La obra de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann (1776-1822) es eltestimonio de un espíritu libre y vigoroso, de un agudísimo y perspicazconocedor de las interioridades y resortes de la sociedad de su época, así comode la naturaleza humana. En todos sus escritos se respira esa bocanada de airefresco característica del creador que explora por primera vez territorios nohollados. Hoffmann se enfrenta a la realidad siguiendo los cánones delRomanticismo: «Escribir (componer, crear) basándose sólo en la realidad vistacon los ojos del alma, sentida con su tacto». Lo «real», pues, no sería sino elconjunto de todo lo «visto» y «sentido» interiormente, y no el feudo exclusivode la razón común, ineficaz a veces para expresarlo. Estas trece historiassiniestras y nocturnas son, pues, producto de la descripción fiel de larealidad vista y sentida con el ojo del alma, que penetra e indaga más allá delas apariencias –anticipándose al psicoanálisis– para vislumbrar la cara ocultade la Naturaleza y de lo cotidiano. El leve estremecimiento placentero quesentimos al comienzo de estas «piezas fantásticas», algunas de ellasverdaderamente «góticas», se torna poco a poco en escalofrío, mezcla de terrory premonición, ante el desarrollo de los acontecimientos: lo cotidiano da pasoa lo siniestro, y la cara oculta de las pasiones humanas aparece desnuda anteel sorprendido lector, en su cruda y gélida intimidad.
A medio camino entre la novela de misterio y la novela de horror, El Fantasma de la Ópera se adentra en el fascinante mundo de los escenarios para extraer su inspiración de los misterios que se ocultan tras los telones y entre bambalinas. En ese mundo encontró Gaston Leroux el espacio, los artificios y los personajes de la gran tradición gótica: un edificio de la Ópera imposible (pasillos húmedos que desembocan en trampas mortales, un largo subterráneo…), un ser tenebroso, atormentado por su extrema deformidad y por su fealdad, pero apasionado por la música y enamorado hasta el límite de la belleza, encarnada en una joven cantante de ópera. Es el patetismo de este personaje lo que ha situado El Fantasma de la Ópera entre los grandes mitos de la novela gótica —o de terror—.Monstruo de feria desde su nacimiento, aborrecido por sus padres, el «fantasma» ha sido condenado desde el principio… Y desde su nacimiento legendario y su pasado de inventor de trampas y mazmorras más allá de los confines del mundo civilizado, hasta su vida diaria en los infiernos de la Ópera, este «ser de las tinieblas» —hermano de los desheredados de Victor Hugo o de los personajes errabundos de Sue— tiene de su parte la compasión del novelista y del lector.
Ann Radcliffe (1764-1823) es posiblemente la autora con más carisma entre todos los escritores que, hacia finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, cultivaron con pasión un tipo de relato terrorífico que con el tiempo se denominaría literatura gótica o género gótico. Dos son las obras de Ann Radcliffe que reúnen en su trama los elementos más característicos de un buen relato gótico -castillos tenebrosos, conventos y criptas siniestras,clérigos perversos y heroínas románticas perseguidas-: «Los misterios de Udolfo» (Góticanúm. 5), y la presente, «El Italiano». A las ilustres perseguidas de las pesadillas de Radcliffe hay que añadir ahora a la desgraciada Ellena di Rosalba, víctima del monje despiadado Schedoni. Ellena es arrancada de un medio seguro y amable para ser arrojada sin contemplaciones a un mundo hórrido y hostil, lleno de amenazas y de peligros, un universo dominado por lo desconocido, cuyo reflejo en la mente de la heroína adopta la sinuosa forma de la angustia. Secuestrada y conducida aun apartado convento, encerrada posteriormente en un castillo bajo el dominio del malvado, Ellena se ve inmersa repentinamente en el ámbito gótico, un espacio cerrado, tenebroso, impreciso y laberíntico. «El Italiano»no sólo provoca emociones intensas que provienen de lo oscuro e ignoto, sino que también hace que el entendimiento se ponga en movimiento para buscar las claves del misterio, dando lugar de este modo a placeres de naturaleza eminentemente intelectual.
