En esta novela se combinan dos historias separadas por cuatro siglos. Por un lado asistimos al viaje de un Visitador del Santo Oficio a Galicia en tiempos de Felipe II, una época poco propicia para la magia y las meigas y en la que el afán de conocimiento pueden conducir a la hoguera. Por otro lado, acompañamos a un escritor y profesor de literatura gallego en sus escarceos amorosos en Aix-en-Provence y al nacimiento de un proyecto literario insólito: escribir la historia de un Griffon con cabeza de anguila y cuerpo de león.
La colección de El Halcón apareció en 1948, publicada con el pseudónimo de Arnaldo Visconti, de la que se editaron un total de 14 novelas. A pesar de que en un principio, en las contraportadas de los primeros números de esta colección, y también en las de las coetáneas de 'El Pirata Negro' -v.gr., números 49, 50, 51...- se anunciaron 15 títulos, la colección propiamente dicha de este personaje constaba de 10 números en formato “pulp” (21x15 cm.), publicadas de marzo a julio de 1948, aproximadamente. Posteriormente, en 1952, aparecieron otras 4 publicadas dentro otra colección, la 'Colección IRIS' (números 3, 7, 11 y 15), cuya acción es continuación de las diez anteriores. Las portadas de todas ellas corrieron a cargo de la mano de Provensal, ilustrador habitual de Bruguera en este tipo de colecciones en aquellos años.En este caso, Debrigode nos relataba los avatares de Rock Gambler -literalmente, jugador de piedra- (alias “Dandy Pólvora”), un aventurero al que le gusta el póker y el boxeo –al igual que a Debrigode- en los albores de la Guerra de Secesión norteamericana; no tomaba partido ni por el Norte ni por Sur, sino que nadaba entre dos aguas, tratando de sacar el máximo partido de la revuelta situación, traficando con armas que vendía a quien mejor se las pagara, siendo el escenario por el que se movía, como es lógico, la costa este de Estados Unidos. Ello no fue óbice para que Debrigode nos deleitara con el germen del 'ku-kux-klan', o con buenas aventuras de 'indios contra vaqueros'.Como anécdota curiosa, diré que en esta serie Debrigode dotó a varios de sus personajes de nombres sacados directamente de la industria cinematográfica; y así, nos encontramos con John Wayne, Broderick Crawford, Rita Hayward, Humphrey Beaugard –a los dos últimos les cambió la grafía del apellido, pero fonéticamente suena igual-,... Asimismo, en algunas de las portadas de las novelas el personaje de “El Halcón” aparece dibujado con un gran parecido a Clark Gable, en especial la nº 9, 'La venus de ébano'.
La colección de El Halcón apareció en 1948, publicada con el pseudónimo de Arnaldo Visconti, de la que se editaron un total de 14 novelas. A pesar de que en un principio, en las contraportadas de los primeros números de esta colección, y también en las de las coetáneas de 'El Pirata Negro' -v.gr., números 49, 50, 51...- se anunciaron 15 títulos, la colección propiamente dicha de este personaje constaba de 10 números en formato “pulp” (21x15 cm.), publicadas de marzo a julio de 1948, aproximadamente. Posteriormente, en 1952, aparecieron otras 4 publicadas dentro otra colección, la 'Colección IRIS' (números 3, 7, 11 y 15), cuya acción es continuación de las diez anteriores. Las portadas de todas ellas corrieron a cargo de la mano de Provensal, ilustrador habitual de Bruguera en este tipo de colecciones en aquellos años.En este caso, Debrigode nos relataba los avatares de Rock Gambler -literalmente, jugador de piedra- (alias “Dandy Pólvora”), un aventurero al que le gusta el póker y el boxeo –al igual que a Debrigode- en los albores de la Guerra de Secesión norteamericana; no tomaba partido ni por el Norte ni por Sur, sino que nadaba entre dos aguas, tratando de sacar el máximo partido de la revuelta situación, traficando con armas que vendía a quien mejor se las pagara, siendo el escenario por el que se movía, como es lógico, la costa este de Estados Unidos. Ello no fue óbice para que Debrigode nos deleitara con el germen del 'ku-kux-klan', o con buenas aventuras de 'indios contra vaqueros'.Como anécdota curiosa, diré que en esta serie Debrigode dotó a varios de sus personajes de nombres sacados directamente de la industria cinematográfica; y así, nos encontramos con John Wayne, Broderick Crawford, Rita Hayward, Humphrey Beaugard –a los dos últimos les cambió la grafía del apellido, pero fonéticamente suena igual-,... Asimismo, en algunas de las portadas de las novelas el personaje de “El Halcón” aparece dibujado con un gran parecido a Clark Gable, en especial la nº 9, 'La venus de ébano'.
