Acostarse con el jefe podía tener graves consecuencias… pero sólo para su corazón Habían compartido una noche de increíble pasión y, desde entonces, el magnate Lewis Goode no había conseguido quitarse de la cabeza a Madeline Holland. Por suerte para él, una reciente adquisición de su empresa lo había convertido en su nuevo jefe. Pero Lewis sabía que Madeline preferiría dimitir antes de que nadie creyera que había llegado hasta donde estaba acostándose con sus superiores. Así pues iba a tener que utilizar todas sus dotes de negociador para no perderla como empleada... ni como amante.
Necesitaba una esposa y la necesitaba ya
Fue aparecer Zara Lovett, la mejor amiga de su ex prometida, con su melena de color miel y sus piernas interminables, y Alex Carlisle sintió una atracción que normalmente solía evitar. Pero toda aquella química no cambiaba nada; Alex aún tenía que cumplir lo estipulado en el testamento de su padre.
Era su objetivo, su obligación, lo único que importaba. Y se iba a asegurar de que Zara dijera que sí.
De pronto descubrió que era padre… y que iba a perder a la mujer más importante de su vida
Aquella pequeña abandonada a su puerta era sin duda su hija, aunque lo último que se esperaba Derek Messina era que le dijeran que era padre. Pero más aún le sorprendió el descubrimiento de que su ayudante iba a abandonarlo.
A punto de realizar una importante fusión empresarial, Derek no podía perder a Raina, la mujer que llevaba tantos años organizándole la vida. Para impedirlo, el poderoso empresario estaba dispuesto a utilizar todas sus habilidades… incluyendo la seducción.
Él estaba decidido a vengarse… pero aquella mujer era completamente inocente La amnesia le había robado los recuerdos, pero con solo ver la traicionera belleza de Susannah Horton, Donovan Keane evocó las apasionadas imágenes del fin de semana que habían compartido sin salir de la cama. Susannah había planeado aquel romance para arruinar un importante negocio, pero ahora Van tendría la ocasión de vengarse. En una sola noche conseguiría romper el compromiso de matrimonio de Susannah, recuperaría el negocio y se marcharía con todos los recuerdos que necesitara para seguir adelante. Lo que no imaginaba era lo difícil que le resultaría olvidarla a ella.
Se convertiría en la esposa del mejor postor…
Si quería salvar la fortuna familiar, el millonario Jack Osland tendría que casarse con una mujer a la que apenas conocía. Pero llevarse a la diseñadora de moda Kristy Mahoney a una capilla de Las Vegas minutos después de conocerla no iba a ser ningún problema. A pesar de que se suponía que ella estaba enamorada de otro.
Una vez firmado el contrato prenupcial, Jack tenía intención de disfrutar de la noche de bodas, de enseñarle a su flamante esposa cómo pasarlo bien en Navidades y luego desaparecer con los millones de los Osland.
Lo que Jack no imaginaba era que se había casado con la mujer equivocada…
Se había convertido en la amante del príncipe, pero… ¿alguna vez sería su esposa?
En cuanto el príncipe Nicolas vio a la seductora Alandra Sánchez, deseó que se convirtiera en su amante. Con la intención de tenerla en su cama antes de Navidad, el príncipe la tentó con una oferta de empleo en palacio. Nicolas no se detendría ante nada para conseguir seducirla y qué mejor que tratarla como a una reina.
Pronto su pasión despertó también el deseo de Alandra, pero, ¿lo abandonaría cuando descubriera que estaba a punto de embarcarse en un matrimonio sin amor?
Eleanor había estado profundamente enamorada de Keegan Taber, un hombre que la había utilizado para vengarse de la mujer que realmente amaba. Cuatro años después, Keegan estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para que Eleanor volviera a amarle. Pero ella parecía estar interesada en otro hombre. Aun así, Keegan decidió que iba a hacer todo lo posible por recuperarla antes de que fuera demasiado tarde.
Era rico, implacable y despiadado, pero ella conseguirá ablandarle el corazón
A pesar de que una vez se escapó de su lado, Gabe Piretti no había olvidado la mente despierta ni el cuerpo estilizado de Catherine Haile. Estaba tramando cómo conseguir que volviera a formar parte de su vida, y de su cama, cuando ella le pidió ayuda para salvar su negocio.
Gabe se aprovechó de su desesperación para conseguir lo que quería: a ella. Pero ¿qué pasaría cuando tuviera que elegir entre el trabajo y el placer de una mujer tan seductora?
¿Embarazada? Unos segundos después de firmar los papeles del divorcio, Marianna Landis se desmayó. Atónito, su ahora ex marido, Sebastian, descubrió que Marianna estaba embarazada. De dos meses, porque exactamente dos meses antes tuvo lugar su último y apasionado encuentro. Sorprendido de que su mujer siguiera queriendo separarse, Sebastian juró hacer lo que hiciera falta para recuperarla. La seducción había funcionado una vez… y haría lo que fuese necesario para que funcionase de nuevo, porque Marianna estaba esperando un hijo suyo y un Landis siempre conservaba lo que era suyo.
Se encontraron unidos por la venganza
Lo único que el millonario Cody Landon deseaba era saborear la dulce venganza. La famosa cantante Sarah Rose lo había traicionado… y ahora debería pagar por ello. Tenía intención de seducirla y después la abandonaría para siempre. Pero Cody no contaba con desear más.
