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El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 23. La ceremonia nupcial, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

Las invitaciones habían sido extendidas y enviadas. Los periódicos anunciaban ya el próximo enlace del conocido multimillonario Milton Drake con Mavis Donovan, sobre cuya novelesca historia aún se publicaban comentarios. Para nada se mencionaba el matrimonio civil, celebrado con anterioridad. A Mavis se le antojaba que de hablar de él, el matrimonio canónico perdería, para muchos, todo su interés.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 24. La misión termina, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

La piragua serpenteó por entre la hierba acuática perenne, rozó nenúfares y azucenas de agua guiada hábilmente por el seminola. El sol rielaba en las inquietas aguas y los claros resultaban deslumbrantes por contraste con las sombrías profundidades de los cipresales.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 25. De la llama de la Antorcha, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

Milton conocía a Brigthon. Había hecho más de un crucero en su yate «Yankee Doodle». Volvió a ponerse en contacto con Trans-Radio y pidió radiaran un nuevo mensaje al yate, suplicando a Brigthon dijera a su mujer que Clarkson había muerto y que podía regresar tranquilamente a casa cuando quisiese. Y, no pudiendo hacer nada más, se dispuso a esperar los días que faltaban para saber qué decisión tomaba Mavis.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 26. La muerte sintética, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

Milton se detuvo unos segundos, aguzando los oídos. La obscuridad era completa. El silencio, absoluto. Todos sus esfuerzos por penetrar las tinieblas con la mirada resultaron estériles. Todo intento de oír por encima de los latidos de su propio corazón, algún susurro que indicara la presencia de alguien más en el cuarto, resultó vano.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 27. La arquilla de cristal, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

Milton Drake bajó del coche-cama y miró a su alrededor. Era de noche, pero la estación estaba brillantemente iluminada y el andén parecía un hormiguero de gente. William Garth, que observaba a los viajeros que se iban apeando desde un punto estratégico, interceptó el movimiento que el multimillonario hacía con el brazo y se abrió paso por entre la gente hasta llegar a su lado, tomando las dos maletas que un mozo negro ofrecía a su jefe desde el tren.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 28. Bajo la sombra del cadalso, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

Llevaba Milton Drake dos días en Nueva York cuando sucedió. Y, aunque la cosa era seria, no le dio él, en el primer momento, la importancia que había de tener. 
Durante dos días, como decimos, se había dedicado a celebrar entrevistas con unos y con otros, atendiendo a varios asuntos que desde hacía tiempo requerían su atención. Fue el tercero, al regresar al hotel en que se alojaba, cuando hizo el descubrimiento. No hizo más que entrar en su cuarto y se dio cuenta de que había recibido una visita no autorizada durante su ausencia.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 29. Fardos, tablones y tiros, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

Se oyó un chasquido en la oscuridad… ruido de un peso leve al tocar el suelo… rumor de pisadas cautelosas… Un cono de luz taladró las tinieblas e hizo impacto en una de las balas amontonadas a ambos lados de la espaciosa nave. La persona que manejaba la lámpara de bolsillo se fue acercando. Una mano enguantada pasó por encima del cono de luz y se posó en la bala de tela, apretándola suavemente.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 30. Cae el antifaz, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

El motor empezó a fallar. Sonia echó una mirada al marcador que tenía delante de ella y masculló algo entre dientes. Marcaba veinticinco litros, ¡la misma cantidad que cuando pasara por delante de la última bomba de gasolina! Miró por segunda vez, para asegurarse. No cabía la menor duda: el indicador estaba estropeado. El motor pareció toser por última vez y se paró. El coche rodó unos metros más y se detuvo a su vez.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 31. Tortura infinita, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

Una sombra apareció dibujada en el vidrio esmerilado del despacho número veinte. Una mano llamó, tímidamente, con los nudillos. Luego, como si la visita descubriera de pronto otro medio para dar a conocer su presencia, sonó un timbre.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 32. Sangre del dragón, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

En el lujoso establecimiento de Valtham Seaward no había más que un cliente cuando Milton Drake abrió la puerta, un chino vestido a la europea que contemplaba la bandeja de piedras preciosas que un dependiente acababa de sacar para su examen. El dueño de la joyería vio a Milton, le reconoció y le salió al encuentro, deshecho en sonrisas.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 33. La caja de Pandora, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