Debrigode nos relataba los avatares de Rock Gambler -literalmente, jugador de piedra- (alias «Dandy Pólvora»), un aventurero al que le gusta el póker y el boxeo –al igual que a Debrigode- en los albores de la Guerra de Secesión norteamericana; no tomaba partido ni por el Norte ni por Sur, sino que nadaba entre dos aguas, tratando de sacar el máximo partido de la revuelta situación, traficando con armas que vendía a quien mejor se las pagara, siendo el escenario por el que se movía, como es lógico, la costa este de Estados Unidos. Ello no fue óbice para que Debrigode nos deleitara con el germen del «Ku-kux-klan», o con buenas aventuras de «indios contra vaqueros».
Debrigode nos relataba los avatares de Rock Gambler -literalmente, jugador de piedra- (alias «Dandy Pólvora»), un aventurero al que le gusta el póker y el boxeo –al igual que a Debrigode- en los albores de la Guerra de Secesión norteamericana; no tomaba partido ni por el Norte ni por Sur, sino que nadaba entre dos aguas, tratando de sacar el máximo partido de la revuelta situación, traficando con armas que vendía a quien mejor se las pagara, siendo el escenario por el que se movía, como es lógico, la costa este de Estados Unidos. Ello no fue óbice para que Debrigode nos deleitara con el germen del «Ku-kux-klan», o con buenas aventuras de «indios contra vaqueros».
La colección de El Halcón apareció en 1948, publicada con el pseudónimo de Arnaldo Visconti, de la que se editaron un total de 14 novelas. A pesar de que en un principio, en las contraportadas de los primeros números de esta colección, y también en las de las coetáneas de 'El Pirata Negro' -v.gr., números 49, 50, 51...- se anunciaron 15 títulos, la colección propiamente dicha de este personaje constaba de 10 números en formato “pulp” (21x15 cm.), publicadas de marzo a julio de 1948, aproximadamente. Posteriormente, en 1952, aparecieron otras 4 publicadas dentro otra colección, la 'Colección IRIS' (números 3, 7, 11 y 15), cuya acción es continuación de las diez anteriores. Las portadas de todas ellas corrieron a cargo de la mano de Provensal, ilustrador habitual de Bruguera en este tipo de colecciones en aquellos años.En este caso, Debrigode nos relataba los avatares de Rock Gambler -literalmente, jugador de piedra- (alias “Dandy Pólvora”), un aventurero al que le gusta el póker y el boxeo –al igual que a Debrigode- en los albores de la Guerra de Secesión norteamericana; no tomaba partido ni por el Norte ni por Sur, sino que nadaba entre dos aguas, tratando de sacar el máximo partido de la revuelta situación, traficando con armas que vendía a quien mejor se las pagara, siendo el escenario por el que se movía, como es lógico, la costa este de Estados Unidos. Ello no fue óbice para que Debrigode nos deleitara con el germen del 'ku-kux-klan', o con buenas aventuras de 'indios contra vaqueros'.Como anécdota curiosa, diré que en esta serie Debrigode dotó a varios de sus personajes de nombres sacados directamente de la industria cinematográfica; y así, nos encontramos con John Wayne, Broderick Crawford, Rita Hayward, Humphrey Beaugard –a los dos últimos les cambió la grafía del apellido, pero fonéticamente suena igual-,... Asimismo, en algunas de las portadas de las novelas el personaje de “El Halcón” aparece dibujado con un gran parecido a Clark Gable, en especial la nº 9, 'La venus de ébano'.
