Literatura, lengua y visión del mundo
Pese a la escasez de los textos que nos han quedado de los presocráticos, sus propuestas siguen siendo una fuente inagotable de sugerencias para el estudio. En este libro se reúnen diversos ensayos que abordan cuestiones centrales del pensamiento de estos pioneros de la filosofía en Grecia (lo que quiere decir la de Filosofía, sin más). Algunas de ellas, como la forma literaria de sus escritos o como sus ideas lingüísticas, no han sido frecuentemente objeto de análisis. Otras, en cambio, son cuestiones debatidas a las que se trata de dar respuestas originales. Especialmente interesante es la presencia de un texto, el Papiro de Derveni, en el que se desarrolla una nueva cosmogonía, con puntos de contacto con las de otros presocráticos, pero que constituye una síntesis muy singular. Aunque el libro está escrito en forma fácilmente comprensible, porque está pensado para un público amplio, puede contener algunas sugerencias atractivas incluso para los especialistas.
Las democracias occidentales se han apartado de sus presupuestos históricos, políticos, espirituales y culturales —aquellos que Daniel Mahoney llama “los fundamentos conservadores del orden liberal”—. En este elocuente y agudo trabajo de filosofía política y crítica cultural, el autor nos ofrece una vigorosa defensa de estos fundamentos, y muestra los peligros de identificar la libertad con un proyecto radical de emancipación social y cultural. Los fundamentos conservadores del orden liberal aborda un amplio rango de preguntas relacionadas con la teoría y práctica de la libertad, en un constante diálogo con aquellos pensadores “liberales conservadores” ejemplares: Tocqueville, Solzheniszyn, Burke, Aron, entre otros. En esta reflexión, Mahoney rechaza la doble tentación de la utopía y la desesperación, defendiendo la democracia —propiamente entendida— contra sus enemigos seculares y religiosos, y particularmente contra sus numerosos “amigos inmoderados”, que terminan siendo sus peores enemigos.
Al escribir este libro, Hazlitt está reviviendo una tradición de los siglos XVIII y XIX en los que los economistas escribieron no sólo sobre temas estrictamente económicos, sino también de la relación entre la economía y el bien de la sociedad en general. Adam Smith escribió un tratado moral porque sabía que muchas objeciones a los mercados se basan en estas preocupaciones. Hazlitt asume la causa con resultados espectaculares. Hazlitt favorece una ética que busca el bienestar general a largo plazo. Leyes, instituciones, normas, principios, costumbres, ideales permanecen o caen según la prueba de si permiten que las personas convivan en paz en beneficio mutuo. Crítico aquí es la comprensión de la pretensión clásica liberal de que los intereses del individuo y de la sociedad en general no son antagónicos sino totalmente compatibles.
Estimulante viaje a través del mundo de la química moderna y atinado recordatorio de que en ninguna rama de la Ciencia puede ser considerado como «absoluto» el conocimiento ni darse por «terminada» la investigación.
Este es un libro escrito por un hétero sobre el mundo gay. No se crea que está escrito desde las trincheras de lo políticamente correcto, sino que ataca a las raíces del mal. Hoy, cuando existe una completa normalización jurídica y equiparación de derechos de las parejas homosexuales a los matrimonios heterosexuales, falta saber si verdaderamente se puede alcanzar tal igualdad en la sociedad real. Lo dudamos. Por el momento, el mundo gay se ha convertido en una tentadora bolsa de votos y en un segmento de mercado, objetivo preferencial de avispados directores de marketing y publicidad. Tras la homologación de los matrimonios gays, alguien pidió la regularización de la poligamia. Ante todo esto a nadie le puede extrañar que este libro se haya escrito desde lo políticamente incorrecto con un objetivo: reconstruir un paradigma de normalidad y realizar una crítica veloz a lo que representa el mundo gay.
