Primera parte de la trilogía de misterio "Ojalá pudiera..." Eric Lawrence termina su turno en el local de ambiente más concurrido de Canvas y se marcha a casa como cada fin de semana. Horas más tarde, carteles con su fotografía y la palabra "desaparecido" empapelan la ciudad. Naomie tiene el corazón roto desde que Mike la ha abandonado e intenta ahogar sus penas en alcohol y sexo en un sinfín de fiestas descontroladas junto a su nueva amiga Katy. Hasta que un día todo cambia: descubre que Katy es una harpía, Mike intenta reconquistarla, Eric desaparece y alguien empieza a enviarle extraños y macabros mensajes. Andrew tiene un gran secreto que no se atreve a revelar a nadie. Para seguir manteniéndolo oculto está decidido a mentir a su familia, a Naomie e incluso a la policía, aunque para ello también deba esconder lo que sabe sobre Eric y su desaparición... "Cuando la ilusión se desvanece y la realidad se impone, te rompe por dentro sin compasión".
Novela finalista de la quinta edición del Premio Titania.
Una historia emotiva e inteligente sobre el amor y la superación. Los personajes, tan entrañables como reales, van creciendo dentro de una trama que engancha al lector desde las primeras páginas. Una historia profunda y emotiva que trata temas actuales de forma poética.
Ella era la hermana pequeña de su mejor amigo, amante del amarillo y que creaba su propio cielo de constelaciones inventadas.
Él era el rebelde de la cazadora de cuero que dibujaba a bolígrafo aquello que le revolvía el pecho.
Juntos, quemaron etapas, construyeron recuerdos y se echaron mucho de menos, incluso cuando la única barrera que tenían que salvar era la distancia entre sus bocas.
Ahora, Julieta y Marco son solo dos extraños destinados a encontrarse en las calles de Salamanca para averiguar si las canciones antiguas nunca mueren y el faro de Trafalgar les espera con un nuevo atardecer.
Pasado. Presente… Un juramento, un reloj de arena con el secreto del tiempo y la esperanza de que «siempre» puede estar escondido entre los acordes de La chica de ayer.
Madrid, finales de los años 70. César huye por su vida. No recuerda quién es ni por qué lo persiguen los cazadores. Solo sabe que dispone de una noche para cruzar el muro que separa la España controlada por el Tercer Reich de la zona soviética. Para ello, necesitará toda la ayuda que pueda conseguir. Pero ¿cómo fiarse de alguien si ni tan siquiera está seguro de quién es él mismo?
Ojalá tú nunca es un original mecanismo de relojería que explora la naturaleza de la memoria, la identidad y el tiempo; una cuenta atrás por un laberinto de mentiras que unos personajes acostumbrados a sobrevivir detrás de una máscara se verán obligados a recorrer hasta alcanzar la sorprendente revelación final.
Ésta es la historia de un flechazo. Y del amor de una vida. Y de un corazón hecho pedazos. Ésta es la historia de un montón de ojalás por cumplir. Ésta es la historia del viaje de Lola hacia aquello que no se ve, pero que está ahí. Hacia aquellas cosas que se buscan y se encuentran en el peor momento de la vida. Hacia sus sueños. Ésta es la historia de la sonrisa más bonita del mundo, de una nariz roja, de un tango en la playa, de una habitación convertida en hogar y de una casa perdida bajo la nieve. Ésta es una historia de amor… O quizá no.
Cuentan las crónicas de la dinastía Han que una embajada romana consigue llegar a la capital del Imperio chino en el sexto año yanxi. El hispano Marco Sempronio Celso encabeza la misión. Cuando el emperador Huan Di ordena preparar una representación diplomática en respuesta a la enviada por Marco Aurelio, el hijo de Celso, mestizo de madre china, recibe orden de incorporarse a la comitiva como traductor. Celso decide escribir sus memorias, cuya lectura ayudará al joven a practicar el latín y le ilustrará sobre las costumbres de su otra patria. Magia, sexo y poder se entretejen en un relato trepidante que arranca al comienzo del reinado de Adriano Augusto, tiempo de cambios profundos, cuando el Imperio alcanza su máxima extensión y entra de puntillas en una crisis que acabará con la Roma eterna.
