Blanca, urbanita convencida, decide exiliarse al campo para unas vacaciones con un único objetivo: reencontrarse consigo misma y curar heridas emocionales recientes. Una típica masía reconvertida en hostal, en el Montseny catalán, es el entorno escogido para ello. Un lugar idílico en el que acabar de superar esos días complicados. Lo que en inicio debía ser un retiro, un descanso sin preocupaciones y momentos de deleite al sol, paseos ligeros y chapuzones en la piscina, no tarda en convertirse en una concatenación de situaciones poco convencionales protagonizadas por un lugareño que la desconcierta con cada encuentro, ¿casual o no?
Apareció sin más… Recuerdo perfectamente aquel día. Estaba en su despacho porque Jeff me había pedido que, por favor, los ayudara. Al principio no me pareció una mala idea, pero eso fue porque no sabía quién era Sean Cote, el desconocido que esperaba a mi espalda sin yo saberlo.
Fue muy extraño. Mi cuerpo se paralizó, sentí un súbito calor que recorría cada centímetro de mi piel y, cuando me giré, no podía creer que ese hombre tan... arrebatador fuese el socio de mi marido. Jamás me había hablado de él y de inmediato supe el motivo: cualquier marido querría tenerlo lo más lejos posible de su mujer. Y yo seguía ahí, inmóvil como una auténtica idiota sin saber qué decir.
A partir de aquel día comenzaron todos mis problemas. No podía decirle a Jeff que me había enamorado a primera vista de su socio, y menos aún confesarle que me veía con él a escondidas. No fue nada fácil, y debo admitir que no me siento bien por ello, pero su magnetismo era tal que, cuando lo tenía delante, no era capaz de apartarme, de decir basta.
Si tuviera que definir a Sean Cote en una sola palabra elegiría, sin dudarlo, ésta: provocador.
No puedo apartarlo de mi mente... Sabía que un día u otro ocurriría, aunque me hubiera gustado ser yo quien le dijera la verdad. Ahora ya es tarde. Me ha dejado muy claro que no quiere ni verme, y siento que lo he perdido para siempre.
Fui demasiado ilusa al creer que entendería que estoy casada con su socio, que nuestro matrimonio es atípico, pero si no deja que me acerque no se lo puedo explicar.
Regresé de Quebec desolada y con la firme determinación de no desistir hasta que tuviera la oportunidad de ser sincera con él. Sin embargo, no esperaba descubrir que mi verdad era una nimiedad respecto a la suya. Lo que Sean ocultaba era más de lo que jamás hubiera podido imaginar, algo que despertó millones de dudas y que me llevó a temer por mi vida, por la suya y por la de cuantos nos rodean.
Y ahora me preguntarás por qué no lo dejé en cuanto me enteré. Yo misma me he hecho varias veces esa pregunta, pero es que cuando está cerca de mí, Sean Cote es irresistible...
No creas que para llegar hasta aquí el camino ha sido fácil. Hemos tenido que sortear demasiados baches, y no me siento orgullosa de cuanto he hecho. Puede que si no hubiera actuado de forma impulsiva hubiese evitado consecuencias que han cambiado el sentido de nuestra vida.
Para empezar, ese fatídico accidente. Desde el momento en que apareció el médico y nos dijo cuál era su estado, supe que nada volvería a ser igual, y yo era la única culpable de lo sucedido. Si hubiera tenido la suficiente confianza en Sean, habría hablado con él antes de huir y no le hubiese arruinado la vida. Lo convertí en algo que no era, un hombre vulnerable para sus enemigos, y ellos lo aprovecharon para destrozarnos.
Aunque nosotros tenemos algo que ellos no valoraron, y es que desde que nos conocimos, el uno sin el otro no somos nada, pero juntos lo somos todo. Aceptamos el presente y nos prometimos un nuevo futuro, uno basado en la confianza y en el espíritu de superación, eso es todo.