El más impenetrable misterio rodea la vida de Alexander deComeau, autor del que tan sólo se sabe su nombre (tal vez seudónimo) y sunacionalidad británica. Las guías literarias de terror más especializadas -quereseñan otra obra de De Comeau, «Fire of Isis» (1927)- recomiendan conentusiasmo la lectura de «La magia del monje» (1931) como una novela memorable, deun gótico tardío, delirante y única. La historia que nos cuenta De Comeau enesta obra inclasificable posee sin embargo todas y cada una de lascaracterísticas del género gótico. Su protagonista, el hermano Dimas, es un religioso laicoaficionado a la Alquimia, a quien el anciano y corrupto abad de su monasteriocomisiona para encontrar el Elixir de la Vida Eterna. Dimas parte de viaje, enpleno otoño de la Edad Media, a la busca de los sabios ocultistas que, antesque él, aseguraron haber buscado el Elixir... e incluso haberlo encontrado. Viajará a la tierra de los muertos, se enfrentará con unembrutecido noble feudal, conseguirá amuletos mágicos y manos de gloria, serátestigo de Misas Negras, prisionero de brujas y magos... Pero estas siniestras aventuras por el lado más oscuro setornan divertidas peripecias gracias al hábil tono satírico de De Comeau, quelo emparenta con el no menos delirante mundo de Potocki en su sin par «Manuscritoencontrado en Zaragoza» (en esta misma colección), y nos recuerda el alegremundo, sensual y pícaro, de Chaucer o las canciones de taberna goliárdicas.
Según H.P. Lovecraft Cumbres borrascosas es una historia «totalmente aparte como novela y como obra literaria de terror, con sus enloquecidos paisajes –los páramos desolados de Yorkshire— y las vidas atormentadas y violentas que en ellos se desarrollan. Heathcliff, variante del héroe malvado byroniano, es un niño raro y huraño que aparece abandonado en la calle; sólo habla una especie de extraño galimatías, y es adoptado por una familia. Entre Heathcliff y Catherine Earshaw —hija de la familia de acogida— nace un vínculo más profundo y terrible que el amor humano. El misterioso terror de Emily Brontë no es un mero eco gótico, sino la tensa expresión del estremecimiento del hombre ante lo desconocido.»Emily Jane Brontë nació en Thornton, Inglaterra, el 30 de junio de 1818. Dos años más tarde, su padre, Patrick Brontë, fue nombrado rector de Haworth, un pueblo situado en los páramos de Yorkshire, lugar al que la familia quedaría vinculada para siempre. La infancia de Emily fue una época maravillosa, poblada de libros, arte, leyendas y juegos, hasta la muerte de su madre en 1824. Emily fue enviada entonces, junto con sus tres hermanas mayores a un riguroso internado femenino en Cowan Bridge. Tras la muerte por tuberculosis de las dos mayores, Emily y Charlotte regresan a Haworth. En 1846, Charlotte, Emily y Anne, la hermana pequeña, se propusieron escribir una novela cada una. La primera en llegar a las librerías fue la de Charlotte, Jane Eyre, un melodrama gótico que tuvo un éxito inmediato. Anne escribió Agnes Grey, y Emily la inmortal Cumbres borrascosas (1847), una historia de amor imposible que se prolonga más allá de la muerte. Un año después fallece su querido hermano P. Branwell. Emily coge frío en el entierro, enferma, y muere tres meses después, el 19 de diciembre de 1848, a la edad de treinta años.
Jonathan Harker viaja a Transilvania para cerrar un negocio inmobiliario con un misterioso conde que acaba de comprar varias propiedades en Londres. Después de un viaje preñado de ominosas señales, Harker es recogido en el Paso de Borgo por un siniestro carruaje que le lleva, acunado por el canto de los lobos, a un castillo en ruinas. Tal es el inquietante principio de una novela magistral que alumbró uno de los mitos más populares y poderosos de todos los tiempos: Drácula. La fuerza del personaje —del que el cine se adueñó hasta la saciedad— ha eclipsado a lo largo de los años la calidad, la originalidad y la rareza de la obra de Bram Stoker, sin duda una de las últimas y más estremecedoras aportaciones a la literatura gótica anglosajona. Abre nuestra edición un espléndido, riguroso e iluminador prólogo del escritor Rodrigo Fresán, perfecta antesala de los salones del inmortal vampiro.