La colección de El Halcón apareció en 1948, publicada con el pseudónimo de Arnaldo Visconti, de la que se editaron un total de 14 novelas. A pesar de que en un principio, en las contraportadas de los primeros números de esta colección, y también en las de las coetáneas de 'El Pirata Negro' -v.gr., números 49, 50, 51...- se anunciaron 15 títulos, la colección propiamente dicha de este personaje constaba de 10 números en formato “pulp” (21x15 cm.), publicadas de marzo a julio de 1948, aproximadamente. Posteriormente, en 1952, aparecieron otras 4 publicadas dentro otra colección, la 'Colección IRIS' (números 3, 7, 11 y 15), cuya acción es continuación de las diez anteriores. Las portadas de todas ellas corrieron a cargo de la mano de Provensal, ilustrador habitual de Bruguera en este tipo de colecciones en aquellos años.En este caso, Debrigode nos relataba los avatares de Rock Gambler -literalmente, jugador de piedra- (alias “Dandy Pólvora”), un aventurero al que le gusta el póker y el boxeo –al igual que a Debrigode- en los albores de la Guerra de Secesión norteamericana; no tomaba partido ni por el Norte ni por Sur, sino que nadaba entre dos aguas, tratando de sacar el máximo partido de la revuelta situación, traficando con armas que vendía a quien mejor se las pagara, siendo el escenario por el que se movía, como es lógico, la costa este de Estados Unidos. Ello no fue óbice para que Debrigode nos deleitara con el germen del 'ku-kux-klan', o con buenas aventuras de 'indios contra vaqueros'.Como anécdota curiosa, diré que en esta serie Debrigode dotó a varios de sus personajes de nombres sacados directamente de la industria cinematográfica; y así, nos encontramos con John Wayne, Broderick Crawford, Rita Hayward, Humphrey Beaugard –a los dos últimos les cambió la grafía del apellido, pero fonéticamente suena igual-,... Asimismo, en algunas de las portadas de las novelas el personaje de “El Halcón” aparece dibujado con un gran parecido a Clark Gable, en especial la nº 9, 'La venus de ébano'.
La colección de El Halcón apareció en 1948, publicada con el pseudónimo de Arnaldo Visconti, de la que se editaron un total de 14 novelas. A pesar de que en un principio, en las contraportadas de los primeros números de esta colección, y también en las de las coetáneas de 'El Pirata Negro' -v.gr., números 49, 50, 51...- se anunciaron 15 títulos, la colección propiamente dicha de este personaje constaba de 10 números en formato “pulp” (21x15 cm.), publicadas de marzo a julio de 1948, aproximadamente. Posteriormente, en 1952, aparecieron otras 4 publicadas dentro otra colección, la 'Colección IRIS' (números 3, 7, 11 y 15), cuya acción es continuación de las diez anteriores. Las portadas de todas ellas corrieron a cargo de la mano de Provensal, ilustrador habitual de Bruguera en este tipo de colecciones en aquellos años.En este caso, Debrigode nos relataba los avatares de Rock Gambler -literalmente, jugador de piedra- (alias “Dandy Pólvora”), un aventurero al que le gusta el póker y el boxeo –al igual que a Debrigode- en los albores de la Guerra de Secesión norteamericana; no tomaba partido ni por el Norte ni por Sur, sino que nadaba entre dos aguas, tratando de sacar el máximo partido de la revuelta situación, traficando con armas que vendía a quien mejor se las pagara, siendo el escenario por el que se movía, como es lógico, la costa este de Estados Unidos. Ello no fue óbice para que Debrigode nos deleitara con el germen del 'ku-kux-klan', o con buenas aventuras de 'indios contra vaqueros'.Como anécdota curiosa, diré que en esta serie Debrigode dotó a varios de sus personajes de nombres sacados directamente de la industria cinematográfica; y así, nos encontramos con John Wayne, Broderick Crawford, Rita Hayward, Humphrey Beaugard –a los dos últimos les cambió la grafía del apellido, pero fonéticamente suena igual-,... Asimismo, en algunas de las portadas de las novelas el personaje de “El Halcón” aparece dibujado con un gran parecido a Clark Gable, en especial la nº 9, 'La venus de ébano'.
