Los ángeles te miran, Abraham Corvo, y el diablo te habla. Un asesino anda suelto por Barcelona.
Y solo tú puedes detenerle. Dos jóvenes sin relación aparente son descubiertas muertas en lo que parece un asesinato ritual: en posición invertida, con la lengua arrancada y un tatuaje idéntico: unas pequeñas alas en la nuca.
Marc Pastor vuelve a la novela negra con una obra urbana, electrizante y adictiva que rompe los cánones y nos presenta a un protagonista de los que no se olvidan: el cabo Abraham Corvo. Mulato de ascendencia guineana, es perspicaz e intuitivo y reúne todas las cualidades que se atribuyen a un buen detective… y otra arma secreta: una pulsión oscura, una conciencia antigua capaz de mirar directamente a los ojos del mal.
Todos los monstruos tienen una historia.
La casa al final de Needless Street es la historia de una niña que desapareció once años atrás en una excursión a un lago.
De su hermana, Dee, una mujer vulnerable que sigue buscándola y rastreando a los sospechosos, después de que la tragedia destruyera a su familia.
De Ted, que siempre fue un muchacho extraño y podría haber sido responsable de la desaparición de la niña. Ted vive ahora aislado con su hija y una gata en una casa decrépita y ha tapiado todas las ventanas, por las que solo penetran fragmentos de luz. Ted conoce muy bien el bosque que hay junto a su casa. Allí ha buscado refugio muchas veces y está enterrada parte de su pasado.
«¿Dónde está Evelyn? Ah, ya me acuerdo. Nos quitó los ojos.»Día de año nuevo, 1921. Siete cuerpos mutilados aparecen en un antiguo círculo de piedras en Altnaharra, una remota isla escocesa. Son «los Niños», miembros de un culto gobernado por una sádica figura a quien llaman «el tío». La única superviviente, Dinah, afirma que los ha asesinado Eve, que se habría ahogado al intentar escapar. Sin embargo, a medida que nos adentramos en la historia de Eve y Dinah hasta la masacre, va surgiendo una verdad más oscura y extraña.La isla es todo lo que los Niños conocen, el tío no permite ningún contacto con el mundo exterior. Pero el mundo está en guerra y alcanza incluso a la solitaria comunidad de Altnaharra.
Rusia es una poderosa novela que se extiende a lo largo y ancho de 1800 años de historia.
Guerreros y eremitas, boyardos y siervos, héroes y heroínas románticos, ancianas damas ricas, buscadores de fortuna y exiliados… Los personajes de Rusia habitan en un mundo contradictorio de bosques, estepas, iconos y hachas, fe ortodoxa y persecución a los judíos, hermosas iglesias, palacios magníficos y pueblos miserables; de arte popular ruso y óperas suntuosas, de Tolstói y Lenin, Chaikovski y Rasputín.
Desde las tribus nómadas de las grandes planicies de Eurasia hasta hoy en día, a través de las vidas de un pequeño pueblo al este de Moscú, Rutherfurd sigue las tribulaciones de cinco familias desde la invasión tártara hasta el reinado de Iván el Terrible y los salvajes cosacos, la dinastía de Pedro y Catalina hasta el drama de la Revolución y los posteriores sucesos contemporáneos componiendo el mosaico al que nos acostumbró con Londres , Nueva York o París a la vez que consigue, con su extensa documentación y su escritura trepidante y veloz, atraparnos en las redes de uno de los países más contradictorios y fascinantes del mundo.
En el año 180, un guerrero alano y Kiy, un niño eslavo, tienen un breve pero decisivo encuentro. A través de los descendientes de ambos, el autor novela la historia de Rusia. Sagas de familias, pertenecientes a diferentes etnias y clases sociales, atraviesan los tiempos de Gengis Kan, Iván el Terrible, Catalina la Grande, Lenin o Stalin. Granjeros, guerreros, mercaderes, aristócratas, monjes y revolucionarios construyeron durante siglos el destino de un país misterioso donde miseria, guerra, esplendor y grandeza crecieron entre los inabarcables bosques y estepas que el Volga madre atraviesa.