Gustav Meyrink (Viena, 1868), hijo ilegítimo de la famosaactriz María Meyer y el barón Karl von Varnbüler, acudió al colegio en Múnich yHamburgo, y cursó el bachillerato en Praga. A partir de entonces su destinoquedó unido a esta ciudad. Sus peculiares aficiones, su turbulenta vidanocturna, su magnética personalidad y un sentido del honor que le obligaba abatirse continuamente en duelo, le convirtieron en el terror de la burguesíapraguense. Meyrink se consideraba clarividente y practicaba el espiritismo.Adquirió gran dominio del cuerpo y de la mente gracias al yoga, experimentó condrogas y llegó a ser un consumado alquimista. Las obras de Meyrink, entre lasque se encuentra su inmortal novela «El Golem», parecen emerger deprofundidades fuera del tiempo y gravitan entre lo demoníaco, lo grotesco y losublime en la indagación de enigmas que han fascinado a la mente humana desdeel origen de los tiempos. «El ángel de la ventana de occidente», última novela de Meyrink,narra la fantástica historia de un hombre que, tras hacerse cargo de lospapeles de un primo difunto, comienza a tener pesadillas y visiones sobre suantepasado, el enigmático John Dee, célebre ocultista inglés que vivió entre1527 y 1609. Recibe entonces la visita de dos extraños personajes, elmisterioso Lipotin y la seductora Assja Chotokalungin, que le reclaman lalegendaria punta de lanza de Hoël Dhat, de la que él nada sabe. La acción de la novela, que transcurre en Inglaterra,Polonia y Praga, oscila entre lo real y lo onírico, y viaja desde losalbores del siglo XX al reinado deIsabel I. El relato pretende ilustrar la ley del karma, así como exponer losfundamentos de la verdadera alquimia: procurar al ser humano un vehículoinmortal para lograr la resurrección de la carne.
Charles RobertMaturin (1780-1824), autor de la inmortal novela gótica «Melmothel errabundo»(1820) –colección Gótica nº 21–, tomó prestado a los veinticuatro años elcastillo de Udolfo de Ann Radcliffe, lo rebautizó con el nombre de Muralto –unguiño al canónigo de san Nicolás, de Otranto–, encendió una vela y se sentó acontarnos la horrible tragedia de la familia Montorio. Una historiaespeluznante. Maturin había estudiado en el Trinity College de Dublín, suciudad natal, y tras graduarse se sumerge de manera absorbente en el estudio deobras de muy diversos géneros que van cayendo en sus manos, ya sea filosofía,teología, historia, novela o poesía. No obstante, la literatura es la granpasión de su vida, la pasión que le transporta y le arrastra finalmente hastael mismo borde de la locura. Se ordena clérigo en 1803, y desde entonces tratade hacer compatible su carrera eclesiástica con la de novelista y autorteatral. Acabó su primera novela, Venganza fatal en 1806, que publicó al año siguienteen Londres bajo seudónimo, y en 1816 estrena su famoso drama Bertram. Despuésde escribir tres novelas más sin gran éxito entre 1808 y 1818, publica sumonumental Melmoth en 1820, obra cumbre de la literatura gótica. «La familia de Montorio» (aparecida originalmente con el título de «Venganza fatal») esun relato oscuro, una maraña de historias lo vuelven intrincado. Maturin vacontando a un tiempo, separadamente, las zozobras de Ippolito y de Annibal, loshermanos Montorio, con los que viajamos a pie y a caballo por buena parte de laregión de Nápoles. Sobre ellos se cierne la influencia de un personajesiniestro, “el desconocido” para Ippolito y “el confesor” para Annibal. Unafatalidad traba las vidas de los moradores del castillo de Muralto –formidable,ennegrecido, silencioso–, residencia de la familia Montorio, y sus destinos sedeslizan de forma inexorable hacia la catástrofe final.