Una feroz guerra subterránea… y el más audaz de los atentados. Sean Dillon es un asesino. Quizá su atracción por la violencia surgiera de la convicción política cuando formó parte del IRA. Pero ya ha perdido las referencias y los escrúpulos. Dillon es un sicario, un carísimo sicario. Tan caro que sólo un magnate irakí del petróleo puede pagarle. Son los tiempos de la guerra del Golfo, y un magnicidio puede afectar el equilibrio de los aliados. Se trata de un extraordinario desafío, que sólo Dillon puede abordar. Y él mismo fijará el blanco: el primer ministro británico, John Major. La minuciosa preparación del golpe, los ciegos esfuerzos del servicio secreto por evitarlo, forman el nudo de una obra tan inteligente como trepidante.
1945: poco antes del suicidio de Hitler, su lugarteniente Martin Bormann abandona el búnker de Berlín rumbo a Noruega, donde tomará un submarino que le conducirá a América del Sur. Lleva abundante documentación, parte de la cual es extraordinariamente comprometedora.
Cuarenta y siete años después, un submarinista localiza un viejo U-Boot alemán hundido en la Punta del trueno, en el Caribe. Lo explora, revisa la documentación y se da cuenta de su importancia: implica a muchos políticos aún vivos. Es tan explosiva que muchos querrían poseerla; o destruirla.
Charles Ferguson, del servicio secreto británico, recibe la orden de recuperar los documentos; para ello recurre a su viejo enemigo, el antiguo terrorista irlandés Sean Dillon (protagonista de El ojo del huracán). Ambos parten hacia el Caribe, donde deberán sortear las dificultades de la naturaleza y el encarnizamiento de unos tenaces enemigos, a cuya falta de escrúpulos sólo podrán oponer decisión e inteligencia.
Una mortífera competencia por el más fabuloso de los botines. En 1944, lord Mountbatten y Mao Zedong firmaron un acuerdo por el que los chinos se comprometían a prorrogar por cien años el estatuto de Hong Kong a cambio de ayuda militar. Dicho convenio, particularmente la copia británica del mismo, desapareció en un desgraciado accidente. Había quedado sin efecto antes de nacer. Han transcurrido cincuenta años. El paso de la colonia a soberanía china se acerca; sin embargo, hay poderosos intereses económicos, incluida la Mafia, que no pueden resignarse a lo inevitable. El desaparecido y olvidado convenio adquiere inusitado valor, tanto para las oscuras fuerzas que quieren impedir la descolonización de Hong Kong como para el gobierno británico, que no desea interrumpir el proceso. De ese modo, el mayor Ferguson, del servicio especial del primer ministro, y el jovial y sagaz ex terrorista del IRA Sean Dillon se verán empeñados en una mortal carrera por un documento que podría cambiar los destinos del mundo…
1985\. El espectacular robo que lleva a cabo un grupo paramilitar irlandés termina con el naufragio del Irish Rose y con la pérdida de un suculento botín. Diez años más tarde, cuando el proceso de paz avanza con paso titubeante en Irlanda, el presidente de Estados Unidos recibe información sobre el paradero del Irish Rose y del tesoro que esconde, cien millones de libras esterlinas en lingotes de oro. El riesgo de que dicha fortuna llegue a manos de terroristas irlandeses es alto y el hecho de que una organización criminal decida participar en la recuperación del oro perdido obliga a las autoridades a tomar cartas en el asunto con urgencia.