Rusos es un viaje al corazón de Rusia, una panorámica de la historia de un país de intensos contrastes cuyos infinitos escenarios naturales albergan una población que, con un pie anclado en la tradición y otro apoyado en el desarrollo, siempre ha tenido que convivir con la belleza y la crueldad, con la gloria y la miseria.
La vida de un amplio abanico de personajes transcurre a lo largo de los siglos a medida que Rusos avanza por el entramado social e histórico de Rusia. Del nómada al granjero, del campesino al guerrero, del aristócrata al revolucionario, se desarrolla toda una saga familiar emplazada sobre un rico trasfondo.
El reto cubre más de dos mil años de la historia de este país y en sus páginas tártaros, cosacos, bolcheviques y marxistas, representados por personajes de ficción, se dan la mano con protagonistas históricos tan reales como Gengis Kan, Iván el Terrible, Catalina la Grande, Lenin o Stalin.
Edward Rutherfurd, autor de London, entrelaza ficción y realidad para transmitir la esencia de un pueblo que sigue estando en el punto de mira, no sólo por su compleja situación actual, sino también por el hermetismo y el misterio que siempre lo han envuelto.
Durante los años de la Gran Depresión, miles de americanos se ven obligados a abandonar sus tierras malogradas y a unirse a la diáspora de granjero que emigraron en busca del sueño dorado de la gran California. En su camino, muchos de ellos pasan por la gasolinera de la Ruta 66, donde vive Leona con su cuñado y sus sobrinas. Leona es soltera y tiene que soportar las maledicencias de la gente, incluso las de su propio hermano, un fanático religioso que la acusa de vivir en pecado. Solo encuentra la tranquilidad cuando un tejano llamado Yates la protege de la locura que se desata contra ella. Su dulzura y su carácter decidido y apasionado conquistarán para siempre el corazón solitario de Yates.
La profesora de Arqueología Forense Ruth Galloway vive en una pequeña casa junto a una marisma en el condado de Norfolk. Se trata de un área remota donde se unen mar y tierra, considerada como un lugar sagrado por los hombres de la Edad de Hierro. Cuando la policía encuentra unos huesos en una zona de la marisma, el inspector Harry Nelson recurre a Ruth para que lo ayude, convencido de que se trata de los restos de una niña desaparecida diez años antes. Aunque esa posibilidad queda descartada, ya que los huesos pertenecen a una niña de la Edad de Hierro, Ruth continúa ayudando a Nelson para descubrir qué relación hay entre este caso y los rituales prehistóricos que tenían lugar en la marisma hace más de dos mil años.
En Norfolk, un hallazgo arqueológico se convierte en la clave para resolver un crimen del pasado.
La arqueóloga forense Ruth Galloway regresa con un caso en el que los ritos paganos de la época celta y romana serán la clave para resolver un asesinato.
Cuando los obreros que están llevando a cabo las tareas de demolición de una vieja casa en Norwich descubren el esqueleto incompleto de un niño, la arqueóloga forense Ruth Galloway intenta esclarecer su procedencia. ¿Se trata de un sacrificio ritual llevado a cabo por nuestros ancestros o de la víctima de un asesinato? Ruth intentará averiguarlo junto al detective Harry Nelson. La casa fue un orfanato en la década de 1970, y el sacerdote que lo dirigía aporta nuevas pistas al recordar la desaparición de dos hermanos, un niño y una niña, a los que nunca encontraron. La curiosidad de Ruth aumenta y ni siquiera las molestias de su embarazo impedirán que se implique en el caso. Sin embargo, pronto se dará cuenta de que alguien está dispuesto a darle un susto de muerte.
Un equipo de geólogos que investiga la erosión costera en la bahía norte de Norfolk se pone en contacto con la doctora Ruth Galloway al hallar seis cuerpos enterrados al pie de un acantilado. La arqueóloga y el inspector Harry Nelson se unen una vez más para desentrañar el pasado, aunque la situación es de lo más incómoda, pues Nelson debe evitar a toda costa que su esposa Michelle sospeche de la relación que hay entre ellos dos. Las pruebas revelan que los cadáveres corresponden a seis hombres jóvenes que fueron asesinados hace más de setenta años. El misterio de sus muertes parece remontarse a la Segunda Guerra Mundial, una época en la que Gran Bretaña vivía con inquietud una posible invasión de los alemanes.