Charles Robert Maturin (Dublín 1782-1824) fuepastor protestante, dramaturgo y novelista. Autor de Melmoth elerrabundo (Gótica nº 21), la obra cumbre de la novela gótica segúnopinión unánime de la crítica, Maturin comenzó a escribir Los albigenses un año despuésde publicarse Melmoth, influido por el éxito de Ivanhoe,novela histórica escrita por su protector sir Walter Scott. “Albigenses” es el nombre con que se conoce a los adeptos almovimiento cátaro, una suerte de secta cristiana que acabó estableciéndose enel siglo XII en el Languedoc francés. Viendo con alarma las deserciones queaquellos disidentes estaban causando entre sus creyentes, el papa Inocencio IIIhizo en 1208 un llamamiento a los nobles de Francia para que los combatieran.La llamada “cruzada albigense” degeneró en correría de matanzas, saqueos ydestrucciones. Los cruzados tomaron Carcasona, Narbona y otras ciudades conescasa resistencia, dejando como trofeos cadáveres de caballeros enemigoscolgados de los árboles. La narración de Los albigenses comienza undía de otoño de 1216: los supervivientes de las matanzas de Béziers y Carcasonaque habían huido a los montes emprenden un éxodo en busca de amparo hacia lastierras del rey de Aragón. Pero su camino pasa junto al castillo de Courtenayeque les impide el paso. El señor de Courtenaye, asustado, envía emisarios alconde De Montfort y al obispo de Toulouse, un consumado villano gótico,pidiéndoles ayuda. El castillo de Courtenaye, como el de Otranto o el deUdolfo, y como todos los castillos de la ficción gótica, se convertirá en unhervidero de intrigas y horrores…
La sociedad arrastra una crisis económica y de valores que parece irreversible. Esther y Tomás, un matrimonio joven con serios problemas laborales, deciden pasar un último fin de semana, junto con su hija de dos años Say, en el apartamento de montaña que compraron en tiempos mejores y que ahora necesitan vender. En plena tormenta de nieve, alguien llama a su puerta y comienza la pesadilla. Veinticuatro horas de terror extremo, en las que deberán luchar para sobrevivir. En su huida, la situación se complicará aún más y se verán obligados a enfrentarse a sus miedos más profundos y ancestrales. Porque, además, alguien que se desplaza entre las sombras les acompaña en su viaje sin retorno.Disforia es una historia claustrofóbica y aterradora que te dejará sin aliento. El autor de La silla nos sorprende con su nueva novela, una obra aún más terrible y agobiante. Una lucha desesperada por la supervivencia y la cordura. Un viaje al terror más intenso y perturbador, del que no siempre se puede regresar. Una historia que te atenaza y te obliga a traspasar los límites de la razón.DISFORIA: emoción desagradable o molesta. Ansiedad, irritabilidad. Angustia difícil de soportar, malestar psíquico. A menudo conlleva reacciones coléricas. Es el opuesto etimológico de la euforia.
Daniel Defoe (1660-1731), agente comercial, espía, periodista y escritor, publicó su primera novela, La vida y las extrañas y sorprendentes aventuras de Robinson Crusoe, marinero de York, a los cincuenta y nueve años, de forma anónima y haciéndolas pasar por auténticas memorias de un náufrago. El libro fue un éxito inmediato —ese mismo año se vendieron seis ediciones en Gran Bretaña, así como incontables ediciones pirata— y se tradujo enseguida a otras lenguas, llegando a convertirse con el paso del tiempo en una obra maestra de la literatura de aventuras y un clásico de la literatura universal.
