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Bolsilibros - Selección Terror 421. Vuelo al valle del miedo, de Clark Carrados

Terror, Novela

Salió del baño. Bajo la bata, ya no se observaba el menor movimiento. Entonces fue cuando Shallon vio una caja de cartón abierta, en el suelo, con unos orificios abiertos en los costados.En el fondo de la caja había un papel. Laurie, sin duda, no lo había visto. Se inclinó, lo recogió y leyó un amenazador mensaje:No vayas a Faxawatl. Todo el que entra en ese valle, no vuelve a salir jamás. No ofendas a la deidad que protege a los habitantes de Faxawatl.Pensativo, Shallon guardó la nota en un bolsillo. Luego se inclinó, envolvió la serpiente muerta en la bata y la llevó a la cocina. Por fortuna, había triturador de basuras. Fue una labor repugnante, pero muy efectiva.


Bolsilibros - Selección Terror 423. Llegada de un tren, de Curtis Garland

Terror, Novela

El relámpago iluminó fugazmente, con una claridad lívida, el andén de la pequeña estación provinciana. El trueno sonó todavía. Pero el aire olía a sulfuro y a humedad. La lluvia no podía tardar mucho.El viajero miró su reloj, impaciente. Luego, escudriñó las vías, largas y brillantes bajo la luz solitaria que brillaba en lo alto de una torre metálica, junto a un puente y un depósito de agua, a la entrada de la estación. En otra vía muerta, varios vagones de mercancías permanecían a la espera de alguna carga o del enganche de una locomotora.


Bolsilibros - Selección Terror 426. La mansión de las serpientes, de Ada Coretti

Terror, Novela

La vía férrea pasaba a pocos metros de la arena de la playa. Desde allí podía oírse perfectamente el rumor de las olas. Cerca estaba Mandristton, con sus pocos habitantes y su escasa importancia. Donde bastante a menudo surgía la niebla. Donde casi siempre había humedad. No era un lugar agradable. Amanda hubiera deseado irse de allí. Pero ¿adónde ir? Ese pensamiento le asustaba, le acobardaba, y le hacía quedarse quieta, como esperando algo, algo importante que en realidad no llegaba. Amanda tenía los cabellos negros, muy negros, y los ojos verdes como esmeraldas. Su silueta era perfecta.


Bolsilibros - Selección Terror 427. Una oración por Abigail, de Curtis Garland

Terror, Novela

«Rezad por Abigail. Rezad, malditos bastardos. Rezad por ella, si aún la recordáis. Rezad por ella si nada hicisteis en su favor.»Rezad por ella, y que Dios no os lo premie ni os escuche.»Era un feo epitafio. Desagradable y hosco, como el lugar. Sombrío como una maldición; tétrico como la vegetación silvestre que se enroscaba en las viejas lápidas medio abatidas o cubría las losas con sus inscripciones gastadas por el tiempo.


Bolsilibros - Selección Terror 428. Una bala de plata pura, de Clark Carrados

Terror, Novela

—Sabes a qué he venido, supongo.—Sí —los delgados labios de Justin van Sbräna se curvaron en una sonrisa llena de despectiva superioridad—. Pero no conseguirás nada.—¿Está seguro?—Si sabes «qué» soy, lo comprenderás en el acto.—Lo sé perfectamente. Ella lo sabía también.—Y, a pesar de todo, fue mía. Vino a mí, sabiéndolo. No hay, pues, ningún reproche que hacer.—Era una niña. Ignoraba qué era la vida…—Se lo dije. Lo supo con toda su consciencia. Y, aun así, insistió. ¿Qué podía hacer yo?La joven cerró los ojos un instante. Medora Falkeyn vaciló un brevísimo momento. Pero el recuerdo de lo que había hecho durante la noche anterior volvió a darle fuerzas.De nuevo se enfrentó con el hombre. Lentamente, metió la mano en el bolso y sacó un revólver.Van Sbräna sonrió.—Con eso no conseguirás nada —dijo, desdeñoso.—Ahora lo veremos —respondió Medora.Y apretó el gatillo.La detonación sonó como un latigazo. Los ojos de Van Sbräna expresaron una inmensa sorpresa.Medora sonreía.—Era una bala de plata —dijo.Entonces, las rodillas del hombre se doblaron. Mientras caía, su rostro se transformó en una horrible máscara demoníaca. Soltó el cigarro y alargó las manos, como garras de una bestia maligna, pero ya no tenía fuerzas. Los ojos se le cerraron, emitió un espantoso ronquido y se desplomó al suelo, girando mientras concluía la caída. Y ya no se movió más.