En ocasiones, fuerzas misteriosas nos salvan de nuestro último aliento. Un libro lleno de misterio sobre los Guardianes que nos guían cuando todo parece perdido. Aparecen en los límites de la vida, cerca de tu último aliento. A veces son solo una voz. Otras, una presencia. Te guían, te ayudan y luego… desaparecen. Todas las culturas han hablado de ellos, pero durante siglos han sido olvidados. Es la hora de sacar a la luz una antigua verdad. ¿Quiénes son los Guardianes? En esta nueva investigación, Javier Pérez Campos ha seguido de cerca el fenómeno de las apariciones que salvan vidas. El resultado es un documentado relato en el que el autor recorre el tiempo y el espacio para conocer a los protagonistas de estos fenómenos. En su perseverancia para desentrañar el misterio, incluso ha llegado a someterse a experimentos para generar fantasmas. Solo en plena búsqueda de respuestas, las preguntas pueden ser aún más reveladoras.
Beatrice K. Rattey, maestra de teología, nos da una clara visión de conjunto de la historia hebrea y del desarrollo de su religión desde la época de Moisés hasta su culminación en Cristo. Con conocimiento crítico del tema y habilidad expositiva, la autora nos ofrece, a la vez, un complemento y una introducción a la lectura de la Biblia, que sirve al lector como punto de referencia y guía en el laberinto de los escritos bíblicos, en el que no es difícil perderse. Es innecesario destacar, por otra parte, la importancia que la Biblia ha tenido y tiene dentro de nuestra civilización. En ella se encuentran las raíces de la religión que ha moldeado la civilización europea. Gran parte de la tradición cristiana es difícil de comprender y de explicar si no tenemos en cuenta que Cristo se presentó a sí mismo como Aquel que venía a cumplir la Ley. Así, este Breviario será lectura obligada de todos aquellos que se interesan tanto por la historia de un pueblo notable, como por los problemas religiosos de nuestra época.
Las nuevas tendencias en el periodismo, la manipulación de la realidad, la caída de los reporteros, la irrupción de los diarios gratuitos, la noticia en internet, el bloggismo y sin faltar el periodismo corrongo, son algunos de los temas que el autor desmenuza en este volumen, donde intenta un balance de treinta años para un oficio que se creyó superdotado y que ha perdido todo su fulgor. Ese tránsito entre un periodismo aguerrido, decoroso, inspirador, influyente en la población, y la frivolidad mediática que impera en casi todo el mundo, es lo que el autor describe como un hechizo político y somete a debate nacional.
El entusiasmo y el furor como medio para alcanzar el conocimiento de la verdad, y el soneto como medio narrativo para trasmitir sugestiones filosóficas de todo lo nuevo y revolucionario para la época, son sólo dos aspectos de esta obra que puede ser considerada un testimonio extraordinario del coraje intelectual y la originalidad teórica de Giordano Bruno. Los heroicos furores representa una etapa fundamental de la “filosofía del nolano”. Publicada en Londres en 1585 en un periodo en muchos aspectos decisivo, Bruno desarrolla de modo orgánico los motivos centrales de la propia búsqueda y recopilación de resoluciones de la confrontación con la tradición neoplatónica y aristotélica, una teoría del conocimiento como auténtica reforma interior para trasformar el destino del hombre, estructuralmente limitado y finito, vinculándolo a la experiencia de la verdad infinita.
En 2009, el periodista y escritor Javier Rebolledo trabajaba en el documental El Mocito , sobre Jorgelino Vergara, un asistente de mozo que trabajó en el más horroroso centro de detención que existió durante la dictadura de Augusto Pinochet. El testimonio de Vergara fue clave para el esclarecimiento de los crímenes ocurridos en el cuartel Simón Bolívar, donde fue exterminada una buena parte de la militancia clandestina del Partido Comunista. Entre ella, Jorgelino reconoció que ahí fue asesinado Daniel Palma Robledo. Este testimonio lo dio en cámara para el mencionado documental, pero, además, lo hizo reunido con los hijos de este hombre, que permanece detenido desaparecido desde el 4 de agosto de 1976.
Casi diez años después del documental, uno de los hijos de Palma le pidió a Rebolledo que investigara las incógnitas que él y sus hermanos tenían sobre la vida y la muerte de su padre. La historia oficial de Daniel señalaba que había sido un minero del salitre con grandes dotes de líder y que llegó a ser el secretario general de las Juventudes Comunistas; en otras palabras, un héroe. A pesar de ello, había sido expulsado del PC en 1950, en plena Guerra Fría y bajo la Ley Maldita. A partir de ese momento, su ex partido lo consideró un traidor. Ya como un paria, Daniel formó parte de organizaciones radicales, creyentes en la vía armada como medio para lograr la revolución, a la izquierda de su ex colectividad.