Bosques tenebrosos, fenómenos paranormales, una ola de crímenes que sacude un pequeño pueblo y una piedra capaz de conectarte con el otro lado. ¿Te atreves a adentrarte en Erkiaga? Laura Ugalde, una joven catedrática de antropología, decide abandonar su vida pasada y mudarse al pueblo de Erkiaga para realizar el proceso de reconstrucción facial de una joven desconocida, asesinada allí unos quince años atrás. Sin embargo, una serie de sucesos extraños empiezan a sucederle nada más llegar: episodios de sonambulismo en los que ella misma destroza su trabajo del día, fenómenos paranormales, amenazas para que abandone el caso... A pesar de todo, Laura decide continuar con su trabajo pero varios hombres del pueblo empiezan a aparecer asesinados según ella avanza en el proceso de reconstrucción. ¿Estará ella cometiendo los crímenes durante sus episodios de sonambulismo? ¿O el espíritu de la chica está consiguiendo el poder suficiente para vengarse gracias a su trabajo? ¿O hay alguien tan interesado en que el crimen no se resuelva que va eliminando sistemáticamente a todos los testigos?
Tras una larga ausencia, la pintora Elaine Risley vuelve a Toronto, ciudad donde pasó los años de su primera adolescencia, para presentar una exposición retrospectiva de su obra. Deambular por las antiguas y ahora transformadas calles de la ciudad, ya cumplidos los cincuenta años, y buscar caras conocidas entre los rostros de los viandantes reaviva en su memoria las imágenes de la infancia. Elaine observa desde la distancia establecida con el paso del tiempo aquellas experiencias, sobre todo la relación intensa y humillante con su amiga íntima Cordelia, que configuraron su identidad como mujer. Con frases cortas, descripciones puntuales, escenas de gran sí tendidas visual y cierta ironía, la celebrada autora de El asesino ciego (premio Booker 2000) nos invita a emprender, con la lectura de Ojo de gato, un apasionante viaje por los caminos de la memoria, al tiempo que evoca de forma inaudita, original y perturbadora la crueldad de los tiempos de la niñez.
Fred Neville, joven y atractivo oficial inglés de caballería, se convierte en heredero de un título nobiliario y grandes posesiones, pero, pese a la oposición de su familia, pide poder pasar un año con su regimiento en Irlanda y «vivir aventuras» antes de asumir sus obligaciones. En Irlanda conoce a Kate, joven de buena familia pero escasos recursos, y se enamoran. La familia inglesa de Neville, sin embargo, no está dispuesta a que una irlandesa católica sea la nueva condesa de Scroope…
Cuando Darl Moody dispara su rifle contra algo que se mueve entre los arbustos, cree que le ha dado a un jabalí. Al acercarse a su presa, se da cuenta de que acaba de matar a un hombre. La víctima, un pobre desgraciado que recogía ginseng furtivamente, es el hermano de uno de los tipos más violentos de la zona. En un arrebato de pánico, Darl decide deshacerse del cadáver con ayuda de su mejor amigo, Calvin Hooper, quien, a pesar de sus reticencias, accede a encubrirlo. Ninguno de los dos es consciente de que enterrar el cuerpo será el menor de sus problemas. LAS MALAS DECISIONES SIEMPRE ACARREAN CONSECUENCIAS.
¿Qué harías si alguien lastimara a la persona que amas? Cuando conocí a Susie, ella parecía ser una mujer normal, felizmente casada que se enfrenta a una tragedia. Entonces, descubrí sus secretos. Si bien podía entender todo lo que ella había hecho, nunca podría aprobarlo. Pero, sabiendo de lo que era capaz, quedó claro que si iba a sobrevivir a ella, tenía que cumplir sus reglas. Y, la primera y más importante regla es… no dejar huesos cantando.
Están ahí. Esperan. Observan. Los ojos normales no pueden percibirlos, pero son perfectamente visibles para Slim MacKenzie, un hombre joven sobre el que ha caído la maldición o, quién sabe, la bendición de poseer ojos crepusculares. Están ahí. Se confunden entre las oscuras sombras de un horripilante carnaval, bajo la fantasmal luz de la luna. Anhelan el sufrimiento humano, del cual se alimentan. Traman diabólicamente su triunfo decisivo.
Están ahí. No intentes huir de ellos. No pretendas ignorarlos. Y sobre todo, no grites… Ellos te oirán. Otra prueba de la maestría de Dean R. Koontz, este autor de obras de terror capaz de sobrecoger a los lectores con unas narraciones diabólicamente tramadas y siempre sorprendentes.
Cuando la semielfa Taris-sin decidió un buen día escapar de la acomodada vida en casa de su padre, ignoraba el oscuro legado que pendía sobre su persona y que pronto la alcanzaría.