Bolsilibros - Selección Terror 429. Caza de monstruos, de Adam Surray

Terror, Novela

—Oh, no… No nos incumbe. Yo soy jefe del D.I.S. en Nueva York. Usted uno de los agentes. Y nos limitamos a obedecer. Lo demás no importa. Le he propuesto para una misión, Corey. Por considerarle el hombre más adecuado. Una misión un tanto… especial.—Todas las del D.I.S. lo son.—Correcto, aunque ésta… Oiga, Corey. ¿Usted cree en monstruos, vampiros y demás?William Corey interrumpió el iniciado ademán de llevarse el cigarrillo a los labios.Ahora sus ojos se posaron inquisitivos en Novak.—No estoy borracho, Corey —sonrió Andrew Novak, leyendo el pensamiento de su interlocutor—. Responda a la pregunta.—No creo en nada de eso.Novak sonrió más abiertamente.—Perfecto. Es sin duda el hombre adecuado. Al no creer en monstruos y vampiros dudo que les tenga miedo. Su misión va a ser ésa, Corey. Cazar a unos monstruos capitaneados por un vampiro.


Bolsilibros - Selección Terror 432. Madame Guillotin, de Frank Caudett

Terror, Novela

Juntos tú y yo, cogidos de esa mano imaginaria que nos une, de esa mano que se llama letras, papel impreso, vamos a introducirnos en la vida y la mente de dos mujeres horriblemente torturadas…, de dos mujeres unidas por el espectral vínculo de la guillotina, de dos mujeres a las que han llamado brujas…, de dos mujeres que aman y odian al mismo tiempo, que quieren morir y dar muerte…, de dos mujeres cuya vida no ha sido más que una vorágine en la que, como un torbellino de rabia, se han sucedido escenas terribles, extrañas, diabólicas…De dos mujeres que… han jurado volver desde el más allá.


Bolsilibros - Selección Terror 434. Estudio en negro, de Curtis Garland

Terror, Novela

Estaba lloviendo de nuevo.Las gotas de agua iban martilleando en las amplias vidrieras inclinadas de la buhardilla, para luego resbalar como lagrimones sobre el cristal, emborronando lentamente el perfil oscuro de los edificios situados enfrente, más elevados que aquél, y cuya panorámica casi general la constituían los pizarrosos tejados repletos de chimeneas, muchas de ellas con el penacho de humo negruzco procedente de los hogares encendidos.


Bolsilibros - Selección Terror 435. Un diablo bajo la alfombra, de Clark Carrados

Terror, Novela

Descendió a saltos las escaleras. Al llegar a la planta baja, vio un grupo de gente frente a una puerta abierta de par en par.Una chica estaba desmayada en el suelo y su acompañante trataba de hacerla volver en sí. Ambrose vio que Jenny se abría paso entre los curiosos, para retroceder segundos después, presa de incontenibles náuseas.—¿Qué diablos pasa aquí? —gruñó.Apartó a los curiosos y llegó al umbral. Entonces vio algo que le hizo dudar de la integridad de sus sentidos.La muchacha, completamente desnuda, estaba clavada a la pared, como una mariposa. Una espada atravesaba su pecho y se hundía profundamente en la madera del panel que cubría el muro de piedra. Los brazos estaban extendidos en cruz, sujetos por sendos puñales que atravesaban sus muñecas. En las rodillas, un poco más arriba de la articulación, se veían otros dos cuchillos, también hincados en la madera. La sangre corría a raudales y chorreaba al suelo, sobre el que, boca abajo, yacía un hombre inmóvil, completamente inmóvil.


