La doctora Mónica Arqueros se ha metido en un buen lío. Un lío de lo más excitante. Una mañana se despierta en la cama de Martín, un bombero de muy buen ver. ¿El problema? Que a su derecha está también Raúl, el mejor amigo de Martín. Y para colmo, también bombero. Todo apunta a que ambos han apagado muchos fuegos esa noche. Sin embargo, las cosas se complican para Mónica cuando sospecha que Raúl siente algo fuerte por ella y, ¡sorpresa!: resulta que ella también piensa en él más de la cuenta. Y no solo eso: pronto descubre que no es la primera chica que han compartido.
A Nerea le gusta el helado veneciano, investigar a todo bicho viviente en Internet y ver documentales sobre crímenes. Comparte piso con su amiga Anita y últimamente no sale mucho porque encontrarse a su ex, Rubén, no es lo que más le apetece en este planeta. Ni a él ni a ningún otro especimen del sexo contrario. Pero todo cambia en una de esas noches de sofá, mantita y documental cuando se queda petrificada ante la aparición en la pantalla de Sergio, un atractivo periodista de sucesos que investiga un caso de lo más truculento. Nerea lo localiza online —¡cómo no!— y decide que enviarle un mensaje para ofrecerle una pista sobre el caso es una gran idea. ¿Cómo iba a saber que Sergio llega a su ciudad en solo unos días y que está dispuesto a quedar con ella?
En 1892 Benito Pérez Galdós publica Tristana. Perteneciente a su última etapa narrativa, esta novela fue recibida en su momento de forma polémica debido al tema que trata: la situación de la mujer a finales del siglo XIX.
Tristana es la historia del fracaso del intento de liberación de su protagonista. La joven, sometida a la esclavitud por parte de su tutor —que dispone de ella a su antojo, considerándola de su propiedad—, uncida al yugo social, que impide a la mujer desarrollar sus capacidades intelectuales, reservándole el papel de comparsa del hombre, limitada por la inútil educación recibida de su madre y posteriormente de don Lope, y poseedora de un carácter soñador e idealista, está abocada a la absoluta derrota en sus intentos emancipadores.
Una casa de campo en algún lugar de la Toscana, en el último año del siglo XX. Tristano, que ha combatido por la libertad de su país bajo ese nombre, tomado de un personaje de Leopardi, llama a la cabecera de su cama a un escritor que en otro tiempo se inspiró en él para escribir una novela. Pero ¿es posible inscribir en el cuadro de un relato la geometría ambigua de la vida, con contradicciones, dudas, omisiones, deseos incumplidos, recuerdos falsos o imaginados? ¿Qué es el heroísmo? ¿Qué es la cobardía? ¿La traición? Durante su agonía, Tristano recompone un pasado inabarcable y bosqueja un fresco de casi sesenta años de la historia de Italia, con sus tragedias y sus simulacros, hasta la irrupción del último avatar tiránico, el de la estupidez televisiva.
Una locutora de radio que en su juventud fue famosa, cuando está al borde de la ruina es contratada por el propietario de la Cadena de Ondas Ibéricas para hacer una nueva emisión nocturna que llevará el nombre de «Tristeza de amor», y en la que la protagonista realizará reportajes sentimentales de gran éxito. Sobre la base de esta situación y de media docena de sugestivos personajes —Carlota Núñez, el guionista Ceferino Reyes, el millonario Ribera, el hermético Walter, Catalina, la pianista soviética—, el autor urde una interesantísima trama que describe por dentro el mundo de la radio. La habilidad narrativa de Eduardo Mallorquí, espléndido conocedor de los medios audiovisuales españoles e hispanoamericanos, consigue en esta novela una red de intrigas y pasiones que cautivará al lector.
