Publicado por primera vez en 1845, el Facundo es uno de los textos fundacionales de la cultura y la literatura argentinas. Obra excepcional que cruza distintos géneros y registros —del ensayo histórico a la biografía novelada, pasando por la argumentación política y el estudio geográfico y cultural—, la vida de Facundo Quiroga, caudillo federal del interior del país, es utilizada por Sarmiento en su campaña antirrosista para explorar el espíritu político, económico y social de la época y revelar, finalmente, la dicotomía central en la que el autor ve cifrado el porvenir argentino: civilización o barbarie.
«Por un lado, el Facundo es un germen del Estado y, por otro lado, es el germen de la novela argentina. Tiene algo de profético y de utópico y produce el efecto de un espejismo: en el vacío del desierto se vislumbra como real lo que se espera ver.» Ricardo Piglia
Crítica y teoría literaria, Histórico, Poesía, Ensayo
Solo algunas obras surgidas de entre las literaturas románicas pueden vanagloriarse de fundar un mito. Éste es el caso del Poema de Mio Cid, obra cumbre de la épica medieval castellana. En ella se narra la parte central de la vida de un personaje histórico que el poema convierte en héroe para finalmente, gracias a la magnífica factura del texto y su insólita expresividad, instalarlo de manera definitiva en nuestra tradición viva.Esta edición incluye una introducción que contextualiza la obra, un aparato de notas, una cronología y una bibliografía esencial, así como también varias propuestas de discusión y debate en torno a la lectura. Está al cuidado de Eukene Lacarra Lanz, catedrática de literatura medieval española de la Universidad del País Vasco.«¡Grado al Criador e a vós, Çid, barba vellida!»
La «intelligentsia» rusa es una de las presencias claves, fundadoras, para entender la historia espiritual y política de Europa en la segunda mitad del siglo XIX. Tolstoi, Turgeniev, Herzen, explican —en ideario y en obra, en actitud vital— los perfiles de esa intensa revolución intelectual que preparó, en cierto modo, la liquidación del zarismo y la transformación radical del que llegaría a ser el primer país socialista del planeta. Sir Isaiah Berlin —una de las personalidades más brillantes del liberalismo contemporáneo— ofrece en este volumen (preparado por Henry Hardy y Aileen Kelly) un panorama completo y penetrante de esas extraordinarias figuras y su contribución indeleble al nacimiento de los tiempos modernos. Esta colección de ensayos constituye una de las más luminosas aportaciones a la historia de las ideas en la Rusia decimonónica y, en una perspectiva más amplia, es un libro esencial para estudiar las raíces de la modernidad. Por ello, C. M. Bowra señaló ya la «enorme influencia» de Isaiah Berlin en el pensamiento de nuestra época.
Este libro es una investigación histórica sobre la centralidad de la monogamia en nuestras construcciones amorosas y sus mecanismos de imposición. Es una conceptualización del pensamiento monógamo y un análisis de su influencia en las formas de organización colectiva, desde la pareja hasta el Estado-nación o los grupos activistas. Y es un narración encarnada de los propios fracasos amorosos, así como un afilado cuestionamiento de un poliamor que no desborda el constructo monógamo y que pone el acento solo en la acumulación. Este ensayo bastardo desmonta nuestras formas de relación desde las bases, en un intento de detener la confrontación para hacernos ingobernables: ni un cadáver emocional más en nuestras vidas, ni privadas, ni colectivas.