En la época de Defoe existía un intenso tráfico marítimo —única vía de transporte entonces entre continentes—, y el caso de náufragos que habían sobrevivido largo tiempo abandonados a su suerte en una isla desierta no era infrecuente. Al parecer, Defoe basó su relato en la auténtica historia de Alexander Selkirk, un marinero escocés que se había enrolado en 1704 en un galeón capitaneado por el célebre bucanero William Dampier. Selkirk, después de una acalorada discusión con Dampier, pidió él mismo ser abandonado en la pequeña isla de Juan Fernández, a 650 kilómetros de la costa de Valparaíso (Chile), donde sobrevivió cinco años. La presente edición cuenta con la extraordinaria traducción de Julio Cortázar, realizada especialmente para una lujosa edición ilustrada por Carybé y publicada en Buenos Aires en 1945. El lector de esta edición podrá disfrutar también de las ilustraciones a color llenas de fuerza y vida de N. C. Wyeth, clásico donde los haya de las aventuras ilustradas.
H.G.Wells (1866-1946) fue mucho más que un creador de brillantes especulaciones científicas como “La máquina del tiempo” (1895) o “La guerra de los mundos” (1898) cuyo eco llega hasta nuestros días. Fue también un hombre preocupado por la evolución de la sociedad humana y un gran narrador de fábulas que enfrentan al lector con situaciones y personajes sumidos en profundos dilemas morales. Este volumen reúne tres de estas fábulas en las que el horror surge cuando el hombre se obstina en quebrantar las leyes de la naturaleza. La isla del doctor Moreau (1896) y El Hombre Invisible (1897) pertenecen al género de «mad doctors» o «científicos locos» e ilustran a la perfección la idea goyesca de que los sueños de la razón producen monstruos. En la primera, un náufrago nos cuenta cómo conoció al doctor Moreau, un fisiólogo iluminado que experimenta con animales en un islote perdido. En la segunda, un físico descubre una propiedad óptica que hace invisible al que ingiere cierta sustancia. La tercera, El jugador de croquet (1936), es una historia alegórica que narra el aparente enloquecimiento colectivo de los habitantes de una zona pantanosa con un pasado inquietante.
«No sólo es ingenioso lo que refieren estas fantasías de Wells; es también simbólico de procesos que de algún modo son inherentes a todos los destinos humanos. El acosado hombre invisible que tiene que dormir como con los ojos abiertos porque sus párpados no excluyen la luz es nuestra soledad y nuestro terror; el conventículo de monstruos sentados que gangosean en su noche un credo servil es el Vaticano y es Lhasa. Y en “El jugador de croquet”, que describe una región pestilencial de confusos pantanos en la que empiezan a ocurrir cosas abominables, al cabo comprendemos que esa región es todo el planeta», comentó Borges con su habitual lucidez sobre estas tres historias inolvidables.
Una chica con pocos filtros, un flequillo muy corto y unos escotes muy largos. Un chico con las camisas más horteras del mundo, una sonrisa demasiado grande y unos ojos que solo se fijan en ella desde que colisionan. Dos pasados que ninguno quiere afrontar. Un coche. Una tormenta de nieve. Y una llamada que nunca debieron descolgar.
Una chica que sabe cómo huir de sus problemas, con ganas de pasar página y un muy mal plan para hacerlo. Un chico que solo quiere divertirse, saltar de cama en cama y ser feliz al lado de la familia que encontró hace tanto tiempo en Valencia. Dos amigos que se miran parecido pero distinto. Una app de citas. Un acuerdo. Y demasiados sentimientos en juego.
Miguel Murillo, afamado productor y director de cine para adultos, aparece brutalmente asesinado durante la celebración del festival Valencia Roja, el primer evento dedicado a la industria del sexo en la ciudad bajo el lema «El porno es cultura». La grotesca puesta en escena hace pensar en una venganza y el entorno de la pornografía teme que sus secretos más turbios vean la luz. Nela Ferrer, nombrada recientemente jefa del Grupo de Homicidios de Valencia, ha vuelto de Madrid para refugiarse en sus raíces huyendo de una relación tormentosa. Pero la aparición de nuevos cadáveres en posturas macabras que emulan violentos actos sexuales la llevará a indagar con su nuevo equipo en los rincones opacos de la élite local, destapando sus prácticas más extremas.
Valentia es, entre otras muchas cosas, una crónica de la primera guerra civil –precursora de tantas otras– en suelo hispano. La novela está ambientada en dos épocas muy diferentes dentro de un período idealizado que para el lector profano es idéntico.