La colección de El Halcón apareció en 1948, publicada con el pseudónimo de Arnaldo Visconti, de la que se editaron un total de 14 novelas. A pesar de que en un principio, en las contraportadas de los primeros números de esta colección, y también en las de las coetáneas de 'El Pirata Negro' -v.gr., números 49, 50, 51...- se anunciaron 15 títulos, la colección propiamente dicha de este personaje constaba de 10 números en formato “pulp” (21x15 cm.), publicadas de marzo a julio de 1948, aproximadamente. Posteriormente, en 1952, aparecieron otras 4 publicadas dentro otra colección, la 'Colección IRIS' (números 3, 7, 11 y 15), cuya acción es continuación de las diez anteriores. Las portadas de todas ellas corrieron a cargo de la mano de Provensal, ilustrador habitual de Bruguera en este tipo de colecciones en aquellos años.En este caso, Debrigode nos relataba los avatares de Rock Gambler -literalmente, jugador de piedra- (alias “Dandy Pólvora”), un aventurero al que le gusta el póker y el boxeo –al igual que a Debrigode- en los albores de la Guerra de Secesión norteamericana; no tomaba partido ni por el Norte ni por Sur, sino que nadaba entre dos aguas, tratando de sacar el máximo partido de la revuelta situación, traficando con armas que vendía a quien mejor se las pagara, siendo el escenario por el que se movía, como es lógico, la costa este de Estados Unidos. Ello no fue óbice para que Debrigode nos deleitara con el germen del 'ku-kux-klan', o con buenas aventuras de 'indios contra vaqueros'.Como anécdota curiosa, diré que en esta serie Debrigode dotó a varios de sus personajes de nombres sacados directamente de la industria cinematográfica; y así, nos encontramos con John Wayne, Broderick Crawford, Rita Hayward, Humphrey Beaugard –a los dos últimos les cambió la grafía del apellido, pero fonéticamente suena igual-,... Asimismo, en algunas de las portadas de las novelas el personaje de “El Halcón” aparece dibujado con un gran parecido a Clark Gable, en especial la nº 9, 'La venus de ébano'.
La colección de El Halcón apareció en 1948, publicada con el pseudónimo de Arnaldo Visconti, de la que se editaron un total de 14 novelas. A pesar de que en un principio, en las contraportadas de los primeros números de esta colección, y también en las de las coetáneas de 'El Pirata Negro' -v.gr., números 49, 50, 51...- se anunciaron 15 títulos, la colección propiamente dicha de este personaje constaba de 10 números en formato “pulp” (21x15 cm.), publicadas de marzo a julio de 1948, aproximadamente. Posteriormente, en 1952, aparecieron otras 4 publicadas dentro otra colección, la 'Colección IRIS' (números 3, 7, 11 y 15), cuya acción es continuación de las diez anteriores. Las portadas de todas ellas corrieron a cargo de la mano de Provensal, ilustrador habitual de Bruguera en este tipo de colecciones en aquellos años.En este caso, Debrigode nos relataba los avatares de Rock Gambler -literalmente, jugador de piedra- (alias “Dandy Pólvora”), un aventurero al que le gusta el póker y el boxeo –al igual que a Debrigode- en los albores de la Guerra de Secesión norteamericana; no tomaba partido ni por el Norte ni por Sur, sino que nadaba entre dos aguas, tratando de sacar el máximo partido de la revuelta situación, traficando con armas que vendía a quien mejor se las pagara, siendo el escenario por el que se movía, como es lógico, la costa este de Estados Unidos. Ello no fue óbice para que Debrigode nos deleitara con el germen del 'ku-kux-klan', o con buenas aventuras de 'indios contra vaqueros'.Como anécdota curiosa, diré que en esta serie Debrigode dotó a varios de sus personajes de nombres sacados directamente de la industria cinematográfica; y así, nos encontramos con John Wayne, Broderick Crawford, Rita Hayward, Humphrey Beaugard –a los dos últimos les cambió la grafía del apellido, pero fonéticamente suena igual-,... Asimismo, en algunas de las portadas de las novelas el personaje de “El Halcón” aparece dibujado con un gran parecido a Clark Gable, en especial la nº 9, 'La venus de ébano'.
El Imperio incaico, sin lugar a dudas el más poderoso de la historia de América y uno de los más sólidos y longevos del mundo, hundía sus raíces en la firme creencia de que el Inca reinante descendía directamente del Sol, por lo que por sus venas corría sangre divina. La pureza de dicha sangre se mantenía gracias a la unión entre hermanos de padre y madre, los únicos que podían engendrar a un nuevo Emperador, que a su vez habría de casarse con su propia hermana. De este modo, la dinastía se mantenía inalterable a través de los siglos y ningún advenedizo podía soñar siquiera con aspirar jamás al trono. Pero semejante grado de consanguinidad acarreaba graves problemas de descendencia: ponían en franco peligro la continuidad de un sistema social que, privado de su columna vertebral —la supuesta divinidad de sus gobernantes—, se situaba, demasiado a menudo, a, borde del caos y la destrucción. Con dichos ingredientes, y gracias a su perfecto conocimiento de la historia incaica, su pueblo y sus paisajes, Alberto Vázquez-Figueroa ha escrito una apasionante novela llena de ternura, tensión y aventuras que nos permite adentrarnos en un universo singular del que lo desconocíamos casi todo.