Bolsilibros - Selección Terror 438. Memorias de un monstruo, de Curtis Garland

Terror, Novela

«Es la más espantosa historia imaginable. Nunca pensé que yo pudiera llegar a formar parte de algo así a verme mezclado en un horror semejante.Y, sin embargo, así ocurrió aquel invierno entre 1890 y 1891 en Londres. Todavía lo recuerdo con un escalofrío, aun después del tiempo transcurrido.


Bolsilibros - Selección Terror 439. La mansión de los locos, de Ada Coretti

Terror, Novela

—Bisturí —dijo el doctor. La enfermera se apresuró a ofrecérselo. El paciente acababa de ser anestesiado. Se hallaba sobre la mesa de operaciones cubierto con una sábana hasta los hombros. Pero aquel no era un quirófano normal, había sido improvisado en el sótano de una vieja mansión. Pero nada faltaba allí. Vitrinas, aparador, instrumental, todo estaba debidamente instalado. Incluso un foco espléndido de luz, que ahora acababa de ser encendido y que quedó pendiente del techo sobre el pálido paciente…


Bolsilibros - Selección Terror 441. Tratamiento diabólico, de Clifford Hilton

Terror, Novela

El coche tomó bruscamente una curva y enfiló por una pendiente de la gran cornisa. Debajo, el mar rugía enbravecido y las olas golpeaban violentamente contra el acantilado levantando un manto de espuma.Aquél era un paisaje realmente fascinante. Durante los últimos veinte días, Roy Dealey lo había recorrido casi a diario y nunca había dejado de subyugarle. Había en aquellos parajes algo misterioso y mágico que él no sabría descifrar.En esta oportunidad le acompañaba Edgard Cartón, un periodista como él y a quien había invitado a pasar el fin de semana a su casa de la montaña.Era una calurosa noche de verano y el aire, pesado, agobiante, hacía presagiar la proximidad de una tormenta.


Bolsilibros - Selección Terror 442. Las brujas de Woodsville, de Adam Surray

Terror, Novela

Capitaneadas por el mismísimo Satanás que las convirtió en sus discípulas preferidas. Sembrando el terror en la comarca. Cuando el pueblo, acosado por tanto horror y muerte, logró exterminarlas las hizo decapitar. Ellas juraron que volverían y serían las dueñas de Woodsville. Los hombres buenos de Woodsville elevaron una súplica para que las fuerzas del Averno no salieran triunfantes y nadie rescatara jamás a las brujas. Conjuraron una maldición contra quien se atreviera a despertar el eterno sueño de las brujas de Woodsville.


Bolsilibros - Selección Terror 443. La casa del gigante, de Clark Carrados

Terror, Novela

—¡Waske! ¡Dathon Waske! Sal un momento, quiero hablar contigo…La voz se oía en el exterior y penetró en la posada con ecos retumbantes. Todos los presentes miraron instintivamente hacia la puerta.Waske vaciló un poco. Luego se separó de la mesa.—No sé quién diablos puede ser, pero… ¿por qué no entra él aquí?Cruzó la sala, seguido por las miradas de todos los presentes, asió el tirador y abrió de golpe.—¿Es una burla? —gritó—. No veo a nadie…—Estoy aquí —dijo el desconocido—. Acércate un poco más.—¡Acércate tú, diablos, quienquiera que seas! Hace una noche de perros y no tengo ganas de atrapar una pulmonía, conversando a la intemperie —respondió Waske de mal talante.De pronto, una forma confusa se movió en la oscuridad. Avanzaba lentamente y, en un par de segundos más, se hizo visible.Waske ahogó un grito de terror. Todos los presentes se sintieron espantados.De súbito, aquel ser bajó su mano derecha con terrible potencia. Se oyó un horrendo chasquido. Waske dio un tremendo salto hacia atrás y cayó de espaldas, con el cráneo abierto por el fenomenal puñetazo.Luego, el gigantesco individuo dio media vuelta y, lentamente, sin mostrar ninguna prisa, se perdió en las tinieblas, en medio del viento y de la lluvia que no cesaban un solo momento.