Valentina es una princesa de nuestros días, del siglo XXI. Muchas costumbres medievales han pasado a la historia, pero no todas. ¿Tú qué harías si te obligaran a casarte muy joven? Y lo que es peor, con alguien a quien deberás escoger entre un grupo de candidatos a los que ni siquiera conoces. Es imprescindible que la princesa se case para poder ser reina y deberá elegir entre los príncipes del mundo el que será su futuro marido y rey consorte. El acto de presentación tendrá lugar durante la fiesta de su decimoquinto cumpleaños, un acontecimiento donde sus majestades pretenden deslumbrar a toda la nobleza del mundo. Todos en Palacio están pendientes de los detalles, aunque todavía faltan unos meses para que la gran fiesta se celebre. Todos se sienten felices, menos Valentina. Las fuerzas oscuras del mal la acecharán hasta incluso poner en peligro su vida, pero el amor incondicional también estará presente en la lucha. Se enfrentará a su destino, ¿quién ganará, ella o él?
Oliver, un joven londinense con una peculiar situación familiar y una triste pérdida, hereda una casona colonial, Villa Marina, a pie de playa en el pueblecito costero de Suances, en Cantabria. En las obras de remodelación se descubre en el sótano el cadáver emparedado de un bebé, al que acompaña un objeto que resulta completamente anacrónico. Tras este descubrimiento comienzan a sucederse, de forma vertiginosa, diversos asesinatos en la zona (Suances, Santillana del Mar, Santander, Comillas), que, unidos a los insólitos resultados forenses de los cadáveres, ponen en jaque a la Sección de Investigación de la Guardia Civil y al propio Oliver, que inicia un denso viaje personal y una carrera a contrarreloj para descubrir al asesino.
Han transcurrido varios meses desde que Suances, un pequeño pueblo de la costa cántabra, fuese testigo de varios asesinatos que sacudieron a sus habitantes. Sin embargo, cuando ya todo parecía haber vuelto a la normalidad, aparece el cadáver de una joven en La Mota de Trespalacios, un recóndito lugar donde se encuentran las ruinas de una inusual construcción medieval. Lo más sorprendente del asunto no es que la joven vaya ataviada como una exquisita princesa del medievo, sino el objeto que porta entre sus manos y el extraordinario resultado forense de la autopsia. Cuando hasta los más escépticos comienzan a plantearse un imposible viaje en el tiempo, comienzan a ocurrir más asesinatos en la zona que parecen estar indisolublemente unidos a la muerte de la misteriosa dama medieval. Mientras Valentina Redondo y su equipo investigan los hechos a contrarreloj, Oliver Gordon, ayudado por su viejo amigo de la infancia, el músico Michael Blake, buscará sin descanso el paradero de su hermano Guillermo, desaparecido desde hace ya dos años, y descubrirá que la verdad se dibuja con contornos punzantes e inesperados.
El verano está terminando y la teniente Valentina Redondo está contando los días para empezar sus vacaciones. Pero algo insólito sucede en el centro mismo del pueblo costero de Suances: el jardinero del antiguo Palacio del Amo ha aparecido muerto en el césped de esa enigmática propiedad. El palacio es una de las casonas con más historia de los alrededores, y después de permanecer mucho tiempo deshabitada, el escritor americano Carlos Green, heredero de la propiedad, ha decidido instalarse temporalmente en el lugar donde vivió sus mejores veranos de juventud. Pero la paz que buscaba se verá truncada por el terrible suceso, y aunque todo apunta a una muerte por causas naturales, parece que alguien ha tocado el cadáver, y Carlos confiesa que en los últimos días ha percibido presencias inexplicables a la razón. A pesar de que Valentina es absolutamente escéptica en torno a lo paranormal, tanto ella como su equipo, e incluso su pareja, Oliver, se verán envueltos en una sucesión de hechos insólitos que les llevarán a investigar lo sucedido de la forma más extravagante y anómala, descubriendo que algunos lugares guardan un sorprendente aliento atemporal y secreto y que todos los personajes tienen algo que contar y ocultar.