Esta apasionante historia biográfica plantea grandes misterios: ¿por qué en 1976, en plena dictadura de Pinochet, Daniel, “el expulsado”, cayó en un centro de exterminio reservado exclusivamente para comunistas? ¿El PC realmente lo había expulsado en 1950? ¿O había sido un hombre en las sombras, parte de los aparatos del poder, siempre trabajando para el internacionalismo y, específicamente, para la KGB?
Un relato biográfico sobre el Opus
La España del posfranquismo no descansará tranquila hasta desvelar todos los ocultamientos, todas las oscuridades del periodo anterior. Es un instinto de autoesclarecimiento saludable e inevitable. Aparte de que, como fenómeno religioso dentro de la Iglesia católica, el Opus es una opción muy posible. Por mucho que protesten los reformistas, los católicos progresistas, el Opus encarna esa parte de la Iglesia más histórica y fundamentalista y sobre todo más tranquilizante para las conciencias que sólo ven la vida en blanco y negro y apetecen la seguridad psicológica. Además, sin el Opus no se entiende casi nada de la política franquista, y me temo que de la inmediata, de la que se está guisando hoy.
Ensayo sobre una ontología del género. Las mujeres están destinadas, más que el hombre, a la relación de dos, y en particular a la relación con el otro. Pero hombres y mujeres, como resultado de esta propiedad de su subjetividad, pueden expandir los horizontes del uno, de lo similar, y aún de lo múltiple, para afirmarse como un “sujeto otro”, e imponer un sujeto que no sea diferente totalmente ni opuesto sino complementario. Aunque los hombres son diferentes desean lo mismo, pero de distinta manera. Lo que parece claro es que, a pesar de las diferencias, hombres y mujeres aman por igual, son adultos por igual, exponen su corazón por igual, desean el bienestar, la comprensión y la confianza por igual. Aunque son diferentes desean lo mismo. La mujer tiene una relación con el hombre vinculada más estrechamente a la comunicación carnal, a una experiencia sensible, a una vivencia inmanente, incluidas en la generación. Los hombres expresan las emociones de otra manera, pero aman igual. Ante el miedo, la vergüenza, el sentimiento de vulnerabilidad, de sentirse heridos, ellos reaccionan enfadándose o con la ira, antes que mostrar sus verdaderos afectos. Sería muy atrevido decir que los hombres aman más que las mujeres pero hacen mucha menos publicidad de ello. Sería atrevido pero probablemente no completamente falso. Ambos, hombres y mujeres, aman en igual profundidad pero en distinta manifestación. Al menos sirva como reivindicación del profundo amor y vínculo que sienten muchos hombres. Lo que ayuda no es que los hombres comprendan a las mujeres o que las mujeres comprendan a los hombres. Lo que ayuda es que dejen de intentarlo, y en lugar de comprender que se rindan ante el misterio, y rendirse significa básicamente respetar lo incomprensible del otro y amarlo tal cual es sin comprenderlo, porque sí. Además los que reclaman no suelen dar justamente lo que exigen. Son las paradojas de las relaciones humanas. Ojalá quien pida comprensión la pudiera dar sin paliativos. Comprender, eso sería ya como aceptarlo.
Yo vengo de lenguas indígenas, de las que dos hablé hasta ya mayorcito, con algo de un precario español. Sin caer en alardes ni modestias, me puedo presentar y me presento, como un indio que logró por virtud de los libros integrarse mexicano: esto es, una mitad blanco y otra mitad cobrizo. Cinco años después de iniciar el aprendizaje formal de la lengua española, escribí este pequeño libro, que ha corrido la suerte de muchas ediciones, Los hombres que dispersó la danza: una aproximada conjunción y armonización de las dos almas, las dos sangres y las lenguas de que venimos. De leer libros me vinieron impulsos de escribirlos. Porque siempre la palabra engendró palabras y los libros dieron a luz libros. Yo leo libros desde que me acuerdo. Siempre que pienso en mí me veo con un libro en la mano. Y si bien no siempre los entendí, algo quedó que después fue útil para entender. Por eso se ha dicho que la ignorancia es el principio de la sabiduría. Lo he dicho otras veces y lo repito ahora porque es una convicción: yo soy los libros que he leído. El libro fue para mí lo que el molde al barro: me dio forma. Quien lee un libro, lee dos. Quien un día lleva un libro a su casa, acaba por crear una biblioteca, no importa su número, que no lo tiene. Intenta, joven lector, como yo lo intenté: seguir el camino de aquellos que, viniendo de lenguas indias, aprendieron otros idiomas, sin detrimento de la lengua que aprendieron en el regazo materno y en la leche de sus niñeces.