Los Pensamientos de Blaise Pascal (1623-1662) no es un libro póstumo sino, en feliz expresión del mejor y más reciente analista de la obra pascaliana, Michel Le Guern, «los papeles de un muerto», la reunión de las notas y observaciones recogidas por Pascal para escribir un libro que, desde la heterodoxia de la escuela jansenista de Port-Royal, pretendía hacer la apología de la religión cristiana. Lo que se encontró a su muerte apenas consistía en «un montón de pensamientos apartados para una gran obra», según su sobrino, que redactó el prefacio a la primera edición de los Pensamientos, aparecida en 1670. El estado de inacabamiento de la obra y el correr de los siglos parecen haber negado al libro lo que quería ser, una apología religiosa. Bajo ella subyace lo que hoy resulta más actual en Pascal: una visión totalmente nueva del hombre, considerado desde el ascetismo jansenista, que ya habían practicado antes Séneca y sus seguidores, de quienes Pascal recoge, por ejemplo, la idea nuclear de su comprensión de la condición humana: la agitación, la inquietud, que motiva la constante huida del hombre fuera de sí para evitar verse, mirarse en el espejo propio, recapitularse entre los dos cabos y fines de su existencia: «El hombre no es más que una caña, el más débil de los seres creados, pero una caña pensante»… Y eso son los Pensamientos, la apasionada lamentación lírica de una condición humana que sufre.
¿Qué es un escéptico? Un filósofo que ha dudado de todo aquello en lo que cree y que cree en aquello que el uso legítimo de su razón y de sus sentidos le ha demostrado como cierto
En este lúcido, estimulante y original libro, Zygmunt Bauman y Tim May exploran los supuestos subyacentes y las expectativas tácitas que estructuran nuestra visión. Los autores dilucidan conceptos clave en la sociología: por ejemplo, individualismo versus comunidad, y privilegio versus carencia. Dibujando un recorrido a través de las principales preocupaciones de la sociología, Bauman y May examinan también la aplicabilidad de la sociología en la vida diaria. Este volumen es una edición completamente revisada y aumentada, que incluye nuevo material en el tema de la salud y aptitud física, intimidad, tiempo, espacio y desorden, riesgo, globalización, identidad, organizaciones y nuevas tecnologías. Fue escrito para beneficio y disfrute de los estudiantes, sociólogos profesionales y científicos sociales, y de cualquier otra persona interesada en la dinámica y las cuestiones que estructuran la vida diaria.
Desde hace algunos años, en la estela de importantes descubrimientos científicos relacionados con la comunicación vegetal, una fuerte tendencia nos incita a tomar el árbol como modelo, incluso a penetrar los arcanos de su 'vida secreta'. Pero más allá de las metáforas y las analogías fáciles, ¿qué podemos esperar de este nuevo acercamiento a los árboles? ¿Una fuente de inspiración, un modelo ecológico, la llave para un nuevo bienestar basado en la apertura y en el compartir? Un ecologista apasionado nos entrega sus respuestas marcadas por la ciencia, la sabiduría y un respeto infinito por la naturaleza: '[El árbol] es una gran figura de lo vivo que parece querer dirigirse a los grandes primates irreverentes en los que nos hemos convertido. Unos primates hoy frenados en su impulso, aplastados por incertidumbres, perdidos en el borde del camino por haber tontamente olvidado que vivían en el planeta de los árboles.'
La Revolución no es un tema de la Historia como otros pues constituye un patrimonio político y moral, más que una curiosidad intelectual. A tal punto que, si reconocemos que hay tantas historias de una revolución como familias políticas obligadas a definirse con respecto a ella, todas estas historias ofrecen a través de sus opiniones opuestas una obsesión común: el aniversario de un punto cero. En consecuencia, la línea divisoria en la historiografía de la Revolución no es, en términos intelectuales, aquella que separa políticamente, sino la que enfrenta a la historia conmemorativa con la historia conceptual: Michelet y Tocqueville en nuestro caso. Partiendo del ejemplo de la Revolución Francesa, François Furet trata de comprender en qué formá se puede elaborar una historia conceptual de la Revolución. Devolver a ésta la frescura creadora de su propia dinámica y descubrir lo que el acontecimiento presenta como radicalmente nuevo o la continuidad que se asume bajo las apariencias de la ruptura, presupone reconstituir el objeto de estudio diferenciándolo de un desarrollo lógico que lo incluiría fatalmente. Una de las dificultades mayores para el historiador es escapar al cautiverio de la seducción revolucionaria o contrarrevolucionaria, no identificarse con el discurso de la época cuestionada. Así pues, François Furet investiga un fenómeno particular, la Revolución Francesa, pero preocupado por la producción de conceptos científicos su ensayo apunta más allá: a la ideología de la revolución. Al hacerlo así, Furet se aparta de la interpretación dominante, marxista, de la Revolución, que considera ésta como como un hecho exclusivamente económico-social derivado de la lucha de clases, y pasa a fijarse en el problema de la cultura política. Recuperando, en parte, los trabajos del injustamente olvidado Augustin Cochin, Furet defiende la idea de una revolución de las elites, iniciada en 1787, que se habría visto frustrada por el Terror de 1793 —cuyos orígenes y antecedentes sitúa Furet en fecha tan temprana como 1789—, al tiempo que señala «una posible consonancia entre el Terror y la Revolución en su totalidad». No sin polémica, los libros de Furet sobre la Revolución francesa han creado escuela, siendo muchos los historiadores que hoy siguen sus líneas metodológica y de investigación.