Milton Drake leyó la noticia sin gran interés. La muerte violenta de un criminal había dejado de constituir, en rigor, noticia desde hacía tiempo. Raro era el día en que los periódicos no dieran alguna noticia por el estilo. Y el hecho de que apareciera el cadáver flotando en la bahía tampoco podía considerarse una novedad. Total, que el suceso no parecía tener circunstancia alguna lo bastante misteriosa para que pudiera interesarle. La policía procuraría descubrir algo.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 34. Chang, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

Sonia se dejó caer sobre el césped a dos pasos de la cantarina fuente. Oliver Grimm se sentó a su lado. Las notas de un vals lento llegaron a sus oídos desde allende el bosquecillo. La luz de un foco vecino se filtró por entre las hojas de los árboles, trazando un complicado encaje de luces y sombras alrededor de la pareja.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 35. Lucha en el lago, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

La risa cascabelina sacudió a Milton, despertó su recuerdo y atrajo su mirada hacia el lugar de donde había partido. En la mesa vecina, una mujer joven, de deslumbrante belleza, ojos negros muy grandes y tez tan blanca como azabache era su cabellera, reía escuchando algo que contaba uno de los que la acompañaban. La reconoció enseguida. Era la primera vez que la veía vestida de blanco; pero nunca la había encontrado más bella que en aquellos instantes.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 36. El dilema de Grimm, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

Merry Boles se puso en pie. El que, en plena Ley Seca, había sido propietario de una cadena de speakeasies o bares clandestinos, hoy dirigía un club nocturno y restaurante cuya cocina y cuyos espectáculos gozaban de envidiable fama y lo convertían en punto de cita de lo mejor de Nueva York.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 37. El secreto de Laura Plankton, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

A las once de la mañana del día once del mes once de mil novecientos diez y ocho, en el preciso momento en que el mundo entero celebraba con grandes arrebatos de alegría la firma del armisticio, allá en los arrabales de Baltimore la señorita Laura Plankton encerraba su coche en el garaje, despedía a toda la servidumbre, echaba los postigos a las ventanas y el cerrojo a la puerta de su palacete, y se aislaba definitivamente del mundo, de sus alegrías, y de sus tristezas, sin haber comunicado a ser viviente alguno el motivo de determinación semejante.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 38. La pitonisa, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

Un negro alto, vestido a la europea, pero con turbante, abrió la puerta y les condujo a una sala donde ya había numerosas personas esperando. Tomó la tarjeta de Brentwood y se retiró con ella, dejando a los recién llegados cambiando impresiones con algunas de las visitas a quienes ya conocían.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 39. Al fuego con fuego, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

John Bascombe se sentó a su mesa de despacho y examinó el montón de correspondencia llegada aquella mañana. Uno por uno examinó los sobres. Adivinaba, poco más o menos, su contenido por el membrete de la casa que le escribía. Escogió, de entre todos, uno que carecía de nombre de remitente. Iba escrito a máquina y, a juzgar por el matasellos, había sido echado al correo en Baltimore el día anterior.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 40. Tarántula, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

Marcus Seeker, alto, corpulento, entrecano, de facciones que parecían talladas en granito, contempló, satisfecho, los numerosos invitados que llenaban el salón. Aquella fiesta, como cuantas daba, estaba siendo un éxito. La prensa neoyorquina haría la reseña en tono encomiástico, la gente se disputaría sus invitaciones. No estaba muy lejano el día, se dijo, en que recibir una invitación de Marcus Seeker representaría la consagración definitiva, el único sello de distinción, la única prueba de que al agraciado le había abierto las puertas la buena sociedad.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 41. Cargamento de estrellas, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

El jefe se mostró sorprendido por la brusquedad con que había tomado semejante determinación. Le preguntó qué era lo que se proponía hacer y cuanto era lo que esperaba ganar más en otra parte. Estaba muy satisfecho de su trabajo y comportamiento y, si la cantidad que mencionaba no era absurdamente elevada, tenía la intención de dársela para que no dejara la casa.


El Encapuchado 1ª Etapa (Ed. Cliper) 42. Paraíso recobrado, de G. L. Hipkiss

Novela, Aventuras

La llamada angustiosa, perentoria, vibrante, sacó al multimillonario de la especie de letargo en que se hallaba sumido. La voz era inconfundible: era Sonia la que con tanta urgencia le llamaba.