Detrás de muchas de las decisiones más trascendentales de la política se esconden los operadores del poder. Desconocidos para el gran público, Los Horribles atienden en confiterías o en hoteles de lujo y tejen los acuerdos que la política no se anima a hacer en público. Son lobbystas, en el mejor de los casos. O traficantes de información sensible. O jefes de patotas al servicio del mejor pagador. Por primera vez, un periodista que los ha tratado durante venticinco años nos cuenta quiénes son. Entre los espías de los bajos fondos o ministros sin cartera, están los más notables, como el Coti Nosiglia, Galimberti, el Corcho Rodríguez y el Tano Angelici, monje negro de Mauricio Macri. En un electrizante thriller político, Tato Young retrata de manera magistral la red de influencias que somete a buena parte del poder permanente: la justicia, la policía, la Agencia Federal de Inteligencia, los Consejos de la Magistratura y múltiples unidades de negocios. Después de haber revelado la trama secreta de los servicios de espionaje y de la corrompida justicia federal, Young elige el tono personal: su investigación también es la historia de un periodismo que ha ido mutando desde las redacciones cargadas de bohemia hasta la dinámica de las redes sociales. Mientras su mundo laboral y personal se altera a una velocidad desconocida, hay algo que se resiste. Son ellos, Los Horribles, los encargados de manipular la realidad para definir los destinos de un país y asegurar su permanencia.
Un aprendiz recibió de un vendedor ambulante llamado Lécuyer —escribe Diderot a su amiga y confidente Sophie Volland—, como pago o por alguna otra razón, dos ejemplares de «El cristianismo al descubierto», y vendió uno de ellos a su maestro. El vendedor, su mujer y el aprendiz fueron arrestados y puestos en la picota, azotados y marcados; el aprendiz, condenado a nueve años de galeras, el vendedor a cinco y la mujer a un asilo para toda la vida. «El cristianismo al descubierto», publicado anónimamente en 1761 en Nancy y en 1767 en Amsterdam (aunque en esa edición se lee Londres, para despistar a las autoridades francesas) fue uno de los libros más buscados y leídos del siglo XVIII, y hoy sigue tan vigente como entonces.
Tim Burton es uno de los cineastas más insólitos del cine actual. Los protagonistas de sus películas son desarraigados, introvertidos, melancólicos, outsiders, viven una dualidad existencial entre su mundo interior y la realidad exterior. Sus personajes reflejan las experiencias del director durante su infancia, adolescencia y también a lo largo de su vida adulta, especialmente en el ámbito profesional. De pequeño, Burton vivió aislado, encerrado en su habitación, donde veía películas de terror y dibujaba seres monstruosos. De mayor, él siempre se ha considerado un director ajeno a la industria de Hollywood: forma parte de ese entramado cinematográfico pero se siente extraño en él. El libro que ahora tienes en tus manos estudia el cine de Tim Burton desde la perspectiva de su outsider protagonista, atendiendo especialmente a sus películas más emblemáticas y personales.