Tristura recrea el universo infantil de una niña, Tadea, huérfana de madre que vive en casa de sus tíos en compañía de tres primos de su misma edad. Tadea está ensimismada y se ve acosada por fantasmas infantiles, como el recuerdo de un padre lejano y mitificado en la distancia. Sus primos, compañeros de juegos, por un lado admiran la independencia de Tadea, pero siempre están dispuestos a hablar mal de ella con su madre, así como recordarle que está sola, que su madre la ha abandonado. Tadea vive en un mundo hostil, plagado de advertencias y prohibiciones. Su única escapatoria la constituyen sus paseos por el jardín, sus tesoros ocultos, el pozo al que se asoma y que repite una y otra vez los nombres, el establo en el que se amontona el abono maloliente... Pero estas escapadas casi siempre encuentran un castigo a causa de la insolidaridad de sus primos y la pretensión de su tía Concha a ver en su sobrina a un ser malvado que corrompe y tienta a sus inocentes hijos. Tadea se ahoga en un ambiente en el que todo permanece cerrado, incluso el camisón sobre su cuerpo desnudo.
Tristán viste formal, se burla de las reglas. Tristán tiene catorce años, finge ser mayor. Sus modales son anticuados y... Tristán es un monstruo. Un monstruo debe estar aislado. Un monstruo no debe tener amigos. Staphina es adicta al cigarrillo y Tristán está enfermizamente obsesionado con ella.
Paradigma de la historia de una pasión amorosa enfrentada a un destino trágico, «Tristán e Iseo» gozó desde sus primeras versiones medievales de una gran celebridad. A partir del siglo XII fueron numerosas las variantes de esta leyenda, vinculada más tarde a las hazañas de los caballeros de la corte artúrica y cuyos ecos llegaron hasta el siglo XIX, sirviendo de motivo inspirador de la poesía de Arnold y Tennyson y de una ópera de Wagner. Para la presente edición, Alicia Yllera ha reconstruido el texto a partir de los fragmentos conservados de los poemas franceses del siglo XII de Thomas y Béroul, apoyándose en las versiones de Eilhart y de Gottfried y en las adaptaciones al francés moderno elaboradas por A. Mary y J. Bédier.
Tristán o el pesimismo fue escrita en 1906, en cuya portada consta, junto a la firma del autor, la descripción “novela de costumbres”. Diestro en esto, los retratos y escenarios costumbristas, Palacio Valdés es un arquitecto de novelas naturalista, estilo derivado del realismo literario de finales del siglo XIX, en el que desarrolla la formación de carácter del hombre a través de planteamientos filosóficos y cristianos, mostrando una mano certera en la creación de personajes femeninos, algo así como Flauvert con Bovary, perteneciente también al realismo. En esta novela, para el estudio de caracteres y situaciones, Palacio Valdés coloca frente a frente a dos hombres, Reynoso y Tristán de naturaleza tan distinta como el agua y la gasolina. Dos contrastes rodeados de secundarios (muy estupendamente trazados) que crean una trama de enredos sociales, caricaturas o retratos de fina y sutil ironía sobre la “alta” sociedad ( y burguesía) del cambio de siglo anterior, en la España de los intelectuales de cafés y cafetines, de la Restauración, y la corrupción del régimen parlamentario que la caracterizó, algo de lo que el autor rasca migajas en este historial folletinesco. Tristán, influenciado por un pesimismo de época, decide saldar los excesos de su misantropía llevando su delirio hasta el límite. Mientras, Reynoso se ve obligado a tomar una importante decisión, para lo que ha de enfrentarse a su propio código ético, lejos de convenciones morales sociales o religiosas. Clara y Elena, respectivamente, serán las víctimas o beneficiarias de las resoluciones de ambos personajes, tan antagónicos. Tristán o el pesimismo era la obra preferida de Palacio Valdés, según sus manifestaciones. En ella podemos deleitarnos de buenas dosis de humor que se manifiestan a través de personajes como Gustavo Núñez o el feo Barragán, por no hablar de la ridícula prima de Tristán, Araceli, adolescente aspirante a marquesa de pitiminí, orgásmica con el postín de las habituales reuniones de saloncitos particulares, “Aquel día rebosaba de distinción y de elegancia el gabinete y el saloncito contiguo de la bella esposa de Reynoso. Una duquesa, tres condesas, una marquesa, y dos vizcondesas; además, las de Domínguez y las de Mínguez, emparentadas con lo más elevado e inaccesible de la aristocracia española. Araceli estaba en sus glorias. Empezaba a perdonar a Elena su oscura estirpe en gracia a los muchos títulos que ya acudían a sus martes”.
