La ferocidad y el talento escéptico de Alfred Bester han ejercido una notable influencia en el genero de ciencia-ficción, proyectándose sobre autores tan dispares como James Blish y Michael Moorcock. Es uno de los pocos que ha «puenteado», inconscientemente, el abismo entre la vieja y la nueva ola, transformándose en uno de los autores baluartes de ambas tendencias. Y eso sucede, quizá, porque conjura imágenes, extrayéndolas —casi sin respirar— tanto del espacio exterior como del interior.
Volver a Polonia. Volver a Łódz´. Volver a donde todo empezó. Buscando una procedencia y una identidad perdidas en las calles de una ciudad que el odio convirtió en gueto, en muerte, en ceniza. Como un peregrinaje, un nieto empujado por la revelación de su abuelo, salvado por un boxeador polaco en Auschwitz, visita las calles de sus ancestros de la mano de un personaje enigmático e hipnótico, «madame» Maroszek, que le llevará por las luces y sombras de esos mismos muros, esas mismas fosas, esa misma casa perdida; páginas y canciones que como un rumor sordo nos recuerdan que la memoria debe escribirse y decirse.
«Para expresarme en Twitter bajo el lema ¡Re-evolución poética, la Conciencia al poder!, al contrario de quienes utilizan este medio para hablar de ellos mismos, me prometí entrar en el terreno de lo impersonal, hablando sólo de temas exentos del aroma a ombligo que se desprende de tantos tweets. La tarea se convirtió en un juego enriquecedor: cualquier pensamiento tenía que ser condensado en una frase de 140 caracteres como máximo. A las frases, por su implacable impersonalidad, las llamé metaforismos. Escarbé en antologías de refranes de todos los países, y transformándolos o desviándolos hacia significados psicológicos, los llamé psicoproverbios. Lo más difícil de todo fue, cuando me bombardearon con preguntas sobre problemas personales, condensar los actos de psicomagia en tan pocas palabras. En Twitter estos actos escuetos semejan disparos psíquicos, adquiriendo un tinte surrealista. Pueden ofender o hacer reír, su objetivo es provocar un cortocircuito mental que extraiga al consultante de los hábitos que lo aprisionan, haciéndolo abrirse a lo inesperado, ahí donde un aire nuevo aporta semillas de felicidad.» Alejandro Jodorowsky
La noche del 30 de junio de 1520, último día de los conquistadores en Tenochtitlán, es conocida como la «Noche triste». Los aztecas saborean su próxima venganza mientras los españoles se aprestan a huir entre la lluvia, dejando atrás la promesa del oro por el que cruzaron el océano. Todos, menos uno. Un soldado de ojos azules que no está dispuesto a soltar un saco lleno del preciado metal. Ni aunque tenga que arrastrarse entre el barro, las vísceras y la sangre de sus compañeros, ni aunque ello suponga su captura. Una historia de violencia, de ambición y mestizaje, que resume la noche más dramática de la conquista de México. «Miniatura magistral de la escritura de Pérez-Reverte, ‘Ojos azules’ me trae a la memoria cierta frase de Emerson que solía recordar Borges: comprendiendo un momento de la vida de un hombre, podremos comprender toda su vida. Del mismo modo, quien lee ‘Ojos azules’ no sólo percibe la vida entera del soldado que la protagoniza, sino el alcance y significación del extenso episodio épico en el que se inserta, y, en otro sentido, la dimensión de toda la numerosa, variada trayectoria narrativa de Arturo Pérez-Reverte», Pere Gimferrer.
Pocos años después del final de la Guerra de Secesión, Joseph Ethan Sullivan decide instalarse en un rancho en el oeste de Texas. Allí no le reciben precisamente con los brazos abiertos, pero los espacios abiertos y la soledad no asustan a alguien acostumbrado al ruido y el sufrimiento de la batalla. Ruth Ann McGregor siente curiosidad ante la calma con la que reacciona ese extraño de asombrosos ojos azules ante el desprecio de sus hermanos y, en particular, de Jackson Trelawney, el hijo del mayor hacendado de la zona, encaprichado de ella de un modo enfermizo. Ella quiere ser libre y decidir su propio destino en una época y sociedad donde no está permitido. Él solo quiere vivir en paz al fin.