La historia vivida por la sociedad humana y el esfuerzo científico para describirla, para pensarla e interpretarla, son los dos polos entre los que se compendian el concepto mismo de historia, ambiguo y mudable, y la relación entre pasado y presente. Este libro es una apasionada investigación que une erudición y relato, como es ya habitual en Jacques Le Goff, y que en sus diálogos con otras disciplinas —de la filosofía a la sociología, de la antropología a la biología— propone tanto una historia política, económica y social, como una historia de las representaciones, de las ideologías y de las mentalidades, de lo imaginario y de lo simbólico: en pocas palabras, una historia de la historia. «La paradoja de la ciencia histórica hoy es que precisamente cuando bajo sus diversas formas (incluida la novela histórica) conoce una popularidad sin igual en las sociedades occidentales […], ahora […] pasa por una crisis […]: en su diálogo con las otras ciencias sociales, en el considerable ensanchamiento de sus problemas, métodos, objetos, se pregunta si no está perdiéndose.» Del «Prefacio» de Jacques Le Goff
Eugenio Trías consagró su vida, en cuerpo y alma, a la sagrada llama de la filosofía, seguro de que esa vocación de juventud tenía como finalidad acercarnos al mundo que nos ha tocado vivir, a los enigmas y misterios que cercan la existencia humana. En Pensar la religión, escrito justo después de La edad del espíritu, aletea esa necesidad imperiosa de acercarse al fenómeno religioso desde la esencia misma de la razón. Pese a estar escrito años antes del atentado de las Torres Gemelas, Trías siempre tuvo claro que las religiones constituían el núcleo primigenio y originario de eso que llamamos 'cultura' y que cualquier conflicto intercultural estaría motivado por la cuestión religiosa. Pocos pensadores contemporáneos se atrevieron a desafiar el paradigma racionalizador y racionalista de nuestro tiempo con la claridad de Eugenio Trías. De ahí radica la extraordinaria vigencia de su propuesta, que nos invita a 'pensar la religión' en base a una reflexión del fenómeno religioso en todas sus dimensiones: desde el símbolo y lo sagrado hasta la revelación, desde la experiencia interna del sujeto hasta los nombres de Dios. La lectura de este libro se nos presenta, pues, más necesaria y esclarecedora que nunca para profundizar y entender el que es, indudablemente, uno de los grandes temas de nuestro tiempo.
Los distintos ensayos reunidos en esta obra representan un corte transversal a través de temas que me ocuparon durante muchos años. Son aquellos que han dominado mi filosofar desde que se alejó de la hermenéutica del pasado para centrarse en problemas modernos y contemporáneos, como la filosofía de la biología, la antropología, la crítica a la ciencia, la técnica y la ética. La conexión temática señalada queda manifiesta en las contribuciones incluidas en la primera y la segunda parte, ya que se mantienen todas ellas dentro del ámbito de la experiencia y de lo demostrable. Las de la tercera parte van más allá. Al ocuparse de la pregunta por Dios entran en el ámbito de lo no conocible y se les puede negar el calificativo de ‘filosóficas’ […]. Pero sigue siendo inextinguible el derecho de aquellos espíritus que se sienten empujados a llevar su preguntar incluso allí donde este ya solo puede esperar respuestas adivinatorias y expresables en circunscripciones figuradas.