Los agentes Tritón y Minos, unos detectives muy peculiares, han dejado atrás su pasado en la Unidad Internacional de Respuesta contra Seres Extraños y han decidido abrir su propia agencia de investigación. Así comienzan una nueva etapa llena de experiencias emocionantes, pero también muy peligrosa, ya que su función seguirá siendo dar caza y acabar con seres de lo más extraños: monstruos, zombis, fantasmas, diablos… La parte buena es que casos no les van a faltar, sobre todo después de que corra la voz tras acabar con unos zombis surgidos del suelo de la misma ciudad donde acaban de abrir la agencia, Nueva Orleans. Una divertida novela de investigación, aventura y humor. La eterna lucha entre el bien y el mal se mezcla con la tradición literaria en esta novela con un resultado fresco y novedoso.
La vida en el instituto siempre es complicada. Pero cuando las criaturas de la oscuridad empiezan a acechar por los pasillos en busca de alimento… entonces se vuelve terrorífica. Jim Sturges (quince año, patoso) y su mejor amigo, Tubby (gordito, pecoso, igual de patoso), conocen de cerca el terror. Lo experimentan cada vez que asisten a clase de gimnasia o sufren el incansable acoso de Steve y su grupo de matones. No saben que un horror mucho más espeluznante los está acechando… otra vez.
Hace cuarenta años, el pueblo de San Bernardino sufrió una oleada de misteriosas desapariciones, que convirtieron al padre de Jim en un aterrado y obsesivo. Hoy, por primera vez, Jim tendrá que tomarse muy en serio las paranoias de su padre. Porque unos monstruos hambrientos se están afilando dientes y garras en rincones oscuros y pasillos solitarios. Y Jim es el único que puede detenerlos. Bueno, Jim y la curiosa banda de los trollhunters, algunos humanos y otros… no.
«Tropa vieja», es una de las obras más intensas brotadas de la pluma de Francisco L. Urquizo. Desfila por sus páginas, sincera y estrujantemente, la vida cuartelera de principios de siglo, con todas sus lacras y crueldades, preludio a la gran conmoción que habría de sacudir nuestro país al levantarse Madero. El soldado de leva, sufrido y sin esperanzas, es el héroe principal de la jornada y su vida dura, resignada, amarga, es relatada a vivos trazos, perfectamente enmarcada dentro de la época y costumbres que lo produjeron. Pintorescamente va dibujando la mano del autor los distintos sucesos que marcaron la vida de Espiridión Sifuentes, el humilde mozo de hacienda que de la noche a la mañana se ve uniformado y sujeto a la rígida disciplina militar del porfirismo. Luego su pluma se vuelve violenta para darnos una clara idea de los primeros combates revolucionarios y alcanza proporciones de tragedia para narrarnos el infierno de fuego y tremendas pasiones que se desatan en la toma de Torreón y la Decena Trágica, para concluir, en un ambiente mezclado a partes iguales de pesimismo y esperanza, con el lento redoblar de los tambores que se pierden por la calle, sonando como el latir de un corazón…
Una preciosa novela medieval que mezcla el drama, la poesía, la aventura, el amor y la traición, que conseguirá atrapar al lector desde la primera página. Cuando el joven Gaucelm Faidit abandona la seguridad del negocio familiar para convertirse en trovador y cumplir así su sueño de toda la vida, ignora todas las aventuras que le esperan en la corte de Raymond de Toulouse, donde la amistad de otro joven trovador le será muy útil para saber moverse a través de una región agitada por un grupo de herejes, los cátaros, que han sido rechazados por el Papa.