¿Cómo dejas a alguien? ¿Y por qué? Aquí hay diecinueve historias frías y mordaces, diecinueve cuentos que nos sumergen en un paisaje de rupturas. Un hombre enamorado de su esposa se da cuenta de que tiene un amante y va a una jornada de caza con él. ¿Tendrá valor? Una mujer de vida plena descubre sentimientos por su gigoló; otra mujer regresa sin avisar de fin de semana y se encuentra con la evidencia de una historia entre su marido y otra persona… Situaciones inusuales y crueles de final imprevisible. La vivacidad de la mente y la ligereza del tono de la autora son una excusa para encontrarse sonriendo sin piedad ante los contratiempos de los personajes.
Daniela, era de Almería, pero trabajaba en Carolina del Norte como arquitecta desde hacía unos años. No estaba muy contenta con su trabajo porque la tenían como ayudante y el tiempo pasaba y seguía así y ella quería ser arquitecta con todas las consecuencias, ella quería tener su despacho al menos y gestionar sus proyectos. Tenía una hermana en Almería, Fátima, casada y, una sobrina. Su hermana la llamó una tarde por la muerte de su ti abuela Celia. Ninguna de las dos hermanas creía que su tía abuela pudiera tener algo más que la casa, pero Daniela tuvo que viajar Almería en busca de su testamento. Se llevaron las hermanas una gran sorpresa, pero más se llevó Daniela porque recibiría su parte cundo estuviese casada. Pero ella no lo estaba. Brad Hill, era un nombre impresionante, alto guapo y con un conglomerado de empresas en el sector aeronáutico. Cuando la única familia que tenía su abuelo. Cuando murió, le dejo toda la empresa a cambio de que se casara. O la empresa sería dividiría entre las distintas secciones. No podía estar más rabioso y cabreado con su abuelo, después de trabajar tanto en la empresa y reformarla e innovar en ella. Así que contestó a un anuncio una mañana tomando café a una mujer que buscaba marido, pronto con bienes separados, y… eso era lo que el necesitaba. Y llamo. Y se encontró por la tarde con Daniela…Y se casaron. Pero habría condiciones entre ellos… ¿Se enamoraría a Daniela de Brad? ¿Y él de ella, o del vecino de al lado? Un piloto joven y guapo…. Si quieres seguir la historia de Daniela y Brad, estás en el lugar adecuado.
«Ojos de papel volando» es un libro de amor en todos los sentidos de la palabra: desde el amor desamor de la pareja hasta el amor por la humanidad respiran por los relatos que lo componen en textos ceñidos, estupendamente tramados. La prosa fluye, enriquecida y enriquecedora, salida de pluma magistral, de vivencia y dolor y alegría y tristeza, visceral y encantadora. El nuevo lector quedará sorprendido gratamente; aquél que se ha asomado a través de sus obras anteriores al mundo de María Luisa Mendoza gozará con estas páginas el placer del reencuentro con una gran autora, con una amiga a la que se estima y respeta por su obra, su inventiva, su entrega sin límites a la gran pasión de la literatura. Todo, en este libro, está donde debe estar; nada sobra, no hay concesión a lo gratuito, lo engañoso, lo falso; hay, ni más ni menos, un libro que reafirma y confirma el alto lugar de su autora en las letras contemporáneas.
Estos relatos tempranos de quien posteriormente sería premio Nobel fueron escritos y publicados entre 1947 y 1955, aunque, como libro, Ojos de perro azul no aparecería hasta 1974, cuando ya el escritor había publicado otros dos libros de relatos y cuatro novelas, de las que la última, Cien años de soledad, le proporcionaría su primer gran éxito internacional. En este libro se incluye su primer cuento célebre, el Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo, escenario de sus obras posteriores. El personaje de Isabel reaparecerá en su primera novela, y el tema de la lluvia cayendo interminablemente, en su personal versión del diluvio universal, acabaría integrándose suave y flexiblemente en Cien años de soledad. Este relato, incluido en todas las antologías del cuento latinoamericano de nuestros días, fue la primera piedra de este gigantesco edificio, tan imaginario como real, que terminaría fundando el espacio literario más poderoso de las letras universales de nuestro tiempo: Macondo. La edición que tiene el lector entre sus manos incluye, además, tres nuevos cuentos: «Tubal-Caín forja una estrella», «De cómo Natanael hace una visita» y «Un hombre viene bajo la lluvia».