Atrapada por su destino y ya con el mítico Orbe de Luz Eterna en su poder, Dyreah tratará de hallar una vía para lograr llevar a buen término su terrible misión.
No importa cuán lejos dejemos nuestro pasado; siempre termina encontrándonos. Tres jóvenes mestizos de elfo se verán obligados a afrontar el reto que supone ser portadores de una oscura herencia. Aún de fríos rescoldos puede resurgir la llama. Los fuegos de la guerra aún arden en la reconquistada plaza de Aeral. No hay cuerpos que enterrar. El renacimiento de la magia ha hecho desaparecer los cadáveres de uno y otro ejército. El enemigo, fuerzas demoníacas que antaño tomaran posesión de la ciudadela, ha caído. Sin embargo, las rencillas políticas no han tardado en estallar en el seno de las diferentes facciones del bando vencedor. Y aún queda una ciudad por reconstruir. La muerte de adalides consagrados durante la liza ha trastornado a no pocos, entre sus familias y compañeros. Mientras otros, anónimos hasta entonces pero reconocidos ahora en virtud de sus valerosas hazañas, tratan de establecer su nuevo lugar en el mundo. Con el fin de la contienda y asegurada Aeral, tres de estos involuntarios héroes han decidido retomar el control de sus vidas, de maneras muy distintas. Kieve, una prometedora maga de firme carácter y nieta del yacente caudillo hykar, vuelca sus esfuerzos en el estudio de las artes arcanas. Su habilidad para urdir el Tejido podría resultar decisiva en cuanto está por acontecer. Su hermano mellizo Kylan, guardabosques de corazón, acude a reunirse con su antigua compañera, la intrépida ladrona a quien conociera durante su estancia en el Reino de los Muertos, y junto a quien cruzara después el Velo. Tarani, Elegida del dios Alaethar, cruza el continente de Aekhan, dispuesta a emprender la más ambiciosa de las aventuras, más allá de las fronteras humanas. ¿La herencia oscura que los tres comparten terminará emergiendo para truncar sus deseos? Legado de Sombras retoma la trama allá donde la dejaran las tres novelas de la reconocida serie de fantasía épica Ojos de Jade, también a la venta en Amazon.
La historia de amor y de aventuras de dos jóvenes que obligados a separarse mantienen sus deseos del encuentro mientras atraviesan una guerra que los cambia por completo.
Charlie es una monada de niña. Rubia, de ojos azules, educada y cariñosa. Pero también es piroquinética. Sí, puede encender fuego a distancia, desde inofensivas fogatas hasta hogueras inmensas, capaces de arrasar grandes extensiones. Y si posee estas capacidades a los siete años, horroriza pensar qué podrá hacer cuando sea adulta. Aunque, la verdad, tiene muy pocas probabilidades de llegar a la edad adulta. Porque «La Tienda», el ultrasecreto servicio estadounidense encargado de efectuar investigaciones científicas y paracientíficas para aplicarlas a las guerras frías, tibias o calientes, ha decidido estudiarla y eliminarla, tal como estudió y eliminó a sus padres después de haberlos utilizado como cobayas humanos. Y el horror se vive, se masca. Porque el verdadero horror procede de las paradojas de la situación, de una hermosa niña dulce y desamparada, que necesita protección pero que posee una inmensa capacidad destructora, y de una organización gubernamental, dedicada a la investigación científica, que emplea sus mejores hombres y sus mayores recursos en la tarea de localizar y asesinar a una niñita de siete años de cuyas facultades paranormales es responsable y de cuya actuación futura no quiere responsabilizarse.