La arqueóloga forense tiene que resolver un asesinato relacionado con la misteriosa historia de un obispo medieval y una antigua maldición aborigen.
En un museo privado de Norfolk todo está listo para la apertura del féretro de un obispo del siglo XIV. Han invitado al evento a personalidades destacadas y a los principales académicos de la universidad, entre ellos, a Ruth Galloway. Pero justo antes de que comience la ceremonia, se produce un trágico descubrimiento: el director del museo aparece inconsciente junto al féretro y nada se puede hacer por salvarle la vida. A su pesar, Ruth se ve involucrada en la investigación, de la que se hace cargo el inspector Harry Nelson. Las únicas pistas en manos de la policía son unas cartas amenazadoras y una antigua leyenda que despierta los temores de los más supersticiosos. Pero Ruth sabe que son los huesos los que tienen todas las respuestas, y solo ella es capaz de descifrar su mensaje.
Con barba, tatuajes, músculos tan duros como el acero. Ace es el típico motero… con el que es mejor no toparse. Tal como sugiere el nombre de su banda, Ruthless, despiadados. Pero Ace también tiene su parte dulce. Una dulzura que solo ha existido cuando se trataba de Allie. A pesar de que hace años que no la ve, nunca olvidó a la única chica que ha amado. Tampoco pensó que la próxima vez que se cruzaran, estaría ella bailando en un poste de baile sobre un escenario. Es una imagen que hace que Ace se ponga en tensión mientras la arranca del poste y cubre su desnudez con su chaqueta. Allie grita y patalea. Le pide a Ace que se aleje de ella, que no lo necesita ni a él ni su protección. Pero es una pelea que no ganará. Hace años Allie le pertenecía a Ace. Y ahora, le pertenecerá de nuevo, le guste o no. Porque una cosa está clara: Allie no tiene ni idea de cómo protegerse a sí misma.
«Me llevo una mano al pecho, sobre el corazón. Mi “corazón”. ¿Todavía representa algo ese penoso órgano? Permanece inmóvil, sin bombear sangre, sin la más mínima utilidad, y sin embargo mis emociones todavía parecen originarse entre sus frías paredes. ¿Qué me pasa? ¿Me lo estoy imaginando todo? ¿Es un placebo? ¿Una ilusión optimista? En cualquier caso, siento que el encefalograma de mi vida se altera, formando montañas y valles con los latidos de mi corazón». R es algo peculiar. Intenta pasárselo bien, pero es demasiado sensible y a veces se entristece. Tampoco ayuda que esté muerto, o casi muerto. Se pasa los días vagando por el aeropuerto abandonado donde vive sin saber muy bien qué sentido tiene su existencia. Hasta que conoce a Julie.
Josh Bradbury, detective en el Estado de Florida, atraviesa por una crisis cuando por coincidencia descubre una verdad desconcertante que lo afecta en forma directa. Solicita traslado a Nueva York, donde se encuentra con la mayor sorpresa de su vida. Además, el mismo día de su llegada descubren el cuerpo de una joven que ha sido violada y asesinada en un parque. Es el primero de una serie de homicidios que sembrarán el miedo en la ciudad. La relación entre las víctimas es desconocida, salvo que se trata de mujeres jóvenes violadas y asesinadas por asfixia y que todas han sido encontradas en parques de Nueva York. Josh se ocupa del caso junto con Cody Ryan, un respetado detective de Brooklyn. Al mismo tiempo, debe convencer a su compañero de investigar un suceso acaecido mucho tiempo atrás que les concierne a ambos, mientras un poderoso criminal pone precio a sus cabezas.