Ella; fue criada para perdonar a quien le hiciera daño. Él; fue educado para creer que todos sus deseos deben ser cumplidos. Una casualidad une la sed por saciar bajos instintos, con la necesidad de apagar la ira. La justicia llega tarde, pero cuando entra por la puerta sale con las manos teñidas de carmín.
Un despiadado periodista ventila los trapos sucios de los famosos, se revuelca con placer en el barro y mata si es preciso en defensa de la prensa amarilla. Un célebre acordeonista se convierte en adicto al homicidio. Un hombre investiga los archivos policiales para descubrir los posibles vínculos con el asesinato de su madre... la de crímenes es una recopilación de cuentos y artículos aparecidos en la revista GQ. En ella, James Ellroy, presenta al lector unas crónicas intimistas de la ciudad de Los Ángeles, a través de un estilo directo y a veces brutal.
La fantasía de Efrémov, al igual que una gran parte de los autores soviéticos de ciencia ficción, nos recuerda un poco los desasosegantes mundos de H. P. Lovecraft, con sus detalladas descripciones de sombras y de seres no comprendidos. El mito, la leyenda, son fuentes que manan puntos de partida para obras que narran lo que quizá está ahí y no conocemos. Sobre todo en la U.R.S.S., donde el misterio de los grandes bosques compite con el sobresalto de los grandes desiertos y con la ominosidad de las grandes superficies nevadas para cautivar la pluma guiada por la ensoñación consciente. No hace falta un hombrecillo verde de Marte, ni un Jekyll/Hide para que la ciencia ficción combine plausiblemente elementos similares en lugares de nuestra Tierra de los que apenas tenemos noticia. Como en el caso de Olgoi-Jorjoi, por ejemplo…
Diez años viviendo en la fría Inglaterra, y todo para, “al fin”, volver a casa. Sí, es cierto, ahora soy profesora de filología inglesa en la universidad, tengo plaza fija, y mi currículum es difícil de superar. Y sí, me he vuelto con unos ahorros más que generosos que me han permitido comprar una casa — pequeña, pero oye, al menos sin hipoteca —. Con un trabajo cómodo y sin preocupaciones, podía disfrutar de la vida… O eso me quería decir a mi mismo. La realidad es que tras diez años de relaciones con españoles, ingleses, portugueses y hasta un italiano, por algún motivo, siempre me faltaba “algo”. Quizás soy yo, que soy una de esas mujeres disfuncionales que siguen medio-encerradas con su primer amor. Un hombre al que, por supuesto, hacía diez años que no veía. No desde que cortamos, tras errores cometidos por ambas partes, y huí a Inglaterra… ¿Ya lo adivinas, verdad? Sí, estudiamos en la carrera juntos, y sí, ahora ambos tenemos el mismo puesto de trabajo, en aulas distintas, en la misma universidad. Fantástico. Genial. Maravilloso.
Ondina, la historia de un hada, de un espíritu de las aguas, es sin duda una de las obras maestras de la literatura fantástica europea. Hija de las Olas, de las Ondas, su padre era un gran Señor del Mediterráneo, Ondina ha de conocer el amor de un hombre carnal para adquirir un alma, y éste es el origen de una de las historias de amor más apasionantes que conozcamos, de un relato que marcó un hito en el movimiento romántico alemán e inspiró a Goethe, Wagner y tantos otros.