Una reivindicación de la cultura humanística, asediada y cada vez más relegada hoy en día, pero que aquí recobra un sorprendente aliento, quizá porque, como dice el propio autor, se trata «de una larga tradición que se hace novedad cada vez que unos ojos la existen».No se deje engañar el lector por el matiz de humildad –y casi de ironía– con el que el profesor Antonio Prieto ha titulado esta antología personal de artículos, conferencias y clases porque en estas páginas, de periodos e intenciones diversas, se recoge un encomiable compendio de sabiduría humanística. Si por un lado trazan un recorrido por la memoria vital y los intereses académicos del profesor –con lucidez y erudición pasa de Boscán a La Celestina, de Lope a Moratín, de la novela histórica a la pintura renacentista–, en estos textos, leídos en conjunto, se percibe el latido de una reivindicación de la cultura –clásica, renacentista y aun contemporánea– como tradición, entendida como legado perpetuamente revisitado. Todos los capítulos van antecedidos de sus correspondientes "Introitos", que abarcan desde una consideración "clásica" de la dama por los poetas, de Catulo a Garcilaso, atendiendo al "amor único", al ofrecimiento de inmortalidad, y al uso del nombre ficticio para la amada. Como cierto contraste a este estudio se extiende al capítulo que discurre sobre la invención de Calisto y Melibea, dentro de la historicidad y contienda de La Celestina o sobre la posible influencia de Marcel Proust en el interés de proyectarse histórico de Lope de vega en la biográfica Dorotea.
Interactuar con las gemas y los cristales puede llegar a aportarnos nuevas percepciones y vivencias irrepetibles que nos ayuden en nuestra vida diaria. La presente obra, avalada por la dilatada experiencia de la autora en este campo, es una completa guía sobre las piedras, su morfología, cromatismo, aplicaciones y propiedades mágicas y curativas, para que todo aquel interesado en este tema pueda utilizarla como pauta o referencia en su propia experimentación.
Este volumen reúne más de cuarenta artículos publicados en diversos periódicos y revistas —no recogidos hasta ahora en forma de libro— y una veintena larga de escritos dispersos en tomos monográficos. Ordenados cronológicamente —desde «Pequeñas alegrías» (1899), que da título al volumen, hasta «Cuarenta años en Montagnola» (1960)—, ofrecen al lector un corte transversal autobiográfico de la vida de Hermann Hesse y dejan traslucir ese perpetuo talante de viajero y esa insatisfacción ante la vida sedentaria y estereotipada que le caracterizaron. Apuntes nacidos en las pausas de trabajo en torno a sus obras mayores, son también, dentro de su estilo subjetivo próximo al del diario, ejercicios de distensión que le permiten expresar los temas en otro plano, más directo y cotidiano.
Pequeñas cosas bellas es una recopilación de cartas y sus respuestas escritas por los lectores a «Dear Sugar», la columna de consejos que publicaba la revisa digital The Rumpus. Su autora, en principio anónima pero que luego resultó ser Cheryl Strayed, contesta compartiendo experiencias propias, lo que confiere autenticidad y profundidad a los consejos que da, proporcionando una serenidad al lector que invita a seguir leyendo y a aprender de alguien que ya ha pasado por una situación similar. Strayed vuelve a su propia historia para interactuar con los lectores, y de estas conexiones inesperadas surge una magia que convierte o concreto en universal. Strayed nos ayuda a descubrir nuestra propia esperanza y nos dice que podemos llegar a lo más hondo de lo que significa amar, llorar, sufrir, y que somos capaces de algo más que rendirnos.