Vietnam, 1969. Jake Cazalet, oficial del ejército americano, salva la vida a una hermosa mujer francesa. Ésta, convencida de la muerte de su marido, disfruta de una noche de pasión con Cazalet, pero su idilio termina de inmediato cuando su esposo es hallado con vida. Estados Unidos, 1997. La mujer francesa ha fallecido, Jake Cazalet se ha convertido en presidente de Estados Unidos y su hija (el resultado de esa noche de pasión) tiene ya veintiocho años. Jake había mantenido oculta la existencia de Marie, su hija ilegítima, pero un grupo de extremistas israelíes ha descubierto su secreto, ha secuestrado a la chica y amenaza con matarla si el presidente no cumple sus exigencias: el bombardeo de varios países árabes. Tiene diez días para decidirse. Sean Dillon, antiguo miembro del IRA, y Blake Johnson, agente del FBI, cuentan con el mismo plazo de tiempo para encontrar a Marie. Si no lo consiguen, el presidente deberá elegir entre apretar el botón o permitir que los terroristas asesinen a su hija.
Belfast 1981. Un cadáver con una mano amputada puede llegar a no tener ninguna importancia si aparece en un ambiente de extrema violencia como el que se vivía en Irlanda del Norte. Los presos del IRA están en huelga de hambre; los disturbios, los asesinatos y los atentados indiscriminados con bomba se suceden. El ejército y la policía, completamente desbordados, imputan cualquier muerte violenta a ajustes de cuentas entre bandas paramilitares católicas y protestantes. Con la idea de que sea rápidamente archivado, le dan el caso al detective Sean Duffy, un agente que no cuenta con la confianza de sus superiores. Un melómano con título universitario en un mundillo de iletrados a quien quieren matar los católicos por ser policía y los protestantes por ser católico. Pero el caso es más complejo de lo que parece, al aparecer otro cadáver en condiciones similares y descubrirse que eran homosexuales y que estaban vinculados al IRA. ¿Se encuentra Duffy ante un asesino en serie homófobo en una Irlanda que persigue con cárcel la homosexualidad? ¿Están relacionadas sus muertes con el aparente suicidio de la ex mujer de un dirigente del IRA?
Cuando Sean Duffy investiga un crimen, lo arriesga todo. Incluso la vida.
Irlanda del Norte, años ochenta. Un torso humano aparece en una maleta abandonada. Ha estado congelado, lo que impide saber con precisión cuándo murió la víctima. Un tatuaje incompleto y una vieja cicatriz de metralla son lo único que lo pueden identificar. Se hace cargo del caso Sean Duffy que no pasa por su mejor momento: aún no se ha recuperado de las consecuencias de su anterior investigación y al mismo tiempo su relación sentimental hace aguas.
La víctima murió envenenada, no es el método que emplean los paramilitares, ni del IRA ni los unionistas. El veneno es casero y procede de una planta tropical desconocida en Irlanda. Parece el crimen perfecto, pero Duffy sabe que eso nunca pasa. Todo va a cambiar cuando descubre unas señas en la maleta: las de un oficial de las fuerzas de seguridad recientemente asesinado.
Sean Duffy, de quien todo el mundo desconfía —los católicos por ser policía, los protestantes por ser católico—, se empeña en resolver el caso pese a la opinión de sus jefes. Recorre las tensas calles de Belfast y parajes poco amigables de la campiña irlandesa en busca de pistas, sin saber que se está enredando en una peligrosa trama, con ramificaciones en Estados Unidos, que pondrá en peligro no solo su carrera policial, sino su propia vida.
Irlanda del Norte, septiembre de 1984. Las fuerzas de seguridad están en alerta máxima: 38 terroristas del IRA se han escapado de la cárcel y entre los fugitivos está Dermot McCann, un experto en explosivos formado en Libia. El agente Sean Duffy fue compañero de clase de McCann por lo que no le sorprende encontrarse de repente con el MI5 en la puerta de su casa. Duffy debe localizar a McCann antes de que empiece a sembrar el terror. Es la gran oportunidad que se le presenta para rehabilitarse después de haber sido degradado por un asunto espinoso del que se le ha responsabilizado. Nadie sabe dónde se esconde Dermot McCann. Tras una serie de turbios incidentes, la exsuegra de McCann promete ayudar a Duffy, pero solo si resuelve el enigma de la muerte de una de sus hijas, cuatro años antes, aparentemente de forma accidental en un «pub» cerrado por dentro. Duffy no sabe por dónde empezar, mientras el reloj corre en su contra y a favor de McCann.