Eva es una prestigiosa periodista y presentadora de televisión, con suficiente caché como para que las cadenas y marcas se peleen por ella. Convertida en un icono mediático con miles de fans, todo cambia cuando conoce a su nuevo jefe, Roberto. Roberto, un hombre astuto, seguro de si mismo, alto, atlético, dominante con sonrisa de diablo… y familiar. Su antiguo amor de instituto, separados al estudiar en universidades de ciudades diferentes, se acababa de convertir en su nuevo jefe. Desde entonces, todo comenzó a tambalearse. La seguridad, confianza y ego de Eva comenzaban a desinflarse. Todo su mundo comenzaba a temblar, rodeada por un antiguo amor al que creía olvidado, enterrado, pero que de repente estaba más vivo que nunca. Roberto había cambiado, y se había convertido un hombre al que era muy difícil difícil decir que no…
Cristóbal Castaño lo tenía todo. Un conglomerado de empresas que le generaban siete ceros en su cuenta corriente. Una mansión preciosa. La esposa perfecta, a la cual ha deseado desde que iba al instituto. Buenas dosis de sexo en pareja… ¿Perdón?
Verónica Carrera no compartía la cama con él, durmiendo y viviendo en el otro lado de la mansión. Aquel frío papel firmado en la caja fuerte era lo único que les mantenía juntos. Él había conseguido lo que quería, a la esposa de sus sueños, y ella el dinero para pagar las deudas que su aciago padre dejó a la familia.
Pero Verónica rechazaba la mirada de su esposo. Su conducta de príncipe chulo y encantador, su manía de hacer pesas sin camiseta mientras ella hacía yoga, su actitud tranquila y condescendiente cuando le recordaba a Verónica que no tener sexo era “una lástima”.
Pero su conducta de chico malo no engañaba a Verónica. Sus dormitorios, enfrentados con un jardín en medio, revelaban la verdad. Se podía ver perfectamente, a través de la ventana, cómo él se pegaba al cristal mientras ella se cambiaba de ropa antes de ir a dormir, anhelante.
Si él decidía salir de la ducha desnudo, ella haría lo mismo de la piscina. Si él hacía la cena, ella se comería los dos platos. Si ella lo ignoraba, él quitaría el pestillo de la puerta.
Él estaba dispuesto a ponerla a sus pies. A estar dentro de ella. Y ella a mantenerse firme, y no dejar que ninguna de sus artimañas calase.
Los presentes cuentos —algunos de ellos publicados aquí por primera vez— no sólo proceden de fuentes escritas, sino también de la tradición oral, lo cual significa que en ellos se manifiesta en todo su esplendor el alma del pueblo chino y se transmiten ideas metafísicas de la forma más sencilla y atractiva. Pero, además, se trata de relatos que también son de un gran valor, desde una perspectiva científica, para el análisis de antiguas tradiciones comunes y de los vínculos entre los pueblos.
Este libro constituye un rico repertorio de cuentos derviches para introducirse en el pensamiento sufí. Según el sufismo, cada uno percibe las cosas según el patrón en el que ha sido educado, de manera que las historias sufís pueden modificar esa pauta haciendo que el lector tienda a identificarse con algún personaje de la historia: cuando éste se conmueva sus esquemas establecidos y se le abra la oportunidad de ver las cosas desde otra perspectiva. Por ello los temas de estos cuentos suelen repetirse una y otra vez con objeto de que, en alguna de sus variantes, surja esa penetración y esa toma de conciencia.
El Mulá Nasrudín (el maestro), figura popular internacional, de origen medieval y de eterno atractivo, es el héroe (o antihéroe) de un repertorio de situaciones que invitan a la hilaridad, concebidas para ilustrar las enseñanzas sufíes. Las ocurrencias del increíble Mulá Nasrudín contiene historias que utilizaron los grandes maestros del sufismo como Rumi, Jami y Attar, y también otras que Idries Shah rescató de antiguos manuscritos y de ciclos de literatura y tradición orales de las culturas persa, afgana, turca y árabe. La colección de historias que ofrecemos al lector ha sido ilustrada con una gracia exquisita, no exenta de cierta melancolía, por Richard Williams, el artista, pintor e ilustrador de diseños tan conocidos como el de la célebre «pantera rosa».
Cuando Brian despertó esa mañana, sintió la rara sensación de que algo estaba por suceder. Trató de alejar los malos presagios, pero al salir a la calle observó con estupor, una ciudad envuelta en una profunda y siniestra oscuridad.