Tampoco contaba con aquel embarazo inesperado. Para salvar su imagen y su carrera, Sarah tendría que casarse con él, dándole a Cody lo que éste había anhelado durante tanto tiempo: acceso ilimitado a ella. Cuando el bebé naciera, Cody se divorciaría de Sarah… a menos que ella consiguiera hacerle cambiar de opinión.
Habían pasado tres años desde que Diana Branscomb había visto a Ross por última vez. Alto, moreno y muy atractivo, siempre sería el primer y único amor de Diana, el esposo al que había abandonado.
Ahora, ella era una mujer independiente, pero nada podría llenar el vacío que sentía... hasta que Ross entró de nuevo en su vida, decidido a tenerla en sus propios términos. Sólo él conocía la tempestuosa mujer debajo de su fachada de perfecta calma.. y Diana abandonaría todo su orgullo para tenerlo de nuevo. Él luchó valientemente para evitar que ella reclamara su corazón, pero subestimó su propia fiera pasión y su poderosa necesidad...
Lo llamaban el Infierno y era un deseo devorador que se sentía sólo una vez en la vida, capaz de consumir a un hombre. El millonario Marco Dante sintió esas llamas nada más ver a Caitlyn Vaughn. Nada podría evitar que la tuviera... ¡ni siquiera que estuviera comprometida con su hermano gemelo! De modo que se hizo pasar por el novio verdadero, llevándosela para celebrar una boda rápida y una subyugante luna de miel. Pero luego tendría que enfrentarse a su esposa cuando ella descubriera el engaño y, de algún modo, encontrar una manera de convertir esa flameante furia de nuevo en pasión ardiente.
Había algo en el jeque Karim al-Raji que infundía miedo a Diane St. James. Sin embargo, le debía la vida. Y mientras cruzaban el desierto para escapar de sus perseguidores, fue cayendo bajo el embrujo del atractivo Karim.Él pensaba que aquella era la mujer más hermosa que jamás hubiera conocido y tarde o temprano la haría suya. Pero le había prometido a su padre que se la devolvería sana y salva.
Había jurado amarla y respetarla, pero su nuevo juramento era de venganza
Supuestamente, Lucas había muerto once años atrás en el accidente que había dejado a Nadia en coma el día de su boda. Entonces, ¿quién era aquel hombre que había aparecido en la puerta de su ático, idéntico al que tanto había amado? ¿Y por qué su inmediato entusiasmo al encontrar a Lucas vivo, de repente se convirtió en zozobra al descubrir las razones por las que había desaparecido de su vida?
¿De enemigo a amante? Gage Faulkner era el enemigo, el espía de su hermanastro. Al menos, eso era lo que la recién descubierta heredera Lauren Lynch se decía a sí misma. A pesar de la emoción que la joven piloto sentía ante el repentino interés del rico y guapo empresario, Lauren sabía lo que él estaba buscando: demostrar que era una cazafortunas.El instinto le decía a Gage que Lauren escondía algo, pero su cuerpo le gritaba que la deseaba de todas formas. Descubrir la verdad era crucial y él haría lo que fuese para conseguirlo…incluso seducir a Lauren.
Sawyer Langsford, conde de Melton, jamás había permitido que nadie se interpusiera en su objetivo de levantar un imperio mediático. Si tenía que casarse con Tamara Kincaid para cerrar un trato con su padre, así sería. A pesar de que Sawyer y ella eran como el agua y el aceite, Tamara también tenía sus propios motivos para aceptar un matrimonio de conveniencia. No obstante, cuando su padre subió la apuesta y exigió que le dieran un nieto, Sawyer empezó a ver a su prometida de un modo completamente nuevo.
Estaba dispuesto a casarse con el enemigo
Había sido una locura acostarse con Alicia Butler. Su padre era responsable de que Jake Claiborne hubiera perdido una fortuna, y cualquier relación con ella iba a convertirse en portada de la prensa sensacionalista.
Pero Alicia se había quedado embarazada, y él estaba decidido a asumir su responsabilidad. La única opción posible era casarse con ella y confiar en que el escándalo fuera mitigándose… aunque entre tanto la pasión entre ellos se reavivara.
¿Habría llegado el momento de poseer lo que siempre había deseado?
Trent Sinclair no era la clase de hombre que perdonara fácilmente. Desde luego, no había perdonado a Bryn Matthews por sus mentiras. El ejecutivo le había dado la espalda, aunque sin conseguir olvidarla, cuando ella aseguró que era su hermano quien la había dejado embarazada.
Pero ahora que su hermano había muerto, Bryn había regresado con un hijo que, evidentemente, era un Sinclair, y Trent se sintió incapaz de ignorar la atracción que siempre había habido entre los dos.
Theodore Graves, el jefe de policía de Medicine Ridge, en Montana, era un hombre tan duro como las tierras que apasionadamente reclamaba como suyas. Lo único que le impedía poseerlas era la joven que habitaba en ellas. Las chispas saltaban cada vez que estaban juntos, pero, ¿aprendería aquel hombre con voluntad de hierro el significado de la rendición?
¿Superaría Shannon las restricciones que imponía amar a un hombre de la realeza?
Cuando la verdadera identidad de Tony Castillo apareciera en las portadas de todos los periódicos, ya no sería capaz de seguir ocultando que era un príncipe y no un magnate, como todo el mundo creía, incluida su bella amante, Shannon Crawford.
Ante la indignada reacción de su amante, Tony no tuvo más remedio que llevársela a una isla, refugio de su familia, para protegerla de los paparazzi… pero el auténtico objetivo de Tony era ganarse de nuevo el corazón de Shannon en aquella remota y exótica isla.