Pasé por delante del espejo y no pude evitar quedarme paralizada mirando el reflejo que este me devolvía. Ahogué un grito en mi interior y comencé a sentirme mareada. Era como si esa escena la hubiera soñado antes, me sonaba todo, hasta la cara del chico que me miraba desde el espejo. Porque la imagen no era mía, de una mujer de treinta años recién cumplidos, con el pelo castaño y los ojos color miel. La imagen era de un chico joven, mucho más joven que yo, quizá tendría veinte años, atractivo, moreno, de ojos verdosos, alto, estilizado y musculado en su justa medida. Todo se volvió borroso de repente y caí inconsciente al suelo. Fantástica saga familiar romántica
Val. Meyrargues, Francia. Los dormitorios de Cris y de Álvaro estaban bastante apartados del nuestro y estaba segura de que mi padre lo había hecho a propósito para que Hans y Álvaro permanecieran lo más lejos posible el uno del otro. Ambos se ignoraban por completo, pero había días que la tensión se podía cortar con un cuchillo. Émile. Digné-les-Bains, Francia. 1901. ¡Qué suerte había tenido, recibir una herencia y que al final fuera más una carga que una bendición! Sin embargo, tenía que reconocer que los perfumes que hacía eran buenos, muy buenos. De hecho era lo más delicioso que había olido nunca. Y esas tierras de lavanda, eran un sueño. Era evidente que si lo vendía, Irina no me lo perdonaría jamás, porque era obvio que todo lo que me rodeaba era su vida, las esencias, la lavanda, lo eran todo para ella; y que no me perdonara, por alguna razón que no lograba entender, no podría soportarlo. Antonie. Libejovice, Checoslovaquia, 1955. Ese día comencé a disfrutar de mi vida por primera vez desde que tenía uso de razón. Mi vida había sido siempre tan aburrida, cuidando de mi madre, estudiando (mi padre insistía en que estudiara de todo, incluso matemáticas), leyendo libros y cocinando. Ahora por fin tenía una razón para levantarme ilusionada cada día, incluso cada noche. La abuela de Val. Ahora ya sabía lo asombrosa que era mi nueva nieta; aun siendo hija de un solo gato, tenía una habilidad de la que jamás había oído hablar, era una Désireuse. Por ello, no entendía la petición tan extraña que nos había hecho Eugène, no quería que ninguna de las dos, madre e hija, supieran la verdad sobre nosotros. Estaba de acuerdo con que Carla viviera en la ignorancia (ella no era una de nosotros), pero para mí no tenía ningún sentido que quisiera mantener al margen a su propia hija.
Val. Desde que habíamos llegado de Estados Unidos, mi abuela hacía como si Hans no existiera. Al principio me había sentido apenada, pero había llegado un punto en el que estaba tan enfadada con ella que me daba exactamente igual lo que pensara. Y sin embargo, aquel día me había hecho llamar. ¿Qué querría? Émile e Irina. Francia 1903 —Los hombres con suerte no llegan medio muertos a su casa en mitad de la noche. ¿Quién te ha hecho esto? —En realidad todavía no lo entiendo, te lo contaré cuando estemos de camino. —¿A dónde vamos? —A Digné. La sonrisa deslumbrante llena de felicidad que le dedicó su mujer le hizo darse cuenta de que debían haberse ido a Digné mucho antes. Irina no podría ser del todo feliz lejos de sus campos de lavanda, de sus montañas, de sus recuerdos, y él la había apartado de todo aquello. Carla. —Carla… —susurró Eugène cuando ya estaba terminando mi segunda copa del vino—. ¿Puedes por favor hablar conmigo? No soporto este silencio. Clavé la mirada en esos profundos ojos azules, esos ojos que me volvían loca y que siempre me miraban con ternura y me di cuenta de que debía ser horrible para Eugène no poder interpretarme. Su vida debía ser un constante ir y venir de pensamientos, una locura de sonidos y una ausencia de silencio. Quizá por esa razón se había enamorado de mí, conmigo podía sentir paz y disfrutar del silencio de mi mente por primera vez en su vida, aunque sabía que en ese preciso momento no necesitaba mi silencio, sino que le explicara de una vez por todas el porqué de mi enfado. Me pasaban tantas cosas al mismo tiempo que no sabía cuál me molestaba más por orden de gravedad. Eugène. Francia 1925. Le sonreí y recordé algo que me había dicho mi padre en una ocasión. «—Hijo, cuando tengas delante a la mujer con la que quieres compartir el resto de tu vida, es posible que al principio quieras engañarte a ti mismo y no reconocer los sentimientos que te produce, pero hay algo que ayuda mucho si tienes la menor duda; la distancia; bueno, y algo más…, algo incluso mucho más clarificador, verla junto a otro hombre que la desea tanto como tú. Espero que no necesites probar ninguna de esas dos cosas, pero si no tienes más remedio, no te recomiendo que estés demasiado tiempo lejos de ella, te la puede quitar otro y no sabes lo horrible que es eso». Decididamente no quería probar ninguna de esas dos opciones, ni la de separarme de ella ni la de que la deseara otro hombre, pero mucho me temía que tendría que enfrentarme a la segunda, y de hecho bastante rápido. Claude la deseaba tanto como yo, y no podía olvidar que él era un encantador de mujeres.