ciencia (Scientifiction, Searchlight of Science», 1928). «El hombre metálico (The Metal Man», 1928). «La muchacha de Marte (The Girl from Mars», 1929). «El expreso cósmico (The Cosmic Express», 1931). «La muchacha del meteoro (The Meteor Girl», 1931). «A través de la Nube púrpura (Through the Purple Cloud», 1931). «Condenación desde el Planeta 4 (The Doom from Planet Four», 1931). «¡Doce horas de vida! (Twelve Hours to Live!», 1931). «El terror de Plutón (The Plutonian Terror», 1933). «Salvamento en el espacio (Salvage in Space», 1933). «No somos mendigos (We Ain’t Beggars», 1933). «La estación de la Estrella muerta (Dead Star Station», 1933).
Esta excelente novela de ciencia ficción de Isaac Asimov, maestro del género, es el segundo libro de la «Serie de los robots», primer bloque de su famosa «Saga de la Fundación». En el Enclave Espacial, a las afueras de la Ciudad de Nueva York, un científico de los Mundos Exteriores ha aparecido asesinado. El detective Elijah Baley tiene que ocuparse de este caso en la para él inquietante y odiosa compañía de un robot humanoide: R. Daneel Olivaw. La investigación es delicada ya que puede terminar con el equilibrio entre los descendientes de la colonización estelar, en perfecta comunión con sus robots, y los habitantes de la Tierra, que, refugiados en grandes metrópolis subterráneas a las que llaman Ciudades, sobreviven precariamente a la falta de recursos naturales y temen a los robots.
En Shandy, una pequeña y soñolienta ciudad de Connecticut, la esposa del maestro Jack Bradford empieza a tener sueños sobrenaturales relativos a un joven que se hace llamar Niño Estelar, proveniente quizá de la estrella Tau Ceti, a doce años-luz del sol. O tal vez de un lugar más próximo, más íntimo y espantosamente personal para la soñadora Helen. ¿Sueño, fantasía o realidad? Sea como fuere, la aparición del Niño Estelar desencadena una serie de extraordinarios acontecimientos que parecen estar más allá de toda explicación… a menos que datos del futuro tales como el viaje en el tiempo, la fusión termonuclear controlada (la única esperanza de la ciencia para crear un ambiente libre de contaminación) y la proyección del pensamiento a través del tiempo y del espacio puedan ser aceptados a tiempo para salvar a la población de Shandy y al resto de la humanidad.