El pasado todavía acecha… Ryan y Bradbury deberán resolver el asesinato a sangre fría de una pareja de ancianos en su propia casa. Lo que parecía una investigación rutinaria, se convierte en un desafío para los detectives. Si quieren encontrar al asesino, tendrán que desenmarañar un entramado de intereses, mentiras y falsas apariencias. Pero ese no será su único desafío: la poderosa organización criminal que asesinó a su madre biológica sigue activa, y su tercer hermano continúa desaparecido. Si quieren encontrarlo y reparar las heridas del pasado, Cody y Josh deberán desafiar a quiénes condicionaron sus vidas, aunque saben que sus enemigos están dispuestos a lo que sea necesario para impedir sus indagaciones. Incluso al homicidio de dos policías entrometidos. Los detectives gemelos también tendrán que hacer frente al FBI y a sus propios jefes, que no verán con buenos ojos su interferencia en un caso federal. Los riesgos son muy elevados, pero evadirlos no es una opción…
Asmodeo, el demonio de la Lujuria, ha vivido en guerra con Dios, sus ángeles y los seres humanos desde que fue expulsado del Paraíso junto a Lucifer y todos quienes le siguieron. Humillado por esa derrota, planea su venganza contra el Hijo, esperando el momento para desatar su furia. Sin embargo, dos mujeres mortales truncarán sus planes, la primera al hacer que lo condenen a perder su cuerpo celestial, la segunda, al llevarlo a una salvaje guerra contra todo aquel que intente interponerse entre ambos. Esta guerra sacudirá todas sus creencias y lo forzará a llegar a límites a los que él jamás habría pensado alcanzar.
Después de permanecer atrapados durante más de dos meses dentro de una mina derrumbada en Guanajuato, treinta y tres mineros son rescatados ante la mirada entusiasta de millones de televidentes en todo el mundo.Sin embargo, hay una persona que no está alegre por dicho rescate tan mediático, su nombre es Fabrizio Madrid Satrústegui, es un asesino profesional cuyo padre falleció treinta años atrás, cuando se derrumbó una mina asturiana.Fabrizio viaja al estado de Guanajuato, en México, para asesinar a todos los mineros rescatados. Y comienza a matarlos, ante la mirada impotente de la Policía de Guanajuato, que sospecha del líder de los mineros, que estaría vengándose de un motín orquestado en su contra antes de ser rescatados.No obstante, un ex policía llamado Porfirio Parra tiene otra línea de investigación en la que porfiará hasta sus últimas consecuencias, a pesar de que fracase varias veces.
El detective Fritz Brown, un ex alcohólico obsesionado con la música clásica, no es un detective convencional: le echaron de la policía de Los Angeles hace años y todavía tiene que moverse al borde de la ley para salir adelante. Un estrafalario caddie de golf con pinta de mendigo pero con mucho dinero, le ofrece mil dólares para que vigile unos días al rico peletero judío con el que vive su hermana. Pero ella resulta ser muy atractiva, y además una apasionada del violonchelo, por lo que Brown decide seguirla e investigar de dónde saca su extraño cliente tanto dinero.
Una vieja casa en la que Elisa y Mario comienzan su vida juntos, aunque desconocen que el destino les ha guiado hasta allí, quizás con la oscura intención de cerrar el círculo. Una historia de amor y desamor, de inocencias mancilladas y de casualidades macabras que, como pequeñas fichas de dominó , crearán una cadena imparable hasta la caída de la última y definitiva. “Fue la última vez que vi la casa, y no me arrepiento de haber profanado su duermevela de moribunda, en mi afán desesperado por entender, por apresar de entre aquellos muros el sufrimiento que sigue corroyendo, después de tantos años, el alma de mi querida madre”
¿Por qué fusilaron a mi padre?, le pregunta un día un adolescente huérfano a Sacha, la mujer de pelo cano que, una noche, cuando era niño, lo salvó de una muerte segura al llevárselo, estrechándolo entre sus brazos, de una cabaña escondida en un bosque del Cáucaso. La respuesta nos revela la conmovedora historia de los abuelos de ese niño, Nikolai y Anna, las hambrunas y la sanguinaria guerra civil que sufrieron, las atrocidades perpetradas por Blancos y Rojos, la ciega obediencia al soviet y sus nefastas consecuencias. Y nos presenta también a Pavel, el padre del niño, y su aterradora experiencia durante la segunda guerra mundial; a sus compañeros en el batallón disciplinario usado como carne de cañón para liberar un campo de concentración; su vida errante tras la guerra hasta que conoce a la que será su mujer y se establecen, clandestinamente, en una cabaña del bosque. En la historia de la familia de ese niño, ese huérfano que, años después, convertido en médico militar, trabaja para los servicios secretos de su país, se condensa todo el dolor de un siglo aciago.