La filosofía no tiene por qué ser algo alejado del arte de vivir. Eso es lo que sugiere André Comte-Sponville en este libro, una obra maestra que no pretende dar lecciones de moral, sino ayudar a cada uno a convertirse en dueño de sí mismo, en su único juez. El objetivo es ser más humano, más fuerte, más bondadoso. El bien sólo existe en la pluralidad de las acciones buenas y de las buenas intenciones, designadas por la tradición con el nombre de virtudes. La virtud es nuestra forma de ser y de actuar humanamente, es decir, nuestra capacidad de actuar bien. Toda virtud es una cumbre entre dos vicios, la cresta de una montaña entre dos abismos: así, la valentía se halla entre la cobardía y la temeridad, la suavidad entre la cólera y la apatía. Y de este modo, desde la urbanidad hasta el amor.
Perdurabo es una antología de los principales textos breves del poeta y mago inglés Aleister Crowley (1875-1947), algunos publicados en su día como libros o como artículos en diferentes medios (The Equinox, The International, etc.) y otros inéditos en vida del autor. Miguel Algol, doctor en Filología por la Universidad de Sevilla y profundo conocedor de la obra de Crowley, ha realizado la selección y la traducción directa del inglés, que viene acompañada de notas explicativas sobre los términos empleados y el contexto mágico y cultural de los textos en que aparecen. Una gran parte de los escritos ahora publicados ven la luz por primera vez en español. Las traducciones han sido realizadas con el cuidado y la calidad de un profesional de la Filología, corrigiendo en muchos casos traducciones menos esmeradas, y en ocasiones salpicadas de errores, difundidas hasta este momento por diversos medios en español. El libro ofrece una muestra de todos los géneros literarios utilizados por Crowley: no sólo ensayos y poemas —por los que fue más conocido—, sino también relatos y obras de teatro.
Peregrina y extranjera es una recopilación póstuma de ensayos en los que Marguerite Yourcenar —ciudadana del país de la inteligencia, de gira por el mundo— trata, desde su particular punto de vista, los más diversos temas relacionados con la cultura.
Los escritos reunidos aquí son el fiel reflejo de un recorrido intelectual que va desde los años 30 hasta los últimos días de 1987.
Las música del joven Mozart; sus pintores favoritos —Rembrandt, Poussin, Ruysdael—; su admiración por la obra de Virginia Wolf, Henry James, Oscar Wilde, Jorge Luis Borges; sus opiniones sobre el mundo de la Grecia antigua, en relación con la época actual, y hasta su discurso de ingreso en la Academia Francesa, configuran un libro de múltiples, cambiantes y profundos atractivos.
Las mujeres, como los hombres, son capaces de matar, de planificar el acto criminal por motivos tan emocionales como la venganza, la avaricia o los celos. Raramente el móvil es la violencia sexual, la agresión o la defensa propia porque la inferioridad física sitúa a la mujer en posición de desventaja en la confrontación directa, lo que le lleva a usar formas más sibilinas y astutas.César Alcalá –biógrafo e historiador– y Alicia García –psiquiatra forense– nos acercan a las asesinas más psicóticas que ocasionaron dolor y sufrimiento a sus víctimas para acabar después asesinándolas. Gracias a esta obra conoceremos los rasgos más singulares de mujeres como Gabriela Erzsébet Báthory, Margarita Ruiz de Lihory, Aurora Rodríguez Carballeira, Rosa Peral Viñuela, María Jesús Moreno Cantó, Susan Leigh Vaughan, algunas guardias nazis, María de los Ángeles Molina, Jeanne Moulinet, Marybeth Roe Tinning, Enriqueta Martí Ripollés… Hasta un total de veintidós mujeres, el lector podrá descubrir cómo fueron sus vidas y sus perfiles psiquiátricos criminales.La perfilación criminal es una técnica de investigación que permite dibujar el retrato psicológico del criminal a través del estudio de su entorno social y de los indicios físicos o conductuales hallados en el entorno del crimen. A lo largo de estas páginas, los autores desentrañan las motivaciones que llevaron a estas mujeres a matar, así como los procedimientos que utilizaron según su edad, condición social o la relación con la víctima. «Las mujeres asesinas se mueven principalmente por el lucro, por la obtención de un beneficio, planifican más sus crímenes, sin prisa, buscando impunidad para pasar desapercibidas y siempre con cierto sentimiento de legitimidad y justificación de sus actos». Paz Velasco, Jurista-criminóloga.