Bolsilibros - Selección Terror 444. Viaje al infierno, de Ada Coretti

Terror, Novela

Geraldine respiró profundamente para recuperar el dominio sobre sí misma. Luego, tras sentir que cedía el asustado martilleo de su corazón, continuó andando. En sus días libres le gustaba abandonar la mansión de Baxterding, salir de la localidad y aventurarse por el cercano bosque. Por sus atajos, por sus senderos por sus cimbreantes caminos. ¡Era todo aquello tan hermoso! ¡Existía por doquier una gama tan sugestiva de tonos verdes! Pero acababa de ponerse muy nerviosa al volverse y ver que el sendero por el que había avanzado ya no existía.


Bolsilibros - Selección Terror 445. Compradora de vidas, de Clark Carrados

Terror, Novela

Sentíase sumamente confortable en aquella situación, arrellenado en la mullida butaca, junto al fuego y con un libro en las manos. Fuera, la lluvia caía mansamente, pero también sin interrupción desde hacía mucho rato. Para Norman Shearer, era una especie de paraíso, después de tantos meses de furioso ajetreo.


Bolsilibros - Selección Terror 447. Se bañaba en sangre, de Ada Coretti

Terror, Novela

La noche estaba muy oscura y Rebecca sintió miedo. Pero era una prostituta. No era otra cosa. Tenía que salir a la calle a buscar clientes. Respiró hondo y se adelantó hacia el farol que tenía más próximo, bajo cuya luz, con el vestido muy ajustado y el rostro muy maquillado, se quedó esperando. No vio a nadie por las estrechas aceras y empezó a pensar en lo agradable que sería descansar unos días en la casa de su madre, cerca de Baldingsson. La verdad es que nunca le había gustado aquello. Por eso se fue de allí, convencida de que en la ciudad podría conseguir todo lo que se propusiera. Pero no había sido así y había acabado prostituyéndose.


Bolsilibros - Selección Terror 448. La espantosa muñeca, de Curtis Garland

Terror, Novela

Estoy seguro de que jamás podré olvidar aquella horrible experiencia en mi vida.Aún ahora, volviendo la vista atrás, me pregunto si es posible que yo viviera momentos tan angustiosos y terribles como los que me fue dado conocer de forma tan directa y estremecedora, en unos momentos de mi vida en que estaba menos seguro de muchas cosas que en el presente.


Bolsilibros - Selección Terror 449. Una puerta siempre abierta, de Clark Carrados

Terror, Novela

El coche llegó a gran velocidad y describió una ceñida curva antes de detenerse frente a la casa, con gran estruendo de frenos. Las ruedas traseras despidieron a lo lejos chorros de gravilla, mezclada con polvo, que luego fue depositándose poco a poco sobre el suelo.Una mano nerviosa cortó el encendido y el motor se detuvo. Acto seguido, el conductor se apeó y corrió hacia la casa. Había media docena de escalones antes de la puerta de historiadas tallas en roble y los salvó en un par de zancadas.


Bolsilibros - Selección Terror 450. El bebedizo infernal, de Adam Surray

Terror, Novela

La maldición debe ser pronunciada por el Hechicero Sagrado. Y la infortunada criatura que recibe la maldición se convierte en bestia. Durante las noches de las eternas sombras, todas las noches son sombras para Yatrakan, se convertirá en chacal. Con colmillos y garras de bestia despedazará a sus víctimas. Saciado en sangre y muerte, retornará a su estado normal…Y la pócima.