Michelle Maxwell acaba de echar por la borda un brillante futuro en los servicios secretos estadounidenses: un candidato presidencial de cuya seguridad era responsable acaba de desaparecer sin dejar pistas. Sean King sabe muy bien cómo se siente la joven agente. Él también se vio forzado a renunciar a su cargo cuando el político al que debía proteger fue abatido por unos disparos. Cuando Michelle solicita su ayuda, basándose en curiosas coincidencias entre ambos casos, King acaba aceptando. La investigación les llevará a adentrarse en un territorio infestado de mentiras, secretos e intereses del que será muy difícil salir con vida.
El cadáver de una mujer es hallado en un bosque de Virginia. En su muñeca, el homicida ha dejado un reloj de pulsera con un extraño símbolo. Se trata de la primera víctima de un asesino en serie que tiene en vilo a la población de Wrightsburg. Su proceder es escalofriante y metódico: siempre deja en la escena del crimen un reloj al que detiene en una hora concreta y escenifica sus crímenes emulando algunos de los asesinatos más macabros de la historia. Sean King y Michelle Maxwell —que abandonaron su carrera como agentes del Servicio Secreto para dedicarse a la investigación privada— son llamados a participar en la investigación del caso. Una desagradable sorpresa va a enturbiar aún más su trabajo: la supuesta aparición de un segundo asesino que reproduce los crímenes cometidos por el primero. King y Maxwell deberán resolver este intrincado puzzle de personalidades en una carrera contra reloj para evitar que haya nuevas víctimas. Retomando los protagonistas de Una fracción de segundo, Baldacci demuestra una vez más que es uno de los escritores de thrillers más destacados de la actualidad.
En un mundo de conspiraciones, información confidencial y secretos de Estado, la genialidad significa poder. Aunque a veces, simplemente, acarrea la muerte. A tres horas de Washington, un río fuertemente custodiado sirve de frontera de dos instituciones. Una de ellas es una inusual comunidad científica, de la que nadie conoce sus objetivos ni su fuente de financiación. La otra es territorio de la CIA: Camp Peary, un campo de formación de élite secreto. Ahora, un hombre y una mujer están a punto de abrir una brecha en estas dos organizaciones. Las vidas de Sean King y Michelle Maxwell, exagentes secretos convertidos en investigadores privados, no atraviesan un buen momento. Además, Sean se ve forzado a aceptar en solitario una ingrata investigación: la sospechosa muerte de un científico en la comunidad que se sitúa frente a Camp Peary. Pronto descubre múltiples capas de desinformación que protegen un sensacional mundo de matemáticos de élite, físicos, héroes de guerra, espías y agentes muertos. Y pronto sabe lo suficiente como para poner su vida en peligro…
Un audaz secuestro convierte una fiesta infantil de cumpleaños en Camp David, la residencia de vacaciones presidencial, en una pesadilla de seguridad nacional. Sean King y Michelle Maxwell, dos antiguos agentes secretos convertidos en investigadores privados, no desean involucrarse en el caso. Pero Sean King salvó años atrás al marido de la primera dama, entonces senador, de un desastre político. Ahora la esposa del presidente presiona a Sean y Michelle y ambos emprenden una búsqueda desesperada para rescatar a la niña secuestrada. Mientras Michelle sigue luchando con sus propios demonios, los dos investigadores se verán llevados al límite, pues las fuerzas implicadas en el caso apuntan contra ellos desde ambos lados, y la frontera entre amigos y enemigos se desdibuja hasta resultar indefinible… y engañosa.