¿Se parecen en algo las vivencias de las personas que conviven con la discapacidad (propia, de familiares, amigos, compañeros de trabajo, pacientes o clientes) de las de quienes no han convivido con ella? ¿Quiénes son los que sienten incomodidad? Sabemos que quienes conviven con la discapacidad tienen una vida más incómoda, sí, pero pocas veces nos detenemos a pensar en la incomodidad que ella genera en los demás. Este libro aborda los distintos ejes por donde la discapacidad atraviesa nuestras vidas: la salud, el trabajo, la educación, la autodeterminación, la sexualidad, las relaciones sociales y todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta la adultez mayor. Se remonta al pasado para preguntarnos cómo llegamos hasta acá y si hemos avanzado. ¿Qué se ha logrado y qué falta aún conseguir? Elizabeth Aimar, abogada, directora de RALS (Red de Asistencia Legal y Social) y madre de dos hijos —el mayor, un joven con parálisis cerebral que a los veinte años está a punto de independizarse de sus padres—, revisa la historia viva de la discapacidad en el plano internacional y en la Argentina y nos brinda herramientas para saber cuáles son las posibilidades de ejercer derechos en el país. Los incómodos es, entonces, un aporte esencial para entender integralmente la discapacidad, para ejercer derechos y, sobre todo, para que las personas con discapacidad puedan disfrutar de una vida libre, autónoma e independiente.
Las conversaciones incluidas en este volumen, que hasta la fecha permanecían inéditas en nuestra lengua, representan en cierta medida la última gran entrevista concedida por Isaiah Berlin, uno de los pensadores liberales más destacados del siglo XX. En diálogo con Steven Lukes, el autor repasa su trayectoria vital e intelectual y aborda cuestiones de plena actualidad, como el auge de los enemigos de la sociedad plural, la crisis de la socialdemocracia y el futuro de una izquierda comprometida con un proyecto común basado en los valores de la Ilustración y el liberalismo.
El escritor de Maine, como lo llaman muchos, estaba predestinado a ser el mejor escritor de terror de la historia. Así lo demuestra su carrera literaria. A pesar de tener que soportar centenares de rechazos de sus primeros relatos y novelas, el destino estaba escrito: el clavo que soportaba las cartas de rechazo cayó finalmente al suelo. Stephen King comenzó a escribir a la temprana edad de ocho años, y publicaría en sus inicios ya sus primeros relatos. Le leían los chicos de su escuela. No fue nada fácil llegar hasta la publicación de Carrie, novela con la que inicia su andadura profesional.Con anterioridad subsistía con muchos y variados trabajos, y los cheques que cobraba de sus relatos. La muerte y el miedo siempre estuvieron a su lado desde que cavara fosas en el cementerio local en su adolescencia, como su primer trabajo pagado. Su tenacidad y constancia le hicieron ser reconocido como el «Rey», tributo a su apellido «King» que le vino que ni pintado. Aquí descubrirás sus inicios: desde sus tatarabuelos, abuelos, sus padres, la pobreza, la caja de manuscritos de su padre, sus primeros cuentos, la época que no quiere recordar del instituto, la universidad, sus primeras novelas, su trabajo como profesor de lengua inglesa, su alter ego, sus problemas… y finalmente su éxito entre las masas. Este es un estudio de su primera etapa, la más pura de Stephen King, la que nos marcó a todos y por la que le llamamos el rey del terror. Un día su dedo se posó al azar en un mapa de Estados Unidos, en Colorado, sobre el Hotel Stanley. Y prosiguió el destino que tenía marcado para seguir. ¿Adivinas qué historia es?
Los clérigos medievales, que no han de confundirse con los sacerdotes o los monjes, son los descendientes de un linaje original en el mundo urbano medieval de Occidente. Encarnan la tradición de los intelectuales. Aunque la palabra es moderna, designa acertadamente esa múltiple función del clérigo que desempeñaba los papeles de pensador y docente, de transmisor de tradiciones literarias o de editor y productor de textos en el sentido material del término.
La investigación de Jacques Le Goff es una introducción a la historia social del intelectual medieval en Occidente. Al atender aspectos singulares y muy diversos, este estudio se convierte en una galería de presentación de caracteres finamente analizados.
El autor explora el rico mundo cultural y espiritual de Chartres, de las universidades, de la vida laboral que incluye actividades como el traducir y el copiar textos. Nos habla de figuras genéricas como los «vagabundos intelectuales» y de personas tan concretas como Abelardo y Eloísa. Los distintos aspectos se combinan en un fascinante panorama que permite conocer muchos detalles sorprendentes de la vida cotidiana medieval.
Este texto ya clásico ha sido revisado y actualizado a fondo, y se ha puesto al día la bibliografía de las investigaciones posteriores sobre el tema, en buena medida inspiradas en la labor pionera de Jacques Le Goff mismo.