Tras la muerte de su abuela, Violeta se ve obligada a hacerse cargo de la Tía Maggie, una anciana loca a la que vive en su propio mundo de fantasía. O al menos eso aparenta. Con el paso de los días las tía abuela comienza a develar pistas de un misterio en el que Violeta, sin quererlo, ha estado involucrada desde antes de nacer y que la llevará a dar la vuelta al mundo junto a tres jóvenes japoneses con habilidades extraordinarias, para encontrar una flor, una orquídea, hermosa y letal, cuya sola vista, cuenta la leyenda, es capaz de diezmar un ejército entero.
¿Podrá Violeta cumplir el destino que le ha sido deparado?
¿Podrá confiar en sus aliados?
¿Quién se llevará la victoria en la carrera por encontrar la flor que, de caer en malas manos, podría convertirse en la peor arma química de la historia?
¡Algo ha sobrevivido!
Cuatro años han pasado desde el desastre ocurrido en el Parque Jurásico. Cuatro años desde que la fantasía de un millonario convirtió a una lejana isla tropical en un lugar de maravilla… Y de terror. Ahora, la historia continúa en otra isla misteriosa, donde los dinosaurios que poblaban el parque jurásico se criaron… ¡y sobreviven!
Recrea la acción del nuevo y extraordinario film de Steven Spielberg: El Mundo Perdido.
El Nenúfar Escarlata y La Nemestia son dos sociedades secretas cuyo fin es el de sabotear el Imperio Británico en todas sus formas con fines ideológicos. Dick Person y Jack Hill son dos estudiantes en el colegio de Sheldon que de manera accidental descubren las intenciones de estas dos organizaciones y a partir de ese momento se ven envueltos en una aventura que les llevará a las regiones más recónditas de China, en un desesperado intento de escapar de las garras del malvado Chuan.
«A los pies de una pequeña imagen de Buda, de oro macizo, estaba el Joyero del Cielo. Era del tamaño de un cronómetro y de plata bruñida. Rubíes, esmeraldas y brillantes adornaban el inestimable joyero, y en su interior, en el centro del fondo convexo, estaba engastado el zafiro mayor y más rico del mundo, conocido por EL OJO DE GUATAMA…» Cuando el joven David Gaythorne, más de cien años después, encuentra en el desván de su casa un viejo pergamino chino, perteneciente a su bisabuelo Tomas, que le hace legítimo heredero de El Joyero del Cielo, se embarca en una trepidante y desenfrenada aventura, desde Hong Kong, a las mesetas de Asia Central y los Mares del Sur, llena de innumerables peligros, con el fin de recuperar lo que, legítimamente, le pertenece.
Novela, Aventuras, Fantástico, Infantil, Interactivo, Otros
Si abres este libro, te convertirás en su protagonista. Al leerlo conocerás un mundo lleno de sorpresas y aventuras, pero también de peligros. Con él entrarás en el Mundo Sutil y en un palacio con muchas puertas. Conocerás a variopintos personajes y buscarás tesoros; solo tienes que contestar a unas preguntas muy sencillas.
Las torres del castillo de Civry se elevaban en la lejanía, sobre las oscuras cimas de los árboles que formaban un anillo rodeando los colindantes castillos de Civry y Corbigny, fusionándose en un bosque descomunal.
A fines del año 1693, las culebrinas que vigilaban la entrada al puerto de Panamá dispararon siete cañonazos consecutivos. En la Plaza Real se congregaron reuniones de asustados panameños, que, ignorantes de que los cañonazos eran de pólvora sin proyectil, creyeron al principio en una incursión de las temidas flotas corsarias. Pronto se aquietaron los ánimos cuando corrió la voz de que las salvas se debían a la llegada de la nave española que llevaba a bordo a la hija del Virrey gobernador. A lo lejos se divisaba ya la airosa silueta de una goleta que, con las velas desplegadas, surcaba el azulado mar. En el castillete de proa, una mujer, casi una niña, contemplaba extasiada el tropical paisaje, que con toda su esplendorosa vegetación iba aproximándose...