Edgar Roy, presunto asesino en serie confinado en un centro federal de máxima seguridad, está a la espera de juicio. Su condena parece segura. El abogado de Roy, Ted Bergin, viejo amigo y mentor de Sean King, pide ayuda a este y a Michelle Maxwell. Pero la investigación queda desbaratada antes de empezar camino de su primera reunión con Bergin, puesto que Sean y Michelle se lo encuentran muerto. Ahora serán ellos quienes tendrán que responder a los interrogantes que a nadie parecen interesar: ¿es Roy un asesino?, ¿quién mató a Bergin? Con la ayuda de aliados sorprendentes, se hacen cargo del caso. Pero cuanto más escarban en el pasado de Roy, más obstáculos, medias verdades, callejones sin salida, amigos desleales y amenazas crecientes encuentran por todas partes. Su obstinación los enfrenta a los altos mandos del gobierno y a los rincones más oscuros del poder. La pugna aterradora que llevará al límite a Sean y a Michelle quizá acabe separándolos para siempre.
Sean King y Michelle Maxwell, exagentes del Servicio Secreto que ahora se dedican a la investigación privada, regresan en el caso más sorprendente, personal y peligroso de su carrera. Al comienzo parece una historia meramente trágica. El adolescente Tyler Wingo recibe la dolorosa noticia de que su padre, militar, ha muerto en acción en Afganistán. Pero entonces ocurre algo extraordinario: Tyler recibe un mensaje de su padre… posterior a su supuesta muerte. Tyler contrata a Sean y Michelle para que desentrañen el misterio, y las pesquisas de estos plantean rápidamente interrogantes más profundos e inquietantes. ¿Acaso es posible que el padre de Tyler siga con vida? ¿Cuál era su verdadera misión? ¿Podría ser Tyler el próximo objetivo de una conspiración? Los investigadores se dan cuenta de que han topado con algo más trascendente y peligroso de lo que cabría imaginar. Y mientras su búsqueda de la verdad los conduce de forma implacable a las altas esferas del poder y a la revelación de un secreto muy bien guardado, Sean y Michelle se comprometen a ayudar y proteger a Tyler, aunque con ello pongan en riesgo su propia vida.
«Había irrumpido la boda equivocada, tropezó de bruces con el pasado y no era tan desagradable como recordaba». Winter Adams siempre ha sido considerada La Blancanieves del siglo fría, distante, de tez pálida y ojos tan cristalinos como la propia plata. Cansada de ser juzgada por todo el mundo y de acallar los sentimientos de su corazón decide tomar una decisió Bryce Evans, el amor de su vida, está a punto de dar el «Sí quiero» y tiene que detenerle a toda costa. Todo habría sido perfecto si el chico que se giró proporcionándole ese bonito cuento de hadas no fuese Nathaniel su mejor amigo de la universidad y en el que se apoyó cuando Bryce no la correspondía. Ahora que han vuelto a encontrarse, que ha arruinado su plan perfecto y está en boca de todos, no la dejará escapar.
«Fingió ser impenetrable para enfrentar su divorcio, se vistió con la mejor armadura para que el dolor que reflejaban sus ojos azules no la hiciera débil y permitió que besase cada una de sus cicatrices con la esperanza de olvidar su traición». Para Autumn Miller disfrutar de su primer año como divorciada no era tan asombroso como imaginaba. Podía ser una de las empresarias más cotizadas del momento: tener independencia, su propia marca, incluso tirar de tarjeta todo lo que deseara sin miedo a quedarse en números rojos. Todo sería perfecto si cada vez que llegase a casa Vincent Rogers, su exmarido y el hombre que la traicionó, no fuese una parte más del mobiliario. Porque podía lidiar con las heridas que él mismo había dibujado en su piel, escondida en las sábanas que una vez compartieron. Pero enfrentar aquella convivencia cuando no eran nada, la hacía bailar entre el deseo de terminar entre sus brazos, o pedirle que se marchase de su vida.Él no estaba preparado para contar el motivo de su decisión un año atrás, la cuenta atrás marcaba un destino, que quizá, con un poco de valentía no les alejase para siempre.