Troy Hamilton nació para conquistar; lo tiene todo, poder, dinero y belleza. Pero, como muchos millonarios, también esconde sus secretos y... debilidades. Para una chica de clase media-baja como Tatiana, conquistar a un hombre como él, sobre todo si es el jefe de su empresa, es una verdadera fantasía sexual convertida realidad. Pero... ¿Es oro todo lo que reluce? Acceder a la mansión de los Hamilton y conocer en profundidad a Troy es una aventura no exenta de riesgos, sobre todo... siendo él, un hombre tan codiciado.
Toda evocación de Troya nos transporta a un mundo en el que el mito y la realidad se entrecruzan constantemente, un mundo del que se nutre la mejor literatura de todos los tiempos. Gisbert Haefs visita de nuevo la mítica ciudad para ofrecernos esta extraordinaria epopeya histórica en la que confluyen Ulises, Paris y Aquiles con algunos de los protagonistas de los grandes cambios políticos que se produjeron en el Mediterráneo oriental en el siglo II a. C., un espléndido fresco de un momento clave en la formación de nuestra cultura.
La biografía de Lucía López, sevillana, no fue un golpe de rosas. La de su causa ni, sin embargo la suya fue sinuosa. Cambiarse a pulsar a Nueva York siendo enfermera, cambió toda su carrera. Una edad intensa.
Brad Jones, gendarme de Nueva York, patrullaba por los ensanches perores de Nueva York, aun que en una redada resultó herido.
Le gustaban las compañeras, más de lo debido, no obstante Lucía entró en su morada y en su fortaleza a cuidarlo tras originarse del hospital y ahora no se separaron. No se separaron inclusive que Brad entró en la Dea y viajaba a las sierras mexicanas, colombianas y venezolanas atrapando cárteles de la medicina. Y fue cuando raptaron a Lucía durante seis años en una sierra mexicana. Y tuvo dos cachorros, uno de Brad y otro del narco mexicano. Y allí, sí que cambio su vitalidad. Si te interesa la fortaleza de Lucía López, aquí te dejo una biografía por deletrear.
1940, Marsella, una puerta hacia la libertad. Millares de personas que huyen del fascismo alemán, personas de todas partes de Europa, luchan por conseguir visados, sellos, certificados para poder abandonar el continente. Sus caminos se cruzan en su carrera de oficina en oficina. Durante un breve período, las vidas ajenas están unidas por esperanzas, pasiones, deseos. Los recuerdos están grabados a fuego: para el narrador, los de un doloroso amor por aquella mujer que buscaba las huellas de su esposo muerto. «Si esta novela se ha convertido en la más hermosa de Anna Seghers, se debe sin duda a la terrible singularidad de la situación histórico-política elegida». Heinrich Boll «Su prosa es de una intensidad casi mágica». «Neue Zürcher Zeitung»
La quimera del oro agrupa una serie de relatos que Jack London escribió sobre la dramática y apasionante aventura de los buscadores de oro en Alaska. Es una parábola de la vida del hombre y de su búsqueda de la felicidad, de sí mismo y de su destino, pero también, la frustración de esa búsqueda.
La hija del capitán es una novela histórica, escrita a la manera de Walter Scott, que narra un episodio crítico del pasado ruso: la rebelión de Pugatchov en el siglo XVIII que, iniciada como un levantamiento de los cosacos, llegó a convertirse en una auténtica guerra campesina.En esta novela, escrita ya al final de la vida de su autor, Pushkin crea un lenguaje literario ruso y, al sentar las bases de la prosa, preludia la aparición de los grandes escritores rusos del siglo XIX.
Hay mitos culturales imperecederos que ya por siempre acompañarán los pasos de la humanidad sobre este viejo planeta. Uno de ellos es el de Sherlock Holes.Pero si no han de conocer nunca un fin, estos mitos tuvieron un principio. Es un Holmes joven —en esta obra aparecía por segunda vez, de la mano de su creador, A. Conan Doyle—, y a la vez maduro y en plena posesión de todos sus recursos, el que en «El signo de los cuatro» se enfrenta al mal, entreverado aquí de sutiles elementos orientales que subrayan con su exotismo el clima de misterio, en las brumosas orillas del Támesis.